Sie sind auf Seite 1von 14

DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO TERCERA PARTE

6. LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES.


6.1. LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES EN GENERAL.

Como ha quedado asentado en entregas anteriores, nuestra definición adoptada como sugerencia a
la materia de Derecho Internacional Público, incluye, según lo dispuesto por el Doctor Carlos Arellano
García, el concepto de personas morales denominadas Organismos internacionales, las cuales desde
siempre han tenido relevancia en nuestra disciplina por el papel que juegan al referirnos a una serie
de instancias que coadyuvan en la conformación y elaboración de las normas que tiene por objeto
alcanzar la encomienda de integrar esta área de estudio, por ello, es necesario hacer el estudio
correspondiente en razón de su cualidad jurídica y su importancia en el entorno mundial, máxime que
se trata de verdaderos actores en la palestra de la toma de decisiones, esto nos lleva a concluir que
se trata de una serie de instituciones que participan de las acciones de los estados y en la conformación
de equidad con estos para lograr un objetivo específico.

Cabe aclarar que si no centramos nuestro estudio, sería muy fácil complicarnos en el amplio mundo
de estas organizaciones, de ahí que podemos establecer las que son de carácter estrictamente
mercantil, como cualquier empresa transnacional o bien de las que se dedican a funciones de
altruismo, las que son de corte estatal, las de tipo y promoción comercial entre otras muchas que sería
imposible incluir en este apartado en razón de la necesidad de centrarnos en las que competen a
nuestra rama de estudio, baste decir que se trata de personas morales que tiene funciones específicas
de conformidad con las necesidades para las que fueron creadas ya sea en el ámbito de la política,
comercial, asesoría entre muchas otras, debemos pues, visualizarlas en el concepto de instituciones
de y para los gobiernos en el ánimo de hacer crecer al Derecho Internacional Público.

6.1.1. CONCEPTO Y ELEMENTOS.

Todo ente jurídico, que dentro de sus relaciones y capacidades se extienda en su actuar más allá de
un estado o territorio es considerado una organización internacional, independientemente de su objeto
o su forma jurídica que adopte en su régimen interior; de la anterior afirmación debemos obviamente
eliminar o excluir a las personas físicas, las cuales no se constituyen en lo individual como una
organización, en su caso debieran para esos efectos, contar con una personalidad distinta a la de sus
integrantes y por tal motivo solo se podrían identificar como personas morales.

En este sentido debemos concretar nuestro estudio en la idea de que necesariamente los organismos
internacionales son personas morales por excelencia, se trata de verdaderas asociaciones de entes
jurídicos de diversas características que comparten ideales o fines en su realización, los cuales
siempre tendrán una proyección que trasciende las fronteras del país donde se encuentren asentados
geográficamente, por lo tanto los organismos internacionales, son personas morales debidamente
constituidas en función de la ley que las crea, las cuales se integran por lo regular de estados o de
otros entes similares a ellas, las cuales comparten un objetivo común, dependiendo de aquel para el
cual fueron creadas, mismo que puede ser tan variado como las necesidades de sus creadores lo
requieran, en este sentido, Manuel Diez de Velasco, en su obra “Las Organizaciones Internacionales”
editorial Tecnos, Madrid España, 2003 refiere “Son asociaciones voluntarias de estados establecidas
por acuerdo internacional, dotadas de órganos permanentes, propios e independientes, encargados
de gestionar unos intereses colectivos y capaces de expresar una voluntad jurídicamente distinta a las
de sus miembros”.

Del concepto anterior se puede inferir la afirmación del autor que se trata de organizaciones
estructuradas a partir del concepto estado soberano, sin embargo de acuerdo a lo dinámico del entorno
global, se está cada vez más cerca de que estas instituciones se integren no solo por estos, sino que
además se incluya a otras organizaciones que conformen entre ellas nuevas personas morales de
Derecho Internacional Público, con lo cual el contenido de las mismas rebasaría la anquilosada teoría
DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO TERCERA PARTE
de que solo pueden ser conformadas por los entes soberanos, sin perder de vista que al igual que sus
integrantes estamos frente a una serie de ficciones jurídicas creadas específicamente para un fin el
cual deben cumplir en aras de seguir existiendo o bien evolucionar a las necesidades que se van
presentando en su ámbito de competencia o bien desaparecer como tantas y tantas que han existido
a lo largo de la historia reciente.

6.1.2. PERSONALIDAD JURÍDICA.

Para un mejor entendimiento de este tema nos debemos remitir a los conceptos y elementos de la
personalidad que se estudian en el derecho civil, por ejemplo en el sistema latino del derecho, así toda
persona que sea reconocida por la misma con esa cualidad, tendrá por definición los atributos y las
capacidades de goce y de ejercicio, lo cual las hace poder asumir las obligaciones y ejercer sus propios
derechos reconocidos por las diversas leyes, en este sentido, por lo que hace a los organismos
internacionales, se les debe de dotar de esas características para poder desarrollar las actividades
propias de su encomienda, por tal motivo en su creación se encuentra reconocida esta, la personalidad
o los atributos a su personalidad jurídica, la cual debe ser por completo distinta de sus integrantes para
que como ya se señaló, tengan la plena libertad y autonomía (jamás soberanía) en la gestión de sus
objetivos y logren los mismos.

Es de afirmarse entonces que la característica principal de un organismo internacional será siempre


su independencia del conjunto de entes estatales que le dieron origen, lo cual lo dota de todas las
facultades necesarias para que los negocios jurídicos en los cuales intervengan, se asuman por
completo las responsabilidades que se deriven de estos, lo que las coloca en un plano de distinción
de los estados y por consiguiente en una casi condición de igualdad al ser capaces de establecer
acuerdos con otros entes jurídicos internacionales para sumir los compromisos que considere
pertinentes, ello sin dejar pasar por alto que, al igual que cualquier otro organismo o persona moral de
derecho interno en cualquier sistema jurídico, todo se encontrara limitado al contrato social que les
otorga la vida jurídica y en relación obviamente a su objeto social, además de que sus resoluciones y
condiciones de compromisos contraídos deberán constar en los documentos debidamente certificados
al efecto, por lo tanto la personalidad jurídica con la que cuentan estas ficciones jurídicas es tan amplia
como las necesidades de su creación lo requieran, teniendo como punto de partida un objeto común
a todos aquellos que las originan.

6.1.3. ESTRUCTURA ORGÁNICA.

Como es sabida la determinación de un organigrama en la conformación de cualquier organización,


llámese mercantil, civil, de derecho público o cualquiera otra, dependerá de las necesidades y
requerimientos que el objeto social de su creación le imponga, sin embargo en el caso de estas
instituciones que nos ocupan, la capacidad de su constitución y organización depende de factores que
en la praxis no deben devenir en un sujeto con una alta carga burocrática, su eficiencia y eficacia
depende del dinamismo que se le imprima y por ello, las bases de estructuración de los organismos
internacionales se fundan en principios aplicables que los hacen comunes entre ellos.

Básicamente están conformados por órganos permanentes, es decir son unidades administrativas de
mando y vigencia indeterminada que permiten a la vez de asumir funciones de alto nivel poder delegar
parte de estas en otros órganos adscritos a ellas y subordinados en el roll de mando, es por ello, que
dentro de la distribución de competencias esta cualidad de órganos permanentes no necesariamente
llevaran esa nomenclatura, podrán ser asambleas, consejos u otra acepción, pero en todo caso, la
integración de los mismos dependerá como se definió en el punto anterior, de acuerdo a sus fines y
objetivos, tendrá cuantos órganos adscritos se requieran por las necesidades del servicio que
proporcionan.
DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO TERCERA PARTE
Estos órganos internos llevan a cabo las funciones de gestionar ante distintas instancias las
necesidades o los intereses ya sea de la propia institución (ONU), o de los miembros que la integran
(OMC), para lo cual se les dotara de todos los elementos y medios que sean necesarios para el logro
de esos objetivos, ya sea de forma expresa o de forma implícita, con base en sistemas tripartitas que
se pueden identificar en Asambleas Plenarias (Reuniones ministeriales de alto nivel para la toma de
decisiones o cuerdos que revisten interés a organismo de que se trata.), Instituciones internas de
composición restringida (En los cuales la integración y participación se constriñe a solo miembros o
funcionarios de alto rango con capacidad de acción definida) y órganos de conformación única de
funcionarios internacionales (Las cuales se determinan como participaciones multilaterales de acceso
amplio para la toma de decisiones de interés global).

6.2. LA ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS.

En el apartado que nos ocupa en este espacio, creemos conveniente hacer la cita expresa del
contenido informativo de la página de la propia Organización de la Naciones Unidas, la cual en
complemente con la encontrada en la correspondiente de la comisión de derechos humanos del estado
de Puebla nos proporcionan una completa visión de este tema, sin embargo, el análisis de esta sección
se debe aumentar en el sentido de visualizar sus objetivos generales, es por ello que solo nos
referiremos a mencionar que esta organización se encarga desde su creación, luego del fin de la
segunda guerra mundial, de la conservación de la paz en el mundo así como la ayuda humanitaria en
los países en los cuales se requiere su intervención, para lo cual cuenta con los órganos internos que
le son indispensables y adscritos a su autoridad, según su propia carta que le da creación.

“Años Previos- Precursores de las Naciones Unidas 1865 || 1874:

Los Estados crearon las organizaciones internacionales para cooperar en asuntos específicos. La Unión Internacional de
Telecomunicaciones fue fundada en 1865 como la Unión Telegráfica Internacional y la Unión Postal Universal se creó en
1874. Ambos son ahora organismos especializados de las Naciones Unidas.

1899 || 1902

En 1899, se celebró la Conferencia Internacional de la Paz en La Haya, para elaborar los instrumentos encaminados a
solucionar las crisis pacíficamente, prevenir la guerra y codificar las normas de la guerra. La Conferencia aprobó la
Convención para el arreglo pacífico de los conflictos internacionales y estableció la Corte Permanente de Arbitraje, que
comenzó a trabajar en 1902.

1919

La precursora de las Naciones Unidas fue la Sociedad de Naciones, concebida durante la primera Guerra Mundial. La
Sociedad de Naciones se estableció en 1919 en virtud del Tratado de Versalles "para promover la cooperación internacional
y para lograr la paz y la seguridad. La Organización Internacional del Trabajo también se creó en virtud del Tratado de
Versalles como una agencia afiliada de la Liga. La Sociedad de Naciones cesó sus actividades al no haber sido capaz de
evitar la Segunda Guerra Mundial.

1 de enero de 1942 || Se acuña el nombre de «Naciones Unidas»

El nombre de «Naciones Unidas», acuñado por el Presidente de los Estados Unidos Franklin D. Roosevelt, se utilizó por
primera vez el 1° de enero de 1942, en plena segunda guerra mundial, cuando representantes de 26 naciones aprobaron
la «Declaración de las Naciones Unidas» , en virtud de la cual sus respectivos gobiernos se comprometían a seguir
luchando juntos contra las Potencias del Eje.

24 de octubre de 1945 || Nacen las Naciones Unidas

En 1945, representantes de 50 países se reunieron en San Francisco en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre
Organización Internacional, para redactar la Carta de las Naciones Unidas. Los delegados deliberaron sobre la base de
propuestas preparadas por los representantes de China, la Unión Soviética, el Reino Unido, y los Estados Unidos en
Dumbarton Oaks, Estados Unidos, entre agosto y octubre de 1944.
DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO TERCERA PARTE
La Carta fue firmada el 26 de junio de 1945 por los representantes de los 50 países. Polonia, que no estuvo representada,
la firmó más tarde y se convirtió en uno de los 51 Estados Miembros fundadores.

Las Naciones Unidas empezaron a existir oficialmente el 24 de octubre de 1945, después de que la Carta fuera ratificada
por China, Francia, la Unión Soviética, el Reino Unido, los Estados Unidos y la mayoría de los demás signatarios.

El Día de las Naciones Unidas se celebra todos los años en esa fecha.

ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS


Las Naciones Unidas son una organización internacional fundada en 1945 tras la Segunda Guerra Mundial por 51 países
-dentro de los cuales se encuentra México- que se comprometieron a mantener la paz y la seguridad internacional, fomentar
entre las naciones relaciones de amistad y promover el progreso social, la mejora del nivel de vida y los derechos humanos.

Debido a su singular carácter internacional, y las competencias de su Carta fundacional, la Organización puede adoptar
decisiones sobre una amplia gama de temas, y proporciona un foro a sus 193 Estados Miembros para expresar sus
opiniones, a través de la Asamblea General, el Consejo de Seguridad, el Consejo Económico y Social y otros órganos y
comisiones.

OFICINA DEL ALTO COMISIONADO PARA LOS DERECHOS HUMANOS (OACDH)

Es el principal funcionario de derechos humanos de las Naciones Unidas. El Alto Comisionado dirige los esfuerzos de las
Naciones Unidas en materia de derechos humanos, ofrece liderazgo, trabajo con objetividad, brinda enseñanza y toma
medidas para habilitar a las personas y prestar apoyo a los Estados en la defensa de los derechos humanos. Forma parte
de la Secretaría de las Naciones Unidas y su sede principal está establecida en Ginebra.

Además, La OACDH tiene una oficina en la sede principal de las Naciones Unidas en Nueva York y oficinas en varios
países y regiones.

La OACDH se esfuerza por ofrecer el mejor asesoramiento experto y apoyo a los diversos mecanismos de supervisión de
derechos humanos en el sistema de las Naciones Unidas: los órganos basados en la Carta de la ONU, incluido el Consejo
de Derechos Humanos, y los órganos creados en virtud de tratados internacionales de derechos humanos, y compuestos
por expertos independientes con el mandato de supervisar que los Estados partes en los tratados cumplan sus
obligaciones. La mayoría de estos órganos recibe apoyo de secretaría de la Subdivisión de Tratados y del Consejo de la
OACDH.

Los órganos basados en la Carta de las Naciones Unidas, son:

•El Consejo de Derechos Humanos


•Examen Periódico Universal El
•La Comisión de Derechos Humanos (substituido por el Consejo de Derechos Humanos)
•Los Procedimientos especiales de la Comisión de Derechos Humanos

Hay nueve órganos creados en virtud de tratados de derechos humanos que supervisan la aplicación de los principales
tratados internacionales de derechos humanos:

•Comité de Derechos Humanos (CCPR)


•Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CESCR)
•Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD)
•Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW)
•Comité contra la Tortura (CAT)
•Comité de los Derechos del Niño (CRC)
•Comité para la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares (CMW)
•Comité sobre los derechos de las personas con discapacidad (CRPD)
•Comité contra las Desapariciones Forzadas (CED)

La labor de las Naciones Unidas llega a todos los rincones del mundo, siendo muy conocida por el mantenimiento y la
consolidación de la paz, la prevención de conflictos y la asistencia humanitaria, hay muchas otras maneras en que las
Naciones Unidas y su sistema (organismos especializados, fondos y programas), hacen del mundo un lugar mejor. La
Organización trabaja en una amplia gama de temas fundamentales, desde el desarrollo sustentable, medio ambiente y la
protección de los refugiados, socorro en casos de desastre, la lucha contra el terrorismo, el desarme y la no proliferación,
hasta la promoción de la democracia, los derechos humanos, la igualdad entre los géneros y el adelanto de la mujer, la
gobernanza, el desarrollo económico y social y la salud internacional, la remoción de minas terrestres, la expansión de la
DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO TERCERA PARTE
producción de alimentos, entre otros, con el fin de alcanzar sus objetivos y coordinar los esfuerzos para un mundo más
seguro para las generaciones presentes y futuras.”
Fuentes: https://www.cdhpuebla.org.mx/index.php/features/ambito-internacional-de-los-derechos-humanos/organismos-internacionales-y-regionales
http://www.un.org/es/sections/history/history-united-nations/

7. EL INDIVIDUO, LOS PUEBLOS Y EL DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO.


7.1. EL INDIVIDUO Y SU POSICIÓN EN EL DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO.

La persona, el ente jurídico material y que por propia cuenta tiene la facultad de determinar sus propias
decisiones asumir sus obligaciones y ser sujeto de los derechos y protecciones reconocidos por las
leyes alrededor del mundo es sin lugar a dudas una de las piezas importantes en el estudio del Derecho
Internacional Público, lo anterior en función de que en muchos de los objetivos que persiguen los
acuerdos tomados por los estados y demás entes de la sociedad y comunidad internacional, se
encuentra el individuo como elemento de interés y relevancia, siendo el primer objeto de protección y
apoyo para su mejoría, mediante la celebración de acuerdos de toda índole ya sea ejecutivos o
preventivos, de apoyo económico o de proyección del progreso de los estados, ya sea mediante el
reconocimiento de necesidades o la satisfacción de estas mediante ayudas directas, es entonces, la
piedra angular del Derecho Internacional Moderno, al amparo de la concepción de los Derechos
Humanos, los cuales reconocen a este, al individuo como el baluarte fundamental de su área de acción
y objetivo de trabajo.

En la teoría clásica de nuestra materia, se concebía a esta como una disciplina jurídica que se ocupaba
solo de las relaciones de los estados y su situación en el entorno global, para después pasar a la
inclusión de los organismos internacionales de mayor impacto después de la segunda guerra mundial,
y en aras de la mayor presencia de estos en la escena mundial; actualmente, la política internacional
reconoce a los derechos humanos como el eje principal de acción de los estados a fin de salvaguardar
la dignidad de los individuos procurando en todo momento su calidad de seres individuales y con la
plena capacidad de auto-decidir sobre su persona y de los estados a reconocer esta situación.

En este sentido, señala el autor Juan Pablo Pérez–León, Profesor de Derecho penal internacional en
la Pontificia Universidad Católica de Perú, en su participación en el anuario Mexicano de Derecho
internacional lo siguiente “Como ha podido verificarse, la subjetividad jurídica internacional del individuo ha pasado
de una negación en el derecho internacional clásico hacia un reconocimiento en el derecho internacional contemporáneo.
Ahora bien, el desarrollo de la dimensión activa de esta subjetividad presenta diferentes niveles de desarrollo según el
sistema en el que nos encontremos.

En efecto, mientras que en el contexto del sistema europeo de protección de derechos humanos encontramos que se da
de manera plena (ius standi), en el caso del sistema interamericano tal subjetividad es limitada (pleno locus standi in
judicio). No obstante, la participación del individuo, en este segundo sistema regional, es más elevada que el esquema
guasi–jurisdiccional del sistema universal de protección de derechos humanos. Por su parte, el esquema introducido por
la CPI es innovador toda vez que permite la participación de las víctimas en un proceso penal internacional, algo inédito
antes de ese hito.

En todo caso, en términos generales, existe la tendencia a fortalecer la dimensión activa de la subjetividad jurídica
internacional en el ámbito del derecho internacional de los derechos humanos (casos de los sistemas interamericano y
africano), así como también la introducción de tal dimensión en otras áreas del derecho internacional (caso de la CPI)
fuente: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-46542008000100018”.

Es de hacer notar que nuestra carta magna se encuentra en concordancia con lo señalado en párrafos
anteriores al mencionar en el artículo primero la universalidad del reconocimiento de los derechos
humanos como una política de aplicación de convenios internacionales, en los cuales el estado
mexicano se compromete a respetar y garantizar esta condición humana basada en la dignidad misma,
por lo cual la injerencia de nuestra materia de estudio es fundamental a la luz de las tendencias
modernizadoras, resultando indispensable distinguir el derecho internacional público puramente
clásico, esto es, el que se dedica a la creación de normas de corte global de reconocimiento de
DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO TERCERA PARTE
relaciones entre los estados y demás organismos internacionales y por otro lado aquella rama de esta
misma disciplina que se encarga del reconocimiento del individuo como sujeto universal, cubierto del
manto protector de los derechos humanos y validados mediante la adopción de acuerdos a nivel
supraestatal.

Es cierto que se reconoce en cada constitución la cualidad intrínseca del extranjero, sin embargo, esa
condición no limita al ejercicio de todos sus derechos y todas sus libertades, por esta razón el papel
del individuo en esta materia resulta tan importante, ya no estaríamos en la tópica de la división de las
nacionalidades de manera despectiva, como lo hemos señalado en anteriores ocasiones, la condición
de globalidad obliga a los sujetos internacionales a evolucionar inclusive más rápido que los eventos
que generan esos cambios, la integración de las personas en su carácter individual a un solo
conglomerado es, probablemente el futuro de la gestión en esta materia de estudio.

7.2. LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS EN EL SISTEMA DE NACIONES UNIDAS.

Comencemos por definir con la mayor precisión posible, el concepto de derechos humanos y la
implicación que este tiene en el entorno global internacional, por ello mencionaremos el concepto que
este organismo internacional aporta a nuestra materia “Los derechos humanos son derechos inherentes a todos
los seres humanos, sin distinción alguna de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico, lengua, religión o cualquier otra
condición”; este concepto sin embargo no nos aporta demasiado contenido, por ello apuntalaremos esta
definición con lo señalado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de nuestro país, que a
letra señala “Los Derechos Humanos son el conjunto de prerrogativas sustentadas en la dignidad humana, cuya
realización efectiva resulta indispensable para el desarrollo integral de la persona. Este conjunto de prerrogativas se
encuentra establecido dentro del orden jurídico nacional, en nuestra Constitución Política, tratados internacionales y las
leyes.”, en este sentido podemos observar que ambas definiciones aportan el carácter de
internacionalidad de estas prerrogativas, por ello se convierten en parte fundamental de esta rama del
derecho al ser las bases de respeto y acuerdo mutuo para lograr mejores condiciones de vida entre
las personas que se ven afectadas por las relaciones de los estados principalmente.

Bajo estas formulaciones la propia Organización de las Naciones Unidas, tiene políticas aplicables a
este tema las cuales se encuentran en la página de la institución y a manera de evitar comentarios
errados sobre el particular y atendiendo a la fuente principal nos permitiremos transcribir para un mejor
proveer: “Derecho internacional de los derechos humanos:
El derecho internacional de los derechos humanos establece la obligación de los Gobiernos a actuar de una manera
determinada o abstenerse de emprender ciertas acciones, para promover y proteger los derechos humanos y las libertades
fundamentales de los individuos o de los grupos.
Uno de los grandes logros de las Naciones Unidas es la creación de una normativa integral sobre los derechos humanos:
un código protegido a nivel universal e internacional al que todas las naciones pueden adherirse y al que toda persona
aspira. Las Naciones Unidas han definido un amplio abanico de derechos aceptados internacionalmente, entre los que se
encuentran derechos de carácter civil, cultural, económico, político y social. También han establecido mecanismos para
promover y proteger estos derechos y para ayudar a los Estados a ejercer sus responsabilidades.
Los cimientos de este cuerpo normativo se encuentran en la Carta de las Naciones Unidas y en la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, aprobadas por la Asamblea General en 1945 y 1948, respectivamente. Desde entonces, las
Naciones Unidas han ido ampliando el derecho de los derechos humanos para incluir normas específicas relacionadas con
las mujeres, los niños, las personas con discapacidad, las minorías y otros grupos vulnerables, que ahora poseen derechos
que los protegen frente a la discriminación que durante mucho tiempo ha sido común dentro de numerosas sociedades.
Proteger los derechos humanos de 7000 millones de personas. FUENTE: http://www.un.org/es/sections/issues-
depth/human-rights/index.html”.

La garantía de la institucionalidad y universalidad del reconocimiento y protección de los derechos


humanos es la base fundamental de este organismo internacional, por ello la necesidad de que sean
cada vez más los estados que se unan a esta red de protección y así tener una certidumbre plena de
respeto, el sistema de la ONU, se constriñe a la necesidad de que cada vez más integrantes se
adecuen al contenido de la carta de las Naciones Unidas y así se logre el avance definitivo en la
protección de los derechos humanos en todo el mundo.
DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO TERCERA PARTE

7.3. LOS PUEBLOS ANTE EL DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO.

Definimos en el punto anterior, que el avance global en las sociedades modernas impulsarían a la
consecución de una comunidad de personas bajo esquemas de compartimiento de ideas y culturas,
sin embargo, no perdamos de contexto que la visión de los estados a integrarse a esta modalidad,
representa un reto muy grande en función de ideologías y de corrientes de política, principalmente
interna, que en recientes fechas se ha manifestado en formulismos de intolerancia y de odio a los
grupos sociales más vulnerables, Brasil, Turquía, Estados Unidos, o bien en manifestaciones de
nacionalismo a ultranza que desean la separación de comunidades históricamente unidas, como el
caso de la Cataluña o de Inglaterra; más aún los aislamientos ocurridos en países como Venezuela,
Corea del Norte o los países de corte y cultura musulmana; estas situaciones particulares y que en
general no se trata de manifestaciones proliferadas o que se reproduzcan exponencialmente, provocan
que los estados y sus particulares formas de conducción en lo interno sean el obstáculo principal del
desarrollo de nuestra área de estudio, los países sea cual sea su condición soberana, tienen la
capacidad y la autoridad para su integración voluntaria por adhesión a las normas de Derecho
Internacional Público o de salir de estas reglas cuando así lo determinan, como cualquier otro ente
jurídico pleno de facultades, derechos y obligaciones, es por lo anterior que no podemos generalizar
la aplicación de este, sin embargo, es necesario que se promueva la inclusión de la mayor cantidad
de miembros a esta sociedad internacional, lo que se debe establecer en el irrestricto respeto a la
condición soberana de los países.

7.4. EL DERECHO DE AUTODETERMINACIÓN.

Es voluntad de los pueblos procurarse su forma de organización política, en el más amplio sentido del
concepto, esto incluye las formas de estado y las de gobierno que se adopten, bajo la condicionante
o el principio fundamental de la libertad de los individuos, la eliminación de la violencia para adoptar
un determinado régimen o status de nación-estado, de ahí que el principio de autodeterminación se
pueda derivar en dos vertientes, la primera es la concerniente a los regímenes internos, la capacidad
soberana de los miembros de la comunidad internacional para poder decidir respecto a su organización
dentro de sus fronteras, que forma de administración estatal y que régimen de gobierno se adoptara
para los efectos de la conducción de sus problemas, llamémosles caseros; por otro lado el doble
aspecto de la soberanía infiere que en el orden internacional los pueblos y los estados son iguales,
ninguno puede alegar la superioridad por encima de otro, por ello, existe una frágil situación en la cual
se está al dispendio del respeto de las diversas soberanías y las condiciones de independencia, ante
tal situación y particularmente después de terminada la segunda guerra mundial, se observó la
necesidad de incluir ese concepto de respeto irrestricto a la cualidad soberana de los pueblos, lo que
nos obliga a observar la adecuación de diversas disposiciones legales supremas, constituciones, en
las que se recogen estos principios, para citar el más importante, será el de la propia ley suprema que
en su artículo 89 fracción IX, señala a la letra: “Artículo 89. Las facultades y obligaciones del Presidente, son las
siguientes:
X. Dirigir la política exterior y celebrar tratados internacionales, así como terminar, denunciar, suspender, modificar,
enmendar, retirar reservas y formular declaraciones interpretativas sobre los mismos, sometiéndolos a la aprobación del
Senado. En la conducción de tal política, el titular del Poder Ejecutivo observará los siguientes principios normativos: la
autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacífica de controversias; la proscripción de la amenaza
o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los Estados; la cooperación internacional
para el desarrollo; el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos y la lucha por la paz y la seguridad
internacionales;”.

Nótese que como principio fundamental se estipula el respeto de los pueblos a la autodeterminación
tanto al interior y la proclama de la mediación en los conflictos en calidad de igualdad con aquellos que
tiene la necesidad de apoyo en lo exterior, principios en los cuales se sostienen la mayoría de los
países para sus relaciones con otros iguales entre ellos, lo que nos permite observar que la
DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO TERCERA PARTE
autodeterminación comprende no solo el respeto sino además el reconocimiento de su condición de
soberano y en consecuencia el respeto mutuo y la calidad solo de observadores en los conflictos
suscitados o bien de mediadores en los casos de solicitud expresa y hasta donde esta sea permitida.

8. REGULACIÓN DE LOS ESPACIOS DE COMPETENCIA ESTATAL E INTERNACIONAL.

8.1. DERECHO DEL MAR.

El mar es la extensión del territorio del planeta que se encuentra cubierto por agua, que alberga la
mayor cantidad de ecosistemas marinos y por ende se convierte en la ruta principal de comercio en
todo el mundo así como representar interés por la riqueza económica que este representa, luego
reviste importancia básica en el Derecho Internacional Público, el derecho del mar se refiere
formalmente de los acuerdos de repartición y reconocimiento de territorios marítimos como extensión
del que se posee en la plataforma continental, del mismo modo hace referencia de las zonas que son
de uso común a todos, en estos conceptos de nueva cuenta se ve reflejada la mano de la Organización
de las Naciones Unidas, quien mediante la convocatoria de la Convención de las Naciones Unidas
para el Derecho del Mar, se encargó de promover la correcta convivencia y reconocimiento uniforme
de los derechos políticos de cada país en relación a este bien, a continuación reproduciremos lo que
estipulan estas reglas en animo de no entrar en mayores explicaciones ya que se reconoce en plenitud
esta situación tan especifica: “Está regido principalmente por la "Convención de las Naciones Unidas para el Derecho
del Mar", la cual se considera uno de los instrumentos más completos del derecho internacional y establece el marco
fundamental para todos los aspectos de soberanía, jurisdicción, utilización y derechos y obligaciones de los Estados en
relación con los océanos. La Convención trata sobre el espacio oceánico y su utilización en todos sus aspectos:
navegación, sobrevuelo, exploración y explotación de recursos, conservación y contaminación, pesca y tráfico marítimo.

Contiene 320 artículos y nueve anexos que definen zonas marítimas, establecen normas para demarcar límites marítimos,
asignan derechos, deberes y responsabilidades de carácter jurídico y prevén un mecanismo para la solución de
controversias.

Esta Convención fue producto de negociaciones iniciadas en la Tercera Conferencia sobre el Derecho del Mar en 1973 y
se abrió a la firma en 1982 en Montego Bay, Jamaica. Cuenta con 158 firmantes, siendo el instrumento internacional
suscrito por más Estados. Entró en vigor en 1994 y en diciembre del 2000 contaba con 135 Estados partes

Esta Convención es tomada en cuenta como el marco y base de todo instrumento futuro que se proponga definir aún más
los derechos y compromisos sobre los océanos. Asimismo ha dado frutos importantes tales como:
•La aceptación casi universal de las doce millas como límite del mar territorial
•La jurisdicción de los Estados ribereños sobre los recursos de una zona económica exclusiva de no más de 200 millas
marinas
•El derecho de tránsito a través de los estrechos usados para la navegación internacional
•La soberanía de los Estados archipiélagos (compuestos por islas) sobre una zona de mar delimitada por líneas trazadas
entre los puntos extremos de las islas
•Los derechos soberanos de los Estados ribereños sobre su plataforma continental
•La responsabilidad de todos los Estados de administrar y conservar sus recursos biológicos
•La obligación de los Estados de resolver por medios pacíficos las controversias relativas a la aplicación o interpretación
de la Convención

Además se ha legislado sobre la cuestión de la explotación minera de los fondos oceánicos (Parte XI de la Convención),
que ha sido uno de los temas más difíciles, ya que muchos países industrializados no aceptaban los detallados
procedimientos de producción de fondos marinos, las condiciones de los contratos y la transmisión obligatoria de
tecnología. Debido a esto, se adoptó en 1994 el "Acuerdo relativo a la aplicación de la Parte XI de la Convención", que
elimina la obligación de la transmisión de tecnología, establece disposiciones generales sobre la explotación, y deja que la
Autoridad de los Fondos Marinos determine la índole de las normas para autorizar las operaciones mineras en los fondos
marinos.

Órganos establecidos en virtud de la Convención


DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO TERCERA PARTE
Autoridad Internacional de los Fondos Marinos: a través de ésta los Estados partes controlan y organizan las actividades
relativas a los recursos naturales en los fondos marinos fuera de los límites de las jurisdicciones nacionales. Se estableció
en 1994 en Kingston, Jamaica.
Tribunal Internacional del Derecho del Mar: es un foro de solución de controversias sobre la interpretación o aplicación de
las Convención. Fue establecido en 1994, en Hamburgo, Alemania y cuenta con no más de 21 jueces.
Comisión de Límites de la Plataforma Continental: hace recomendaciones a los Estados que reclaman plataformas
continentales de más de 200 millas. Está integrada por 21 miembros elegidos por los Estados partes y se encuentra en la
Sede de las Naciones Unidas, donde celebró sus dos primeras sesiones en 1997.

Organización Marítima Internacional

La Organización Marítima Internacional también apoya de forma decidida la codificación del derecho marítimo, ya que ha
elaborado y aplicado en todo el mundo alrededor de 40 convenciones, convenios y protocolos y alrededor de 800 códigos
y recomendaciones que tratan temas tan diversos como el transporte marítimo, la protección de la vida humana en el mar,
la prevención y combate de la contaminación marina, el salvamento, el tráfico marino y el terrorismo en el mar. ” FUENTE:
http://www.cinu.mx/temas/derecho-internacional/derecho-del-mar/

8.2. ESPACIO AÉREO.


Las determinaciones de los estados para la convivencia en áreas en las cuales formalmente no se
cuenta con soberanía, es parte fundamental del nuestra disciplina de estudio, por ello a lo largo de la
historia y desarrollo de esta, se han presentado fenómenos y hechos en los cuales impera la
designación de reglas específicas para poder utilizar de forma común dichas áreas o espacios, por ello
las zonas de alta importancia como el espacio aéreo se convierten en punto de referencia y análisis,
en función de los acuerdos a que se haya llegado a fin de entender los límites y alcances en los cuales
se puede actuar y sabedores de las barreras que se autoimponen en su uso o bien aprovechamiento,
de hecho las limitantes y sus vulneraciones se convierten en motivo de conflictos entre los actores del
Derecho Internacional Público, por lo cual procederemos a reproducir el contenido necesario para su
comprensión.

El espacio aéreo es el volumen de aire suprayacente al territorio y al mar sobre el que los Estados ejercen su soberanía y
jurisdicción. La concepción de lo que se ha de entender por espacio aéreo, su uso y el alcance de su extensión a los efectos
de determinar hasta dónde alcanza la soberanía de los Estados, es, como recoge Arroyo Martínez, fruto de
convencionalismos, que se hicieron más imperiosos y patentes con el auge de la navegación comercial y con la necesidad
de preservar la seguridad de los Estados.

El régimen jurídico del espacio aéreo parte del principio de la atribución a los Estados de la soberanía de espacio aéreo
subyacente y se nutre tanto de normas de origen internacional como nacional. Entre las primeras han de destacarse: la
Convención de París sobre navegación aérea, de 13 de octubre de 1919, que fue el primer convenio internacional sobre
la materia y supuso la aceptación de que el espacio situado sobre el territorio de un Estado forma parte de su soberanía;
el Convenio de Chicago, sobre Aviación Civil Internacional, de 7 de diciembre de 1944 -actualmente vigente, ratificado por
España en virtud de Instrumento de 21 de febrero de 1947-, que reafirmó el mismo principio, disponiendo en su artículo 1
que "Los Estados contratantes reconocen que todo estado tiene soberanía plena y exclusiva sobre el espacio aéreo situado
sobre su territorio"; el Convenio de Naciones Unidas sobre Derecho del Mar de 1982 -ratificado por España (Boletín Oficial
del Estado de 14 de febrero de 1997)-, que establece que "la soberanía del Estado ribereño se extiende al espacio aéreo
sobre el mar territorial"; y, por último, el Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la
explotación y utilización ultraterrestre, incluida la Luna y otros cuerpos celestes, de 27 de enero de 1967, al que España
se adhirió el 27 de noviembre de 1968.

Además, en el plano del Derecho Convencional, hay que citar diversos tratados sobre la seguridad a bordo de las
aeronaves como son el Convenio de Tokio sobre infracciones y ciertos actos cometidos a bordo de aeronaves de 14 de
septiembre de 1963; el Convenio de La Haya sobre represión del apoderamiento ilícito de aeronaves de 16 de diciembre
de 1970; el Convenio de Montreal sobre represión de actos ilícitos contra la seguridad de la aviación civil, de 23 de
septiembre de 1971 y el Protocolo de Montreal para represión de actos ilícitos violentos de los aeropuertos que prestan
servicio a la aviación civil internacional, de 24 de febrero de 1988, todos ellos rarificados por España e incorporados al
ordenamiento interno en virtud de su publicación en el Boletín Oficial del Estado.

En relación con las normas internas se han destacar la Ley de Navegación Aérea, de 21 de julio de 1960; la Ley 209/1964,
de 24 de diciembre, Penal y Procesal de la Navegación Aérea; el Decreto 2610/1970, de 22 de agosto, sobre
reestructuración del espacio aéreo español; la Orden de 1 de marzo de 1971, sobre reestructuración de espacio aéreo
DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO TERCERA PARTE
español; y la Orden de 17 de marzo de 1983 por la que se modifica la actual división sectorial de las Regiones Aéreas y
se refunde y actualiza la normativa existente sobre funciones y atribuciones de los Jefes del Sector Aéreo, Comandantes
militares Aéreos y Comandantes Aéreos..

La delimitación geográfica del volumen de aire que configura el espacio aéreo sobre el que los Estados ejercen su
soberanía implica atender a criterios horizontales y verticales. Los primeros vienen delimitados en virtud del trazado y
reconocimiento de las fronteras territoriales y de la delimitación del mar territorial (véase "Mar territorial") hasta las 12 millas
náuticas y la definición de los demás espacios marítimos donde el ribereño no ejerce derechos plenos de soberanía (zona
contigua y zona económica exclusiva), cuestiones resueltas en el Convenio de Derecho de Mar de 1982. Conforme a ello,
la extensión horizontal del espacio aéreo coincide con el del territorio y el mar territorial del Estado. En este sentido, el
artículo 1 de la Ley de Navegación Aérea establece que "El espacio aéreo situado sobre el territorio español y su mar
territorial está sujeto a la soberanía del Estado español". Los criterios verticales de delimitación no están, en cambio,
resueltos de forma definitiva, al no existir acuerdo internacional sobre el límite del espacio "ultraterrestre" a partir del cual
la soberanía del Estado subyacente dejaría de ser efectiva. Esto dio lugar a la teoría del "límite efectivo", en virtud del cual
el espacio aéreo llegaría hasta donde un aparato de vuelo puede sustentarse en la atmósfera merced a las reacciones del
aire, que, en virtud de los avances tecnológicos y de la carrera espacial, ha quedado totalmente desfasada sin colmar esta
"laguna legal" pendiente de resolverse por la comunidad internacional.

El sometimiento a la soberanía del Estado subyacente sobre su espacio aéreo supone la necesidad de contar con la
autorización del Estado para que las aeronaves extranjeras puedan surcar el mismo, ya que es cada Estado el que ha de
regular el uso de su propio espacio, pudiendo prohibir o restringir, por razones de seguridad, los vuelos de aeronaves
extranjeras sobre determinadas zonas de su territorio (zonas de seguridad o zonas prohibidas). La utilización del espacio
aéreo por aeronaves españolas está, por su parte, sometida a intervención administrativa de la Dirección General de
Aviación Civil.

Por lo que respecta a la Unión Europea, ya desde su constitución se viene abrigando la idea del espacio único europeo
que garantice las libertades básicas del Tratado de Roma, y la libre circulación de personas, bienes y servicios. No es
hasta el 10 de marzo de 2004 cuando se procede a la regulación y a la constitución de un Espacio único europeo, llamado
Cielo Único Europeo (CUE), a través de la aprobación de los Reglamentos 549, 550, 551 y 552 del Parlamento y el Consejo,
en aras a la prestación del servicio de navegación aérea, a la organización y utilización del espacio aéreo en el Cielo Único
Europeo y la interoperabilidad de la red europea de gestión de tránsito aéreo en el Cielo Único Europeo. El Reglamento
549/2004 declara que el espacio único europeo es un bien común, que debe ser gestionado de manera unitaria,
prescindiendo de las fronteras naturales de los Estados miembros "para poder garantizar las máximas condiciones de
seguridad y eficacia y capacidad adecuada a las demandas de los usurarios civiles y militares" -artículo 1-. Este Reglamento
regula los servicios de navegación aérea, entendiéndolos como servicios de control de tráfico aéreo, incluidos los que
proporcionan infraestructuras y comunicación, navegación aérea y vigilancia, servicios de meteorología, búsqueda y
salvamento e información aeronáutica durante todas las fases del vuelo, al tiempo que fija los principios fundamentales de
la disciplina (consultas periódicas entre empresas y usuarios, transparencia y publicidad de las cuentas anuales de las
empresas, integración y compatibilidad entre los servicios de transporte, cooperación entre las compañías y autoridades
militares, comunicación recíproca de los datos de vuelo, etc.).

El Reglamento 550/2004 regula la prestación de servicios de navegación aérea en el Cielo Único Europeo distinguiendo
de forma separada las potestades de control y la prestación efectiva de los servicios. Según este Reglamento, corresponde
a cada Estado establecer la autoridad nacional de vigilancia (que ha de ser independiente de las compañías que prestan
el servicio), que es la encargada del control y aplicación del Reglamento través del servicio de inspección que se cree (y
que puede ser cedido a entes legalmente reconocidos), estableciéndose el régimen de "habilitación" para certificar la
idoneidad de los prestadores de servicios y de los "servicios auxiliares" (meteorología, información, etc.), según los criterios
aprobados por cada Estado.

El Reglamento 551/2004 regula la organización y utilización de Cielo Único Europeo, dividendo la zona de vuelo europea
en bloques funcionales (el espacio aéreo inferior, para operaciones de aproximación al aeropuerto, y el espacio aéreo
superior para operaciones de sobrevuelo), creando la "Región única europea de información de vuelo en el espacio aéreo
superior", donde el control del tráfico se gestiona unitariamente -y no por los centros nacionales de control-.

El Reglamento 552/2004 se refiere, por último, a la interoperabilidad de la red europea de gestión del tránsito aéreo en el
Cielo Único Europeo.

Por lo que respecta a la administración aérea española, se ha de partir de lo dispuesto en la Constitución y el reparto de
competencias que establece la misma. En este sentido, el artículo 149.1.20 de la Constitución Española recoge que son
competencias exclusivas del Estado "los aeropuertos de interés general; control del espacio aéreo, tránsito y transporte
aéreo, servicio meteorológico y matriculación de aeronaves" (véanse "Aeropuertos" y "Derecho aeronáutico"). Los
Estatutos de Autonomía de todas las comunidades autónomas contienen una disposición similar en cuya virtud asumen la
DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO TERCERA PARTE
competencia de los aeropuertos con calificación de interés general cuando el Estado no se reserve su gestión directa. El
órgano de la Administración General del Estado con competencias en la materia, una vez que se atribuye al Ministerio de
Defensa todo lo relativo a la aviación militar, es la Dirección General de Aviación Civil, del Ministerio de Fomento. Al
Ministerio de Fomento está adscrito el organismo Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), creado al amparo
del artículo 82 de la Ley 4/1990, de 29 de junio, de Presupuestos Generales del Estado, para una gestión ágil y eficaz,
formando así parte de lo que se ha venido en llamar administración institucional (Véase "Administración institucional").
AENA es un ente empresarial de derecho público, dotado de patrimonio autónomo y personalidad jurídica independiente,
cuya actuación contractual está sometida a derecho privado, que se rige por sus Estatutos, aprobados por Real Decreto
905/1991, de 14 de junio.
http://guiasjuridicas.wolterskluwer.es/Content/Documento.aspx?params=H4sIAAAAAAAEAMtMSbF1j
TAAAUMjM0MjtbLUouLM_DxbIwMDCwNzAwuQQGZapUt-
ckhlQaptWmJOcSoAdQBg0DUAAAA=WKE

8.3. ESPACIOS POLARES Y SU RÉGIMEN JURÍDICO.

Poca o nula pudiera resultar la importancia de zonas geográficas en las cuales no se puedan realizar
alguna actividad económica o de algún otro interés para los estados, sin embargo, es importante
señalar que aun estas zonas pueden representar un conflicto que debe ser previsto, la capacidad de
intervención del Derecho Internacional Público se reconoce en esta materia, ya sea por la importancia
para la ciencia, la defensa militar o cualquier otra situación específica, la regulación y limites que se
imponen a estas áreas del planeta, se refieren en las notas que se reproducen para el lector, lo anterior,
en virtud de que sería demasiado engorroso hacer comentarios de un tema en el cual está claro que
en el ámbito internacional las reglas son bastante claras y no necesitan mayor abundamiento, por klo
que a continuación se detalla los elementos importantes.

Los espacios polares son los espacios comprendidos entre los polos y los 66º y 33’ de latitud norte y los 60º de latitud sur.
El primero se conoce como la región Ártica y el segundo como región Antártica.

Espacios polares y Derecho internacional

La región Ártica

El principio de los sectores

Para la región Ártica se ha empleado el principio de los sectores, por el cual se atribuye a cada Estado con litoral en el
Océano Glacial Ártico la soberanía sobre todas las tierras comprendidas en un triángulo cuya base está formada por las
costas de los Estados, el vértice es el Polo Norte y los lados son los meridianos que pasan por los dos extremos del litoral
de cada Estado.

Por esta teoría se proyecta la soberanía de los ribereños sobre todas las tierras e islas dentro de su sector, pero nunca
sobre las aguas e hielos. En la actualidad, los territorios de esta región están sometidos a la soberanía de los distintos
Estados árticos, sin que existan conflictos.

Espacios marinos y formaciones de hielo

Los espacios marinos y las formaciones de hielo, fuera o más allá del mar territorial, zona contigua, plataforma continental
y zona económica exclusiva de los ribereños, quedan sujetos al régimen de los espacios comunes o de interés
internacional, de acuerdo con la Convención de 1982 sobre el Derecho del Mar y la práctica de los Estados al respecto.

La región Antártica

Para la Antártida se han buscado varios presuntos títulos como el descubrimiento y el de la ocupación simbólica. Junto a
ellos se han aducido:

La teoría del control

La teoría del control consiste en ejercitar el poder administrativo sobre zonas desérticas desde una posesión alejada de
dichas zonas.
DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO TERCERA PARTE

La teoría de los sectores

La teoría de los sectores pretende el reparto entre los Estados que se encuentren en la vecindad de las tierras polares en
condiciones geográficas determinadas.

La teoría de los cuadrantes

La teoría de los cuadrantes es la combinación de ambas y defiende que tendrían derechos preferentes los países más
próximos y la extensión de cada sector correspondiente a los distintos países se determinaría según el valor del título de
cada uno de ellos.

La situación de las reivindicaciones era confusa al haberse producido una controversia entre los Estados que reclaman la
soberanía sobre partes del continente antártico y otros que no las reconocen.

El Tratado sobre la Antártida de 1959, ha supuesto la creación de bases firmes para la cooperación entre los Estados que,
si bien no se renuncia en el mismo a las reivindicaciones territoriales, sí congela la situación de la zona para las futuras
reivindicaciones.
Fuente: https://www.derecho-internacional-publico.com/2015/01/espacios-polares-derecho-internacional.html

8.4. EL ESPACIO ULTRATERRESTRE.


Las necesidades de reglamentación en materia de Derecho Internacional Público ha alcanzado
dimensiones francamente desproporcionadas a nuestro muy particular criterio, las regulaciones que
se encuentran en nuestro planeta solo aplican precisamente a esta esfera terráquea por una razón tan
simple como la convivencia mutua y hasta personal, sin embargo surge una necesidad de reglamentar
y controlar todo, inclusive aquello que no está a nuestro alcance material por decir lo menos, hemos
llegado al extremo de incluir en el alcance jurídico a las extensiones espaciales y con ello una condición
de extraterritorialidad que no se había visto antes, las principales razones y fundamentos que apoyan
estas decisiones nos sugieren la conclusión de que se trata de objetivos claramente bélicos y de
demostración de fuerza, sin embargo el lector tendrá la última palabra y la más acertada opinión luego
de la consulta de las breves referencias que reproducimos para ustedes, no perdiendo de vista que la
llamada carrera espacial es hoy día, una realidad que puede ser vista a la vez como esperanza o
amenaza, personajes como el propio presidente de los Estados Unidos nos da un ejemplo de esto, por
ello y sin más que agregar, a continuación citamos lo concerniente a estos puntos de estudio.

Con los avances logrados en la segunda mitad del Siglo XX por la tecnología espacial desarrollada por las grandes
potencias -que arrancaron en 1957 con el primer lanzamiento al espacio del satélite Sputnik de la Unión Soviética- se inició
una frenética conquista del espacio ultraterrestre, símbolo del poderío tecnológico de los países más avanzados de ese
momento. Con este motivo Naciones Unidas emprendió, al unísono, una serie de iniciativas para crear los mecanismos
regulatorios que controlaran los avances y conquistas científicas en materia espacial.

Con amplia visión de futuro, las prioridades fundamentales que la Organización se planteó desde ese legendario
lanzamiento del 57, fue el uso pacífico del espacio ultraterrestre y el que toda la comunidad internacional pudiera
beneficiarse de las posibilidades científicas de un ámbito hasta entonces inaccesible al hombre.

En 1959, la Asamblea General crea la Comisión sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos. Este
órgano intergubernamental está integrado por 61 Estados Miembros y se ocupa de coordinar la actividad que Naciones
Unidas desarrolla en esa específica esfera. Asimismo, es también competencia de esta Comisión:

La cooperación internacional para el uso del espacio ultraterrestre


La difusión de información
El estímulo a la investigación
La creación de programas de cooperación técnica
El desarrollo del derecho espacial internacional
Para el cumplimiento de estos objetivos la Comisión se apoya en dos subcomisiones:

La Subcomisión de Asuntos Científicos y Técnicos, que en la actualidad tiene estos cometidos: la investigación
astronómica, la exploración planetaria, la actividad espacial relativa al medio ambiente en la Tierra, el uso de fuentes de
DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO TERCERA PARTE
energía nuclear en el espacio ultraterrestre, la tele observancia de la Tierra vía satélite, los sistemas de transporte espacial
y los deshechos espaciales.
La Subcomisión de Asuntos Jurídicos que se ocupa de los siguientes aspectos: la delimitación y definición del espacio
ultraterrestre, los medios para garantizar la utilización racional y equitativa de la órbita geoestacionaria y el seguimiento de
la situación actual de los cinco instrumentos jurídicos internacionales que rigen el espacio ultraterrestre.

Principales instrumentos jurídicos en el ámbito del espacio ultraterrestre

Los cinco instrumentos jurídicos a los que se hace referencia son los siguientes:

"Tratado sobre el espacio ultraterrestre", de 1966. Es el Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los
Estados en la exploración del espacio ultraterrestre, incluida la Luna y otros cuerpos celestes. En el mismo, se estipula que
el espacio ultraterrestre es patrimonio de la humanidad, y que por tanto, no puede ser objeto de apropiación por parte de
ninguna nación, sea cual sea su grado de desarrollo científico o económico, debe ser accesible a la exploración y uso, con
fines pacíficos, por parte de toda la comunidad internacional (texto íntegro).

"Acuerdo sobre salvamento", de 1967. Es el acuerdo sobre salvamento y devolución de astronautas y la restitución de
objetos lanzados al espacio ultraterrestre. Éste garantiza la devolución de material espacial o equipos hallados en territorio
ajeno a la autoridad de lanzamiento y el auxilio a tripulantes de naves espaciales en caso de aterrizaje de emergencia o
accidente.

"Convención sobre responsabilidad", de 1971. Es la convención sobre la responsabilidad internacional de los daños
causados por objetos espaciales. En la misma, se estipula la responsabilidad del Estado que realice un lanzamiento, de
aquellos daños causados por los objetos espaciales arrojados sobre la superficie terrestre, o a aeronaves en vuelo,
incluidas personas o bienes a bordo.

"Convenio sobre el registro", de 1974. Se trata del convenio sobre el registro de objetos lanzados al espacio ultraterrestre.
A través del citado registro todos los Estados que lanzan objetos al espacio proporcionarán a la Organización información
al respecto. Dicho registro es mantenido en la Oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre.

"Acuerdo sobre la Luna", de 1979. Este es el acuerdo que debe regir las actividades de los Estados en la Luna y en otros
cuerpos celestes. En el mismo, se desarrollan los principios básicos del Tratado de 1966 -relativos a la Luna y cuerpos
celestes- y se establece la regulación de la futura exploración y explotación de los recursos naturales que allí se encuentren.

La Oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre, con sede en Viena, actúa como secretaría de la Comisión sobre la
Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos, y colabora con los países de economías débiles en pro del
desarrollo sostenible.
Entre sus cometidos destacaremos los siguientes:

La Oficina difunde información relativa al espacio ultraterrestre a los Países Miembros, a través de su sistema de
información espacial internacional
Asimismo, cuenta con un Programa de las Naciones Unidas para las aplicaciones de la tecnología espacial
Celebra anualmente la Reunión interinstitucional sobre las actividades relativas al espacio ultraterrestre, en la cual se
coordinan todas las actividades espaciales que tienen lugar en las restantes organizaciones del sistema de Naciones
Unidas, dedicadas a la comunicación espacial, la meteorología, la ciencia espacial y la tele observación
Presta servicios de asesoramiento técnico a los Estados Miembros para la realización de proyectos piloto, organiza
programas de capacitación y convoca becas en tele observación, comunicación, meteorología y ciencia espacial básica
Presta asistencia técnica a los centros regionales de educación en ciencia y tecnología espaciales afiliados a la ONU,
capacitando a los científicos e investigadores de los mismos en el uso de la tecnología espacial en pro del desarrollo
sostenible. Actualmente, existen tres centros de regionales: Asía/Pacífico, América Latina/Caribe y África
Trabaja en estrecha colaboración con organizaciones afines, tales como: la Agencia Espacial Europa, la Federación
Internacional de Astronáutica, y el Comité de Investigaciones Espaciales
inicio

h2. Otros textos jurídicos en materia de uso del espacio ultraterrestre

Existen también una serie de textos de referencia elaborados por la Comisión y Subcomisión de Asuntos Jurídicos, que
completan la normativa en materia espacial. Estos han sido adoptados por la Asamblea General y regulan el marco legal
de actuación en materia de otros asuntos espaciales. Dicha normativa es la siguiente:

"Principios que rigen la utilización por los Estados de satélites artificiales de la Tierra para las transmisiones internacionales
directas de televisión", de 1982. Debido a las implicaciones socioculturales y político-económicas de ámbito internacional
DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO TERCERA PARTE
de este texto, en el uso de equipos de transmisión se debe velar por el respeto a la soberanía nacional y la no injerencia,
el fomento al desarrollo y el intercambio de información y conocimientos científicos.

"Principios relativos a la tele observación de la Tierra desde el espacio", de 1986. La teleobservación del planeta deberá
llevarse a cabo en favor de toda la comunidad internacional. Esa práctica científica tendrá que velar por la soberanía de
todos los Estados y pueblos sobre sus propios recursos naturales, así como respetar los derechos e intereses de otros
Estados. Deberá utilizarse para la protección del medio ambiente y para la mitigación de los desastres naturales.

"Principios sobre el uso de fuentes de energía nuclear en el espacio ultraterrestre", de 1992. Proporciona pautas para el
uso seguro de la energía nuclear, notifica posibles riesgos de reentrada de material radiactivo a la Tierra, y que en el uso
de dicha energía en misiones espaciales debe basarse en la evaluación de su grado de peligrosidad.

"Declaración sobre la cooperación internacional en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre en beneficio e
interés de todos los Estados, teniendo especialmente en cuenta las necesidades de los países en desarrollo", de 1996.
Esta cooperación se estipulará en función de las necesidades e intereses de los países que estén involucrados en un
proyecto conjunto, que libremente determinarán los diferentes aspectos de su participación.

Conferencias dedicadas a la exploración del espacio

Ante el avance científico imparable hacia la conquista del espacio ultraterrestre acontecido en el siglo pasado, Naciones
Unidas auspició una serie de conferencias mundiales, de gran trascendencia, relativas a este tema. A continuación se
detallan las mismas:

UNISPACE I (Primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Exploración del Espacio), de 1968. En la cual se
analizaron los beneficios prácticos de la exploración espacial y la investigación, y el posible aprovechamiento de los países
en desarrollo o no espaciales de las mismas.

UNISPACE II (Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Exploración del Espacio), de 1982. Reflejó el
creciente interés de todas las naciones por el espacio ultraterrestre, evaluó el estado de la ciencia y la tecnologías
espaciales y su aplicación al desarrollo, y examinó los programas de cooperación internacional en materia espacial.

UNISPACE III (Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Exploración del Espacio), de 1999. Implicó a
industrias, organizaciones intergubernamentales y ONGs del sector espacial, con el propósito de fomentar el uso de la
tecnología espacial para resolver problemas regionales y mundiales y hacer accesibles las investigaciones espaciales en
pro del desarrollo (vea documentos de UNISPACE III)
fuente http://www.cinu.mx/temas/derecho-internacional/espacio-ultraterrestre/

Elaboro y compiló: Lic. Eduardo Jiménez Romano

Das könnte Ihnen auch gefallen