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Concentración de tierras y de agua: el

caso del Perú - Laureano del Castillo


Publicado el Jueves, 12 Febrero 2015 15:04

Ensayo escrito por el abogado Laureano del Castillo, director ejecutivo del CEPES, como parte de la
publicación: "Agriculturas campesinas en Latinoamérica: propuestas y desafíos", que recoge las ponencias de
un seminario internacional realizado en La Paz, Bolivia, sobre los desafíos de la AGRICULTURA
CAMPESINA.

Compartimos un extracto del texto:

En los últimos años, respondiendo a las condiciones del mercado, el agua viene siendo objeto de mayor
demanda. El incremento de la población, el crecimiento de las ciudades y en general la mayor demanda que
implica mantener el modelo de desarrollo, junto con una cultura consumista, presionan
por el agua.

En lo que interesa en el presente trabajo, debo destacar que el agua viene también siendo destinada a cubrir
mayores demandas agrícolas. Pero no se trata de la producción de alimentos para nuestras poblaciones. Por
el contrario, se trata principalmente de la producción agrícola para la exportación, a lo que se suma la
producción de biocombustibles o agrocombustibles (principalmente caña de azúcar para producir etanol, así
como de palma aceitera y jatropha, para la producción de biodiésel). Pero también la exportación de flores
resulta un excelente negocio en el que se requiere mucha agua.
Por su parte, la fuerte demanda que ha experimentado el mercado mundial ha llevado a que en la región los
proyectos mineros y petrolíferos se incrementen notablemente. Siguiendo el caso peruano, se ha pasado de 2
580 000 ha objeto de concesiones mineras en el año 1991, a más de 26 752 000 ha en junio 2013.

¿Cuáles son los efectos que trae esta nueva y creciente presión sobre el agua? La evidente consecuencia de
una mayor demanda sobre el agua es la disminución de la disponibilidad del agua para las distintas
actividades que venían aprovechando de este recurso, lo cual genera situaciones de conflicto. Pero lo que
resulta siendo más serio es la mayor contaminación del agua, de la que se responsabiliza sobre todo a la
minería, pero de la que tanto el vertimiento de aguas servidas por las ciudades y poblados rurales, la industria,
la actividad agrícola y la acuicultura son responsables.

De esta forma, no solo se reduce la disponibilidad de agua en cantidad, sino también en su disponibilidad. El
hecho de que paradójicamente se descubra una ingente riqueza minera en las partes altas de la cordillera de
los Andes, allí donde fueron empujadas históricamente las comunidades campesinas por los hacendados,
para apropiarse de sus mejores tierras, plantea otro problema. Sobre todo la minería a gran escala que se
viene aplicando implica la explotación de los minerales a tajo o cielo abierto, lo que significa la remoción de
enormes volúmenes de tierra. En este caso, además de los riesgos de contaminación del agua y de alteración
de los acuíferos, se tiene la afectación de las cabeceras de cuenca, afectando así a todos los usuarios de la
cuenca, aguas abajo.
(...)

En la introducción de estas nuevas actividades hay, sin embargo, otras formas de afectación del agua, menos
visibles pero igualmente importantes. Quizás la más directa es la disminución de la disponibilidad del agua, lo
que afecta a los cultivos de campesinos y comunidades, que ven aún más reducida su posibilidad de realizar
cultivos que tradicionalmente realizaban.

En el caso de las poblaciones ubicadas en las partes altas de las cuencas, la alteración de los acuíferos, se
tiene la afectación de las cabeceras de cuenca, afectando así a todos los usuarios de la cuenca, aguas abajo.
de los cursos de agua y de las aguas subterráneas conlleva la reducción de los bofedales, espacios
adecuados para el mantenimiento de los camélidos sudamericanos (alpacas y llamas) que componen parte
sustantiva de los medios de vida de las familias campesinas. Este último es el caso, por demás paradigmático,
de la comunidad indígena de Ccarhuancho, en el departamento de Huancavelica, que se opone a la
extracción de mayores volúmenes de agua de las lagunas ubicadas en sus territorios para derivarlas a las
tierras costeñas de Ica, de modo de poder continuar con la producción de espárragos para la exportación.

Fuente: http://laureanodelcastillo.blogspot.com/

Tía María, las garantías que ofrece


para no contaminar Tambo
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Lunes, 23 de diciembre de 2013 | 7:50 am


Tambo. Este es el valle de producción agrícola.

EN MARCHA. La República llegó a lo que será el centro de operaciones


del proyecto, Pampa Cachendo. En Southern descartan contaminación.
El estudio ambiental pasó por el rigor de la ciudadanía. La última
palabra la tiene el gobierno.
Juan Carlos Soto.

Dicen que Tía María es un capricho de la naturaleza. Por lo general las grandes reservas
decobre se almacenan en la sierra. Es probable que un ramal de la rica franja mineralizada
que recorre la cordillera peruana hasta Chile se desvió y depositó en la costa, a la altura de
Arequipa. Las exploraciones comenzaron en 1994. Más de dos compañías hicieron esos
trabajos. Cuando Southern halló Tía María no estuvo muy convencida de explotar el
yacimiento, la ley del cobre era muy baja, 0.29%. Sin embargo, a cuatro kilómetros estaría
la justificación para invertir los más de 1,200 millones de dólares que cuesta el proyecto
integral. Era La Tapada, bautizada así porque no mostraba ningún indicio superficial de la
gran reserva que almacenaba a más de treinta metros de profundidad.
Desde 2008, la compañía intentó explotar las dos minas. Pero se ha enfrentado a los bajos
precios del metal y sobre todo al rechazo de Tambo, un valle costero ubicado en la
provincia arequipeña de Islay, que teme la contaminación por las operaciones mineras.
Acorralado por las protestas sociales, el gobierno aprista canceló el Estudio de Impacto
Ambiental (EIA).Corría el 2011 y el país celebraba las elecciones presidenciales. Dos años
después, la minera hizo un nuevo EIA. Hoy está en manos del Ministerio de Energía y
Minas, después de haber sido expuesto en audiencias polémicas en el distrito de
Cocachacra, en donde la sensación de desconfianza todavía persiste.

Pampa Cachendo será el corazón de las operaciones. Southern montará ahí el campamento
e infraestructura para convertir la roca verde en finas láminas de cobre para la
exportación. Llegar a esta zona árida no es complicado. El viaje desde Arequipa dura casi
dos horas. El martes pasado la compañía trasladó a un grupo de periodistas para explicar el
funcionamiento de las operaciones y garantizar que no habrá contaminación en Tambo. Son
doce mil hectáreas cultivadas con caña de azúcar y arroz, preferentemente, y que
sobreviven gracias al río del mismo nombre y en cuyo lecho se crían los camarones que
alimentan la culinaria más deliciosa de la región. Pasando el km 48 de la Panamericana
Sur, el desvío al futuro campamento es una trocha carrozable. Está humedecida. Los
neumáticos del vehículo que nos traslada no levantan polvo. Desde el saque, la minera
quiere demostrar a sus visitantes cómo controlará el contaminante. Quienes rechazan el
proyecto sostienen que las voladuras para fracturar la roca mineralizada, la trituración de
esta y desplazamiento de equipos provocarán terrales. Y estos trasladados por los vientos
viajarán a depositarse en el valle, afectando a los habitantes, ganado y cultivos. Southern
primero quiere explotar La Tapada a 2,5 km del valle y Tía María a 4 km. La cercanía crea
el temor. Uno de los especialistas del proyecto explica que el polvo generado en las
operaciones se depositará en el desierto. Las voladuras serán controladas. Cada dos días
habrá una y al mediodía, cuando el viento sople de sur a norte, es decir en dirección
contraria a la zona agrícola. Según los estudios de la mina, hay un patrón en el
comportamiento meteorológico. Las masas de aire siempre viajan del mar a la tierra.
Cuando ocurra lo contrario lo advertirán equipos de monitoreo y suspenderán la operación.
El estándar de calidad de aire (Ecas) exige concentraciones menores de 150 microgramos
por metro cuadrado. Lo ideal es no superar los 20 Ecas en la zona de influencia. El
material molido será trasladado hasta Pampa Cachendo en una faja protegida. Todo será
humedecido.

CONTROL SULFÚRICO

El ácido sulfúrico es corrosivo. Produce quemaduras, destrucción de tejidos y una


exposición a bajas concentraciones, dermatitis. En minería, este líquido lechoso disuelve
el cobre de la roca. Los opositores temen que el tóxico contamine. Se ha hablado de lluvias
ácidas generadas con la evaporación. Southern descarta tal argumento. La ebullición del
ácido sulfúrico depende de temperaturas por encima de 200 grados. El proceso de
lixiviación para disolver el mineral se hará en una cancha inmensa
a temperaturaambiente, que en los peores escenarios llegaría a 30 grados en verano.
¿Cómo evitar que el ácido sulfúrico se filtre en el subsuelo y corrientes subterráneas lo
arrastren a territorio agrícola o las playas? La base de la cancha será sellada por una capa de
arcilla y sobreprotegida por membranas y películas de plástico y grava. En esa área
instalarán sensores que avisarán de un probable derrame.

Una vez recuperado el cobre, el agua acidulada regresará a la cancha, no será arrojada al
medio ambiente por una cuestión simple: ahí hay mineral y la minera no quiere perder un
gramo. Antes que el cobre se convierta en planchas, hay otros procedimientos en donde se
utilizan otros reactivos químicos que también serán devueltos a los procesos. ¿Qué se hará
con el ripio, el material sólido e inservible contaminado con ácido sulfúrico? Se depositará
en otra cancha también impermeabilizada con arcilla.

El material lixiviado se irá secando sin generar impactos. Para Southern, en este territorio
las lluvias son escasas, aunque no debería descartarse un escenario de lluvias torrenciales
comunes con el fenómeno de El Niño.
El traslado de ácido sulfúrico será desde Ilo, donde tienen una planta productora. Lo harán
en barco hasta Matarani. Se proyecta construir una línea férrea desde el campamento hasta
Estación Guerreros, así se conectarán con el ramal principal que llega de Arequipa hasta el
puerto de Matarani. El ácido sulfúrico no será trasladado en camiones. Descartan derrames
en las volcaduras de los camiones.

La mina usará agua del mar para operar

La mina requiere siete millones de metros cúbicos de agua al año. Los obtendrá del mar. En
la playa El Sombrero (Mejía) instalará una planta desalinizadora.

Los opositores preguntan qué pasará con la sal retirada del agua para bombearse a Pampa
Cachendo. Esta regresará al mar, sin embargo para descartar algún impacto en la flora y
fauna marina, por cada 100 litros de agua de mar que toma la mina solo tratará 40, los 60
restantes retornarán al océano con la salmuera mediante una tubería. ¿Qué certeza hay que
no se cause daño a la flora? El recurso se derivará mar adentro, donde la salmuera se
disuelva rápidamente por las corrientes.

El proyecto está encaminado, como en 2008, pero las metidas de pata y la soberbia con la
que los funcionarios trataron a los agricultores, desató un conflicto que dejó tres muertos.
Hoy el escenario parece más despejado y ablandado con el aporte de S/. 100 millones a la
provincia

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