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TEMA 6

LA EDUCACIÓN MUSICAL A TRAVÉS DEL RITMO. RITMO LIBRE, RÍTMICO Y


MÉTRICO. RITMO Y LENGUAJE. RITMO Y MOVIMIENTO. RITMO Y EJECUCIÓN
INSTRUMENTAL. POLIRRITMIA. PEQUEÑAS FORMAS RÍTMICAS: ANÁLISIS E
IMPROVISACIÓN. INTERVENCIÓN EDUCATIVA.

INTRODUCCIÓN
La música constituye un lenguaje artístico que está conformado por tres elementos
básicos: el ritmo, la melodía y la armonía. El ritmo es un aspecto básico dentro de la
educación musical, ya que forma parte esencial de la actividad humana al marcar en
gran medida nuestras vidas (el latido del corazón, caminar, respirar... son actividades
sujetas a un ritmo); por lo tanto, se torna en algo instintivo e inherente al Ser Humano.
Por todo esto, será esencial y obligatorio que, como docentes, trabajemos el aspecto
rítmico en el aula desde edades tempranas.

En el Anexo II del Decreto 89/2014, por el que se establece para la Comunidad de


Madrid el Currículo de la Educación Primaria, encontramos varias referencias al
ámbito que nos ocupa, por ejemplo cuando se menciona la distinción de los
“contrastes de velocidad” (2.1. del bloque Escucha), la utilización del “lenguaje
musical para la interpretación de obras” o la traducción “al lenguaje musical
convencional melodías y ritmos sencillos” (2.2. y 2.3. del bloque La interpretación
musical), así como la práctica de “Juegos rítmicos sencillos con instrumentos” (como
contenido también dentro del bloque La interpretación musical).

De lo anterior, se desprende la importancia del trabajo del ritmo en el aula de música


desde la perspectiva de la normativa vigente, pero también es importante entender el
peso que adquiere su desarrollo por la aportación que supone al desarrollo integral de
nuestro alumnado: toma como punto de partida el propio ritmo vital del individuo, se
combina con otros elementos del lenguaje musical (como la melodía y la armonía),
puede trabajarse partiendo del juego, favorece habilidades a nivel motriz (tal y como
concreta Willems) y encuentra relación directa con el desarrollo de competencias clave
como la matemática o la lingüística.

A lo largo del tema me referiré a la importancia del ritmo como aspecto básico de la
educación musical, explicando los tipos que podemos encontrar, su relación con el
movimiento y con la ejecución instrumental. Además, hablaré sobre el concepto de
polirritmia, tomando en cuenta también todo lo referido al análisis e improvisación de

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pequeñas formas rítmicas, para terminar refiriéndome a la intervención educativa a
través del ritmo.

1. LA EDUCACIÓN MUSICAL A TRAVÉS DEL RITMO

Todas las corrientes pedagógicas que se ocupan de la Educación Musical coinciden en


señalar el ritmo como base de la misma porque, según sus autores más significativos:
- es una manifestación vital y espontánea.
- desarrolla las capacidades motrices (lateralidad, esquema corporal, habilidades
instrumentales...).
- ayuda al alumno a desinhibirse.
- no requiere de conocimientos previos para “jugar”.

En este punto, es importante mencionar a un autor como Willems, para quien el ritmo
es lo más esencial en el aula de música, precediendo su trabajo al de la melodía y la
armonía. Este concepto está relacionado con la relación que él mismo establece entre
los distintos elementos de la educación musical y los aspectos del Ser Humano: el
ritmo está ligado al instinto, la melodía a lo afectivo y la armonía a la razón, al plano
intelectual.

Dalcroze también se refiere al ámbito que nos ocupa a través de su “Rítmica”, teoría
que encuentra su base en la concepción del sonido como un elemento que implica
vida y, por tanto, movimiento. De hecho, su metodología aúna ritmo, movimiento y
danza, lo que supone la experimentación de los elementos de la música a través del
cuerpo.

Orff tomará la palabra como elemento generador de ritmo y, así, se servirá de refranes,
retahílas, poemas o palabras sueltas para trabajar este elemento, a través de recursos
metodológicos como el eco, la fórmula pregunta-respuesta o la improvisación.

2. RITMO LIBRE, RÍTMICO Y MÉTRICO

En cuanto al concepto establecido sobre el ritmo, podemos decir que,


etimológicamente, el término proviene del latín Rhythmus y del griego Rhythmos, que

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significa “flujo”. El Diccionario Harvard de la Música (2009) lo define como un “modelo
de acentos perceptibles durante un espacio temporal determinado”. El ritmo musical
constituye la ordenación de los sonidos en el tiempo y determina el carácter de una
obra a través, por ejemplo, de los cambios de tiempo.

Los elementos que constituyen el ritmo son los siguientes:


- El pulso: ritmo constante y regular que está presente durante toda la obra de
manera implícita.
- El tempo: velocidad o frecuencia media del pulso. Se puede indicar a través de
la agógica (con términos como Allegro, Lento, Andante...) o de las indicaciones
para metrónomo (negra=100). Las nuevas corrientes de la pedagogía musical
afirman que los niños/as tienen el pulso más rápido en reposo que los adultos,
cosa que habremos de tener en cuenta a la hora de buscar piezas que se
acerquen a su pulso natural (alrededor de las 90 o 100 pulsaciones por minuto).
- El acento: diferentes intensidades que tienen los pulsos (de ahí, la diferenciación
entre ritmo binario y ternario).
- Valores Rítmicos: duraciones relativas de los sonidos que forman parte de una
obra, es decir, las figuras rítmicas.

Una vez determinados los elementos que constituyen el ritmo, podremos referirnos a
los tipos de ritmo, tal y como se detalla a continuación:
a) Ritmo Libre: no sigue una estructura métrica, lo que implica que no haya compás
ni duraciones absolutas y su carácter sea irregular. Suele darse en géneros
musicales en los que la parte vocal o la letra tiene mayor importancia, como es
el caso del Canto Gregoriano o la música oriental.
b) Ritmo Rítmico: presenta regularidad en los acentos y permite establecer los
compases binario, ternario y cuaternario. Éste es el tipo de ritmo que está
presente en la mayoría de la música que escuchamos en la actualidad.
c) Ritmo Métrico: es una forma de medición regulada por la barra de compás a
través de las figuras musicales y los acentos.

3. RITMO Y LENGUAJE

Entre el ritmo y el lenguaje existe una analogía marcada por la existencia de


elementos comunes, como las frases, preguntas, respuestas, cadencias, etc. que,
interpretadas con distinto carácter, adquieren significado a nivel musical o lingüístico.
Por esta razón, el ritmo y el lenguaje se desarrollarán de manera recíproca, siendo de

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gran importancia el trabajo de ambos aspectos en el aula de Educación Musical. De
hecho, son varios los pedagogos musicales que enlazan ambos elementos en sus
planteamientos, tal y como se detalla a continuación:

- Orff toma como elemento generador del ritmo la palabra, de manera que se
servirá de ella y de diferentes combinaciones, como refranes o retahílas, para
trabajar a nivel rítmico en el aula.
- Por su parte, Kódaly utilizará directamente las sílabas rítmicas para identificar
figuras. Así, la sílaba “ta” corresponderá a la figura de negra, “ti” a la de
corchea, etc. La práctica de este método queda justificada por el hecho de que
la interiorización de ritmos se ve favorecida por la identificación de los mismos
con el lenguaje hablado, así como por la interpretación (en un grado mayor de
desarrollo) de canciones populares.
- Otros autores, como Violeta Hemsy de Gainza, también se sirven de palabras
para la práctica de las figuras rítmicas. En su caso, dicha analogía se establece
de la siguiente forma:

“voy” = “li-ge-ri-to” =

“an-do” =
“saal-to” =

“rá-pi-do” =

4. RITMO Y MOVIMIENTO

Para desarrollar este punto, tomaré como referencia la labor de Dalcroze, ya que es el
pedagogo musical que relaciona ritmo y movimiento de forma más significativa. De
hecho, formula su metodología, conocida como “Rítmica Dalcroze”, tomando como
base el ritmo, el movimiento y la danza.

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Dalcroze aboga por conciliar mente y cuerpo, al que considera intermediario entre el
sonido y el sentimiento. Dicho de otro modo, para el autor no solo escucha el oído,
sino todo el cuerpo. Por esta razón, las actividades que plantea siempre implicarán el
trabajo del ritmo a través del movimiento por el espacio o la percusión corporal, lo que
tendrá como consecuencia que el alumno/a tome conciencia de su cuerpo como
instrumento rítmico y desarrolle un creciente autocontrol y eficacia en sus acciones.
Además, este tipo de propuestas favorecen el desarrollo motriz y nervioso, así como la
socialización con el resto de compañeros y el acercamiento lúdico al hecho musical.

De todo lo anterior, se desprende que la práctica del ámbito rítmico en el aula de


Educación Musical mejorará a través de actividades que impliquen movimiento y/o
danzas, basadas tanto en audiciones como en piezas interpretadas por el alumnado
(prestando especial atención a la improvisación) o el propio docente.

5. RITMO Y EJECUCIÓN INSTRUMENTAL

A medida que los alumnos van experimentando a nivel rítmico y se hacen conscientes
de este aspecto a nivel corporal y de movimiento, podremos incluir la ejecución
instrumental en el aula como medio para favorecer la práctica activa y en creciente
complejidad del aspecto rítmico, incluso combinándolo con otros como la melodía y la
armonía.

Orff añadirá a la palabra y al ritmo la percusión corporal y los instrumentos de manera


paulatina. Así, creará un sistema de instrumentos musicales, la orquesta escolar Orff,
que se caracteriza por ser un tipo de instrumental muy duradero, fácilmente
transportable, con un precio asequible, gran versatilidad y de sencilla ejecución.

La orquesta escolar Orff está formada por dos tipos de instrumentos que, a grandes
rasgos, atienden a las siguientes características:
- por un lado, encontramos en ella los instrumentos de altura indeterminada o
“pequeña percusión”, que ofrecen gran variedad tímbrica y se utilizan de forma
espontánea e instintiva por parte del alumnado en diferentes acompañamientos
y ejecuciones instrumentales. Su uso no entraña gran dificultad y se presentan
en una amplia variedad de materiales y sonoridades.
- por otro lado, la orquesta también dispone de instrumentos de altura
determinada, también conocidos como instrumentos de láminas o de placas.
Estos aportan gran riqueza tímbrica (los hay de placas de madera -xilófonos- y

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de metal -metalófonos y carillones-) y un amplio abanico de posibilidades para
el trabajo rítmico, melódico y armónico, pues con ellos se puede improvisar y
ejecutar tanto melodías como acompañamientos; en un sentido más amplio, su
uso en el aula favorece el desarrollo de habilidades como la coordinación, la
lateralidad o la destreza visomotriz.

Los recursos que el autor propone para la práctica con la orquesta escolar Orff pasan
por la imitación, la fórmula pregunta-respuesta y la improvisación.

6. POLIRRITMIA

El concepto de polirritmia se refiere a la superposición de distintos ritmos que, aún


siendo diferentes entre sí, suelen complementarse. Para llevar al aula el trabajo de la
polirritmia podremos partir de actividades como las canciones o la interpretación de
diferentes ritmos de forma simultánea con percusión corporal hasta otras más
complejas, en forma de canon o basadas en ostinatos con percusión corporal e
instrumental.

A la hora de elegir actividades que impliquen la práctica de este aspecto, deberemos


tener en cuenta lo siguiente:
- partir del nivel de los alumnos para incluir un mayor o menor número de líneas
rítmicas;
- procurar que cada línea tenga su propio “color” o timbre instrumental, pues será
útil para percibir cada una de ellas;
- tener en cuenta las características de cada instrumento a la hora de asignarles
las distintas figuraciones (más dinámicas para los de madera y más estables
para los de metal);
- establecer un ritmo muy regular que sirva de guía en una de las líneas rítmicas.

Las propuestas que incluyen esta práctica servirán al alumnado para entrenar su
atención y oído, ampliar sus recursos interpretativos y mejorar la coordinación en la
interpretación intra- e intergrupal.

7. PEQUEÑAS FORMAS RÍTMICAS: ANÁLISIS E IMPROVISACIÓN

Teniendo en cuenta que el ritmo constituye el medio ideal para introducir las formas
musicales en el aula, estableceremos algunas de ellas como básicas:

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a) Formas binarias: AA o AB
b) Lied: ABA
c) Canon
d) Rondó: ABACADA

Al referirnos a su análisis tendremos que partir de la experiencia y de la ejecución para


que los alumnos/as sean capaces de comprender y asimilar el concepto, esto es,
partiremos de distintos procesos que faciliten la adquisición de contenidos.

En cuanto a la improvisación rítmica, habrá que tener en cuenta que siempre debe
desarrollarse bajo los parámetros que marque el docente, pues de otra manera podría
perder significado y convertirse en una actividad fuera de control y sin utilidad. Dentro
de las pequeñas formas que vamos a utilizar, como el Rondó, es importante que
apliquemos la improvisación en las estrofas (y no en el estribillo, permitiendo así que
este sirva como referencia clara o ritornello), estableciendo también que sean
coherentes a nivel rítmico (utilizando, por ejemplo, la fórmula pregunta-respuesta y
estipulando un número de compases que ayude a tener clara la estructura, como ocho
más ocho).

8. INTERVENCIÓN EDUCATIVA

El ritmo constituye para el docente no sólo un medio pedagógico sino también una
herramienta básica a la hora de “hacer música”. Por otro lado, tanto el ritmo como el
movimiento nos será de gran utilidad para detectar problemas derivados de la falta de
atención, coordinación o socialización del alumnado y contribuir a resolverlos.

El trabajo en el aula deberá estar planteado de manera dinámica, a través de


propuestas rítmicas atractivas y con espacios para la improvisación. Por otro lado, su
puesta en práctica deberá adaptarse a cada alumno/a e incentivar la
multidisciplinariedad.

CONCLUSIÓN
Como recopilación de todo lo mencionado en el tema, me gustaría partir de la
importancia que adquiere el hecho de que el ritmo sea algo inherente al Ser Humano,

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pues está presente en nuestra vida desde el primer latido y se configura como
indispensable a la hora de desarrollar habilidades físicas, como caminar, o funciones
vitales, como respirar. En este sentido, autores como Willems, Kódaly u Orff entienden
lo espontáneo que resulta el trabajo rítmico en edades tempranas y lo incorporan a sus
pedagogías como punto fundamental, asociándolo a la palabra, al movimiento y, más
tarde, a la práctica instrumental.

Podríamos afirmar que el ritmo está presente en todas y cada una de las actividades
que llevamos a cabo en el aula, bien en forma de procesis, bien como concepto, y que
es la base, por tanto, de todos nuestros planteamientos. Por otro lado, nos brinda la
oportunidad de introducir puntos más complejos a nivel musical, como la
representación gráfica de la duración del sonido, la polirritmia o la improvisación de
manera natural y cercana, atrayendo al alumnado y haciéndole relacionar la música
con el resto de las áreas del currículo.

BIBLIOGRAFÍA
- Dalcroze, J.: Ritmo, música y educación, Ed. Ricordi, Buenos Aires.
- De Pedro, Dionisio: Teoría completa de la música, Real Musical, Madrid, 2008.
- Frega, A. L.: Música para maestros, Ed. Grao, Barcelona, 2003.
- Hemsy de Gainza, Violeta: La iniciación musical del niño, Ricordi, Buenos Aires,
1964.
- Sanuy, Montserrat y González Sarmiento, Luciano: Música para niños (Schulwerk),
Madrid, Ed. Unión Musical Española, 1968.
- Willems, Edgar:
La preparación musical de los más pequeños, EUDEBA, 1976.
Las bases psicológicas de la Educación Musical, EUDEBA,1984.

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