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EDUCACIÓN CONDUCTIVA

¿QUÉ ES?

Es un sistema de rehabilitación integral, intensivo y activo, con un enfoque multidimensional sustentado en el principio de la plasticidad neuronal.
Está dirigido a niños con parálisis cerebral infantil y patologías afines y entiende el trastorno motor y las afecciones asociadas como susceptibles de
mejora a través de una reorganización de funciones neuronales. El término Educación Conductiva fue acuñado por el propio András Petö, en
referencia a que el trastorno motor y la discapacidad que genera la lesión cerebral pueden ser tratados mediante el aprendizaje activo de estrategias
para conseguir soluciones funcionales de los problemas.

El abordaje rehabilitador que supuso este método se diferencia de otros no sólo en la forma sino en el concepto mismo de la rehabilitación. Mientras
que en otros métodos se da importancia al ejercicio motor concreto de forma pasiva y disgregada, el método Petö propone la estimulación global de
funciones con el fin de conseguir objetivos funcionales prácticos, con la participación activa del propio paciente en su proceso de recuperación. Y el
principal objetivo que persigue el método es el desarrollo de la personalidad como un todo. El programa de neurorrehabilitación va dirigido a la
persona y no a la función concreta.

Su finalidad primordial es el desarrollo integral de la personalidad mediante la participación y el aprendizaje activo de los propios pacientes,
posibilitando que las personas con disfunción desarrollen al máximo sus capacidades motoras, cognitivas y afectivas. Buscamos conseguir la
máxima autonomía de los pacientes para su mayor integración en la sociedad.

ORÍGENES

Los orígenes del método de la Educación Conductiva se remontan a 1945, en Budapest. András Petö, su creador e impulsor, avalado por sus
conocimientos de neurología y ortopedia y con una formación pedagógica, puso en marcha un programa de atención para niños discapacitados, unos
niños que hasta ese momento no se consideraba que fuesen susceptibles de recibir enseñanza. Nació así el primer centro específico de terapia
motora para niños en régimen educativo.
En 1950 se construye el primer Instituto de Educación Conductiva en Budapest y en 1965 se aprueba oficialmente la formación específica de la
profesión de “conductor”, el profesional que imparte el tratamiento de rehabilitación integrado en un aprendizaje escolar.

Actualmente esta formación tiene una duración de cuatro años y se considera como un ciclo universitario de grado medio. En 1970 el Instituto abre
sus puertas al tratamiento de niños procedentes de otros países. En 1985 se inaugura el nuevo edificio y sede actual del Instituto Petö.

PILARES DE LA EDUCACIÓN CONDUCTIVA

Para conseguir sus objetivos, el método de la Educación Conductiva cuenta con una
serie de elementos esenciales y en algunos casos distintivos de esta manera de trabajo:

El grupo

Es uno de los elementos esenciales del método, el que lo hace ser diferente de otros sistemas de neurorehabilitación. El trabajo en grupo, tanto en
niños como en adultos, supone un marco ideal para potenciar la motivación, la interrelación y la propia aceptación de la situación. El hecho de que
se trabaje en grupo no significa que todos los pacientes hagan los mismos programas: las tareas se adaptan a la situación y a las necesidades propias
de cada persona.

Existen diferencias en cuanto a la forma de realización de los ejercicios, el tiempo requerido, el grado de ayuda prestado, el nivel de habilidad
conseguido, etc.

El conductor rehabilitador

En la Educación Conductiva, el profesional que trabaja con los pacientes en el grupo se denomina “conductor”. Petö ideó esta profesión específica
con una formación de cuatro años de duración en la que se integran conocimientos de anatomía, fisiología, neurología, ortopedia, pedagogía,
psicología, etc. Tal formación viene avalada por el Ministerio de Educación Húngaro y es la que han recibido nuestros conductores.

La intención rítmica

Dr. András Petö defiende que el uso del lenguaje (verbal o no) con un cierto ritmo y cadencia facilita la acción (intención), consiguiendo una
interiorización del movimiento.

En Educación Conductiva, “todo movimiento es dirigido hacia un objetivo y conlleva una cierta tarea motriz. En el nivel de la conducta instintiva,
con sus estructuras elementales, estas tareas motrices están dictadas por programas innatos; durante la vida, en el nivel de las acciones complejas
conscientes, estas tareas están dictadas por intenciones que se forman con la participación estrecha del lenguaje, regulando la conducta humana”
(Luria, 1961).
Las facilitaciones

La facilitación (ayuda) es un elemento pedagógico que supone un modo de guiar mediante métodos y técnicas para alcanzar un objetivo. Las
facilitaciones son todas aquellas ayudas que se ofrecen al individuo para que alcance sus objetivos: instrucciones verbales, ayudas manuales, ayudas
instrumentales, técnicas, etc. El propio conductor – rehabilitador valora las posibilidades de recuperación de una disfunción concreta, y a lo largo
del todo el proceso terapéutico se van proponiendo las facilitaciones oportunas, siendo lo deseable que, con el tiempo, el paciente necesite menos
facilitaciones para conseguir sus objetivos. Según los diferentes tipos de disfunción, serán necesarias diferentes ayudas y éstas serán distintas para
cada individuo.

Los programas

El sistema de Educación Conductiva tiene sus propias tareas motoras, cognitivas, etc,.. integradas en programas que se van estructurando y
sucediendo a lo largo del proceso rehabilitador. Estos programas se diseñan de acuerdo a las necesidades de cada paciente y se desarrollan en el
grupo. Se sigue una cierta rutina en cuanto al tipo de tareas en diversas posiciones, en decúbito, en posición de sentado, de pie, marcha…

FUNCIONAMIENTO

Se realiza una primera consulta, en la que se recoge información relativa a la historia clínica del niño o adulto. Junto con la exploración inicial
realizada, se le asigna el grupo de tratamiento más idóneo y se procede a la planificación del programa de rehabilitación.

Cuando el niño inicia el tratamiento de rehabilitación, se realiza una evaluación del estado motriz, funcional, cognitivo, afectivo y conductual por
parte del equipo de Conductores-rehabilitadores.

Al final del periodo de tratamiento, el equipo de Conductores-rehabilitadores elabora un informe donde se recogen los aspectos más relevantes del
proceso rehabilitador seguido por el niño. Se realiza una entrevista con los padres y/o familiares con el fin de transmitir este proceso y las pautas
futuras a seguir.

Así mismo, y como complemento de nuestro trabajo rehabilitador, se da a los padres o familiares las indicaciones que consideramos más oportunas
con respecto al seguimiento ortopédico, atención de logopedia, intentando para ello establecer colaboración con los centros y especialistas que
atienden al niño en su lugar de residencia habitual.

TIPOS DE GRUPO

Indicaciones

El tratamiento rehabilitador de nuestro centro va dirigido fundamentalmente a:

Niños con encefalopatía motora crónica con nivel cognitivo suficiente para seguir órdenes sencillas y sea posible el aprendizaje.
Enfermedades de primera o segunda motoneurona de carácter estático sin afectación cognitiva limitante, por ejemplo:

1. Parálisis Cerebral
2. Accidentes cerebrovasculares
3. Secuelas de lesiones cerebrales
4. Traumatismo craneoencefálico
5. Lesiones medulares: Espina bífida y paraplejia

Exclusiones

Están excluidos de realizar este tratamiento los siguientes casos con severa afectación de la capacidad cognitiva que limite significativamente la
posibilidad de aprendizaje y/o la colaboración requerida, como:

Patología concomitante que limite el manejo del sujeto en la terapia (epilepsia no controlada, distonías muy limitantes).
Deformidades que afecten a los huesos y/o articulaciones que impidan o limiten la funcionalidad correcta del miembro afectado (o parte del cuerpo),
o que deban presentar cirugía previa.
Cuadros regresivos o involutivos (metabolopatías, enfermedades mitocondriales).
Enfermedades neuromusculares progresivas.
Pacientes con limitaciones sensoriales que limiten significativamente la posibilidad del apredizaje requerido (ceguera, sordera, etc.).

Distribución de los grupos de trabajo

Una vez se determina que esta terapia es beneficiosa para el niño, se le adjudica un campo de tratamiento de manera intensiva o ambulatoria, según
sus necesidades:

GRUPOS INTENSIVOS: Tratamiento de un mes de duración, de lunes a viernes de medio día o día entero. Realizan este tipo de tratamiento entre 1
y 4 veces al año aproximadamente, en función de las necesidades de cada paciente.
GRUPOS AMBULATORIOS: periodo de tres o cuatro meses en los que los niños vienen medio día, uno o dos días por semana. Un trimestre en este
tipo de grupo equivale en número de horas a un campo intensivo.

Grupo Tipo Edad GMFCS Observaciones


Bebés INTENSIVO 0 meses a 3 años GMFCS: I a V
Principiantes INTENSIVO 3 -5 años GMFCS: I a V
Escolar INTENSIVO 6 – 12 años GMFCS: I a V
Adolescentes INTENSIVO 13-18 años GMFCS: I a V
Seguimiento AMBULATORIO A partir de 5-6 años GMFCS: I y II Razón: No necesitan campos intensivos
Ambulatorio Escolar AMBULATORIO De 9 a 13 años aprox. GMFCS: hasta III. Razón: compatibilidad con la escolarización
Ambulatorio Adolescentes AMBULATORIO De 13 a 18 años. GMFCS: I a V Razón: Mantenimiento del estado motor

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