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CREER DESDE LA NOCHE OSCURA

CONCLUSIONES

Oscuras noches que opacan nuestra esperanza y acaban con nuestra fe, "¡Dios
mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?" dicta la cuarta palabra de Jesus en
la cruz. Creer desde la noche oscura es texto de relatos sobre la fe que uno como
creyente le puede llegar a brindar a Dios en los momentos más difíciles de nuestra
existencia, con la fortaleza suficiente para no caer en la incertidumbre ni en la
tristeza emocional que nos pudiera provocar no contar con un apoyo espiritual.
En un testimonio del texto una persona que sufría de cáncer dijo esto “La gran
tentación fue volver de la fe a la religión, de la confianza gratuita al interés; de
relacionarme con Dios sin esperar nada de él y sin necesitarlo -sólo por amor-, a
acudir a él para que te liberara de la prueba o te sacara del pozo.” Y es que el ser
humano piensa que Dios es un instrumento que solo se utiliza cuando lo requerimos,
un salvavidas, la solución a nuestros problemas, la cura de nuestras enfermedades,
el aseguramiento del bienestar de nuestra familia y esto no es así. La manera
adecuada de pensar como Dios es verlas como pruebas o desafíos que tenemos
que superar y aceptar en nuestro diario vivir, que con estas Dios fortalece nuestra
fe. Al menos así lo veo yo
Si se le va a culpar a Dios de los pesares de la vida que también se le culpe por las
cosas buenas que esta nos brinde. En ocasiones somos muy malagradecidos con
nuestros padres por cosas insignificante hasta por cosas materiales y esto no debe
ser así. y entonces es así que solo en los malos momentos donde culpamos a Dios
por nuestros problemas recurrimos a sus hombros a desahogarnos y esto no es del
todo mal ya que así nos acercamos a él, pero esto es lo que precisamente lo que
el señor no quiere, que nuestra moralidad se vea salpicada por el interés de
solucionar los problemas.
La duda muchas veces nos encamina preguntarnos sobre la veracidad de nuestra
fe y ahí es donde más tenemos que fortalecernos mediante el dialogo con Dios.
Pensar en que Dios no me quiere, que no me escucha, no me tiene en cuenta, que
me tiene olvidado, esta muy mal, por lo contrario, somos nosotros quien lo hemos
olvidado con tanta quejadera y la única manera de volver a reencontrarse con el es
mediante la oración. El orar con el señor en momentos difíciles es reconfortante
porque sabemos que estamos hablando con alguien quien nunca nos va a fallar,
que siempre va a estar ahí con nosotros y sobre todo nos da a entender que con él
lo imposible es posible. Cuando lo anterior no es aplicado por la persona que está
sufriendo de un problema entonces llega a el ateísmo que lo que hace
principalmente es alejar al hombre de todo aquello espiritual que lo uno consigo
mismo, que antes era su verdad y ahora es una hipótesis que el mismo decidirá si
es comprobada o rechazada. Lo más probable es que si el hombre se dejó llevar
por la duda y el desespero frutos de la incertidumbre y desesperanza rechace a
totalidad todas sus anteriores creencias ya que estas nunca le ayudaron cuando se
eran necesarias, nunca estuvieron dispuestas para si mismo, nunca han estado ahí.
Se llega a tan prematura conclusión que el individuo se da cuanta que ya nadie lo
puede ayudar por lo tanto su existencia en si misma llega a una duda, un dilema
existencial. Y eso es lo que Dios no quiere, él quiere que nosotros vivamos felices
que cada día nos levantemos con un motivo que nos llene emocional y
espiritualmente, a él no le gusta que estemos tristes en momentos donde
pudiésemos estar dichosos. Siempre hay que buscar a Dios el siempre estará ahí
para escucharnos, el no discrimina, no excluye ni escoge, porque su evangelio no
le pertenece a nadie es de todos, a fin de que aquel que este en el camino de
oscuridad halle en él el camino de la luz.
Todos alguna vez en nuestras vidas tendremos este tipo de desolaciones, hasta a
los más creyentes y devotos les ha sucedido, veamos por ejemplo el caso de los
profetas envidos por Dios a dar la nueva al mundo; Juan, Ezequiel, Elías,
Jeremías…; que en alguna parte de sus vidas se han visto defraudados por su
señor, Abraham y su pueblo es un gran ejemplo de la tempestad que algún día tuvo
que sufrir por causas de mandamientos del Señor. El mismo Cristo el hijo de Dios
también ha padecido de la tempestad en los últimos días de su vida, donde era
perseguido y finalmente crucificado por razones injustas.
Es verdad que los problemas no son fáciles de superar, ni más faltaba, pero pienso
yo que con el apoyo de alguien es mucho mas fácil, el apoyo nos debe brindar fe y
esperanza. La fe y la esperanza son dos componente que desarrollan su mayor
auge en el momento donde la tragedia inunda nuestro cuerpo, donde ya no se tenga
nada, en el peor de los casos y la verdadera prueba de fe.
Finalmente, creer en Dios no es fácil es una relación como cualquier otra donde hay
momentos de dicha y de angustia, donde uno desconfía del otro, no le cree o no
confía, aunque casi siempre hay una reconciliación que restaura lazos y que nos
deja observar la ventana hacia el nuevo amanecer desde la habitación oscura.
“Creer en Dios no es adherir a un dogma o doctrina. Creer es una actitud y un modo
de ser; es adherirse a una esperanza que es ‘la convicción de las realidades que no
se ven” (hebreos 11,1)
TRABAJO FINAL CONCLUSIONES
CREER DESDE LA NOCHE OSCURA

ALUMNO
JULIAN COLLAZOS CATUCHE

PROFESOR
OSCAR LOZANO

COELGIO LOS ANGELES DEL NORTE


PRIMER PERIODO
RELIGION - UNDECIMO
CALI, VALLE
2017

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