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Diócesis de Barrancabermeja

Escuela de Diaconado
Ps. Juan Carlos Castrillón López

PENTATEUCO.

Comentarios Pastorales.

Génesis, Éxodo, Levítico, Número y Deuteronomio: Origen, Salida, Ritos, Datos, Segunda
ley. Es simple el sinónimo, pero nos puede ayudar a relacionar la riqueza de su contenido
con la claridad en la invitación a vivir acorde a la voluntad de Dios, como su pueblo santo,
al que nunca abandona y al que le provee todo lo necesario, en post del cumplimiento de sus
promesas.

Ese origen de un pueblo pagano, elegido por Dios para ser llevado a la tierra prometida, para
lo cual debe salir de un lugar de esclavitud y llegar a otro próspero y propio, mientras
experimenta la presencia de Dios cuando le fallan y cuando le cumplen, siendo testigos de su
misericordia y de la guarda de sus promesas; estableciendo formas de comunicación con Él,
mediante ritos que recuerdan al pueblo la intención de Dios de ser Santos, recibiendo la
ofrenda y el sacrificio como pacto respetuoso en un sentido perfecto del temor de Dios. Su
pueblo, que se conoce y se mide para verificar cuantos y cuando eran testigos de la
observancia de las prebendas, de las del camino y de la del final; siempre en constante
reestructuración, consientes y seguros del conocimiento de la ley, su interpretación y
permanente recordación, que da lugar a una claridad en la consecuencia de las faltas, y la
recompensa por la fidelidad a Él.

A la luz del Espíritu Santo, intentaremos llevar al pueblo de hoy, un mensaje sencillo y
práctico, que mantenga el interés por tener claro de dónde venimos y a dónde vamos, que nos
permita peregrinar con fe y esperanza por este mundo, mientras avanzamos a la morada
eterna en su presencia, teniendo presente día a día, la invitación a ser Santos, sabiendo con
qué contamos y cumpliendo sus mandatos, no como obligaciones, sino como
recomendaciones para un buen vivir, el buen vivir de los hijos de Dios

PENTATEUCO: Comentarios Pastorales.


Diócesis de Barrancabermeja
Escuela de Diaconado
Ps. Juan Carlos Castrillón López

GÉNESIS.

Antropológicamente, por naturaleza el hombre tiene la necesidad de saber de dónde viene y


para dónde va, y cada cultura y/o religión, intenta dar respuesta a estos interrogantes; y ante
la imposibilidad, incluso, de que la ciencia, logre un consenso en sus teorías, diferentes
relatos intentan acercarnos a la tranquilidad de esta inquietud, coincidiendo todos en que,
nada sucede por casualidad y que existe un ser superior que no juega a azar y que es perfecto
en intención y obra.

Pero más allá de la ciencia, la cultura o la religión en sí, creemos en un solo Dios trino,
presente de antes de los tiempos, que crea, redime y restaura. Que procura entre nosotros la
fe, la esperanza y la caridad y nos recuerda que estamos aquí para vivir en comunidad, por lo
que es importante conocernos como pueblo, actuar como pueblo y buscar un mismo fin como
pueblo, como el pueblo de Dios peregrino y que construye su reino de justicia, amor y paz
desde este mundo.

Es en esa historia, con una idea de principio, con unos protagonistas que encarnan a
personajes con roles representativos de una familia al servicio de Dios y de la creación, que
procura por preservar la misma, distribuyendo funciones que dan estabilidad y aseguran la
transcendencia de un legado, de una historia, de un testimonio de fe, en un orden natural con
un origen divino, que invita a la conservación, la procreación, la obediencia, la tradición de
generación en generación y el cumplimiento de la voluntad de Dios, padre y creador.

Una mirada diferente al tiempo (creación), que le da la importancia, antes, al fin creador; que
desde el principio evidencia la misericordia de Dios ante nuestras faltas (Adán y Eva), al
tiempo que nos recuerda que no podemos huir a las consecuencias de nuestros actos (Caín y
Abel), aunque sin dejar de experimentar el perdón de Dios. Una concepción de familia que
resalta el valor de respeto por los padres y la necesidad de cumplir nuestras funciones como
hijos, confiando ciegamente en el Creador (Abraham), que es perfecto y que antes de la
prueba, nos da las herramientas para superarlas, al tiempo que nos hace fuertes para ayudar
a los otros a confiar en Él, danto testimonio de la comunión de su pueblo (12 Tribus).

PENTATEUCO: Comentarios Pastorales.


Diócesis de Barrancabermeja
Escuela de Diaconado
Ps. Juan Carlos Castrillón López

ÉXODO.

El rollo inicia con la idea con que cierra el anterior, la importancia de la familia y el
cumplimiento de los roles de cada uno de sus integrantes, reflejando en los patriarcas (José),
además del liderazgo la responsabilidad de hacer que el mundo crezca en voluntad de Dios,
confiando y siendo obediente para ver cumplidas sus promesas.

Con una figura literaria totalmente diferente al rollo anterior, pasando de un sentido figurado
a un relato que describe una historia, intentando ser minucioso en acontecimientos, muestra
a un pueblo conformado pero esclavizado, con una promesa de liberación que pueden ver
materializada, pero que ante las debilidades en la fe, comienzan a ver fluctuante la acción de
Dios, no por obra de Éste, sino por el acto de alejarse de Él, ante la desesperanza fruto de
soltarse de la mano del creador y ahora el liberador.

Los signos cobran gran importancia en este segmento (la zarza, nube, el agua, el maná, la
serpiente...), y hasta hoy permanecen como forma de comunicación de Dios con su pueblo
(los Sacramentos); signos visibles con realidades invisibles que recuerdan que Dios “Es y
Está”, siempre para su pueblo y con su pueblo, en la alegría y en la adversidad, siempre
misericordioso con sus faltas y con otra oportunidad cada que dudan de su poder.

La promesa latente y presente puesta en la tierra prometida, fortalecida o desanimada por las
vivencias del Sinaí, nos invitan a esperar, a confiar a reconocer e interpretar los signos de los
tiempos y a recordar que, aunque tenemos un padre Misericordioso, no dejamos de ser
responsables de las consecuencias de nuestros actos, con oportunidad de un verdadero
arrepentimiento que nos restaura y no da la oportunidad de volver con el pueblo santo de
Dios; sin dejar de identificar el papel intercesor de nuestros semejantes y elegidos, que desde
una organización social y civilizada, nos unen en un mismo fin, en un logro y hace más
llevadera las vicisitudes, mientras vemos buenos modelos para luego convertirnos en buenos
ejemplos. Cada día tenemos la oportunidad de ser liberados de las ataduras del pecado y de
las tribulaciones, y como miembros del pueblo de Dios, seguimos en camino de la tierra
prometida, eterna y gloriosa.

PENTATEUCO: Comentarios Pastorales.


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Ps. Juan Carlos Castrillón López

LEVÍTICO.

Las campanas han sido una señal por excelencia, y en este rollo, se hace precisamente una
llamada a la santidad, directamente de Dios, quien nos invita a ser santos como Él.

El camino a la perfección adornado con una serie de actos simbólicos, enaltecen la relación
y el pacto de Dios con su pueblo y continúa dando la oportunidad, de pedirle perdón y de
adorarle.

Los sacrificios y las ofrendas, son ese canal predilecto de comunicación divina, que nos
acerca al único omnipotente, omnipresente y omnisapiente, que, por su grandeza, es
necesario una preparación especial, además de ser elegido, para presentar estos actos ante su
altar (Leví).

Por ello, el rito se une al sacerdocio, la ceremonia a la dignidad y la trascendencia al


ministerio, que se traduce, en Cristo, en un sacerdocio eterno que llega a nosotros por medio
de los apóstoles, exigiendo de parte de los ministros pureza, preparación y la elegancia
merecida de tan magno acto humilde ante Dios.

El Dios con su pueblo y en su pueblo, lo vemos reflejado en el “Sanctum Sanctorum”, lugar


donde habitaba su presencia, aunque estaba en todo lugar y adonde solo podía llegar sumo
sacerdote, aunque todos somos dignos de estar en su presencia.

Es allí donde realza la figura sacerdotal, por ser necesario vivir en constante intermediación
entre Dios y los hombres, logrando así acercar a su pueblo a Él, aunque Él viva en medio de
su pueblo.

Esta tradición de culto y adoración, que cierra con una serie de códigos de santidad, de los
que se debe hacer y también con lo que no se debe hacer, siendo claros en que el pensamiento,
la intención y omisión, son tan graves como la falta en sí, recordándonos que las leyes más
que camisas de fuerza o cadenas inquebrantables, son manuales del buen vivir, bitácoras de
viaje y signos de vida en comunión, armónica y en sintonía con la voluntad de Dios.

PENTATEUCO: Comentarios Pastorales.


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Escuela de Diaconado
Ps. Juan Carlos Castrillón López

NÚMEROS.

Más allá de ser una “repetición de la repetidera”, de lo ya descrito anteriormente, es el realce


de un mensaje que libera, restaura y consagra.

Quizás el cuestionamiento más repetitivo que nos podríamos hacer, es, para qué y/o por qué
son importantes los datos, las estadísticas, lo números.

Y es, al entrarnos en la lógica de Dios, que podríamos decir que es bueno y necesario saber
qué tenemos, cuánto tenemos; cuantos éramos y cuantos somos; cuántos salimos y cuántos
llegamos, entre otras inquietudes a fin, que nos acercan a experimentar la acción de Dios en
nuestra historia, todo lo que logramos vencer por su providencia y como testigos de poder.

No debemos olvidar que todo ocurre en el desierto, aquel lugar al que estamos llamados a ir,
aun cuando no vivamos, a acudir, aun cuando queramos, a sentir, aun cuando no apreciamos.

Es un lugar de abandono pero de encuentro, en donde experimentamos la presencia de Dios


mientras sentimos que lo necesitamos, al enfrentar las dificultades, la soledad, el dolor y la
desobediencia, que reconocemos y valoramos al querer cambiarla, por convicción por la
fidelidad, por la obediencia y por el orden que nos ayuda a hacer inventario de nuestras
capacidades reforzadas y renovadas por la experiencia de fe en el abandono en Dios, en el
desierto de su presencia, ad portas de una eternidad de gloria; puros y dignos de ver cumplidas
sus promesas.

Siempre debemos procurar, no olvidar los datos y menos los relacionados con Dios, los
números en sí mismos, son mensajes con significados precisos, Dios es perfecto y con
intenciones perfectas para con nosotros, por eso, debemos mantener esa comunicación doble
vía fortalecida, digna y pura, para no sucumbir ante la tentación y animar a otros con nuestro
testimonio. Cuántas veces… siempre.

PENTATEUCO: Comentarios Pastorales.


Diócesis de Barrancabermeja
Escuela de Diaconado
Ps. Juan Carlos Castrillón López

DEUTERONOMIO.

Este último rollo del Pentateuco, más que un final, es el comienzo del registro de la
experiencia teológica del pueblo con Dios, más que una segunda ley, es la confirmación de
la única ley, que ratificará y resumirá el mismo Jesús, cuando nos aclare cuál es el
mandamiento más importante. La ley se convierte en el medio de relacionarnos con Dios, por
tanto, es una alianza, pero en doble vía, pues viendo cumplidos sus preceptos, gozamos del
cumplimiento de sus promesas, sellando la alianza de pueblo suyo, con presencia perenne en
la historia.

La promesa de tierra, materializada luego de ires y venires, por la debilidad del pueblo ante
el pecado, escribe una historia de reflejo para las nuevas comunidades, que, llamadas a vivir
en la libertad de los hijos de Dios, sepan reconocer sus faltas y comprometerse con una
verdadera conversión, que libere, ya no a un pueblo de la esclavitud o el exilio, sino a un
alma de las cadenas del pecado y de la separación de Dios, que le pueden hacer perder el
derecho a gozar de la tierra prometida. Escuchamos en la cultura popular que “el
desconocimiento de la ley no exime de la culpa”, pero Dios con su misericordia nos muestra
una tradición multiplicadora de los principios del Reino (Justicia, amor y paz) y una
comunidad constructora de un reino escatológico, aquí y ahora, que, a imagen del creador,
no condene, no juzgue y no rechace, sino antes bien, libere, acoja y consuele.

Que los cinco rollos de la ley, nos permitan comprender y vivenciar que los diez
mandamientos de la ley de Dios, se sintetizan en uno, el amor a Dios y al prójimo como así
mismos; sintiendo hoy su presencia y comunicación a través de los siete sacramentos y así
como esperamos misericordia de Él, la practiquemos con nuestros hermanos setenta veces
siete, todo en procura de reconocer a un único Dios, como creador (Génesis), redentor y
vivificador, que ama a su pueblo (Éxodo), que se comunica con él, lo escucha y lo atiende
(Levítico), cada vez, una y otra; haciendo de esta experiencia de salvación, no son solo cifras
(Números), sino sumas de experiencias, que nos acerca cada día más a su Reino por medio
del cumplimiento de su mandato (Deuteronomio).

PENTATEUCO: Comentarios Pastorales.


Diócesis de Barrancabermeja
Escuela de Diaconado
Ps. Juan Carlos Castrillón López

PENTATEUCO

COMENTARIOS PASTORALES

PENTATEUCO

PBRO. EFRÉN VEGA GAONA

PS. JUAN CARLOS CASTRILLÓN LÓPEZ

DIÓCESIS DE BARRANCABERMEJA

ESCUELA DE DIACONADO

AÑO II – SEMESTRE III

2019

PENTATEUCO: Comentarios Pastorales.

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