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ACOSO SEXUAL LABORAL

INTRODUCCION

El acoso sexual es un fenómeno social de múltiples y diferentes dimensiones,


denunciado por distintas organizaciones e instituciones y constatado por distintas
investigaciones que han evidenciado la existencia, extensión y gravedad de este
fenómeno en el ámbito laboral. El acoso sexual puede ser sufrido tanto por hombres
como por mujeres. Sin embargo la mujer se convierte en la principal víctima del mismo
por su situación en el mercado laboral respecto a los hombres, por su inestabilidad en
el empleo y su subordinación jerárquica profesional.

¿Cuándo un piropo, elogio o gesto de cariño deja de ser un simple acto de


compañerismo y se convierte en acoso sexual? Una delgada línea, o no tan delgada,
que se convierte en una amenaza y perjudica la situación laboral y las oportunidades de
empleo de diferentes trabajadores y trabajadoras. Abusos que en muchos casos no son
denunciados por las víctimas por miedo a ser despedidas o por temor a ser acusadas
de exagerar episodios no tan “graves”.

El acoso sexual en el trabajo es un nuevo término que describe un viejo problema.


Generaciones de mujeres han sido víctimas de una atención sexual molesta en el
trabajo y de un comportamiento ofensivo basado en sexo .El acoso sexual no es una
novedad, tampoco es noticia de actualidad.

En las últimas décadas, los casos de abuso sexual han proliferado. Fenómeno
fuertemente marcado por la incorporación de la mujer al ámbito laboral. Y si bien los
casos de abuso no están dirigidos exclusivamente a la población femenina, estas
representan las víctimas más comunes. Damnificadas que lejos de ser protegidas, en la
mayoría de los casos, son cuestionadas y expuestas al escarnio público.
También vale decir que para aquellos hombres que son acosados sexualmente la
denuncia se torna más difícil, ya que el preconcepto de que esta problemática afecta
solo a las mujeres, hace que sus casos sean vistos con cierto recelo.
Se tiende a disculpar al acosador o minimizar su conducta al no haber alcanzado la
agresión física. Sin embargo, si bien es posible responder en términos de igualdad ante
una broma dudosa, lo cierto es que estas bromas funcionan como auténticas
agresiones verbales, aunque, en muchos casos, no pueden ser reconocidas como
tales.

1. ACOSO
El concepto de acoso fue acuñado por el movimiento feminista norteamericano
en los años setenta. El termino surgió a partir del análisis llevado a cabo por un
grupo de mujeres universitarias sobre su experiencia laboral, formulándose como
una conducta intrusiva e indeseada de los hombres sobre la vida de las mujeres.
No se concebía entonces que dicha conducta era necesariamente de naturaleza
sexual. Más bien se trataba de un conjunto de prácticas y actitudes que
infantilizaban a las mujeres en el trabajo, obstaculizaban su integración o
negaban su valor como profesionales.
2. MOBBING
2.1. DEFINICION
Últimamente ha ido cobrando fuerza la figura conocida con el nombre de
mobbing. Tal definición proviene del verbo to mob (atacar), y desde el punto
de vista etiológico tiene correlato con los animales que en ocaciones acosan
minuciosamente a un miembro del grupo para alejarlo.
En los 80, el psicólogo y psiquiatra alemán Leymann, utilizó este termino
relacionándolo con el comportamiento destructivo en los lugares de trabajo.
Piñuel y Zabala considera que la traducción al castellano debe ser la de
acoso psicológico,definiéndolo como ¨el continuo y deliberado maltrato verbal
y modal que recibe un trabajador por parte de otro u otros, que se comportan
con él cruelmente con el objeto de lograr su aniquilamiento o destrucción
psicológica y obtener su salida de la organización o su sometimiento a travez
de diferentes procedimientos ilegales, ilícitos o ajenos a un trato respetuoso y
humanitario y que atentan contra la dignidad del trabajador.
Por su parte la psiquiatra francesa Irigoyen desarrolla lo que ella denomina
acoso moral, refiriendo con ese término los traumas psicológicos que pueden
sucederse en el trabajador como consecuencia de ciertas conductas llevadas
a cabo por el empleador. Considera que si el acoso se mantiene en el tiempo
puede causar fuertes estados depresivos en la víctima.

2.2. MOBBING Y ACOSO SEXUAL


En síntesis podría señalarse que el mobbing importa el acoso(moral o
psicológico) del empleado por parte del empleador, que tiene por finalidad
obtener su renuncia(en algunos casos por no haber satisfecho algún objetivo
trazado para con la victima). Ahora bien resulta sumamente interesante tener
en cuenta los puntos en común existentes entre el mobbing y el coso sexual
en el plano laboral.
Cabe señalar que el acoso sexual, no se encuentra tipificado como delito en
nuestro país.
En definitiva, tanto el acoso sexual como el mobbing, cada uno con sus
particularidades son mecanismos que conllevan a un despido indirecto.

3. ACOSO SEXUAL
3.1. CONCEPTO
El acoso sexual es genéricamente la manifestación de una serie de conductas
compulsivas de solicitud de favores sexuales con distintas formas de proceder
dirigidas a un(a) receptor(a) contra su consentimiento. Se puede aplicar a ambos
sexos o personas del mismo sexo; pero predomina comúnmente en los hombres
que se mueven en ambientes de relaciones laborales, académicas, estudiantiles,
que incluyen hasta el hogar.

3.2. DEFINICIONES
 José Augusto de Vega Ruiz.- ¨Toda conducta que avasalle, violente,
exija y comprima a otra persona manifestando inequívocamente un
petición o solicitud sexual, de manera insistente y no querida. Una
conducta seria, hiriente y molesta, que se exeriorece con expresiones
verbales y, sobre todo con actos mas o menos lujuriosos¨
 Carlos Pose.- ¨El término acoso se produce con una idea de perseguir
sin dar tregua ni respiro a una persona, y trasladada al plano sexual
conlleva la idea de hacerlo a fin de obtener un favor sexual ¨
 Elpidio Gonzales.- ¨Imposicion de mensajes sexuales. Si la forma o
contenido de la manifestación es intensa, una sola exteriorización es
suficiente para constituirlo¨
 O.I.T. .- ¨El acoso sexual se define como toda conducta de carácter
sexual no deseada que, deacuerdo con la percepción razonable del
receptor interfiere en su trabajo, se establece como condición de
empleo o crea un entorno de trabajo intimidatorio, hostil u ofensivo ¨

4. ACOSO SEXUAL LABORAL


Una parte importante de acoso sexual se da en el entorno laboral, bien
prevaliéndose de una situación de superioridad, o constituyendo una actitud
ofensiva para quien la padece, al crear un entorno de trabajo hostil o intimidante.
Se recogen de esta forma los dos elementos que constituyen la figura del acoso
sexual en el trabajo.

• El primero, de carácter objetivo, fija su atención en el acto del acoso, que se


considera debe ser por sí mismo ofensivo y suficiente, por su importancia y
reiteración, es decir, debe tratarse además de una conducta intencionada, es
decir, una actuación dolosa y que el autor sabe que es ofensiva para la víctima.

• El segundo, de carácter subjetivo, remite a la actitud de la persona que sufre la


situación. Exigiendo una manifestación de rechazo de la conducta ofensiva.

Esto llevaría a la posición sustentada de que el acoso debe ser juzgado según la
percepción de la persona que lo sufre (criterio subjetivo), en contraposición a la
que sostiene que deben los tribunales establecer un estándar objetivo respecto
de la forma en que una “persona razonable” en la misma situación habría
percibido tal comportamiento. Parece indudable que la apreciación de la víctima
debe pesar, habida cuenta de la importancia que tiene el factor aceptación o
rechazo, sin desechar, no obstante, el criterio de razonabilidad, de modo de evitar
posiciones de extrema subjetividad.

Se ha señalado que la atención sexual se convierte en acoso si continúa una vez


que la persona objeto de la misma ha indicado claramente que la considera
ofensiva, si bien un único incidente puede constituir acoso sexual si es lo
suficientemente grave.
4.1. CLASES DE ACOSO SEXUAL
Existen dos tipos, señalados y distintos, de acoso sexual que conviene
precisar en el interés principal de conocimiento de la figura, particularmente
en sus manifestaciones normativas
a) TIPICO. Particularizando este tema nos referiremos, en primer termino, al
acoso sexual comúnmente llamado chantaje al que la doctrina
norteamericana denomina quid pro quo y al que Husbands señala como
¨tradicional¨. Este requiere siempre un ejercicio de poder o una relación
desigual de poder. Es decir, necesita la actitud del propio empleador, o la
de aquel en el que éste haya delegado sus tareas, pretendiendo imponer
o imponiendo realmente una conducta de naturaleza sexual no deseada,
con amenazas que pueden afectar sus condiciones de trabajo o la
comunidad en el empleo, agrediendo con ello su dignidad como ser
humano. Es típicamente un abuso de poder en este sentido como lo
reconoce la resolución sobre la protección de la dignidad del hombre y la
mujer en el trabajo, citada en el informe Rubinsten .
b) AMBIENTAL. No se opera una manifestación de poder, sino que se trata
de incitaciones o solicitaciones sexuales importunas, o bien de otras
manifestaciones verbales, no verbales o físicas de naturaleza sexual, con
la finalidad o el efecto de coartar sin razón la actuación laboral de una
persona o de crear un entorno de trabajo ofensivo, hostil, de intimidación o
de abuso en muchos casos para lograr que abandone el empleo.
Tales manifestaciones pueden ser efectuadas por el empleador o sus
agentes representativos, pero en este caso solo persiguen el fin apuntado
y no constituyen un acto de amenaza o de presión para conseguir favores
de naturaleza sexual, en su interés o en el de terceros también conforme a
lo expuesto, y es lo habitual en estos casos se encuentra el acoso
cumplido por compañeros de trabajo, que contribuyen a crear el ambiente
hostil referido, con la finalidad ya apuntada.
La conducta acosativa se puede manifestar de muchas maneras y seria
muy difícil llegar a una casuística, la cual puede resultar inagotable.
Procuramos referir a continuación algunas de tales actuaciones
mencionadas por Jaramillo Teran y agregándole otras. Ellas son:

4.2. CONDUCTAS DE NATURALEZA SEXUAL Y NIVELES


DE ACOSO
En las conductas de naturaleza sexual quedan
comprendidas las conductas verbales o no verbales, o las
físicas molestas. De una manera más descriptiva, el
manual de procedimiento de Rubenstein ofrece algunos
ejemplos de estas conductas:

• El contacto físico no deseado (conducta física de


naturaleza sexual) puede ser variado e ir desde
tocamientos innecesarios, palmaditas o pellizquitos o
roces con el cuerpo de otro empleado hasta el intento de
violación y la coacción para las relaciones sexuales.
• La conducta verbal de naturaleza sexual puede incluir
insinuaciones sexuales molestas, proposiciones o presión
para la actividad sexual; insistencia para una actividad
social fuera del lugar de trabajo después que se haya
puesto en claro que dicha insistencia es molesta; flirteos
ofensivos; comentarios insinuantes, indirectas o
comentarios obscenos.

• En la conducta no verbal de naturaleza sexual quedarían


incluidas la exhibición de fotos sexualmente sugestivas o
pornográficas, de objetos o materiales escritos, miradas
impúdicas, silbidos o hacer ciertos gestos.

Así, los niveles de acoso sexual que se pueden establecer


son los siguientes:

• Nivel 1- Acoso leve, verbal: Chistes, piropos,


conversaciones de contenido sexual.

• Nivel 2- Acoso moderado, no verbal y sin contacto físico:


Miradas, gestos lascivos, muecas.
• Nivel 3- Acoso medio, fuerte verbal: Llamadas telefónicas
y/o cartas, presiones para salir o invitaciones con
intenciones sexuales.

• Nivel 4- Acoso fuerte, con contacto físico: Manoseos,


sujetar o acorralar.

• Nivel 5- Acoso muy fuerte: Presiones tanto físicas como


psíquicas para tener contactos íntimos.
4.3. VICTIMAS DE ACOSO SEXUAL LABORAL

Los trabajadores son los únicos sujetos pasivos del acoso sexual. La
protección, en consecuencia, se extiende a todos los trabajadores, sea su
relación común o especial.

Puede ser, teóricamente, sufrido tanto por hombres como por mujeres, pero
dada la constatada situación de discriminación de las mujeres en el mercado
laboral, (mayor precariedad, categorías profesionales más bajas, peor
cualificadas, mayor índice de desempleo, mayor inclusión en la economía
sumergida), las mujeres se convierten en las principales víctimas de acoso
sexual.

El tipo de mujer víctima del acoso sexual no es, la trabajadora joven y


atractiva. El acoso sexual lo sufren principalmente:

• Mujeres solas con responsabilidades familiares, (madres solteras, viudas,


separadas, divorciadas).
• Mujeres que acceden por primera vez a sectores profesionales o a
categorías tradicionalmente masculinas.
• Mujeres menores de 34 años, que acaban de conseguir su primer empleo,
generalmente de carácter temporal o atípico.
• Por sectores de actividad, los índices más altos se dan en los sectores de
construcción e industria
• Mujeres procedentes de países extracomunitarios.
• Las trabajadoras cualificadas
• Y se da con más habitualidad en centros de trabajo de tamaño mediano (de
20 a 250 trabajadores) y grandes (más de 250 trabajadores)

Por el concepto cultural que tienen de su propia sexualidad, a los hombres les
cuesta sentirse acosados y, generalmente, no temen ceder a la presión.
Prefieren mirarse como “objetos de deseo”, pero bajo una connotación que les
aumenta el ego de macho. Sin embargo, y al igual que las mujeres, cuando
las cosas ya no andan como quisieran, la precariedad laboral los obliga a
aguantar. Denuncias contra mujeres acosadoras, hay muy pocas. Hay varios
supuestos que intentan explicar el silencio de los varones, pero todas apuntan
a que los hombres, salvo excepciones, no se sienten acosados, sino
complacidos en su ego de machos si una mujer intenta presionarlos para
obtener un favor sexual.

Aunque la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reconoce que el acoso


sexual afecta a un número importante de trabajadores en todos los países del
mundo y en diferentes ámbitos laborales, también reconoce que son las
mujeres las más afectadas, pero no por ello, los hombres escapan a esta
presión. Sin dar cifras, los documentos de la OIT se refiere a “porcentajes
mucho menores”.

Proporcionalmente los separados y divorciados son los más proclives a sufrir


acoso sexual; el 42,9% de los que se encuentran en esta situación reconocen
haber sufrido algún tipo de conducta indeseada en su centro de trabajo. Los
solteros, a pesar de constituir sólo un tercio de la población masculina
ocupada, tanto en números absolutos como en relativos, superan en casos de
acoso a los hombres casados. Así, un 12,9% de los solteros ha sufrido alguna
situación de acoso frente al 5,5% de hombres casados. Es también curioso
que el sector donde la mayor proporción de hombres que se sienten acosados
es la agricultura, un 17%, frente a un 7% en los servicios.

4.4. LOS ACOSADORES

El acoso sexual puede provenir del empresario, de los jefes o directivos; de


los compañeros de trabajo e, incluso, de clientes o terceros relacionados con
la víctima por causa del trabajo, siempre y cuando se produzca en el ámbito
laboral.

Según los diversos informes publicados, el perfil del acosador hombre, en el


98% de las ocasiones coincide con la figura de “Don Juan”, chulo, ligón, y
cargado emocionalmente de rasgos negativos. Suelen tener una vida familiar
y sexual insatisfactoria y con necesidad de autoafirmación y de control.
Tienden a coquetear de forma ofensiva, acercarse sin motivo o efectuar
comentarios de mal gusto sobre la forma de vestir de la víctima o preguntas
impertinentes sobre su vida sexual. Si se sienten contrariados en sus
proposiciones, pueden adoptar conductas groseras, de chulería o de
humillación hacia la víctima, así como represalias más o menos solapadas.

Existen determinadas características laborales de los acosadores, ya que lo


ejercen en mayor medida compañeros que superiores, y algunos patrones de
comportamiento comunes, sobre todo en los casos graves y muy graves, tales
como la tendencia al sexismo, la agresividad, la escasa empatía o el carácter
dominante.
Los datos de la encuesta ponen de manifiesto que el acoso sexual tiene un
carácter fundamentalmente horizontal: Del total de situaciones de acoso
detectadas en el 58,8% de los casos las han generado compañeros de
trabajo, frente a un 20,6% que indican que fueron/son sus superiores directos.
También puede provenir de fuera de la empresa a través de los clientes con
los que se relaciona la mujer acosada (14,3%).

El acoso sexual no es esencialmente masculino y también puede ser femenino


(de la mujer al hombre) cuando las mujeres están en una situación de poder y
utilizan esa desigualdad para obtener favores sexuales del otro a través de la
coacción. Sin embargo, las situaciones de acoso desde la mujer hacia a un
hombre suelen ser muy pocas, porque además no existen muchas mujeres en
cargos de poder.

El 76,2% de los hombres acosados manifiestan que quien generó esa


situación fueron mujeres y un 22,8% fueron acosados por hombres. El acoso
perpetrado por personas del mismo sexo es una característica del acoso
masculino, ya que entre mujeres es tipo de situaciones es muy raro que se dé.
4.5. CONSECUENCIAS DEL ACOSO SEXUAL LABORAL

El acoso sexual produce en la víctima las siguientes consecuencias:


- De orden laboral:
- Absentismo laboral (bajas por enfermedad).
- Baja productividad.
- Dificultad en el desempeño de su trabajo.
- Crea un ambiente tenso y hostil que puede afectar a la salud de la persona e
incluso a los trabajadores testigos de la conducta de acoso.
- Puede provocar incluso la pérdida o abandono del puesto de trabajo con la
consiguiente pérdida de perspectivas de promoción, y muchas veces, de
estabilidad en el empleo.
• De orden Social:
En muchas ocasiones se tiende a culpabilizar a la víctima, a la que provoca la
consiguiente pérdida de autoestima e incluso, a veces, el rechazo social hacia la
propia víctima.

• De orden Personal.
Fundamentalmente, provocando efectos sobre la salud: ansiedad, estrés,
depresión, disminución de la autoestima.

El acoso sexual en el trabajo empieza a ser reconocido como un doble problema.


Ya hemos visto cuales pueden ser las consecuencias para la víctima, pero, qué
duda cabe, el acoso sexual también produce consecuencias para el empleador.

El acoso sexual produce en el empleador las siguientes consecuencias:


• Absentismo laboral.
• Descenso de productividad y de la motivación.
• Estrés.
• Enrarecimiento del clima laboral.
• Eventual pago de indemnizaciones, lo que produce un incremento en los costes
del empresario.

Las consecuencias para la sociedad, en su conjunto, podrían resumirse diciendo


que el acoso sexual impide el logro de la igualdad y tiene efectos negativos
sobre la eficiencia de las empresas, que entorpecen la productividad y el
desarrollo.

4.5.1. CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS DEL ACOSO SEXUAL LABORAL

En un plano físico y psicológico, en torno a una quinta parte (21,2%) de las


trabajadoras que sufren o han sufrido acoso sexual reconocen que el mismo
les ha supuesto padecer algún tipo de trastorno físico y/o psicológico, a
consecuencia de las agresiones sufridas.

Entre los aspectos psicológicos se pueden citar todos aquellos que afectan al
bienestar mental de las trabajadoras y su rendimiento laboral: como la apatía
y desgana (10,5%), la baja autoestima (8,2%) y otros síntomas relacionados
con el sueño como las pesadillas (7,5%) o el insomnio (7,6%).

Otros síntomas, son somatizaciones reflejo de sentimientos profundos de


ansiedad y miedo de difícil control. Las palpitaciones (10,4%) junto con las
dificultades para respirar (6,5%) o el aumento de enfermedades en general
(7,2%) son ejemplos de graves consecuencias del acoso sexual.
Como vemos, las repercusiones más frecuentes sobre la salud de la víctima
incluyen una serie de síntomas psicológicos y psicosomáticos, que oscilan
entre la ansiedad y la depresión, con síntomas específicos de falta de
concentración, irritabilidad e insomnio, así como un rechazo al trabajo y una
disminución de la autoestima personal.

En el plano de las relaciones interpersonales puede surgir una desconfianza


hacia las personas del otro sexo hombres en general y, en consecuencia, una
dificultad para establecer relaciones espontáneas con personas del otro sexo.
Los síntomas psicosomáticos pueden ser más variables, pero incluyen
frecuentemente dolores de cabeza y de espalda, así como molestias
gastrointestinales.

El mayor o menor impacto psicológico del acoso sexual sobre la víctima


depende, por un lado, de la mayor o menor intensidad de la agresión, en
función de cómo es percibida por la víctima y, por otro lado, del equilibrio
psicológico del sujeto y del apoyo social del entorno de la víctima
(compañeros de trabajo y círculo de amistades en general) cuando se conoce
públicamente lo ocurrido.
No es infrecuente, sin embargo, que se mantenga en secreto el acoso sexual,
en parte porque la víctima teme ser acusada de falta de credibilidad o de
haber sido su propia conducta la causante del acoso y, en parte, por miedo a
ser objeto de represalias laborales. Lo más preocupante del caso es que la
ocultación del acoso sexual tiende a acrecentar el impacto psicológico,
especialmente en lo referido a la autoestima y a las relaciones con personas
de otro sexo.

LEGISLACION

Bolivia no penaliza el acoso sexual en el trabajo, aunque existen disposiciones


sectoriales que lo consideran como una falta grave para llevar a cabo una acción
civil, pero no hay una norma que lo tipifique como delito cuando ocurre en el
ámbito laboral.
Tampoco se cuenta con datos oficiales que den cuenta de la magnitud de la
problemática pero en servicios alternativos se reciben denuncias de trabajadores
en situación de acoso sexual en sus fuentes laborales (privadas o públicas). En
este marco se logra en la Nueva Constitución Política del Estado Plurinacional
incorporar en el Art. 49 inc. III la prohibición de toda forma de acoso laboral,
dando la posibilidad de aplicación de sanciones para quién las comete.
Artículo 49.

III. El Estado protegerá la estabilidad laboral. Se prohíbe el despido injustificado y toda forma de
acoso laboral. La ley determinará las sanciones correspondientes.

Se han llevado a cabo juicios a nivel Tribunal Constitucional de la Justicia en los que las
víctimas de acoso laboral salieron favorecidas.

La Defensoría del Pueblo también defiende este tipo de causas.

También se cuenta con la ley Nº 348 (LEY INTEGRAL PARA GARANTIZAR

A LAS MUJERES UNA VIDA LIBRE DE VIOLENCIA) que se promulgo el 9 de marzo


de 2013 ya que el acoso sexual laboral afecta en mayor medida a las mujeres, en dicha
ley se mencionan los siguientes puntos:
ARTÍCULO 21. (MEDIDAS EN EL ÁMBITO LABORAL).

I. El Ministerio de Trabajo Empleo y Previsión Social, debe adoptar las siguientes


medidas destinadas a garantizar el respeto a las mujeres:

5. Protección contra toda forma de acoso sexual o acoso laboral, y adopción de


procedimientos internos y administrativos para su denuncia, investigación,
atención, procesamiento y sanción.

II. En caso de vulneración de estos derechos, la mujer en situación de violencia


laboral podrá recurrir a las instancias administrativa o judicial que corresponda
para que sus derechos sean restablecidos, le sea reparado el daño, se apliquen
sanciones al agresor, y si corresponde, a los responsables de la atención y
protección que incumplieron sus funciones.

ARTÍCULO 35. (MEDIDAS DE PROTECCIÓN). Las medidas de protección que podrá


dictar la autoridad competente son las siguientes:

15. Disponer la remoción del agresor de acoso sexual en el medio laboral.

17. Restringir, en caso de acoso sexual, todo contacto del agresor con la mujer, sin
que se vean afectados los derechos laborales de la mujer

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