Sie sind auf Seite 1von 2

Ser en ACTO: se refiere a la sustancia tal como en un momento determinado se nos presenta y la

conocemos.

Ser en POTENCIA: se entiende como el conjunto de capacidades o posibilidades de la sustancia para


llegar a ser algo distinto de lo que actualmente es.

EJEMPLO: Yo que soy joven tengo la capacidad de ser un anciano: soy, por lo tanto, un joven en
ACTO, pero un anciano en POTENCIA. Es decir, no soy un anciano todavía, pero puedo llegar a serlo.

Los antiguos filósofos al explicar el primer principio de las cosas, no pensaban más
que en el principio material (agua, aire…, etc.), el cual había de ser, forzosamente,
sumamente imperfecto.
Si el principio material (es decir, en la naturaleza encuentra su explicación primaria
y de él deriva la multiplicidad de las cosas) implica potencialidad e imperfección, el
que es primero en este orden implicará potencialidad e imperfección en sumo grado.
Pero es de todo punto imposible que el principio material sea absolutamente el
primero, porque la potencia siempre supone un ser en acto, por el cual puede ser
reducida al movimiento y adquirir su perfección y su acto propio.
Por eso, al principio material debe preceder el principio activo (razón universal,
causa u origen que rige y produce todo, llamado Dios.) como a la potencia precede
el acto.
Ahora bien, el principio activo implica acto y perfección, pues una cosa en tanto obra en
cuanto está en acto, en cuanto actualmente tiene la perfección, que por la operación va a
comunicar a su efecto, pues nadie da lo que no tiene. Y el primer principio activo estará
máximo en acto y tendrá la máxima perfección, pues a medida que va subiendo en la escala
de principios va proporcionalmente ganando en acto y en perfección.
Este primer principio activo es Dios, que es la causa primera y eficiente de todas las cosas.
Luego Dios es sumamente perfecto.
Pero aun hay más. Dios posee la perfección de todas las cosas creadas y creables, actual y
posibles. Lo cual quiere decir que es infinitamente perfecto.
La causa activa o eficiente debe poseer actualmente toda la perfección de su efecto, porque
nadie da lo que no tiene. Pero Dios es causa eficiente primera del ser, de la verdad, de la
bondad y de toda otra perfección en los seres creados. Luego Dios contiene actualmente en
sí mismo la perfección de todas las cosas, que han sido causadas por Él. De donde se deduce
que no hay en la criatura perfección alguna la cual no exista también en Dios: verdad,
bondad, belleza, vida, inteligencia, inmortalidad, etc.
Este procedimiento de la causalidad divina solo nos lleva a admitir en Dios las perfecciones
por Él causadas, o sea las perfecciones múltiples y variadas que se encuentran en las
criaturas. ATENTA EN LAS SIGUIENTES LÍNEAS, PRECIOSA. ¿Se dan, además en Dios aquellas
otras perfecciones que, si de hecho no han sido causadas, pudieran, sin embargo, serlo? Se
trata de las perfecciones contingentes o posibles, posibles en sí y absolutamente
consideradas, no posibles al poder de Dios, porque es evidente que, si Dios las puede
producir, es porque las contiene (es decir, están en Él). ¿Contiene Dios todas las
perfecciones que son en sí mismas absolutamente posibles? Indudablemente que sí. Y la
razón de esto es porque Él es el ser subsistente. Ser subsistente es lo mismo que ser
irrecepto, ser ilimitado, infinito, plenitud de ser. El ser ilimitado e infinito contiene
actualmente todas las perfecciones, lo mismo actuales que posibles. Lo que no es no tiene
perfección alguna, y lo que existe, en tanto es perfecto en cuanto tiene ser. Luego lo que es
ser sin ribera y sin límites, comprende todo género de perfecciones, no solo actuales, sino
también posibles. Se debe, pues, concluir que Dios es absolutamente infinito en perfección,
como lo es en ser.
Exactamente lo mismo se debe decir de la bondad de Dios. La bondad se funda en la
perfección. Por consiguiente, una cosa perfecta será buena, y otra infinitamente perfecta
será infinitamente buena. Luego Dios será no solamente perfecto, sino bueno en grado
sumo e infinito.
Dios es esencialmente bueno, o bueno por esencia, porque la perfección y la bondad se
fundan en el ser, y éste (el ser) en Dios se identifica con la esencia divina. Como en toda
criatura el ser está fuera de la esencia, por eso ninguna criatura se puede decir
esencialmente buena, o buena por esencia, siendo esto un privilegio exclusivo de Dios.

Das könnte Ihnen auch gefallen