Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
SUSAN FORDWARD
Tercer paso: toma nota de todas las etiquetas que ha usado contra ti tu
compañero
Prepárate tantas etiquetas como necesites para anotar todos los
calificativos, y pégalas sobre una hoja de papel, con este encabezamiento:
«lo que él dice que soy».
Para ayudarte a contrarrestar esas etiquetas negativas, prepara un
segundo grupo de ellas, donde anotarás las cualidades positivas de que tú
te sabes poseedora.
Ahora pregúntate.
¿Querrías que alguien a quien tú valoras fuese tratada de esa manera?
¿Por qué no te parece bien que a ella la traten así, pero a ti sí? ¿Acaso no
eres tú tan importante como ella?
¿No tienes los mismos derechos a que te traten bien y con bondad?
Una persona razonable, ¿se alteraría de esa manera por incidentes tan
triviales?
La crítica constante, los pinchazos y el desplazamiento de la culpa, ¿son
parte de una relación de amor?
¿No está simplemente buscando una excusa para atacarme?
¿No está culpándome de todas las cosas de las que no quiere
responsabilizarse?
¿Tiene alguien derecho a tratar a otro ser humano de la forma en que él
me trata?
Para empezar esta fase de nuestro trabajo, les pido a mis clientas que
redacten una lista de diez cosas que harían para consolar a alguien que se
siente desdichado. Aquí tienes una lista de muestra.
Abrazarlo.
Acariciarlo.
Escucharlo.
Asegurarle que todo irá mejor.
Prepararle su comida o su bocadillo predilecto.
Llevarlo a pasear por un lugar agradable.
Llevarlo a ver un espectáculo.
Sugerirle que se relaje en un baño caliente.
Sugerirle que vaya a nadar o a practicar otro deporte.
Comprarle algo que le agrade.
Prepárate tu propia lista, con las cosas especiales que tú haces para
consolar a alguien.
A fin de lograrlo, era necesario que ella misma se dijera, en voz alta y
escribiéndose cartas, lo que siempre había anhelado oír de su padre.
Le pedí a Nicki que le escribiera una carta a la niñita dolida que llevaba
dentro. En esa carta no debía expresar ninguno de sus sentimientos
negativos sobre sí misma; debía concentrarse más bien en las cosas que
ella, como adulta, le diría a una criatura dolida y perturbada.
Cómo poner término al poder de los viejos mensajes
Vengo aquí a enterrar todas las cosas mezquinas y dolorosas que mi padre
me dijo cuando era pequeña.
Vengo aquí a enterrar el poder que sobre mí tuvieron sus críticas.
Vengo aquí a enterrar mi avidez de ser aprobada y elogiada por él.
En esta tumba entierro también mi fantasía de que mi padre será, algún
día, el padre que siempre he querido.
Que en paz descanse.
Deja de:
—Disculparte
—Suplicar
—Llorar
—Discutir
— Defenderte
—Tratar de que él vea las cosas de otra manera
—Gritar
—Amenazar
Cambiarlos por:
—Esto es lo que pienso.
—Esto es lo que creo.
—Esto es lo que haré.
—Esto es lo que no haré.
—Esto es lo que quiero.
El ejercicio siguiente, que tal vez te parezca muy raro, ha ayudado a mis
clientas a reforzar su resolución de cambiar y a ver que no pueden volver a
su antiguo comportamiento.
Usa otra vez la silla vacía e imagínatelo a él allí sentado. Ahora, ponte de
rodillas delante de él y pronuncia estas palabras:
Pensamientos nuevos
—Soy adulta.
—Sus gritos no me van a matar.
—Soy capaz de soportar cómo me siento.
—No tengo que tratar de mejorar ni de arreglar las cosas.
—El responsable de su comportamiento es él, no yo.
— Se está portando como un mocoso malcriado.
— Actúa como si fuera un bebé.
— No tiene control de sí mismo.
Cuando empiece con sus broncas, trata de decirte para tus adentros
alguna de estas cosas:
— No soy yo quien tiene que arreglar esto.
— Puedo tolerar mis propios sentimientos.
—El responsable de su comportamiento es él, no yo.
Una vez que hayas puesto límites y te hayas hecho respetar por tu
compañero, estarás en condiciones de hablar con él de las cosas que tú
quieres en la relación.
Para empezar, vuelve sobre las listas donde definiste tus deseos y
necesidades.
Ahora, reduce tus deseos a unos pocos puntos clave, a fin de no abrumar a
tu pareja con demasiadas exigencias simultáneas.
—Quiero tener igual voz en cuestiones de dinero, pero...
—Estoy dispuesta a empezar con mi propia cuenta bancaria y mi propio
dinero.
—Quiero contar con alguien que me ayude con el trabajo de la casa y con
los niños.
—Quiero que Gerry deje de agredir verbalmente a los
—Quiero convertir alguna parte de la casa en un estudio donde yo pueda
pintar
Cada vez que una oleada de pánico comience a inundarte, vuelve a tu lista.
Repasa tus miedos y tus soluciones a los problemas.
A medida que pase el tiempo y te des cuenta de lo fuerte y competente
que eres realmente, los pensamientos que te asustan se harán más
remotos Hacer este ejercicio no anulará todos tus temores, pero al
convertirlos en problemas solubles puede, sin lugar a dudas, disminuir tu
terror ante lo desconocido.
Mientras seguía en pugna con la decisión que debía tomar, le propuse que
fortaleciera su resolución haciendo una lista que tuviera en cuenta el
aspecto negativo del balance.
Para muchas, que las cuiden significa que tienen una deuda de lealtad muy
especial con sus compañeros.
Le expliqué que ser leal no significaba tener que aceptar malos tratos ni
faltas de respeto por sus sentimientos.
Le señalé también que ella había sido socia en la sociedad matrimonial, y
que había trabajado mucho para hacer feliz a Jeff y para asegurarle la clase
de hogar y de vida social que él quería.
Aconsejo a cualquier mujer que haya roto con un misógino que firme un
contrato así consigo misma. Cuando lo hagas, piensa que es tu sentencia
de divorcio emocional.
Mientras no la dictes, seguirás casadísima, no importa lo que pueda decir
la sentencia de divorcio del tribunal.
El divorcio emocional es la época más difícil que tiene que pasar una mujer
después de haber roto su relación con un misógino. Terminar una relación
se parece bastante a tener una muerte en la familia; es la muerte de tus
esperanzas, de tu manera de vida y de tu sensación de que eres parte de
una pareja. Y lo mismo que a cualquier otra muerte, hay que llorarla.
OBJETIVOS Y ASPIRACIONES
CREENCIAS Y OPINIONES
PERSONAS ACTIVIDADES E INTERESES