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Scripta Ethnologica

ISSN: 1669-0990
caeasecretaria@gmail.com
Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas
Argentina

Krmpotic, Claudia S.
LA ESPIRITUALIDAD COMO DIMENSIÓN DE LA CALIDAD DE VIDA.
EXPLORACIONES CONCEPTUALES DE UNA INVESTIGACIÓN EN CURSO
Scripta Ethnologica, vol. XXXVIII, 2016, pp. 105-120
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
Buenos Aires, Argentina

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=14849184006

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SCRIPTA ETHNOLOGICA, Vol. VIII, Bs. As., pp. -

LA ESPIRIT ALI A CO O I ENSI N E LA CALI A E I A E PLORA-


CIONES CONCEPT ALES E NA IN ESTIGACI N EN C RSO

C S

S The author analyzes and discusses the paradigm shift that various currents and approaches declaim at

the intersection between spirituality , political and professional interventions, in relation to the quality of life. This

has led to concepts such as ‘culturally sensitive practices’, ‘conscious practices’, ‘noosphere’ as the new stage of

globalization, and the new “ecozoic era” result of the combination of ecological, systemic and holistic thinking.

The article includes a set of research notes with exploratory purposes attempting to identify the plot of senses that

give signi cance to the concept of spirituality. Approaches and detours to the question arise from a contextual

coordinate and another one related to its problematization in the bosom of diverse scienti c disciplines in which

th conc pt ha n tra itionall r i t

: Spirituality - quality of life - paradigmatic change

I que ominelli  reconoce la uide de la


En los ltimos a os se ha hecho os- cultura en los modos de vida paralelos, el de
tensible el reconocimiento de la diversidad prácticas conscientes (mindful practice, Sperry
socio-cultural con relaci n a la calidad de vida, y Shafranske, ), o prácticas espiritual-
y su impacto en los estudios sobre las identida- mente sensibles (spiritually sensitive practice,
des, las nuevas sub etividades y el bien-estar Canda, ), a través del cual se llama la
( ). Ello atenu el énfasis econ mico y utilitario atenci n acerca de c mo las tradiciones espi-
del bienestar, e incidi en aquellas actividades y rituales afectan las cosmovisiones y el sentido
profesiones que se desenvuelven en el ámbito de la vida y el ser de los profesionales como
de las relaciones interpersonales, en el traba o de las personas en su vida cotidiana. Todo ello
sobre los otros sea con nes terapéuticos, ha fortalecido un encuadre ahora bio-psico-so-
asistenciales o preventivos-, como en aquellas cial-espiritual en el que las fuer as ecol gicas
asociadas los mecanismos de regulaci n social act an afectando los ciclos de vida, en una
en el sutil entramado de la gubernamentalidad trama conceptual que ofrece retos y oportuni-
(Foucault, ). dades en la intervención social plani cada, en
Por su parte, las instituciones que ope- la práctica clínica, la educaci n, la prestaci n
ran sobre el locus de lo social, han visto revita- de servicios sociales y las políticas p blicas.
li ados los debates en torno de las creencias y La preocupaci n por la sensibilidad
el sufrimiento humano, y sus manifestaciones espiritual genera movimientos e intercambios
en la dinámica social, lo que ha trasuntado en de ideas que acontecen cuando -siguiendo el
conceptos como el de prácticas culturalmente análisis de Corcuff ( )- los pares concep-
sensibles (culturally sensitive practices) con el tuales típicos de las ciencias sociales material/

Centro Argentino de Etnología Americana-CONICET y Universidad Nacional de La Matan a. E- : ckrmpotic


gmail.com
CLAUDIA S. KRMPOTIC

ideal, objetivo/subjetivo, colectivo/individual que resulta de una construcci n social de


procuran ser superados por el programa re- conceptos como de los problemas p blicos
lacionalista, el lengua e constructivista, y la acchi,  acing,  us eld, 
inuencia de la perspectiva antropológica, los y Nudler, ). Así algunas nociones se tornan
que dominan la interpretaci n de los fen menos signi cativas en la medida que se constata
sociales desde a esta parte. un contexto de experiencia y signi cado so-
Para desarrollar el acercamiento a la ciopolítico en el que se usa y para el que se usa
temática, se avan en una b squeda biblio- (Koselleck, ). Esta refocali aci n remite a
grá ca y de consulta a bases de información una forma de cambio conceptual que expresa un
cientí ca como el Sistema de nformación espacio controversial (Nudler, ) en el que
Cientí ca edalyc, Scienti c lectronic Li- se despliegan los compromisos ontol gicos,
brary Online (Scielo), iley Online Library y te ricos y metodol gicos que los actores com-
Sage, a partir de los conceptos de espiritualidad parten o aceptan, ya sea de manera explícita o
y calidad de vida, a n de conocer como ha sido implícita, mientras se ponen en uego intereses
temati ada la cuesti n en las publicaciones, disciplinares como institucionales. Parte de es-
particularmente a partir del a prop sito tos movimientos e intercambios fueron tratados
de una expansi n sustancial en este período con anterioridad siguiendo un e e de traba o
(Toniol, ). investigativo (Krmpotic y Sai ar, ).
El panorama que a continuaci n se Como puede verse en los materiales
describe no será exhaustivo en materia de dis- relevados en el curso de nuestra investigaci n,
ciplinas, subdisciplinas y perspectivas, pues la refocali aci n en torno de la espiritualidad
no procura alcan ar una representaci n del aparece en las ciencias humanas y sociales en
universo de materiales disponibles -lo que im- términos de dimensi n socio-espiritual y cog-
plica una limitaci n de este estudio-, sino más nitivo-emocional, con desarrollos en el campo
bien conocer e interpretar aquellos aspectos de la educaci n, los servicios sociales y las or-
que constituyen puntos de ancla e del llamado gani aciones (Ure a Bonilla t al, Crisp,
cambio paradigmático en las ciencias sociales Holloway, Furman t al,
y humanas, y el carácter desestabili ador de Lindsay, Gallegos, Jacobs, ),
una categoría como la de espiritualidad ( ). la salud (Toniol, Dein, ), el bienestar
psicol gico y la sensaci n sub etiva de salud
I T - (Rodrígue -Carva al t al, Romero et
al, Arnold et al, Casullo, ), la
I.a.- Dimensión espiritual e intervención losofía Cervantes,  onetetancourt,
social ) y en la administraci n y los estudios del
La relaci n entre espiritualidad e in- traba o (Moore y Casper, Milliman t
tervenci n social recogida por las prácticas al., ).
espiritualmente sensibles, se a rma en el marco Estos compromisos giran en torno de
de una problemati aci n y cambio conceptual dos notas fundamentales a) la crisis civili a-
LA ESPIRITUALIDAD COMO DIMENSI N(...)

cional y su impacto en la economía, la ciencia supone el arte de convivir (la política) que se
, la tecnología, los valores y la ecología y b) funde con el arte de vivir (la espiritualidad).
los debates en torno del su eto y el rescate de La espiritualidad re ere a la experiencia de
la identidad como vía de comprensi n de los sentir que formas parte de algo más grande y
conictos sociales, de género e interétnicos que más profundo que tú mismo, algo que te conecta
plantea la diversidad intercultural. a to o a to o t hac r a to o lo
Respecto de la primera, se alude a la r h ano co o h r ano al plan ta
crisis de los fundamentos de la cultura llamada como la casa común que tenemos que cuidar”
moderna, capitalista, burguesa, occidental y (Cervantes, ). Conciencia individual
mundiali ada, la que -para evitar la o obra- que es conciencia planetaria, que busca en la
se encuentra empu ada a combatir la estreche moral la respuesta para no vivir a la deriva y
de su racionalidad. Como resume Boff ( ) atrapados por el miedo, sea en la sociedad del
nociones como las de ra n sensible (Maffe- riesgo (Beck, ), sea en los tiempos líqui-
soli, ), inteligencia emocional (Goleman, dos (Bauman, ).
), ra n cordial (Cortina, ), ciencia El planteo nos enfrenta a una po-
con conciencia (Morin, ), inteligencia lari aci n de sentimientos, a una parado a
espiritual (Zohar y Marshall, ), la capa- de la ra n incertidumbre y escepticismo
cidad de preocuparse por el otro (el conc rn generali ados, unto a la toma de conciencia
de innicott, ) y el cuidado (Boff, ) y compromiso qui ás algo exacerbado. Si la
aluden a distintos esfuer os por nombrar la política remitía a lo colectivo y la conciencia
nueva racionalidad. a lo individual, el giro apunta a con ugar una
Respecto de la segunda nota, la refe- conciencia política individual ligada a una
rencia al su eto post-liberal (Krmpotic, responsabilidad y sensibilidad ética (Torrent,
Frost y Hoggett, ) si bien dista de ser la ) unto a una espiritualidad socialmente
más adecuada, connota la capacidad de relacio- comprometida (De la Iglesia, ). Una tarea
namiento en lugar de autonomía, de un su eto signada por la necesidad de trascender el dua-
que -en cualquier condici n- precisa del otro lismo que atraviesa la interpretaci n dominante
en la precaria e incompleta unidad del existir. de la historia social moderna en términos del
Un su eto que no siempre se mane a con racio- distanciamiento entre religiosidad y polis, entre
nalidad (instrumental) pues somos seres ambi- lo espiritual y lo secular, invitando a traspasar lo
valentes, que nos conducimos emocionalmente religioso como sistema institucional, para en su
y que existimos más allá pero de nidos por lugar, identi car la forma en que las tradiciones
el marco del lengua e. Plenitud, necesidades y religiosas y espirituales nos ofrecen proyectos
sufrimiento que compartimos a través de los y condiciones para la vida colectiva con capa-
actos y materiales de la cultura. cidad para provocar una adhesi n voluntaria
Como tel n de fondo, la nueva mirada de los su etos y los grupos (Corbí, ).
busca integrar lo hist ricamente escindido, Ello implica abandonar abstracciones
entendiendo que la gesti n de la vida en com n tales como la sociedad o el individuo , o la
CLAUDIA S. KRMPOTIC

referencia a estructuras o factores sociales, y Revista de la Universidad Bolivariana ( )


retornar en alg n caso a ideas despla adas para ( ) consagrado al tema de Espiritualidad y
de nir lo social como en el caso de una socio- Comunidad, Espiritualidad y Acci n Social
logía molecular. Tal como expresa Tonkonoff ilustra cabalmente los cuestionamientos e
( ) en el excelente pr logo a una edici n intersecciones que la temática provoca en el
reciente de Creencias, deseos, sociedades de ámbito de las ciencias sociales y humanas.
G. Tarde ( ), “el nivel propio de lo social es el Interrogándose respecto si la espiritualidad y
los ujos de creencias y deseos, corrientes el cambio social son realidades antin micas,
de fe y pasión que constituyen (y destituyen) a en el texto que prologa la edici n ( ) se
lo in i i o lo gr po la in tit cion reconoce que “la aparente antinomia que du
[…] Los individuos no son elementos irre rante varias décadas del siglo pasado empujó
cti l co pacto S trata i n a cha p r ona a t n r optar ntr l
mónadas abiertas, hechas casi por completo ca io p r onal l ca io ocial a partir
de creencias y deseos” (p. ) con referencia de nuestra intuición o convicción que ella se
al mundo interno de las personas que a su ve ha i o i ol i n o n la ca a r ci nt En
conforman la vida social, vida que no es más el pasado, esta disociación llevó a que muchas
que “el uir, con uir y diferir de las corrientes p r ona acogi ran la p r p cti a la piri
inter-mentales de convicción y pasión que tanto tualidad como una ideología o falsa conciencia
co pon n co o co pon n la oci a a –“la religión como el opio del pueblo”–, y que
sus sujetos” (p. ). incluso fuera considerada como un obstáculo
En el mismo sentido, Latour ( ) para el cambio y la transformación social”.
abona con su teoría del actor-red (actor n Advirtiendo que en América Latina la
twork theory) una sociología de las asociacio- reexión arraiga en un territorio multicultural,
nes (en contraposici n a la sociología clásica, dicha edici n a través de los diferentes aportes
o estándar). Lo real -ob etos y agencias- tienen autorales, anali a las posibilidades y condi-
una naturalidad (vínculo con la naturale a), una ciones del diálogo “entre -por un lado- los
sociabilidad (construcci n social) y un signi- gar lato ali ntaron la i olog a l
cado construcción semiótica tres atributos progr o rant ca i o iglo a par
naturalea, sociedad y signi cado entre los tir l rgi i nto la ci ncia o rna l
que se establecen conexiones, nodos, energías, fenómeno de la Ilustración -y que desplazaron
micropoderes y mundos paralelos, en lugar de l onopolio l rol orali a or c pli o por
espacios en diferentes escalas, niveles, territo- la i tinta r ligion al t ntar lo alor
rios, categorías, estructuras y sistemas. no ya en el mandato heterónomo y la obedien
Esta microsociología con un método cia a la nor a pro i ta por n r p rior
cercano a la heterogénesis (Tarde) o a la ge- sino el producto de la voluntad del sujeto ex
nealogía foucaultiana, se reeja en el ámbito pr a a n n contrato ocial al c al liga
regional a prop sito de la materia que nos desde el ejercicio propio de su autonomía-, y
ocupa. El n mero ocho (vol. ) de la Polis, por otro la o l rgi i nto n o tipo
LA ESPIRITUALIDAD COMO DIMENSI N(...)

de espiritualidad con características “laicas”, de la modernidad” (p. , traducci n propia).


“agnósticas”, “híbridas” o “sincréticas”, Asimismo, lo que el autor llama su tesis de
ntr otra no inacion po i l la deseculari aci n ( c lari ation th i )
integran en su visión de mundo dimensiones encuentra dos excepciones por un lado, lo
referidas a la vida en común y al bien de la que parece ser un ale amiento de la religi n es
comunidad”. más bien de aquella religi n institucionali ada
Aborda es que nos remiten a una comu- -fen meno que en general se aplica al término
nicaci n entre espíritus y, por lo tanto, a una seculari aci n-, observado en especial en lo
concepci n de espiritualidad no como dotaci n atinente a la adherencia y observancia de los
o recurso, sino como condici n humana que se c digos de conducta personal establecidos por
fortalece o debilita en el proceso de espirituali- la Iglesia (en lo que ata e en particular a la se-
aci n o de transformaci n de la espiritualidad xualidad, la procreaci n y el casamiento) por
a la lu de la seculari aci n moderna. Esta otro lado, Berger anali a la existencia de una
ltima referencia nos exige dedicar un párrafo subcultura internacional, con alto nivel educati-
a la cuesti n. Efectivamente, la noci n de es- vo (en especial en el campo de las humanidades
piritualidad varía en funci n de la perspectiva y las ciencias sociales), que encarna el pensa-
que asumamos respecto de la seculari aci n, en miento occidental, sus creencias y valores, y
un continuum de posiciones que va desde la no exhibe capacidad de inuencia para establecer
diferenciaci n entre espiritualidad y prácticas la versión o cial de la realidad en cuanto a
religiosas (por cuanto se asume que la espiri- religiosidad y espiritualidad. Sus miembros
tualidad incluye necesariamente una relaci n ocupan posiciones en el sistema educativo, en
con un dios o entidad superior) hacia otro ex- los medios de comunicaci n y en altos cargos
tremo, representado por aquellos que sostienen del sistema legal, y act an como elite globa-
que cualquier noci n de dios, deidad o poder li ada sosteniendo la creencia que vivimos en
superior deriva del sentido de espiritualidad una sociedad secular. Por su parte, lo que el
en tanto signi cado o propósito de vida como autor reconoce como factores del resurgimiento
fundamento. Si para algunos la moderni aci n de la religi n en el escenario religioso global,
ha implicado que lo secular ha despla ado la encuentra fundamento en a) un malestar cre-
presencia de la espiritualidad vinculada a las ciente y la pérdida de las certe as que ofrecía
prácticas religiosas (colocando en el margen a el mundo moderno b) una elite secular que no
unas minorías que participan regularmente de representa las experiencias y expectativas del
los rituales religiosos, los estudios de nales con unto de la poblaci n y c) la b squeda de
del siglo echan por tierra esa interpretaci n. sentido y de transcendencia que ha sido un ras-
Tomaré como ilustrativo el texto editado por go permanente de la humanidad, por lo que no
Berger ( ) para acompa ar su premisa que habría raón su ciente para pensar lo contrario
“el mundo de hoy día es masivamente religio en la época actual.
o c al i r co a no c lari a o tal Convengamos que en la mayoría de
co o ha i o pr icho por cho anali ta las áreas del saber, la conversi n en discipli-
CLAUDIA S. KRMPOTIC

na cientí ca nos ha puesto en conicto con e cacia terapéutica. s a partir de la década de


lo espiritual, es decir, con el sentido de una , que la temática ha movili ado estamentos
espiritualidad como b squeda, como expe- de las políticas p blicas como de la práctica
riencia a través de la cual el su eto reali a una clínica, sostenido en la a rmación que la espi-
transformaci n por si mismo (Foucault, ) ritualidad hace bien a la salud (Toniol, ).
como una actitud frente a la vida que busca El citado autor encuentra no s lo un aumento
signi cados y propósitos en las relaciones con de las producciones médicocientí cas en tér-
uno mismo, con los otros y con la realidad minos cuantitativos, sino de una diversi cación
del universo, naturale a o presencia superior. temática y metodológica. llo se reeja en la
Asimismo exige una mirada interdisciplinaria, producción bibliográ ca, más también en la
pues de otro modo los sesgos disciplinarios oferta de capacitaci n como en avances legisla-
tornan árido e incomprensible el recorrido. tivos en el reconocimiento de nuevas prácticas,
Para sinteti ar, una aproximaci n am- lo que acompa a una progresiva legitimaci n
plia al concepto de espiritualidad que puede del par espiritualidad y salud.
funcionar como terreno com n de interpre- En materia de tendencias globales, la
taci n, nos remite a necesidades humanas Organi aci n Mundial de la Salud (en ade-
-posiblemente universales- de a) encontrar lante OMS) amplía los debates desde ,
sentido, prop sito y reali aci n en la vida, b) mientras que la espiritualidad es incorporada
de esperan a o voluntad de vivir, y c) de creer, o cialmente como tema de agenda en unio
de tener fe en uno mismo, en los otros, como de cuando el organismo convoca a una
en un dios o entidad superior. Se anticipa un reuni n de consulta internacional a cargo de la
cambio epocal caracteri ado por la homini a- Divisi n de Salud Mental. Como resultado de
ci n de la realidad planetaria que, a partir de ello se resuelve la incorporaci n de un m dulo
la biosfera (vida) y luego la antroposfera (ser a la medida existente de Calidad de Vida que
humano), “se llega a la noosfera en tanto etapa permite examinar los diferentes aspectos que
más avanzada del proceso evolutivo […] que contienen la espiritualidad, la religiosidad y las
a partir l nti o gri go l no r it a creencias personales en la medida de la salud
nt int lig ncia a la con rg ncia y el bienestar. Así, el concepto de calidad de
mentes y corazones […] de un humanidad como vida relacionada con la salud CS reeja el
expresión consciente e inteligente de la Tierra” enfoque multidimensional en el que el paciente
(Boff, ). constituye la fuente primaria de informaci n.
Como tal, las dimensiones más importantes que
I.b.- La espiritualidad en la salud incluye la CVRS son el funcionamiento social,
Uno de los campos en los que puede físico y cognitivo la movilidad y el cuidado
hallarse una intensi cación del uso de la no- personal, y el bienestar emocional, incluyendo
ci n de espiritualidad, como de las creencias la percepci n que tiene el individuo sobre su
y del holismo es el de las ciencias médicas a propia salud, siendo utili ada con frecuencia
prop sito del alcance de los diagn sticos y la como sin nimo del concepto de salud autoper-
LA ESPIRITUALIDAD COMO DIMENSI N(...)

cibida. De a de ser un ob eto de investigaci n Desde el punto de vista de la clínica


para constituir una recomendaci n que integra médica una articulaci n significativa con
la espiritualidad como una cuarta dimensi n en nuevas dimensiones de análisis es el con-
el concepto de salud, que pasa a ser un estado cepto de acontecimientos vitales estresantes
dinámico de completo bienestar físico, mental, (en adelante AVE), y que se ha expresado en
espiritual y social. Así la espiritual se integra algunos instrumentos, siendo dos de los más
a las esfera física, psicol gica, al grado de de- difundidos la propuesta de Heller, que agrupa
pendencia, las relaciones sociales y el entorno, factores dependientes del ambiente físico, de
con el ob eto de evaluar la calidad de vida en la estructura social y de acontecimientos con-
contextos asistenciales (OMS, ). Se asu- ictivos, y la de ernánde allesteros, quien
me un concepto de espíritu entendido como los ordena en factores físicos, socioculturales,
lo inmaterial, intelectual o moral del hombre, educativos, econ micos, laborales, personales
entendido como la creencia en la existencia interpersonales (Aybar Zurita, ). Se puede
de un poder reinante sobrenatural, creador y de nir un A como un fenómeno económi-
controlador del universo, que ha dotado al hom- co, social, psicol gico o familiar brusco, que
bre de una naturale a espiritual que contin a produce desadaptaci n social o distrés psico-
existiendo después de la muerte de cuerpo. A l gico, siendo la enfermedad el resultado del
diferencia de la religiosidad (aquello en que un fracaso del individuo en su adaptaci n al estrés
su eto cree, sigue y practica), aquí se reconoce (Aybar-Zurita, ). Ello produce en el su eto
cualquier creencia o valores que forman la base un con unto de respuestas motoras, cognitivas
del estilo de vida y conductas de un su eto. y psico siológicas en un intento de adaptarse
También ha contribuido a este giro el a la situaci n causada por el evento estresante,
malestar en la cultura médica, lo que ha obli- las que serán de nidas desde la observación
gado a médicos y asistentes a complementar clínica en sus manifestaciones. La Escala de
el paradigma biomédico con una medicina Rango de Rea uste Social (Social Readjust
psico-espiritual que integre una visi n holística nt ating Scal ) conocida más com nmente
del paciente y su entorno, lo que se ha hecho como la Escala de Estrés de Holmes y Rahe,
ostensible en la aceptaci n por e emplo, de la como la Escala de Experiencias Espirituales
complementariedad terapéutica (que incluso, Cotidianas (Daily Spiritual Experiences Scale)
en diferente medida, llega a ser incorporada (Underwood y Teresi, ), cuyo principal
en el dise o de política p blica en distintos ob etivo es captar la experiencia cotidiana de
países y regiones) en especial frente a aque- espiritualidad, reejan estos nuevos empeos.
llas enfermedades cr nicas, estrés emocional, A partir de entonces, validaciones subsecuentes
crisis vitales, estados de ánimo y sistema in- han apoyado la relaci n entre estrés y enfer-
mune, enfermedades cardíacas, hipertensi n, medad (Día , ). Asimismo, puede notarse
enfermedad cerebrovascular, cáncer, dolor y que la incorporaci n de aspectos emocionales
discapacidad, y como reacci n ante el fracaso y espirituales es de alguna manera respuesta a
terapéutico y la muerte. los malestares generales inespecí cos, es decir,
CLAUDIA S. KRMPOTIC

cuando no se llega a un diagn stico preciso. El sufrimiento como categoría desesta-


La atenci n integral procura evitar un mayor bili adora, la noci n de cuidados, la revisi n de
sometimiento del paciente a pruebas o exáme- los sentidos de vida y muerte, acompa aron en
nes complementarios que en la mayoría de los las ltimas décadas del siglo la aparici n
casos suelen ser innecesarios o con resultados de nuevos enfoques que procuran despla ar
de normalidad. De allí que esta perspectiva el ain tr a en el ámbito de las tecnologías
resulte especialmente apropiada en la detecci n sociales, ya sea en la clínica médica -como no-
de problemas psicosociales, sobre todo en pa- tamos en el acápite anterior- como en la práctica
cientes hiperconsultantes, ni os ba o consulta clínica de otras profesiones como el caso del
frecuente, con jación somática, adicciones y Traba o Social. La literatura de cu o anglosa n
m ltiples problemas de salud (Suare Cuba, y sus áreas de inuencia, llevan la delantera
). en este asunto, por cuanto re ne aprendi a es
Por su parte, en el campo de la psi- y tradiciones en el Traba o Social clínico. En
quiatría y la psicología, se reconoce que “el aquellos espacios como el local, donde esta
conc pto pirit ali a i t tica nt orientaci n está actualmente excluida de la
ha sido excluido del estudio de la salud mental formaci n disciplinar, la recurrencia a la espi-
ha i o t rra o l t io la p i ia ritualidad se concibe más bien como un soporte
tria. Los médicos y psicólogos no son formados para la creatividad y la transformaci n personal
con i ran o l arrollo p ico pirit al y como un factor de resiliencia. Los estudios
la p r ona o l proc o na cri i piri locales sobre el tema son prácticamente nulos
tual o sus emergentes” (Bianchi, ). La y la incorporaci n de conceptos y matrices
espiritualidad en tanto dimensi n que le otorga desarrollados en otros contextos de producci n
sentido a la experiencia del vivir se ha tornado de signi cados deben realiarse con prudencia.
fundamental para encarar la enfermedad y la La relaci n menos controvertida es
muerte, y forma parte de la capacidad de simbo- aquella que vincula la espiritualidad con el
liación y reexión propia del ho o api n La desarrollo del potencial de individuos, pare as,
atenci n de los pacientes exige comprender al familias, grupos y comunidades, en tanto pre-
otro cultural, por lo que en el aborda e clínico, misa básica del Traba o Social. En este sentido,
en los cuadros sindr micos y psicopatol gicos una perspectiva holística que guía la práctica
se estudian y abordan vinculaciones con la profesional no resulta muy a ena al ac gro n
espiritualidad, la neuroteología, la meditaci n disciplinar, en la medida que la interpretaci n
y sus aplicaciones, la fenomenología de la multidimensional de los fen menos estuvo
religi n, las propiedades sanadoras de la fe y siempre presente al ponderar las necesidades
el acompa amiento espiritual, constituyendo humanas. Principios éticos como el respecto al
especiali aciones que se introducen en la ac- otro y a su autonomía han colocado a la pro-
tualidad (Bianchi, ). fesi n en la obligaci n de conocer y respetar
las diversas ideologías culturales, espirituales
I -E / religiosas y losó cas que pueden ser defen-
LA ESPIRITUALIDAD COMO DIMENSI N(...)

didas por los propios profesionales, usuarios, la existencia del plano espiritual en uno mismo
compa eros, supervisores, líderes políticos y como en los demás y sus variados entornos
grupos comunitarios. No obstante esta dispo- culturales b la identi cación y reexión sobre
sici n no conlleva necesariamente una práctica las diversas expresiones de la espiritualidad /
espiritualmente sensible en todos los niveles religiosidad y sus implicancias para la práctica
de intervenci n. Implica para la profesi n un del Traba o Social c) la familiaridad con la re-
esfuer o por conectar espiritualidad con la ligiosidad y los actuales enfoques holísticos en
usticia social, visto hist ricamente como una materia de salud y bienestar d) la incorporaci n
antinomia en los términos ya expuestos. de nuevos recursos que favore can estrategias
Asimismo, en su lucha por superar las de cooperaci n efectiva con los sistemas de
raíces de cu o cat lico de las antiguas prácticas apoyo espirituales religiosos y no religiosos
de ayuda social, el Traba o Social particular- e) el reconocimiento de los aspectos positivos,
mente local y regional, se ha empe ado parti- de apoyo como también aquellos opresivos re-
cularmente en borrar todo vestigio de caridad lativos a las manifestaciones de la diversidad
religiosa (de raí hispano-cat lica) lo cual humana y f) el desarrollo de intervenciones
con ere al rescate de las nociones asociadas a basadas en informaci n relativa a la espirituali-
una práctica culturalmente sensible, un carác- dad (historia espiritual, fortale as y obstáculos,
ter contradictorio y un rechao a lo religioso/ recursos espirituales, puntos de divergencia y
espiritual, lo cual agrega obstáculos te ricos y convergencia a los nes de proveer sistemas
prácticos. Al respecto deberá tenerse en cuenta y actividades de cuidado sin infringir la sen-
la historia social de cada país y comunidad sibilidad y derechos de los usuarios.
para pensar la espiritualidad desde un ángulo
de comprensi n -deliberadamente secular- en C
torno de una espiritualidad como experiencia Si bien el estado de la cuesti n que se
vivida, en lugar de una espiritualidad ligada a ha presentado no resulta exhaustivo ni repre-
las prácticas y al lengua e religioso (Lindsay, sentativo del con unto del material publicado,
Kearney, ). Dimensiones de vida como tampoco admite evaluar el impacto del
que pueden ser incorporadas en este marco cambio paradigmático en las prácticas cientí -
incluyen rituales de vida, creatividad, acci n cas y profesionales, si en cambio ha permitido
cotidianas, y el sentido de lugar, cuando vamos constatar a partir de fuentes ables, la presencia
al encuentro de aquellos usuarios indepen- de la espiritualidad en los temas de agenda de
dientemente de sus antecedentes religiosos, política p blica como de investigaci n en el
a liación o fundamento religioso compartido campo de las ciencias sociales, humanas y de
(Crisp, ). la salud, con una resigni cación de las nociones
Una base com n -hallada en los ma- de bienestar y calidad de vida aceptadas durante
teriales consultados para de nir una práctica el siglo .
sensible a la dimensi n espiritual implica para A diferencia de los estudios sociales,
el profesional a) la concienti aci n acerca de el carácter clínico de las intervenciones mé-
CLAUDIA S. KRMPOTIC

dicas -con alcance hacia otras actividades de vimiento, N ).


asistencia y cuidado- explican una más rápida . Forma parte de un avance en la tarea in-
y consecuente incorporaci n del concepto de vestigativa en el marco del proyecto que
espiritualidad integrado a la noci n de calidad dirige la autora La dimensi n cultural
de vida en contextos asistenciales, con efectos en la resolución de conictos vitales en
en materia de diagn stico y terapéutica, en escenarios diversos PROINCE PIDC
particular en la atenci n de aquellos problemas A - Escuela de Posgrado y Departa-
comple os, multidimensionales y con reiterado mento de Humanidades y Cs. Sociales,
fracaso terapéutico. Universidad Nacional de La Matan a -.
Para las ciencias sociales, el camino de C. Krmpotic (Dir.) - , en el que
incorporaci n del concepto es más sinuoso y se ha propuesto describir la dimensi n
controvertido, en especial en el espacio local y socio cultural y emocional del bienestar,
regional, por cuanto debe superarse esa mirada considerando aspectos como las creen-
que coloca a la espiritualidad en las antípodas cias, la espiritualidad y la religiosidad en
de la transformaci n social. En las profesiones las relaciones sociales, y su incidencia
con cierto nivel de indeterminaci n de su ma- en la resolución de conictos vitales y
teria te rica sustantiva, poco profunda y orien- situaciones-límite como la enfermedad,
tada al ejercicio instrumental, las di cultades el desamparo y el encierro. Algunas de
aumentan por cuanto el concepto s lo parece sus consideraciones también atraviesan
echar lu sobre una dimensi n ideol gica, y por aspectos anali ados en el proyecto que
tanto susceptible de enga o y falsa conciencia. co-dirige la autora Narrativa de creen-
cias. Ret rica y corporalidad en con-
N textos argentinos PIP-CONICET
. Hoy en día la clásica noci n del bienestar CO Instituto de Ciencias
del siglo se reformula en términos Antropol gicas, Secci n Folklore. Fa-
del buen vivir, del vivir bien, de la cultad de Filosofía y Letras, Universidad
noci n de vida buena, con referencia a de Buenos Aires. Plurianual - .
modelos alternativos de desarrollo. En
. Diversas traducciones al espa ol reuni-
este sentido se retoma una tradici n la-
das en dicho material, recuperan textos
tinoamericana sostenida en la detracci n
de Tarde publicados originalmente entre
del eurocentrismo y la cosmovisi n occi-
y .
dental, ahora actuali ada a partir del rol
que uega la resistencia de las sociedades . Se hace referencia al Pr logo a cargo del
marginadas en la elaboraci n de nuevos Equipo Editorial, Espiritualidad y cam-
discursos y representaciones, asociados bio social realidades antin micas ,
al buen vivir (puede ampliarse en olis n línea,   . L  http//
Esteva ( ) Más allá del desarrollo polis.revues.org/
la buena vida . América Latina en mo-
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La autora anali a y comenta el cambio
The daily spiritual experiences scale paradigmático que diversas corrientes y enfo-
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ques declaman en la intersecci n entre espiri-


tualidad, intervenci n y política, en relaci n
con la calidad de vida. Ello ha trasuntado en
conceptos como el de prácticas culturalmente
sensibles , prácticas conscientes , la noosfera
como nuevo estadio de la mundiali aci n y el
de nueva era eco oica resultado de la con-
unci n del pensamiento ecol gico, sistémico
y holístico.
El artículo re ne un con unto de notas
de investigación con nalidad exploratoria
procurando identi car la trama de sentidos
que dotan de signi catividad al concepto de
espiritualidad. Las aproximaciones y rodeos
a la cuesti n se presentan a partir de una
coordenada contextual y otra vinculada a su
problemati aci n en el seno de diversas disci-
plinas cientí cas en las que el concepto ha sido
tradicionalmente resistido.

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