hoy me levanté insólitamente atraído por la belleza, especialmente por

una pregunta que me surgió entre la fase del sueño MOR y la vigilia,
que es cuando el ser está aletargado pero sorprendentemente
creativo. La pregunta fue: ¿cuál civilización había exaltado más la
belleza? Lo primero que se me vino a la mente fue Grecia, pero
inmediatamente pensé en el catolicismo del medioevo o en el
renacimiento. Lo siguiente fue pensar que lo bello nunca va separado
de lo verdadero y y lo bueno. Pulchrum, bonum, verum; beldad,
bondad y verdad. Luego me topé con un escrito sobre la conveniencia
de la belleza física de la Virgen María, en el que encontré algo así
como…en la medida que el alma va retornando a su verdadero origen
(Dios), el ser en su totalidad se va tornando más bueno, más verdadero
y por lo tanto más bello.
Nuestra primera tarea es amar lo bello….debemos encontrarlo,
recuperarlo y reproducirlo y tratar de hacerlo de la manera más
perfecta, según nuestra limitaciones. Sé, de larga data, que una
característica de la virtud de la piedad es ver en las cosas cotidianas,
no solo la mano de Dios, sino también su rostro. Platón decía que La
belleza es señal de un orden superior. Contemplando la belleza
con los ojos de la mente, ud será capaz de alimentar la verdadera
virtud y volverse amigo de Dios. Platón era un idealista, él creía
que los seres humanos son peregrinos y pasajeros en este
mundo, que siempre están aspirando más allá de él, para el
eterno reino donde estarán unidos con Dios. Dios existe en un
mundo trascendente, para el que nosotros aspiramos, pero no
podemos conocer directamente. Pero una forma de vislumbrar
esta esfera divina, es a través de la experiencia de la belleza.
Pero esto lleva a una paradoja: para Platón, la belleza era
primeramente y sobre todo, la belleza del rostro humano y de la
forma humana. El amor de la belleza, el pensó, se origina en el
Eros, la pasión que todos sentimos y que llamamos amor
romántico. Para Platón Eros era una fuerza cósmica que fluye a
través de nosotros bajo la forma de deseo sexual. Sin embargo, si
la belleza humana evoca un deseo, cómo ella puede tener
relación con lo divino? el deseo es para el individuo, una pasión
urgente. el deseo sexual nos da a escoger: adoración o lascivia,
amor o lujuria. Lujuria es sobre tomar, pero amor es sobre dar.
La lujuria trae la fealdad, la fealdad de una relación humana
donde una persona trata a otra como un objeto dispensable. Para
alcanzar la fuente de la belleza, debemos abandonar la lujuria.
Es este sentimiento, sin la lujuria, lo que se llama “amor
platónico”. Cuando vemos la belleza en una persona, es porque
vislumbramos en ella la luz de la eternidad, brillando de una
fuente divina, más allá de este mundo. una bella forma humana
es una invitación para unirnos a ella, espiritualmente, no
físicamente. Lo que sentimos sobre la belleza es lo que sentimos
sobre la religión: no es un sentimiento físico. la belleza es un
visitante de otro mundo y lo mejor que podemos hacer es
contemplarla….