Sie sind auf Seite 1von 4

Intervenciones del Coordinador en

Psicodrama

Soliloquio: Cuando se hace evidente que la persona al


dramatizar atiende más a conductas socialmente aceptables que a las emocionalmente válidas,
se puede pedir al protagonista que exprese en voz alta lo que está pensando, agregando que
los demás no oirán lo que él exprese. Es tal vez la técnica más sencilla y más frecuentemente
usada. Da pautas sobre los contenidos no expresados en la acción. No sólo es introducida
directamente por el coordinador, sino que el participante mismo puede hacerlo cuando sea
consciente de que hay elementos importantes que no le conviene dar a conocer a su
interlocutor dramático, pero sí al director y al grupo. Para que todos sepan que está pensando
en voz alta, los grupos tienen diversas claves: dicen expresamente que harán soliloquio, o giran
a cabeza hacia el costado, o cualquier signo previamente acordado. Esto no es necesario cuando
lo indica el coordinador.
Es una técnica frecuentemente usada en teatro, donde el protagonista puede hacer comentarios
dirigidos al público o expresando lo que no diría directamente. Tiene el valor del signo entre
paréntesis.
En psicodrama se busca no sólo tratar de evidenciar este material no explicitado pero
consciente, sino también busca claves sobre conflictos inconscientes.

Cambio de roles: Tiene como base el ponerse en el lugar del otro. Es una de las técnicas más
esenciales ya que hacen a la esencia misma del psicodrama. La más conocida cita de Moreno es
quizás: “Un encuentro entre dos: ojo a ojo, cara a cara. Y cuando estés cerca arrancaré tus ojos y
los colocaré en el lugar de los míos y tú arrancarás mis ojos y los colocarás en el lugar de los
tuyos. Entonces te miraré con tus ojos y tu me mirarás con los míos” (Moreno, Jacobo Levi,
Einlading zu Einer Begegnung, Viena, 1914).
En el cambio de roles se efectiviza claramente este ponerse en el lugar del otro y permite
muchas veces, comprender actitudes incomprensible si no se tienen en cuenta las circunstancias
reales que rodean el comportamiento del otro. Hacer el cambio de roles permite investigar más
profundamente los contenidos del otro, y muchas veces revela hechos aparentemente
desconocidos para el protagonista, actuando desde su propio rol. El diálogo del coordinador
con el protagonista actuando desde el rol complementario, (entrevista en escena) puede llevar a
los mayores momentos de insight.

Las oportunidades para indicar un cambio de roles son:


1. – Cuando el protagonista hace una pregunta directa al yo-auxiliar haciendo que éste deba
comprometerse por él. El cambio de roles permite que allí sea él mismo quien deba contestar la
pregunta o resolver la situación.

2. – Cuando se quiere mostrar a la persona cómo recibe el otro sus conductas. De esta manera
se comprende mucho más la reacción del otro; es frecuente que después del cambio de roles, el
protagonista comente que dadas las circunstancias el otro no tenía otra posibilidad. Contribuye
así al insight sobre el efecto de sus conductas.

3. – Cuando se inicia la dramatización, con el fin de hacer un cambio de roles informativo, para
que el yo-auxiliar vea cómo deberá componer el rol asignado. Le será más fácil jugar el rol del
protagonista, ya que lo ha visto.

Doble: Es una técnica difícil, quizás la que exija mayor conexión entre protagonista y yo-auxiliar,
pues busca poner en evidencia elementos no expresados por la persona. Inicia un diálogo
interno con éste y debe cuidar no sobreactuar y no invadir al protagonista, siendo como un
apéndice de éste, que realimente el desempeño del rol. Puede inducir a la descarga emotiva
reprimida, o levar a reflexionar sobre las motivaciones de su conducta, etcétera.
Se puede sugerir direcciones al yo-auxiliar, antes de iniciar la dramatización o durante la
dramatización, dirigiéndose explícitamente y dándole indicaciones como si fuera el propio
protagonista.

El doble puede ser retirado al hacer un cambio de roles o puede permanecer reforzando el
desempeño del otro yo-auxiliar que toma el rol del protagonista.

En algunos momentos puede usarse la técnica de dobles múltiples, sobre todo cuando se hace
necesario enfatizar ambivalencias. En el caso de personas que se bloquean por presiones
internas contradictorias, éstas se pueden evidenciar colocando dos dobles, donde cada uno
expresa uno de los sentimientos en pugna. De allí se puede pasar a la dramatización de la lucha
donde la persona deberá decidir activamente sobre la conducta que asumirá.

Es importante que el doble no lo sea sólo verbalmente sino que reproduzca todas las actitudes
corporales del protagonista, siguiendo y reproduciendo sus gestos. Esto no sólo es importante
para que el protagonista sienta que está consigo mismo, sino para que el propio yo-auxiliar
entre profundamente y se identifique con el protagonista. El yo auxiliar que no reproduce
corporalmente la persona, corre peligro de quedar afuera interviniendo sólo intelectualmente.

Para esto es también necesario que el yo-auxiliar tenga el caldeamiento apropiado. No puede
simplemente subir al escenario inmediatamente sino que necesita un tiempo adecuado para
comenzar, entrar en rol primero corporalmente y recién cuando se sienta en rol, comenzar a
doblar verbalmente al protagonista.

Cuando la persona esté reprimiendo sus sentimiento fuertemente, se puede introducir un


cambio en la técnica: en vez de reproducir las actitudes corporales del protagonista, puede
corporizar la represión tomando fuertemente al protagonista por los brazos para que viva
externamente lo que ocurre internamente. Muchas veces esto permite expresar lo que hasta
entonces no había sido posible.

El doble es la externalización de un proceso interno, por lo tanto los demás actores no deben
tener en cuenta su presencia durante la dramatización. Resumiendo, la técnica del doble implica
un pasaje por cuatro etapas: 1) fase de caldeamiento del yo-auxiliar para el desempeño de la
técnica; 2) fase de imitación; el yo-auxiliar deberá reproducir verbal y corporalmente lo
expresado por el protagonista como una forma de tomar contacto con él -hasta aquí la técnica
se asemeja a la del espejo-; 3) fase de cuestionamiento: el yo-auxiliar comienza a introducir, a la
manera de preguntas, dudas sobre la veracidad de lo que el protagonista está manifestando en
la acción. Ej.: “¿No será yo el equivocado?” o “¿será todo culpa de él?”; 4) fase de estimulación:
realimentado o rectificado por la respuesta del protagonista a la fase anterior, comienza a
expresar los sentimientos subyacentes y reprimidos. En este momento ya puede abandonar la
posición corporal imitativa, para asumir la correspondiente al afecto real. Una vez concluida esta
fase, y estando el protagonista expresando por sí mismo todo los contenidos que realmente
siente, el doble habrá cumplido su objetivo y deberá retirarse del escenario. Es interesante
aclarar que estas fases pueden no cumplirse en formas sucesivas, sino que a veces se hace
necesario retroceder de la 3) ó 4) a la 2) para rectificar el camino.

Espejo: Según Moreno, se emplea cuando la persona es incapaz de representarse a sí mismo


con palabras o acciones. Se busca reforzar la autopercepción.. Como el doble, reproduce
corporalmente gestos, actitudes y verbalizaciones del protagonista. Se diferencia de doble en
que no agrega verbalmente nada, sino que se limita a reproducir lo más fielmente posible las
conductas corporales y verbales.
Interpolación de resistencias: Cuando el director siente que la situación que la persona está
dramatizando lo lleva a reafirmar sus defensas en vez de enfrentarlo claramente con sus
conflictos, puede cambiar la estructura de la escena psicodramática. De esta manera se lo
enfrenta con las situaciones temidas por él, y evitadas mediante la presentación repetida de
situaciones que íntimamente ya ha aprendido a manejar cómodamente.
Sin palabras: Cuando las palabras no corresponden claramente al rol representado y aparecen
como factor de resistencia, como exceso de racionalización y como contradicción entre lo
gestual y lo verbal, se le puede indicar al paciente que continúe expresando sin palabras lo que
siente. Sentimientos que son controlados con la palabra, suelen ser favorecido en su expresión
empleando esta técnica.
Reemplazo de la palabra por un sonido: Posee la misma finalidad que la técnica “sin
palabras”. Se le pide a la persona con dificultades en la expresión verbal, que para comunicarse
utilice un sonido en reemplazo de la palabra. Este sonido deberá emitirse partiendo de cualquier
vocal elegida.
Concretización: Cuando durante una dramatización, el nivel de agresión sube pero es difícil de
expresar, se le otorga la persona, la posibilidad de concretizar lo que siente hacia el otro. Se
pide al yo-auxiliar que materialice la lucha y la agresión se expresará corporalmente. Se lo lleva
hasta el momento en que ya esté por descargar masivamente su agresión hacia el otro. En ese
momento, se puede reemplazar el yo-auxiliar por almohadones u objetos. Si se deja al yo-
auxiliar en ese momento, la persona puede reprimirse corporalmente por culpa. Teme dañar al
yo-auxiliar y no al personaje que representa, ya que rara vez se pierde noción de que lo que está
ocurriendo es en el “como si” psicodramático. La persona al recibir el objeto neutro, símbolo de
la otra persona, podrá descargar sobre él la agresión sentida. Esto obrará como catarsis pues le
permitirá, posteriormente, la reconexión con el otro. Es muy útil en personas con mal manejo de
la agresión y con dificultades en descargarla, por lo que suelen tolerar sin defenderse toda clase
de ataques de los demás.
Simbolización: Ya hemos mencionado El trabajo con imágenes, es importante por su valor
simbólico. La simbolización nos permite trabajar situaciones que sería imposible jugar a nivel
real. Esta simbolización puede hacerse a través de danzas o con imágenes estáticas que
reproduzcan los distintos pasos de la relación.
Interpretación desde el rol: Esta técnica puede ser utilizada espontáneamente por el yo-
auxiliar (en tanto sea un profesional entrenado) o por pedido expreso del coordinador.
A veces en la dramatización, el yo-auxiliar al jugar el rol complementario del protagonista,
percibe algo claramente y lo expresa verbalmente.

De esta manera incorpora la interpretación dramática.

Otras Técnicas psicodramáticas: Los instrumentos musicales, la música grabada , los trabajos
corporales, la danza, etc. son elementos que pueden ser usados como parte del caldeamiento o
como parte de la dramatización.
Como caldeamiento es una técnica útil, sobre todo en grupos que tienden a la intelectualización
y que tienen conflictos que se resisten a traer explícitamente.

Das könnte Ihnen auch gefallen