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Estudio sobre la AMIDA
El efecto post-Amida
Cuando rezamos, tenemos que
hacerlo con nuestra mente y nuestro
corazón. Entendiendo y sintiendo lo
que estamos diciendo. La oración más
importante, la Amida, requiere una
atención especial, en hebreo
«kavana». Al rezar la Amida
1. No permitimos que pensamientos
ajenos penetren en nuestra mente.
2. Debemos prestar atención a cada palabra que pronunciamos, y
3. Tenemos que sentir que le estamos hablando a Dios.
Una buena manera de identificar si mi Amida fue dicha con kavana, es observar
nuestro estado mental y espiritual después de recitar la Amida. Si nos hemos tomado
en serio la idea de que al recitar la Amida estamos, literalmente, parados frente a
HaShem, esa experiencia espiritual suprema tiene que haber dejado un impacto muy
visible en mis pensamientos, en mis sentimientos y en mi carácter.
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Por qué?, porque cuando rezamos con kavana nos damos cuenta que HaShem
está en el centro de la realidad de este mundo. Así, nos corremos un poquito hacia la
periferia y nos volvemos más humildes. HaShem no está a nuestro servicio. Somos
nosotros quienes debemos servir a HaShem.
Luego de estar en presencia de Dios, también nos tendríamos que dar cuenta
que por mucho que tratemos de que algunas cosas sucedan o no sucedan, o por más
que intentemos ajustar el mundo a nuestros planes, es HaShem Quien tiene la última
palabra. Después de la Amida nuestra «Emuna», mis pensamientos sobre Dios,
adquieren un significado más profundo. Mientras que normalmente pensamos en
Emuna como nuestra «fe» y «esperanza de que todo suceda como yo quiero», si
realmente estuvimos frente a HaShem, Emuna adquiere un significado adicional, más
profundo. Aceptar lo que HaShem determina.
Ahora bien, si después de haber recitado la Amida no nos hemos vuelto menos
egocéntrico, menos impacientes, menos materialistas y menos vanidosos,
probablemente no hemos rezado la Amida con la Kavana apropiada.
Será el momento, entonces, de poner más atención a la calidad de nuestra Tefilá
(=rezo).
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La Amida no es una oración regular. Mientras que en todas las demás oraciones
hablamos de Dios, o sobre Dios, en la Amida le estamos hablando directamente a Dios.
Si realmente sentimos que estamos frente a Su Presencia, la experiencia puede ser
abrumadora. Tanto, que es posible que no nos atrevamos o no podamos hablar frente
a Él. O por lo menos, así nos deberíamos sentir. Es por eso que antes de empezar la
Amida decimos este versículo tan conmovedor. Al decir estas palabras no estamos sólo
repitiendo las palabras de David HaMélej. En cierto sentido, nos transformamos en
David HaMélej. Nos damos cuenta de lo que estamos a punto de hacer, hablar con
haShem, y nos sentimos envueltos por una sensación de insuficiencia. Este versículo
fue elegido por nuestros Jajamim para inspirarnos a sentir esa experiencia de profunda
humildad, al estar de pie, frente a HaShem.
AMIDÁ
POR: RAB YOSEF BITTON, Ohel David UShlomo
710 Shore Blvd, Manhattan Beach, NY
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PRIMERA
BERAJA de la AMIDA:
¿Cómo protege Dios a Su pueblo Israel?
"Bendito eres Tú, HaShem, nuestro Dios y el Dios de nuestros padres, el Dios de
Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Ya'aqob, el Dios grande, poderoso y
temible, el Altísimo, que hace grandes actos de bondad, que lo ha creado todo, y
que recuerda las buenas acciones de nuestros antepasados, y que traerá un
redentor a los hijos de sus hijos, por su nombre [promesa] y por amor. HaShem
es un Rey que ayuda que salva y que protege. Bendito eres Tú, HaShem,
protector de Abraham".
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Estas cuatro últimas palabras, " מלך עוזר ומושיע ומגןel Rey que ayuda,
que rescata y que protege" representan también la progresión de los
diferentes niveles de la protección de Dios, que es el tema principal de
esta bendición. "Meditando" en estos niveles de protección,
llegaremos a "sentir" cuánto HaShem nos ama y nos inspirará a
quererlo aún más (lo cual es, por supuesto, uno de los principales
objetivos de la oración judía).
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SEGUNDA
BERAJÁ de la AMIDÁ:
¿Qué es la resurrección?
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TERCERA
BERAJÁ de la AMIDÁ:
¿Es posible conocer a Dios?
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אתה קדוש. Al decir "Tú [HaShem] eres Qadosh" afirmamos que Dios
está más allá de nuestro alcance intelectual". Dios ad
intra permanece oculto para nosotros. ¿Por qué enfatizamos este
mensaje aquí, al final de estas bendiciones de "alabanza"? Porque en
las dos berajot anteriores, bendiciones de alabanza, nos hemos
referido con toda naturalidad a la intervención de HaShem en la
historia para proteger a Israel; hemos afirmado que Él es Grande,
Poderoso y Reverenciado, etc. En la segunda Berajá describimos
cómo HaShem dirige Su planeta, la Humanidad y Su pueblo. Hemos
alabado Sus poderes, Sus acciones, Sus bendiciones, Sus
intervenciones y Sus milagros. Ahora, al decir ATA QADOSH,
estamos trasmitiendo un mensaje importantísimo: una declaración
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CUARTA
BERAJÁ de la AMIDÁ:
El milagro de la inteligencia humana
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BINÁ: Una vez que se descubre una nueva idea, necesitamos "biná",
sabiduría práctica para articular esa nueva idea o para aplicar o
desarrollar el nuevo descubrimiento. Algunas personas pueden estar
dotadas de "biná" pero no de "jojmá", o viceversa.
Por último, necesitamos toda esta sabiduría para identificar los dones
y bendiciones que ya tenemos de HaShem. Lo cual es esencial para
saber qué es lo que realmente necesitamos pedirle a Dios en esta
segunda sección de la 'Amidá. Necesitamos sabiduría para diferenciar
entre lo que "necesitamos" y lo que simplemente "queremos" o
"deseamos". Sin sabiduría, ni siquiera sabríamos "qué" pedirle a Dios.
O qué hacer con las bendiciones que Dios eventualmente nos
concederá. Podríamos pensar que necesitamos imperiosamente
dinero o éxito. Pero sin sabiduría, el dinero y el éxito pueden ser
contraproducentes.
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QUINTA
BERAJÁ de la AMIDÁ:
Ayúdame a volver
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SEXTA
BERAJÁ de la AMIDÁ:
¿Cuántas veces se puede pedir perdón?
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Y finalmente declaramos:
(4) Bendito eres Tú, HaShem, que eres bondadoso y generoso en
perdonar.
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SÉPTIMA
BERAJÁ de la AMIDÁ:
Goel, el familiar más cercano
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Algunas ilustraciones.
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OCTAVA
BERAJÁ de la AMIDÁ:
Rezar por nuestra buena salud
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En este punto quiero recordar algo que aprendí hace unos pocos años
atrás del Jajam Nessim Bassalian (que hoy BH es el bisabuelo de dos
de mis nietos). Surgió un pequeño debate sobre el caso de una
persona con una enfermedad terminal. Ya en los últimos momentos
de su vida, un Rab indico que no se rezara más por esta persona,
porque esa Tefilá podría ser considerada una Tefilá en vano, ya que el
final de este individuo era (y fue...) inevitable e inminente. Consulté
con el Jajam Bassalian y él me dijo algo muy interesante, que creo está
implícito en esta Berajá:
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Y fue así como decidimos seguir diciendo Tefilá por esta persona, por
su alivio, para que no sufra en las horas finales de su vida.
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NOVENA
BERAJÁ de la AMIDÁ:
Los beneficios y riesgos de la abundancia
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DÉCIMA
BERAJÁ de la AMIDÁ:
¿Pueblo judío o Religión judía?
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BERAJÁ 11
de la AMIDÁ:
El fin de la corrupción judicial
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BERAJÁ 12
de la AMIDÁ:
Traición y deslealtad
¿Dónde está la línea roja?
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והיו מצֵ ירין לישראל ומסיתין אותן לשוב מאחרי ה,בימי רבן גמליאל רבו המינים בישראל
והתקין ברכה אחת וקבע, עמד הוא ובית דינו,וכיון שראה שזו גדולה מכל צורכי בני אדם..
אותה בתפילה
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Pienso que en nuestros días, esta Berajá está destinada a dos tipos
muy específicos de "traición".
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BERAJÁ 13
de la AMIDÁ:
Protege a quienes cuidan de nosotros.
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Pedimos por los justos en esta sección que trata de las solicitudes
"nacionales" porque los Tsadiqim son los héroes de nuestro Pueblo:
los hombres y mujeres que la Nación de Israel tiene como modelo a
seguir e imitar.
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BERAJÁ 14
de la AMIDÁ:
A Yerushalayim no se va;
a Yerushalayim se regresa.
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"Restaura Tu presencia..."
En primer lugar, Yerushalayim es la ciudad del Bet-haMiqdash, el
Gran Templo, donde la Presencia de HaShem se podía
sentir. Nosotros los judíos creemos en la Omnipresencia de Dios (=
Dios está en todas partes). Sin embargo, la Tora afirma que en el Bet
HaMiqdash había una "Manifestación especial de la Presencia
Divina", en hebreo: Shejiná. No era ח"וuna manifestación física o
visible, sino una "sensación" que no podía ser experimentada en
ningún otro lugar. El mismo Rey Salomón, el más sabio de todos los
hombres y el rey que construyó el Bet-haMiqdash, confesó su
imposibilidad de comprender cómo la Presencia Divina habita entre
los muros del Gran Templo, cuando dijo en su Tefilá (plegaria)
inaugural: "¿Cómo será posible concebir que Tu Dios habites aquí en
la tierra? He aquí que los cielos y los cielos de los cielos [el universo]
no pueden abarcar [Tu Presencia] ¡Cuánto menos esta casa [el Bet-
haMiaqdash] que Te he construido! (I Reyes 8:27). Sin embargo, si el
lector alguna vez visitó el Muro de los Lamentos (el Kotel, que era uno
de los muros exteriores del Templo) seguramente se habrá sentido
"desbordado" por una sensación incomparable de cercanía a
HaShem. Esa sensación que se experimenta en el Muro es un
diminuto eco de esa Manifestación Divina que se sentía en el Bet-
HaMiqdash. La "Presencia Divina" está ahora en un estado de exilio
()גלות השכינה. Y en este Berajá lo primero que pedimos a HaShem es
que haga regresar Su Presencia a Yerushalayim.
"Y que el Trono de David, Tu siervo, pronto sea por Ti restablecido. "
Además de ser el centro espiritual del pueblo judío, Yerushalayim era
(¡y BH hoy es!) también la capital política de la nación judía. Todas
las instituciones nacionales funcionaban en Yerushalayim. El rey de
Israel tenía su palacio, su residencia personal (como la Casa Blanca)
en Yerushalayim. En Yerushalayim funcionaba también el Bet Din-
haGadol (= la Corte Suprema de Justicia) y Yerushalayim era también
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"como lo prometiste..."
Terminó con un texto que se menciona al principio de esta Berajá.
Fue el profeta Zejariá, que vivió en los días que los Yehudim
regresamos a Yerushalayim desde Babilonia (siglo 6 aec) que dijo esta
profecía sobre Yerushalayim. En esos días, la ciudad estaba
completamente en ruinas, desolada, sin Bet-haMiqdash, sin la
Presencia de HaShem. Zejariá le dijo al pueblo que tuvieran paciencia,
que HaShem había prometido regresar una vez que regresará Su
Pueblo. Así dijo Zejariá (2:14):
נִּי־בָ֛א וְ שָ כַנְ ִּ ִּ֥תי בְ תֹוכֵ ְִ֖ך נְ אֻם ה
ָ ְָ'ר ִּנִּ֥י וְ ִּש ְמ ִּ ִ֖חי בַ ת־צִּ יּ֑ ֹון ִּ ִּ֧כי הִּ נ
"Alégrate y regocíjate hija de Zion [Pueblo judío], porque he aquí que Yo
[HaShem] regresaré, y Mi Presencia habitará entre Ustedes, dice HaShem”.
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