Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
DIPLOMADO
Ensayo
Sin embargo qué ocurre con las vidas de las personas que sobreviven a procesos
de victimización como aquél de trata de personas con fines de explotación sexual,
de qué manera se ve afectada su dignidad y todos las dimensiones de su vida una
vez que son separadas de la actividad delictiva, cómo se trastoca temporal o
permanentemente la imagen y representación corporal de estas personas, ¿en
algún momento llega a existir una genuina reparación del daño o un tratamiento
psicoterapéutico con la capacidad de resarcir todas las afectaciones producidas?
Además de encuadrar el delito en las legislaciones nacionales y adherirse a
pronunciamientos internacionales para atender la complejidad que representa su
abordaje; es fundamental comprender la dimensión fenomenológica de las víctimas,
pues incluso el desarrollo teórico que se ha alcanzado sobre el fenómeno, es a
expensas de las entrevistas, intervenciones o escrutinio reiterado de estas
personas.
Desarrollo
Conclusiones
Mientras que la investigación judicial del delito de trata y las tesis de las distintas disciplinas
sociales se abocan a tratar de dar cuenta de los procesos que intervienen en el delito citado,
en medio de este terreno se encuentran las personas sobrevivientes a estos procesos de
victimización, recibiendo poca atención la experiencia fenomenológica que sólo es
visibilizada desde los servicios especializados para la atención de víctimas, pues más allá de
convertirse en estadísticas o un número de carpeta de investigación; una persona que es
víctima de la explotación sexual, sufre alteraciones psicológicas y en su desarrollo de la
personalidad, que en muchas ocasiones, persisten aun tras la exposición prolongada a
tratamientos psicoterapéuticos o haber recibido alguna “reparación del daño” a partir de la
emisión de una sentencia judicial. Por lo tanto, se considera necesario el desarrollo de
investigación de tipo transversal que se concentre en la afectación que prevalece de forma
perdurable en las víctimas, y que no sólo se concentren en pretender explicar la comisión
del delito y los contextos en el que surge.
Se concluye que la explotación sexual, por los factores socioculturales que intervienen,
referentes a representaciones y operación de violencia simbólica, constituye un delito de
se explica desde la violencia de género, que existen factores de vulnerabilidad, internos y
estructurales o externos a la persona, y que las víctimas de este delito no “deciden” ejercer
la actividad sexual remunerada, que si permanecen en esos círculos de violencia no es por
elección sino por la operación de distintos mecanismos relacionados a la violencia
emocional, enganche psicológico, indefensión aprendida o con la persuasión coercitiva,
acción que hace creer a la persona que realiza las actividades por su propio convencimiento
y libre elección, agregando que incluso cuando la actividad sexual remunerada se ejerce
“por decisión propia” se esta viendo afectado el libre ejercicio de la sexualidad de las
personas, pues es el cliente quien tiene el mando en las relaciones de poder y que si no
fuera por necesidad económica, la persona estaría realizando otra actividad productiva.
Referencias bibliográficas