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TITULO VII DEL CODIGO CIVIL DE LA REPUBLICA DE

PANAMÁ CORRSPONDIENTE A LA POSESIÓN Y LA


ADQUISICIÓN

Análisis de los Artículos 415 al 451 del Código Civil de la República de Panamá,
referente a:
 La Posesión y sus Especies
 Los Efectos de la Posesión
 La Adquisición y la Posesión
Elaborado por:
 Massiel Wilson 8-711-876
 Nasly Abdala N-21-1534
 Alfredo Herrera 8-835-1782
 Rubén Rivas 8-816-1648
 Víctor Bárcenas 8-806-538

Lunes 13 de Mayo del 2019


Índice

 Introducción

Título VII del Código Civil de la República de Panamá, Correspondiente a la Posesión y


Adquisición

 Capítulo I - De la posesión y sus especies

 Capítulo II - De la Adquisición y la Posesión

 Capítulo III - De los Efectos de la Posesión

 Conclusiones

 Fuentes Bibliográficas

 Glosario

 Anexos
Introducción

En este trabajo investigativo de nuestra catedra de Derecho Civil II, nosotros desarrollamos el
Título VII del Código Civil de la República de Panamá, Correspondiente a la Posesión y
Adquisición, en donde analizamos y sintetizamos de manera detallada los siguientes capítulos:

 Capítulo I - De la posesión y sus especies


 Capítulo II - De la Adquisición y la Posesión
 Capítulo III - De los Efectos de la Posesión

En donde a manera de introducción podemos mencionar que este trabajo investigativo se basa en
dos ideas centrales que son La Posesión y la Adquisición, de la cuales se generan los efectos de
estas.

De un lado, tenemos que la Posesión es un derecho que consiste en una potestad inmediata, tenencia
o goce conferida por el derecho con carácter absoluto la relación entre el sujeto y la cosa, en donde
existirá además inmediativilidad y absolutividad sin perjuicio de la posible actuación de otro sujeto
que se crea con mejor derecho a la cosa.

Por otro lado, tenemos la Adquisición que no es más que un concepto lógico jurídico general, y
significa concretamente la incorporación de una cosa o de un derecho, a la esfera patrimonial de
una persona y que estas pueden ser adquiridas por medio de los actos jurídicos que la norma
estipula o por la acción de quedar la posesión a nuestra voluntad.

Lo que resulta en el efecto jurídico que sólo quien tenga documentada su posesión sobre cualquier
bien puede tener derecho absoluto sobre el mismo, y quien quiera saltar o invadir la autoridad del
dueño de la cosa o espacio, deberá comparecer ante las leyes para compensar la falta sobre el
propietario.

Para mejor entendimiento de este tema, en este trabajo desarrollamos de manera detallada y
analítica cada uno de estos capítulos.
Título VII del Código Civil de la República de Panamá,
Correspondiente a la Posesión y Adquisición
Capítulo I
De la Posesión y sus Especies

En este Capítulo I, analizaremos la Posesión y sus elementos, lo que nos lleva a sintetizar con
carácter general que la Posesión va a ser la relación de hecho de una persona con una cosa.

Históricamente se consideró a la posesión como el Estado de Hecho por el cual una persona tiene
una cosa en su poder. Actualmente consideramos la posesión, como un derecho que consiste en
una potestad inmediata, tenencia o goce conferido por el derecho con carácter provisionalmente
prevalente con independencia de que exista o no un derecho firme que justifique la atribución
definitiva de esa potestad.

Por tanto, se trata de un derecho subjetivo que protege con carácter absoluto la relación entre el
sujeto y la cosa, sin perjuicio de la posible actuación de otro sujeto que se crea con mejor derecho
a la cosa.

Partiendo de esta premisa, podemos distinguir la naturaleza jurídica de la Posesión, en tres lugares
predominantes que son:

 En primer lugar, la posesión como un simple hecho, que se basa exclusivamente en


circunstancias materiales y se va a proteger simplemente la posesión porque exista una
apariencia.

 En segundo lugar, la posesión como un derecho, en donde se entienden que la posesión


constituye un interés jurídicamente protegido.
 En tercer lugar, se comprende la posesión en un doble sentido, es decir, se comprende que
la posesión es un hecho y un derecho, y como producto de esto, la posesión de hecho puede
producir efectos jurídicos como tal, que estará siempre protegida por el derecho.

En nuestro ordenamiento jurídico civil, la posesión se define como un derecho real, ya que confiere
a su titular un poder inmediato sobre una cosa y además una protección contra quien puede
perturbar ese derecho, por lo tanto, quedaran asimilados desde el inicio de este Capítulo I, en el
artículo 415, los conceptos de posesión y tenencia y se determina de igual manera en el artículo
418 las figuras de poseedor de buena fe y mala fe.

En donde: “Se llama posesión la retención de una cosa o el disfrute de un derecho con ánimo de
dueño; y tenencia la retención o el disfrute sin ese ánimo”. Y “se reputa poseedor de buena fe al
que ignora que en su título o modo de adquirir exista vicio que lo invalide y poseedor de mala fe
al que se halla en el caso contrario”.
Capítulo II
De la Adquisición y la Posesión

Antes que todo debemos entender, a qué nos referimos con el término adquisición, el mismo es un
concepto lógico jurídico general, y significa concretamente la incorporación de una cosa o de un
derecho, a la esfera patrimonial de una persona. En el derecho existen varias modalidades de
adquisición de derechos: de bienes, de dominio, de frutos, de medianería, de nombre, etc.

El código civil tipifica los medios por los cuales se puede adquirir una posesión, esto puede suceder
por medio de los actos jurídicos que la norma estipula o por la acción de quedar la posesión a
nuestra voluntad.

Esta posesión la adquiere la persona que la utiliza, por un representante legal que es una persona
que actúa en nombre de otra, ya sea en nombre de una persona natural o de una persona jurídica.
El mismo también puede ser adquirido por un tercero, pero este tercero debe estar debidamente
verificado mediante un acto posesorio.

El acto posesorio es un hecho voluntario que produce una modificación sobre la cosa
supuestamente poseída y que permite llegar al convencimiento de haber estado en contacto con
ella con ánimo de dueño.

Las posesiones también se pueden adquirir por medio de herencias en las cuales las personas que
en dicha herencia se encuentran pasan a ser propietarios automáticamente después del momento
de la muerte; sin embargo, las personas que rechacen o no estén de acuerdo con la herencia dan a
entender que no han hecho acto de posesión sobre los bienes que en ella se encuentran.

El código ampara la posesión tipificando que la misma no puede ser adquirida por medio de un
acto de violencia asumiendo que se refiere a hurto o robo de la misma, indicando que, si el posesor
se opone a este acto de entrega, podrá pedir auxilio a la autoridad competente.
Se considera acto de violencia al uso de la fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza,
contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades
de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones.

No se pierde el derecho de posesión por el hecho de desconocer el paradero del bien tomando
como ejemplo el hurto de un automóvil, en el que el automóvil sigue siendo posesión de la persona,
aunque el mismo no tenga conocimiento de donde se encuentra el mismo. Además del hurto
también nos referimos a cualquier tipo de actividad clandestina que se desarrolle sin conocimiento
del posesor.

La norma nos indica que los menores de edad o las personas con algún tipo de impedimento tienen
derecho a adquirir posesiones siempre y cuando exista una figura de asistencia que valide el uso y
goce de la misma.

Una posesión no se puede adquirir por dos personas distintas en el caso de crearse un conflicto de
intereses por el bien prevalecerá como posesor el que tenga escritura legitima de posesión, si en
caso tal existen dos escrituras prevalecerá las más antigua y si estas tienen la misma fecha o no se
puede comprobar su legitimidad se dejara el bien depositado mientras se define quien es el posesor.

La norma tiene una excepción en los casos de indivisión nos referimos a indivisión como la
situación jurídica surgida de la concurrencia de derechos de una misma índole ejercidos sobre un
mismo bien o sobre una misma masa de bienes por personas distintas, sin que haya división
material de las partes que les corresponden.
Capítulo III
De los Efectos de la Posesión

Este capítulo hace referencia a que nadie puede ser violentado en su dominio, también hace alusión
a las posesiones de las cosas, de las que solo tiene plena potestad de disposición el dueño. De
igual forma, indica que, de ser inquietado el poseedor dentro de su posesión, dicho agresor debiera
o sobre su derecho, éste deberá ser resarcido o amparado por los medios que establezcan los
Códigos Judiciales o Administrativos. Dicho con otras palabras, sólo quien tenga documentada
su posesión sobre cualquier bien puede tener derecho absoluto sobre el mismo, y quien quiera
saltar o invadir la autoridad del dueño de la cosa o espacio, deberá comparecer ante las leyes para
compensar la falta sobre el propietario.

En este punto, se deja claro, sin razón a cuestionamientos que el dueño de cualquiera que sea la
propiedad tiene a su favor el alardear legalmente la posesión de la misma siempre y cuando tenga
el título en su poder; sin la obligación o necesidad de mostrarlo a todo individuo quien quiera pasar
por encima de su autoridad, a menos que este sea una autoridad competente.

Más que detallado queda con lo antes descrito que, todo mobiliario que esté dentro de un bien
pertenecerá al dueño de éste, siempre y cuando quien lo reclame no pueda probar documentalmente
su derecho. Y da a entender, que si el individuo puede hacer constatar su potestad sobre los
muebles en discusión estos pasarán a su dominio.

Habla de las sociedades, en función al reparto de las partes. Y señala que cada uno de los
participantes es dueño de la fracción que así se acordó, mientras dure la alianza. A su vez, señala
que de disolverse la sociedad, en su totalidad o de forma parcial, de haber pérdidas, estas afectarán
en igual proporción a todos los implicados.

Entendiendo que el poseedor de buena fe (estado psicológico por el que una persona cree en la
validez del título por el que adquiere), se refiere a que este tiene pleno derecho y disposición sobre
los frutos adquiridos de un bien, hasta que esta posesión sea interrumpida por el acuerdo antes
establecido legalmente. Añade que, este será dueño de todos los beneficios que traigan consigo
estos frutos naturales (los producidos espontáneamente de la tierra), desde que se alzan o separen.
Sin embargo, sobre los frutos civiles (aquellos que se traducen en beneficios económicos o
comerciales), seguirán perteneciendo al poseedor de buena fe.

Señala que, al momento del pacto de buena, hay frutos naturales aún por cosechar, el poseedor
tendría derecho a reclamar los gastos realizados para su producción, así como a una parte de las
ganancias derivadas de las ventas de estos, proporcional a su período como poseedor. Explica
también, que las cargas, o gastos de producción, se repartirán proporcionalmente de forma justa
entre las partes.

Si está de parte del dueño legítimo de la cosa o dominio, este puede conceder al poseedor de buena
fe, el derecho a completar el cultivo en cuestión, como indemnización por los gastos de cultivo y
del producto líquido que le pertenece. Y por último, deja claro que si el poseedor de buena fe se
niega a aceptar esta concesión, por la razón que sea, perderá el derecho a ser indemnizado de otro
modo.

Nos habla respecto de los gastos y aclara que solo el poseedor de buena fe podrá retener la posesión
hasta que le sean remunerados los gastos en que recayó (a razón de mantenimiento, alimentación
en caso que se trate de animales de granja o ganado, preparación de la tierra en caso de cultivos),
estos gastos le podrán también ser abonados permitiéndole mantener bajo su dominio la posesión
hasta que los mismos sean cancelados, teniendo en cuenta que la propiedad haya podido aumentar
de valor gracias a los cuidados que haya tenido para con ella.

En este título, también se tratan los gastos de lujos o mero recreo (aquellos que no fueren
necesarios para la producción o funcionamiento del bien), aquellos que solo tienen como función
embellecer la cosa principal, y precisa que el poseedor de buena fe podría adueñarse de estos,
siempre y cuando su cuido haya sido impecable o su valor se mantenga, si el sucesor de la posesión
se niega a saldar su parte por importe de lo gastado; esto, atendiendo a que haya cultivos aún
pendientes a la hora de la sucesión.
Aclarando la idea, aquí se detalla que el poseedor de mala fe (aquel que entra a posesión sin título
alguno para poseer) no tendrá derecho a percibir ningún abono o beneficio del fruto cosechado. Ni
siquiera, legitimidad sobre mejoras o gastos de lujos; y solo podrá hacerse con objetos con que
hayan sido adquiridos estos gastos, siempre y cuando, la cosa principal, no haya sufrido deterioros
producto de estos mismos. Y que el poseedor legítimo así lo disponga, abonando el valor que
tuviera en el momento que entra en posesión.

La posesión no sólo produce efectos a quien en la obtiene sino también a quien en la pierde.

Entre los artículos 432 y 451 podemos destacar que el poseedor tiene a su favor la presunción legal
de que posee con justo título y no se le puede obligar a exhibirlo, Esto quiere decir que quien
disfrute de un derecho con ánimo de dueño se le reconoce los efectos de la posesión.

Quien adquiere una posesión adquiere también la de los bienes muebles que se hallen dentro de
ella mientras no se acredite que estos deban ser excluidos.

En el artículo 437 se deja claramente establecido de que el poseedor hace suyos los frutos
provenientes de la finca raíz siempre cuando no sea interrumpida legalmente la posesión, los frutos
civiles se consideran pertenecientes al poseedor de buena fe.

Se establece también que si al tiempo que se reconozca la reivindicación y sobre el bien se hayan
pendiente frutos estos pueden ser adjudicados como indemnización a quien tuvo en todo momento
la intención de poseer el bien de buena fe.

Si a la persona o el poseedor de buena fe le es suspendido el derecho, este tendrá facultad para


cobrar indemnizaciones por las mejoras realizadas a la finca raíz, sin embargo el poseedor de mala
fe no tendrá derecho a nada de lo invertido en las mejoras del bien, así como tampoco se consideran
las mejoras provenientes de la naturaleza o del tiempo ya que todas son en beneficio de él bien.

El poseedor también puede perder la posesión si abandona la cosa, cede por título oneroso, o por
la posesión de otra persona con más tiempo como poseedor sobre el bien.

Dentro de los efectos de la posesión también se encuentran los animales fieros los cuales sólo se
justifica su posesión si esto se hallare en poder del poseedor y si conservan la costumbre de volver
a la casa del poseedor.

La posesión no se considera perdida si está ha sido solicitada legalmente y el afectado podrá


reivindicarla en cualquier momento y recuperarla conforme a derecho.
La posesión indebida se entiende para todos los efectos que puede ser reanudada en cualquier
momento sin interrupción alguna.
Conclusiones
La Posesión es un derecho que consiste en una potestad inmediata, tenencia o goce conferida por
el derecho con carácter absoluto la relación entre el sujeto y la cosa, en donde existirá además
inmediativilidad y absolutividad sin perjuicio de la posible actuación de otro sujeto que se crea
con mejor derecho a la cosa.

La adquisición es la incorporación de una cosa o de un derecho, a la esfera patrimonial de una


persona. En el derecho existen varias modalidades de adquisición de derechos: de bienes, de
dominio, de frutos, de medianería, de nombre, etc.

El código civil tipifica los medios por los cuales se puede adquirir una posesión, esto puede suceder
por medio de los actos jurídicos que la norma estipula o por la acción de quedar la posesión a
nuestra voluntad.

En el derecho panameño no existe una clara determinación de los tipos de Posesión sino que nos
encontramos las distintas clases a través del articulado del Código Civil.

Nuestro código civil es claro al indicar que quien se declare poseedor de un bien y tenga título de
propiedad del mismo y certifique que éste ha sido adquirido por herencia o por compra legal, etc,
no podrá ser inquietado ni irrespetado dentro del mismo, esto quiere decir que si otra persona se
siente con derechos sobre el bien deberá demostrarlo por medio de las vías legales, estas se
encargaran de demostrar a quien le pertenece en base a las pruebas aportadas.

Por otra parte se establece en el mismo que todo poseedor de buena fe, quien en caso de haber
vicios en su título que le impidan el derecho a la posesión los desconozca, tendrá derecho a
retenerla hasta que le sean resarcidos los gastos de mantenimiento únicamente si fuesen necesarios
para el buen funcionamiento del bien, alimentación de animales o preparación de tierras para
cultivo, contrario, de los gastos en que incurriera al realizar remodelaciones o adecuaciones las
cuales fueran innecesarias. De igual manera brinda al poseedor de buena fe la posibilidad de recibir
parte de ganancias en los frutos que se produzcan en el bien posterior a perder la posesión del
mismo.
Fuentes Bibliográficas

 Código Civil de La República de Panamá


 Saberes Jurídicos, Volumen 6, Publicación del 2018
 https://impresa.prensa.com/opinion/Posesion-propiedad_0_2719228152.html
Glosario

Adquisición: es un concepto lógico jurídico general, y significa concretamente la incorporación


de una cosa o de un derecho, a la esfera patrimonial de una persona y que estas pueden ser
adquiridas por medio de los actos jurídicos que la norma estipula o por la acción de quedar la
posesión a nuestra voluntad.

Fruto: todo producto o utilidad que constituye el rendimiento, acrecentamiento, emolumento,


multiplicación o rendimiento de la cosa conforme a su sentido económico.

Frutos civiles: llámese al alquiler de los edificios, el precio del arrendamiento de tierras y el
importe de las rentas perpetuas, vitalicias u otras análogas.

Frutos naturales: son las producciones espontáneas de la tierra, las crías y demás productos de los
animales.

Gastos ordinarios: son aquellos indispensables que demanda toda actividad habitual relacionada
con el patrimonio y todo bien, mueble o inmueble, para mantenerlo apropiadamente a su uso y
aprovechamiento.

Gastos extraordinarios: se denominan los que corresponden a situaciones de emergencia por la


que atraviesa una cosa ajena entregada en virtud de un contrato, situaciones que pueden comportar
un deterioro o una pérdida del objeto incriminado.

Gastos útiles: Son aquellos que, no siendo indispensables, aumentan la rentabilidad del bien, le
introducen una modernización conveniente, etcétera.

Gastos de puro lujo o suntuarios: se definen como gastos que, sin aumenta la capacidad de
rendimiento del bien, sirven únicamente para su embellecimiento y ornato.
Mueble: que puede ser movido o trasladado de un lugar a otro.

Poseedor: quien posee o tiene algo en su poder, con graduación jurídica que se extiende del simple
tenedor al propietario, aun cuando sea a este último al que se contraponga más especialmente el
término; porque el poseedor constituye un propietario en potencia, por apariencia de dominio o
por el propósito de adquirirlo a través de la prescripción.

Poseedor de buena fe: se refiere al que entra en la posesión, en virtud de un título suficiente para
darle derecho a poseer. También lo es el que ignora los vicios de su título, que le impiden poseer
con derecho. Presunción Se denomina presunción, en derecho, a una ficción jurídica a través de la
cual se establece un mecanismo legal automático que considera que un determinado hecho, o un
determinado acontecimiento, se entiende probado simplemente por darse los presupuestos para
ello.

Poseedor de mala fe: es el que entra a posesión sin título alguno para poseer, lo mismo que el que
conoce los vicios de su título, que le impidan poseer con derecho.

Posesión: la posesión es un hecho jurídico que produce consecuencia jurídica y consiste en que
una persona tenga en su poder una cosa

Título Documento: que acredita un derecho de propiedad sobre una cosa.


Anexos

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