Miro en Tus Ojos

MIRO EN TUS
OJOS – Poesía.
Con el camino de las cuestas
09/06/2011
EDICIONES NUEVA DEMOCRACIA
Juan Esteban Yupanqui Villalobos
-Juan Esteban Yupanqui Villalobos
TUPAC ISAAC II
2
MIRO EN TUS OJOS – Poesía.
Miro en tus ojos las viejas

calles del puerto, en una
puerta de hojalata resaltada
por el tiempo. Y sigo
caminando como pluma que no
para el viento.
A Emilia Esperanza como

pasado en el tiempo.
3
TUPAC ISAAC II
4
Un homenaje a Camilo y a
los amigos que deje en mi
camino del andar.
5
TUPAC ISAAC II
6
QUIRUVILCA
LAZARO AL VIENTO
7
TUPAC ISAAC II
Miro en tus ojos
8
con la sangre en sus comisuras

derramando el dolor eterno
que se resume en ellos
por el tiempo de tus sienes
con el calor de la tierra
donde cayeron tus heridas
aun arrebatadas tu manos
por el peso de la ignominia
de las calles desiertas
de una ciudad de miseria
que recorres muy de madrugada.
Con tus temblorosos deseos

arrancados a una carreta
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TUPAC ISAAC II
que no se mueve al tiempo

que tu corazón no sucumbe
al sudor del esfuerzo
carcomido por el peso
que te lleva el metal
con que amarrar el hambre de
quienes
viven aún en tu choza.
No veo en tus cabellos

la oscuridad del silencio
solo veo el mudo testigo
de los pesares de siempre
sin las monedas
que mitigue el pan
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de cada día que

tus dientes no tienen.
No veo en tus ojos

el brillo de las mañanas
cuando corriendo
y saltando las cercas
corrías en la brisa del rocío
de aquellas mañanas
en que mirando a los apus
solicito le silbabas
¿Ahora?
Tus ojos en desvarío
por el humor del tiempo
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TUPAC ISAAC II
no te consuelas
por el hedor de la ciudad
que te consume
con el sabor de licor
que consumes
con el querer de siempre
de saber el olvido.
¿Cuándo?
Regresaras con tu quepe
a visitar tus querencias.
¿Cuándo?
Me dirás
niño encárgame tus penas
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¿Y yo?
Como tu amigo
te diré hermano
en éste tu camino busco
tu larga redención
que no llega
como dicen siempre
con las cruces de mayo
ni las largas peroratas de
octubre
solo llegara con el tiempo
cuando tu alcohol convertido
en los ríos de la esperanza
se desborden en la riberas
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TUPAC ISAAC II
aquellas que estorban el curso

de nuestro rio
rio que da la felicidad de
nuestra gente
con sus whipalas corriendo
con los bosques de
nuestros ancestros
al cual tu huiste
para venir a la ciudad
donde convertido en harapo
te sucumbes en un arenal
solo tapado con trapos
y cartones de infelicidad,
con el frio como acompañante
en el olor de viejas lluvias
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que se acomodan en tu espalda

que caminan erguidas
en una cuesta que baja
sempiterna al faro
de la guía de las nubes
que navegan en todo el
firmamento
con los luceros viajeros
que nuestros ojos
como niños que vivimos
al lado de las laderas
de nuestros puquiales
con el olor fresco a agua
aquella que tomamos con
nuestras manos
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TUPAC ISAAC II
cada día en la noche

para acallar los rumores
de no morir de sed
en el desierto
que se asemejan nuestras punas
sin rastros con el silencio
de nuestros hermanos caídos
en la lucha del desierto de
cemento
caminando cabizbajos
con el lento peso de su vida
añorando la puna
de sus cerrajes y cantutas
que floridas todavía esperan.
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Que, se mueve en el firmamento

con el lazo de los colores
que circundan los suaves
vellones de blancura
que mis ojos permanecen
quietos para verlos volar
lejos de ellos
y sentir el olor suave
de tierra mojada con jazmines
que alguna gota venteada
cae en mis mejillas
haciéndome acordar
lo junto que vivimos
con el viento y la lluvia
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TUPAC ISAAC II
que al amanecer nos reímos

con el rocío de mi primavera
para darles flores a la niña
de tus ojos, con sus trenzas
y sus suspiros
De
¡Hay, niño que me dices!
Y tu mirada en el brillo
de los cielos
se estampa en las trenzas
que tanto jalasteis
en la hierba del campo
con el retozo vecino
de los primeros amores
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¡Y!
Ahora en el desierto
del cemento olvidadizo
que te consume tu humanidad
donde parara,
¿Tu niña de trenzas?
Con las promesas
que en sus pechos hiciste
¿Mira?
Como te vería ahora
con tus harapos de ropa
tu maloliente gesto de alcohol
por tratar de olvidar
que degastes la felicidad
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TUPAC ISAAC II
en las punas de tu tierra

y ahora en este olvidado
cemento el frio carcome
toda tu felicidad
Miro en tus ojos

y no me detengo
en la ribera que cruza
todos nuestros destinos;
miro en tus ojos
todos los caminos
cruzados en el mercado
de toda la alabanza
que se cierne en el atisbo de
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una lumbrera de mesada.

Miro en tus ojos
el cansancio de los tiempos
que acarrea una desvencijada
carretita emolientera.
¡Y si se cruzara?
Un zorrillo en tu camino
como aquellos que se miran
en tus trastes de la vida
¿Y si no se te cruzara?
Morirías sin saber
porque el de tu mala suerte
¿Y si se cruzara el rio?
21
TUPAC ISAAC II
navegarías rumbo arriba

en las cumbres heladas de tu
tierra
con los brazos escarpando
la subida en el Chulite
para decirle a Cristóbal
no eras imponente como Apu
que sentado en las lamillas del
pueblo
sustentas el agua del oro
que los hispanos buscan.
Lo cenizo de los fogones

que se tiemplan en un acero
para distraer los ojos
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que se esconden en tu
sentimiento
como braza torva que echa
con el agua en los motes
para saborear mi chichero
jamón de semana santa
cuando tus pies tiernos
saborea la inocencia de ti
y de tu niñez eterna
sin pensar en las líneas
que tu espalda soporta.
Si mi tos fuera eterna

se quedaría en las luchas
muriendo en cada momento
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TUPAC ISAAC II
por los pobres hambrientos

que sucumben a los halagos
de todos su opresor
si mi tos fuera eterna
las calles viejas de la ciudad
se retorcerían en sangre
con sus santiguadas frentes
a las viejas cucufatas
que de mañana pecadora mente
se acuestan con sus mancebos
todos sus amantes
que listos les esperan
por la limosna diaria
que oculte sus vergüenzas
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en los atrases de las iglesias

ahí donde curas se revuelcan
en sus propias inmundicias.
Se que es tarde en mi turno

para retroceder mi fama
de rebelde siempre eterno
con las hoces que siegan el trigo
y los martillos que clavan
todos los crucifijos de las
iglesias
sin permitir
que burlen del indio, hermano
mío
sin permitir
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TUPAC ISAAC II
que los ríos se envenenen

para que los ricos del mundo
quiten la vida
que burlen del indio, hermano
mío
que en su mundo, como en el
mío
es nuestra madre
la tierra que sembramos
y el sol nuestro padre
que nos alumbra todo el día.
Que se borra en el pasado

si no son las espinas
que se recogen en el corazón
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cuando el viento se eleva

como viento de historia
escrito en papeles blancos
escogidos en la penumbra
sin el sol de las tardes
que escuchabas tiernamente
en la junta de tu puquial
viendo sonreír los pajonales
de tus tierras del porvenir
que hoy permanecen desoladas
sin tu presencia que se elevaba
en la cumbre de tus miradas
para mirar cuan sola debe ser
la historia del pueblo
27
TUPAC ISAAC II
tu pueblo en que naciste

hoy que te encuentras en
harapos
por toda esta ciudad
que a envejecido tu alma
que contrita espera
la valiente redención.
Amigo, con tu carreta de madera

con la carga que tengo
de no haber batallado el final
que se detuvo en el medio día.
Amigo, con tus bultos de
esperanza
que muchas de las veces
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no creo que tanto aquilaté

en las batalles que libré
Amigo, con la carreta
desvencijada
recorres toda una vida
por los caminos de la selva
que los humanos derritieron
con el cemento de todos
de todos los olvidos
que surgen en la mente
de tus ojos en la cual miro
cada tiempo que veo en el ande
tu casa olvidada de piedra
sin paja quitada por el viento.
29
TUPAC ISAAC II
Hoy no se han prendido los

hornos
no hay la misericordia del
milenio
que en sus harapos vestidos
se coge en el tiempo
un curso regalado de ríos.
Hoy no se han prendido los

hornos
estando las bateas vacías
sin la harina con que juegan los
niños
sin la sal que no corroe en
tiempo
puestas las camisas de fuego
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para tirar la mano contra

la miseria en que me somete
el opresor que no renuncia al
vejamen
a pesar del tiempo que
transcurre
y mis sienes platean con la luna
para ver un anochecer distinto
al día que ya feneció.
Como tierno rocío

que cae en las madrugadas
sea mi vista, la que mira
en la rueda vecina
que osa escudar la vendetta
31
TUPAC ISAAC II
de los enemigos míos

que son los tuyos
aquí mi hermano sentados
en una piedra
con el frio de los vientos
que se escudan en los cerros
mirando las nubes
que ocultas nos hacen sombra
en las tardes que miramos
todos los horizontes
con la nostalgia de la vida
con la nostalgia de los
compañeros
con la nostalgia de la guerra
con la nostalgia del silencio
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de la muerte de los amigos

aquellos que hermanos fuimos
y seguiremos siendo, aun
en la tarde que todos perdimos.
Si fuera tarde, por un decir

con la luz del sol poniente
que se aleja de tus ojos
y en tu alma la nostalgia
que se acerca presurosa
retándote a surtir con lágrimas
el rostro de la ironía
que sobrevive cerca al mas
cerca
de todos tus enemigos
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TUPAC ISAAC II
que callados con la lanza

en las espaldas te esperan;
por un decir?
Que callados en tus ojos
se mueven las ideas
que rebatirlas no pueden
ni juzgarlas ni en la sombra
los canallas que siembran el
hambre
en las estepas de cemento.
Mira hermano, levantémonos

que la hora ya se ha puesto
muy ligera en la puerta
de toda nuestra casa
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carguemos con el azadón

y caminemos ya, sin mirar el
pasado
por los caminos de la victoria
derrumbando muros que nos
oprimen
derrumbando cercas que nos
impiden
el avanzar por los caminos
De nuestra siembra y
que la cosecha es nuestra.
Porque te acobardas
a incendiar las eras
aquellas que nuestras manos
35
TUPAC ISAAC II
lograron con las lluvias de

nuestro llanto
aquellas que brillan con el fuego
de nuestra esperanza
aquéllas que se miran en
nuestros ojos
y nuestras manos sienten
que la pradera se incendia
cada hora que pasa en nuestro
lado
con la mano atizando los fuegos
aquellos que se acercan
a mirar el firmamento
en nuestro vuelo, por la libertad
Porque te acobardas
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ya el miserable Misti
que te avergonzaba
en la presencia de nuestra
madre
aquel que nos escupía,
cuando
cuando el invierno nos cobijaba
en la tristeza de los pajonales.
Aun los viejos ejes

de la carreta del mundo
corren por la pista de asfalto
en la calle del poeta
que alzando su mirada roja
sembró en la península
37
TUPAC ISAAC II
el vacío que enajena la bandera

de toda la libertad
que empuñados por los
labriegos
recién nacidos se resisten a
morir
en una plaza con la daga
fascistas
que en los pulpitos se bendicen
cuidando no ser a dios
aquellos que blasfeman al Israel
que camino por el desierto
rumbo al Nilo del paraíso
de los hambrientos
que desesperados corren
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por las piedras fundidas

que estallan en su paso
en la búsqueda del frio
aquel sosiego que no termina.
No termina el camino,
solo sigue la senda
que no esperes el final
¿Pues, que es?
Una flecha que camina
cuan veloz ilumina el fuego
en los cerros y quebradas
que es donde corre el agua
en la bajadas tiernas
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TUPAC ISAAC II
que mis piernas, no se cansan

de dar los pasos en sus caminos
escarpados, adelante en el
sendero
que ilumina el fuego
que abrazan cada día
los labriegos de la tierra
con su faz quemada
en el sol de los días
que nos admira con el tambor
y la flauta de la roncadora que
bailamos
en nuestras cosechas de la vida.
¿Hoy?
40
Que es hoy?
Que nos hemos sentado
en la acequia, quietos
escuchando el hablar
de las aguas que discurren
por el camino suyo
¡Y, quizás!
Mirándonos
con el reojo de sus pasos
nos dirá
el porque muchos
quizás, todos
abandonaron el camino
que nos separa de la libertad
41
TUPAC ISAAC II
que en búsqueda anhelaron

como cuando jóvenes
con el morral y la alforja
con el fiambre de la esperanza
arribábamos en muchos pueblos
buscando el tiempo, que no se
deja
el anhelo de los otros jóvenes
que nos acompañaron
en el vivir de los relojes
para no sentir
los fríos del hambre
de todo el mundo
que nos miraba, allí
42
allí, donde tu y yo nos

sentábamos
con la fuerza que nos
acompañaba
aquella que nos da siempre la
juventud
pero, eso si es el pero
que a mi nunca me abandona
a pesar de lo viejo de mis
arrugas.
Escucho el silencio de tu
madrugada
con el frio de tus tristezas,
que sales y miras el cielo
con tu madrugada en congoja
43
TUPAC ISAAC II
por el nuevo día que sales

al trabajo de tus amos
que succionan tu mirada
y la fortaleza de tus días
que se acaban en las lunas
que ya se avecinan
en la tarde de tu vida
Por que miras el rojo de la

sangre
que se aquilataba en tu medio
día
cuando con el alma de la justicia
sembrabas esperanzas en los
ojos
44
de todos aquellos, si aquellos

que a veces te acompañaban
para mirar el vuelo eterno
de los cóndores de toda la puna
con tus brazos levantados.
Ahora que atardece, en tu vida

te alejas de la esperanza
que vuela en todo el firmamento
nublándose tus esperanzas
y caminas sin rumbo
como atado a un cadalso
que tus opresores
construyen día en día
45
TUPAC ISAAC II
por el término de la vida.
¡Miras!
En todas direcciones
buscando tu redención
sin encontrar las calles
o el arado con que tallar
la semilla que llevas
en la alforja de tus hombros
tantos años suspendida
¿Y que?
No guardas la hoz
con que segar las malas hierbas
que los amigos te siembran
46
en la dirección de los héroes

que cayeron en el Cuzco
o aquellos que en la subida
de tu pueblo, tal vez se esconden.
¿Y que?
No guardas el martillo
para reparar la puerta
aquella por donde
muchos quieren ingresar
sin decirte:
que eres el indio ignorado
que se muere tras el vendaval
aquel que quiere resucitar
en la aurora multicolor
47
TUPAC ISAAC II
flameando tus whipalas

aquellas que tu madre
toda la vida te reservo.
¡Miras!
A lo lejos en el poniente
Viniendo el cóndor herido
Con su frente en alto
A levantar las piedras
De las intihuatanas
Olvidadas por los hijos
Aquella su madre es la tierra
que avergonzados se cubren
con los manteles blancos
amarillos
48
de nuestra conquista
¡No, no!
De la nuestra
aquella de la invasión y muerte
de todos los hermanos
ante el saqueo de los barbados
enemigos
que sellaron nuestra miseria
con sus hijos en nuestros muros
que no se caen en un solfeo
ni en el vaivén de una nota
que el clavicordio tirita en la
noche
para que mis oídos resuman
el sufrimiento de tu vida
49
TUPAC ISAAC II
o la explotación de tu tiempo
como ejes viejos de la carreta
que circula media tonta
por todo el mercado con
extravío,
y yo viéndote con mis enormes
ojos
busco la redención del hermano
rendido
ahí donde tu cuerpo llagado
sucumbe al frio, y al alcohol del
día
cuando en la noche hace mucho
frio
le cobijo con las miras en ella
aquella que es el horizonte
50
de toda nuestra tierra perdida

hollada por el misti invasor
para tener donde descansen
todos nuestros huesos
adoloridos
y secados por el sol
humedecidos por el agua
que corre en el firmamento
aquel hermano
que muchas lunas nos negaron
darle la ofrenda
a la madre que nos alumbraba
todas nuestras noches
que con una canción triste
tocada con la canilla del cóndor
51
TUPAC ISAAC II
que escucha nuestro dolor.
52
LUCHA
53
TUPAC ISAAC II
54
Desplieguen las nuevas

banderas
hijos de las altas cumbres
levanten sus brazos muy en alto
con la ira contenida
para que no regrese el invasor
que se acerca con hermanos
entre ellos muy escondidos
para tomar nuestras tierras
como en el ayer, ya paso
detengámoslo, la ira nuestra
no esté mas contenida
despleguemos nuestras banderas
con los colores
que en la lluvia el arco
55
TUPAC ISAAC II
tenderemos en los cuatro barrios

aquellos donde vivimos hoy
¡No, nos detengamos!
Hermanos nuestras manos
arrancan las armas
de aquellos todos nuestros
enemigos
que no avancen por las
montañas
en que nuestras llamas y alpacas
viven con toda la paz
que nos da nuestro padre tata
wilka
que nos alumbre en las noches
oscuras
nuestra madre quilla
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que con su amor nos cubrirá

destruyamos los que hollaron
nuestras huacas y humillaron
a nuestros yatiris y amautas
¡que no avancen!
es el grito de nuestra guerra,
ahora
que el misti, nos quiere engañar
con sus palomas blancas
llenas de mentira
y unos pañuelos blancos
que son solo hedor
que atosiga en todo el hanan
pacha
¡Ellos son los enemigos!
57
TUPAC ISAAC II
En todas nuestras Markas

de todos nuestros apus
de nuestros yatiris
que dejaron morir
sin ver al taita wilka
nuestro padre.
¡Vayamos!
Todos, si todos
como el aroma de la retama
por los campos con la
chaquitacclla
a sembrar a nuestra madre
el fruto que nos da la cancha
o el mote del cushal.
58
Es la tarde, a lo lejos
miro con mis ojos puestos
en el umbral de la tarde
cuando el silencio de las aves
se diluye en el marasmo
como sentimiento de un
anochecer
y tus hombros cargados
con el hambre del día
buscas el calor de los fogones
y miras tus manos desgarradas
por el tiempo de la pachamama
que llora contigo la esclavitud.
Miro en tus ojos

59
TUPAC ISAAC II
altivo shulcahuanca
y las lágrimas recorren
la verdes lagunas
que los toros de la jalca
no contienen en sus cuernos
y bajamos todos con el silencio
que las pajas entibian
para acercarnos mas
a tus lágrimas, todas nuestras
para llevar el aliento
de las luchas todas
que sé que vendrán.
Miro en tus ojos
60
el reclamo de padre a hijo

que levante y flameen
todas las banderas
que el resto de tus hijos
no osan levantar;
que se han acostumbrado
a comer de la mano
de aquel que es invasor.
Grito desde la peña

con el esfuerzo del pulmón
con mi rebelión
en la mano sin escudo
no por el querer morir
61
TUPAC ISAAC II
todo el tiempo para que vivir si

el agua que tus labios se
acercan
huele al cianuro que todo cubre
ya en las espaldas de tu siniestra
que corrompida se esfuerza
por lamer el aliento
de todos los asesinos
Nos hemos vuelto a ver

como en las esquinas
con la cerviz en un doblado
Y
Nos hemos vuelto a ver
con tu cinismo esculpido
62
en la cara de vende campesino

que no escondes
y con ironía nos enfrentas
y
nos hemos vuelto a ver
con tus botas ajustadas
como gamonal en retirada
que sigue hollando
la esperanza de mi pueblo
Hoy, como un día cualquiera

sentado estamos con la congoja
con el lacerado pensamiento
que sostenemos al recordar
63
TUPAC ISAAC II
las piedras que nos han

acomodado
en los pasos de nuestro camino
aquellas que nos hablaban
de las luces de colores al ritmo
de nuestros cuerpos se
balanceaban
y no miramos la sombra de
nuestro vaivén
que recibimos en nuestras
manos.
¿Dónde va la callana?
Con el fuego de sus adentros
Torturando al maíz tierno
64
¿Dónde va el trigo, con sus

aires?
Señoriales hispanos, que no se
tuerce
en los hornos del pan querido
o la semita mirada con cariño
¿Y yo?
Camino por el sendero contigo
conversando de la juventud
aquella nuestra testigo
de las aventuras de sosiego
¿Y Tú?
Con el quepe todavía
sin desenvolver seguro
recriminas mi abandono
65
TUPAC ISAAC II
¿Y yo, te digo?
Quien mire, dirán
Si, dirán, en sus labios
que nunca lo he abandonado
¿Y, le diré?
Mira mi costado, sangrante
nunca tan abierto ahora
mira en mi mano, los clavos
que escurren la sangre mía
mira mis sienes coronadas
por la iglesia más impía;
¿mira donde vivo?
Con mi camastro lleno
todo de roídas frazadas
66
todo lleno de felinos amigos

y con la nostalgia de la mascota
perdida
aquella que con sus ladridos
toda ella me cobijaba.
Llamo con su nombre en

en mis noches de soledad
y el silencio responde fuerte
que ya no vendrá
miro al costado a chochó,
con su lloriqueo con la madre
y sé que no vendrá
miro en mis ojos y veo a mis
hermanas
67
TUPAC ISAAC II
si a las que en su labios

me dicen venerar
no importa el título, de princesa
o duquesa o una lacaya hermana
Sabrina.
sé que nunca ya me veraz
pues mis ojos no te despidieron
en el campo ni en la ciudad.
Digo: como despedirnos?

si ya nunca más nos veremos
en el campo de la soledad
Digo: como vernos?
En el camino
donde todo es juego
68
mitigando nuestra soledad.
Sí, me había acostumbrado

a todos los alfajores
que me da, mamá
a la leche tibia de tilo
en las mañanas, de verdad
a toda mi mesa
en las noches tiernas
cuando conversaba
contigo, amada mamá.
Sí, echo de menos la guitarra
69
TUPAC ISAAC II
con el traste en los dedos

mi querido papa
con su voz y la voz
la de nuestra madre
yo enternecido me quedaba.
Miraba y miraba con mis pies
en el terral, en el cerro
en toda el vendaval de cañas
con el olor ocre de la hacienda
de los braceros de verdad
de los hermanos de infortunio
que llegaban a papa
a ver si ya se alistaban
para el mas allá.
70
Quiero irme, quiero irme

que quiero en este muro sin
delantal;
que es esta reja que me impide
avanzar
miro, miro; no hay nadie
pies para que te quiero aquí
he llegado a un patio
todo desorientado digo
donde miro a papá,
y mis ojos te encuentran
en mis pequeños cinco años
miro y no puedo callar el llanto
de verte como cadáver ya.
71
TUPAC ISAAC II
¿Y me pregunto: Por qué tanta

maldad?
Si solo quería la libertad
como escucho el teñir de tu
guitarra
como escucho tu voz y tus brazos
como escucho tu aliento
a tu hijo tan amado.
¡Hoy! No les tengo

Y echo de menos
en tanta soledad
en tanta frialdad
que conmueve
que sonroja
72
que abruma
que encoje en la lluvia
en el repicar de las campanas
cuando soñaba en las iglesias
cuando soñaba con verdad
cuando descubrí su mentira.
¡Hoy!
Cuando las nubes corren
sin el compás de orquesta
cuando corren en búsqueda
del agua sin sonrisa
en las aldabas viejas
de una puerta aherrojada
73
TUPAC ISAAC II
con la mirada en mis ojos

que vislumbran a lo lejos
el clamor de la lumbre esparcida
en el cenit de los cerros
o en la era de los trigales
que el viento se nos lleva.
¡Hoy!
Que es tarde de la tarde
que es verano sin nostalgia
que es lumbre sin luz
en la penumbra de los labriegos
que recorren tus cerros
con la punta de los labios
partidos
74
por el hambre y la sed

que nadie quiere compartir
y nadie quiere ver en sus tristes
ojos
que el camino se aleja por
siempre
en las veredas de la acequia
cuando hemos caminado
con la mano en alto
sin caer en ella del asombro
y seguimos viendo el camino
con las raíces de nuestros
recuerdos
caminando en nuestras sienes
con el tamborileo del tiempo
75
TUPAC ISAAC II
ya un murmullo en mis
recuerdos
que te miro en tus ojos
cuando nos equivocamos
en nuestra despedida en el
pasado
diciéndote que hemos llegado
tarde
sin despedir las olas de los
malecones
aquellos que suenan en nuestras
sienes
con el repicar de las campanas
aquellas de un barrio bajo
del pueblo que tanto caminamos
con las manos acongojadas
76
sin el frio del destierro

que no nos hemos olvidado
para volver a seguir andando
con las flores silvestres
que tus manos cogían en mis
ojos
cuando miro en tus ojos
a la luz de la luna en la
escarpada
del barrio alto cuando te sonreía
con el labio diciéndote sin
despedida
que no te puedo mentir
pues no puede marchar la
memoria
a los olvidos eternos
77
TUPAC ISAAC II
que no acaban y siempre

siempre vienen hacia mi
con la tristeza de las olas
de los malecones cuando miro
en sus ojos
que se va el caminar de nuestros
pies
o el decir de los sentimientos
que nos olvidamos siendo
sinceros
o en la soledad de los recuerdos
que caminan el arenal siempre
con el estomago vacío de
heredad
comiendo esperanzas que nunca
volverán
78
o comiendo vientos de promesas

de aquellas que se dicen de
tiempo en tiempo
con los dichos de quienes tienen
la potestad
de enfriarnos la piel nuestra
cuando te miro en tus ojos
y siento el resplandor casi
sintiendo en mis sienes
el viento que viene del mar
y tu sin mirarme yo te miro
en los pardos oscuros
que ensombrece tu mirada
cuando oscurecida hace noche
cuando vienes sin decirme
79
TUPAC ISAAC II
que vienes cuando no estaba

una hojalata toda derruida
sin el compás de la vida
sorteada siempre en el frio
que los puertos se echan en su
noche
¿Dónde vienes, sin la mirada?
Que en tus ojos ha muerto
como el halo del destello
que nos demoramos en ver
en ese firmamento azul tierno
que atesora en el recuerdo
¿Dónde vienes sin el recuerdo?
Que he venido a nosotros
caminando en piedritas
80
buscando las flores eternas

que adornan el resquicio
de un tiempo acontecido
y hoy lo recuerdo, siempre.
PERDIDO NIÑO
Me he puesto a mirar
en todo mis ojos
con la lágrima buceando
en toda mi alma
sintiendo el abandono
del mar en mis dudas.
Braceando sin fuerzas aquellas,
con las olas alejándose de mí.
81
TUPAC ISAAC II
Y me he mirado en mis ojos

sin tu imagen de madre querida
con el tiempo eterno perdiéndose
siempre allí.
Me he puesto mirar
en mis ojos de tristeza
lo alejado que se encuentra
el mercado de la venta de
honores
sin salir de casa para mirarme
en mí.
Mi cuerpo tirita eterno,
mis lágrimas se ciernen
en toda mi desesperación;
82
buscando el puerto de mi madre;

buscando sus palabras
esmeraldas,
su canto de ave migratoria
y sus manos amorosas
que adormecen mis infinitos
todos aquellos mis temores.
Miro en mis ojos

con el caminar andante
de todo niño perdido
del cansancio de tanto caminar
del cansancio de tanto mirar
del mirar tanto mi cansancio
del caminar tanto mi mirar
83
TUPAC ISAAC II
y no logro contener el llanto

del espacio vacío de tus
palabras
del vacío, sin tu presencia
siguiendo el camino, sin variar
las espinas que sangran dolor
con ellas mirando en mi
lágrimas
el recuerdo sin perder
que miro en tus ojos siempre
en la lejanía de las quebradas
en los caminos largos, de puna
que nos acostumbramos a
sortear
porque me he cansado el subir
84
aquella cuesta de tus largos ojos

con el cansancio del dolor
sin mitigar en un agua dulce
que corriera por la acequia
aquella llena de flores blancas
en un mar negro de distantes
barcos sin velas que flamear.
Hay una hora, que no lo es

pues no tiene manecillas
con que contar, tu tiempo
o quizás el mío, que se pierde
o de los dos, todos juntos
que se esconden con el calor
85
TUPAC ISAAC II
de aquellos recuerdos lejanos;

que salen en cada plenilunio
con la cresta altiva de mirar
y como miran con tus ojos
lejanos como horizonte de mar
como estrella en el firmamento
sin contar, aquellas que te
acompañan
con el silencio de la noche
que se toca en tu mente muy
quedito
mirando en lo profundo de ti
el olvido de tu tiempo que se
acerca
a la hora sin manecillas,
86
sin minutos ni segundos

que contar en tus angustias
crucificadas en un madero
blando
con los clavos de tu conciencia,
o con la lanza de los olvidos?
¿Dónde ir?
Cerrados los ojos sin mirarte
¿Dónde ir?
Sin un camino, que caminar
Sin un camino, que soñar
con los ojos de siempre
desorbitados por el rio
que se desborda diariamente
87
TUPAC ISAAC II
¿Dónde ir?
Cuando llueve, estando en
pampa
lejos de los bosques
donde quien sabe guarecerse
sin aliento para caminar
con la esperanza siempre
de mirar un solo minuto
los ojos en tu mirar
con las olas del malecón
que atisba el oleaje del invierno
para no varear las barcas
movidas por los sentimientos
sin sentimientos del olvido.
88
¿Y si mirara?
Nuevamente tus ojos
pardos con pelaje del tiempo
¿Y si escuchara?
Nuevamente la misma voz
que tanto tiempo no oí,
por el tiempo de la lejanía
¿Cómo sonaría?
En mis cansados oídos
sería una cantata
o una armonía de la soledad
que restablece los campos
que florecen nuevas flores,
¿Qué sería?
89
TUPAC ISAAC II
Un abrazo tierno
que duele como ausente
que añora el tiempo
sin la puerta de hojalata
sin los barcos del puerto
sin la ribera convertida en
malecón
cuantos vientos pasaron en ella
que ya ni puedo contarlos
como uno a uno se volvieron una
ruma
de tiempos que recuerdan las
flores
que en el agua se remojan
sin ponerse a la lluvia.
90
¿Qué serían las marías?

Sin gracia que entran
en su camino sin sentir
¿O que salen siempre?
Donde vitorean los ángeles
que en una misa
suenan sus voces
eternamente excedidos
con los cánticos eternos
para florecer las almas
que no se han perdido
en el campo que vimos
en nuestra niñez cándida
91
TUPAC ISAAC II
para una venida sin venir.
Miro el oscuro frio

que en las madrugadas
corre por las calles, allí
donde el aguacero vibra
solemne con una cuadrilla
de desarrapados que buscan
el cliente para poder vivir
y yo miro sus caras hambrientas
para decirles, que no será hoy
si es que quisiera morir
en el ayer que tuvimos
con las flores sembradas
92
que en mayo de la tierra

a tus espaldas le recoges
para vivir un minuto más
sin pensar que estaba yo ahí
mirando tus oscuros ojos
que quien sabe ya no piensas
que yo estuviera mirándote
con mis ojos puestos en ti;
hoy he venido en tu memoria
como siempre lo hubiera hecho
con el caminar de siempre
en la calle polvorienta
de un barrio hambriento
que no sucumbimos al camino
93
TUPAC ISAAC II
de los mismos de siempre

que parados, nos miraban
con sus ojos tristes sin bondad.
¿Por qué?
Te he hablado,
Por que te nombraba
Tanto tiempo, siempre
¿Por qué?
Eras una tormenta
en un mar pacífico
sin puerto, donde desembarcar
un camino, sin ningún fin
¿Por qué?
94
Eres na espina
que atravesada
se encuentra
en todo mi destino.
¿Qué me esperas?
si ya la brisa terminó
el sol se ha puesto
en el camino, que empieza
ha oscurecer en el cenit
y empieza el frío
en todo mi cuerpo
ha entumecer mis miedos
con sus parapeticos argumentos
95
TUPAC ISAAC II
sin el sentido de la vida

que construye un puente
en el sentido del mar
que sus olas cabreadas
se cierran en la lumbre
que a la noche prendimos
en la playa para vernos
y mirarnos en nuestros ojos.
¿Dónde me buscas?
si me he vuelto a caminar
con las huacas eternas
con los apus que me acogen
con sus pumas a mirar,
96
Y te pregunto:
¿Dónde me buscas?
Te dices niña, siendo mujer
si ya mis pies, han avanzado
en todo el camino
con la ilusión de la libertad
con la ilusión de la verdad
con el corazón del camino
que no interesa el sacrificio
que ella prodigará
Y les pregunto:
¿Por qué tanto he caminado?
Mi riqueza es todo
toda mi verdad
97
TUPAC ISAAC II
el ver la mirada de mi pueblo

sus ojos tristes
por el blanco opresor
cuando sus manos limpias
me dieron siempre
su caridad
su amistad.
Yo sigo mi camino
eso solo aspire,
amar a mi pueblo
a sus niños
cuidando su futuro
cuidando la verdad
98
que no es el rojo de otros

ni el azul de tus cielos
es solamente la huaira
de mis siembras
de sus cungules
que viajan en nuestros sueños
con la esperanza
de ver peces
o de sus pozas
para bañarnos
en toda nuestra inocencia
y reírnos muchísimo
de las niñas
que no tienen pipi.
99
TUPAC ISAAC II
Sigo caminando, largo

Para que no me alcance
Aquella que a todos alcanza,
Sigo caminando,
para que tu mirada
no llegue conmigo
a vernos en soledad
Y sigo caminando
para que mis temores
lleguen a mirarme
como avanza mis manos
a querer tocarte
como un espejismo de juventud
100
como tú lo dices así.
Ya se vino el invierno
nuestros cuerpos tiritan
con un son de caja y flauta
nuestros cuerpos buscan
el calor de la hoguera
el calor de nuestra verdad.
Me ha había puesto
en la vera de un camino
y con mis pies cansados
he tratado de caminar rumbo
a tus ojos, en la tierna
primavera
101
TUPAC ISAAC II
que se asemeja a las flores

que sonríen en nuestra vera
mirando los colores de sus
sonrisas.
Y no me he detenido en el mirar
para ver dónde estabas, con el
sol
y no me he puesto, el abrigo
para sentir el calor de los
tiernos
rayos del sol de un mañana
en que junto al maizal, me he
puesto
a ver la puerta de hojalata
que resuena con el viento
con la música del viento
102
que resuena en las hojas

de cerca a tu mirada ida
he caminado, para sentir
que no me había ido
sin ver la mirada del viento
o la mirada de la puerta
que se cierra, en mi tocar
con la esperanza ida siempre
que la juventud de los años
han desaparecido ya
en un malecón de mar visitado
siempre en mis tiempos, cada
año
mirando las olas encanecer
cabellos míos
103
TUPAC ISAAC II
donde está el velo de la espuma

que acaece en cada rumor
esparcido en las rocas que
saltan
gotas de tristeza, al acaecer el
sol.
Ya no me acuerdo de los besos
dados en una mañana de suerte
ya no me acuerdo de las caricias
furtivas palomas de viento
que vuelan por los cielos
ensombrecidos por los mares
que el tiempo nos separa
como siempre en todos los años
que el camino se separa al sur
104
cuando vamos caminando en el

mismo
en el mismo bus que encaminado
busca escalar con la sombra
de todos nuestros años.
Me había encontrado en una

puerta de madera
a un costado de la bajada
que no había escalado
por el camino de su corazón
me había encontrado en una
escala de piedra
que había pisado en una
pequeña acequia
de aguas sin tranquilizar;
105
TUPAC ISAAC II
caminando sin caer

para mirar en tus ojos
con la vida de chispa
que enciende la hoguera mía
que nunca tiene que acabar
abrazando mis años, mis días
que nunca quien sabe acabara.
¿Dónde estas niña?

sin tus trenzas negras
sin tus ojos que miran
sin tu mohín quemada por el sol
donde vive el tiempo,
donde caminan tus pies
106
donde tus brazos aquietados

se queman en otros brazos
en otro tiempo, que no termina
o que nunca empezó.
¿Dónde están los anillos?

Que se acercan a la promesa
donde están guardados
que el moho del olvido
quizás suspiran por tenerlos
en los dedos para sentir su calor
que la promesa lo olvidó,
donde la cobija que abrigaba
aquellas esperanzas, dejadas en
un desván
107
TUPAC ISAAC II
donde las reliquias, testigos de

dos
testigos de las promesas
que dejamos olvidadas, en un
mar
con el silencio eterno, que nos
separó.
¿Cómo huelo el aire marino?

Al haberlo olvidado, hace mucho
ya
como huelo tu perfume
que me recuerda al hielo
de las cumbres caminadas. como
siento tu presencia
108
si ya te habías ido, para

siempre.
como miro en tus ojos
si ya no veo el firmamento
en que no habíamos conocido,
si no me siento a ver
desde la cumbre de mi distancia
que ya nos hemos encanecido
y las arrugas de los rostros
surcan los viejos temores
que antes habíamos empeñado
todos en alimentar, siempre
si a veces escucho la misma voz
de las calles al caminar
con tu uniforme de colegiala
109
TUPAC ISAAC II
que tenias
con las bullas al ingresar
¿Y como recuerdo?
Cuando entristecido recordaba
con mi nombre en unas manos
que me cercenaban por
protestar,
que me impedían mirar
por una vallas por pensar.
Si es tarde?
Quizás no lo sé
si es temprano, no lo se
si he caminado, solo mis pies
solo tan solo ellos lo sabrán.
110
Ya nos acostumbramos
al azul de los vientos
al rumiar de las olas
con su ruido quedo
que ensimisma, siempre
el oído de nuestros sueños
y a veces miro en tus ojos
que no despierto, del tiempo
en aquellas madrugadas
que miraba los nevados
con el blanco de sus suspiros,
que ahora siento en mi
que son tan lejanos como las
nubes
111
TUPAC ISAAC II
que oteamos en cada invierno

para saber si es posible salir
con la gota del agua, que sale
como cuando estas triste
mirando el camino, allá en la
mina
donde salió, quizás para no
volver.
Quizás, no pueda escuchar

el rumor de la lejanía que
siempre
siempre se siente en la vida
cuando la juventud mía
ya me quería morir,
112
sin echarme a la espalda

para no volverte a ver
sin mírate a los ojos
que quizás no pueda escuchar
con las olas en el malecón
con la música de sus rocas
que suenan, mientras pienso
que el viento se arremolina
en el humo de lo que pasa
en toda tu mente, sin sentir
que ya se nos escapa, todo
y no retrocedo, para no
sucumbir
al recuerdo de ti, y tus
sentimientos
113
TUPAC ISAAC II
como pequeñas flores, rotas

por el viento del tiempo
que esparció sin sentirlo
el olvido en una puerta de
hojalata
que con tu pie cerraste
en mis ojos tristes
que ya no te detuvieron.
Hoy no puedo mirarte en mis

sienes
con el tiempo en mis espaldas
con el sabor acre de no olvidar
los caminos cerca a la acequias
que nos vieron con el agua.
114
He regresado, al pueblo de tres

barrios
mire su iglesia con muchos años
camine sus acequias, sin termino
cruce sus puentes con barandas
subí a su barrio, a la casita
con la puerta de madera enorme
y sentí el agua de los aguaceros
y me senté a la pequeña cama
donde quizás durmieron, si tres
y mire por la pequeña ventana
que no siempre, nunca vendrás
y regrese con mis pasos
115
TUPAC ISAAC II
con el cansancio, después de la

batalla
sin las armas de mi juventud
toda
cuando en el horizonte
solo existía el viento de la puna
y la paja de los inviernos.
Estaba mirando los rayos

eternos
del sol poniente en el sur
y extasiado evocaba, siempre
el sendero de los arbustos
que mi miraba deletreaba
con la mirada en su rostro
brillante por el calor
116
que se acercaba en cada minuto

que acostado eternamente
esperaba
en mi camastro, rodeado por
hienas
que buscaban mi salida
para morder mi valentía
por el deber de vivir
y aun así eternamente les retaba
con la palabra que no sucumbía
con la dádiva demostrada
y aún así vivía sin el temor
de no perder el ideal de vivir.
¿Entonces?
117
TUPAC ISAAC II
Con mis mordientes ojos te

buscaba
para mitigar el dolor, tan
profundo
que mis carceleros infligían
en mi lacerado despojo de vida
y en cada esquina, tortura
recibía
solo tu recuerdo respiraba en mi
alma
que contrito esperaba el
pequeño algodón
de agua para calmar la sed
de liberar, aun sufriendo en sus
manos.
¿Entonces?
118
Cada esquina convertida en

refugio
todo entero te esperaba
sin esperar los días, o las horas
que tranquilas escapaban
y al terminar la tarde
con todos mis huesos, escapaba
con el rumbo que mis captores
tanto me destinaban
y mi grito, escaba de esa
garganta
¡Libertad!
Solo el silencio de cemento
todo él me contestaba
119
TUPAC ISAAC II
resonando en sus angustiadas

piedras
aprisionadas por el estertor de
la ignominia
que seguían allí sin el rumbo
a veces tan esperado
120
Niño azul
Un homenaje
A mi Padre
Jorge Gerardo.
121
TUPAC ISAAC II
122
¿Dónde está el morral?

Con la agujeta de azul
donde está tu rostro
en todas las mañanas
en que presto buscabas
tener en la escuela fiscal
¿Dónde está?
Doña Herlinda
con sus cabellos de ondas
cocinando, el cushal
de toda tu mañana
¿Dónde está?
Tu rostro sonrosado
que buscaba el milagro del día
123
TUPAC ISAAC II
para sonreír al tiempo

para cantar como canario
tu felicidad de vivir con mama
nuestra mama, de toda la vida.
¿Dónde está?
El morral azul de tu niñez
convertido en color de la sangre
de todos tus paisanos
en tu bandera en toda tu
juventud
con la lucha de tus brazos
en la búsqueda de tu verdad
que no era de tus cancerberos
que tampoco era de ellos
124
si no, de los que siempre

gobiernan
todo eso que llaman Perú..
¿Dónde está?
tu voz canora, estremeciendo
al niño de tu hijo
con el azul de tu canto
que encendía hogueras
en incendiar los pajonales
de todas nuestras punas.
¿Dónde está?
Tu erguida guitarra
con aquella arma que jugabas
125
TUPAC ISAAC II
a la guerra, en tu revolución
con la voz que dedicabas
a esperanzas tantas
que frustraron un momento
las ambiciones de arteros
esclavizadores de nuestra
nación.
¿Dónde está?
El niño de la mochila roja
que la posta tomó
encerrado todavía no esta
con la posta de tu voz a emerger
con el brazo levantado, recorre
126
todo el campo, con sus

hermanos
todos a batallar ya están
no se olvidan de la promesa
que todos hicieron
al salir el sol, en la luna
todos no pararán. Todos irán.
¿Dónde están?
Quienes con los brazos
navegarán
en las aguas profundas
que es todo su camino
remando en la corriente en
contra
127
TUPAC ISAAC II
mirando el brillante futuro

que sus hijos ya verán
con el sol radiante en el camino
y la luna anhelante en sus
noches
caminando y gritando la
liberación
que ansía nuestro pueblo ya
con los puños blandiendo
a amedrentar a su enemigo
que siglos enseñoreando está
te dicen, sigamos el camino
guianos ya, sin demora
que no soportamos tanta
vergüenza, que nuestros hijos
128
desconocidos nos dicen ya

vivamos con el rumbo
a esa esperanza que no morirá
veamos el camino en tus ojos
mirando el mar nuevo que
vendrá
no te detengas te dicen en tus
ojos
no desanimes en tu dirección el
porvenir es nuestro
ya no soportamos tanta
esclavitud
que nuestros enemigos no
toquen su canto de lenidad
nuestras voces mas fuertes
con nuestros hermanos
129
TUPAC ISAAC II
y el sol la luna resplandecerá

mira ya, nuestro camino está
con nuestros hermanos se verá
en la luz de la senda que todos
anhelamos
en la cumbre enseñoreada
nuestra verdadera bandera
aquella que escondida, ya no lo
verán.
No retrocedan, nunca
En sus manos está la libertad
No retrocedan, nunca
que el enemigo no nos detendrá
130
miremos en el adelante, sin en el

temor
de nadie que nos dirá
miremos adelante, por nuestros
hijos
que mañana nos juzgarán
no detengamos por ello
toda nuestra libertad.
¡Tu dirás!
No me he detenido
solo hice una parada en el
camino
para que todos vean, siempre
que avanzare mucho más
131
TUPAC ISAAC II
¡No me detenido!
¡Nunca jamás!
Ustedes miren como camino
por la senda de la libertad
mi lucha eterna seguirá
ni el cansancio me detendrá
seguiré avanzando por el
camino
por las cumbres escarpadas
de todos nuestros pueblos
anunciando la libertad.
¿Todos preguntan?
Con la rabia de los otros,
Y no siguen preguntando
132
Como si fuéramos de otro

mundo
O que buscamos si estamos en
libertad
y miramos como nuestros niños
mueren en la gran ciudad
con sus pulmones llenos de
plomo
o como nos quitan nuestra tierra
donde sembrábamos para vivir
y la hacen huecos
gritando está nuestra madre
sin darnos ya el pan de los días
se muere nuestra madre
envenenada
133
TUPAC ISAAC II
por aquellos que la horadan sin

piedad
por aquellos que de sus entrañas
la llevan por pedazos para gozar
nos engañan que somos ricos
mientras nuestra madre cocha
se muere en cada entraña
que se muere cada día ya
mientras nuestros hermanos ríos
ven con estupor a sus
hermanitos
morirse cada segundo de vida.
El sapito ya dejo de cantar

van muriendo cada instante
134
que no levantemos nuestra voz

va muriéndote los pececitos
que una vez mirábamos al nadar
con todos nuestros hermanos
en los juegos de nuestra niñez.
Miro a mi hermano arbolito
Todo amarillo en sus hojas
Le hablo y el sigue muriendo
En sus raíces se marchita la vida
Por el marrón de las tierras con
cianuro
Que esparcieron,
cuando asesinan a nuestra
madre
135
TUPAC ISAAC II
aquellos que en su pelo es del

sol
y creímos que eran nuestros
hermanos
pero nos dimos cuenta que
nos trajeron sus dioses asesinos
de nuestra madre, de nuestros
hermanos
Ya el hermano oso
no tiene donde vivir, busca que
te busca
donde mirar comer
no encuentra en el hermano rio
cubierto de polvo que le mata
y le duele su estomaguito
136
cada vez que quiere darle un

besito
ya no hay ramas para el colibrí
no hay flores, donde pueda
comer
Ya los cóndores nos miran con

tristeza
no hay agua como piedra
donde se pueda anidar
cada día los apus nuestros
pierden sus piedras de agua
y entristecidos los vemos
como nos dicen que morirán.
137
TUPAC ISAAC II
Hoy he visto a mi apu decirme

No me abandones
Álzate como siempre
Para lograr la libertad
Tu eres el Huamán, el color del
fuego
Que nunca se detendrá
Y lograras la libertad
De los runas de todas las
naciones
Del sur del mar
Donde nació la vida
Que nuestros abuelos no dieron
Para siempre será.
138
139
TUPAC ISAAC II
140
L
LUCHA ----------------------------------------------------------------------- 53
N
Niño azul--------------------------------------------------------------------- 121
P
PERDIDO NIÑO -------------------------------------------------------------- 81
Q
QUIRUVILCA LAZARO AL VIENTO ----------------------------------------- 7
141

Miro en Tus Ojos

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MIRO EN TUS

Miro en tus ojos las viejas

A Emilia Esperanza como

Miro en tus ojos

con la sangre en sus comisuras

Con tus temblorosos deseos

que no se mueve al tiempo

No veo en tus cabellos

de cada día que

No veo en tus ojos

aquellas que estorban el curso

que se acomodan en tu espalda

cada día en la noche

Que, se mueve en el firmamento

que al amanecer nos reímos

en las punas de tu tierra

Miro en tus ojos

una lumbrera de mesada.

navegarías rumbo arriba

Lo cenizo de los fogones

Si mi tos fuera eterna

por los pobres hambrientos

en los atrases de las iglesias

Se que es tarde en mi turno

que los ríos se envenenen

Que se borra en el pasado

cuando el viento se eleva

tu pueblo en que naciste

Amigo, con tu carreta de madera

no creo que tanto aquilaté

Hoy no se han prendido los

Hoy no se han prendido los

para tirar la mano contra

Como tierno rocío

de los enemigos míos

de la muerte de los amigos

Si fuera tarde, por un decir

que callados con la lanza

Mira hermano, levantémonos

carguemos con el azadón

lograron con las lluvias de

Aun los viejos ejes

el vacío que enajena la bandera

por las piedras fundidas

que mis piernas, no se cansan

que en búsqueda anhelaron

allí, donde tu y yo nos

por el nuevo día que sales

Por que miras el rojo de la

de todos aquellos, si aquellos

Ahora que atardece, en tu vida

por el término de la vida.

en la dirección de los héroes

flameando tus whipalas

de toda nuestra tierra perdida

que escucha nuestro dolor.

Desplieguen las nuevas

tenderemos en los cuatro barrios

que con su amor nos cubrirá

En todas nuestras Markas

Miro en tus ojos

Miro en tus ojos

el reclamo de padre a hijo

Grito desde la peña