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SUSTITUCIÓN DEL PROCEDIMIENTO.-

S. J. L. en lo Civil de Melipilla

ANDRÉS GUERSTEIN MORALES, abogado de la Corporación de


Asistencia Judicial de Melipilla, por la parte solicitante en autos sobre
declaración de interdicción caratulados “ROA CON HERNANDEZ”, Rol número
74.209-2009, a US. respetuosamente digo:

Vengo en solicitar se sustituya el procedimiento de autos por el


procedimiento sumarísimo especial que contempla la ley 18.600, que establece
normas respecto a la discapacidad e interdicción por demencia:
Debo hacer presente a SS. Que tal como indica el artículo 4 señala que:
“La constatación, calificación, evaluación y declaración de la discapacidad
mental, así como la certificación de ésta, se hará de conformidad al
procedimiento señalado en el Título II de la ley Nº 19.284 y en el reglamento.
Cuando la discapacidad mental de una persona se haya inscrito en el
Registro Nacional de la Discapacidad, su padre o madre podrá solicitar al juez
que, con el mérito de la certificación vigente de la discapacidad, otorgada de
conformidad al Título II de la ley Nº 19.284, y previa audiencia de la persona
con discapacidad, decrete la interdicción definitiva por demencia y nombre
curador definitivo al padre o madre que la tuviera bajo su cuidado
permanente. Si el cuidado permanente lo ejercen los padres de consuno,
podrá deferir la curaduría a ambos. El juez procederá con conocimiento y
previa citación personal y audiencia del discapacitado. En caso de ausencia o

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impedimento de los padres, los parientes más cercanos podrán proceder de
igual forma, sin perjuicio de lo establecido en el artículo 18 bis. Se aplicará a
la persona discapacitada interdicta lo que prevén los artículos 440 y 453 del
Código Civil para la guarda del menor adulto y del disipador, respectivamente.
La suma de dinero que se asigne al discapacitado para sus gastos personales
podrá ser fijada prudencialmente por el mismo curador, de acuerdo con su
grado de discapacidad. La persona interdicta podrá celebrar contratos de
trabajo con la autorización del curador.”
Así mismo, al tenor de lo expresado anteriormente, se puede concluir
fehacientemente que:
1. La ley 18.600 reconoce con expresa amplitud la existencia de un
procedimiento voluntario, otorgando suficientes atribuciones al tribunal
para dictar sentencia de plano, en el caso de que sea acompañado el
respectivo certificado de Discapacidad. Lo cual implica que el tribunal
decrete la actuación de inmediato, sin mayores formalidades ni espera
de términos o notificaciones.
2. Estamos en presencia de un procedimiento de carácter voluntario por lo
que coincide cabalmente con lo dispuesto en las normas del Código de
Procedimiento Civil que regulan también la materia, a saber, el artículo
843 del mismo cuerpo legal en el Titulo VI del Libro Cuarto llamado “DE
LOS ACTOS JUDICIALES NO CONTENCIOSOS“ . Lo que expresado no
deja duda respecto a que nos encontramos ante un procedimiento no
contencioso que en la actualidad tiene un procedimiento especial que lo
rige, éste es el contemplado en la ley 18.600 artículo 4, mucho más
sucinto y menos engorroso, que libera de la alta carga de trabajo a
vuestro Tribunal y permite a la solicitante obtener la resolución de sus
solicitudes sin esperas innecesarias.
3. En consecuencia, para decretar la interdicción del discapacitado, la ley
señala nada más que dos requisitos:
 certificación vigente de la discapacidad, y
 audiencia previa de la persona con discapacidad, siendo el
nombramiento de curador ad litem un trámite no contemplado
en la ley.

4. Por otra parte, el Informe de la Comisión de Constitución, Legislación y


Justicia, recaído en el proyecto de Ley que modifica la Ley 18.600, en lo

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relativo al procedimiento de Interdicción de los Discapacitados Mentales,
boletín Nº 2.972-07, señala que su Idea Matriz o fundamental del
proyecto, “es permitir que el padre o madre de las personas
inscritas en el Registro Nacional de la Discapacidad, como
discapacitados mentales, soliciten al juez en un procedimiento
no contencioso, la declaración de interdicción por demencia de
ellas y su nombramiento como curador definitivo de las mismas.”
5. Desde otra arista, en la descripción de los antecedentes, dicha discusión
parlamentaria señala que el objetivo de La ley Nº 18.600 es resguardar
los derechos a la prevención, rehabilitación y equiparación de
oportunidades del discapacitado mental, tanto respecto de su familia, de
la sociedad en su conjunto y del Estado, señalando claramente la
responsabilidad del Estado, la cual es crear, financiar y mantener
sistemas de subsidio, directos o indirectos, para las personas con
discapacidad mental provenientes de familias de menores recursos o
para éstas.
6. A su vez, esto consolida lo que vengo señalando, en cuanto a que
expresa lo referido: “Una vez que se ha inscrito en el Registro Nacional
de la Discapacidad el documento que certifica la discapacidad mental de
una persona, se debe determinar quién lo representa, quién administra
sus bienes y quién percibe los beneficios económicos que le
corresponden, sea que provengan del Estado (del Instituto de
Normalización Previsional u otro organismo) o de entidades privadas
(Administradoras de Fondos de Pensiones u otros). La ley establece la
obligación de nombrar curador para tales fines”.
7. De este modo, continúa la expresión: “mientras el menor demente esté
bajo patria potestad, podrá el padre de familia cuidar de su persona y
bienes hasta la mayoría de edad, llegada la cual, se deberá provocar
el juicio de interdicción, en el cual se debe comprobar, acreditar
y sentenciar algo que muchas veces es de todos conocidos –como
en los casos de personas con síndrome de down-: que la persona es
discapacitada mental.”
8. Conveniente es recordar a SS. que, conforme a lo señalado, que esta
situación GENERA UN GRAVE CONFLICTO PARA LA FAMILIA DEL
DISCAPACITADO PUES DEBE EXPONERSE A UN LATO PROCESO
JUDICIAL CONTENCIOSO PARA QUE SE DECLARE QUE SU HIJA

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FAMILIAR ES DEMENTE, PRODUCIENDO ESTIGMATIZACIÓN Y
DOLOR INNECESARIOS. El respectivo juicio debe ser ordinario, de
amplio conocimiento, con demanda, contestación, replica, dúplica,
períodos de prueba y de observaciones a la prueba, trámite para oír
sentencia y finalmente, sentencia, todo lo cual, además de ser –en la
mayoría de los casos- ficticio, tiene una duración aproximada de dos
años, y que para el caso de autos está con creces cumplido en cuanto al
tiempo y en exceso sus etapas procesales.
9. Agrega la moción que, cuando se han discutido otros proyectos de ley,
que hoy son ley, se ha tenido como finalidad simplificar el diagnóstico y
la declaración de la discapacidad por demencia, pero ha subsistido la
exigencia legal de la declaración de interdicción para permitir que el
curador respectivo administre los bienes del discapacitado.
10. Pero el problema se ha visto incrementado producto del avance
científico, en que la esperanza de vida de las personas con discapacidad
ha aumentado notablemente, y ha originado que tengan una vida más
larga que antaño, excediendo con mucho la mayoría de edad. Ello, hace
prioritario para el legislador corregir el absurdo descrito.
11. Ahora bien, en la discusión parlamentaria en particular, se acordó
en dar una solución al problema que presenta tal tramitación y se
estimó adecuado que “la disposición contemple la intervención
judicial pero en un procedimiento de carácter voluntario, que no
implique un desgaste emocional y económico innecesarios para la
familia, ni obligue a los tribunales a resolver una confrontación
ficticia entre partes, esto es, entre el discapacitado y los propios
padres o, en su caso, los familiares directos, quienes ya
efectuaron los trámites conducentes a la declaración de la
discapacidad mental y ahora requieren la interdicción.
Asimismo, la norma contribuye a insertar al discapacitado mental
en forma concreta a la sociedad, permitiendo que realice un
trabajo y que pueda contar con una suma de dinero para
solventar sus gastos personales, cuando ello sea posible.”.
12. Tal son las cosas que, la presente causa cumple el requisito establecido
en dicho artículo en toda su extensión, pero que sin embargo, aun sigue

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en espera el largo tratamiento que la ley ha dado al procedimiento de
autos, a pesar de tener uno sumarísimo ya designado por la ley 18.600.
13. El Estado tiene la responsabilidad de brindar la adecuada protección a
los discapacitados, tanto administrativamente como judicialmente, así
también lo señala el artículo 3º de la Ley que establece Normas sobre
Igualdad de Oportunidades e Inclusión de Personas con Discapacidad, la
que dispone que: “…en la aplicación de dicha Ley se debe dar
cumplimiento a los principios de vida independiente, accesibilidad
universal, diseño universal, intersectorialidad, participación y diálogo
social…”. En el mismo sentido, el artículo 4º de dicha Ley señala que es
“deber del Estado promover la igualdad de oportunidades para las
personas con discapacidad”. Prosigue en su inciso 2, enunciando que
“…los programas destinados a las personas con discapacidad
que ejecute el Estado, Deberán tener como objetivo mejorar la
calidad de vida”.
14. A su vez, el Título I, de la Ley que establece Normas sobre Igualdad de
Oportunidades e Inclusión de Personas con Discapacidad,
específicamente en su artículo Nº 8º, enuncia que con el fin de
garantizar el derecho a la igualdad de oportunidades de las personas con
discapacidad, el Estado establecerá medidas contra la discriminación, las
que consistirán en exigencias de accesibilidad, realización de ajustes
necesarios y prevención de conductas de acoso. Continúa señalando que
se entienden por exigencias de accesibilidad, los requisitos que deben
cumplirse los bienes, entornos, productos, servicios y procedimientos.
15. Es por lo anterior, que someter la tramitación de la interdicción a un
procedimiento engorroso y que se extienda a través del tiempo, significa
someter a las familias y al discapacitado, a una serie de actuaciones y
tramites que resultan innecesarios al tenor de lo señalado en la Ley
18.600. Además las políticas respecto al tema de las discapacidades a
nivel nacional, apuntan precisamente a proteger a los discapacitados,
tratando de integrarlos a la vida cotidiana, así queda de manifiesto, en
que el día 30 de Marzo de 2007, nuestro país firmó la Convención
Internacional para los Derechos de las Personas Discapacitadas
que busca garantizar el respeto por los derechos fundamentales como la
accesibilidad al entorno construido, a la información, la libertad de
desplazamiento, acceso a la salud, a la educación, al empleo, a la

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habilitación y rehabilitación y la participación en la vida política, todo ello
basado en el principio de no discriminación de ningún tipo.
16. Finalmente, consideramos que al no poder administrar sus bienes, se
hace necesario la existencia de un curador que vele por sus intereses y
por su dignidad, la cual debe ser tramitada en un procedimiento ágil,
con un procedimiento que no se extienda en el tiempo, lleno de
formalidades que resultan innecesarias, teniendo en cuenta la labor del
Estado de garantizar y agilizar la adecuada protección a los
discapacitados. Todo lo anterior, estrechamente vinculado con lo
señalado en la Constitución Política de la República en sus artículos 5º, y
19 Nº 1, 2 y 3.
17. Debemos enfatizar el hecho de que la ley 18.600 fue dictada por el
Ministerio de Hacienda, de lo que podemos inferir con un alto grado de
certeza que el principal objetivo de la misma es obtener la resolución a
favor del discapacitado lo antes posible, y así evitar duplicar
procedimientos o entrabarlos es el objetivo en mente, por lo que toda
interpretación o exigencia adicional, contraría el espíritu de la ley.
18. En consecuencia, de la norma antes analizada se desprende con toda
claridad que el procedimiento para declarar la interdicción definitiva y
nombrar al curador de los bienes del incapacitado implica que se debe
citar a una audiencia a la persona con discapacidad, en la que se debe
constatar dos cosas: que existe la certificación vigente de discapacidad,
consistente en la inscripción en el Registro de la Discapacidad; y
designar al curador de bienes, de acuerdo a las situaciones en las que se
pone la ley.
19. Es importante no perder de vista además que todas aquellas personas
cuya interdicción se quiere obtener ya han alcanzado la mayoría de edad
y ya han emancipado. Es decir, han pasado al menos 18 años de su vida
al cuidado su madre y/o padre, bajo el cual probablemente seguirán por
el resto de su vida, sin que se haya cuestionado su idoneidad respecto al
cuidado personal de sus hijos, habiendo sido incluso refrendada por el
alto nivel de cuidados especiales que estas personas requieren. Es en
base a esta presunción que la ley no cuestiona y entiende su idoneidad
como curadores de los bienes del discapacitado, pues es natural
presumir que después de años habiéndose dedicado incesantemente a la

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preocupación por sus hijos, destinen el dinero que el Estado les entrega
única y exclusivamente a los cuidados que sean necesarios.
20. En consecuencia esta relación no se concibe como una relación de
conflicto ya que no hay intereses contrapuestos y así lo ha entendido la
ley 18.600 en este procedimiento. Es en base a los argumentos
esgrimidos que solicito a SS. Sustituya el procedimiento de autos por el
contemplado en la ley 18.600.

POR TANTO

A US. RUEGO: acceder a lo solicitado, autorizando se sustituya el


procedimiento de autos, de lato conocimiento por el sumarísimo contemplado
en la ley 18.600.

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