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CENCERRADA Y CHARIVARI:

CARTAS ENTRE NATALIE ZEMON DAVIS


Y EDWARD THOMPSON,
1970-1972*
*
“Rough Music and Charivari: Letters Between Natalie Zemon Davis and Edward
Thompson, 1970-1972”, Past & Present, Vol. 235, Nº 1, pp. 243-262. Traducción: María
Laura Giudici Navarro.

En 1971, Natalie Zemon Davis publicó un artículo crucial en las páginas de Past
and Present, titulado “The Reasons of Misrule: Youth Groups and Charivaris in Sixteenth-
Century France”1. Siendo este un estudio de los rituales carnavalescos de burla, a través de
los cuales las comunidades manifestaban su desaprobación ante infracciones sociales y
morales, el ensayo abrió un umbral revelador sobre las costumbres festivas mediante las
cuales los hombres jóvenes y solteros humillaban y regulaban públicamente el
comportamiento sexual y marital de sus vecinos. Asimismo, esto demostraba la
transmutación de aquellos ritos lúdicos, desarrollados en ambientes urbanos, en vehículos
para la protesta social y política. Un año después, un escrito sobre la contraparte inglesa del
charivari, comúnmente conocida como rough music2 o skimmington ride3, apareció en las
páginas de Annales.4 Escrito por Edward Thompson, el historiador líder del ala izquierda y
miembro fundador de esta revista, también examinaba la función social de la práctica del
desfile de transgresores acompañado por el golpeteo cacofónico de cacerolas y sartenes.
Así se iluminaba el rol de este tipo de teatro callejero de plebeyos que operaba, conforme a
las normas aceptadas, como una forma de dar a conocer escándalos y criticar a las figuras
de autoridad poco populares, haciendo hincapié en el carácter casi judicial del ritual.

1
Editado en (1993) Sociedad y cultura en la Francia moderna, Barcelona: Crítica.
2
N. de T.: A continuación nos referiremos a la rough music como “cencerrada”.
3
N. de T.: En el sur de Inglatera, el charivari era llamado skimmington ride, siendo esta una procesión
realizada con la finalidad de ridiculizar y sentar ejemplo respecto a lo considerado fuera de la norma, como
esposas que golpeaban a sus maridos o matrimonios que atentaban contra la reserva de elegibles.
Skimmington también hace referencia a un tipo de cucharón de madera con el cuál una esposa “ingobernable”
golpeaba a su esposo.
4
E. P. Thompson, ““Rough Music”: le charivari anglais”, Annales, XXXVII (1972).

1
Frecuentemente reeditados y constantemente citados, ambos ensayos se convirtieron en
clásicos de la escritura histórica del siglo XX. Ellos se posicionan a la par de otros artículos
de Past and Present de igual fama, escritos por estos intelectuales durante el mismo
período de tiempo: “The Moral Economy of the English Crowd in the Eighteenth Century”
de Thompson y “The Rites of Violence: Religious Riot in Sixteenth-Century France” de
Davis.5 Proporcionando de manera convincente nuevos modelos para el estudio de la
acción simbólica y el comportamiento colectivo, estos ensayos se encuentran entre los más
leídos y descargados del archivo de la revista.

La correspondencia entre Davis y Thompson documentada a continuación ofrece


una nueva aproximación al interior del momento histórico que produjo estos emblemáticos
ensayos. “¿Cuál es el espíritu…”, pregunta Thompson en su carta del 29 de abril de 1970,
“…que ha llevado a dos o tres de nosotros de manera independiente a comenzar a examinar
los mismos problemas y a hacernos preguntas relacionadas?”6 Parte de la explicación
acerca de esta curiosa convergencia de intereses yace en el clima de investigación
intelectual en el cual ellos se encontraban estudiando y escribiendo. Su mutua fascinación
con las costumbres del charivari y la cencerrada se reflejaba en el compromiso intelectual y
político de ambos para encontrar nuevas maneras de estudiar las vidas de los pobladores
rurales iletrados y los trabajadores ordinarios en la Europa pre-moderna, sin caer en
sentimentalismos. Su determinación, como Thompson memorablemente remarcó en la
introducción a The Making of the English Working Class, se basa en rescatarlos de “la
enorme condescendencia de la posterioridad”.7

Del mismo modo, también se vio reflejado su esfuerzo por encontrar nuevas
herramientas para resolver los rompecabezas interpretativos que planteaban estos rituales
populares de inversión y ridiculización más bien desconcertantes, así como para decodificar
la lógica y las “razones del mal gobierno”. En su búsqueda de respuestas, ambos se
inclinaron hacia disciplinas como la antropología y la etnografía, especialmente hacia los

5
E. P. Thompson, “The Moral Economy of the English Crowd in the Eighteenth Century”, Past and Present,
Nro. 50 (Febrero, 1971); Natalie Zemon Davis, “The Rites of Violence: Religious Riot in Sixteenth-Century
France”, Past and Present, Nro. 59 (Mayo, 1973).
6
Ver página 16, debajo.
7
E. P. Thompson, The Making of the English Working Class (London, 1963), 12.

2
trabajos de Arnold van Gennep y Claud Lévi-Strauss, a quienes usualmente hacen
referencia y aluden en sus intercambios. Davis encontró inspiración en el análisis de van
Gennep sobre los ritos de pasaje y en las Mythologiques de Lévi-Strauss, pero también en
los escritos de Victor Turner acerca de The Ritual Process y la discusión de Mijaíl Bajtín
sobre la permisión festiva en Rebelais and his World.8 Inmersa en estos estudios, ella
concluyó que los charivaris que se oponían a los matrimonios desiguales, eran la
manifestación de un impulso para proteger la reserva local de parejas elegibles en una
sociedad donde la fertilidad era altamente estimada. Como bien lo atestiguan varios pasajes
en las cartas, Thompson se encontraba menos convencido por esta explicación basándose
en la evidencia inglesa que él mismo había investigado, aunque también logró verse atraído
por la postura que señalaba que tales rituales ayudaban a reparar rupturas y restaurar la
cohesión social. Estos modos de análisis, estructuralistas y funcionalistas, eran dominantes
en la escritura antropológica del momento. Ninguno, sin embargo, había leído aún el
trabajo clave de Clifford Geerts, The Interpretation of Cultures, el cual fue publicado recién
en 1973, poco después de que la correspondencia aquí documentada finalizara.9

En la búsqueda de descripciones contemporáneas, ambos historiadores fueron


atraídos por la literatura popular. Más de una vez, ellos han hecho referencia a los Lords del
Mal Gobierno de la The Anatomy of Abuses (1583) de Philip Stubbes, un trabajo sobre
polémica religiosa y denuncia moral que, paradójicamente, funciona a la vez como una
clase de etnografía de las costumbres denunciadas enérgicamente.10 Los intereses de
Thompson y Davis en tales textos, como fuentes históricas para las “ceremonias
folklóricas” que ellos buscaban investigar, eran indicadores de una tendencia más amplia
que veía a los campos de la historia y el folklore acercarse durante estos años. Como una

8
Arnold van Gennep, Manuel de folklore franc contemporain, Vol. 4 (Paris, 1946–72) y The Rites of
Passage, trans. M. B. Vizedom and G. L. Caffee (London, 1960); Claude Lévi-Strauss, Mythologiques: le cru
et le cruit (Paris, 1964); Victor Turner, The Ritual Process: Structure and Anti-Structure (Chicago, 1968);
Mikhail Bakhtin, Rabelais and his World, trans. H. Iswolsky (Cambridge, Mass., 1968). Ver también la
reflexión de Davis en “Anthropology and History in the 1980s: The Possibilities of the Past”, Journal of
Interdisciplinary History, XII (1981), y “Writing ‘‘The Rites of Violence’’ and Afterward”, en Graeme
Murdock, Penny Roberts and Andrew Spicer (eds.), “Ritual and Violence: Natalie Zemon Davis and Early
Modern France” (Past and Present Supplement, Nro. 7, Oxford, 2012), 9–11. Para Thompson, ver su
“Anthropology and the Discipline of Historical Context”, Midland History, Nro. 3 (1972); “History and
Anthropology”, en su Persons and Polemics: Historical Essays. (London, 1994).
9
Clifford Geertz, The Interpretation of Cultures (New York, 1973).
10
Philip Stubbes, The Anatomie of Abuses (London, 1583).

3
aproximación al pasado, tenían una correlación próxima con algunos proyectos afines que
trabajaban otros historiadores, especialmente Keith Thomas, cuya Religion and the Decline
of Magic apareció durante el intercambio entre Davis y Thompson en 1971.11

Mientras tanto, en su carta del 29 de abril de 1970, el llamamiento que realiza


Thompson por “un estudio minucioso de las comunidades en cuestión”, parece profético en
otro aspecto.12 Su creencia en que una intensiva historia social de grupos y vecindarios
particulares ofrecía la mejor esperanza para desentrañar el significado de la cencerrada en
la Inglaterra del siglo XVIII, anticipa la emergencia de las técnicas de microhistoria en
Italia, adentrándose ya en la década. Su producto más famoso, The Chesse and the Worms
de Carlo Ginzgburg, fue publicado en 1976, aunque el término en sí mismo había sido
usado anteriormente en un sentido más bien despectivo por el historiador de Annales,
Fernand Braudel.13 Para Braudel esto evocaba la tradicional historia acontecimental
(histoire événementielle), a la que oponía rotundamente su propia visión de una continuidad
de larga duración con su cambio inerte e imperceptible, forjado por grandes estructuras y
fuerzas sociales. La hegemonía de esa tradición braudeliana de Annales en Francia aparece
también detrás de estas cartas. La decisión de Thompson de enviar su propio escrito sobre
la cencerrada inglesa a los Annales ESC14, sugiere cierto sentido de afinidad con la
investigación francesa de aquella era, pero su observación para Davis en el 1º de junio de
1972 está evidenciando paralelamente algún grado de distanciamiento y desapego. Anunció
que ella (presumiblemente como él) observaba los temas de esta revista “con una mezcla
constante de sentimientos de asombro y disgusto.”15 Pero los sentimientos de Natalie Davis
hacia los Annalistes eran considerablemente más cálidos de lo que él había conjeturado.
Ella no se encontraba persuadida por la visión panorámica de Braudel del Mediterráneo,

11
Keith Thomas, “Religion and the Decline of Magic: Studies in Popular Beliefs in Sixteenth- and
Seventeenth-Century England”, (London, 1971).
12
Ver pp. 16, debajo.
13
Carlo Ginzburg, The Cheese and the Worms: The Cosmos of a Sixteenth-Century, Miller, trans. John and
Anne Tedeschi (London, 1980; primera publicación en italiano, 1976). Para ver el uso del término de Braudel,
vea Carlo Ginzburg, Microhistory, Two or Three Things that I Know about it, Critical Inquiry, XX (1993),
12–13.
14
ESC (Économies, sociétés, civilisations) es el subtítulo de la revista mantenido desde 1946 hasta 1993.
15
Ver pp. 23, debajo.

4
pero mantuvo una fuerte conexión con su colega más joven Emmanuel Le Roy Ladurie,
quien se aproximó a la cultura campesina y al carnaval, temáticas enlazadas a las suyas.16

“The Reason of Misrule” también fue escrito como una sólida respuesta al
influyente reclamo realizado por Philippe Ariès acerca de que los franceses en particular y
los europeos en general, no habían desarrollado un concepto de “juventud” antes del siglo
XVIII. El ensayo de Davis fue, en efecto, diseñado para demostrar que la sociedad francesa
en el siglo XVI se encontraba de hecho acostumbrada a la categoría de edad y eso resulta
visible en instituciones, prácticas y costumbres específicas. La idea de “juventud” podría
haber cambiado con la modernidad, pero no fue creada por ella.17

Existió, sin embargo, otro contexto para el trabajo de Davis y Thompson sobre la
cencerrada y el charivari. Probablemente, sea importante el hecho de que haya ocurrido
después de las revueltas de estudiantes y trabajadores de 1968. Sus intereses en formas de
rebelión y costumbres juveniles que temporalmente pusieron al mundo de cabeza, deben
verse como un contrapunto de los movimientos de derechos sociales y civiles con los que
Europa y Estados Unidos fueron atiborrados durante esos años. Sus preocupaciones
históricas reflejaron las políticas socialistas y del ala izquierda con las cuales ambos
historiadores estaban abiertamente comprometidos, y las cuales moldearon y dieron color a
sus carreras profesionales. Davis y su esposo habían abandonado Estados Unidos hacia
Canadá en 1962, después de que él hubiera pasado un tiempo en prisión por su resistencia
al House Committee on Un-American Activities. En 1968, Thompson (siendo él mismo un
antiguo miembro del Partido Comunista) apoyó a los estudiantes de Warwick que ocuparon
los edificios de la universidad para protestar contra el mantenimiento de registros sobre
jóvenes activistas radicales, y se encontraba iracundo sobre la administración de la
jerarquía académica. Su exhaustivo ataque a la mercantilización y la corporativización de la
universidad, manifestado en un panfleto titulado Warwick University Ltd: Industry,
Management and the Universities, publicado en 1970, lo puso en un enfrentamiento con su
16
Ver pp. 23, nota al pie nro. 31, debajo. Emmanuel Le Roy Ladurie, The Peasants of Languedoc, trans. John
Day (Urbana, 1974; primera publicación en francés, 1966) y Carnival: A People’s Uprising at Romans 1579
–1580, trans. Mary Feeney (London, 1980; primera publicación en francés, 1979).
17
Philippe Ariès, Centuries of Childhood, trad. Robert Baldick (London, 1962; primera publicación en
francés, 1960). Ariès hace referencia a algunos de estos puntos en un Nuevo prefacio en 1973 a su L’enfant et
la vie familiale (Paris, 1973), pp. VII-IX. Ver Davis, ‘The Reasons of Misrule’, repr. en su Society and
Culture in Early Modern France (Stanford, 1975), pp.108-9.

5
empleador que derivó en su renuncia.18 En este intercambio, Thompson realiza una evasiva
referencia a su partida pero disimula la verdadera razón de ella, solamente mencionándole
que fue motivada por la determinación de dedicarse a su investigación y escritura. Su
propia carta del 14 de mayo de 1972 deja en claro que ella comprendía perfectamente la
situación y apoyaba su postura: había leído su “libro sobre el dossier de Warwick” y se
deleitó con su discusión sobre “la cobarde facultad y los inflexibles estudiantes”. Ella
presentó una versión de “The Reasons of Misrule” como un artículo en la Universidad Sir
George Williams en marzo de 1970, la cual fue escenario de una ocupación estudiantil, una
revuelta y de arrestos policiales, en conexión con acusaciones de racismo contra la facultad
ocurridas unas pocas semanas antes. Estos fueron los cimientos políticos e intelectuales
desde los cuales sus intereses mutuos en el mal gobierno de la juventud en la temprana
Europa moderna crecieron.

Esta correspondencia, por añadidura, arroja una interesante luz sobre el tipo de
historia que E. P. Thompson y Natalie Davis aspiraban a escribir. Las observaciones de
Thompson en la carta del 1º de junio de 1972 sobre la importancia de la “audiencia
imaginaria” para un artículo o un libro es una revelación. Existe un asomo de
arrepentimiento en su reflexión sobre cómo su modo de abordaje había cambiado desde su
tiempo como un “polémico tutor de educación” a su “actual desconfianza frente a la
opinión académica en curso”. Su desprecio hacia los académicos que escribían con “algún
selector anónimo para un mayor fondo de financiación” en mente como un lector, se ve
emparejado con la molestia de que su propia escritura se ha visto eclipsada por la presencia
de “un monstruo cuantificador enormemente insensible”. Su compromiso en hacer este
trabajo accesible para “una audiencia ordinariamente inteligente de personas interesadas en
historia”, resuena en los objetivos de los fundadores de la misma Past and Present.19 Y los
miembros de la junta editorial se mantienen firmemente comprometidos con esto hasta el
día de hoy.

Finalmente, estas cartas ofrecen una visión esclarecedora acerca de los contornos de
la cultura académica y de la naturaleza del intercambio intelectual en una era anterior al

18
E. P. Thompson (ed.), Warwick University Ltd: Industry, Management and the Universities,
(Harmondsworth, 1970).
19
Ver pp. 23, debajo.

6
advenimiento de Internet. Ellas son evidencia de cómo la colaboración y la fertilización
cruzada de ideas y perspectivas ocurrieron antes de que el e-mail y las redes sociales
revolucionaran la velocidad de comunicación y que las computadoras, los scanners digitales
y los PDFs suplantaran a las máquinas de escribir, las copias de papel carbónico,
fotocopiadoras y las tiradas de imprenta. Proveen vistazos rápidos del desvanecimiento de
la república de las cartas físicas que antecedió al mundo más efímero de la mensajería
instantánea con el cual operamos ahora. Los futuros historiadores de la academia y la
historiografía de finales del siglo XX estarán agradecidos por su preservación. Past and
Present agradece cálidamente a Natalie Davis por proveer copias de esta correspondencia y
de las anotaciones de la traducción. Manifestamos nuestro reconocimiento a la Profesora
Davis y al patrimonio de la difunta Dorothy Thompson por el permiso para publicarlas en
esta revista.20

Universidad de Cambridge Alexandra Walsham


doi: 10.1093/pastj/gtx027

20
Agradecemos a Aislinn Muller por preparar la traducción de las cartas.

7
En marzo de 1970, le envié a Edward P. Thompson un escrito a máquina de mi
ensayo “The Reasons of Misrule: Youth Groups and Charivaris in Sixteenth-Century
France”. Relacionado tanto con las protestas sociales y estudiantiles de aquel momento
como con mi nuevo interés en la antropología, el carnaval y Bajtín, el artículo había sido
presentado primero en un encuentro de la Renaissance Society of America en la
Universidad de Michigan en abril de 1969. La versión que envié a Edward ha sido
presentada en la Universidad de Sir George Williams el 5 de marzo de 1970. Algunas
semanas antes, Sir George Williams había sido el escenario de la ocupación estudiantil del
centro de informática, de una revuelta y de arrestos policiales, en conexión con acusaciones
de racismo en la facultad. El departamento de Historia en Sir George Williams (ahora
conocida como la Universidad Concordia) le dio la bienvenida a nuevas aproximaciones a
la historia social, y George Rudé se uniría a sus filas durante el otoño siguiente.

Universidad de Toronto Natalie Zemon Davis (editora)


doi: 10.1093/pastj/gtx020

8


CARTA #1: E. P. THOMPSON PARA NATALIE ZEMON DAVIS,


14 DE ABRIL DE 1970

14 de abril de 1970

Dra. Natalie Z. Davis,


Departamento de Historia,
Universidad de Toronto,
Toronto 181,
Canadá.

Querida Dra. Davis,

Me encontré absolutamente encantado al recibir su artículo sobre las “The Reasons


of Misrule.”21 Yo mismo he estado trabajando desde hace algún tiempo en un corto estudio
sobre la cencerrada (nuestra versión del charivari) en Inglaterra en el siglo XVIII y la
primer parte del XIX. Por ende, estaba particularmente emocionado en encontrar un trabajo
comparativo de su estilo, adelantado de una manera tan profusa, aunque por supuesto
existen diferencias importantes en las costumbres y en sus funciones –en algunos sentidos
supongo que el material del siglo XVIII en Inglaterra es una forma atenuada de lo que usted
está describiendo, y ya no existe ninguna organización sistemática de la juventud, aunque
ésta haya jugado el rol principal dentro de los eventos.

No seré capaz de volver a completar mi propio trabajo hasta este otoño. Estaría más
que interesado en ver sus notas al pie cuando las haya preparado. Pienso que tan sólo tengo
un punto teórico general que desacuerda con su tratamiento, y se basa en su suposición de
que estas demostraciones estaban dirigidas hacia matrimonios inapropiados (nuevas
nupcias de viudas y viudos, matrimonios entre personas de edades desiguales, etc.), porque
ellos fueron quienes removieron a las personas jóvenes de la reserva de “elegibles”. Usted

21
Davis, “The Reasons of Misrule”.

9
no parece demostrar, dentro del alcance de este trabajo, las razones de esta teoría y dada la
ausencia de notas al pie no puedo establecer exactamente porqué usted adscribe a este tipo
de explicación funcionalista. Sin embargo, creo que es un punto importante y me parece
que una mayor evidencia debe ser ensamblada para probarlo. Según mi visión de la
evidencia del siglo XVIII, podría sugerir más de un punto de vista sobre los campesinos o
sociedades similares en las cuales los valores de la fertilidad dentro del matrimonio son
altamente estimados, y por lo tanto, el charivari tiene lugar en relación a un matrimonio de
edades desiguales o a uno que ofenda ciertos principios de los valores de masculinidad
básica de estas sociedades. Un punto de cierto interés se basa en la Inglaterra del siglo
XVIII, orientándonos hacia el final del siglo, donde la cencerrada es dirigida más y más
contra de las mujeres golpeadoras antes que, como en las viejas versiones de los siglos XVI
y XVII como los skimmington rides, contra esposos que permitían ser atormentados por sus
esposas.

Estaría más que interesado en oír nuevamente de su parte sobre esto, especialmente
cuando haya trabajado en sus notas al pie.

Mis mejores deseos,

Edward Thompson
doi:10.1093/pastj/gtx021

10
CARTA #2: NATALIE ZEMON DAVIS PARA E. P. THOMPSON,
21 DE ABRIL DE 1970

21 de abril de 1970

Profesor Edward Thompson


Centro para el Estudio de la Historia Social
Universidad de Warwick
Coventry, Warwickshire

Querido Profesor Thompson:

Me encontré igualmente deleitada al recibir su carta y descubrir que usted está


trabajando en la cencerrada de Inglaterra durante los siglos XVIII y XIX. Del mismo modo,
me encuentro dichosa de que, finalmente, los ingleses hayan alcanzado el sentido común
para revertir su cencerrada hacia las mujeres golpeadoras. (Creo que ya he mencionado que
la única referencia que encontré respecto a los chirivaris utilizado en contra de las mujeres
golpeadoras en Francia fue en Dijon durante el mes de mayo –y esto, asumo, es debido a
que en tiempos romanos mayo era considerado un mes especial para las mujeres. Un
almanaque francés del tardío siglo XVI que he utilizado, lo desarrolla de una forma
entretenida). Espero con muchas ansias leer su trabajo cuando esté hecho.

Estaré realizando la reescritura final del mío (planeo cambiar el texto solamente un
poco) y escribiendo las notas al pie durante esta y la próxima semanas. Luego, lo presentaré
en Past and Present; y de no ser aceptado, Sylvia Trupp lo ha pedido para Comparative
Studies in Society and History. De todos modos, usted recibirá una copia por correo aéreo.
O, si lo prefiere, estaré encantada de pedirle al mecanógrafo que prepare una copia
carbónica del manuscrito. Tan sólo hágamelo saber.

En cuanto a mis explicaciones sobre los chirivaris contrarios a las segundas nupcias,
déjeme brindarle mi razonamiento. Primero, traté de encastrar toda la evidencia que pude
en el párrafo de las páginas 12-13. Incluso intenté sugerir el aspecto sexual con mi frase

11
sobre la “Vieille Carcasse”22 y el hombre viejo, seguramente incapaz de satisfacer a su
joven esposa. (Además, su punto sobre la comunidad encontrándose consternada sobre la
fertilidad y la potencia se corrobora por los charivaris contra los esposos que fallan en
consumar sus matrimonios [Tengo una increíble canción de un charivari del siglo XVI
sobre esto] y contra las recién casadas que fallan en quedar embarazadas dentro del año
posterior al matrimonio). Incluso pienso que el deseo de las personas jóvenes de recolectar
dinero y dulces, como lo harían para un primer matrimonio, tiene algo que ver con sus
protestas hasta que los “convolants” (como los franceses llaman a los que vuelven a
contraer matrimonio) los apaciguaran mediante el pago de una multa.

He incluido y, de hecho destacado, el tema de la “reserva-de-elegibles” en el campo


por dos razones. Primero, porque los antropólogos lo remarcan de este modo. Van
Gennep23, quien ha estudiado las costumbres folkóricas a lo largo de toda Francia,
incluyendo su Francia contemporánea, lo creyó importante. Lévi-Strauss también lo
consideró la24 función central del charivari contra las segundas nupcias y, de hecho, la
ocasión central para todos los charivaris (en Le cru et le cuit, tiene una pequeña tabla que
da cuenta cómo las series de pares son perturbadas).25 También hablé de esto con un amigo
que se especializa en la familia francesa en el siglo XVII y piensa que la explicación de la
reserva de elegibles es la más factible.

Segundo, esta explicación parecía encajar con otra importante actividad del grupo
juvenil de la aldea: demandar una multa a hombres jóvenes de otras aldeas que vinieran a
cortejar a las muchachas de la suya. También existen casos judiciales que se multiplican a
partir de peleas que se dan cuando “compañeros jóvenes comprometidos” de otra aldea, se
dirigían hacia las “cabañas de cortejo” para cortejar jovencitas locales. Los jóvenes lo
esperaban y los golpeaban. Estos episodios y costumbres podrían también tener múltiples
explicaciones, pero parece que la preocupación por la reserva de elegibles para casarse está
entre ellas. Cuando uno recuerda las múltiples prohibiciones establecidas por la Iglesia en

22
N. de T.: “vieja carcasa” hace referencia a una mujer “vieja”.
23
Van Gennep, “Manuel de folklore franc¸ ais, extensive treatment of charivari”, en Vol. 1.
24
N. de T.: todos los subrayados y mayúsculas son fieles al original.
25
Claude Lévi-Strauss, Le cru et le cuit fue publicado en 1964 como el primer volumen de Mythologiques,
una serie de cuatro partes. Fue traducido al inglés en 1969.

12
relación a la consanguinidad y los esfuerzos que, presumiblemente, continuaron en las
aldeas para prevenir demasiados inter-matrimonios (véase Lévi-Strauss), pienso que la
preocupación sobre la reserva de elegibles para matrimonios resulta entendible. Podría
agregar que es mi impresión a partir de observar muchos contratos matrimoniales, que los
casamientos entre personas de diferentes hábitats se realizan todo el tiempo en ciudades, y
aquellos muchachos de la aldea que se han relocalizado en la ciudad podrían volver a sus
hogares en busca de una novia y llevarla a la ciudad; en cambio, los jóvenes que se
quedaron en las granjas tienden a casarse localmente.

Quiero recalcar, sin embargo, que tomaré solamente esta razón entre varias que
versan sobre el charivari contra las segundas nupcias (y los casamientos grotescos). Los
factores económicos, sexuales, familiares, etc., también son presumiblemente relevantes.
Con el tipo de evidencia que tengo de este período temprano, me temo que siempre existe
cierto elemento de especulación.

Estoy planeando decir algo respecto a Inglaterra solamente en una nota al pie en la
línea 9, página 14. ¿Debería mencionar que usted está realizando un estudio sobre la
cencerrada? Lo que he recolectado hasta aquí son numerosas referencias al golpeteo de
teteras, a pavonearse, a la música con cacharros de hojalata, a riding the stan, riding
skimmerton o skimmington. Y luego, DE FORMA SEPARADA, referencias al parroquial
Señores del Mal Gobierno (en abades escoceses) con sus seguidores. Stubbs [sic] tiene en
particular una muy buena cita sobre ellos en su Anatomía de abusos (estoy segura de que
usted lo conoce)26, en el cual él habla de las “cabezas salvajes de la parroquia”, quienes
seguramente debían ser personas jóvenes. La única referencia que tengo en la cual un
charivari es relacionado con personas jóvenes es en un poema de Marvell27 en el cual la
“justa calle” invade la casa de una pareja de vecinos donde la mujer había golpeado al
marido y montan a los vecinos mientras los “muchachos y muchachas en tropilla corrían a
los gritos”. M. hace referencia a esto como un antiguo pasatiempo.

26
Stubbes, Anatomie of Abuses.
27
Esto es una referencia al trabajo de Andrew Marvell, “The Last Instructions to a Painter”, el cual apareció
en The Third Part of the Collection of Poems on Affairs of State (London, 1689), pp. 10-11.

13
Me pregunto si alguien ha hablado acerca de las categorías de edad en las aldeas
inglesas (Homans no lo hace)28 o sobre organizaciones juveniles. Yo, por supuesto, exagero
un poco la importancia de la organización juvenil en todos estas actividades festivas en el
campo (presumiblemente, personas más grandes se unían a los charivaris, y haré de este
punto una nota al pie), porque quise dejar bien en claro mi postura en este corto artículo, y
también para mostrar la diferencia entre la organización de la sociedad en una aldea y en
una ciudad donde el cambio social y económico disuelve los acuerdos más tradicionales.

Me alegró mucho haber oído de usted. Por favor, hágame saber si desea una copia
del manuscrito con las notas.

Suya,

Natalie Zemon Davis (Señora)


Doi: 10.1093/pastj/gtx022

28
George C. Homans, English Villagers in the Thirteenth Century (Cambridge, 1941).

14
CARTA #3: E. P. THOMPSON PARA NATALIE ZEMON DAVIS,
29 DE ABRIL DE 1970

29 de abril de 1970

Sra. Natalie Zemon Davis,


Departamento de Historia,
Universidad de Toronto,
Toronto 181,
Canadá.

Querida Sra. Davis,

Disculpe la brevedad de esta carta. La suya es una de las más interesantes que jamás
he recibido de parte de una compañera historiadora y me tomará algún tiempo absorber
todos sus señalamientos así como también hacer un seguimiento de uno o dos de ellos
mediante una ulterior lectura. Por lo tanto, esto es para decirle gracias de verdad por su
carta: pero también para agregar que no estoy del todo satisfecho con su respuesta a mi
inquietud teórica –o al menos, no estoy satisfecho con la posibilidad de la generalización a
un contexto inglés de siglo XVIII o del sur europeo del siglo XIX; sospecho que uno sería
capaz de encontrar continuidades del ritual incluso en comunidades donde la tasa de
crecimiento poblacional haya sido tal que la explicación funcionalista de la reserva de
elegibles podría acarrear mucha menos certeza, y en tal contexto uno podría, pienso, desear
elevar otros valores o funciones. De sus dos contra-propuestas, pienso que la primera es
substancial y que le haré un seguimiento: la segunda me convence un poco menos, ya que
pienso que este tipo de rivalidad comunitaria ciertamente continúa en partes de Inglaterra
(especialmente en pequeñas aldeas cuasi-industriales) en el siglo XIX, descansando sobre
un gran tejido de relaciones y funciones. Por ejemplo, un tipo similar de rivalidad entre
comunidades vecinas encuentra su expresión en competencias deportivas ritualizadas –
juegos de fútbol bastante salvajes en las calles, etc. – y uno podría difícilmente caer en la
explicación de la reserva de elegibles. Sin embargo, aquí de nuevo quiero pensar y leer un
poco más al respecto.

15
Mi material sobre Inglaterra tiende a enflaquecerse mucho más antes del siglo
XVIII. Generalmente, sus puntos hacen que uno desee con demasía dos cosas: primero,
encuentro que incluso en el siglo XIX, aunque uno podría tener [una] descripción bastante
rica de la cencerrada, raramente encuentra suficiente información sobre las reales víctimas
de ella para entender la ofensa específicamente cometida al vecindario, o las relaciones
particulares en las cuales las partes defienden su comunidad. Segundo, es claro que si uno
pudiera solamente encontrar una muestra de casos bien documentados, entonces un estudio
minucioso de estas comunidades en cuestión, incluyendo el estudio de los Registros
Parroquiales, etc., con el fin de tratar de establecer grados de consanguineidad con los
vecinos podría ser de gran utilidad. He mantenido la esperanza de que alguna clase de
historia social de esta exactitud pudiera haber persuadido a Warwick, y en el área del
crimen, ahora tenemos a un admirable grupo que está comenzando a trabajar con esta
proximidad de aplicación. Sin embargo, temo que me he vuelto tan decidido a continuar
con mi propia investigación y escritura, que abandonaré la Universidad a finales de este
verano, y espero fuertemente que mi sucesor aliente la continuidad de una investigación en
este tipo de área. Por supuesto, continuaré con mi propio trabajo y después del verano usted
podrá contactarse conmigo en la dirección de mi hogar, Lansdowne Crescent 43,
Leamington Spa, Warwickshire.

¿Cuál es [el] espíritu que nos ha llevado a dos o tres de nosotros de manera
independiente a comenzar a examinar los mismos problemas y a hacernos preguntas
relacionadas? Sería muy feliz si usted pudiera brindarme una copia. Estoy, de hecho, en la
junta editorial de Past & Present y velaré por su artículo, aunque es posible que el Editor lo
envíe a nuestros expertos del siglo XVI y XVII; por lo cual sería más útil si usted me
pudiera proveer una copia también para mí.29

Sinceramente suyo,

Edward Thompson
doi: 10.1093/pastj/gtx023

29
Algún tiempo después de la aparición de “The Reasons of Misrule” en febrero de 1971, artículo de Past
and Present, le envié a Edward una copia.

16
CARTA #4: E. P. THOMPSON PARA NATALIE ZEMON DAVIS,
8 DE JULIO DE 1971

Lansdowne Crescent 43
Leamington Spa
Warwks

8 de julio del ‘71

Querida Natalie Davis,

Devolviendo el gesto, le envío una copia de un artículo que he presentado a Annales


ESC. Apreciaría mucho recibir sus comentarios, especialmente desde que solucioné mis
dudas sobre la aplicación universal de la teoría del reserva de elegibles.

Espero expandir el artículo, con mucho más que ejemplos británicos [sic], como un
capítulo en mi próximo libro, así incluso si las críticas no llegan a tiempo para la revisión
de la pieza de Annales, puedo tomarlas en cuenta en el libro. ¿O podría usted verse
estimulada a contestar en Annales? (Si ellos lo usan).

Una advertencia. Por favor NO haga circular o fotocopie el artículo. Estoy


enviándoselo solamente a usted para que lo lea. (Algo así como seis años atrás envié un
artículo a Estados Unidos el cual encontró su camino hacia Charles Tilly, y por
consiguiente a media docenas de bibliotecas en ese país y Canadá – fotocopiado sin
permiso y opuesto a las normas de copyright – y luego se extendió a notas al pie y trabajos
de otras personas: una pieza que recién sentí que estaba lista para ser publicada este año.
Entonces por favor no la comparta con Tilly y su regimiento de investigadores).

Sinceramente,

Edward Thompson
doi: 10.1093/pastj/gtx024

17
CARTA #5: NATALIE ZEMON DAVIS PARA E. P. THOMPSON,
14 DE MAYO DE 1972

14 de Mayo de 1972

Querido Edward Thompson,

No puedo decirle cuán avergonzada me encuentro por haberme tomado tanto tiempo
para contestar su carta del 8 de julio, la cual incluyó su espléndido artículo. La única forma
en la que puedo explicar esto es que he estado con la mente abarrotada durante todo este
tiempo. Habiendo leído su trabajo tan pronto como llegó, lo releí con cuidado el pasado
domingo en un avión que me traía de vuelta de mi novena y final conferencia con la que me
había comprometido, en un año que también incluyó mi mudanza a una nueva universidad.
(La novena charla fue titulada “Los ritos de la violencia: revueltas religiosas en la Francia
del siglo XVI” y estuvo parcialmente inspirada por su 18th c. English Crowd – ver abajo).
De todos modos, ahora estoy poniéndome al día con muchas cosas, y escribiéndole.

Encontré su trabajo rico en detalles y análisis, y pensé que la clasificación de los


diferentes tipos de cencerradas (diferentes destinatarios y diferentes técnicas) así como
también sus preguntas críticas sobre la justicia popular resultaron, de hecho, muy valiosas.
Tan sólo tengo unos pocos comentarios.

1. Concuerdo con usted (como sugerí en cartas anteriores) en que la insistencia de


Lévi-Strauss sobre una función, y una donde se le prestó más atención a una violación
abstracta del orden más que al daño real a una reserva de matrimonio, es un error. Es por
esto que en mis propios párrafos sobre esta función de los charivaris sobre asuntos
domésticos (53-54, 65-66) intenté condensar varios significados dentro de un párrafo. Los
eventos parecen tener múltiples significados, algunos más importantes que otros en tiempos
y lugares distintos. No deshecho enteramente el asunto de la reserva de elegibles para
matrimonio para la ciudad del tardío siglo XVI, porque tanto en Lyon como en otros
lugares (de hecho he estado leyendo recientemente sobre comunas francesas durante ese
período) existe un charivari que marca el casamiento de gente de distintas parroquias. Esto
me pareció, además de un modo de darle la bienvenida a un “extranjero” (él paga una tasa,

18
o la pareja la paga para frenar el charivari), también importante para seguir las huellas de
una preocupación anterior sobre los elegibles para los casamientos apropiados y capaces de
reproducirse. (Un amigo mío, que recién ha terminado una tesis sobre el matrimonio en el
siglo XVII en Bordeaux, se encuentra incluso más convencido de la importancia de la
teoría de la reserva de elegibles que yo). Sin embargo, no creo que esta función sea tan
importante en las ciudades francesas del siglo XVI. En el campo, puedo verlo como una
cuestión dada de forma permanente, en parte porque nosotros sabemos que los patrones de
inmigración dejaron algunos mestizajes sexuales muy particulares en las aldeas en tiempos
diferentes, y que las necesidades no siempre fueron satisfechas con sirvientes domésticos o
trabajadores que ingresaron a la aldea. Más aún, si uno recuerda que la preocupación sobre
la reserva de elegibles es simultáneamente la de tener matrimonios sexualmente apropiados
y capaces de reproducirse (por ejemplo, no es sólo un concepto abstracto para el orden),
entonces pienso que no sería inverosímil que éste sea uno de los significados detrás de la
cencerrada de la aldea contra las segundas nupcias.
2. Respecto a los grupos jóvenes y sus asociaciones con la cencerrada. ¿Pensó usted
que es posible que exista tal cosa, al menos en la Inglaterra rural entre los siglos XIV y
XVI? ¿Pensó que mi evidencia tomada de Stubbs sobre los jóvenes rebeldes de la parroquia
que eligieron al Señor del Mal Gobierno (n. 48) puede no hacer referencia a un tipo de
reino-juvenil? ¿Cómo puede ser que nosotros encontremos estos agrupamientos según edad
en tantas partes de Europa a finales de la Edad Media e incluso dentro del período moderno
temprano, y no en Inglaterra? Me encuentro impactada con la presunta sobriedad con la que
el Festín de los Muchachos se supone que fue conducido en Inglaterra – quizás realmente
existen diferencias en el modo en el que Inglaterra educó a sus jóvenes. Aún así, es una
situación extraña.
3. Su material sobre el cambio de destinatario de la cencerrada del marido
golpeador a la mujer golpeadora es fascinante. En este momento estoy trabajando más, por
cierto, en las razones y el significado del esposo golpeador como objetivo entre los siglos
XV y XVII. Consecuentemente, sólo diré aquí que ya no lo veo solamente como una
“presión negativa” en las mujeres.
4. Sus preguntas al final de su trabajo sobre cómo evaluar la cencerrada hizo que
me percate sobre qué postura tomar sobre eso. Es tan importante respetar el pasado (como

19
usted insta en la introducción a The Making…) en sus propios términos, y de igual forma
no caer en sentimentalismos. He tenido un momento especialmente difícil en mi artículo
“Rites of Violence” (aquel que expuse la semana pasada respecto a disturbios religiosos en
la Francia del siglo XVI, ¡incluyendo las masacres del día de San Bartolomé!). Incluí un
pequeño comentario que hice en el último ejemplar de diciembre de la AHA30 en respuesta
a un artículo culto pero pretencioso escrito por un defensor de Braudel, un hombre llamado
Traian Stoianovich. Pienso que podrá ver a lo que él se refería incluso sin tener sus 60
páginas frente a usted. Su argumento principal fue que la “Escuela de Annales”,
especialmente la versión de Braudel, fue la fuente de toda la creatividad en historia, y la
escuela más importante de escritura historia que el mundo haya conocido.
En mi artículo “Rites of Violence”, incluí cualquier revuelta religiosa cuyo objetivo
fuese personas u objetos religiosos e incluso el decoro de los servicios religiosos en la
Francia del siglo XVI. Sé que a usted no le gusta el término “revuelta”, pero no supe qué
más utilizar. Le enviaré la penúltima copia del artículo si usted quiere (Nicola Sutherland
entregó el artículo justo antes que el mío en la misma sesión, el suyo sobre “The Meaning
of St. Bartholomew’s Day Massacre” – uno difícilmente podría creer que estamos hablando
del mismo tipo de evento). Yo describí las funciones de las multitudes, católicas o
protestantes, en términos de su toma de roles de cura o profeta (defendiendo la verdad y
destruyendo la falsedad mediante desafíos y pruebas así como también limpiezas y
purificaciones, destruyendo la contaminación) y también del magistrado. Utilicé su material
para el último punto, mostrando los modos mediante los cuales las multitudes arrestaban o
liberaban prisioneros cuando ellos creían que los veredictos eran injustos en casos
religiosos, llevaban personas a la prisión, los quemaban según parámetros “oficiales” de
ejecución, y realizaban muchas otras imitaciones de los poderes del magistrado. Pero allí
yace un problema, especialmente con los protestantes – algunas veces no puedo decidirme
sobre si tenemos una imitación del magistrado, o si es más bien un intercambio de
información y patrones de comportamiento, un ida y vuelta entre el magistrado y la
multitud.
Hay mucho más en el artículo que esto – ocasiones para revueltas religiosas (la
mayoría de ellas durante el curso de ceremonias religiosas de algún tipo), el repertorio de

30
American History Association.

20
acciones (muchas veces macabro, pero sin embargo no enteramente aleatorio o ilimitado),
objetivos (especialmente las diferencias entre protestantes y católicos) que participan en las
multitudes, etc.
También debo agregar que estoy leyendo su libro sobre los dossiers de Warwick con
mucho interés. Lo tomé prestado de un amigo de Toronto, como resultado de una discusión
(altercado) con un tal Lionel Cooper, un matemático visitante que estaba en la junta
gubernamental de la cual usted es crítico en su trabajo. Su descripción de la cobarde
facultad y los inflexibles estudiantes en el capítulo final fue fabulosa.
Sinceramente suya,

Natalie Zemon Davis


doi: 10.1093/pastk/gtx025

21
CARTA #6: E. P. THOMPSON PARA NATALIE ZEMON DAVIS,
1º DE JUNIO DE 1972

Wick Episcopi,
Upper Wick,
Worcester,
WR2 5SX

1º de junio de 1972

Querida Natalie Davis,

Esto es tan sólo una breve nota para acusar recibo de su carta y el manuscrito
adjunto. El mes pasado la escuela de Annales finalmente publicó mi muy abreviado artículo
sobre la cencerrada, pero aún me encuentro ocupándome de esto para un trabajo
considerablemente más expandido y ejemplificado para mi próximo libro Customs in
Common. De este modo, continúo pensando sobre la cuestión y recolectando material. Al
respecto de la Cláusula 1 de su carta, sobre la reserva de personas para el matrimonio,
pienso que ahora existe tan sólo una pequeña división entre nosotros. Recién pensaba en
que daría solamente un vistazo a Lévi-Strauss como lo he hecho en mi artículo: espero
usted encuentre el apéndice entretenido.
En su segundo punto, no me considero bajo ningún aspecto competente para hablar
sobre Inglaterra entre los siglos XIV y XVI. Creo que usted es algo más desprolija y
dispersa en su manera de emprender el análisis de materiales británicos. Si realmente quiere
referencias sobre los señores del Mal Gobierno, puedo compilar una importante cantidad
para usted. Aunque las ceremonias folklóricas de este tipo pueden apuntar para atrás hacia
comunidades juveniles más organizadas, no se puede probar tan sólo mediante conjeturas.
En su tratamiento sobre este tema, me parece que aún duda antes de poner suficiente énfasis
sobre una diferencia entre un protestantismo emergente como oposición a la tradición
católica.

22
¿Existe alguna chance de que le brinde a Past & Present su trabajo sobre “Rites of
Violence”? Estoy seguro de que ellos se mostrarán muy interesados en él, así como
ciertamente yo también lo haré.
Me gustó su trabajo de debate, pero me gusta el párrafo final (página 8) más que
cualquier otra cosa. Pienso que toda esta cuestión de la audiencia imaginaria para un
artículo o un libro es terriblemente importante. Yo mismo me siento abatido ahora que me
he dado cuenta de cuánto de mi propia audiencia imaginaria ha cambiado desde los días en
los que yo era un polémico tutor de educación hasta mi actual desconfianza frente a la
opinión académica en curso. Algunos artículos que uno lee estos días, sin embargo, parecen
tener en mente como su audiencia principal a algún selector anónimo para un mayor fondo
de financiación. Pero me resulta molesto cuando escribo y veo de reojo algún un monstruo
cuantificador enormemente insensible, que tengo que evitar hábilmente o tratar de
confrontar, en vez de apelar a una audiencia ordinariamente inteligente de personas
interesadas en historia.
Si Annales me envía un ejemplar de algún artículo, sin duda alguna la pondré a
usted al principio de la lista para una copia, pero hasta ahora no lo han hecho, por lo que en
este caso tendrá que revisar Annales usted misma, (lo cual sin duda usted realiza
constantemente, con una mezcla de sentimientos de asombro y disgusto).31
Mis mejores deseos,
Edward Thompson

31
Desconozco si envié una respuesta al comentario de Edward. Mi relación con alguno de los miembros de la
escuela de Annales continuó siendo muy cercana, especialmente con Emmanuel Le Roy Ladurie, cuyo trabajo
sobre los campesinos y lo carnavalesco se superpuso con el mío. (Siento esto especialmente en 1976, cuando
por primera vez me interesé en trabajar sobre la historia de Martin Guerre y la aldea de Artigat). Encontré más
innovaciones en el enfoque de la geo-historia y en los estudios sobre los campesinos de Pierre Goubert, que
en el inmenso aunque inevitablemente poco profundo portarretrato del Mediterráneo de Braudel. Me sentía
como una camarada intelectual de Le Roy Ladurie, y de la joven generación Annales, pero no seguí sus
lineamientos en mi giro hacia la antropología, el análisis literario o los estudios de las mujeres. En Francia
misma, también admire el trabajo iniciado por fuera de la escuela de los Annales por historiadores como
Maurice Agulhon y Michel Vovelle. De cualquier modo, en 1977 Edward y yo somos invitados a Paris para
una conferencia sobre “El charivari” en la École de Hautes Études en Sciences Sociales. Ambos concurrimos
y nuestros artículos fueron publicados en el volumen resultante: Natalie Zemon Davis, “Charivari, honneur et
communauté à Lyon et à Genève au XVIIe siècle” y E. P. Thompson, ‘‘“RoughMusic’’et charivari:quelques
réflexions complémentaires”, en Jacques Le Goff y Jean-Claude Schmitt (eds.), Le Charivari: actes de la
table ronde organiseé par le CNRS et l’EHESS, Paris (25 de abril de 1977) (Paris, 1981).

23
Universidad de Toronto Natalie Zemon Davis (editora)
doi: 10.1093/pastj/gtx026

24

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