Sie sind auf Seite 1von 7

Jaime Gustavo Sáenz Reyes

Gestión y política de la cultura


1/junio/2018

Dimensión política de la cultura

La cultura conlleva una serie de dimensiones que parecieran infinitas, en las cuales
abarca gran parte de lo que conocemos y concebimos, y que está tan inmersa en nuestra vida
cotidiana que cruza como una luz de neón fugaz frente a la vista de las comunidades, pasando
desapercibida en la mayoría de los casos, pero existen estudios culturales los cuales
analizaremos en este escrito, los cuales resaltan aspectos como el poder, hegemonías,
heterogeneidad, etc.

La política es parte esencial de este análisis crítico ya que encierra los aspectos que
se mencionaron anteriormente, pero para esta reflexión crítica, debemos tratar de plantearnos
una pregunta prematura, ¿qué es cultura?, o al menos tratar de aproximarnos a una definición
coherente y acertada de la misma.

Para Victor Vich la cultura es la posibilidad de crear algo nuevo como una afianzada
manera de ser socializado; es decir, que la cultura es un particular estilo de vida, así como
una forma de control social, un disciplinamiento capaz de producir permanentemente
prácticas que pueden cambiar o contribuir esa misma forma de vida.1

Esto trae una causalidad en la que Vich plantea que,<< la cultura […] ha entrado en
crisis>>, ya que al mantenernos en una definición tradicional de cultura dentro de un
territorio, ésta no permite nuevas concepciones de lo que es la cultura, y que al conservar un
sentido tradicionalista, este mismo sentido permite plantearnos nuevos modos de pensar
cuestionando la realidad cultural de un territorio, en efecto, esto nos promueve a nuevas
concepciones (nuevas culturas), que producen identidades, relaciones sociales, y que además,
estamos insertos en ella, y por lo tanto a nuevas formas de poder, todo esto deviene en
consecuencias drásticas como el autoritarismo y la violencia.2

Así Vich llega a una conclusión sobre definición de cultura diciendo <<La cultura es
un conjunto de prácticas que configuran nuestra vida social a partir de la generación de
hábitos y de creencias de relaciones sociales diversas>>, en las cuales existe siempre
hibridez, cambio, diferenciaciones internas, habitus heredados y relaciones de poder, pero

1
Víctor Vich, Desculturalizar la cultura (Buenos Aires: Siglo veintiuno, 2014), 25 – 26.
2
Vich, Descentralizar…, 26.

1
con una antítesis humana que es capaz de transformar todo el pensamiento anterior, ya que
siempre la cultura está ligada con la desigualdad, la discriminación y la dominación social,
convirtiéndola de este modo en una instancia estratégica para cualquier proyecto político. 3

Por otro lado, el filósofo ecuatoriano Bolívar Echeverría nos define cultura como <<el
momento dialéctico del cultivo de su identidad>>4, por lo tanto, nos rectifica el pensamiento
de Vich, en el cual se ejerce una tesis y una antítesis generando un híbrido en cuestiones
culturales, así pues, al indagar en los ancestros culturales, la vida humana siempre se
cuestiona su identidad, entonces, podemos colegir con lo que escribe Echeverría al respecto:

La cultura es una dimensión de la vida humana y todos los modos de su


realización; no solo en los de su existencia extraordinaria, en los que ella es
absolutamente manifiesta, sino también en los de su existencia cotidiana, en los
que ella se hace presente siguiéndola en los recodos de su complejidad.5

Al respecto, con la definición de Vich acerca de la cultura, ambos autores comparten


el hecho de que la cultura está inmersa en todos los seres humanos, enfatizando en la vida
cotidiana <<rutina>>, lo cual da otra dimensión a la cultura en su estado inerte, es decir
cuando la cultura deja de ser un caos.6

Estudios culturales

En este punto, podríamos colegir que los estudios culturales son el análisis del
contexto, pero veremos cómo estos espacios contextuales acarrean una serie de
problemáticas las cuales merecen ser cuestionadas y planteadas para desembocar en híbridos
de nuevas o tentativas culturales.

Para esto, el término propuesto por Víctor Vich, <<heterogeneidad>> 7, es el que


complementa la transculturización y la hibridez, en donde explica que, transculturación es el
choque entre dos culturas, en las cuales, a través del intercambio de su interculturalidad, una

3
Vich, Descentralizar…, 26 – 28.
4
Bolívar Echeverría, Definición de cultura (México, D.F.: Itaca, 2001), 164.
5
Echeverría, Definición…, 165.
6
Echeverría, Definición…, 167.
7
Vich, Descentralizar…, 29.

2
de las dos se integra sin tensión, dentro de la otra, esto resulta en un híbrido de culturas, lo
cual trasciende a la cultura tradicionalista.

Pero el autor enfoca al término heterogeneidad como una cultura fallida, es decir que,
dentro de este mestizaje cultural, hay elementos que no se transculturan, al respecto Vich
menciona que <<la heterogeneidad funciona cuando tenemos cierto respeto por lo que es
diferente pero no queremos dejar que una forma […] lo invada por completo>>8

Entonces, se propone a través de estos estudios culturales que, la cultura no puede ser
concebida en un solo pensamiento, sino que se traslada a lo interdisciplinario y al respecto
el autor dice:

La cultura no debe ser entendida como algo armónico ni consensual […] no se


pueden construir políticas culturales basadas en una opción por la diferencia sin
cuestionar, al mismo tiempo las relaciones sociales por las cuales esta aparece
subalternizada y que queda inscripta en relaciones de dominación y poder.9

Así, mediante estas dominaciones y poder, nacen las políticas culturales, las cuales son
lineamientos que conllevan a la convivencia entre personajes y factores hegemónicos, para
deconstruir dichos lineamientos y poder crear otros nuevos, al respecto se expone que:

Las políticas culturales deben servir para revelar como las normas culturales que
nos han socializado corresponden a patrones de poder, pero, sobre todo, para
deconstruirlas, deslegitimarlas y para comenzar a construir otras nuevas.10

Estos planteamientos pueden concebir dos nuevas dimensiones que nos expone
Bolívar Echeverría que son alta y baja cultura, en las cuales se plantea que, no puede
sustentarse la una sin la otra, por el hecho de que la vida cotidiana siempre está en constante
cuestionamiento y, por ende, corresponde a la alta cultura que tiene lugar en las salas de
juegos, en lo santuarios y en las “torres de marfil”, mantiene Echeverría; solventar con las
necesidades de la baja cultura.

8
Vich, Descentralizar…, 30.
9
Vich, Descentralizar…, 29 - 36.
10
Vich, Descentralizar…, 38.

3
Ahora bien, cabe recalcar que no se está hablando de cuestiones económicas ni de
clases sociales ya establecidas, sino que, se refiere a las dimensiones que pueden afectar otra
oposición estructural. Con estas definiciones podríamos concluir en que al igual que Víctor
Vich, Bolívar Echeverría recae en los cuestionamientos hacia las políticas estructurales
culturales.11

Entonces, Lawrence Grossberg nos traslada al estudio cultural de los contextos, para
que mediante articulaciones no se pierda el sentido político de los proyectos culturales, para
esto el autor menciona que la articulación comienza descubriendo la heterogeneidad, las
diferencias, temas de los cuales reflexionamos con Víctor Vich, las fracturas, que se trató en
el motín hacia las estructuras de la alta cultura.

Los estudios culturales operan en el espacio en que se ubica entre la restricción


absoluta, el cierre, la comprensión completa y última, la dominación total, por
un lado, y la absoluta posibilidad y libertad, la apertura y la indeterminación,
por el otro. Rechazan cualquier reivindicación de “relaciones necesarias” […]
así como de “no relaciones necesarias” […], a favor de “relaciones no
necesarias” 12

También expone una definición de articulación:

La articulación es la versión de los estudios culturales de lo que generalmente se


denomina construccionismo, la afirmación de que la realidad no está dada, sino
que se construye; la realidad siempre es una organización o configuración
compleja que se monta constantemente.13

Grossberg nos muestra que los estudios culturales, […], se ocupan de las prácticas culturales,
en tanto estas le den acceso al contexto material. Ahora bien, se recalca que las prácticas
culturales deben ser interdisciplinarios y así lo expone Grossberg de la siguiente manera:

El trabajo debe ser interdisciplinario, porque los contextos y aún la cultura no


pueden ser analizados en términos puramente culturales; entender los contextos

11
Echeverría, Definición…, 169 -171.
12
Lawrence Grossberg, Estudios culturales en tiempo futuro (Buenos Aires: Siglo veintiuno,2012), 39.
13
Grossberg, Estudios…, 39.

4
y, dentro de estos, las formaciones culturales específicas requieren examinar las
relaciones de la cultura con todo cuanto no sea cultura.14

En efecto, no se puede establecer el estudio cultural de un contexto en términos


solamente dirigidos hacia la cultura, sino analizar las problemáticas de dichos ambientes y,
por ende, tratar si es necesario conocer el arjé de estos contextos, para poder trabajar de una
forma interdisciplinaria desde su misma esencia, y poder generar un discurso hegemónico
de interculturalidad y transculturización.

María Fernanda López nos expone la dimensión de la democracia en la cual, las


condiciones que nuestros países anhelan una utopía, en la que se debería acceder a bienes y
servicios culturales, y nos muestra a través del ejemplo de creación del ministerio de cultura
en el año 2007, este acercamiento a la mencionada utopía, en este caso cultural, en la que se
cambia el curso de utopía a un sector desentendido, pero cayendo en un sentido <<recreativo
por parte de los gobiernos seccionales y municipales>>.15

La autora expone de la siguiente manera:

Democratizar la cultura es propiciar espacios de participación, no solo promover


un consumo pasivo por parte de los individuos que muchas veces son entendidos
como menos receptores de la oferta cultural, sino como entes activos y
propositivos de un cambio estructural16

Podemos ver que, la autora defiende la idea de espacios de participación para la


realización de proyectos, en los cuales a través de los estudios culturales que se han estudiado
en el presente escrito, y analizando los contextos de los agentes inmersos en los espacios ya
mencionados, estos conlleven una demanda más concurrente en cuestiones de proyectos
culturales, rompiendo con el arjé de las políticas estructurales.

14
Grossberg, Estudios…, 41.
15
María López, Democratización y democracia cultural (Quito: Gráficas Ayerve, 2013), 10.
16
López, Democratización…, 16.

5
Subsidio

Si nos regimos al término de subsidio, pensaríamos en una inversión económica,


espacial y temporal por parte de agentes exteriores al proyecto, con tan solo la exigencia de
la finalización de los proyectos con resultados excelentes, para que puedan ser subsidiados
continuamente dependiendo muy ferozmente de los resultados de cada edición.

Pero al realizar proyectos culturales en los cuales la concurrencia de calidad es


importante, se puede cae en el error de comercializar la cultura, pues esto puede traer como
consecuencias la vulgarización de las propuestas culturales.

Sabina Berman y Lucina Jiménez, en su texto democracia cultural no muestra la


cultura subsidiada y el sector civil, en los que intervienen una serie de ramas
interdisciplinarias y al mismo tiempo, multidisciplinarias, en las cuales se puede hablar de
una cultura transdisciplinar, en la que se trata de ejercer proyectos de buena calidad que
atraiga a las masas, en un sentido inclusivo, sin importar las condiciones, razas o posición
económica y social de los participantes. Por eso, las autoras nos dan acápites que confinan
el sentido multidisciplinar de la dimensión política de la cultura para la correcta elaboración
de proyectos, siendo estos los siguientes: << el arte, becas y escuelas, la sociedad, romper el
aislamiento de la cultura>> etc.17

Abordando una conclusión

Ya tenemos un acercamiento a la definición de cultura a partir de los estudios


culturales que reflexionaron acerca de los contextos, espacios y personajes que intervienen
en la democratización y ejecución cultural.

Así pues, cultura es todo aquello que se hereda, por lo tanto, tradicionalismo,
Cultura es todo aquello que somos, es decir, esencialismo. Cultura es todo aquello que
aprendemos, y también todo aquello en lo que concientizamos, reflexionamos y
establecemos análisis críticos, para crear nuevas estructuras culturales, en relación a una
utopía siempre latente.

17
Sabina Berman y Lucina Jiménez, Democracia cultural (México, D.F.: Fondo de cultura económica, 2006),
39 – 55.

6
Aun descubriendo el arjé cultural, falta explotar aquello que somos y aprendemos,
es decir; el campo cultural, debe fortalecer aquella utopía que anhela toda colectividad.

Bibliografía
Berman, Sabina, y Lucina Jiménez. Democracia cultural. México, D.F.: Fondo de cultura económica,
2006.

Echeverría, Bolívar. Definición de la cultura. México, D.F.: Itaca, 2001.

Grossberg, Lawrence. Estudios culturales en tiempo futuro. Buenos Aires: Siglo veintiuno, 2012.

López Jaramillo, María Fernanda. «Democratización y democracia cultural.» En Culturas y política


cultural en el DMQ, de Secretaría de cultura. Quito: Gráficas Ayarve, 2013.

Vich, Víctor. Desculturalizar la cultura. Buenos Aires: Siglo veintiuno, 2014.

Das könnte Ihnen auch gefallen