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5.1.3.

EL PROFESOR DE ASIGNATURA
Básicamente el Profesor Jefe y los profesores de asignatura tienen el
mismo objetivo o propósito de desarrollo integral del educando.

Para lograr este amplio objetivo se han establecido metodologías que


van desde la observación hasta la experimentación, todas ellas con el sólo objeto de
conocer al alumno, para poder entregarle lo que mejor convenga o corresponda a su
desarrollo.

Este conocimiento del alumno es una función fundamental, no sólo


para el Profesor Jefe, sino también para el Profesor de Asignatura quien debe
preocuparse no sólo del desarrollo de las capacidades intelectuales de sus alumnos sino,
además, de todos aquellos aspectos que le permitan desarrollar su disciplina y que
favorecen ese desarrollo integral.

El trabajo del profesor de asignatura y del Profesor Jefe, es un trabajo


de equipo, en el cual ambos tienden a comprender los valores, niveles de aspiración y
necesidades de sus alumnos.

El profesor de asignatura, quien no tiene con los padres el mismo tipo


de relación que con ellos tiene el profesor jefe, puede a través de un contacto y
conocimiento profundo de sus alumnos, vislumbrar, conocer y comprender, los valores
de los padres, su cultura, las expectativas que ellos tienen para sus hijos, el medio en
que se desenvuelven y la problemática que viven.

Todo ese conocimiento y comprensión, agrega información


significativa al planteamiento de las experiencias que el profesor prepara para los
alumnos en su disciplina correspondiente.

El contacto permanente entre profesor jefe y profesor de asignatura


prevee de una retroalimentación útil para el mejor ejercicio de las funciones de ambos
profesores.

La función básica del profesor de asignatura es ayudar a cada alumno


a aprender satisfactoriamente.

Para el logro del objetivo de la función señalada, el profesor de


asignatura tiene responsabilidades bien específicas para con sus alumnos:

1. Solucionar los problemas de aprendizaje, tanto del curso como de cada alumno en
particular, que se presenten en relación con su asignatura.
2. Explorar y estimular el desarrollo de aptitudes e intereses.
3. Ayudar a los alumnos en la solución de problemas de conducta que presente el
grupo-curso o alumno en particular, derivados de su trabajo en la sala de clases.
4. Informar sobre oportunidades de continuación de estudios y sobre responsabilidades
de trabajo que tengan relación con el área que enseña.
5. Informar al profesor jefe de curso sobre las observaciones que cada alumno haya
realizado en el trabajo escolar.
6. Referir al Profesor Jefe los problemas individuales o de grupo que él no haya podido
solucionar.

El papel que juega el profesor de asignatura en la Orientación de un


alumno ha sido un tema debativo ya que algunos estiman que para hacer orientación se
necesita una preparación especial y un tiempo adicional.

Estos argumentos son débiles si se considera que:

a) ¨Lo fundamental para lograr los objetivos tanto de la Orientación como de la


educación es el de lograr una buena relación personal; para esa relación personal no
se necesita ni tiempo ni preparación especial ya que si no puede lograr eso, tampoco
podría ser profesor.

b) Para conocer, explorar y ayudar a los alumnos no se necesita ni tiempo ni


preparación especial, ello se logra con un aprovechamiento integral de las
posibilidades que le de para sus clases.

c) La atención al desarrollo integral de los alumnos es tarea de todo profesor y no de


especialistas en tiempo especialmente asignado para ello.

d) La labor preventiva de la Orientación se puede realizar sólo y cuando todo los


profesores estén preocupados de los mismos objetivos, evitando así el que surjan
problemas que puedan evitarse si se atiende adecuadamente a las necesidades de
cada etapa del desarrollo de los niños.

...." Creemos por lo tanto que la Orientación de los alumnos forma parte de la misión
de todo profesor en cuanto que es educador, por ser la Orientación una parte de la
Educación. Sin embargo, no todos los profesores están capacitados para ello, así
como tampoco todos los profesores son buenos educadores, o bien por falta de
cualidades personales o bien porque sus intereses van en otra dirección. Sólo los
profesores que realicen su tarea conscientes de su misión como educadores
orientarán eficazmente a los alumnos, aunque de muy distintas formas" (V.Gordillo,
1991).
ESQUEMA DE LAS FUNCIONES DEL PROFESOR DE ASIGNATURA

Solucionar problemas de
aprendizaje en
relación a su asignatura.

Aprendizaje

En la solución de
problemas
conductuales de
grupos individuales.

Aptitudes e
intereses

Ayuda Exploración-
estímulo

Profesor de
asignatura

Función básica: ayudar a cada


alumno
a aprender satisfactoriamente.

Referimiento Información
Sobre
continuación
de estudios y
responsabilidad
es de trabajo en
su área.

Al profesor Jefe de
problemas
individuales o de grupo.

Conocimiento

Adecuar curriculum y
métodos a
necesidades y diferencias
individuales.
5.1.4. LOS PADRES Y APODERADOS.
Dar orientación y dirección a la formación y desarrollo de los niños en
períodos de crecimiento debe ser una tarea cooperativa entre el padre y el profesor. Los
dos están interesados en el niño. Cada uno puede ayudar al otro; cuando los esfuerzos
se combinan e integran, puede llevarse a cabo mucho más que si cada uno trabaja
independiente y separadamente del otro. Los maestros pueden ayudar a los padres en su
trabajo con los niños informando de los progresos de éstos en la escuela y señalando los
puntos en el desarrollo del niño que deben ser reforzados. El padre puede dar al
maestro información que le ayude a trabajar con el niño en la escuela. Cuando el
maestro y el padre se comunican, la ayuda fluye en los dos sentidos. (Knapp 1992).

Como una manera de ilustrar la importancia que los padres tienen,


frente a la escuela, en su rol de agentes colaboradores, señalaremos lo que en la obra de
Cervera y Alcázar (1995) expresan los propios padres:

- "Bases de la colaboración entre los padres y el colegio.

Para que nuestra colaboración con el centro educativo al que acuden


nuestros hijos sea fecunda en beneficio de su educación, tendremos que partir de dos
principios y enunciados:

1. Los padres somos los protagonistas de la educación de nuestros hijos, los primeros y
principales educadores.

2. El centro educativo al que acudan nuestros hijos debe tener como objetivo la ayuda a
las familias para la educación de sus hijos, buscando su participación ordenada en la
acción educativa del colegio. Es decir el centro educativo adopta su papel subsidiario y
se propone actua como colaborador de la acción educativa familiar, sin sustituir nunca a
los padres. Para ello, los padres deberemos poder intervenir en la toma de las
decisiones que nos afecten, lo que supone que en el colegio existan cauces para la
colaboración de los padres.

Si los padres queremos ser verdaderamente protagonistas de la


educación de nuestros hijos, nos deberemos plantear diversos interrogantes para la
educación de cada hijo:

¿Qué queremos conseguir con este hijo?


¿Qué conocimientos, capacidades y virtudes queremos que adquiera y desarrolle?
¿En qué necesita mejorar y cómo podremos ayudarle?

Es decir con estas y otras preguntas, lograremos definir el tipo de


educación que deseamos para nuestros hijos.

Para responder a estos qués debemos contar con la colaboración del


colegio, por esto es importante el detenernos en el análisis de la primera decisión, la de
la elección del centro educativo.
Necesitamos elegir un colegio que desee unir sus esfuerzos e
intenciones educativas con nosotros, padres protagonistas, y así ayudarnos a lograr los
objetivos educativos, los qués elegidos para nuestros hijos.

En la medida en que como padres nos identifiquemos con el ideario


del centro educativo nos sentiremos más inclinados a buscar su colaboración porque
consideraremos que más satisface nuestras necesidades".

- La colaboración de los padres con el colegio.

Cuando nos hemos planteado la elección del colegio para nuestros


hijos, estimábamos que era importante que el centro considerara básica la colaboración
de los padres, para la que debería contar con cauces bien definidos y operativos, ya que
nosotros como los protagonistas de la educación de nuestros hijos, necesitamos de esta
relación con el colegio. Merece la pena repetir que:

La actuación del colegio es delegada y colaboradora, nunca sustitutiva, de nuestra


acción educativa familiar
Pero no bastarán los cauces de colaboración; con ser necesarios,
también el centro deberá tener en este tema objetivos, con los que deberemos estar de
acuerdo, para lograr que la relación con los padres sea eficaz. Objetivos que deberán
ser; a título de ejemplo, como los siguientes.

"Conseguir que los padres y los proresores estén de acuerdo en qué entienden por
educación"

"Conseguir que los valores a transmitir a los chicos sean coincidentes en la familia
y en el colegio"
"Definir las responsabilidades y las tareas de padres y profesores para lograr una
actuación coherente en la educación de los hijos".

Los padres y el centro educativo deberemos de colaborar para que los


estímulos educativos que confluyen en la persona del hijo y alumno se refuercen.
Condición indispensable para que esta relación sea eficaz es la coherencia entre nuestra
educación familiar y la colaboración que el colegio nos presta a los padres, en pos de un
auténtico proyecto educativo personal para cada hijo.

Si los estímulos educativos del centro educativo y de la familia se


refuerzan unos a otros, actúan en beneficio del alumno; más si no hay preocupación por
armonizarlos, puede la influencia de unos neutralizar o rebajar el influjo de los otros.
Los padres no podemos esperar que el colegio solucione los problemas de nuestro hijo
si nos aislamos y no colaboramos.

Los padres que colaboran con el colegio aúnan esfuerzos para lograr la mejor
educación de sus hijos.
La colaboración con el colegio en la educación de nuestros hijos es
esencial: somos los protagonistas, no podemos ausentarnos. Si en esta colaboración no
se diera la relación con el colegio quedaría vacía de contenidos y tendría el riesgo de
convertirse en una relación social. Podrían las familias acudir a un colegio como a un
club social.

Suponemos que ustedes coinciden con nosotros si afirmamos que la


educación es mucho más que la instrucción, por lo que para la formación de la persona,
tan importante como el rendimiento escolar es, por ejemplo, el crecer en libertar, la
aducación de virtudes como la sinceridad, la alegría, la magnanimidad, etc.

Si los padres entendemos esto, buscaremos la relación con los


profesores para conocer en profundidad a los niños y recibir el consejo oportuno para la
orientación personal de nuestro hijo y así, conjuntamente, poder ayudar mejor al hijo y
al alumno.

El colegio debe ser también un núcleo de convivencia de padres y


profesores para propiciar el que se estrechen los lazos afectivos entre ellos, lo que
facilitará la posterior colaboración, necesaria para la educación del hijo.

Entre los padres y los profesores deberá establecerse siempre un


diálogo fluído, pero para que este diálogo sea más orientador para la educación de
nuestros hijos, es conveniente que sea un solo profesor, que recibe de la dirección del
colegio el encargo de ser profesor jefe de uno, o mejor de todos los hijos, que una
familia tiene en el colegio, el que se relaciona periódicamente con los padres.

El profesor jefe que coordina nuestra acción educativa como padres


con la del colegio, tratará de ponerse de acuerdo con nosotros para alcanzar un objetivo
en la educación de nuestro hijo a través de las tareas concretas que a la familia y al
colegio le competen.

Cuando un hijo nos plantee una duda, eso que decimos a veces, "no
sabemos que hacer", deberemos acudir a charlar con tal profesor. En ocasiones será
éste el que tome la iniciativa y nos llame, cuando considere que puede aconsejarnos en
algún aspecto importante para la educación de nuestro hijo que ha detectado en su
frecuente trato con él, o estime que nos estamos dejando "algo en el tintero" en el trato
con nuestro hijo.

Lo que nunca deberá hacer es sustituirnos, porque empobrecería


nuestro papel y nos suplantaría en las decisiones que debemos tomar.

- Dificultades en la colaboración de los padres con el colegio.

Se ha dicho que la primera y principal dificultad para establecer una


relación de colaboración con el centro educativo, la plantean los padres que no se
consideran los primeros educadores de sus hijos y desean abandonar esta tarea en manos
del centro educativo.

No es una colaboración lo que buscan, sino una liberación de sus


responsabilidades educativas. Su actitud puede recogerse en la frase: "Traigo aquí a mi
hijo porque confío en ustedes y quiero que me lo eduquen bien". Estos padres no tienen
interés en formarse para poder educar mejor a sus hijos, ni estarán dispuestos a
participar en la vida colegial: acudirán al centro lo mínimo imprescindible.

Es bastante frecuente que la primera preocupación de muchos padres


respecto al colegio de sus hijos esté centrada en los resultados docentes que obtienen.
Así, el contacto con los profesores lo buscarán sólo para pedir aclaraciones sobre las
notas, y cómo mejorarlas. Estos padres suelen considerarse como clientes exigentes
que buscan para sus hijos la obtención de las mejores notas.

En ocasiones se da en esta relación una actitud muy negativa con


reproches mutuos entre padres y profesores de los que ningún beneficio se deriva para
el estudiante.

Con una actitud negativa se perdería la oportunidad de cooperar con


los profesores en el estudio de las causas que disminuyen los rendimientos del hijo. Se
generarían conflictos, se lesiona la cooperación mutua y en definitiva no se establecería
el triángulo de relaciones entre padres, profesores y alumnos, que considerábamos
necesario para la educación de los hijos.

Esto no supone que los padres no deban aportar iniciativas para


mejorar la eficacia y la calidad educativa del colegio, realizando una crítica
constructiva. Conviene comentar confiadamente al profesor jefe o al director del centro,
las cosas que estiman que deben mejorar.

Este diálogo es un medio importante para adecuar las actividades del


colegio a las necesidades familiares y evitar las críticas estériles con otras personas que
no disponen de los medios para solucionar los posibles problemas.

Si vuestra queja fuera sobre algún profesor será conveniente hablar


primero con el director o el profesor jefe, para que pueda informarlo con detalle del
hecho, y si él lo considera conveniente, quizá propicie una entrevista personal con ese
profesor"

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