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SERIE 5.

SECRETOS DEL REINO

LECCIÓN 1. DIOS NOS LLAMÓ A ESTABLECER SU REINO

“Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder”.

1 Corintios 4:20

ALGO EN QUE PENSAR

Al dar inicio a Su ministerio aquí en la tierra, Jesús tenía la certeza que venía a este mundo con la
misión específica de establecer el Reino de Dios en cada lugar y en cada corazón. Este mes, nos
uniremos a una sola voz para pedir Su reino en nuestras vidas, ministerios, familias y naciones,
siendo revestidos del poder de lo Alto. Toma un tiempo con tu equipo y juntos decreten con fe
que cada célula de la Misión Carismática Internacional verá el Reino de Dios manifestarse con
poder.

Este es el tiempo que Dios estableció para desatar un avivamiento sin igual y Él quiere usarnos
para este gran propósito ¡Él desea que florezcamos como iglesia para que podamos ser influencia!
Este es el tiempo donde aprenderemos que el Reino de Dios no consiste en palabras sino en poder
y seremos testigos de cómo milagros ocurrirán, cómo cadenas se romperán y cómo los cielos se
abrirán para poder conquistar todo lo que anhelamos por medio de la Sangre de Jesús.

“Pues sucedía que cuando Israel había sembrado, subían los madianitas y amalecitas y los hijos del
oriente contra ellos; subían y los atacaban. Y acampando contra ellos destruían los frutos de la
tierra, hasta llegar a Gaza; y no dejaban qué comer en Israel, ni ovejas, ni bueyes, ni asnos. Porque
subían ellos y sus ganados, y venían con sus tiendas en grande multitud como langostas; ellos y sus
camellos eran innumerables; así venían a la tierra para devastarla”
Jueces 6:3-5

Debemos entender que al hablar de reino, hablamos también de una guerra y un enemigo
espiritual. A la luz de la Palabra, podemos ver en la época de Gedeón, que aunque los campos
estaban sembrados y el ganado prosperaba, fueron devastados por el ejército enemigo,
destruyendo el fruto de la tierra y acabando con la comida. El propósito del enemigo contra la
iglesia es impedir que prospere, es robar la palabra fresca de Dios y que las semillas que se han
sembrado en el corazón de cada creyente, se sequen y no den fruto, oponiéndose al avivamiento.

Es vital que al igual que el pueblo de Israel, podamos levantar un clamor genuino y como nunca
antes podamos levantar nuestra voz en intercesión, de tal manera que venga el Reino de Dios con
redención y victoria para nuestras naciones.
1.EL REINO DE DIOS SE ESTABLECE A TRAVÉS DE UN CLAMOR GENUINO

“De este modo empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián; y los hijos de Israel
clamaron a Jehová”. Jueces 6:6

¿Has sentido que el fruto en algún área de tu vida ha sido robado? ¿Ha venido el enemigo a
destruir lo que te ha costado trabajo, a robar tu espíritu de conquista? Al igual que el pueblo de
Israel, Dios permitió esta circunstancia para llevarlo a una sola cosa: “Clamar”

Cuando clamamos al Señor:

Somos revestidos del poder del Espíritu Santo lo cual nos lleva a desenmascarar al enemigo,
quitándole así su influencia sobre nuestras vidas, familias, negocios, finanzas, ciudades y naciones.

Nuestro corazón se hace más sensible y obediente a la Palabra de Dios. Cuando determinamos
vivir de acuerdo a Su palabra, podemos resistir al enemigo ya que estamos sujetos a la guía del
Espíritu Santo.

Se despierta en nosotros el llamado por la intercesión.

Rompemos con el conformismo, la monotonía y somos llenos de una verdadera pasión que nos
lleva a actuar para extender el Reino de Dios.

Recibimos nuevas fuerzas para afrontar el tiempo de angustia.

2.RECIBIMOS LA LLUVIA DEL ESPÍRITU SANTO

“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras
hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones”. Joel 2:28

Cuando nuestra vida de intercesión es permanente y nuestro clamor es genuino, ésto es como olor
fragante que sube delante de Dios haciendo que la lluvia del Espíritu Santo sea desatada trayendo:

La revelación de Su palabra y Su dirección, necesarias para recibir así sabiduría, entendimiento,


discernimiento y estrategias para conquistar.

Señales del cielo. Uno de los mayores milagros que el Señor anhela hacer en nosotros, es abrir
nuestros ojos y oídos para movernos en la dimensión de lo sobrenatural, para poder experimentar
milagros extraordinarios.

Sueños de Dios. Cuando clamamos al Señor, Su Espíritu viene a nosotros para llevarnos a concebir
aquellas imágenes de multiplicación, sanidad, liberación y restauración que necesitamos ver.
Podremos ver con claridad el cumplimiento de todas las promesas que nos ha dado.
3.EL REINO DE DIOS ES SINÓNIMO DE PODER

“Pero iré pronto a vosotros, si el Señor quiere, y conoceré, no las palabras, sino el poder de los que
andan envanecidos. Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder”. 1 Corintios
4:19-20

Establecer el Reino de Dios no consiste en transmitir nuestras propias palabras ni mensajes, se


trata de transmitir el mensaje de la Cruz.

Si como líderes creemos al temor, confesaremos temor; si nuestros pensamientos están atados al
pasado, ese será nuestro mundo y siempre confesaremos el pasado; si nuestro corazón no está
ligado a la Palabra de Dios, se verá reflejado en un fruto de labios lleno de ociosidad, sin
significado ni poder, sin enfoque e inútil para el propósito de Dios.

Cuando el Espíritu de Dios viene sobre nosotros no podemos callar; nuestro idioma cambia,
nuestras palabras son transformadas y nuestros labios ungidos para proclamar la palabra de Dios
con autoridad, la cual está cargada de vida y poder para crear.

ORACIÓN Y MINISTRACIÓN

Como líder, guíalos a proclamar una oración de arrepentimiento por haber permitido todo tipo de
estancamiento y religiosidad en su área espiritual. Recuerda que aunque la Palabra de Dios nos
revela que hay un adversario que nos rodea para destruirnos, debemos vivir en total dependencia
a Jesús, quien ya nos dio completa victoria a través de Su sacrificio. Juntos en unidad declaren las 5
confesiones de lo que la Sangre de Jesús hace por nosotros, quebrantando todo argumento y
desatando liberación. Como autoridad decreta sobre cada uno de tus discípulos que todo
obstáculo que les ha impedido tener una vida devocional genuina, es destruido en el nombre de
Jesús. Anhelen que el Espíritu de Dios unja sus labios y así puedan nacer a una naturaleza de
Intercesión. Declaren con fe que comienzan un nuevo tiempo donde experimentarán un
avivamiento personal, familiar, ministerial. Declaren que viene la revelación de la Palabra, los
sueños y las visiones de Dios y que sucederán milagros extraordinarios por causa del poder del
Espíritu Santo.
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LECCIÓN 2. DECLARA PALABRAS DE VIDA

“Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así
ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis”.

Ezequiel 37:4-5

ALGO EN QUE PENSAR

Leonardo Palacios, neurólogo y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad del Rosario


en Colombia, asegura que toda expresión hablada, sea positiva o negativa, produce una descarga
emocional desde el cerebro.

Una palabra negativa o insultante activa la amígdala, estructura del cerebro vinculada a las alertas,
y genera una sensación de malestar, ansiedad o ira. Y es ahí cuando la persona -explica Palacios-
tiene dos posibilidades: responder de una manera similar (incluso con una agresión física) o actuar
con indiferencia, acudiendo a la razón.

Las palabras positivas o estimulantes, por el contrario, son asimiladas por el hemisferio derecho
del cerebro, que es el de las emociones. Por lo tanto, van a generar placer, sorpresa y alegría.

El español Alejandro Cuéllar, quien es una de las autoridades mundiales en programación


neurolingüística, da algunos consejos prácticos para cambiar nuestro lenguaje y mejorar nuestra
calidad de vida:

1. Comienza por erradicar palabras negativas.

2. Elimina la autocrítica y la crítica a los demás.

3. No utilices malas palabras (groserías).

4. Adquiere el hábito de la gratitud.

5. Al levantarte, celebra un nuevo día, y al acostarte celebra que estás sano.

Cuando desatamos palabras de poder sobre nuestra vida, o sobre otros, o alguna circunstancia,
estamos activando la esfera espiritual a nuestro favor para ver milagros creativos y
sobrenaturales.
Debemos entender que nuestras palabras tienen poder y que Dios anhela usar nuestras vidas para
avivar a otros.

1.ACTIVANDO EL DON PROFÉTICO

“De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía,
úsese conforme a la medida de la fe”. Romanos 12:6
La palabra griega traducida para “profetizar” o “profecía” en ambos pasajes correctamente
significa “anunciar o declarar” la voluntad divina, a fin de interpretar los propósitos de Dios, o dar
a conocer de alguna manera la verdad de Dios, la cual está diseñada para influenciar a las
personas.
Este don es impartido directamente por el Espíritu Santo, y viene como resultado de una vida de
comunión íntima con Él.

Así como el profeta Ezequiel tuvo la experiencia del valle de los huesos secos, tal vez a tu
alrededor hay personas, o situaciones que están en un estado crítico y que necesitan intervención
divina; más si tú te levantas como esa voz profética en este tiempo, verás que todo comienza a
cambiar y que el Espíritu Santo desatará vida y propósito.

2.UNCIÓN DE VIDA

“Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el
Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y profeticé como
me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército
grande en extremo”. Ezequiel 37:9-10

En el libro de Proverbios vemos claramente que nuestras palabras tienen mucho poder. “En la
lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto.” (Proverbios 18:21 NVI).
Vemos que el profeta Ezequiel, al declarar vida al espíritu de este gran ejército de huesos,
comienza a ver lo sobrenatural: lo que estaba muerto y sin aliento de vida, comienza a vivir y se
transforma en un gran pueblo que hace estruendo.

Podemos cambiar las circunstancias a nuestro alrededor si decidimos cambiar nuestras


confesiones: cambia las palabras negativas, de queja, de incredulidad, de temor, de fracaso, de
imposibilidad, por palabras de fe, esperanza, poder, autoridad y vida.

3.UNCIÓN DE MILAGROS

“Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo
Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová”. Ezequiel 37:14

Dios le muestra con claridad al profeta, que éste ejército representaba al pueblo de Israel. Ellos
estaban viviendo sin esperanza, destruidos por sus enemigos, diciendo “no hay remedio, estamos
perdidos”. Pero Dios levantó a Ezequiel para decirle al pueblo de Su parte que Él desataría el soplo
de vida sobre ellos, y que verían milagros de resurrección, y que volverían a su tierra porque la
mano de Dios estaría sobre ellos.

Es tiempo de vivir en la dimensión de milagros, y de ver el soplo de vida de Dios sobre cada área
de nuestras vidas.
ORACIÓN Y MINISTRACIÓN

Identifica como líder en qué áreas de la vida de tus discípulos ha habido parálisis, o estancamiento,
o tal vez decretos de muerte. Comienza juntamente con ellos un tiempo de oración, llevándolos a
orar en otras lenguas, pidiendo así que la presencia del Espíritu Santo sea desatada y traiga
libertad. Llévalos a que puedan visualizar la cruz del Calvario y allí puedan dejar clavado todo
argumento y todo fracaso. Que puedan tener un tiempo de arrepentimiento por cada palabra que
ha traído estancamiento y atadura a sus vidas, ya sea que ellos hayan auto confesado, o que
alguien haya desatado sobre ellos. Guíalos en una oración que puedan repetir después de ti,
aplicando cada derramamiento de la Sangre de Jesús, declarando ese soplo de vida. Confiesen lo
que dice Apocalipsis 12:11 y declaren que hay victoria por la Sangre de Jesús. Llévalos a hacer un
compromiso de guardar sus palabras y declaraciones.
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LECCIÓN 3. NUESTRAS ARMAS ESPIRITUALES

Díganlo los redimidos de Jehová́, los que ha redimido del poder del enemigo”.

Salmos 107:2

ALGO EN QUE PENSAR

Debemos ser conscientes que mientras estemos en este mundo, estaremos luchando contra
fuerzas adversas de maldad que operan en los aires. Alguien le preguntó a un general inglés, quien
era conocido por sus victorias en el campo de batalla: – “General, en guerra entre dos ejércitos
¿cual tiene la opción de ganar?” Este hombre respondió: “El que avanza”.

Muchos creyentes, no entienden la manera de hacer guerra espiritual porque desconocen la


autoridad que les fue delegada y no saben usar las armas que el Señor ya puso a su disposición. Es
deber del guerrero conocer muy bien sus armas y volverse diestro en el manejo de ellas.

Gracias a la obra redentora en la Cruz del Calvario, Jesús trazó y abrió un camino para que
anduviéramos en él, depende de nosotros transitar por esa senda de bendición. Debemos
entender que en esta guerra se nos ha delegado autoridad para vencer al enemigo.

Los siguientes principios, son armas espirituales que nos ayudarán no solo a orar eficazmente, sino
a obtener victoria sobre el adversario:

1. DEBILITAR LA FUERZA DEL ENEMIGO

“Ninguno puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no le ata”.

Marcos 3:27a

La manera de debilitar la fuerza del enemigo en cualquier guerra, es atando al hombre fuerte.
Satanás sabe que cualquier persona que conozca estos principios espirituales y los ponga en
práctica, lo vencerá. La muerte de Jesús fue la derrota total sobre el adversario, por eso cuando
queramos atar al enemigo, debemos hacerlo en el nombre de Jesús, pues él sabe que es Jesús la
persona que lo ató, derrotó y venció.

Al usar el nombre de Jesús, no solo activamos el poder de Cristo para que actúe, sino que
desenmascaramos al enemigo quitándole su influencia de nuestra vida, de nuestra familia, de
nuestros bienes, de las finanzas, de la ciudad y de la nación.

2. CANCELAR ARGUMENTOS

“Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de
en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió
públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”. Colosenses 2:14-15
Todos los argumentos que fueron levantados por palabras, pensamientos o acciones, fueron
anulados y destruidos en la Cruz del Calvario. Cristo ya pagó nuestra deuda, perdonó todos
nuestros pecados, los anuló y en la Cruz nos dio la victoria.

Cuando entendemos que la guerra espiritual es una guerra de argumentos, nuestra oración
cambia y recibimos el milagro del intercambio. Esto significa que todo lo malo que hay en
nosotros, toda herencia de maldición que esté causando aflicciones familiares, emocionales y
financieros, es absorbido por el poder de la Cruz y cancelada a través de la Sangre de Jesús.

3. APLICAR LA SANGRE DE JESÚS

“Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y
menospreciaron sus vidas hasta la muerte”. Apocalipsis 12:11

La Sangre de Cristo es algo que los demonios no pueden resistir. Nosotros debemos aplicar a diario
la Sangre de Jesús sobre nuestra vida, sobre nuestros cónyuges, nuestros hijos, nuestros padres,
hermanos, seres queridos y sobre todos lo que el Señor nos ha entregado, para que ningún mal los
alcance. Al hacerlo, se levanta un cerco de protección en el mundo espiritual, el cual el enemigo
no puede atravesar.

No es suficiente creerlo y pensarlo, es necesario confesarlo. La confesión debe salir de nuestros


labios, tienen que ser palabras expresadas en voz alta. Si confesamos con fe, de inmediato la
atmósfera y las circunstancias cambian, los cielos se despejan y el infierno retrocede.

ORACIÓN Y MINISTRACIÓN

ORACIÓN Y MINISTRACIÓN Tomen un tiempo juntos para elevar una oración de genuino
arrepentimiento a Dios, por ignorar el papel fundamental que tenemos como cristianos en la
guerra espiritual y por ignorar la autoridad que se nos delegó, al aceptar vivir con las mentiras del
enemigo. Por un momento, pidan al Espíritu Santo que pueda traer revelación de aquellas cosas
que han sido estorbo para ver el crecimiento en todas las áreas y que se han opuesto para ver la
bendición integral de Dios (idolatría, deshonra a los padres, inmoralidad, robo, fornicación,
adulterio etc) En ese mismo ambiente de oración, lee el capítulo 28 de Deuteronomio y pide a tus
discípulos que mientras escuchan, puedan identificar algún tipo de maldición con la cual estén
batallando: · Desintegración mental y emocional · Enfermedades repetidas o crónicas en padres,
hijos, nietos, bisnietos, etc · Abortos involuntarios o problemas femeninos relacionados con la
procreación. · Desintegración del matrimonio y enemistades familiares. 11 Nuestras armas
espirituales · Insuficiencia o escasez económica constante. · Predisposición a los accidentes. ·
Historia de muertes prematuras o suicidios en la familia. Lo más importante de identificar la
existencia de alguna maldición, es quitar el control total del enemigo de esas áreas. Con autoridad,
decreten lo que la sangre de Jesús hizo por nosotros, declarando con fe las 5 confesiones: 1. Por la
Sangre de Jesús soy redimido del poder del enemigo y he sido trasladado del reino de las tinieblas
al reino de Jesús, el hijo de Dios. 2. Por la Sangre de Jesús, todos mis pecados son perdonados y los
argumentos que habían en mi contra fueron cancelados en la Cruz del Calvario 3. Por cuanto ando
en la luz de la Palabra y tengo comunión con mis hermanos, la Sangre de Jesús me limpia ahora y
continuamente de todo pecado. 4. Por la Sangre de Jesús he sido justificado y Dios me ve como si
nunca hubiera pecado 5. Por la Sangre de Jesús soy santificado, separado para Dios.
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LECCIÓN 4. CONOCIENDO AL REY DE GLORIA

“¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en batalla”.

Salmos 24:8

ALGO EN QUE PENSAR

A un hombre le regalaron un par de guantes forrados de piel. Como vivía en un clima tropical, y
por cierto no necesitaba los guantes, los guardó en una gaveta y pronto se olvidó de ellos. De
modo que no le servían porque no los usaba. Algún tiempo después le llamaron para que trabajara
en una ciudad de clima frío, y entonces se acordó de los guantes. Al fin encontraría uso para
aquello que él consideraba un regalo sin utilidad.

Cuando metió la mano en uno de los guantes, sintió que algo impedía que el dedo pulgar se
acomodara en su lugar. Para su gran sorpresa, lo que impedía era un billete de diez dólares
enrollado. Revisó los otros dedos del guante y descubrió que en cada uno de ellos había un billete
de cien dólares. Los billetes habían estado allí todo el tiempo, pero él no se había dado cuenta.

Las bendiciones de Dios siempre han estado a nuestro alcance, pero el creyente debe aprender a
rendir su vida a los pies de la Cruz, y por medio de la fe, entrar a los lugares celestiales a tomar su
bendición, para poder así conocer al Rey de Gloria en plenitud.

Al conocer a Jesús como ese Rey de Gloria, recibimos beneficios espirituales que nos llevan a otro
nivel de conquista:

1. NOS REDIME POR MEDIO DE LA CRUZ

Si la Cruz es un símbolo de maldición, ¿por qué se ha constituido también en el mayor símbolo de


bendición? Todos sabemos que la primera pareja pecó en el Huerto del Edén, al tomar del fruto
del árbol del conocimiento del bien y del mal, dando lugar a la muerte tanto física como espiritual.
El hombre escogió éste árbol, comió de su fruto, por esto fue expulsado del paraíso,
encontrándose en el desierto, en la aflicción, en la enfermedad, en el dolor, en la pobreza, en la
ruina y en la soledad.

Es por esto que Dios tuvo que establecer otro árbol para la redención, un árbol diferente, un árbol
con dos palos: uno vertical que miraba a Dios y otro horizontal que miraba las necesidades de la
gente. Este árbol no es otro que la Cruz.
El apóstol Pablo entendió que en la Cruz, él había muerto para el mundo y el mundo había muerto
para él (Gálatas 6:14). Jesús nunca conoció pecado, pero en la Cruz cargó con las maldiciones de
toda la raza humana, para a cambio, darnos una vida plena y abundante.
Recuerda que por medio de la Cruz tienes acceso a un intercambio divino, donde tu vieja
naturaleza es absorbida, y a cambio recibes un carácter nuevo.

2. NOS LLEVA AL LUGAR SANTÍSIMO

Las primeras normas establecidas por Dios en relación al culto y al santuario terrenal fueron dadas
por Él mismo. El tabernáculo estaba dividido en dos partes: El Lugar Santo y El Lugar Santísimo,
ambos separados por un gran velo. A éste último lugar sólo podía entrar el sumo sacerdote una
vez al año, pero con la muerte de Cristo ese velo se rompió, lo cual significa que todos tenemos
entrada, no al santuario terrenal, sino al mismo cielo.

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición
espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3).
Aunque físicamente estamos en esta tierra, espiritualmente vivimos en la dimensión del Reino
Celestial.

Esto nos habla de cómo Jesús es el puente entre los hombres y la poderosa presencia de Dios, la
cual nos transforma, nos renueva y nos da dirección. Jesús nos permite tener una relación de
intimidad con el Padre y con el Espíritu Santo.

3. NOS ADIESTRA EN LA BATALLA

“¿Quién es este Rey de la gloria? El Señor, el fuerte y valiente, el Señor, el valiente guerrero”.

Salmos 24:8 NVI

Muchas veces, nos puede suceder que al meditar en las características principales de la naturaleza
de Dios, lo primero que se nos viene a la mente es que Él es un Dios tranquilo, tierno, pacificador,
que siempre actúa en amor. Y por supuesto que éstas y muchas otras virtudes definen Su carácter.
Pero, ¿te has puesto a pensar que, aparte de ser un Dios de misericordia, nuestro Dios es un
valiente guerrero? El salmista tuvo esa revelación, y por esto entendió que al Dios que le servimos
es fuerte, soberano, valiente, pero sobre todo un guerrero que quiere despertar el corazón de un
ejército que le siga con pasión y fidelidad.
“Bendito sea Jehová, mi roca, Quien adiestra mis manos para la batalla, Y mis dedos para la
guerra”. Salmos 144:1

Somos parte de un gran ejército que Dios está levantando para impactar esta generación!

ORACIÓN Y MINISTRACIÓN

Comiencen el tiempo de oración, juntamente en unidad de espíritu, humillando sus vidas ante la presencia de Dios.
Conforme al Salmo 51, orar por tener convicción de pecado y un genuino arrepentimiento, de todo argumento que no
les permita ver a Jesús. En un acto de fe, acérquense a la Cruz con una actitud de humildad y reconociendo todo pecado.
Tener un tiempo de intimidad en la presencia de Dios (lo equivalente a entrar al Lugar Santísimo) y llevarles a que
puedan experimentar un encuentro con Jesús. Declaren juntos que Jesús es El Poderoso en Batalla, El Valiente Guerrero,
y si hay alguna circunstancia personal difícil por la que tus discípulos estén atravesando, confiesen juntos que el Señor
pelea por sus vidas y les defiende.

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