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Los proyectos modernos de integración en américa latina han nacido por inspiración europea, seis
países europeos se dedicaron por emprender el camino de la integración creando tres comunidades
con mandatos muy limitados.
La comunidad económica del carbón y del acero (CECA), en el año 1952 el propósito de ceder a una
autoridad supranacional del control de estos productos estratégicos; en 1957 con el tratado de
Roma nacería la comunidad económica europea (CEE), demostrando los aranceles comerciales en
un plazo de doce años. En el año de 1970 la energía (EURATOM) control y difusión entre tecnología
nuclear positiva civiles, por la misma época.
Béla Balassa (2012- 1962) explicando sus ventajas a la creación de comercio y aumento de la escala
producción y definiendo sus etapas, el libre comercio por el aumento de la coordinación fiscal y
monetaria, el proyecto de integración política, integración real; unidas las economías, alineados los
intereses nacionales, mesclados los ciudadanos a la unión política.
El mercado común esta inacabado y que falta trabajo en algunas áreas de integración, la Unión
Europea de hoy ha sido brillante, ha culminado en setenta años (70) con todas las primeras metas
que se habían propuesto, ha quintuplicado el número de sus miembros; siendo instrumento de
creación de riqueza y de propiedad para sus socios.
La Unión Europea ha sido y seguirá siendo un punto de referencia obligatorio para estudiar el
desarrollo de la integración en otras regiones del mundo.
La asociación latinoamericana de libre comercio (ALALC), barreras arancelarias entre sus países
miembros aun plazo también de doce años.
La liberación comercial solo podían emprenderla entre ellos no estaban listos para competir, los
países más grandes de la asociación. La segunda fue su propia transformación de la asociación
(ALADI) en 1980.
El EFTA no era tan exitoso como la CEE, incluyendo su promotor se decidieron por solicitar el ingreso
a la CEE y por participar del proyecto europeo, el core de las reglas y la voluntad política y crearon
el efecto bolo de nieve que ha llegado a la expansión continental de la Unión y a la creación del
mercado común y de la unión monetaria actuales.
La América latina del tratado de Asunción de 1960, incluyo el mayor número de países posibles en
el acuerdo de la ALAC y el exceso de voces en esa fase inicial se convirtió en un factor adicional que
frenaría el ímpetu del proyecto. Un acuerdo comercial exige mucho compromiso político entre las
partes, el éxito de las primeras comunidades europeas y de fracaso de la olvidada ALALC fallo en no
acatar la lección táctica de las comunidades europeas; son muchas las iniciativas de integración en
América Latina que se han obstinado en aglutinar en sus inicios a un gran número de actores y que
al hacerlo quedan condenadas a la irrelevancia o a la desaparición.
En 197 5 el sistema económico latinoamericano y del caribe (SELA) con veinticinco, que hoy son
instituciones marginales y sin un mandato importante. El mismo error en el arranque fue luego
repetido por el ya supuesto proyecto del área de libre comercio de las Américas (ALCA), crear un
área de libre comercio de un solo golpe entre treinta y cuatro países del hemisferio era desde el
punto de vista táctico un absurdo.
Por pequeño formato a todos los grupos de integración que han comenzado con pocos socios, a los
cuales nos referimos.
Este elemento, aunque restrictivo, los convierte en foros ideales para coordinar proyectos de
infraestructura compartida; sin embargo, la ausencia de voluntad política, sumada a las divergencias
ideológicas entre sus miembros para el caso de los dos bloques continentales.
LAS EMPRESAS CHICAS
Los proyectos de pequeño formato se encuentran las iniciativas más interesantes de integración de
región. La mayoría de estas los resultados han sido insatisfactorios y los entusiasmos efímeros, el
pionero mercado común centroamericano paralizo a causa de la guerra del futbol de 1969 los
bloques de integración posteriores han sido frenados de una u otra manera por los abruptos
cambios de orientación política que ocurren a veces en sus países miembros.
La comunidad Andina (CAN) y el mercosur fueron, en sus inicios proyectos ambiciosos y bien
orientados, con estructuras institucionales sofisticadas y i senda aparentemente abierta hacia la
creación de uniones aduanaras y de mercados comunes.
El hecho de que solo dos países Perú y Colombia, firmaran un tratado de libre comercio con estados
unidos, en vez de que lo hiciera la comunidad unida, mostraba una vez más la falta de voluntades
compartidas. Lo mismo con la unión europea y el retiro de Venezuela en 2006.
Aunque con mayores logros, el caso del mercosur la reciente incorporación de Venezuela al bloque
y la solicitud formal de Bolívar de membresía plena, ampliando así su espacio geográfico.
Los esfuerzos por la creación del área de libre comercio se han minado con las cada vez más
corrientes excepcionales de rubros a las importaciones intrarregionales.
El ALBA todavía no tiene ambiciones serias ni iniciativas concretas que la fomenten a través de los
mercados, moneda común queda solo en fantasía retórica, Venezuela país de América Latina con el
peor desempeño inflacionario.
Tratado de libre comercio de América del Norte (NAFTA) firmando en 1992 por México, Estados
Unidos y Canadá.
Los setenta años de proyectos de integración de la región no han dado frutos semejantes a los que
ha cosechado el proceso de integración en Europa. En unos cosos, la enorme ambición de las
iniciativas se ha divulgado en grupos relativamente grandes; en los otros el ímpetu de iniciativas
subregionales de pocos miembros se ha estancado en los años subsiguientes.