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CÁNCER DE PULMÓN
AUTOR:
VICTOR DANIEL BARREZUETA ESPINOZA
DOCENTE:
GRUPO:
AÑO LECTIVO:
2019 – 2020
Diagnóstico radiológico
La determinación del estadio es una manera de describir el cáncer, tomando en cuenta dónde
está ubicado, y adónde se ha diseminado y si está afectando las funciones de otros órganos
del cuerpo.
El estadio del cáncer de pulmón ayuda a los médicos a determinar cuál es el mejor
tratamiento.
En general, un estadio más bajo se asocia a mejores resultados clínicos. Sin embargo, ningún
médico puede predecir cuánto vivirá un paciente con cáncer de pulmón en función
solamente del estadio de la enfermedad, porque este tipo de cáncer es diferente en cada
persona, y las respuestas individuales a los tratamientos son diferentes. La determinación del
estadio para el cáncer de pulmón de células no pequeñas y para el de células pequeñas es
diferente.
Determinación del estadio para el cáncer de células no
pequeñas
Estadios I y II
En general, el cáncer de pulmón de células no pequeñas en estadio uno (I) o dos (II) tiene un
tamaño y una localización que permiten que un cirujano lo extirpe completamente.
Estadio III
El cáncer de pulmón de células no pequeñas en estadio tres (III) es difícil e incluso a veces
imposible de extirpar.
Otros casos en los que es imposible extirpar un tumor (IIIB) son cuando el cáncer se ha
diseminado a los ganglios linfáticos que se encuentran por encima de la clavícula o al líquido
que circunda el pulmón (el espacio pleural), o bien si el cáncer ha invadido estructuras vitales
del tórax, como el corazón, vasos sanguíneos mayores, vértebras, esófago o las vías
respiratorias principales que conducen a los pulmones.
Estadio IV
Dado que casi todos los cánceres de pulmón de células pequeñas ya se han diseminado fuera
del pulmón cuando se detectan, son muy pocos los pacientes a los que se realiza cirugía y
todos reciben quimioterapia.
Estadio limitado
En este estadio, el cáncer está localizado en un lado del tórax y compromete a una sola región
del pulmón y de los ganglios linfáticos adyacentes. Esta región se puede tratar con radiación.
Aproximadamente el 40 % de los pacientes presentan estadio limitado.
Estadio extendido
Significa que el cáncer se ha diseminado a otras regiones del tórax o fuera del tórax y que no
se puede tratar en su totalidad con radiación. La mayoría de los pacientes (60%) tiene estadio
extenso y sólo reciben tratamiento con quimioterapia.
Pronóstico
El estadio o la etapa del cáncer de pulmón afecta al pronóstico (posibilidades de
recuperación). Si bien el cáncer de pulmón se puede tratar en cualquier estadio, sólo ciertos
estadios se pueden curar..
Cirugía
Si, por cualquier motivo, el cirujano no puede extirpar todo el lóbulo del pulmón, puede
realizar una resección en cuña del tumor, rodeada por un margen de pulmón normal. Si el
tumor está cerca del centro del tórax, el cirujano quizás deba realizar una neumonectomía
(cirugía para extirpar el pulmón en su totalidad).El período de recuperación después de una
cirugía de pulmón depende de la cantidad extirpada de pulmón y de la salud del paciente
antes de la cirugía.
Radioterapia
Al igual que la cirugía, este tipo de terapia no se puede utilizar para el tratamiento de un
cáncer diseminado (salvo para control paliativo), ya que la radiación también daña las células
normales atrapadas en su trayectoria a través del cuerpo. Los pacientes con cáncer de pulmón
tratados con radioterapia a menudo experimentan fatiga, malestar y pérdida del apetito. Si
se administra radioterapia en el cuello, o en el centro del tórax, los pacientes pueden
desarrollar dolor de garganta y presentar dificultad para tragar.
Los avances de los últimos 10 años incluyen el desarrollo de nuevos fármacos para la
prevención y el tratamiento de los efectos secundarios de la quimioterapia, como
antieméticos para las náuseas y vómitos, e inyecciones de hormonas o factores estimulantes
para evitar que los recuentos de hematíes y leucocitos se reduzcan demasiado.
Inmunoterapia
Una de las razones por las que las células malignas tienen éxito en su crecimiento es porque
son capaces de eludir el sistema inmunitario. La inmunoterapia es un tipo de tratamiento que
ayuda al sistema inmunitario a combatir el cáncer.
Los tratamientos inmunoterápicos más avanzados son los anticuerpos monoclonales antiPD1
/PD-L1. El fundamento de estos tratamientos consiste en lo siguiente. Dentro de nuestro
sistema inmunológico hay un tipo de glóbulos blancos que se llaman linfocitos citotóxicos
(o destructores), que serían como los “boinas verdes” de nuestro sistema inmune, y son el
fundamento que podamos defendernos de infecciones específicas (virus, bacterias, etc). Pero
estos linfocitos destructores, una vez hacen su función, es necesario que vuelvan de nuevo al
reposo, porque si no es así, podrían ser capaces de atacar a órganos importantes de nuestro
cuerpo. Esto se realiza gracias a los llamados “check-points” o puntos de control, que
consisten en que los linfocitos destructores producen una proteína en su superficie externa,
que se llama PD1, y al unirse a otra proteína que está en la superficie externa de otras células
y que se llama PD-L1, se consigue que los linfocitos destructores se relajen y vuelvan a la
situación no activada.
La inmunoterapia puede causar efectos secundarios. Los efectos secundarios que usted
puede tener dependen del tipo de inmunoterapia que reciba y de cómo reaccione su cuerpo
a ella. Síntomas como de gripe, que son: fiebre, escalofríos, debilidad, mareos, náuseas o
vómitos, dolor de músculos o de articulaciones, fatiga, dolor de cabeza, dificultad para
respirar, presión arterial baja o alta, diarrea, riesgo de infección.
Tratamiento de cáncer de pulmón de células no
pequeñas
Con la cirugía se pueden llegar a curar un porcentaje importante de pacientes sin necesidad
de realizar ningún tratamiento posterior.
Las personas que no pueden tolerar una cirugía pueden optar por la radioterapia como
tratamiento exclusivo. Con la radioterapia exclusiva, el porcentaje de curación es menor que
con la cirugía radical.
Otra opción terapéutica en pacientes con tumores de pequeño tamaño, en la periferia del
pulmón, y sin ganglios linfáticos afectados, es un procedimiento denominado
radiofrecuencia, que consiste en la administración de ultrasonidos a través de un vector que
se introduce en el tumor. También, otra posible opción terapéutica en este estadio poder ser
una determinada técnica de radioterapia que se llama la radioterapia estereotáxica. Estas
técnicas comentadas hoy día no son sustitutas de la cirugía, ya que todavía la posibilidad de
curación total no se ha demostrado que sea igual; tan sólo se pueden indicar en caso que los
pacientes no puedan ser sometidos a cirugía por sus condiciones generales.
Los pacientes con patología en estadio III tienen un alto riesgo de que el cáncer reaparezca,
ya sea en el mismo lugar, o en una localización distante, aunque la cirugía o la radioterapia
hayan sido satisfactorias.
Por esta razón, incluso en los casos en los que sea técnicamente posible operar estos
pacientes, los médicos no suelen recomendar cirugía inmediatamente.
Después de una quimioterapia eficaz, los cirujanos pueden estar más seguros de que la
cirugía pueda mejorar el pronóstico del cáncer de pulmón de células no pequeñas en estadio
IIIA.
Algunos pacientes con este tipo de cáncer no se tratan con cirugía. En vez de la cirugía, los
pacientes con enfermedad en estadio IIIA pueden ser tratados con una combinación de
quimioterapia y radioterapia, igualmente con intención de curar. La quimioterapia puede ser
administrada antes que la radioterapia (terapia neo-adyuvante), o simultáneamente (terapia
concomitante).
Este diagnóstico puede deberse a que tienen cáncer de pulmón en estadio IIIB, o bien porque
el cirujano considera que la cirugía implica demasiado riesgo, o que el tumor no se puede
extirpar en su totalidad.
Para los pacientes con este tipo de cáncer de pulmón, que no presentan signos de
diseminación del cáncer a sitios distantes o en el líquido que circunda el pulmón, se puede
utilizar una combinación de quimioterapia y radioterapia con la intención de curar al
paciente. Como dijimos previamente, la aplicación concomitante de estos dos tratamientos
es la estrategia que ofrece mayor expectativa de curación. La única duda, es que como la
radioterapia suele durar de 35-40 días, sólo da tiempo a aplicar dos ciclos de quimioterapia
de forma concomitante con la radioterapia. Podría ser que para erradicar la enfermedad
micrometastásica, hiciera falta aplicar algunos ciclos más de quimioterapia, bien antes o bien
después del tratamiento concomitante. Pero esto último aún es materia de investigación.
Por otro lado, no siempre se puede aplicar el tratamiento concomitante y hay que hacerlo de
forma secuencia, primero la quimioterapia, 3 ó 4 ciclos, y posteriormente la radioterapia. La
causa de no poder aplicar la concomitancia es por la situación del paciente o un excesivo
volumen del tumor
Tratamiento estadio IV
Los pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas en estadio IV o estadio IIIB
debido a derrame pleural maligno (células cancerosas en el líquido que circunda el pulmón)
generalmente no se tratan con cirugía ni radioterapia.
Sin embargo, los pacientes con enfermedad en estadio IV o estadio IIIB con derrame pleural
maligno (actualmente ya clasificado también como estadio IVa), tienen un riesgo muy
elevado de que el cáncer reaparezca en otro lugar. Por lo tanto, la mayoría de los pacientes
con estos estadios de cáncer de pulmón de células no pequeñas sólo reciben quimioterapia.
Figura 1: Paciente no fumador con adenocarcinoma de pulmón estadio IV. Masa tumoral
pulmonar y pleurales (áreas grisáceas señaladas con las flechas)
Figura 2: El mismo paciente, tras 2 meses de tra-tamiento con erlotinib. Desaparición de las
masas.
Los pacientes con cáncer de pulmón de células pequeñas en estadio limitado se tratan con
una combinación de quimio y radioterapia. La radioterapia se administra durante el primer o
el segundo mes de quimioterapia (que se prolonga de tres a seis meses).
Los pacientes con enfermedad en estadio extendido se tratan solamente con quimioterapia.
En los pacientes en los que los tumores han desaparecido después de la quimioterapia, la
radioterapia puede ayudar a impedir que el cáncer ataque el cerebro posteriormente.
Esta intervención se denomina radiación profiláctica cerebral (PCI, por su sigla en inglés). Al
igual que los pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas avanzado, los
pacientes con cáncer de pulmón de células pequeñas en cualquier estadio enfrentan el riesgo
de la reaparición del cáncer, aunque el control sea eficaz desde su detección.
Por ello, el cáncer de pulmón que se ha diseminado al cerebro se trata con radioterapia,
cirugía o una combinación de ambas. La mayoría de los pacientes con metástasis cerebral de
un cáncer de pulmón se trata con radiación a todo el cerebro.
Esta alternativa puede provocar efectos secundarios como caída del cabello, fatiga y
enrojecimiento del cuero cabelludo. En el caso de tumores pequeños, se puede utilizar un
tipo de radioterapia llamada cirugía con radiación estereotáxica para concentrar la radiación
sólo en el tumor cerebral y minimizar los efectos secundarios.
La radioterapia o cirugía también se pueden utilizar para el tratamiento de las metástasis que
están causando dolor u otros síntomas.
En tumores torácicos que sangran u obstruyen las vías pulmonares se puede reducir
mediante radioterapia.
Durante una broncoscopia, las vías pulmonares obstruidas por el cáncer se pueden abrir para
mejorar la respiración.
Los cirujanos o boncoscopistas pueden utilizar láser para destruir un tumor o colocar
endoprótesis (stents) mecánicas (soportes) para mantener abiertas las vías respiratorias.
Las metástasis óseas que debilitan huesos importantes se pueden tratar con cirugía y reforzar
con implantes metálicos. Las metástasis óseas también se pueden tratar con radioterapia.