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PERSPECTIVA GENERAL

El resfriado común es una infección viral de tu nariz y garganta (vías respiratorias altas). Por lo general es
inofensivo, aunque podría no sentirse como tal. Muchos tipos de virus pueden causar un resfriado
común.Los niños menores de seis años tienen un riesgo mayor de contraer un resfriado, pero los adultos
sanos también pueden esperar dos o tres resfriados al año.

La mayoría de las personas se recuperan de un resfriado común en una semana o 10 días. Los síntomas
pueden durar más en las personas que fuman. Si los síntomas no mejoran, consulta a tu médico.

Síntomas

Los síntomas de un resfriado común generalmente aparecen de uno a tres días posteriores a la exposición
al virus que causa el resfriado. Los signos y síntomas, que pueden variar dependiendo de cada persona,
podrían incluir:

 Escurrimiento o congestión nasal

 Dolor de garganta

 Tos

 Congestión

 Dolor corporal o dolor de cabeza leves

 Estornudos

 Fiebre de bajo grado

 Sentirte mal en general (malestar)

La secreción de tu nariz podría volverse más espesa y de color amarillo o verde durante el resfriado
común. Esto no es un indicador de una infección bacteriana.

Cuándo consultar a un médico

Para adultos — busca atención médica si tienes:

 Fiebre mayor a 101.3° F (38.5° C)

 Fiebre que dure cinco días o más o que regresa después de un periodo sin fiebre

 Dificultad para respirar

 Jadeos

 Dolor intenso de garganta, cabeza o senos paranasales

Para niños — en general, no es necesario que tu hijo vea a un médico por un resfriado común. Sin
embargo, busca atención médica de inmediato si tu hijo tiene alguno de los siguientes síntomas:

 Fiebre de 100.4° F (38° C) en recién nacidos de hasta 12 semanas


 Fiebre alta o que dura más de dos días en niños de cualquier edad

 Síntomas que empeoran o no mejoran

 Síntomas graves, como dolor de cabeza o tos

 Jadeos

 Dolor de oído

 Irritabilidad extrema

 Somnolencia inusual

 Falta de apetito

ACERCA DE LOS RESFRIADOS

Los resfriados pueden ser causados por cientos de tipos de virus distintos. Alrededor de la mitad de todos los
resfriados son causados por los rinovirus.

Como promedio, los adultos tienen de dos a cinco resfriados por año y los niños en edad escolar pueden tener
hasta ocho resfriados al año. Los adultos que están en contacto con niños suelen tener más resfriados. Esto
se debe a que los niños generalmente portan más del virus y por más tiempo.

En el Reino Unido, es más probable que usted se resfríe durante los meses de invierno, aunque hasta el
momento no se sabe bien por qué.

SÍNTOMAS DE UN RESFRIADO

El virus del resfriado crece en las superficies tibias y suaves de su nariz, garganta y senos nasales, por lo
que estos son los lugares donde suelen manifestarse los síntomas. El primer síntoma es a menudo dolor o
irritación de garganta. Los síntomas principales de un resfriado en adultos y niños mayores son:

 congestión nasal

 estornudos o secreción nasal

 tos

 dolor de cabeza

 dolores musculares

 dolor de oído

 dolor en los senos nasales

 sensación general de cansancio

Los niños pequeños y los bebés podrían tener otros síntomas, incluyendo:

 problemas para alimentarse


 estar intranquilo o irritable

 fiebre

 ganglios inflamados en el cuello

Si su hijo tiene la nariz congestionada, esto puede hacer que le resulte difícil respirar y dormir.

Los síntomas generalmente comienzan al primer o segundo día de haber contraído la infección y duran
aproximadamente una semana. A veces los síntomas pueden durar hasta dos semanas.

COMPLICACIONES DE UN RESFRIADO

La mayoría de los resfriados son leves y no causan ningún otro problema de salud. Sin embargo, en muy
raras ocasiones, un resfriado puede derivar en complicaciones. En adultos y niños mayores podría derivar
en:

 inflamación de los senos nasales (sinusitis), lo cual puede causar dolor en el rostro y la
cabeza

 una infección respiratoria o neumonía: esto es más frecuente si usted es mayor, fuma o
tiene una enfermedad que afecta su sistema inmunológico.

 empeoramiento del asma

En los niños pequeños, la complicación más frecuente de un resfriado es la infección en el oído medio. En
los niños muy pequeños y los bebés puede derivar en una infección respiratoria, neumonía o crup.

CAUSAS DE UN RESFRIADO

Usted puede contagiarse de un resfriado mediante el contacto personal cercano con alguien que esté
infectado con el virus.

El virus del resfriado se propaga a través de las diminutas gotitas que las personas expulsan cuando tosen o
estornudan. También puede contagiarse de un resfriado a través del contacto directo con una persona que
esté resfriada, por ejemplo, al darle la mano o al tocar algo que la misma haya tocado recientemente. El
virus del resfriado pasa a sus manos y luego, cuando usted se toca la nariz o la boca, puede transmitirse el
virus a sí mismo.

DIAGNÓSTICO DE UN RESFRIADO

La mayoría de las personas pueden diagnosticarse el resfriado a sí mismas o a sus hijos, sin necesidad de
consultar a su médico de cabecera. Sin embargo, si usted está preocupado porque sus síntomas son más
graves o porque no mejora, consulte a su médico de cabecera.

TRATAMIENTO DE UN RESFRIADO
Para la mayoría de las personas, el resfriado mejorará por sí solo a la semana del inicio de los síntomas sin
ningún tratamiento específico. Sin embargo, existen tratamientos que pueden ayudar a aliviar los síntomas y
hacerle sentirse mejor. Puede adquirirlos en su farmacia, lo cual quiere decir que puede tratarse usted
mismo sin necesidad de consultar a su médico de cabecera.

No existe una cura para los resfriados. Los antibióticos, que tratan infecciones causadas por bacterias, no
sirven para los virus del resfriado.

Autoayuda

Existen varias medidas de autoayuda que podrían ayudarle a aliviar los síntomas de un resfriado.

 Beber suficientes líquidos para evitar la deshidratación.

 Inhalaciones de vapor con mentol y gotas o atomizadores nasales con agua salada pueden
ayudar.

 Los ungüentos mentolados pueden ayudar a aliviar los síntomas en los niños.

 Las bebidas calientes (especialmente con limón), las sopas calientes y las comidas
picantes pueden ayudar a aliviar la irritación y el dolor de garganta.

 Chupar caramelos o pastillas para la garganta que contengan mentol o eucalipto puede
aliviar su garganta.

 Hacer gárgaras con agua con sal puede servir para el dolor de garganta.

Es aconsejable que procure descansar lo suficiente si está resfriado. Normalmente no es necesario faltar al
trabajo o a la escuela.

Medicamentos

Si tiene dolores musculares, dolor de cabeza, dolor en los senos nasales o dolor de garganta, puede
tomar paracetamol o ibuprofeno como analgésico. Si tiene fiebre, estos medicamentos le ayudarán a bajarla.

Es importante que controle la dosis de los distintos tipos de medicamentos que esté tomando. Cuando está
usando más de un producto, por ejemplo, tabletas, cápsulas y una bebida caliente de limón que contienen el
mismo ingrediente activo, como paracetamol, es fácil que, accidentalmente, exceda la dosis diaria.

Los niños pueden tomar paracetamol o ibuprofeno en forma líquida. Consulte a su farmacéutico sobre los
analgésicos apropiados para su hijo.

Si tiene la nariz o los senos nasales congestionados, las tabletas descongestionantes pueden servirle para
aliviar los síntomas. Los atomizadores nasales también pueden aliviarle la congestión nasal por unas pocas
horas, pero si los usa durante demasiado tiempo pueden provocarle una congestión de rebote. No se debe dar
descongestionantes a los niños menores de seis años y tampoco deben tomarse si se están tomando
medicamentos para bajar la presión arterial.

Algunas personas encuentran útil tomar medicamentos para la tos, aunque no es probable que sean efectivos
para tratar los síntomas de un resfriado común. Para los niños menores de seis años puede usarse glicerina,
miel y limón.
Lea siempre el prospecto de información al paciente que viene con el medicamento, y si tiene preguntas,
consulte al farmacéutico.

Medicamentos complementarios

Existen diversos suplementos y medicamentos complementarios muy populares para la prevención y el


tratamiento del resfriado. Ellos incluyen la vitamina C, el mentol, el zinc, el ajo y la equinácea.

El mentol puede servir para aliviar la congestión nasal por su sensación refrescante. También puede ayudar
a aliviar los síntomas del dolor de garganta y de la tos porque contiene un anestésico local que adormece el
área.

No existen suficientes pruebas que sugieran que tomar vitamina C, caramelos de zinc o ajo o equinácea sea
probablemente efectivo para el tratamiento de un resfriado.

Los medicamentos complementarios pueden interactuar con otros medicamentos, por lo que siempre debe
informar a su médico o farmacéutico de todos los medicamentos que está tomando.

PREVENCIÓN DE UN RESFRIADO

Los virus que causan los resfriados son muy comunes, por lo que los resfriados pueden ser muy difíciles de
prevenir.

Los virus del resfriado a menudo se transmiten a través del contacto directo, por lo tanto, si alguien está
resfriado usted puede evitar el contagio manteniendo una buena higiene. Por ejemplo, no comparta toallas,
lávese las manos con agua caliente y jabón y limpie las superficies como los picaportes y los juguetes que
han sido tocados por la persona resfriada
El resfriado común es una infección viral leve y autolimitada, pero es la causa más importante de morbilidad
aguda en los países industrializados, siendo la afección que más a menudo justifica el absentismo escolar y
laboral. Además, no debe olvidarse el incalculable impacto en la calidad de vida que provocan sus síntomas.
Como media, los niños pequeños sufren entre 4 y 8 resfriados cada año, y los adultos de 2 a 5. Como la
mayoría de infecciones virales respiratorias, muestra un claro predominio de incidencia estacional.

TEXTO COMPLETO
El resfriado común, en especial cuando es causado por los rinovirus, puede evolucionar con complicaciones,
tanto en niños como en adultos
El resfriado común está causado por diversas familias de virus. La mitad de los casos están producidos por
rinovirus, menos de un 10% por coronavirus y ocasionalmente por virus de la influenza A o B, virus de la
parainfluenza, virus respiratorio sincitial, adenovirus o enterovirus.

Los rinovirus (virus de la nariz) de los que existen más de 115 serotipos o variedades, miden unos 20 nm de
diámetro y están desprovistos de envoltura. Presentan una cápside formada por cuatro proteínas
estructurales con simetría icosaédrica y contienen una única cadena de ARN en su genoma. La temperatura
óptima para su replicación es entre 33 y 35 ºC, que se corresponde con la hallada en las fosas nasales y en
las vías respiratorias superiores. Los rinovirus tienen una distribución universal. La primera infección se
produce durante los primeros años de la infancia y después continúan presentándose nuevos episodios a lo
largo de toda la vida. En los países cálidos los rinovirus tienen un claro patrón estacional, ya que la infección
tiene unos picos de incidencia durante el otoño y la primavera.

Los coronavirus son virus pleomórficos, de tamaño entre 80 y 160 nm de diámetro y con una sola cadena de
ARN en su genoma. Están rodeados de unas proyecciones que recuerdan la corona solar, de aquí su
nombre. También son de distribución universal y producen infección en los países cálidos, sobre todo al final
del otoño y al inicio de la primavera, período en que los rinovirus son menos prevalentes. La infección por
coronavirus ocurre a cualquier edad, aunque su incidencia es superior en la infancia.

Para que se produzca la infección, estos virus, que están en suspensión en pequeñas gotitas de agua
expulsadas por los enfermos, han de llegar a la nariz y penetrar en las células de la mucosa.

Los niños en edad escolar son los principales afectados y el principal reservorio y foco de transmisión de
estos virus. La frecuencia de casos en las familias oscila en función de la edad y del estado inmune de las
personas expuestas al tipo antigénico que se está transmitiendo.

La transmisión depende del contacto cercano con una persona infectada que permita una exposición a las
secreciones respiratorias. La contaminación de las manos con secreciones nasales y el contacto de las
mismas con otras personas u objetos contaminados (puertas, mesas y otros) es el sistema común de
transmisión de estos virus causantes del resfriado común.

Clínica

El período de incubación del resfriado común se sitúa entre 24 y 72 horas. La duración media de la
sintomatología es de una semana. Aunque, en menor proporción puede persistir hasta un máximo de dos
semanas.

Los síntomas fundamentales son la rinorrea acuosa, los estornudos, la obstrucción nasal, el malestar
faríngeo y la tos irritativa. Los sentidos del olfato y del gusto están disminuidos o ausentes durante los
primeros días. La voz suele tener una cualidad nasal y en los casos de rinorrea importante se produce una
maceración de la piel adyacente a la salida de los orificios nasales. No debe olvidarse que la elevación
moderada de la temperatura, cefalea y afección del estado general son más frecuentes en los niños y están
más presentes en los primeros tres días de la enfermedad.

El resfriado común, en especial cuando es causado por los rinovirus, puede evolucionar con complicaciones,
tanto en niños como en adultos. Por ejemplo, la infección del tracto respiratorio por rinovirus es un factor
predisponente de la otitis media aguda, debido a que la obstrucción de la trompa de Eustaquio dificulta el
drenaje del oído medio y contribuye a la aparición de una infección a dicho nivel, bien sea por el propio virus
o combinado con bacterias. Además, durante el resfriado común se produce una obstrucción del drenaje de
los senos paranasales que condiciona su sobreinfección bacteriana.

También debe recordarse que las infecciones por rinovirus se han asociado con exarcebaciones del asma
bronquial en niños y en adultos. En los niños con otras enfermedades respiratorias crónicas, como la fibrosis
quística, y en adultos con enfermedad pulmonar obstructiva crónica los episodios repetidos de resfriado
común ocasionan un claro deterioro del funcionalismo pulmonar, así como un mayor riesgo de infecciones
bacterianas respiratorias secundarias. También, en el caso de ancianos residentes en centros geriátricos las
posibilidades de presentar síntomas del tracto respiratorio inferior son mayores cuando padecen resfriado
común, sobre todo si son fumadores.

No debe olvidarse que el resfriado común y la gripe presentan algunos síntomas idénticos. Pero la gripe, a
diferencia del catarro, comienza de modo brusco con fiebre, dolor muscular, cansancio y malestar general, y
sólo a veces se producen los estornudos, el dolor de garganta y el abundante flujo de mucosidad nasal
característicos del resfriado común.

Diagnóstico
Las manifestaciones clínicas del catarro son tan características que el propio paciente sabe
autodiagnosticarse correctamente.
El diagnóstico del virus específico implicado no es posible a partir de la observación clínica. Ya que la rinitis
o la inflamación de la mucosa nasal tan característica del catarro también acompaña como síntoma a otros
procesos virales (como la gripe) y/o alérgicos.

El objetivo fundamental del médico consiste en diferenciar los episodios no complicados de los casos
asociados a otitis media aguda y a sinusitis bacteriana secundaria. Por ello, es conveniente realizar un
examen cuidadoso del conducto auditivo y de las fosas nasales.

En estudios epidemiológicos o de investigación puede demostrarse el agente etiológico del resfriado común
mediante el aislamiento del virus o por procedimientos serológicos. Aunque las técnicas actuales de
amplificación de ácidos nucleicos son capaces de identificar la mayoría de estos virus, éstas no tienen
ninguna utilidad para la atención clínica de los pacientes afectados.
Prevención

Actualmente, es difícil prevenir el catarro. Las razones son varias:

El aire frío que se respira permite que los virus se repliquen más fácilmente en la nariz.

Durante las estaciones de mayor prevalencia de los agentes virales causantes del resfriado común, la
población está más tiempo reunida en transportes públicos, lugares de trabajo, espectáculos masivos, es
decir, lugares interiores poco ventilados, existiendo más contacto directo con otras personas, facilitándose la
difusión de la infección.

La menor radiación ultravioleta del sol ayuda a la supervivencia de los virus.

La actual movilidad de la población por todo el planeta debido a los transportes modernos.

Las grandes aglomeraciones urbanas son un medio de cultivo idóneo.

Factores psicológicos como el estrés influye en la susceptibilidad individual al resfriado. Aunque no está
claro cómo los condicionantes psicológicos afectan al sistema inmunológico existe una relación directa con
la contracción de esta infección.

Un deficiente nivel de salud caracterizado por un mal estado nutritivo y ausencia de deporte.

La inexistencia de una vacuna a pesar de todos los avances logrados en la virología. Debido a la gran
variedad de virus que provocan el resfriado común, aún no se ha logrado reducir a un sólo día la duración de
un catarro. La prevención de la enfermedad puede realizarse evitando la posibilidad de contagio a través de
las secreciones nasales y mediante un lavado cuidadoso y repetido de las manos.
Los pacientes deberían restringir su actividad cotidiana y permanecer en su domicilio durante los primeros
días de la sintomatología, período de mayor posibilidad de transmisión de los virus respiratorios. Además, se
deben seguir las siguientes recomendaciones:

La dieta debe ser semilíquida, con mucha leche, caldos, zumos de fruta y agua para favorecer la
fluidificación de las secreciones respiratorias.

Es importante mantener la humedad necesaria en las vías respiratorias, para facilitar así la fluidificación de
la mucosidad. Por eso, la humidificación ambiental y la inhalación de vapor son muy eficaces
Se aconseja no fumar.

Reposo en cama en habitación fresca y con ropa ligera, si hay fiebre.


Pruebas disponibles indican que la Vitamina C no reduce el número de episodios de enfermedades
respiratorias pero sí el total de días de incapacidad. Al parecer, por las pruebas disponibles en la actualidad
no se justifica tampoco el uso sistemático de grandes dosis de Vitamina C para el tratamiento preventivo de
resfriados comunes.

Tratamiento

Aunque existen diversos fármacos con actividad antiviral in vitro frente a los virus que causan el resfriado
común, no existe en la actualidad ninguno que haya demostrado su utilidad para el tratamiento de esta
infección. Por ello, únicamente debe realizarse tratamiento sintomático en los casos no complicados.

El uso de antibióticos en infecciones víricas como el catarro y la gripe es erróneo, ya que éstos sólo son
eficaces en casos de complicaciones bacterianas. Estos fármacos no ofrecen ningún beneficio para los
síntomas del resfriado común, no se ha demostrado que prevengan la aparición de complicaciones e incluso
pueden contribuir al desarrollo de resistencias en los patógenos bacterianos respiratorios comportando un
elevado coste económico.

Para esta infección, la única terapia posible es el tratamiento de los síntomas que provoca. Por ello, se
utilizan un conjunto de fármacos capaces de limitarlos o incluso de anularlos. Se disponen de medicamentos
eficaces para aliviar síntomas tales como el dolor de cabeza, la congestión nasal, la tos, el moqueo y el dolor
de garganta.

El criterio de selección del medicamento más adecuado para cada caso depende, por tanto, de los síntomas
que aparezcan. De este modo, se aconsejará tomar medicamentos con los principios activos que hagan
frente sólo a los síntomas presentes en cada momento e individuo, sin olvidar si el paciente toma medicación
que pueda interaccionar con el medicamento aconsejado.

Para el alivio de los síntomas provocados por esta infección, el farmacéutico, como responsable profesional
del medicamento, podrá informar al paciente sobre la terapia más efectiva a través del consejo farmacéutico
(fig. 1), ya que en pocas ocasiones el enfermo acude a la consulta médica cuando padece los síntomas
leves (aunque molestos del catarro), pero sí acude a la oficina de farmacia en busca de información y
consejo.

De este modo, el farmacéutico frente a los síntomas de dolor de cabeza y fiebre recomendará el empleo de
analgésicos-antipiréticos. Si existe rinorrea (estornudos y ojos llorosos), aconsejará el uso de
antihistamínicos. En caso de tos, si es seca se administrará antitusivos, si es productiva mucolíticos y
expectorantes. Si se manifiesta congestión nasal, recurrirá a simpaticomiméticos. Por último, en caso de
afecciones bucofaríngeas, recomendará la toma de antisépticos-anestésicos.

Analgésicos y antipiréticos

Son utilizados para el alivio de la cefalea y la disminución de la temperatura corporal. Principalmente se


emplean el paracetamol y el ácido acetilsalicílico. Otros, administrados en menor proporción, son el
ibuprofeno, acetilsalicilato de lisina y las pirazolonas.

El paracetamol se administra en adultos en dosis de 650 mg a 1 g por toma, sin sobrepasar los 4 g al día y
en niños en dosis de 60 a 120 mg por toma cada 4-6 horas. El paracetamol raramente presenta reacciones
adversas a las dosis recomendadas. Aunque no debe olvidarse su inapropiada administración en casos de
insuficiencia hepática y/o renal. Nunca deben administrarse dosis superiores a 4 g al día.
El ácido acetilsalicílico se administra en adultos en dosis de 500 mg cada 4 horas en adultos y en niños de
más de 5 años de edad en dosis de 150 a 300 mg cada 4 horas. No debe administrarse en casos de úlcera
duodenal, en pacientes asmáticos, en casos de problemas de coagulación sanguínea, durante las últimas
semanas de embarazo, durante la lactancia (se excreta en la leche materna) ni en niños con resfriados por
la relación epidemiológica de este medicamento con el síndrome de Reye cuando se administra durante
una enfermedad viral.

Como consejo para su administración es conveniente recordar que no deben administrarse durante más de
10 días seguidos sin prescripción médica.

Antitusivos, mucolíticos y expectorantes

La tos es uno de los síntomas característicos del resfriado común. Esta tos puede ser no productiva o seca
(no produce expectoración) o bien ser productiva o húmeda (produce expectoración).

Si la tos es no productiva, es decir, sin expectoración, se recurrirá a la administración de un fármaco


supresor de la tos, ya que esta tos improductiva carece de interés fisiológico, a diferencia de la tos
productiva, por lo que debe ser eliminada. Se emplean fundamentalmente el fosfato de codeína y el
dextrometorfano.

La codeína es un alcaloide del opio, cuya dosis habitual es de 15 mg por toma, que debe tomarse con
cierta precaución por la posible aparición de farmacodependencia a dosis incorrectas. Se debe tener en
cuenta que posee un efecto depresor sobre el sistema nervioso central, pudiendo provocar depresión
respiratoria, broncoconstricción, estreñimiento y reducción de la secreción bronquial, lo que supone una
contraindicación para situaciones que cursen con abundante producción de moco. Además, es importante
recordar su efecto de sedación, adicción o somnolencia, sobre todo si acompaña a otros fármacos como
antihistamínicos, analgésicos, ansiolíticos o anticolinérgicos.

El dextrometorfano es un derivado sintético de la morfina, empleado más frecuentemente como antitusivo


selectivo. Se diferencia de la codeína en que no posee propiedades analgésicas y no provoca los efectos
indeseables como el posible estreñimiento y la posible depresión del sistema nervioso central.

Si la tos es productiva se tratará de una tos útil, ya que ayudará a expulsar las secreciones bronquiales por
lo que se aconseja no suprimirla y acompañarla de una ingesta frecuente de líquidos, para facilitar la
expulsión del esputo. Solamente cuando sea muy molesta deberá recurrirse al empleo de mucolíticos y
expectorantes. Aunque la eficacia terapéutica de ambos grupos está puesta en duda debido a los
resultados no concluyentes de los ensayos clínicos.

Los fármacos mucolíticos son definidos como aquellos que disminuyen la viscosidad de la secreción
bronquial, fluidificándola, facilitando la expulsión del esputo. Por otra parte, los fármacos expectorantes
incrementan el volumen de las secreciones bronquiales o estimulan los mecanismos precisos para su
eliminación. De este modo, se deduce que ambos conceptos están tan solapados que es difícil
distinguirlos, por lo que suelen incluirse en el mismo grupo.

Los fármacos expectorantes y mucolíticos más utilizados son:

Expectorantes

Activación refleja. Ipecacuana y cloruro amónico.

Acción directa. Esencias, bálsamos y vapor de agua.

Acción mixta. Ioduro potásico.


Mucolíticos

Derivados de los aminoácidos: acetilcisteína y carboximetilcisteína.

Enzimas: tripsina y quimiotripsina.

Derivados sintéticos: bromhexina y ambroxol.

Antihistamínicos

Actúan previniendo los efectos provocados por la liberación de histamina como: vasodilatación
generalizada, un incremento de la permeabilidad capilar y edema que se manifiestan de forma muy intensa
en la nariz, debido a que es una zona muy irrigada.

Destacan como antihistamínicos la clorfeniramina, clorpromazina, doxilamina, difenhidramina.

Estos medicamentos pueden producir somnolencia debido a su efecto depresor del sistema nervioso central.
Así pues, pueden potenciar los efectos depresores del alcohol y de medicamentos antidepresivos, sedantes,
relajantes y ansiolíticos. Pueden provocar efectos anticolinérgicos tales como sequedad de boca, visión
borrosa, retención urinaria y taquicardia. Por otra parte, están contraindicados en casos de glaucoma,
prostatismo, epilepsia y enfermedades hepáticas.

Descongestivos nasales

Estos fármacos se emplean para aliviar la congestión nasal, uno de los síntomas del catarro, ya que
provocan una constricción de los vasos sanguíneos que irrigan la mucosa nasal.

El tratamiento sintomático de la congestión nasal se centra en mejorar la permeabilidad de las fosas nasales,
y para ello se emplean medicamentos vasoconstrictores, ya sean tópicos o sistémicos.

Los descongestivos nasales sistémicos ofrecen la ventaja de una mayor duración de acción, de provocar
una menor irritación local y de no producir una congestión de rebote al suspender el tratamiento por abuso
de éste, frente a los productos tópicos. Sin embargo, producen una vasoconstricción menos intensa y los
efectos secundarios generales son más importantes.

Se utilizan mayoritariamente las aminas simpaticomiméticas como la fenilefrina, la fenilpropanolamina y la


pseudoefedrina.

La fenilpropanolamina saltó a la prensa en Estados Unidos en el 2000 por su uso como anorexígeno
empleado en terapias reductoras del apetito y su relación con el incremento del riesgo de accidente
cardiovascular cerebral. En España, la fenilpropanolamina sólo está comercializado en especialidades
farmacéuticas como descongestionante y no existe, por tanto, riesgo de hemorragia cerebral, siempre y
cuando se respeten las condiciones de administración que se recogen en el prospecto de los fármacos
antigripales y anticatarrales o que indiquen el médico o el farmacéutico. No obstante, para garantizar al
máximo la seguridad de estas especialidades farmacéuticas, la dosis recomendada de fenilpropanolamina
se limitará a 100 mg por día, con el fin de incrementar el margen de seguridad de los medicamentos que lo
contienen.

Los fármacos descongestivos de administración oral no ejercen su acción exclusivamente sobre los vasos
de la mucosa nasal, sino que afectan a otros. Por tanto, deben usarse con precaución en personas
hipertensas (pueden elevar la presión sanguínea), en personas con hipertiroidismo o con problemas
cardíacos (para evitar la posible aparición de taquicardias y arritmias), en diabéticos (pueden elevar el nivel
de glucemia), en embarazadas y en madres lactantes. Además, no deben administrarse en pacientes que
sean medicados con inhibidores de la monoaminoxidasa (IMAO), por la posible aparición de una crisis
hipertensiva grave.

Por otra parte, los descongestivos nasales tópicos estimulan localmente los receptores alfaadrenérgicos del
músculo liso vascular nasal. Con ello, provocan la constricción de los vasos que riegan la mucosa,
facilitándose la reducción del volumen de la membrana mucosa que facilita la respiración y ayuda a mejorar
el drenaje de las fosas nasales.

Se utilizan fundamentalmente la oximetazolina y la xilometazolina (con una duración de acción larga, de 8 a


12 horas) y la fenilefrina, la metoxamina, la nafazolina y la tramazolina (de duración más corta, de 4 a 6
horas).

El uso incorrecto de los descongestivos tópicos, como la utilización por más tiempo y más frecuente de la
debida de éstos, puede provocar «efecto rebote» originado por el aumento de la congestión de la mucosa
cuando disminuye el efecto inicial vasoconstrictor. Por ello, se aconseja el correcto seguimiento de la pauta
de administración por parte del paciente, evitando el abuso durante más de 3 o 4 días. Aunque los efectos
secundarios de los productos tópicos son más leves que los de los sistémicos, los primeros deben utilizarse
con precaución en casos de hipertensión, hipertiroidismo, enfermedad coronaria, diabetes y glaucoma.

En el caso de los niños, siempre se desaconsejará el uso de vasoconstrictores. En este caso, se


recomiendan las instilaciones de suero fisiológico (solución de cloruro sódico al 0,9%) o bien los sprays de
soluciones isotónicas de agua de mar, especialmente aconsejadas para la limpieza de las fosas nasales ya
que se pueden aplicar tantas veces como se considere necesario, sin que den lugar a alteraciones o efectos
indeseables.
Antiinfecciosos faríngeos tópicos y anestésicos locales

Frecuentemente, uno de los síntomas del resfriado común es la sequedad y el dolor de garganta. Para ello,
se disponen en la oficina de farmacia de diversos preparados farmacéuticos como pastillas que se disuelven
en la boca, nebulizadores o enjuagues.

En su composición destacan, mayoritariamente, los anestésicos locales y los agentes antisépticos y,


minoritariamente, los antifúngicos y los antiiflamatorios.

El componente anestésico local es eficaz debido a su efecto de eliminación o disminución del dolor, ya que
reduce la sensibilidad de los receptores locales situados en la musculatura lisa respiratoria frente a los
agentes irritantes. Destaca la benzocaína.

El componente antiséptico presenta poca eficacia en el tratamiento antiviral por tratarse de un agente
antibacteriano, pero sí es útil frente a infecciones bacterianas secundarias. Cabe destacar la clorhexidina, la
hexetidina, el fenol y sus sales y finalmente el alcohol bencílico.

Conclusión

Como puede comprobarse existen multitud de principios activos indicados para aliviar los síntomas del
catarro que forman parte asimismo de diferentes preparados galénicos. La elección de éstos dependerá de
los síntomas aparecidos, de la edad y de la posible interacción con otra medicación ya establecida en el
paciente. En este caso, el farmacéutico de oficina de farmacia realiza una importante labor de información al
paciente para el uso racional de este tipo de medicamentos anticatarrales, ya que éstos suelen corresponder
a especialidades farmacéuticas publicitarias. De este modo el profesional farmacéutico debe aconsejar la
duración del tratamiento y advertir sobre los posibles efectos secundarios, contraindicaciones o
interacciones. *
DIFERENCIA ENTRE GRIPE Y RESFRIO

Winter is coming como dirían muchos, o lo que es lo mismo, el invierno está llegando, aunque este año se
ha hecho un poco de rogar, pero ahora que llevamos un tiempo tirando de chaquetas gordas y bufandas
parece que no hay marcha atrás… El descenso de las temperaturas marca el aumento de nuestras
posibilidades de coger un resfriado o incluso la temida gripe. Ambas se contagian por vía aérea y
comparten una serie de síntomas, pero se trata de dolencias completamente diferentes entre sí, ¿sabes
distinguirlas?

La gripe es una enfermedad respiratoria aguda, aparece bruscamente y se asocia con la fiebre. El
responsable es el virus Influenza. Mientras que en el resfriado, los síntomas suelen ser menores.
Existen más de 200 tipos diferentes de virus capaces de desencadenar sus síntomas. El coordinador del
Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Médicos de Atención
Primaria (Semergen), Manuel Linares, explica cuáles son los principales síntomas de cada una. “En la
gripe, el periodo de incubación es de 18 a 36 horas y siempre provoca fiebre muy alta con dolores de
cabeza, musculares muy intensos, sobre todo en las piernas y espalda, y con una tos frecuente. Además la
sensación de cansancio es elevada. Sin embargo, en el resfriado el periodo de incubación es algo mayor de
48 a 72 horas. Provoca irritación ocular, tos seca, congestión nasal y abundante secreción. Raramente
provoca fiebre”, señala Linares.

Es muy importante saberlos diferenciar asegura María José Alonso, farmacéutica y socia fundadora de
la Sociedad Española de Fitoterapia (Sefit). “En la farmacia, es muy habitual encontrarnos con usuarios
que acuden buscando medicación contra la gripe, cuando en realidad tienen un resfriado común. Son
enfermedades de distinto origen, y se deben combatir adecuadamente. Si no lo hacemos, corremos el riesgo
de no tratar la enfermedad y que pueda haber complicaciones”, afirma Alonso.
PERSONAS MÁS VULNERABLES

Aunque cualquier persona es candidata firme a sufrir ambos procesos, con la gripe hay excepciones.
"Aunque todavía no se ha podido determinar qué personas tienen más probabilidades de contagio, sí se
sabe que hay determinados grupos con un riesgo más alto de sufrir complicaciones si contraen el virus",
señala Carlos Martín, médico de familia de Barcelona.

En este sentido, Linares considera personas de alto riesgo aquellas que puedan desarrollar una posible
complicación como: “los niños menores de 5 años, los adultos mayores de 65 años, las mujeres
embarazadas, las personas con patologías crónicas, con enfermedades pulmonares o neurológicas,
con obesidad o aquellas que tengan sus sistema inmunitario debilitado”.

En cuanto al resfriado, puede afectar a personas de todas las edades, de hecho ¿quién no ha tenido un
resfriado en el último año?; aunque también dependerá del sistema inmune de cada uno y de la capacidad
que tengamos de enfrentarnos al virus. “Los resfriados están presentes durante todo el año, pero
predominan más en los cambios estacionales y, fundamentalmente, cuando se cambia a una estación más
fría. Ante esta disminución de temperaturas externas, disminuyen las defensas locales de nuestro cuerpo y
es muy fácil la transmisión entre personas”, afirma Linares.
CÓMO HAY QUE ACTUAR

Tanto la gripe como el resfriado se transmiten normalmente de persona a persona, ambas por vía
aérea, señalan ambos especialistas en medicina, y debido a que la transmisión se suele producir cuando el
infectado ni si quiera sabe que tiene el virus, la prevención se complica. Pero, aun así, siempre hay que
tomar unas precauciones generales para evitar ese contagio.

Fundamentalmente hay que cuidar la higiene. “Los virus pueden estar en nuestro organismo latentes
hasta dos horas después de que se expulsen vía estornudo, tos o contacto físico. Por ello, es
importante lavarse las manos frecuentemente, limpiar las superficies de contacto común, evitar el contacto
cercano con las personas que lo padezcan y compartir objetos en contacto con saliva o secreciones”,
recomienda el coordinador de Semergen. Asimismo, es importante que al estornudar o toser nos cubramos
boca y nariz con un pañuelo de papel y desecharlo a continuación.

Martín señala que en el caso concreto de la gripe, se puede prevenir a través de la vacunación. “La
vacuna de la gripe brinda protección frente a ella y reduce el riesgo de complicaciones. La efectividad de
esta puede variar de una temporada a otra, así como de una persona a otra. Sin embargo, lamentablemente
no evita en todos los casos que se adquiera la enfermedad”.

También es importante no fumar, llevar una alimentación equilibrada, realizar actividad física todos los días
y evitar el estrés.

Los especialistas recuerdan que para hacer frente a estas enfermedades no hay que echar mano de los
antibióticos: “los antibióticos son solamente efectivos contra las bacterias y el resfriado y la gripe son
enfermedades víricas”, explica Francisco Marín, médico de atención primaria.

Por ello, en la gripe sólo se administran medicamentos que mejoran el estado general del
paciente “como antitérmicos que reducen la fiebre, analgésicos, y en caso de tos seca un antitusígeno”,
apunta Linares.

Mientras que para el resfriado, Martín señala que el tratamiento es muy similar. Ibuprofeno y
analgésicos, “aunque lo más importante es hidratarse bien para facilitar la eliminación de secreciones
nasales”.

Ambos especialistas dan una serie de consejos para evitar coger alguna de estas dos enfermedades:

-Evitar la exposición al frío o lluvia en estas fechas.

-Lavarse las manos con frecuencia.

-Evitar el contacto, en lo posible, con una persona afectada.

-Ventilar bien la habitación de la persona que tenga el virus.

-Usar pañuelos desechables para evitar el contagio.

-Vacunarse de la gripe durante los meses previos.

RESFRIADO COMÚN
El resfriado común en la mayoría de los casos causa rinorrea o secreción nasal, congestión nasal y
estornudo. Asimismo, es posible que se presente dolor de garganta, tos, dolor de cabeza u otros síntomas.

Causas

Se denomina resfriado común por una buena razón. Hay más de mil millones de resfriados en los Estados
Unidos al año. Probablemente usted y sus hijos tendrán más resfriados que cualquier otro tipo de
enfermedad.

Los resfriados son la razón más común por la cual los niños faltan a la escuela y los padres a su trabajo. Los
padres usualmente contraen resfriados de sus hijos.

Los niños pueden contraer muchos resfriados cada año. Por lo regular los adquieren de otros niños. Un
resfriado se puede propagar rápidamente en escuelas o guarderías.

Los resfriados pueden ocurrir en cualquier momento del año, pero son más comunes en invierno o
en temporadas de lluvias.

Un virus del resfriado se propaga a través de diminutas gotitas aéreas que se liberan cuando una persona
enferma estornuda, tose o se suena la nariz.
Usted puede contraer un resfriado si:

 Una persona con un resfriado estornuda, tose o se suena la nariz cerca de usted

 Usted se toca la nariz, los ojos o la boca después de haber tocado algo contaminado por el
virus, como un juguete o el pestillo de una puerta

Las personas son más contagiosas durante los primeros 2 a 3 días del resfriado. Un
resfriado en la mayoría de los casos no es contagioso después de la primera semana.

INFECCIONES POR RINOVIRUS

Por: Shravani Vundavalli, MD, FAAP

Las infecciones por rinovirus(rhinós significa "nariz" en griego) causan el resfriado común.

Los rinovirus pueden además causar algunas faringitis, infecciones de oído e infecciones
sinusales/sinusitis (aberturas en el hueso cercano a la nariz y los ojos). También pueden
causar neumonía y bronquiolitis, pero esto es menos común.

La mayoría de los niños tienen entre 8 y 10 resfríos durante los primeros 2 años de vida. Si un niño
va a la guardería o pasa tiempo cerca de otros niños resfriados, es probable que tenga aún más
resfriados.

Los rinovirus se contagian fácilmente de una persona a otra. Cuando un niño con infección por rinovirus
tiene goteo nasal, el líquido de la nariz pasa a sus manos y de ahí a las mesas, los juguetes y otros sitios. Es
posible que su hijo toque las manos o la piel de otro niño, o juguetes que tienen el virus, y que luego se
toque los ojos o la nariz, infectándose. También es probable que respire los virus que quedan en el aire
cuando un niño enfermo estornuda o tose.

Aunque su hijo se puede resfriar en cualquier momento del año, estas infecciones son más comunes durante
el otoño y la primavera.

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