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Hart
Capítulo I
Hay que recordar que las tres preguntas son; ¿En qué se diferencia el derecho
de las normas respaldadas por amenazas, y que relación tiene con ellas?, ¿En
qué se diferencia la obligación jurídica de la obligación moral y que relación
tiene con ella?, ¿Que son las reglas y en qué medida el derecho es una cuestión
de reglas?
Capitulo II.
Hay que hacer hincapié en que este concepto de autoridad muchas veces a
obstaculizado los intentos de una explicación fácil de lo que el derecho es
(explicación no una definición).
La forma típica de una ley es general de dos maneras; indica un tipo general
de conducta y se aplica a una clase general de personas de quienes se espera
que adviertan que rige para ellas y que cumplan con lo prescripto.
Este es el primer elemento que se debe agregar al modelo del asaltante para
que reproduzca las características del derecho.
Las normas jurídicas son enunciadas, pero de ningún modo se dirigen a una
persona en particular, o sea no se dan en una situación por decirlo de alguna
forma "cara a cara".
La persona o cuerpo que posibilite esta característica se entiende que debe ser
internamente supremo y externamente independiente. Esa persona o cuerpo
debe ser el soberano u órgano soberano.
Capitulo III.
Según Kelsen existe una unicidad si en el derecho en el sentido de que todas las
normas más que estar hechas para los que incurren en su inobservancia, son
más bien ordenes condicionantes a los funcionarios para que apliquen sanciones.
Todas tienen esta forma: "Si se hace, omite u ocurre algo del género X, entonces
aplique una sanción del género Y". Esta proposición conocida como clausula
condicionante es aplicable también a las normas que confieren potestades, o sea
en ambas existe una consecuencia de la inobservancia de la ley, ya sea la
nulidad o una sanción penal. O sea, ambas establecen condiciones y
consecuencias, mas allá de si las consecuencias puedan ser un castigo o la
invalidez de algo. Y esto solo se logra al entender a las normas que confieren
potestades como "fragmentos" de las normas reales que son las que establecen
una sanción en el sentido de que las primeras al ser sobrepasada su naturaleza
lógicamente deben remitirse a las que establecen una sanción. De aquí se sigue
de que las normas que confieren potestades deban entenderse solo como
clausulas condicionantes y no como normas propiamente tales.
Los dos párrafos anteriores donde se describen dos teorías distintas que buscan
darle uniformidad al derecho se podría decir que deforman las diferentes
funciones sociales que los diferentes tipos de reglas cumplen y es por tanto que
en pos de esa uniformidad pagan un precio demasiado alto por la deformación
que sufre la concepción del derecho.
Primero porque las normas que tienen sanción pueden en verdad ser
indispensables, pero son accesorias, en el sentido de que tales reglas prevén la
quiebra o el fracaso del sistema. Porque el derecho no debe concebirse con
respecto solamente a lo que ocurre en los tribunales, sino que su función
primordial como medio de control social es guiar y planear la vida fuera de
tribunales, por tanto, no debe existir ningún tipo de preponderancia por parte del
derecho penal con respecto a otros tipos de derecho.
Además de esto hay que entender la importancia de las normas que confieren
potestades en el sentido de que son concebidas, aludidas y usadas en la vida
social en forma diferente de las reglas que imponen deberes, y se las valora por
razones diferentes.
Como conclusión del capítulo se puede decir que la característica principal del
derecho es la capacidad de fusionar distintos tipos de normas y por lo mismo el
intentar remitir toda la importancia del sistema a las que meramente tienen un
aspecto coercitivo no es algo acertado, debido a que se dejan de lado las
naturalezas particulares de cada una de ellas.
LA regla, aunque tenga que existir ahora tiene un cierto sentido intemporal en
cuanto a su referencia. o sea, tiene no solo la capacidad de mirar hacia
adelante y referirse al acto legislativo de un legislador futuro, sino que además
puede referirse al acto legislativo de un legislador pasado.
Hobbes da una breve explicación en este respecto diciendo que: "El legislador no
es aquel bajo cuya autoridad la ley fue hecha por vez primera, sino aquel por
cuya autoridad continua hoy siendo ley"
Una solución intermedia generaría ambigüedad, así que Hart dice que: o ambas
son derecho con independencia que haya sido aplicada, o ambas no son derecho
sin haber sido aplicadas.
Limitaciones jurídicas a la potestad legislativa. Existe una teoría que dice
que en todas partes que exista derecho, hay un soberano al cual no se le pueden
atribuir limites en su potestad jurídica. La teoría no sostiene que no hay límites
al poder del soberano, sino únicamente, que no hay límites jurídicos al mismo.
Así el soberano, puede, de hecho, al ejercer la potestad legislativa, hacer
concesiones a la opinión popular, ya porque teme las consecuencias de no seguir
sus dictados, ya porque piensa que esta moralmente obligado a respetarla.
Hay que tener en cuenta que en los estados modernos la potestad legislativa
existente está muy lejos de ser ilimitada, ya que hoy en día en una constitución
no solo se pueden poner limitaciones a la forma o Alos procedimientos de la
legislación, sino que también se pueden excluir materias que no estén bajo lo
que se reconoce como su potestad, es así que además no solo en la actualidad la
potestad legislativa no solo tiene limitaciones de forma, sino que también de
fondo.
En tercer lugar, para demostrar que tenemos ante nosotros un sistema jurídico
independiente, no es menester demostrar que su legislador es jurídicamente
ilimitado o que no obedece habitualmente a ninguna otra persona. Seguir
leyendo pag 101.
Se dice que las dos teorías anteriores son un fracaso, debido a que no toman en
cuenta características esenciales de aun estado moderno.
Las reglas del primer tipo imponen deberes, las del segundo tipo confieren
potestades públicas o privadas.
Hay que ser una distinción dentro de las primarias (ordenes coercitivas) de lo
que significa verse obligado a hacer algo y tener la obligación de hacer algo, en
tanto el primero aduce a una realidad psicológica y el segundo una realidad
más bien fáctica, el error de Austin está en concebir las ordenes solo en el plano
psicológico, en el sentido de que se pueden establecer predicciones o
probabilidades de que una persona haga algo o no, debido a las consecuencias
que conllevara no hacerlo, y no porque sean derecho.
Por tanto se debe hacer una distinción entre los aspectos externos e internos de
una regla, donde los primeros solo expresan una regularidad en la conducta
observada como una acción y reacción, pero no como una razón por la cual se
deba obedecer la regla, mas allá de lo psicológico que genere una reacción
observable, sino de una razón fuera de esa contingencia, y aquí el término
"tener una obligación" se hace realmente manifiesto, mas allá del "verse
obligado a".
Así en la nueva teoría las reglas primarias aparecen como lo que se conoce como
derecho consuetudinario donde la costumbre es lo esencial, estas reglas muy
frecuentes en sociedades primitivas establecen las obligaciones que tienen las
personas, pero no establecen claramente las sanciones que pueden tener si se
infringen tales reglas, es por esto que se hace necesaria la aparición de reglas
secundarias que establezcan criterios y procedimientos para llevar a cabo tales
sanciones y en definitiva refiriéndose a las reglas primarias, es así como se
pueden entender conceptos como legislación y validez de las normas, ya que se
requiere de organismos institucionalizados que centralicen las decisiones y no
"disipen" tales, por el hecho de no tener una verdadera garantía de que se
cumpla con lo establecido. Es así como aparecen criterios de reconocimiento de
las normas primarias y de adjudicación, donde se dice a qué norma se refiere la
norma secundaria y a quien corresponde llevar a cabo el proceso jurídico
propiamente tal.
En el caso de las reglas secundarias, se verá que; donde quiera se acepte tal
regla de reconocimiento, tanto los particulares como los funcionarios tienen
criterios con autoridad para identificar las reglas primarias de obligación.
Como:
-A la práctica consuetudinaria.
Por ejemplo, en el sistema anglosajon a cuál Hart hace referencia, se tiene que el
common law (jurisprudencia) o también la costumbre deben estar subordinados a
la legislación, de ahí que sea algo importante el no confundir los conceptos de
subordinación de reglas con los de derivación.
Por tanto, se hace necesario distinguir entre la ineficacia de una regla particular,
que puede o no afectar su validez, y una inobservancia general de las reglas del
sistema. En este caso obviamente el sistema jurídico no habría existido jamás.
Como dice Hart:
por otro lado: "Se pude decir que una persona que hace un enunciado
interno referente a la validez de una regla particular de un sistema
presupone la verdad del enunciado fáctico externo de que el sistema es
generalmente eficaz".
2. Nuevas preguntas.
En la medida en que las normas que son válidas según los criterios de validez del
sistema son obedecidas por el grueso de la población, esto es sin duda todo
cuanto necesitamos como prueba de que un sistema jurídico existe. Pero
precisamente porque un sistema jurídico es una unión compleja de reglas
primarias y secundarias, esta prueba no es todo lo que se necesita para describir
las relaciones con el derecho implicadas en la existencia de un sistema jurídico.
Ella debe ser complementada por una descripción de la relación relevante de los
funcionarios del sistema con las reglas secundarias que les conciernen en cuanto
funcionarios.
Es así como una corriente formalista o conceptualista del derecho plantea que la
regla general tiene la misma aplicabilidad en todos los casos particulares, y esto
sí que es un error, porque al seguir al pie de la letra lo que die la regla,
basándose en lo que más la caracteriza (generalmente), se establece una
definición rígida de tal regla, por tanto, con una capacidad de predictibilidad
sobre
la aplicación de la regla, pero de una oscuridad obvia, en cuanto el aplicarla de
tal manera se contraponga a las exigencias sociales y del contexto en el que la
norma se desarrolle, es por esto que el sistema en que se les da importancia
además a los casos indeterminados es indispensables, ya que esta
indeterminación genera una flexibilidad de la regla, lo que la hace capaz de
acomodarse a las exigencias reales que tenga la gente, y no caer en un
formalismo que no tome en cuenta la real necesidad de una interpretación
distinta.
Es así como la rigidez de las clasificaciones entrara de ese modo en conflicto con
los propósitos que nos animan al tener o preservar la regla.
Por esto es que se hacen tan necesarias las decisiones oficiales, en el sentido de
que como los extremos sobre la aplicación de una regla son fácilmente
definibles, por ejemplo cuando la legislación establece que se debe pagar un
precio justo, existe una determinación de extremos donde ciertamente se sabrá
lo que pueda considerarse justo o injusto en las circunstancias dadas, pero los
casos de la realidad no están en los extremos sino que en el centro y es por esto
que se requiere que el cuerpo administrativo u oficialidad elabora la regla
especifica (del valor que sería justo pagar) en forma discrecional, y que no
cupiera la posibilidad de tratar el problema que crean los casos diversos como si
hubiera una única respuesta correcta, es decir, una solución que no sea un mero
compromiso razonable entre muchos intereses en conflicto.
Cuando la esfera a controlar es tal que resulta imposible identificar una clase de
acciones específicas que uniformemente deban ser realizadas u omitidas, y
convertir esas acciones en objeto de una regla simple, aunque el conjunto de
circunstancias, si bien muy variado, incluye características familiares de la
experiencia común. Es aquí donde pueden ser objeto de la decisión de un
tribunal, capaz de discernir la regla a aplacar más adecuada. Esto se conoce
como segunda técnica.
Hay casos en los que no cabe una discusión para definir un standard variable en
un momento, generalmente porque un elemento de la acción o lo que la regla
establezca con respecto a ella es más fuerte que otros factores, por ejemplo en
el caso del homicidio, donde si bien existe la legitima defensa y otros casos, no
son más que casos excepcionales, pero lo realmente importante es que el hecho
de matar de por si es un hecho que opaca con fuerza otros factores que
pudiesen considerarse, por tanto, aquí la autoridad debe establecer
reglas específicas claras y no dar espacio al sopesa miento de otros
factores que puedan influir en la decisión.
Hay que hacer una distinción cuando se habla de una omnipotencia legislativa,
pueden haber de dos tipos continuada y comprensiva, la primera dice relación
con el hecho de que un parlamento es capaz de quebrar en algún momento su
propia omnipotencia o ilimitación en el sentido jurídico, y en el caso de la
comprensiva, donde por el hecho de ser un parlamento omnipotente tenga la
capacidad de autolimitarse o destruir esa omnipotencia.
Se debe tener claro que la relación existente entre justicia y derecho, y justicia y
moral de partida no es la misma, el concepto de derecho se distingue pues, por
los términos de justicia y equidad (equidad también en un sentido general, lo
que es característico del derecho) de equidad en las decisiones más allá del
análisis moral, además debe distinguirse dentro de esto el proceso
indemnizatorio que pretende llegar a un equilibrio.
Se hace presente una regla que dice que hay que tratar los casos semejantes de
similar manera y los casos diferentes de diferente manera (en pose de la
equidad), el asunto está en determinar las semejanzas y diferencias, la
semejanza aparece como una característica sobresaliente de la generalidad del
derecho. Por tanto, nuestro concepto de derecha estaría constituido de esos dos
elementos: tratar los casos semejantes de la misma manera, ver en qué medida
se pueden determinar tales semejanzas o a través de ella también se puedan
determinar las diferencias.
Ahora mas allá de las semejanzas y diferencias en los casos, se hace necesario
el análisis de la determinación de semejanzas y diferencias en las propias reglas
y aquí es donde se entra en debate, por ejemplo, aquí se discute que es lo que
se puede considerar un homicidio o no, y entran en juego características
relevantes para poder definir la norma jurídica en tanto capaz de mantener un
carácter general y equitativo.
Mas allá de a quienes es imperado el derecho hay otro aspecto fundamental que
dice relación con el establecimiento de compensaciones por un acto ilícito, en
donde también deben barajarse conceptos de semejanza y diferencia entre los
casos existentes, del siguiente modo: "De modo que cuando las normas
jurídicas acuerdan compensación en los casos que la justicia la reclama, ellas
reconocen indirectamente el principio de "tratar los casos semejantes de la
misma manera" al disponer que se restablezca el statu quo moral en el que la
víctima y el transgresor se encuentran en un pie de igualdad.
Hay casos en que el restablecimiento del estatus quo es superado, por una
intención de bienestar social, mas allá de haber restablecido la igualdad, en este
caso lo moralmente valido estaría en discordancia con lo que se entiende por
justo.
Se podría decir que las reglas morales y jurídicas de obligación y deber tienen,
pues, ciertas notables semejanzas que bastan para mostrar que su vocabulario
común no es accidental. tales semejanzas pueden ser resumidas como sigue.
Unas y otras reglas son concebidas como obligatorias con independencia del
consentimiento del individuo obligado y están sustentadas por una seria presión
social en procura de la conducta regular; el cumplimiento de las obligaciones
morales y de las obligaciones jurídicas no es considerado digno de encomio, sino
una contribución mínima a la vida social, que ha de tomarse como cosa
corriente. Además, tanto el derecho como la moral incluyen reglas que rigen la
conducta de los individuos en situaciones que se repiten constantemente a lo
largo de la vida, y no en ocasiones o actividades especiales, y aunque ambos
pueden incluir mucho de lo que es peculiar a las necesidades reales o
imaginadas de una particular sociedad, tanto el derecho como la moral formulan
exigencias que, obviamente, tienen que ser satisfechas por cualquier grupo de
seres humanos para poder convivir. Por ello es por lo que en ambos hallaremos
algún tipo de prohibición de la violencia a las personas o a la propiedad, y
algunas exigencias de honestidad y veracidad. Sin embargo, a pesar de estas
semejanzas, a muchos les ha parecido evidente que hay ciertas características
que el derecho y la moral no comparten, aunque en la historia de la teoría
jurídica se ha comprobado que ellas son muy difíciles de formular.
3. Ideales morales y crítica social. Otra cosa que puede distinguir a la moral
es que es capaz de superar las obligaciones y deberes y constituirse en
ideales morales, por ejemplo, en el caso de un héroe que realiza una acción
digna de alabanza, en donde nadie le exigió hacerla, por tanto, si no lo
hiciera tampoco sería algo incorrecto o censurable.