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Ensayo: Política, Políticas Educativas e Incidencias en la Misión de la Institución

Universitaria ITSA.

Por: Iván Márquez Díaz. 2019

Teniendo en cuenta las últimas tendencias en toma de decisiones en materia de educación por

parte de los gobiernos a nivel nacional y mundial desde finales del siglo pasado y de las dos

primeras décadas del presente, de la implementación que se ha venido dando de éstas, de sus

implicaciones en materia de acceso, pertinencia y calidad; y a la luz del análisis de diversas

concepciones entorno al significado de política, es posible considerar que este concepto de

carácter multidimensional puede contener variadas interpretaciones de acuerdo a los diferentes

contexto en los que ha vivido el ser humano y a sus relaciones con las problemáticas que ha

tenido que resolver a lo largo de la historia.

De acuerdo a lo anterior, se puede afirmar que la política está referida a los lineamientos,

procedimientos y formas de actuar adoptados por grupos o individuos que suponen, son los

pertinentes para dar solución a una problemática o a una situación con un propósito de beneficio

social, pero también las políticas amparadas en los principios, valores y manifestaciones

consagradas dentro de los derechos humanos, representan las presunciones de grupos de líderes

políticos que consideran lo que es más beneficioso para las personas en una sociedad, tomando

posturas que obedecen a estándares, orientaciones de organismos, comunidades nacionales e

internacionales, estudios de organizaciones mundiales y que son adoptados y a veces adaptados a

los intereses partidarios, agrupaciones políticas o de un gobierno en general, dentro de un marco

de necesidades sociales y económicas.

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Acorde a lo anterior, este concepto está fuertemente alineado con las normatividades que

proceden de un gobierno al establecer leyes, decretos, estándares y lineamientos, los cuales son

acompañados en ocasiones, de proyectos y programas para su implementación. En este sentido

analizo de manera especial que, en los asuntos de política educativa, existe una alta dimensión

normativa y de implementación con sesgos de improvisación, con un carácter regulatorio y con

mecanismos que se definen para tal fin y que incluyen seguimiento, evaluación y aplicaciones

sancionatorias en ocasiones.

La anterior concepción de política, considero que está plenamente identificada en la

Institución de educación superior en donde laboro, la Institución Universitaria – ITSA, la cual es

una Institución de carácter oficial y de orden departamental que ofrece programas académicos en

los niveles técnico, tecnológico y profesional universitario en un enfoque por ciclos

propedéuticos, bajo un esquema de formación basada en competencias en modalidad presencial y

que para ofrecer dichos programas se debe regir por condiciones de calidad que contemplan

indicadores y especificaciones que se deben cumplir en los aspectos académicos, administrativos

y financieros.

La creación de los programas académicos se siguen por normatividades como la Ley

1188 del año 2008 y el Decreto 1295 del 2010 (anteriormente decreto 2566 de 2003) que

reglamenta los registros calificados, la oferta y desarrollo de programas académicos de

educación superior de que trata la Ley 1188, en las cuales se aprecia una marcada influencia de

políticas transnacionales de finales del siglo pasado y comienzos del siglo XXI, relacionadas con

la globalización y el desarrollo de capital humano.

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Dentro de los aspectos normativos por ejemplo se contempla que los programas

desarrollados por ciclos propedéuticos deben presentar una denominación acorde con los

contenidos y con los perfiles, pero además dicha denominación debe ser diciente del nivel a que

corresponde, es decir una denominación bien específica que haga referencia al quehacer

profesional especializado en una determinada área disciplinar. En este sentido dicha política

está atendiendo a los postulados de diversificación en la oferta de programas, tal como se expone

en las propuestas que sobre diversificación estipuló la Declaración Mundial sobre Educación

Superior como un medio para reforzar la igualdad de oportunidades.

Por otra parte, el programa académico debe definir sus competencias basado en los

resultados de las mesas sectoriales, o de estudios prospectivos, de los planes de desarrollo local,

regional y nacional o de estudios propios de la institución llevados a cabo al sector productivo de

la región en donde se ofrecerá el programa. Los dos lineamientos políticos anteriores, se

corresponden con los modelos políticos de los países de la unión europea, como los establecidos

en los Acuerdos de Bolonia y en la “Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el

Siglo XXI: Visión y Acción y Marco de Acción Prioritaria para el Cambio y el Desarrollo De La

Educación Superior”, en donde por una parte se estipula en su artículo 7 que “En su calidad de

fuente permanente de formación, perfeccionamiento y reciclaje de profesionales, las instituciones

de educación superior deberían tomar en consideración sistemáticamente las tendencias que se

dan en el mundo laboral y en los sectores científicos, tecnológicos y económicos, así mismo

estipula en su artículo 8 que:

Para alcanzar estos objetivos, puede ser necesario reformular los planes de estudio y

utilizar métodos nuevos y adecuados que permitan superar el mero dominio cognitivo de

las disciplinas; se debería facilitar el acceso a nuevos planteamientos pedagógicos y

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didácticos y fomentarlos para propiciar la adquisición de conocimientos prácticos,

competencias y aptitudes para la comunicación, el análisis creativo y crítico, la reflexión

independiente y el trabajo en equipo en contextos multiculturales.

Así mismo esta forma de educación especializada entra en consonancia con los resultados

de la Comisión Delors (“La educación encierra un tesoro”), en la que brinda en su informe

(Informe de Unesco, 1996) que “la oferta de tipos de formación muy especializados y adaptados

a las necesidades de la vida económica y social, es una de las cuatro funciones a desarrollar por

las Instituciones de Educación Superior”, de esta manera la Institución aplica dicha política como

un compromiso adquirido para formar individuos competentes para un entorno global cambiante.

De igual manera estas políticas emanadas en normas como las presentadas, descansan

sobre teorías económicas como la teoría de capital humano de Shultz y Becker, 1975 y en donde

la educación es vista como un “sector económico ya que afecta el empleo, la producción, la

competitividad o los productos” y en ese sentido “las políticas educativas serán siempre también

una política económica consciente e inconscientemente”. Inmersas en estas teorías está la

“negación del carácter homogéneo de la fuerza de trabajo y la asignación de una productividad

diferenciada en función de su formación y experticia”.

Adicionalmente la normatividad (Decreto 1295 de 2010) contempla que cada programa

académico debe poseer una forma de organización de sus actividades de formación, bajo ciertos

parámetros de asignación en créditos académicos, de acuerdo a la modalidad de formación

(presencial, a distancia o virtual), a las áreas de conocimiento y de otras especificaciones

estipuladas en dicha norma, es decir presentan una intención de homogenizar los tiempos de

impartición de los módulos o asignaturas y por ende de las distintas disciplinas y de esta manera

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facilitar procesos de movilización, transferencia y homologaciones, entre diversas instituciones

nacionales e internacionales, como lo estipulado en el convenio Andrés Bello, del cual hacen

parte países como Bolivia, Venezuela, Ecuador, Perú y Colombia, y en el que se promueven

procesos de movilización y convalidación de estudios de carácter científico, técnico y

profesional y el desarrollo de programas multinacionales de investigación, innovación y

transferencia tecnológica.

Adicionalmente podemos evidenciar el enfoque de política planteado en el Proyecto

Educativo Institucional, el cual recoge en gran medida en sus diversos ejes, los lineamientos

misionales que conforman la razón de las ITT en el país. Lo anterior se puede evidenciar en los

siguientes planteamientos que conforman el eje de “Políticas en Educación” de la Institución:

La Institución Universitaria – ITSA, asume la Educación como un proceso de formación

integral por ciclos propedéuticos basada en competencias, contribuyendo con el desarrollo social,

económico y productivo de la Región Caribe.

De acuerdo a lo anterior la IU ITSA:

- Consolida el modelo de formación por ciclos propedéuticos basado en competencias con

altos estándares de calidad.

- Fomenta la formación integral de los estudiantes para que asuman los retos de la vida y

del trabajo.

- Mantiene una oferta de programas académicos pertinentes con las necesidades del

entorno.

- Desconcentra la oferta educativa para generar oportunidades de desarrollo de la Región

Caribe.

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- Promueve la articulación de la educación técnica y tecnológica con la educación media.

- Fomenta la inclusión de población minoritaria.

Se puede ver en cada uno de estos elementos de política una completa sintonización con

las políticas planteadas a nivel de Europa a finales del siglo pasado. En ese sentido la formación

por ciclos propedéuticos basada en competencias toma fuerza a partir de la Declaración de

Bolonia en donde los países europeos decidieron reformar su sistema de educación superior para

crear la convergencia total y poder mitigar problemas de índole socioeconómico comunes en

estas naciones. De este documento de política, surge el denominado Proyecto Tuning, el cual

tiene gran influencia en las decisiones en materia de educación en Latinoamérica.

Este proyecto aborda varias líneas de acción del Acuerdo de Bolonia, como la adopción

de un “sistema de titulaciones fácilmente reconocibles y comparables, la adopción de un sistema

basado en dos ciclos y el establecimiento de un sistema de créditos”. El proyecto propone

“determinar puntos de referencia para las competencias genéricas y las específicas de cada

disciplina en los primeros y segundos ciclos”; aspectos que son tenidos en cuenta en el proyecto

Alfa – Tuning para Latino América y en el que un grupo de universidades de países

latinoamericanos consideran que las necesidades de compatibilidad, de comparabilidad y de

competitividad de la educación superior, es un asunto también de Latino América.

Igualmente, estas necesidades implicaban que los procesos de globalización que de

manera vertiginosa ya se estaban dando, exigieran que la movilidad de estudiantes estuviera

garantizada por unos currículos compatibles, fiables, en síntesis, estandarizados. Por esta razón

dentro de la normatividad colombiana (Decreto 1295) se adoptó como condición para la apertura

de un programa dar cuentas a través de un estudio o análisis de comparabilidad, de aspectos

comunes del programa (por ejemplo: la denominación, las áreas disciplinares, los perfiles

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profesionales, competencias específicas y genéricas, número de créditos por área disciplinar) que

se pretende ofertar con otros existentes a nivel nacional e internacional.

La propuesta del Proyecto Tuning y Alfa Tuning, como bien se observa tuvieron gran

influencia en la adopción del enfoque de formación por ciclos propedéuticos, sin embargo, en

este enfoque de formación, están implícitamente arraigadas las teorías de desarrollo de capital

humano. Lo anterior se puede evidenciar desde los mismos objetivos de creación de la

Institución a través de la Ley 391 de 1997 por el Congreso de la República, los cuales establecen

“Ofrecer carreras tecnológicas que contribuyan al desarrollo industrial, agropecuario, social,

ecológico y económico de la región” y “Contribuir a fortalecer la formación de recursos

humanos en materia de ciencia y tecnología para brindar mejores oportunidades de trabajo a las

juventudes del departamento del Atlántico y de la Costa Caribe”.

Estas teorías establecen, según Adam Smith, que “los gastos educativos públicos se

justifican por su utilidad en la promoción de su capacitación para hacerlos más productivos” y de

igual manera formula que una “sociedad se enriquece a medida que los individuos se

enriquecen”, concepto que se traslada estableciendo una correlación entre la educación

individual y la producción global. Pero fue Shultz (1960) en su teoría de capital humano quien

define el gasto en educación y en los centros de trabajo como inversión en capital humano. De

esa manera muchas de las políticas neoliberales asumidas en materia de educación superior en

nuestro país, beben de estas teorías y fomentan la formación aplicada para el trabajo.

De esta manera, los ciclos propedéuticos que nacieron en el primer lustro de este siglo, es

una evidencia de dichas concepciones debido a que el estudiante, en este tipo de formación, tiene

salidas parciales al mercado laboral entre un nivel y otro, es decir en la Institución, el estudiante

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como requisito de grado del nivel técnico tiene que realizar una práctica empresarial de mínimo

520 horas, correspondientes a 12 créditos académicos; el mismo requisito se da en el nivel

tecnológico y al finalizar el nivel profesional. Esto representa para el estudiante una gran

experiencia laboral equivalente a un (1) año, rápida vinculación al mundo laboral, minimización

en tiempos de formación, bajos índices de deserción y niveles inferiores de pérdida de tiempo y

recursos, en contraposición a cuando la formación se realiza en un solo bloque (ocho (8) a diez

(10) semestres en forma continua), como tradicionalmente ha venido ocurriendo.

Por último, las políticas relacionadas a la articulación de la educación media con la

educación superior, contempladas en la ley 749 en la cual se organiza el servicio prestado por

este tipo de instituciones técnicas y tecnológicas y que fue acogida por la IU ITSA formalmente

desde el año 2007, ya se habían planteado en la “Declaración Mundial Sobre La Educación

Superior en el Siglo XXI” de octubre de 1998 encontrándose también en la línea de desarrollo de

capital humano y las teorías planteadas anteriormente.

Esta política se ha desarrollado más en una dimensión práctica que normativa, pues ha

encontrado muchos adeptos que ha sido acogida en gran medida por las instituciones de

educación media, ajustándose dicho modelo, a través de la práctica e iniciativas de instituciones

como la IU ITSA que ha sido referente a nivel nacional en el orden práctico (dentro de un

modelo educativo, administrativo y financiero) y normativo, en donde ha sido importante el

apoyo financiero de los municipios, distritos y gobernaciones en la formación de perfiles

específicos que permitan vincular a los jóvenes al mundo del trabajo o para generar sus propias

unidades productivas.

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También se ha dado el apoyo de otros actores a través de proyectos o alianzas que se han

impulsado desde el Ministerio de Educación Nacional, siendo imperativa la participación de

clústeres específicos productivos y empresariales, el SENA, las cámaras de comercio,

incubadoras de empresas, universidades y centros de educación media de la región en donde se

ofertan los programas. En ese sentido la Institución ha manejado y aún maneja Alianzas como la

Alianza Minero Energético, La Alianza Turismo, La Alianza Portuaria y Logística, con la

participación de los actores mencionados pudiendo de esta manera, dar salida laboral y certificar

laboralmente a una gran cantidad de jóvenes en el Departamento del Atlántico y algunos

municipios de otros departamentos.

En conclusión los procesos de globalización con propósitos de apertura económica son un

marco clave de decisiones políticas en el ámbito académico de las Instituciones de Educación

Superior, que han influido en la formulación de postulados por parte de organismos

internacionales, en el diseño de políticas a nivel latinoamericano y a nivel nacional con

tendencias neoliberales, a través de leyes, decretos y acuerdos, que junto con la conformación de

organismos como CONACES y el CNA regulan su cumplimiento, obligando a las instituciones

como la IU ITSA, a implementar diversos procesos en el marco de un sistema de calidad, para

diseñar y desarrollar programas académicos, hacerle seguimiento, evaluación de procesos,

establecer acciones de mejora y realizar rendición de cuentas al estado y la sociedad en general.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Convenio Andrés Bello de Integración Educativa, Científica y Cultural de los Países de la

Región Andina. República de Venezuela. Edición del Ministerio de Educación.

Declaración Mundial sobre la educación superior en el siglo XXI: Visión y Acción y Marco de

acción prioritaria para el cambio y el desarrollo de la educación superior. Conferencia

Mundial sobre la Educación Superior, 9 de octubre de 1998.

Declaración de Bolonia y Proyecto Tuning. Universidad Libre – Rectoría Nacional – Escuela de

Formación para Docentes Universitarios.

www.unilibre.edu.co/escueladocentesuniversitarios.

Decreto No 1295 del 20 de abril del 2010. Ministerio de Educación Nacional de Colombia.

Ley 749 de Julio 19 del 2002. Congreso de Colombia.

Ley 391 de Julio 23 de 1997. Congreso de Colombia.

Ley 1188 del 25 de abril del 2008. Congreso de la República.

Marco de acción prioritaria para el cambio y el desarrollo de la educación superior. Unesco.

Disponible en http://www.educación.unesco.org/educprog/wche/presentación.htm,

febrero 1999.

Proyecto Educativo Institucional de la Institución Universitaria – ITSA. Soledad, noviembre de

2016.

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Rama, Claudio. Curso de Teoría de la Economía de la Educación Superior. Universidad de la

Empresa (UDE). Montevideo, 2008. Disponible en

http://es.slideshare.net/claudiorama/economa-de-la-educacion-superior.

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