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“AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCION E IMPUNIDAD”

UNIVERSIDAD CATÓLICA LOS ANGELES DE CHIMBOTE

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

TEMA: ESTUDIO DEL MERCADO

ALUMNA:

ASIGNATURA: CONSUMIDOR

CICLO - SECCION:

DOCENTE:

Ayacucho,1 de julio del 2019

EL ESTUDIO DEL MERCADO


Con el estudio del mercado tratamos de averiguar la respuesta del mercado ante un producto o

servicio, con el fin de plantear la estrategia comercial más adecuada.

El mercado se puede entender como un lugar donde se realizan intercambios, pero en este caso,

desde una óptica comercial, utilizaremos este término como el conjunto de compradores y

vendedores de un producto o servicio. En el mercado existe una gran cantidad de productos

similares producidos por distintas empresas. Pero ¿por qué los productos de unas empresas

tienen más éxito que los de otras? y ¿cuál es la causa de que unas empresas vendan más que

otras? Para poder dar respuestas válidas a estas y otras preguntas, es necesario analizar los

elementos básicos que integran el mercado. En primer lugar, definiremos el producto; luego, el

precio, y, por último, a quién y cómo se le ofrecerá. También debemos conocer los productos

similares que existen en el mercado: su precio, sus características, etc.

Las conclusiones que obtengamos del análisis de estos elementos nos permitirán cono- cer las

posibilidades de nuestro producto y planificar la actividad comercial. Para empezar es necesario

aclarar algunos términos o conceptos importantes por su frecuente uso en estudios de mercado:

Necesidad, Demanda, Oferta, Intercambio, Mercado Y Marketing.

El mercado son los compradores reales son los que compran un determinado producto (por ejemplo,

los usuarios de teléfonos móviles), y los potenciales, los que pueden llegar a adquirirlo (los que

actualmente no lo usan pero podrían hacerlo).El tamaño del mercado de un producto es la cantidad

vendida durante un periodo determinado en un área geográfica concreta, medida en unidades físicas

o económicas. Esta definición se corresponde con lo que se llama mercado actual. Por ejemplo, el

tamaño del mercado de coches en Cantabria del año 2008 es la suma de todos los coches vendidos

durante ese año en la comunidad. La estructura del mercado viene determinada, además de por los
aspectos del entorno general, por los agentes que actúan en él, que son: Fabricantes de bienes y

prestadores de servicios y los Intermediarios

Aquí es donde la estructura del mercado ósea la empresa ha de orientar las acciones comerciales

hacia los posibles compradores. Para que estas acciones tengan una eficacia máxima, habrá que

conocer a los posibles compradores y dirigirse a ellos de la manera más directa posible. El mercado

meta está compuesto por el grupo de compradores potenciales que se intenta convertir en clientes.

Para determinar el mercado meta de la empresa es necesario realizar de antemano una segmentación

del mercado, que consiste en dividir el mercado en grupos de comprado- res con características

similares. A cada uno de estos grupos se les denomina segmento de mercado. La segmentación se

puede hacer según diferentes criterios:

Geográficos, Demográficos, Personales, Familiares, Psicológicos y Conductuales, para que nos sea

más fácil vender nuestro producto, conviene que conozcamos bien algunas de las características de

nuestros posibles clientes: cómo son, dónde viven, cuánto ganan, qué gustos tienen, etc.

Una parte de esta información la obtenemos cuando seleccionamos los segmentos de mercado a los

que quiere dirigirse la empresa, pero hay que completarla. Debemos analizar cómo es la necesidad

que sienten por nuestro producto y qué piensan hasta que deciden comprarlo, incluso después de

haber tomado la decisión de compra.

Un aspecto importante sobre los consumidores es que siempre demandarán y tratarán de adquirir,

con los recursos que poseen, los productos que ellos crean que satisfacen mejor sus necesidades.

¿Qué debemos saber de nuestros clientes?

Nos interesa conocer el comportamiento de los consumidores, los factores que influyen en ellos y

el proceso que siguen para realizar su compra y decidirse por un producto u otro.
De esta forma, la empresa sabrá en qué medida responderá el consumidor a los distintos estímulos

comerciales. Los principales aspectos que hay que valorar son:

Quién decide, quién compra, quién paga y quién consume. Cuando no lo hace todo la misma

persona, hemos de tener en cuenta a las diferentes personas que intervienen: quiénes y cómo son,

qué valoran, etc. Qué se compra y por qué. Se puede elegir un producto en función de sus

características, calidad, imagen de marca, etc. Por ejemplo, un bolígrafo sencillo es un material de

escritura; pero uno de lujo es, además, imagen, prestigio, calidad. Para tener una idea de las

posibilidades de éxito de nuestro producto, debemos conocer muy bien quiénes son nuestros

competidores más cercanos y cómo desarrollan su actividad, cómo son los productos que ofrecen, a

qué precio los comercializan, qué aceptación tienen en el mercado, etc. Con estos datos nos resultará

más fácil tomar decisiones sobre nuestros propios productos y su situación en el mercado.

Para poder hacer un estudio de mercado es necesario recopilar toda la información que se pueda

obtener en relación con el mismo. Existe una gran variedad de informes monográficos, datos

estadísticos, estudios de organismos públicos y asociaciones, etc., que están a disposición de

cualquiera que los necesite, además de la información que puede obtenerse en la red, que día a día

aumenta exponencialmente. Una vez elegidas las posibles fuentes de datos, hemos de valorarlas,

teniendo en cuenta los siguientes aspectos: grado de fiabilidad, origen de la fuente, grado de

obsolescencia y validez contrastada.

MARKETING ESTRATÉGICO Y MARKETING MIX

El marketing estratégico trata de conocer las necesidades actuales y futuras de nuestros clientes,

localizar nuevos nichos de mercado, identificar segmentos de mercado potenciales, valorar el

potencial e interés de esos mercados, orientar a la empresa en busca de esas oportunidades y diseñar

un plan de actuación que consiga los objetivos buscados.


Las empresas, en función de sus recursos y capacidades, deberán plantearse las estra- tegias de

marketing que les permitan adaptarse a dicho entorno y conseguir ventajas respecto a la

competencia. Así pues, el marketing estratégico es indispensable para que la empresa pueda no solo

sobrevivir, sino posicionarse en un lugar destacado en el futuro.

El plan de marketing proporciona una visión clara del objetivo final y de lo que se quiere conseguir

en el camino hacia la meta, a la vez que informa de la situación y posicionamiento en que nos

encontramos, marcándonos las etapas que se han de cubrir para su consecución. Además, nos

proporciona información sobre el tiempo que debemos emplear para cubrir cada etapa, qué personal

debemos destinar para alcanzar la consecución de los objetivos y de qué recursos económicos

debemos disponer. Una de las herramientas más utilizadas por los especialistas de marketing para

alcanzar las metas fijadas dentro de su gestión comercial es el llamado marketing mix.

El marketing mix utiliza la combinación o mezcla (mix) de cuatro de las variables del marketing

para alcanzar las metas fijadas. Estas variables son: producto, precio, distribución y promoción,

cuyas iniciales en inglés (product, Price, place y promotion) han dado nombre a la teoría de las

«cuatro pes». Algunos autores hacen girar toda la estrategia del marketing dentro de la empresa

sobre la combinación y clasificación de estas cuatro variables en la decisión comercial. Pero existen

otras variables que también son de gran importancia en la actividad del marketing dentro de la

empresa.

Donde el producto para tener el máximo de posibilidades de éxito en la venta de nuestro producto,

debemos seguir una serie de pasos previos a la comercialización del mismo: analizar el mercado,

determinar las necesidades no satisfechas en él y, finalmente, considerar qué recursos y limitaciones

tenemos. El producto es el primer instrumento con el que cuenta la empresa para diseñar su política

comercial, y es el punto de partida de la gestión comercial. Generalmente, el éxito comercial de las


empresas sólidamente instaladas en el mercado está ligado a la oferta de buenos productos. Esto

no quiere decir que un buen producto sea una garantía total de éxito, pero sí que un mal producto

es la peor base para una buena gestión comercial. Todas las decisiones que tomemos sobre el

producto deben tener como finalidad proporcionar al mercado al que queremos dirigirnos el

producto que este demanda.

En todo producto podemos establecer tres niveles diferentes:

Producto básico. Es la esencia del producto, la necesidad que espera satisfacer el consumidor. Por

ejemplo, cuando una persona compra un coche está comprando un medio de locomoción, producto

formal que es el producto básico cuando se transforma en algo tangible. Por ejemplo, un ordenador

o un coche. Tiene unas cualidades en las que se fijará el consumidor para tomar una decisión, el

producto ampliad nos dice que el producto formal al que se le añaden otras ventajas asociadas a su

compra, como puede ser entrega a domicilio, servicio posventa, facilidades de financiación, etc.

Podemos hacer distintas clasificaciones según la característica que tengamos en cuenta:

En función de su tangibilidad se encuentran los bienes que son objetos físicos, que se pueden tocar

que pueden ser Duraderos o no duraderos ya que se agotan al usarlos también está de servicios. Son

actividades que, sin ser objetos materiales, satisfacen una necesidad del mercado. No se pueden

separar de la persona o máquina que lo suministra; por ejemplo, la reparación de un automóvil

necesita la presencia de un mecánico.

Según su finalidad están las de consumo que son los que compran los consumidores particulares

para su uso personal, Industriales ya que son los que compran las empresas para sus actividades

productivas o comerciales. Puede ocurrir que un mismo producto sea a la vez de consumo e

industrial, según el fin con el que se adquiera. La fruta puede ser adquirida por una persona para

comerla, o por una empresa que se dedica a la fabricación de mermeladas


Las características de los productos una vez definido el producto y establecidos los distintos niveles

y tipos que hay, ve- remos los factores que lo diferencian de los de la competencia. Los principales

son la marca, el embalaje y el producto ampliado: donde se encuentra la marca que nos permite

identificar los productos y diferenciarlos de otros similares. En la mar- ca distinguimos el nombre,

que es la parte pronunciable, y el logotipo, es decir, un grafismo que la distingue. El nombre debe

contener toda la información posible sobre el producto y sus características. Además, se debe poder

memorizar y pronunciar fácilmente.

La elección de una marca es una decisión importante, y antes de decidirse habrá que valorar el

impacto que pueda tener sobre el mercado y el coste que supone la elaboración y el registro de la

marca sinse también está el envase. Tiene como finalidad facilitar el transporte, el almacenaje y la

conservación de los productos, pero también permite diferenciar unos productos de otros. Deben

tomarse decisiones sobre el tamaño, color, forma, materiales y coste del envoltorio. En muchas

ocasiones, esta es una característica decisiva para el cliente.

Todos los productos tienen un ciclo de vida: aparecen en el mercado, se desarrollan de diversas

formas y terminan desapareciendo en el momento en que aparece un nuevo producto que satisfaga

mejor las necesidades del consumidor, o simplemente porque los consumidores cambian de gusto o

de necesidades en el ciclo de vida del producto pasa por las siguientes etapas: Introducción,

crecimiento, madurez y declive.

Aquí también se encuentra el precio es donde las empresas que van a instalarse en un mercado tienen

que determinar el precio que van a aplicar a su producto o ser- vicio. El precio es una de las variables

del marketing en la que se puede intervenir con mayor rapidez y que produce un efecto inmediato

en los demandantes del producto o servicio ofertado. En la política de precios de una empresa

influyen muchos factores: los precios de la competencia, los costes de producción y


comercialización y los clientes. Existen diferentes métodos de fijación de precios, dependiendo del

criterio que tenga en cuenta la empresa: Basado en los costes que consiste en añadir al coste del

producto la ganancia que en principio se quiera obtener por su venta. La ganancia será un

porcentaje sobre el coste o sobre el precio del producto y variará según el resto de los condicionantes

de la empresa. Deben considerarse también la demanda y la competencia. Este método requiere un

buen análisis de costes, pero no todas las empresas saben qué costes tienen y cómo cambian a medida

que aumenta la producción, el de basado en el comprador se toma como referencia la percepción

que el comprador tenga del valor del producto. Si la empresa cobra por su producto más de lo que

los compradores están dispuestos a pagar por él, venderá menos; y si cobra por debajo de ese valor

de referencia, venderá más, pero obtendrá menos ingresos por unidad, el de basado en la

competencia consiste en estudiar los precios de la competencia. La empresa tiene tres posibilidades:

fijar un precio igual al de la competencia, menor o mayor. Normalmente, las empresas con más

cuota de mercado suelen tener precios similares y las pequeñas suelen seguir al líder, variando sus

precios cuando lo hace aquel.

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