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“Año del Diálogo y la Reconciliación Nacional”

FACULTAD : Derechos Y Ciencias Políticas

CURSO : Derecho Procesal Civil II

DOCENTE : MONTALVAN HURTADO, VICTOR HUGO

CICLO : VII

RESPONSABLES : García Flores, Elizabeth Mayumi

Tingo María – 2019


INDICE
Nº Pag.

DEDICATORIA ........................................................................................................................... 3

AGRADECIMIENTO ................................................................................................................... 4

INTRODUCCION ........................................................................................................................ 5

CASACION 2228_2008 LAMBAYEQUE – PRESCRIPCION ADQUISITIVA DE DOMINIO ..... 9


I. MATERIA DEL RECURSO ..................................................................................... 9
II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO ......................................................................... 9
III. DE LA CONVOCATORIA AL PLENO CASATORIO ............................................... 10
IV. CONSIDERACIONES ............................................................................................. 10
A. De la contravención a las normas que garantizan el derecho de
un debido proceso............................................................................................. 11
a.1.- El debido proceso: aspecto formal y sustancial ....................................... 11
a.2.- De la motivación de las resoluciones ....................................................... 12
B. De la posesión, la propiedad y otras instituciones afines ................................. 13
b.1.- La posesión .............................................................................................. 13
b.2.- Formas de adquirir la posesión ................................................................ 13
b.3.- La Coposesión ......................................................................................... 14
b.4.- Clases de posesión .................................................................................. 14
b.4.1.- Posesión mediata e inmediata ......................................................... 15
b.4.2.- Servidor de la posesión .................................................................... 15
b.5.- La propiedad ............................................................................................. 15
b.6.- Derecho de habitación .............................................................................. 15
b.7.- Derecho de uso y arrendamiento ............................................................. 15
b.8.- Usucapión: Fundamentos y efectos ......................................................... 16
b.9.- Situación jurídica sustancial y procesal de los demandantes .................. 17
C. De la interpretación errónea de una norma de derecho material ..................... 17
D. De la inaplicación de normas de derecho material ........................................... 17
V. FALLO ..................................................................................................................... 18
VI. CONCLUSION ........................................................................................................ 19
VII. WEBGRAFIA ........................................................................................................... 20

DEDICATORIA

Esta monografía está dedicada a nuestros ya que gracias a ellos puedo estar en esta linda institución y poder aportar con

mis conocimientos

mis profesores, por confiar en mi crecimiento académico y desarrollo profesional desde los inicios de mi carrera profesional.
AGRADECIMIENTO

Agradezco a Dios por darme la salud que tengo, estoy seguro que mis metas planteadas darán fruto en el futuro y por ende

me debo esforzar cada día para ser mejor cada día, sin olvidar el respeto que engrandece a la persona.

A mis padres por haberme dado la vida y haber inculcado en mí valores, y a la vez su amor desinteresado de padres e hijo y

por estar siempre pendiente de cada paso que doy.

INTRODUCCIÓN
LOS PRINCIPIOS DEL CODIGO PROCESAL CIVIL PERUANO
Toda norma procesal se construye sobre la elección de algún lineamiento o principio, de donde es posible encontrar su razón de ser. Para interpretar una norma
procesal, no es suficiente el análisis exegético de la misma, sino es necesario tratar de encontrar en el conjunto normativo las líneas directrices que le sirven de
sustento y desarrollo.

Esas líneas directrices que inspiran un ordenamiento procesal, es lo que podemos denominar principios procesales. Como dice PEYRANOI "Son las vigas maestras
que sustentan, armonizan y explican el edificio procedimental todo".

En nuestro medio, bajo la tradición de concebir el proceso únicamente como procedimiento, no ha existido preocupación por indagar respecto de los principios
procesales, creyendo que el procedimiento es una mera secuencia de etapas, sin ligazón alguna, sin una "viga" que lo sustente de principio a fin. Por ello, las
dificultades ante los vacíos de la ley, ya que las soluciones eran de lo más caprichosas, porque no estaban referidas a los principios. Las interpretaciones exegéticas
tienen sus limitaciones, carecen de horizonte cuando las mismas no están referidas al conjunto normativo y a los principios que lo sustentan. Ha existido la
concepción que el proceso es un asunto de la práctica, con un claro y ostensible desdén por los aspectos teóricos. El estudio de los principios procesales
demuestra la tremenda ligazón entre lo teórico y lo práctico. La práctica se enriquece cuando las soluciones provienen de lo teórico, y, a su vez, lo teórico
profundiza ante los casos prácticos.

Y aun cuando el desarrollo de los principios procesales corresponde a la doctrina y a la jurisprudencia, el legislador peruano ha optado por considerarlos expresa y
taxativamente en el Título Preliminar del nuevo Código Procesal Civil. Esta opción de remarcar los principios normativamente la consideramos atinada para
nuestro medio, donde no hemos tenido una tradición procesalista. Reunirlos en el Título Preliminar permite comprender la importancia de los mismos en el
desarrollo de todo el proceso. Sin embargo, no se vaya a considerar que los

principios mencionados taxativamente en el Código son los únicos a ser tomados en consideración, ya que la referencia a la doctrina será obligada, cuando sea
necesaria la integración ante un vacío o defecto en las disposiciones de dicho cuerpo legislativo, conforme lo precisa el art. III del Título Preliminar.

Los principios pueden existir implícitamente en los ordenamientos procesales y no necesariamente estar limitados a la expresión normativa. Ejemplo de ello lo
tenemos en nuestro actual Código Procesal Civil, donde no se menciona expresamente que se acoge el principio dispositivo, sin embargo, al establecerse que el
proceso se promueve sólo a iniciativa de parte (art. IV del TP.), implícitamente se recoge algunos aspectos de dicho principio. Lo mismo ocurre con relación al
principio inquisitivo, el mismo que lo encontramos implícitamente reconocido en varios numerales, como por ejemplo el art. 194, que otorga facultad al juzgador
para que pueda disponer la actuación de medios probatorios de oficio, cuando los ofrecidos por las partes no producen convicción.

ARAZI, resume su concepción de los principios procesales, diciendo: 'Las normas procesales, pues, no se establecen caprichosamente, ni son el puro resultado de la
intención del legislador; antes bien, reflejan ciertas orientaciones estimadas como valiosas y posibles por una concreta comunidad, que responden a múltiples
factores, históricos, políticos, económicos y sociales que influyen a la vez sobre el propio derecho sustantivo o "de fondo" a cuyo servicio se encuentra el proceso”.

Los principios procesales contenidos en el Título Preliminar del Código Procesal civil son:

1. ARTICULO l: TUTELA JURISDICCIONAL EFECTIVA

Toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional efectiva para el


ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con sujeción a un debido
proceso.
VICTOR TICONO POSTIGO. "El derecho a la tutela jurisdiccional efectiva es inherente a toda persona por el solo hecho de serlo. Constituye la manifestación
concreta de porque la función jurisdiccional es, además de un poder, es un deber del Estado, en tanto no puede excusarse de conceder tutela jurídica a todo el
que lo solicite"
GUASP: Es el derecho de toda persona a que se le "haga justicia", a que cuando pretenda algo de otra, esta pretensión sea atendida por el órgano jurisdiccional, a
través de un proceso con garantías mínimas.

OVALLE FAVELA: El derecho a la tutela jurisdiccional "es el derecho público subjetivo que toda persona tiene para acceder a tribunales Independientes e
imparciales, con el fin de plantear una pretensión o defenderse de ella, a través de un proceso justo y razonable, en el que se respeten los derechos que
corresponden a las partes, así como para que dichos tribunales emitan una decisión jurisdiccional sobre la pretensión o la defensa y, en su oportunidad, ejecuten
esa resolución”.

La tutela jurisdiccional efectiva comprende tres categorías específicas que son el derecho de acción, de contradicción y el debido proceso.

EL DERECHO DE ACCION: Toda persona, sujeto de derechos, se encuentra en aptitud de exigir al estado tutela jurisdiccional para un caso concreto, sea conflicto de
intereses o incertidumbre jurídica. Este derecho se caracteriza por ser público, abstracto y autónomo.

EL DERECHO DE CONTRADICCION: Al igual que el derecho de acción, es una expresión del derecho a la tutela jurisdiccional. El derecho de contradicción tiene las
mismas características que el derecho de acción, incluso se identifica con este, también en la manera como se ejercita. Es un derecho subjetivo, público y abstracto
y autónomo que permite a un sujeto de derechos emplazado exigirle al estado le preste tutela jurisdiccional.

DERECHO AL DEBIDO PROCESO: Que corresponde a todo justiciable, sea demandante o demandado, para actuar en un proceso justo, imparcial; ante juez
independiente, responsable, competente con un mínimo de garantías.

El debido proceso viene a ser el derecho de todo justiciable, sea demandante o demandado, para actuar en un proceso justo, imparcial, y ante juez independiente,
responsable, competente, con un mínimo de garantías.

BUSTAMANTE: Explica la tutela efectiva como "el derecho que tiene todo sujeto a que el órgano competente dicte oportunamente las medidas necesarias para
asegurar la eficacia o ejecución de las decisiones que se emitan y lograr que estas se cumplan (por ejemplo dictando medidas cautelares, medidas conminatorias,
etc.) y por tutela diferenciada nos referimos al derecho que tiene todo sujeto de derecho para que dicho órgano le brinde una tutela que resulte adecuada para
solucionar o prevenir en forma real y oportuna los diferentes tipos de conflictos o incertidumbres jurídicas que se le sometan a su conocimiento (por citar, las
medidas anticipadas)'t

A la tutela jurisdiccional se le ha dado el apellido de "efectiva" que evidentemente le da una connotación trascendente. Al respecto, CHAMORRO BERNAL7
sostiene 'la efectividad es algo consustancial al derecho en mención puesto que una tutela que no fuera efectiva, por definición, no sería tutela. De nada sentirían
al ciudadano unas excelentes resoluciones judiciales que no se llevarán a la práctica.

Por ello se afirma que el contenido de la tutela jurisdiccional efectiva es cuádruple:

1) El libre acceso a la jurisdicción y al proceso en las instancias reconocidas.

2) La defensa o la prohibición constitucional de identificación.

3) El derecho a obtener una resolución fundada en derecho que ponga fin al proceso.

4) El derecho que es tutela jurisdiccional sea efectiva.

No debe confundirse la tutela jurisdiccional efectiva con la tutela procesal efectiva. Esta última contiene a la primera. Podría representarse en la siguiente
fórmula:

TUTELA PROCESAL EFECTIVA: TUTELA JURISDICCIONAL + DEBIDO


PROCESO (Material y Formal) Debe entenderse por DEBIDO PROCESO MATERIAL
es que está dirigido a que los órganos del estado con
capacidad de decisión se alejen, de la arbitrariedad: razonabilidad y proporcionalidad.

Debe entenderse por DEBIDO PROCESO FORMAL a aquel derecho fundamental continente. Esto es, comprende las garantías de juez natural contradicción, plazo
razonable, motivación de resoluciones, pluralidad de instancias.

Ml COMENTARIO:

En nuestros días, ante la presencia de un conflicto y/o hecho delictivo, en todo Estado Constitucional de Derecho, Democrático y Social como el nuestro,
actualmente ha desaparecido la posibilidad de auto tutela o autodefensa; es decir, (justicia por mano propia), quedando la auto composición y la hetero
composición como mecanismos válidos y pacíficamente admitidos para solucionarlos. Es a partir de este momento en que la persona que recurre y acude al
aparato judicial y/o fiscal a solicitar se le imparta protección a sus derechos vulnerados en que nace la Tutela Jurisdiccional Efectiva a fin de que mediante un
proceso o una investigación determinada se llegue a satisfacer la pretensión solicitada en un primer momento por la persona afectada o perjudicada.

¿Qué es la Tutela Jurisdiccional Efectiva? es aquella institución jurídica por el cual toda persona, como integrante de una
sociedad, puede acceder a los órganos jurisdiccionales y/o despachos fiscales para el ejercicio o defensa de sus derechos o
intereses, con sujeción a que sea atendida a través de un proceso o investigación penal que le ofrezca las garantías mínimas
para su efectiva realización.

Tutela Jurisdiccional: "Es el Derecho de toda persona (ciudadano) a que se le haga justicia, a que cuando pretenda algo frente a
una vulneración, esta pretensión (petitorio) sea atendida por un órgano Jurisdiccional y/o despacho fiscal, a través de un
proceso o investigación penal con las garantías mínimas que exige la Ley

ARTICULO ll: DIRECCION E IMPULSO PROCESAL


La Dirección del proceso está a cargo del juez, quien la ejerce de acuerdo a lo dispuesto en este código. El juez debe impulsar el proceso por si mismo, siendo
responsable de cualquier demora ocasionada por su negligencia. Están exceptuados del impulso de oficio los casos expresamente señalados en este código.
COMENTARIO:

También llamado PRINCIPIO DE AUTORIDAD, su naturaleza obedece a limitar los excesos del sistema dispositivo (dominio de las partes en el proceso).

CHIOVENDA: el juez no puede mantener la actitud pasiva que tuvo en el proceso de otros tiempos, sino que debe estar provisto de autoridad.

En aplicación de este proceso, el juez se convierte en director de proceso, provisto de una serie de facultades para dejar de ser
un "CONVIDADO DE PIEDRA". Es por ello que este principio consiste en otorgar al juez la aptitud necesaria para conducir
autónomamente el proceso sin necesidad de intervención de las partes para la consecución de sus fines.

JUAN MONROY GÁLVEZ: El principio de dirección judicial del proceso recibe también el nombre de principio de autoridad del juez. El Principio de Dirección de
dirección judicial es la expresión que mejor caracteriza al sistema publicístico, aquel en el cual —como ya se expresó- el juez tiene durante el desarrollo de la
actividad procesal un rol totalmente pasivo, previsto solo para legitimar la actividad de las partes.

Y ¿quién es el Juez?, es la persona que está investida por el Estado de la potestad de administrar justicia. Podemos considerar que la Dirección del
proceso es un deber, no de carácter funcional, sino de carácter procesal

DEBERES PROCESALES DE DIRECCIÓN:

Mantener la igualdad entre las partes

Excusarse mediando causal (tercero en la relación litigiosa)

Prevenir y sancionar todo acto contrario al deber de veracidad, probidad, lealtad y buena fe.

Procurar la conciliación de las partes

Ml COMENTARIO:

Es aquella actividad necesaria para el desarrollo normal del proceso, haciéndolo avanzar a fin de que pueda cumplir su propia finalidad dentro del orden jurídico. El
impulso procesal tanto puede corresponder a las partes que peticionan ante el juez, como al juez que, por su propia iniciativa, adopte medidas encaminadas a
evitar la paralización del proceso. En materia civil, se ha establecido que el juez está facultado para dirigir los trámites no solo en busca de la verdad, sino también
como medio de obtener una mayor economía procesal.

3. ARTICULO III: FINES DEL PROCESO E INTEGRACION DE LA NORMA PROCESAL.


El Juez deberá atender a que la finalidad concreta del proceso es resolver un conflicto de intereses o eliminar una incertidumbre, ambas con relevancia jurídica,
haciendo efectivo los derechos sustanciales, y que su finalidad abstracta es lograr la paz social en justicia.
COMENTARIO:

CHAIM PERELMANIO: El Juez deberá atender a que la finalidad concreta del proceso es resolver un conflicto de intereses o eliminar una incertidumbre, ambas con
relevancia jurídica, haciendo efectivo los derechos sustanciales, y que su finalidad abstracta es lograr la paz social en justicia.

La solución de los conflictos intersubjetivos de intereses conduce o propende a una comunidad con paz social. Este es el fin más trascendente que persigue el
Estado a través de sus órganos jurisdiccionales. Precisamente, el proceso es el instrumento que le permite al Estado hacer eficaz el derecho objetivo, es decir, el
proceso judicial produce las condiciones para que el Estado exija el cumplimiento del ordenamiento jurídico vigente.
Lejanos se aprecian los tiempos en que se consideraba, o por lo menos se presumía, que los sistemas legislativos eran completos y perfectos. El articulo 4Q del
Código Civil francés o Código de Napoleón, al considerar al juez como culpable de denegación de justicia si rehusaba fallar aduciendo silencio de la ley, marcó el
punto de partida del llamado deber de fallar. De allí en adelante, las llamadas lagunas de la ley imposibilidad de solucionar el conflicto a partir de la aplicación de la
ley debieron ser cubiertas por el juez sobre la base de la búsqueda de lo que se ha dado en llamar es Píritu del derecho, es decir, los valores y métodos jurídicos
recogidos en otros textos doctrinales o legales.

Más allá de la discusión doctrinaria en torno de su naturaleza149, lo trascendente es que resulta indispensable conceder al juez y a los protagonistas del proceso
medios lógico jurídicos para coadyuvar a la solución del conflicto de intereses. Hasta resulta plausible establecer una relación entre estos. El principio en examen
concede al juez la posibilidad de cubrir los vacíos o defectos en la norma procesal, es decir, las lagunas o contradicciones sobre la base de ciertos recursos
metodológicos y a un orden establecido entre estos.

Las herramientas antes citadas, así como la prelación que se establezca entre ellos, pueden ser distintas. Lo importante es esta apertura al juez y a los interesados
en el proceso, a fin de que utilicen -en los casos excepcionales en donde la norma procesal sea inútil- herramientas para reconducir el proceso al logro de los fines
previstos. El Código Procesal Civil peruano ha regulado este principio.

TICONA POSTIGO : En caso de vacío o defecto en las disposiciones de este código se deberá recurrir a los principios generales del derecho procesal y a la doctrina y
jurisprudencia correspondiente, en atención a las circunstancias del caso.

Al asumir el código una orientación publicista, queda evidenciado que el fin del proceso no se agota en la solución del conflicto, sino que es mástrascendente. La
solución de los conflictos intersubjetivos conduce o propende a una comunidad con paz social, siendo este el objetivo elevado que persigue el estado a través de
sus órganos jurisprudenciales. Sin perjuicio de ello y sin perder la perspectiva del fin del Estado, este también se expresa, de manera concreta, en el hecho que el
proceso le permite al Estado hacer eficaz el derecho objetivo, es decir crea las condiciones para que el Estado exija el cumplimiento del ordenamiento jurídico
vigente.

Las partes son las naturales impulsores del proceso, no se descarta ni reduce la importancia de la actividad de las partes.

Hoy no podemos considerar que los sistemas legislativos sean perfectos y completos. En el código de Napoleón "deber de fallar". De allí que "las lagunas de la ley'
debieron ser cubiertas por el Juez en base a la búsqueda de lo que se ha dado en llamar el espíritu de la ley.

El Juez para solucionar un conflicto de intereses, cubriendo los vacíos o defectos en la norma procesal (lagunas) en base a ciertos recursos metodológicos y a un
orden establecido de éstas, consistente en recurrir inicialmente a los principios generales del derecho Procesal, luego a la doctrina y a la jurisprudencia
respectivamente.

Nuestro código tiene una posición ecléctica respecto a la finalidad.

a) FINALIDAD CONCRETA: La finalidad concreta del proceso contencioso es de resolver un conflicto de intereses (solucionar o componer un litigio),
mientras que la finalidad de un proceso no contencioso es la de eliminar una incertidumbre jurídica.

b) FINALIDAD ABSTRACTA: El fin que persigue el proceso, sea contencioso o no contencioso, es lograr la paz social en justicia. 'Entonces una vez que la
Litis se presenta ante el juez, vía demanda del actor, el proceso desde que se instaure hasta que termine debe procurar promover la paz social en
justicia; en la sentencia el juez al resolver el conflicto de intereses o eliminar una incertidumbre jurídica debe tener presente estás dos finalidades"

Ml COMENTARIO:

El fin del proceso es hacer efectivo los derechos sustantivos al momento de la resolución de un determinado conflicto de intereses o incertidumbre jurídica,
mientras que la finalidad del proceso, en sentido abstracto, será el logro de la paz social en justicia.

En ese contexto, si en el desarrollo del proceso se advirtiera vacíos o deficiencias de la ley procesal, dichas falencias serán integradas de tal forma que no se altere
la persecución de los fines antes indicados. De esta forma el Estado mantendrá la eficacia del ordenamiento jurídico en general.

4. Artículo IV. PRINCIPIO DE INICIATIVA DE PARTE Y DE CONDUCTA PROCESAL.

El proceso de promueve sólo a iniciativa de parte, la que invocará interés y legitimidad para obrar. No requiere invocarlo el Ministerio Público,
el procurador oficioso, ni quien defiende intereses difusos. Las partes, sus representantes, sus abogados y, en general, todos los partícipes en el
proceso, adecúan su conducta a los deberes de veracidad, probidad, lealtad y Buena fe. El Juez tiene el deber de impedir y sancionar cualquier
conducta ilícita o dilatoria

COMENTARIO:

CARNELUTTli: La iniciativa de parte es indispensable no solo para pedir al juez la providencia, sino también para poner ante su vista los hechos de la causa.

Esta se manifiesta expresión del sistema dispositivo, que consiste en facultar a las partes a promover el inicio del proyecto en uso del derecho de acción que le
asiste.

LA CONDUCTA PROCESAL, se pone de manifiesto los principios de moralidad, probilidad, lealtad y buena fe procesal que están destinados a asegurar la ética del
debate judicial, delegando al juez de garantizar la moralidad del desarrollo de la contienda y como contraparte la obligación de las partes a remitir su
desenvolvimiento a este principio. Considera valores como la buena fe, la honestidad, la probidad, la veracidad, a fin de evitar la presencia del 'improbus litigador"

TICONA: Significa que una persona diferente al juez, debe ejercitar el derecho de acción, interponiendo la respectiva demanda, para que el
proceso se inicie. Propiamente la parte que sobreviene en demandante, es la que ejercita el derecho de acción; por consiguiente, dicha parte puede
estar constituido por una o varias personas, naturales y/o jurídicas].

Estas categorías procesales, el interés y la legitimidad para obrar, conforman lo que en doctrina se conoce con el nombre de Condiciones de la
acción, que son presupuestos necesarios para que el juez pueda expedir un pronunciamiento válido sobre el fondo.
LA CONDUCTA PROCESAL: Conjuntos de principios destinados a regular la corrección de los intervinientes en el proceso, para lo cual se ha incorporado una serie
de sanciones que aseguren la vigencia real de este principio.
Sanción pecuniaria, resarcir los perjuicios ocasionados.

a) La lealtad.-Es el cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor.

b) La probidad.- Es la honradez e integridad en el obrar, la rectitud de ánimo.

c) La buena fe.- Es la honradez, rectitud, el buen proceder. Una conducta sin intención de dañar dolosamente.

d) La veracidad.- Es la actuación y expresión con arreglo a la verdad de los hechos y las cosas. Actuar dentro de la verdad

Ml COMENTARIO
5. Artículo PRINCIPIO DE INMEDIACIÓN, CONCENTRACIÓN, ECONOMIA Y CELERIDAD
PROCESAL.

Las audiencias y la actuación de los medios probatorios se realizan ante el juez, siendo
indelegables bajo sanción de nulidad. Se exceptúan las actuaciones procesales por
comisión.

El proceso se realiza procurando que su desarrollo ocurra en el menor número de


actos procesales.

El Juez dirige el proceso tendiendo a una solución de los actos procesales, sin afectar
el carácter imperativo de las actuaciones que lo requieran.

La actividad procesal se realiza diligentemente y dentro de los plazos establecidos,


debiendo el Juez, a través de los auxiliares bajo su dirección, tomar las medidas
necesarias para lograr una pronta y eficaz solución del conflicto de intereses o
incertidumbre jurídica.

COMENTARIO:

PINCIPIO DE INMEDIACIÓN

DEVIS ECHANDíA: significa que debe haber inmediata comunicación entre el juez y
las personas que obran en el proceso, los hechos que en él deban hacerse constare y los
medios de prueba que se utilicen.

La inmediación comprende un aspecto subjetivo que se refiere a que el juez deberá tener mayor
contacto con los sujetos del proceso (partes y terceros), y un aspecto objetivo que consiste en el
contacto directo del juez con los objetos del proceso (documentos, lugares, etc). Se busca un
contacto directo e inmediato del juez con estos elementos, ya que al participar de esta manera en
la realización

de todos los catos procesales, el juzgador adquiere mayores y mejores elementos de


convicción.

EISNER: El principio de inmediación es aquel.

“En virtud del cual se procura asegurar que el juez o tribunal se halle en permanente e íntima
vinculación personal con los sujetos y elementos que intervienen en el proceso, recibiendo
directamente las alegaciones de las partes y las aportaciones probatorias, a fin de que pueda
conocer en toda su significación el material de la causa, desde el principio de ella, quien, a su
término, ha de pronunciar la sentencia que la defina".
COUTURE: Indica sobre el particular que "el nombre del principio de inmediación se usa para
referirse a la circunstancia de que el juez actúe junto a las partes, en tanto sea posible en contacto
personal con ellas, prescindiendo de intermediarios tales como relatores, asesores, etc.".

PEYRAN0: Dice el principio de inmediación que "pretende que el sentenciador tenga el mayor
contacto personal con los elementos subjetivos y objetivos de que conforman el proceso ser
comillas. PEYRANO agrega que "su antítesis lógica está representada por el principio de
mediación, que, inspirado quizás en el resquemor de que el contacto vivencial por afectar la
imparcialidad del juzgador, sustenta la convivencia de que el tribunal guarde una relación
impersonal e indirecta con las partes y demás sujetos a proceso, como así también con su
substrato objetivo".

El principio de inmediación "propicia tres objetivos fundamentales:

a. Que el juez se halle en permanente e Íntima vinculación con los sujetos


procesales.

b. Que sea el director del proceso atendiendo cada una de sus


etapas, en especial la probatoria.

c. Que las partes, entre sí, se comuniquen bajo la consigna que supone el
principio de bilateralidad de la audiencia. Es decir, repliega
absolutamente la posibilidad de actos que sólo pueda el juez conocer a
partir de una presentación directa que no tenga traslado".

Ml COMENTARIO:

El juzgador se encuentra en la obligación de mantener un trato directo e inmediato con la


actuación de las partes dentro del proceso, por ejemplos en las audiencias, respecto de los hechos
alegados por éstos de los medios probatorios que pudieran ofrecer, y en general respecto de toda
la forma posible de establecer un medio que permita al juez arribar a una decisión fundada en la
convicción real como producto de la valoración de las actuaciones de las partes.

PRINCIPIO DE CONCENTRACIÓN
LINO ENRIQUE PALACIOS18 Señala "El principio de concentración apunta a la abreviación del
proceso mediante la reunión de toda actividad procesal en la menor cantidad de actos y a evitar,
por consiguiente, la dispensión de dicha actividad"

10
DEVIS ECHANDiA: comenta este principio de la siguiente manera:

"Para esto se deben procurar los medios de que la relación nacida del proceso, que, como
veremos, se denomina jurídico-procesal y tiene su propia fisonomía, se desenvuelva sin solución
de continuidad y de manera de evitar que las cuestiones accidentales o incidentales entorpezcan
el estudio de lo fundamental del juicio; lo cual solo se obtiene restringiendo el derecho de
interponer recursos o incidentes de previa definición, lo que está muy lejos de existir en nuestro
procedimiento, pues, por el contrario, se les da a las partes demasiada facilidad para postergar la
solución definitiva del litigio y hacerlo interminable"l

Ml COMENTARIO.

PRINCIPIO DE ECONOMIA
DEVIS ECHANDiÑ0: El concepto economía, tomado en su acepción de ahorro, está referido a su
vez a tres áreas distintas: ahorro de tiempo, gasto y esfuerzo. Intentemos una explicación
separada de cada una de estas.

El tiempo cumple un rol esencial y envolvente en el proceso. Casi no es posible encontrar algún
proceso en donde, adicionalmente al conflicto que tienen las partes, no exista otro referido a la
urgencia que una de ellas tiene de acabar pronto el proceso, necesidad que es inversamente
proporcional a la misma urgencia de la otra, pero de prolongado. El cumplimiento de los actos con
prudencia, es decir, ni tan lento que parezca inmovilidad ni tan expeditivo que se renuncie al
cumplimiento de formalidades indispensables, es la expresión adecuada de este principio. Esta es
la economía de tiempo.

La economía degasto es la necesidad de que los costos del proceso no impidan que las partes
hagan efectivos todos sus derechos al interno de este. Lo expresado no obsta para reconocer que
un Estado pobre y con una fuerte dependencia externa -el caso de los países latinoamericanos, por
ejemplo-, no puede darse el lujo de tener una administración de justicia absolutamente gratuita.
Sin embargo, la economía procesal en este rubro debe tender a evitar que las desigualdades
económicas que presenta nuestra sociedad, sean lo suficientemente determinantes como para
que quien se encuentre en una condición inferior deba soportar las consecuencias procesales por
dicho estado.

La economía de esfuerzo está referida a la posibilidad de concretar los fines del proceso evitando
la realización de actos que, aun' estando regulados, tienen la calidad de innecesarios para tal
objetivo. De alguna manera, un recuento de la evolución histórica del proceso nos enseña que esta
ha consistido en solventar métodos para lograr su simplificación, esa búsqueda es la llamada
"economía de esfuerzo".

PODETTI: Define esta 'economía de esfuerzo" al expresar:

11
"Como economía de esfuerzo, este principio no es menos importante y decisivo para la obtención
de una buena justicia. La supresión de trámites superfluos o redundantes, aminorando el trabajo
de los jueces y auxiliares de la justicia y simplificando cada proceso en particular, debe
necesariamente incidir en forma decisiva sobre la buena justician. El Código Procesal Civil del Perú
acoge también este principio.

Ml COMENTARIO.

PRINCIPIO DE CELERIDAD:

PODETTI: En tres direcciones principales dentro del proceso actual, debe encaminarse la reforma
que intente restablecer el principio de celeridad. Ellas son: los plazos para la realización de
actos procesales por las partes, el régimen de la prueba y los plazos para que los jueces
dicten resoluciones.
EISNER: El principio de inmediación es aquel.

En virtud del cual se procura asegurar que el juez o tribunal se halle en permanente e íntima
vinculación personal con los sujetos y elementos que intervienen en el proceso, recibiendo
directamente las alegaciones de las partes y las aportaciones probatorias, a fin de que pueda
conocer en toda su significación el material de la causa, desde el principio de ella, quien, a su
término, ha de pronunciar la sentencia que la defina

Ml COMENTARIO:

A través de este principio se apunta a impedir la inercia de las partes, los abogados
y magistrados, que conspira con una pronta solución del proceso. Las partes y el Juez
tienen el deber de actuar diligentemente, cumplir con los actos procesales en las fechas
previstas, es decir, impedir la paralización del proceso.

Por ello es que se crean algunas instituciones que tratan de que el principio de
celeridad tenga plena vigencia, como la perentoriedad de los plazos, la caducidad de la
instancia, el impulso de oficio. Algunas disposiciones como la notificación por nota, la
audiencia como acto único, etc., tienden a la celeridad procesal. Veamos algunas de ellas.

PRINCIPIO DE SOCIALIZACIÓN DEL PROCESO:

CAPPELLET124: El juez no puede ir más allá


de las conclusiones de las partes, ni puede
fundar su juicio sobre hechos diversos de los

12
que han sido alegados en su instancia. Sin
embargo, debe llamar la atención de las partes
sobre las lagunas de sus conclusiones e
invitadas a especificar de manera completa los
hechos y las pruebas necesarias para hacer
que resulte la verdad. A este fin, el juez puede,
en cualquier estado de la causa, convocar e
interrogar a las partes personalmente.
VICTOR TICONA POSTIG02S: El proceso civil se rige estrictamente por el principio de igualdad
procesa de las partes, que exige que las partes tengan dentro del proceso el mismo trato
encontrándose en la misma situación procesal. Es decir, en igual situación, igual derecho u
obligación. Este principio deriva de un principio más genérico: el principio de la igualdad jurídica
ante la Ley.

Es importante y trascendente el criterio reflexivo del Juez para la aplicación de los principios del
proceso. Este artículo convierte de la igualdad ante la ley en la igualdad de las partes en el
proceso.

Consiste en que el juez está facultado para


impedir la desigualdad entre las partes que
concurren al proceso, por razón de raza, sexo,
religión, idioma O condición, social, política o
economía. Este principio convierte la tesis de
la igualdad ante la ley en igualdad de las partes
en el proceso.

13
Significa la humanización del proceso, puesto que se trata hechos causados por personas y se
juzgan problemas humanos.

CAPPELLETTI, MAURO, El proceso civil en el derecho


comparado, Buenos Aires, Ediciones jurídicas Europa-América,
1973. La responsabilidad civil de los jueces, La Plata, jus,
Fundación para el estudio de las Ciencias jurídicas, 1988.

TICONA POSTIGO, Víctor- "Análisis y Comentario al Código


Procesal Civil", Editorial "San Marcos". Cuarta edición. 1998,
Lima PERU

Ml COMENTARIO.

El Derecho Procesal ha traducido la idea de


la igualdad excluyendo pnvilegios en el
proceso por motivos de raza, Sexo o cualquier
otra condición, asegurando que dentro del
proceso todas las partes gocen de igualdad de
derechos y oportunidades. La igualdad
procesal de los litigantes aparece como un
aspecto de socialización o democratización del
proceso que implica el tratamiento igualitario
de los litigantes. En el proceso las partes deben

14
gozar de idénticas y recíprocas oportunidades
de ataque y defensa.

6. ARTÍCULO VII: JUEZ Y DERECHO


El juez debe aplicar el derecho que
corresponde al Proceso, aunque no haya
sido invocado por las partes o la haya sido
erróneamente. Sin embargo, no puede ir
más allá del petitorio, ni fundar su decisión
en hechos diversos de los que han sido
alegados por las partes.
COMENTARIO:
La esencia de este aforismo contiene el principio por el cual el juez tiene el deber de conocer el
derecho y de aplicar la norma jurídica que corresponda a la situación concreta, aun cuando las
partes la hayan invocado erróneamente o no la hayan invocado.

El fundamento del aforismo es una presunción /URIS ET DE IURE, es decir, que el juez tiene mejor
conocimiento del derecho de las partes. También implica tácitamente la libertad del juez para
encuadrar los hechos alegados y probados por las partes dentro de la normatividad que le sea
aplicable.

El límite de este principio se encuentra en el hecho de que el juez no puede resolver ULTRA
PETITA, más allá del petitorio, ni EXTRA PE TITA; es decir, no puede fundar su decisión en hechos
distintos o en aquellos que no hayan sido alegados por las partes en el proceso. Encuentra su
limite en el principio de congruencia procesal, ausente en nuestra legislación.

PEYRANOIG: Al juez le está vedado, dentro de un esquema procesal crudamente dispositivista, ser
curioso respecto del material fáctico; pero puede, y debe, emprender una búsqueda sin fronteras,
tendiente a subsumir rectamente aquel dentro del ordenamiento normativo.

15
Esta búsqueda constituye un verdadero deber para el juez por su carácter de órgano técnico
encargado de aplicar rectamente el derecho; por ello debe suplir la ignorancia normativa, o en su
caso, subsanar el yerro cometido al fundar normativamente sus pretensiones y defensas.

MONROY: Se justifica el aforismo desde una perspectiva teórica, afirmándose que si el juez es el
representante del Estado en un proceso, y este (Estado) es el creador de la norma jurídica
entonces no debe dudarse que su representante -el juez- es la persona más indicada para
identificar y aplicar la norma correcta"; sin embargo hay ordenamientos que rechazan la vigencia
de este principio pues consideran que el juez ignora cuales normas rigen el thema decidendum. Se
dice que las partes deben invocarlas y probarlas, quedando el juez obligado a aceptar el enfoque
normativo efectuado por los justiciables.

Consideramos que el empleo de este


principio por parte del juez debe operar con
prudencia, limitado por la congruencia
procesal, esto es, "no puede ir más allá del
petitorio ni fundando su decisión en hechos
diversos de los que han sido alegados por las
partes". Debe aplicar la norma siempre
enmarcada dentro de las situaciones
presentadas por las partes. De no ser así se
estaría permitiendo la indefensión para las
partes que han armado su estrategia sobre la
base de normas que a la postre resultan
inaplicables.
Mediante este principio se reafirma el deber del juez de tener en cuenta —de manera preferente-
la Constitución cuando resuelva un caso. Es obligación del juez aplicar el derecho aunque haya
sido invocado erróneamente; en esta actividad el juez asume un rol contralor constitucional, de
oficio, dentro de lo más

16
PEYRANO, JORGE WALTER, Procedimiento civil
y comercial, Rosario,
EditorialJuris, 1992. - El proceso atípico, Buenos
Aires, Editorial Universidad, 1993.
estricto de su función. La actividad contralora importa una cuestión de derecho donde el juez no
está vinculado por el derecho que las dos partes aleguen.

Como ya hemos señalado, el juez debe aplicar la norma siempre enmarcada dentro de las
situaciones fácticas presentadas por las partes. Es importante reafirmar ello, porque -a diferencia
de la regulación del artículo VII del Título Preliminar del Código Civil- que también recoge el iura
novit curia, no solo debe limitarse a la demanda, sino que bajo una interpretación extensiva,
podría aplicarse a la reconvención, pues, el aforismo impone al juez el deber de aplicar el derecho
que corresponda en el proceso, durante todo su recorrido y no respecto de un determinado acto
procesal, como aparentemente lo restringiría a la demanda, la redacción del Código Civil.

Por otro lado, que reafirma el señorío pleno de las partes sobre el proceso; dominio que se
perdería si se permitiera al juez apreciar hechos no alegados por los litigantes o concediera cosas
no redamadas. Con ello se busca frenar cualquier eventual exceso de autoridad del juez, al limitar
su intervención al material fáctico que solo las partes pueden impetrar. El juez se encuentra
encerrado dentro del círculo de hierro formado por los hechos alegados y probados por las partes,
pero, no se encuentra obligado a aceptar el encuadramiento normativo propiciado por estas.

La congruencia exige que medie identidad entre la materia, partes y hechos de una litis y lo
resuelto por la decisión jurisdiccional que la dirima.

El juez al dictar su sentencia no puede ir más allá de lo pedido por las pattes. Tiene que existir
congruencia entre lo pretendido y lo que declara el juez en su fallo. Si esta se pronuncia más allá
de lo pedido estamos ante sentencias ultra petita, si se pronuncia agregando una pretensión no
reclamada estamos ante las pretensiones extrapetita y si omite pronunciarse sobre alguna
pretensión solicitada estamos ante la sentencia citra petita

Para REDEN TV: LA congruencia en el proceso civil comprende los siguientes aspectos: a)
resolución de todas las pretensiones deducidas, es decir, prohibición de omitir la decisión de una
pretensión oportunamente deducida; b) resolución nada más que de las pretensiones ejercitadas,
o sea, prohibición de resolver pretensiones no ejercitadas o alterar o exceder las deducidas; y c)
aplicación de las reglas precedentes a las cuestiones introducidas al debate por el demandado, o
sea, resolución de todas las cuestiones planteadas por el mismo y nada más que ellas.

Un análisis particularizado sobre la incongruencia producida respecto de los litigantes, del material
fáctico aportado por ellos y de las reclamaciones formuladas, es trabajado por PEYRAN028.
Considera que se presenta incongruencia subjetiva cuando la decisión jurisdicCional dirimente
condena a quien no era parte juntamente con quienes sí lo eran (incongruencia subjetiva por
exceso) u olvida condenar a quien lo merecía tanto como los incluidos en la resolución

17
(incongruencia subjetiva por defecto) o condena a una persona distinta de la demanda
(incongruencia mixta). Con respecto al material fáctico, se reconoce tres categorías: por exceso,
por defecto y mixta. En el primer supuesto, opera cuando la sentencia resuelve una cuestión no
planteada; por defecto, cuando la decisión omite resolver una cuestión oportunamente planteada;
y mixta cuando se resuelve una cuestión distinta; por último, la incongruencia objetiva, puede
darse por exceso, cuando el juez concede más de lo reclamado (ultrapetita) y por defecto cuando
el juez, sin razón valedera otorga menos de lo reclamado. La incongruencia objetiva extrapetita se
da cuando el juez otorga algo que no ha sido impetrado por las partes; en tanto que habrá citra
petita si aquel omite pronunciarse sobre la viabilidad de alguno de los pedidos deducidos.

Especial comentario merece la posición que vienen asumiendo algunos procesalistas, en el


divorcio por causal, para justificar que bajo el iura novit curia es posible que el juez se pronuncie
por una causal distinta a la invocada, bajo el

REDENTI ENRICO. Derecho Procesal Civil. TOmo ll Bs. As.


Ediciones jurídicas Europa América, 1997

PERAYRANO JORGE. Derecho Procesal Civil de acuerdo al


Código Procesal Civil Peruano. 1995, ediciones jurídicas.
argumento que el demandante ha calificado erróneamente los hechos y que más bien, los mismos,
configuran otra causal.

En esta línea, JUAN MORALES GOD029: Sostiene que si se trata de los mismos hechos invocados
por el demandante, los cuales han sido debidamente acreditados, pero dicha acreditación no es
útil para las causales invocadas, pero sí para otra causal no invocada por el actor. El juez, como
técnico en derecho, aplica la norma jurídica Pertinente.

Si bien no se modifican los hechos, surge la interrogante si con ello se modifica el petitorio. Según
MORALES GODO: Este no se altera, pues el juez no va a resolver sobre algo distinto a lo que quiere
el actor, como es la disolución del vínculo matrimonial. "El juez en ese sentido, no le da algo
diferente a lo deseado por el actor, sin embargo, se objetará diciendo que se excede el juez
porque está yendo más allá de la real voluntad del actor que es que se declare la disolución del
vínculo matrimonial, pero por las causales invocadas, no por otras, que alguna razón puede haber
tenido para no invocarlas. Este último tema es el más delicado, porque en efecto, el juez al
resolver por otra causal, asume que el demandante se ha equivocado o lo ha omitido aun cuando
no sea con conocimiento de causa".

Cuando se pronuncia sobre algo no demandado en el petitorio, no transgrede el principio de


congruencia, porque no se le otorga algo distinto a lo que pretende realmente el actor, como es la
disolución del vínculo matrimonial.

18
Tampoco se vulnera el contradictorio, pues
el juez al pronunciarse sobre una causal no
invocada, lo hace en base a los hechos y las
pruebas materia del debate en el proceso. El
juez no introduce hechos nuevos; los hechos
están allí, expuestos por las partes. Los hechos
relevantes son los que jurídicamente han sido
considerados por el actor en el petitorio, pero
calificados jurídicamente en forma errada.

MORALES GODO, Juan. ii Deberes de los Jueces en el


nuevo Código Procesal Civil", Revista del Foro.
Ml COMENTARIO:
Este principio constituye aquella presunción de derecho según el cual el juez conoce mejor el
derecho que las partes, razón por la cual el juzgador se encuentra en lá obligación de aplicar la
norma jurídica que corresponda a la situación concreta. Sin que ello signifique en pronunciamiento
ULTRA PETITA (más allá del petitorio). Su contrapeso resulta ser el principio de congruencia.

7. ARTÍCULO VIII: PRINCIPIO DE


GRATUIDAD EN EL ACCESO A LA
JUSTICIA.

19
El acceso al servicio de justicia es gratuito, sin perjuicio del
pago de costos, costas y multas establecidas en este código y
disposiciones administrativas del poder judicial.

COMENTARIO:
Consiste en procurar que el proceso no resulte tan cotoso para las partes y ello, resulte
inconveniente para hacer valer el derecho pretendido, con lo que el Estado incurriría en una grave
omisión al admitir esta forma de injusticia por razón económica.

Sin embargo, la aplicación de este principio no puede ser absoluta según ha creído conveniente el
legislador, al considerar que la administración de justicia implica en cierta forma un servicio SUI
GENERIS gratuito, pero que busca su autofinanciamiento.

ASÍ, el servicio de justicia es tan importante y básico como cualquier otro servicio público. Por ello,
quien soportará el costo del proceso en mayor medida será quien sea declarado perdedor. Por
otro lado, el funcionamiento del aparato judicial se financia con las sanciones pecuniarias
impuestas a quienes utilizan maliciosamente los recursos jurisdiccionales del Estado o mantienen
una conducta reñida con los valores éticos recogidos por el código procesal civil.

El principio de gratuidad en el acceso a la justicia es una garantía normativa que supone la


exoneración de toda tasa judicial o carga impositiva de algún tipo en aquellos casos que sea
necesario, pues la administración de justicia es un servicio gratuito a cargo del Estado. Por lo
tanto, el legislador busca restablecer el equilibrio, roto no solamente por la diferente condición
económico-social de los justiciables ("personas de escasos recursos", o "pobres") sino también por
el progresivo incremento del costo de la actividad jurisdiccional, y por ello tiene que asistir a las
partes económicamente débiles, bien sea liberándolas de los gastos del proceso, sin que para ello
sea necesario que las partes incurran en erogaciones dinerarias. inciso 16 del articulo 139 de la
Constitución Política de 1993 (según el cual es principio y derecho de la función jurisdiccional el
principio de la gratuidad de la administración de justicia y de la defensa gratuita para las personas
de escasos recursos, y para todos, en los casos que la ley señala) concordante con el artículo VIII
del T.P. del C.P.C. (según el cual LEI acceso al servicio de justicia es gratuito, sin perjuicio del pago
de costos, costas y multas establecidas en este Código y disposiciones administrativas del Poder
Judicial").

Pero pese a la plena gratuidad


mencionada, la Ley procesal establece ciertas

20
limitaciones como aquellas que se refieren a
las costas, costos, multas y disposiciones
administrativas del Poder Judicial, cuyo pago
es impuesto a las partes en los casos que
correspondan. Razón por la cual la misma ley
procesal ha establecido, en salvaguarda de los
derechos e intereses de las personas de
escasos recursos, la institución del auxilio
judicial, que es el que se concede a las
personas naturales que para cubrir o
garantizar los gastos del proceso, ponen en
peligro su subsistencia y la de quienes ellas
dependen (art. 179 del C.P.C.), y que tiene por
efecto exonerar al beneficiado de todos los
gastos del proceso (art.
182 del C.P.C.).

El citado cuerpo de leyes también ha


previsto (en su art. 562 conforme al Inciso B
del artículo 24 de la LOPJ) la exoneración del
pago de tasas judiciales al demandante en un

21
proceso de alimentos, siempre que el monto
de la pensión alimenticia que se reclama no
exceda las 20 IJ R.P.
Entonces las disposiciones legales antes
señaladas hacen posible, pues, que quien
carezca de medios económicos suficientes
pueda acceder al servicio de
justicia a efecto de ejercer su derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, pues la falta de acceso a la
administración de justicia implica la pérdida de un derecho fundamental para la realización de la
persona, en tanto, no le permite al individuo contar con los medios para proteger, adquirir o
ejercitar sus derechos. Carecer de la posibilidad efectiva de acceder a la administración de justicia
significa, para las personas que viven en condiciones de pobreza, ver reducidas sus posibilidades
de salir de esa situación y, por otro lado, ver crecer las posibilidades de que su pobreza se
incremente.

COSTAS, COSTOS Y MULTAS:


A. COSTAS:
De acuerdo a lo normado en el artículo 410 del Código Procesal Civil, las costas están constituidas
por:

Las tasas judiciales (por ofrecimientos de pruebas, por recurso de apelación casación o queja, por
formas especiales de conclusión del proceso como la transacción, conciliación abandono y
desistimiento del proceso y la pretensión, por expedición de copias certificadas, etc.).

Los honorarios de los órganos de auxilio judicial (perito, depositario, interventor, martillero
público, curador procesal: art- 50 del C.P.C.). Los demás gastos judiciales realizados en el proceso
(cedulas de notificación, edictos, etc.).

22
Con respecto a algunos de los alcances de
las costas, estas no requieren ser demandadas
y es de cargo de la parte vencida, salvo
declaración judicial expresa y motivada de
exoneración (ver artículo 413 del C.P.C.). Son
establecidas por cada instancia (pero si una
instancia revoca la anterior o anteriores, la
pagara la parte vencida).
Otro punto importante es que el pago de costas será efectivo únicamente en relación a la (s)
pretensión (es) que hayan sido acogidas para el vencedor. Para mayor información sobre la
regulación de las costas, ver los artículos 410, 412,
413, 414, 415, 416, 417 y 419 del
C.P.C.

B. COSTOS:
Son costos del proceso el honorario del
Abogado de la parte vencedora, más un cinco
por ciento destinado al Colegio de Abogados
del Distrito Judicial respectivo para su Fondo
Mutual y para cubrir los honorarios de los
Abogados en los casos de Auxilio Judicial (art.
411 del C.P.C.). Con respecto a la condena, la

23
exoneración, pago, etc. De los costos, se aplica
los mismos principios de aplicación para las
costas. Los cuales se encuentran regulados en
los artículos
41 1, 412, 413, 414, 415, 416, 418 y 419
del C.P.C.

C. LA MULTA:
La multa no es sino una sanción de carácter económico que se impone a aquel justiciable en el
caso que infrinja las disposiciones legales o incumpla los mandatos del juez, pudiendo así estar
taxativamente contemplada en la legislación como ser de naturaleza facultativa, vale decir, a
discreción del magistrado que dirige la causa, dentro de los limites fijados por el ordenamiento
jurídico.

Con respecto a algunos de los alcances de


la multa, es que la multa es un ingreso propio
del Poder Judicial por el cual en ningún caso
procede su exoneración debe de ser declarada
judicialmente precisándose: su monto, el
obligado a su pago y la proporción en que la
soportan, si fueran más de uno (si no se
precisa la cantidad de pago de cada obligado,
se entiende impuesta en partes iguales).

24
Con respecto: a la literalidad y destino de la multa, liquidación de la multa y procedimiento,
unidad de pago aplicable y pago de la multa. Se encuentran reguladas en los artículos 420, 421 ,
422 y 423 del C.P.C.)30

30

Ml COMENTARIO:

ARTÍCULO IX: PRINCIPIO DE


VINCULACIÓN Y ELASTICIDAD
Las normas procesales contenidas en este
código son de carácter imperativo, salvo
regulación permisiva en contrario. La
formalidades previstas es este código son
imperativas. Sin embargo, el juez adecuará
su exigencia al logro de los fines del proceso.
Cuando no se señale una formalidad
específica para la realización de un acto
procesal, este se reputará válido cualquiera
sea la empleada.

25
COMENTARIO:
Una vieja creencia que ha acompañado a la práctica judicial nacional es calificar a las normas
procesales como de orden público. MONROY31 se refiere a ellas como normas que contienen una
propuesta de conducta, que puede o no ser realizada por una de las partes, sin que su
incumplimiento afecte el sistema jurídico o las reglas de conducta social consensualmente
aceptadas. Las normas procesales contenidas en este Código son de carácter imperativo, ubicadas
en el derecho público, sin que ello signifique que sean de orden público.

La norma procesal recoge imperativos categóricos, tanto de mandatos como de prohibiciones, a la


voluntad de los particulares, de suerte que la observancia de la norma no puede dejarse a la
espontaneidad de los sujetos a quienes tales imperativos se dirigen.

El Derecho Procesal está adscrito al


Derecho Público -a pesar que en el proceso
civil se discutan derechos de índole privado-
por el rol que asume el Estado en el proceso, a
través de sus órganos judiciales. Estos, al ser
titulares de un poder público, no se hallan
equiparados a las partes o a los terceros, sino
que se encuentran en un plano supra
ordenador con respecto a los restantes
MONROY, Juan. Introducción al proceso civil. Temis, Bogotá,
1996, p. 104.

26
sujetos procesales, a quienes imponen, en
forma unilateral la observancia de
determinadas conductas.

Algunos autores erradamente consideran


que el carácter público o privado del Derecho
Procesal depende de la concepción general
que inspire a la legislación sobre los poderes
de los jueces. Para quienes ubican al proceso
civil dentro del Derecho Público confieren a los
jueces un papel preponderante en la dirección
de los procesos, mientras que aquellos que lo
consideran como una rama del Derecho
Privado le asignan al juez el carácter de
espectador en el litigio.
Esta postura es errada porque la mayor o menor intensidad de los poderes conferidos a los jueces
en la dirección del proceso, constituye una circunstancia que no afecta la posición jerárquica del
juez respecto a los restantes sujetos procesales. La limitación de los poderes judiciales, por
importante que sea, no se equipara con el que gozan las partes y terceros, ni mucho menos
engendra una relación de subordinación del juez hacia las partes.

El carácter público del Derecho Procesal, señala PALAC1032, prohíbe a las partes derogar o alterar
mediante pactos las normas que regulan el funcionamiento de los órganos judiciales, asi como
aquellas que reglamentan los requisitos y efectos de los actos procesales. La relación de
subordinación de las partes hacia el órgano jurisdiccional constituye uno de los elementos que
califica al proceso judicial como de Derecho Público.

27
Clásicamente se consideraba que las
formalidades procesales tenían que ser de
obligatorio cumplimiento. Las actuaciones
procesales eran exageradamente ritualistas
que apenas se diferenciaban de una ceremonia
religiosa; esta exageración originó los abusos y
las degeneraciones del formalismo, ya que la
forma fue adquiriendo un valor esencial, por la
forma misma, con prescindencia de su objeto y
de su fin.

PALACIO, Lino. Derecho Procesal Civil. T.l. Abeledo Perrot,


Buenos Aires, s/ref, p. 29.

Esta posición ha sido superada hoy en día


con la influencia del sistema publicístico en el
proceso civil, atribuyendo al juez -director del
proceso- la facultad de adecuar la exigencia de
la forma más apta para obtener el propósito

28
perseguido en el proceso: solución al conflicto
y restablecer la paz social.
Concurren al proceso dos principios antagónicos para abordar la forma de los actos procesales.
uno que propicia la liberalidad, sin embargo, no puede contrarrestar la arbitrariedad y el caos que
dicha posición genera; y otra, la formalidad que privilegia el abuso de la forma y la postergación
del derecho.

Frente a estas dos posturas emerge el


sistema de la "legalidad de formas" que
asegura con mayor eficacia los fines del
proceso. Este sistema permite mayor
seguridad jurídica para todos los sujetos que
concurren al proceso, pues, solo se sanciona
cuando su incumplimiento viole o lesione
derechos fundamentales o su trascendencia
sea imperativa para la validez del proceso.
Nuestra legislación regula las dos
posiciones: la libertad de formas y la legalidad
de estas. El arbitraje privado es una expresión
de la primera y la legalidad es impuesta como
regla general en el artículo 171 del CPC

29
La regulación normativa de la forma
implica la indicación del conjunto de
condiciones que debe reunir el acto procesal
para producir un efecto jurídico. Se vincula con
la fUnción y trascendencia de cada acto
procesal en el proceso y asegura seguridad
jurídica para todos los sujetos del proceso y
permite la igualdad de los justiciables.

Ml COMENTARIO:
En cualquier ordenamiento procesal podemos encontrar cierto número de normas que no tienen
carácter de orden pública, tomada esta categoría en el sentido de normas obligatorias o
vinculantes. Se trata de normas que contienen una propuesta de conducta que puede o no ser
realizada por una de las partes, sin que su incumplimiento afecte el sistema jurídico o las reglas de
conducta social consensualmente aceptadas.as normas procesales son de orden público" El
principio de formalidad está referido al cumplimiento de las formalidades previstas en el
ordenamiento procesal. Estando a lo expresado apropósito del principio de vinculación, se
considera que las formalidades procesales son de obligatorio cumplimiento.

8. ARTíCULO X: PRINCIPIO DE LA INSTANCIA PLURAL


El proceso tiene dos instancias, salvo
disposición legal distinta.

30
COMENTARIO:
Es una garantía de la administración de justicia que permite la revisión de lo resuelto en la
instancia inferior por el superior jerárquico, puesto que existe la posibilidad de error del juez.

En consecuencia, aplicar este principio


resulta necesario a fin de que el derecho a
impugnar las decisiones de los jueces sea
efectivo; en razón de ello, la legislación
universal ha establecido la organización
jerárquica de la administración de justicia, de
manera que todo proceso sea conocido por
jueces de distinta jerárquica ante el
requerimiento oportuno de las partes.
En el proceso primitivo no se concebía la pluralidad de instancias porque se consideraba que el
fállo era expresión de la divinidad, por tanto, no se admitía que exista un órgano superior a ella
capaz de revocar sus decisiones. En la medida que el proceso se va fue incorporando al orden
estatal, se fÚe advirtiendo la conveniencia de proteger a las partes del error o la arbitrariedad del
juez.

Modernamente la organización judicial puede presentarse, según los grados de conocimiento, en


instancia única o en instancia plural. Según MONROY33 los que han incorporado y consolidado
procesos de instancia única, son aquellos que han logrado una considerable evolución del Derecho
y del proceso, así como

MONROY, Juan, "Los principios procesales en el Código


Procesal Civil de 1992", en: La formacion del proceso civil
peruano: escritos reunidos, Comunidad, Lima, 2003

31
un elevado desarrollo en la solución de sus
problemas básicos; por esa razón, estando al
proceso de evolución de los estudios
procesales en el Perú y de solución de sus
problemas esenciales, no sería oportuno por
ahora concretar legislativamente procesos de
instancia única.
Por otro lado, los que asumen la posición de pluralidad de instancias la justifican como la garantía
del individuo frente al Estado, frente a las providencias de los jueces, para que sean revisados por
otros jueces de superior jerarquia el control de legalidad y justicia. La legislación suele limitar sus
instancias a dos o a un máximo de tres. El derogado Código de Procedimientos de 1912 es una
expresión de la pluralidad de instancias, al permitir no solo que los jueces de las salas civiles de la
Corte Superior conozcan del recurso de apelación sino que, a través del recurso de nulidad, se
permitía la intervención de las salas de la Corte Suprema. La Constitución Politica del 93 también
regula la pluralidad de instancia (artículo 139 inciso 6) a diferencia del Código Procesal Civil que lo
restringe a la doble instancia.

El principio de economía procesal es el


principal sustento para los pattidarios de la
instancia única pues consideran que la
multiplicación de Instancias, so pretexto del
control de legalidad, permite la presencia de
procesos eternos y costosos; sin embargo, los
valores jurídicos de seguridad y orden no se
encuentran en función directa con el número
de instancias, y los postulados de economía y

32
celeridad pueden darse igualmente en ambos
tipos procesales: la instancia única y la plural.
Sobre el número de jueces que deben
fallar en el mismo grado de conocimiento,
existen dos criterios: la intervención de un juez
(los unipersonales o singulares) y la
intervención de varios jueces (los
pluripersonales o colegiados). En los
regímenes sometidos a la doble instancia se
reserva al primer grado a los unipersonales
mientras que al segundo grado a los
pluripersonales; en los ordenamientos
procesales de instancia única, existe la
tendencia hacia los jueces pluripersonales.
Nuestra legislación procesal opta por el doble
grado de conocimiento, como juez único en el
primero y múltiple en el segundo, pero con las
adecuaciones de la celeridad en el proceso.
Un aforismo íntimamente ligado a la doble instancia es el tanfum devolutum quantum appellatum,
que implica a decir de CALAMANDREI34 ) el nuevo examen del juez de segundo grado se ejercita
solo en cuanto las partes lo provoquen con Su gravamen; en apelación, lo mismo que en primer
grado, la mirada del juez se halla limitada, por decirlo así, por la mirilla del principio dispositivo y

33
no está en condiciones de ver sino lo que las partes colocan dentro del campo visual contemplado
desde esta estrecha abertura". La reformatio in peius también concurre al accionar del colegiado
superior en grado de apelación y consiste en atribuirle una competencia revisora restringida a los
aspectos desfavorables a la quejosa, por tanto, el superior no puede modificar lo resuelto por el
juez inferior en sentido favorable a las pretensiones del impugnante, a menos que su contraparte
recurriera a esa parte de la resolución del inferior.

ARIAN035 califica a las impugnaciones, en especial a la aplicación, una suerte de "garantías


de las garantías", esto es, una garantía del debido proceso mismo, porque son el más efectivo
vehículo para, por un lado, evitar el ejercicio arbitrario del poder por parte del juez a quo y, por el
otro, para permitir corregir (lo antes posible) los errores del mismo; sin embargo precisa, que las
impugnaciones van mucho más allá de la posibilidad de llevar una controversia, ya resuelta en
primer grado a un segundo. "El alcance garantista de las impugnaciones no se agota en poder
impugnar la resolución final del proceso en primer grado para lograr su sustitución por otra (o su
anulación), sino también en poder impugnar todas las resoluciones que a lo largo del iter del
proceso se pueden emitir. Y es aquí donde nuestro CPC peca de cierto 'antigarantismo"

CALAMANDREI, Piero. "Apuntes sobre la reformatio in


peius", en: Estudios sobre el proceso civil, trad. Santiago
Sentis Melendo, Omeba, Buenos Aires, 1961, p. 301, citado
por PEYRANO, Jorge. El proceso civil, principios y
fundamentos, Astrea, Buenos Aires, 1978, p. 67.

35 ARIANO, Eugenia. "Algunas notas sobre las impugnaciones y


el debido proceso", en: Advocatus, N" 09, 2003-11, Universidad
de Lima, Lima, 2003, p. 402.

En oposición a la impugnación, PRIOR13G


señala que si el error es el gran fundamento de
esta, habría también que permitir que la
decisión de quien revisa sea también revisada,
pues, ella al ser emitida por un ser humano, es

34
también susceptible de error, y por tanto,
jamás existiría decisión judicial definitiva ni se
alcanzaría la paz social en justicia. Para dicho
autor, es sumamente importante que se llegue
a una decisión justa lo más rápido posible.
"ello parece no importar, parece mucho más
importante que exista todo un complejo
sistema de impugnación donde todas las
resoluciones puedan ser apeladas. Se olvida
que ello recarga la tarea del juzgador. Se olvida
que con ello no solo el proceso, sino todo el
sistema procesal se vuelve más lento, y, en
consecuencia, menos fiable".
Frente a dichas posiciones decimos que si
bien la doble instancia es una garantía contra
la arbitrariedad, el error, la ignorancia o la mal
fe del juez; no se puede dejar de desconocer
que las apelaciones limitan la tutela pronta y
oportuna de los derechos afectados, sin
embargo, la realidad socio-jurídica de nuestro

35
país, todavía no hace aconsejable optar por la
instancia única.
Bajo una deformación del mundo jurídico, que cuestiona la pronta justicia, se recurre a la
apelación -no como un mecanismo para corregir los errores de la resolución impugnada que
genera agravio- sino todo lo contrario, un medio para dilatar la solución del conflicto. Decimos ello
porque en la argumentación para la búsqueda del error y del agravio se fuerza la realidad fáctica y
jurídica, para alegar (a sabiendas) hechos contrarios a la realidad y justificar así la apelación. El
Código Procesal lo califica y sanciona como acto de temeridad o mala fe procesal. Como señala el
inciso 1 del artículo 112 del CPC, constituye temeridad procesal, "cuando sea manifiesta la
carencia de fundamento jurídico de la demanda, contestación o medio impugnatorio". Véase el
caso, de la apelación a una sentencia, que bajo el ropaje del agravio y del error, reproduce el
apelante los argumentos ya planteados a una excepción resuelta desfavorablemente en el
saneamiento, la misma que no fuera impugnada en su momento; o el caso, de

36PRIORI, Giovanni. "Reflexiones en tomo al doble grado de


jurisdicción" en: Advccatus. NO 09, 2003-11. Universidad de
Lima. Lima, 2003. P. 405.
alegar hechos contrarios a la realidad, en la apelación, para generar confusión y dilación en el
proceso.

Frente a ello decimos que si bien la doble instancia es una garanta del debido proceso, también es
cierto que la tutela efectiva se afecta por impugnaciones temerarias, a las que el juez como
director del proceso tiene el deber de sancionar. Léase en ese sentido, la última parte del artículo
IV del TP del CPC que dice: "las partes, sus representantes, sus abogados y, en general, todos los
partícipes en el proceso, adecuan su conducta a los deberes de veracidad, probidad lealtad y
buena fe. El juez tiene el deber de impedir y sancionar cualquier conducta il icita o dilatoria".

El Código regula en el artículo 11 1 del CPC,


la sanción pecuniaria al abogado que ha
actuado con temeridad o mala fe; sin perjuicio
de ello debe remitirse copia de las actuaciones
respectivas a la Presidencia de la Corte

36
Superior al Ministerio Público y al Colegio de
Abogados correspondiente, para las sanciones
a que pudiere haber lugar
Por otro lado, debe tenerse en cuenta que el
juez es responsable disciplinariamente por
conceder una apelación, que no contenga
agravios que corregir. Si bien el juez revisor
declara la nulidad y la insubsistencia del
concesorio de apelación, la afectación al
principio de celeridad procesal y tutela
efectiva, es más cuestionable cuando la
apelación ha suspendido la ejecución del acto
impugnado, como sería el caso de la sentencia
que ampara un derecho, pero que su ejecución
se posterga a las resultas de la apelación
concedida indebidamente por el juez inferior.
Sobre el particular, léase lo

37
Corre la demanda interpuesta por Rafael Agustín Lluncor Castellanos y Gladys
Filomena Lluncor Moloche contra Guillermo Cepeda Villarreal; María Emilia Yzaga
Pérez; Guillermo Cepeda Yzaga; María Emilia Cepeda Yzaga; María del Pilar
Cepeda Yzaga; Rodrigo Cepeda Yzaga; Hugo Jesús Alberto Arbulú Arbulú; Otilia
Arbaiza Aguinaga; Delia Marcela Arbulú Arbulú; Marco Antonio Burga Bravo;
Leopoldo Edgardo Arbulú Arbulú y Silvia Ortega Ortega.
El petitorio de la demanda está dirigido a que se les declare, vía prescripción
adquisitiva de dominio, propietarios del inmueble sito en la calle Manuel María izaga
número setecientos sesenta y nueve, Chiclayo.

38
Manifiestan que en el año 1943, don Rafael Llúncor Castellanos entró en posesión
del inmueble en litigio, conocido entonces como calle María izaga N° 126, la cual se
identifica ahora con el N° 769, posesión que le entregó María Eugenia izaga de
Pardo, ya fallecida, en reconocimiento de los servicios laborales que le prestaba.
Acota que en dicho inmueble nacieron sus hijos, manteniendo hasta la fecha la
posesión del mismo y conduciéndolo como propietario en forma continua, quieta,
pacífica y de buena fe por más de sesenta años, siendo el único patrimonio con el
que cuenta, habiendo realizado innovaciones en el predio a raíz de la ampliación de
la calle María izaga, teniendo en la actualidad un área total de 31.51 metros
cuadrados.
Finalmente señalan los accionantes que los que aparecen como titulares
regístrales del predio en litigio nunca lo han ocupado, por el contrario, en forma
“ladina y punible” los demandados Arbulú Arbulú incluyeron el predio en litigio dentro
de propiedad signada en la Calle
Admitida a trámite la demanda se corre traslado a los emplazados, siendo
contestada a por Hugo Jesús Arbulú Arbulú, quien señala que los demandantes
saben que el bien materia de litigio tiene propietario y que carecen de justo título,
habiendo recibido los descendientes la propiedad de dicho predio, por lo que es
falso que los accionantes hayan ejercido algún derecho de propiedad sobre el bien
inmueble; asimismo, el recurrente tiene mejor derecho de propiedad sobre el
inmueble que la familia Cepeda Yzaga por estar inscrito su derecho con mayor
antigüedad y que los demandantes vienen ocupando el inmueble por haber
suscrito un contrato de arrendamiento con el representante del señor Guillermo
Cepeda Yzaga.
se apersona Guillermo Cepeda Yzaga, representado por Luis Gómez Pereda y
Carlos Gómez Paredes, solicitando se declare infundada la demanda, puesto que
los accionantes poseen el inmueble a título de arrendatarios y no de propietarios,
por ende no pueden adquirir la propiedad del bien vía prescripción adquisitiva de
dominio, siendo los actuales propietarios los hermanos Guillermo, María, Emilia,
María del Pilar y Rodrigo Cepeda Yzaga, los que han ejercido al derecho sobre el
inmueble, habiendo obtenido la rectificación judicial del área del predio. Asimismo,

39
el año mil novecientos noventa y ocho iniciaron proceso de desalojo por falta de
pago contra los demandantes, proceso que concluyó por conciliación extraprocesal,
al haber cancelado los recibos de alquiler hasta julio del año dos mil uno.
Mediante sentencia del 01 de junio de 2006 se declaró infundada la demanda
interpuesta por los accionantes, dado que de lo actuado en el proceso acompañado
sobre rectificación de área (expediente 1457-2000), se aprecia que en la Audiencia
de Pruebas del 25 de septiembre de 2000 el ahora demandante reconoció que
ocupaba el inmueble sito en Calle Manuel María Izaga N° 769 como inquilino,
precisando que ello ocurre desde hace más de cuarenta años. Siendo así, se
concluyó que no concurría el requisito de poseer a título de dueño, toda vez que el
demandante reconoció a un titular dador de la posesión, imposibilitando que su
posesión pueda presumirse que es a título de propietario, por existir una relación de
poseedor mediato a inmediato; además, se concluyó que tampoco podía sostenerse
que la posesión del demandante era a título de dueño, toda vez que conocía del
proceso de rectificación de área que, a título de propietarios del predio en litigio,
iniciaron los hermanos Cepeda Yzaga ante el Segundo Juzgado Civil de Chiclayo.
En relación a la codemandante Gladys Filomena Llúncor Moloche, el a que
estableció que, en su condición de hija, en realidad es una servidora de la posesión
y como tal, conforme al artículo 897° del Código Civil, no es poseedora y, por tanto,
tampoco puede adquirir un bien por prescripción.
La sentencia aludida fue apelada únicamente por la codemandante Gladys
Filomena Llúncor Moloche, en atención a lo cual la Primera Sala Civil de
Lambayeque[1], mediante sentencia de vista del 25 de octubre de dos mil, declaró
nula la sentencia apelada en el extremo que declaró infundada la demanda
interpuesta por Gladys Filomena Llúncor Moloche, ordenando que el que emita
nueva sentencia, toda vez que en ella se había determinado que la apelante tenía
la condición de “servidora de la posesión”, situación que no fue expuesta como
fundamento de la contestación de demanda ni fue fijada como punto controvertido,
por lo que se imposibilitó la defensa en cuanto a dicha imputación, infringiéndose el
inciso 3 del artículo 122° del Código Procesal Civil.

40
El Colegiado dejó establecido que lo resuelto en primera instancia respecto al señor
Rafael Agustín Llúncor Castellanos no podía ser objeto de pronunciamiento en
razón de que éste no había apelado la sentencia y por tanto ésta tenía la calidad de
Cosa Juzgada, por lo que la nulidad versaba únicamente en lo que concernía a la
apelante.
Devueltos que fueron los autos al juzgado de origen, Cuarto Juzgado en lo Civil de
Lambayeque, mediante resolución número cincuenta y cuatro, del 30 de enero de
2007, dicta nueva sentencia declarando infundada la demanda, al considerar, entre
otros aspectos, que quien ejerce realmente la posesión es el señor Rafael Lluncor
Moloche y no su hija codemandante, por haber vivido en el inmueble en calidad de
tal, condición que le impide adquirir el predio por prescripción, dado que no cumple
con el requisito de conducirse como propietaria como lo señala el artículo
novecientos cincuenta del Código Civil. Además, lo pretendido por los demandantes
implicaría crear la singular figura de dos poseedores en forma paralela y universal
de un mismo bien, ambos con derechos independientes, con la facultad de iniciar,
cada cual por su lado procesos de prescripción, pretensión que resultaría
manifiestamente improcedente.
Apelada que fuera la citada resolución, la Primera Sala Civil de Lambayeque,
mediante sentencia de vista del 25 de enero del 2008, confirma la alzada en todos
sus extremos, sustentándose en los mismos fundamentos de la recurrida y acotando
que el acto de posesión, como propietario, debe ser de manera exclusiva y con el
carácter de excluyente, por lo que no puede concurrir en paralelo otro acto de
posesión también como propietario del otro peticionante, habiéndose pronunciado
sobre este hecho la Corte Suprema en la Casación N° 3140-2000, del 20 de marzo
de 2001, en la cual se indicó que de acuerdo al artículo 950° del Código Civil, la
propiedad inmueble se adquiere por prescripción, cuando la posesión sea exclusiva
y como propietaria por parte de quien demanda la prescripción, por lo que cuando
la posesión es compartida con otra persona natural o jurídica, resulta evidente que
no hay una posesión exclusiva y como propietario; en consecuencia, a criterio de la
Sala Superior, la demanda no resultaba atendible, toda vez que la codemandante

41
no estaba ejerciendo la posesión como sucedánea de su padre sino en conjunto
con él.

CASACION 2228_2008 LAMBAYEQUE – PRESCRIPCION


ADQUISITIVA DE DOMINIO
I. MATERIA DEL RECURSO:
Se trata del recurso de casación interpuesto por doña Gladys Filomena Lluncor
Moloche, contra la sentencia, expedida el 25 de enero de 2008, por la Primera
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque.
II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO:
Por resolución del 03 de julio de 2008, expedida por la Sala Civil Permanente
de la Corte Suprema de Justicia de la República, declaró procedente el recurso
de casación por las causales previstas en los incisos 1, 2 y 3 del artículo 386°

42
del Código Procesal Civil, al haberse satisfecho los requisitos de fondo
regulados por los incisos 2.1,2.2 y 2.3 del artículo 388° del mismo cuerpo legal,
por los fundamentos siguientes:
(a) Contravención a las normas que garantizan el derecho a un debido
proceso:
Señala la impugnante que la recurrida infringe las reglas del silogismo jurídico
y de la inferencia, pues se ampara en una sentencia de casación para
establecer que la posesión debe ser exclusiva, cuando ello no se verifica de
las premisas del artículo 950° del Código Civil; se usurpa la función del
legislador al haber modificado dicho dispositivo legal introduciendo un
requisito ajeno e incurre en ese razonamiento al hacerlo depender de una
sola ejecutoria que no es doctrina jurisprudencial de acuerdo a los términos
previstos por el artículo 400° del Código Procesal Civil, por lo que el artículo
22° de la Ley Orgánica del Poder Judicial no puede prevalecer sobre la
precitada norma.
(b) Interpretación errónea del artículo 950° del Código Civil:
Indica la recurrente que al crearse un nuevo requisito legal, que implica una
restricción al derecho de prescribir y transgrede el principio constitucional de
no discriminación y vulnera por omisión el artículo 899° del Código Civil que
confiere estatus derecho sustantivo a la coposesión, según los comentarios
de los juristas que cita y propone como interpretación correcta, que el artículo
950° del citado cuerpo sustantivo, señala que la posesión debe reunir tres
caracteres: continua, pacífica y pública y que no excluye del derecho de
prescribir un inmueble al coposeedor.
(c) La inaplicación de normas de derecho material:
Manifiesta la impugnante que se ha inaplicado el artículo 899° del Código
Civil el cual regula el instituto de la coposesión y representa la fuente
legitimadora de su derecho.
III. DE LA CONVOCATORIA AL PLENO CASATORIO:
(a) Mediante la misma resolución que declara procedente el recurso de
Casación, la Sala Civil Permanente, dispuso remitir los actuados al señor

43
Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la República para que se sirva
convocar a Pleno Casatorio de conformidad con lo dispuesto por el artículo
400° del Código Procesal Civil, a fin que se constituya doctrina jurisprudencial
sobre el caso materia de autos.
(b) Por Resolución N° 01-2008-l-Pleno Casatorio-P-CS-PJ, del 07 de agosto de
2008, publicada en el diario oficial El Peruano el 28 del mismo mes y año, la
Presidencia del Poder Judicial, de acuerdo a lo dispuesto por el primer
párrafo del artículo 400° del Código Procesal Civil, convoca a Sala Plena de
la Corte Suprema de Justicia de la República para levar a cabo la vista de la
causa del presente proceso, la misma que se realizó el 18 de septiembre de
2008, habiendo sido designado como Vocal ponente el señor Manuel
Sánchez-Palacios Paiva.
IV. CONSIDERACIONES:
1. Habiéndose invocado vicios como fundamentación de los agravios y
atendiendo a sus efectos, es menester realizar primero el estudio de la
primera causal (de acuerdo orden mencionado en el auto que califica el
recurso interpuesto), dados los alcances de la decisión, pues en caso de
ampararse la misma, esto es si se declara fundada la Casación por dicha
causal, deberán reenviarse los actuados a la instancia de origen para que
proceda de acuerdo a lo resuelto, no teniendo objeto pronunciarse en lo que
concierne a la causal de interpretación y aplicación de normas materiales.
2. El asunto a dilucidarse en este proceso se centra en esclarecer si se ha
incurrido en un errado razonamiento al momento de fundamentar la segunda
sentencia de mérito, así como el haber incurrido en errónea interpretación
de una norma de derecho material e inaplicado otra que resultaba pertinente
al caso de autos.
Para tal cometido se hace necesario tener como puntos de debate o análisis
las instituciones jurídicas de la posesión, la propiedad y la usucapión en el
ámbito del derecho sustancial, en tanto que como cuestión procesal se
abordará el debido proceso, la motivación de las resoluciones judiciales y la
figura del litisconsorcio necesario activo.

44
A.- De la contravención a las normas que garantizan el derecho de un
debido proceso.
3. Conforme a lo alegado por la recurrente, se acusa en la sentencia de vista
que se ha incurrido en contravención a ¡as normas que garantizan el derecho
a un debido proceso por presentar una motivación insuficiente,
contraponiéndose al principio de la debida motivación legal, puesto que se
ha sustentado en una sentencia casatoria que no tiene fuerza vinculante de
acuerdo a lo dispuesto por el artículo 22° de la Ley Orgánica del Poder
Judicial (LOPJ), además de haberse concluido, de manera contraria al texto
expreso del artículo 950° del Código Civil, que la posesión debe ser
exclusiva, cuando en las premisas de dicha norma no se exige tal requisito.
a.1.- El debido proceso: aspecto formal y sustancial.
4. Con antecedentes que se remontan hasta el siglo XIII, la garantía
constitucional del debido proceso aún sin esa nomenclatura cuando en 1215
la Carta Magna del rey Juan Sin Tierra otorgó a los nobles ingleses la
garantía de que “ningún hombre libre podrá ser apresado, puesto en prisión
ni desposeído de sus bienes, costumbres y libertades, sino en virtud del
juicio de sus pares, según la ley del país” (Cláusula 48) - es reconocida en
nuestra legislación en el artículo 139, inciso 3, de la Constitución Política del
Estado.
5. De su inicial concepto como garantía procesal de la libertad (procedural
limitation), el debido proceso ganó profundidad y extensión desde fines del
siglo XIX, hasta llegar a constituirse en una garantía de fondo (general
limitation), garantía sustantiva y patrón de justicia reconocida en los
principales pactos y tratados internacionales, entre los que cabe destacar
los artículos 8o y 10° de la Declaración Universal de los Derechos del
Hombre, artículo 6o del Convenio Europeo para la Protección de los
Derechos Humanos y Libertades Fundamentales y artículo 14° del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
a.2.- De la motivación de las resoluciones:

45
6. El tema de la motivación de las sentencias y de las resoluciones en general,
como es sabido, no ha tenido una alongada práctica en el mundo jurídico,
sino que la misma ha sido una conquista de la ciudadanía prácticamente a
finales del siglo XVIII, si bien es cierto que en nuestra tradición jurídico
castellana tenemos antecedentes históricos en cuanto a la exigencia de la
motivación de las sentencias, ese no fue el talante de todos los
ordenamientos jurídicos europeos.
A nivel doctrinario se acepta que la motivación de las sentencias cumple
múltiples finalidades, así por ejemplo: a) Permite el control de la actividad
jurisdiccional por parte de la opinión pública, cumpliendo de este modo con
el requisito de publicidad esperado; b) Hace patente el sometimiento del
juez al imperio de la ley; c) Logra el convencimiento de las partes sobre la
justicia y corrección de la decisión judicial, eliminando la sensación de
arbitrariedad y estableciendo su razonabilidad, al conocer por qué concreto
de su contenido; d) Permite la efectividad de los recursos por las partes; y
e) Garantiza la posibilidad de control de la resolución judicial por los
tribunales superiores que conozcan de los correspondientes recursos.
Finalmente, se ha expresado que no se trata de exigir a los órganos
jurisdiccionales una argumentación extensa, exhaustiva o pormenorizada
que vaya respondiendo, punto por punto, a cada una de las alegaciones de
las partes, ni impedir la fundamentación concisa o escueta que en cada
caso estimen suficiente quienes. ejercen la potestad jurisdiccional, ya que
la exigencia de motivación no implica necesariamente una contestación
judicial expresa a todas y cada una de las alegaciones de las partes.
Desde nuestro punto de vista la referencia que hace la Sala Superior a la
citada Casación no se configura como un elemento basilar de la sentencia
recurrida, sino que la usa como argumento de autoridad; razón por la que,
aún en el hipotético caso que no la hubieran mencionado siquiera, los
demás considerandos de la sentencia se explican por sí solos (al margen
de si se comparte o no los criterios expuestos en ellos), habida cuenta que
se sostienen autónomamente y no son dependientes de la alusión a la

46
sentencia casatoria. Reiterando, los considerandos restantes no van
embretados a la cita que se hace de la aludida sentencia de Casación. Ergo,
no siendo sustancial la referencia a la resolución casatoria N° 3140-2000
(por cierto, erradamente invocada), no se considera suficiente para dar paso
a la denuncia planteada por la recurrente.
En suma, la causal de contravención al debido proceso no ha prosperado
de acuerdo a las razones precedentemente expuestas, por lo que debe ser
desestimada; debiéndose pasar al estudio de las siguientes causales que
sustentan el recurso de Casación.
B.- De la posesión, la propiedad y otras instituciones afines.
Como quiera que en el presente caso no sólo se viene discutiendo la calidad
de poseedores de los accionantes, sino también de usucapientes,
consideramos necesario abordar someramente algunas cuestiones
relacionadas con las instituciones jurídicas de la posesión y de la propiedad.
b.1.- La posesión:
Como referente legislativo básico en nuestro ordenamiento civil tenemos
que el artículo 896° nos trae una idea de lo que es la posesión, cuyo texto
es el siguiente:
“Artículo 896: La posesión es el ejercicio de hecho de uno o más poderes
inherentes a la propiedad”.
b.2.- Formas de adquirir la posesión.
Se considera que la posesión se adquiere tanto a título tanto como a título
derivativo. Es originaria la adquisición ido se funda en el solo acto de
voluntad unilateral del adquirente, en cambio, es derivativa cuando se
produce por una e intervención activa del adquirente y del precedente
poseedor y el fenómeno adquisitivo tiene su causa y su origen en la
disposición de ese poseedor precedente.
Nuestro ordenamiento jurídico, en el artículo 900° del Código Civil, señala
que lo posición se adquiere de manera derivativa (usa el termino tradición)
u originaria. Esta última se sustentará en el solo acto volitivo del adquirente,

47
en tanto que la primera requerirá la existencia de un poseedor que entregue
la posesión y un segundo que la reciba.
b.3.- La Coposesión:
Normalmente se concibe que la posesión es a título exclusivo, pero también
es posible que se dé la figura de la coposesión, la misma que se manifiesta
cuando varias personas ejercen la posesión sobre el mismo bien en el
mismo grado.
Nuestro artículo 899° prevé esta institución jurídica cuando indica que existe
coposesión cuando dos o más personas poseen un mismo bien
conjuntamente.
b.4.- Clases de posesión:
Nuestro ordenamiento civil nos trae una clasificación de posesiones y sus
efectos, como se puede verificar de los artículos 905° a 911° del Código
Civil; siendo que la posesión puede ser mediata o inmediata, legítima o
ilegítima, esta última se sub clasifica de buena o mala fe, y finalmente la
posesión precaria, la misma que ha suscitado ardorosos debates a nivel
nacional en cuanto a su conceptualización y alcances.
La materialización de la posesión se refleja también en la forma de organizar
y entender la concurrencia de posesiones, por ello el Derecho alemán
concibe la posesión mediata y la inmediata que se disponen superpuestas
en concurrencia vertical sobre la cosa, encontrándose en la base la
posesión inmediata, que aporta el elemento corporal sobre el que se edifica
la pirámide posesoria. En otros términos, el poseedor superior es poseedor
por intermediación del sujeto que tiene la cosa, si se prefiere, éste comunica
a aquél el corpus necesario para elevarlo a la categoría de poseedor
b.4.1.- Posesión mediata e inmediata:
Bajo esa línea de ideas y estando en consonancia a la materia debatida
en el presente proceso, importa ahondar respecto a la posesión mediata
e inmediata contemplada por el artículo 905° de nuestro Código Civil.
b.4.2.- Servidor de la posesión:

48
Otro aspecto de relevancia que se debe abordar es el referido al servidor
de la posesión que viene regulado por el artículo 897° del Código Civil,
el mismo que no se concibe como poseedor porque ejerce el poder
posesorio de otra persona en relación de dependencia o subordinación,
dado que actúa por orden, no por poder; no es representante, sino
instrumento de la posesión, toda vez que no está en un plano de igualdad
con el poseedor sino que está subordinado a éste, por lo que, al no ser
poseedor, está privado de las acciones e interdictos posesorios.
b.5.- La propiedad:
Nuestro Código Civil en su artículo 923° señala que la propiedad es el poder
jurídico que permite usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien.
Modernamente se define la propiedad como el señorío más pleno sobre una
cosa. Dicho señorío comprende todas las facultades jurídicamente posibles
sobre una cosa.
b.6.- Derecho de habitación:
De acuerdo a lo normado por el artículo 1027° del Código Civil, cuando el
derecho de uso recae sobre una casa o parte de ella para servir de morada,
se estima constituido el derecho de habitación.
Este es un derecho real en el que el uso del bien se Encuentra restringido,
dado que se limita a ejercerse sobre una casa o parte de ella que sirve de
morada, por lo que tiene como elementos: a) el ser un derecho de uso; b)
el de recaer sobre una casa o parte de ella y c) tener por destino la morada
del beneficiario[
b.7.- Derecho de uso y arrendamiento:
Conforme expone el autor nacional Jack Bigio Chrem, cuando el derecho
de uso se constituye a título oneroso presenta similitud con el derecho que
adquiere el arrendatario mediante dicho contrato (pues tanto el arrendatario
como el usuario sólo adquieren el derecho al uso del bien, mas no a los
provechos que éste pudiera generar). No obstante, el autor encuentra
algunas diferencias, como son:

49
a) Como consecuencia del carácter del derecho real de uso, la
transferencia del bien durante el transcurso de su vigencia no importará su
extinción, efecto que sí se puede producir por voluntad del nuevo
propietario en el caso de la venta de un bien arrendado conforme a lo
dispuesto por el artículo 1708°, inciso 2, del Código Civil.
b) El derecho de uso es intrasmisible, en consecuencia, no puede ser
objeto de cesión a tercera persona (artículo 1029° CC) como sí puede
suceder con el arrendamiento, que admite ser objeto de cesión de posición
contractual (artículo 1696° CC).
c) Tanto el arrendamiento como el derecho de uso pueden tener origen
contractual, el derecho de uso puede constituirse mediante acto unilateral
y por testamento, en tanto que el arrendamiento sólo tiene como fuente el
contrato; y d) Si se concede el derecho de uso de un inmueble por medio
de un contrato por un plazo determinado, y si al finalizar este el usuario
permanece en posesión del bien y el propietario no exige su devolución,
aquél se habrá convertido en ocupante precario, no ocurriendo lo mismo
con el arrendamiento, en el que la permanencia del arrendatario en el uso
del bien más allá del plazo vencido se entiende como continuación de la
relación obligacional bajo sus mismas estipulaciones de acuerdo a lo
regulado por el artículo 1700° del Código Civil.
b.8.- Usucapión: Fundamentos y efectos:
Se considera que el real fundamento de la usucapión es el significado
constituyente de la apariencia como única realidad del derecho y de la
propiedad. La usucapión es algo más que un medio de prueba de la
propiedad o un instrumento de seguridad del tráfico, es la realidad misma
(la única realidad) de la propiedad. El substrato dogmático de un orden
social patrimonial.
b.9.- Situación jurídica sustancial y procesal de los demandantes:
De lo considerado, resulta de necesidad el examinar la situación jurídica de
los accionantes, dado que únicamente determinando tal condición se puede
decidir si es que la sentencia a dictarse implicará también al señor Rafael

50
Llúncor Castellanos, toda vez que el mismo no recurrió de la sentencia
dictada por el A quo, así como tampoco impugnó la sentencia en revisión
que confirmaba la apelada que declaraba infundada la demanda.
C.- De la interpretación errónea de una norma de derecho material.
Se ha denunciado por la recurrente que se ha interpretado erróneamente el
artículo 950° del Código Civil al haberse introducido por el tribunal Ad
quem un requisito no previsto por ley como es la exclusividad en la
posesión, limitándose con ello su derecho a usucapir, dado que la norma no
prohíbe que un coposeedor pueda solicitar la prescripción adquisitiva de
dominio, por tanto, tiene legitimación para lograr un pronunciamiento judicial
favorable en ese sentido.
Cuando se habla de interpretación errónea nos referimos al hecho que el
juez, pese a haber elegido correctamente la norma legal pertinente, se ha
equivocado sobre su significado y dándole una interpretación errada le ha
dado un alcance diferente al que tiene.
Si bien es cierto que, en principio, toda norma jurídica es pasible de
interpretación, no resulta menos cierto que tal interpretación debe encontrar
sentido dentro del ordenamiento jurídico vigente y precisamente esa es una
de las funciones del recurso de Casación, el de velar por la correcta
interpretación y aplicación de las normas.
D.- De la inaplicación de normas de derecho material:
Como otra denuncia casatoria, la impugnante señala que no se ha llegado
a aplicar al caso de autos el artículo 899° del Código Civil, puesto que de
hacerlo modificaría radicalmente el fallo de la Sala Superior.
Sostiene que al no haberse aplicado la citada norma jurídica se ha
desconocido su derecho de coposeedora, que en consonancia con los
términos de la demanda resulta pertinente para dirimir la controversia.
V. FALLO:
Por tales razones, el Pleno Casatorio de la Corte Suprema de Justicia de la
República, de conformidad con lo normado por el artículo 400° del Código
Procesal Civil, por unanimidad:

51
a. Declara INFUNDADO el recurso de Casación interpuesto por doña Gladys
Filomena Llúncor Moloche, en consecuencia, NO CASARON la resolución
de vista, su fecha veinticinco de enero de dos mil ocho, expedida por la
Primera Sala Civil de Lambayeque;
b. ESTABLECE como doctrina jurisprudencial vinculante lo siguiente:
La correcta interpretación del artículo 950° del Código Civil debe hacerse
en el sentido que nada obsta para que dos o más coposeedores
homogéneos puedan usucapir, puesto que de ver amparada su pretensión
devendrían en copropietarios, figura jurídica que está prevista en nuestra
legislación.
c. IMPUSIERON a la recurrente una multa de dos Unidades de Referencia
Procesal de acuerdo a lo previsto por el artículo 398° del Código Procesal
Civil; asimismo.
d. ORDENARON la publicación de la presente sentencia en el Diario Oficial
“El Peruano”, teniendo efectos vinculantes para todos los órganos
jurisdiccionales de la República a partir del día siguiente de su difusión.

VI. CONCLUSIONES:
Estando a las consideraciones expuestas, estimamos que el recurso de
Casación es infundado al haberse dictado la sentencia de vista de acuerdo a
Derecho, por lo que:

52
1) No hay contravención a las normas que garantizan el debido proceso
conforme ha alegado la recurrente, consiguientemente ¡a resolución
impugnada no adolece de motivación aparente o defectuosa.
2) No es amparable la denuncia de interpretación errónea del artículo 950°
del Código Civil, ni tampoco inaplicación del artículo 899° del mismo
Código, puesto que en el primer caso si bien es cierto ha existido una
errónea interpretación de la norma jurídica, no obstante, el fallo se ajusta
a Derecho y en el segundo caso se ha demostrado que la norma no
resulta pertinente de aplicación al caso materia de autos.
3) Este Pleno Casatorio considera necesario precisar que la correcta
interpretación del artículo 950° del Código Civil debe hacerse en el
sentido que nada obsta para que dos o más coposeedores homogéneos
puedan usucapir, puesto que el resultado sería una copropiedad, figura
jurídica que está prevista en nuestra legislación.

VII. WEBGRAFIA

https://legis.pe/ii-pleno-casatorio-civil-prescripcion-adquisitiva-de-dominio/

53

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