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ENRIQUE B AMBOSI- ESCRITO PEDAGÓGICOS (2006)

Pedagogo Cordobés, doctor en ciencias de la educación docente investigador en la universidad


de villa maría córdoba.

Se propone problematizar la especificidad que convierte en educativa a una práctica social y en


pedagógica a una reflexión. La existencia de una práctica social a la que denominamos
educación, sentada la existencia de una reflexión en aquellas prácticas que denominamos
pedagogía.

El concepto problematizar lo interpretamos como sinónimo de DESNATURALIZAR de cuestionar


lo obvio. Su esquema de análisis de las prácticas sociales, entendemos problematización en
sentido que le atribuye burdie, el sentido común conduce a tratar las actividades o preferencias
propias determinados individuos en una sociedad determinada o en un momento
determinado.

Según lo expuesto, problematizar significa desnaturalizar. La educación como hecho concreto,


situado y significado históricamente cuya intencionalidad es mejorar a la persona,
mejoramiento integral y no parcial (reduccionismo).

La pedagogía como una práctica reflexiva igualmente concreta y situación históricamente cuya
intencionalidad es construir una trama argumentativa del acto de educar. La educación como la
pedagogía tiene en común el mejoramiento integral de la persona es decir: una
intencionalidad hacia un estado positivo o lo que definimos como una intencionalidad
formativa.

El ex ducere(sacar, llevar, conducir desde dentro hacia afuera) y el educare (criar, nutrir,
alimentar) nos ubican más que en el auto-educación y hetero-educacion. Formar es elevar o
mejorar lo específicamente humano no en términos de posesión estática y acabada sino que el
sentido de actitud permanente a formarse.

Formación es sinónimo de educación en sentido de educación integral, educar supone formar


íntegramente a la persona y hacer pedagogía o reflexionar pedagógicamente- reflexiones de
posibilidad. Estos términos suponen observar que la especificidad pedagógica está dada por la
noción antropológica de persona: liberad, razón y lenguaje

 Libertad: como la capacidad de optar, de responsabilizarse.


 Razón: capacidad de discernir entre ideas de mejoramiento y de deshumanización.
 Lenguaje: desarrollo de la capacidad de comunicación.

La educación y la pedagogía definidas como tareas antropológicas, no cualquier antropología


sustenta una pedagogía o una educación. La pedagogía como ciencia autónoma que convoca a
otras ciencias para colaborar en la formación integral de la persona.

La concepción de la educación significada en términos de enseñanza y aprendizaje: “didactismo


pedagógico” (la educación es significada entre enseñanza y aprendizaje)
Educación: pensarla en las intencionalidades que le adjudicamos a nuestras prácticas; la
educación como practica intencional.

La educación es una práctica social, histórica y contextualizada; productora, reproductora y


transformadora del orden social, puede ser analizada desde hecho, propósito y reflexión. La
educación es una práctica de filiación, debe sujetar al propio territorio, entendido como un
espacio simbólico y maternal de derecho y deberes. Filiación significa apropiarme críticamente
de la cultura, una práctica social que no filia es una práctica social de dominación

Es una práctica de transmisión crítica de la cultura, selección, transmisión, y formación se


convierte en categorías de análisis claves en la configuración de un pensamiento pedagógico.

La trasmisión supone una operación de un lugar a otro. Educar es una forma de operar sobre
las herencias, de la memoria y al a ves hacer memoria.

Pedagogía y política, son ámbitos constitutivos: un sistema educativo es indisociable del


contexto social o modelo de sociedad.

La educación es una práctica política y la política es una práctica educativa. La reflexión


pedagógica constituye una reflexión política y esta una reflexión pedagógica, el fin de la política
es el bien común y el fin de la pedagogía es la forma integral de la persona.

Política: actividad humana que se define como el arte gobernar, de ordenar y canalizar de
manera finalista la conducta. El fin de esta es el bien común, la construcción de este es el arte
de ejercer el poder. Entendemos por poder la capacidad de direccionar los procesos sociales
hacia metas humaniza doras.

La dominación es un direccionamiento que niega el otro y yuxtapone (se pone encima del otro
sin interposición). La política deja de ser una praxis (una práctica) referimos a la dominación
como poiesis.

El fin de la pedagogía es la formación integral de la persona, cuando este ejercicio pierde el


sentido deja de ser una praxis al servicio de la formación integral de la persona, se convierte en
domesticación, en negación de la alteridad “domesticación como poiesis”.

La modernidad se presenta como la época histórica de la institucionalización; tanto la política


como la pedagogía se re- colocan, cambian de posición. La escuela se construye como forma
social histórica de la modernidad y se pasa del niño al alumno, desde la concepción del alumno
como un sujeto ilustrado- a ilustrar según los intereses del estado.
Hannah Arent

La educación ha sido una gran batalla donde la mercantilización de esta termina siendo
primera en la lista de prioridades. Hanna nos introduce a un pensamiento crítico en el que la
garantía de evolución está relacionada con el nacimiento, la llegada a un mundo nuevo y
diferente, el nacimiento del ser.

La educación es acción y como tal es solo la actividad, el movimiento, la fusión de la


palabra y el discurso lo que permite que el ser se desarrolle en un mundo con posibilidades de
renovación.

Hannah nos habla de la pluralidad como condición básica humana, donde la acción senos da
sin mediación y revela nuestro yo y quienes somos ante los demás. Es la pluralidad el permiso y
la posibilidad de ser diferentes y entendernos, decomunicarnos. Es la acción quien nos adentra
en el mundo y nos inicia en el comienzo del aprendizaje, en la capacidad de poner algo en
movimiento. La acción es creación de novedad, debe ser objeto de un aprendizaje y por tanto
de una cierta imitación. La educación no debe ser un sistema de esclavos, la educación debe
ayudar a ser felices ya ser libres.

Hannah plantea la imposibilidad entre la relación de la educación y la fabricación, la negación


de que la educación tenga un punto final, como terminar un producto. El trabajo de la
fabricación se realiza bajo la guía de un modelo, de acuerdo con el cual se construye el objeto y
es aquí cuando se procede a manipular y reprimir. La Fabricación es un proceso reproducible
donde la pieza averiada se reemplaza por una igual, la formación tratada como producto
estandariza el nivel de conocimiento, la cantidad de información que se debe tener, es la
finalización de un proceso que no debe terminar. Primo Levi hacia una observación:
“Los monstruos existen pero son demasiado pocos para ser realmente peligrosos, mas peligros
os son los hombres comunes, los funcionarios listos para creer y obedecer sin rechistar”.

La educación como fabricación solo puede entregarnos seres prefabricados. Es aquí donde
evaluar este esquema de la educación se hace necesario porque esta debe hacer parte de lo
esencial, de lo que prevalece todo el tiempo, de esa esencia en el ser humano, esa que permite
nutrir el alma de acontecimientos y de hallazgos a diario, de ese saber en su entera
simplicidad. La educación fabricada solo puede dotarnos de seres que se mueven como una
gran máquina.

Es triste pensar en aquellos idiotas instruidísimos para hacer daño, para arrancar la alegría y
para acabar con ese gran principio que es el sentido común.

Tal vez Hannah Arendt no lo diga como un reproche, pero aquí quiero recriminarlo. Es1.Arendt
Hannah Natalidad y Educación

“No solo expresamos un contenido, sino que somos capaces de atribuir estados intencionales
tanto a nosotros mismos como a los demás. Poseemos una radical capacidad atributiva de
asignar intenciones, deseos, creencias a los demás como base de su vida mental y espiritual, y
a través de esta vía nos hacemos capaces de entenderlos y de comunicarnos”
Indignante saber que la educación sea usada para elaborar productos, para estar al
frente de grandes misiones con fines políticos, para hacer parte del sistema endesarrollo sin im
portar pasar por encima de otros. Grandes médicos, personas competentes, con estudios,
ingenieros, llevaron a cabo una barbarie en el holocausto nazi; asesinaron hombres, mujeres,
niños y hasta recién nacidos, crearon una brecha de discusión en la historia donde algunos
llegan a admirar el poder de la educación como formación de fabricación y otros nos
preguntamos si realmente la educación
reduce los grados de barbarie de la humanidad, que pueden existir monstruos educadísimos.

Hannah nos habla de la educación donde el objetivo es la natalidad, ese momento donde el
recién llegado es acogido y debe ser acompañado y recibido en términos de ética.

Hanna explica la importancia de el entorno, las estructuras de acogida, donde lafamilia, la


comunidad educativa y la comunidad política puede funcionar o no. “El niño es un recién
llegado. Ante él, el educador tiene una doble responsabilidad: es responsable de su desarrollo
y es responsable de una cierta perpetuación del mundo al cual hay que introducir,
hospitalariamente al educando. Tanto el niño como el mundo deben ser mutuamente
protegidos”.

La Natalidad es la etapa fundamental del ser humano, donde éste se encuentra a la expectativa
de ese nuevo mundo. Es el recién llegado quien nos brinda la oportunidad del cambio, de la
mejora, de hacer realidad algunos sueños, el momento de ser libres, de mostrar que la
educación no se debe encaminar a la fría productividad.

La educación donde el maestro aprende del estudiante, donde se abre a este y


permiteese nacimiento, ese reencuentro con el conocimiento, ese desarrollo de un ser
bondadoso; esa educación que ahora está

Me asombra que aún se siga enseñando todo menos lo esencial: el arte de ser felices, la
asignatura de amarse y respetarse los unos a los otros, la carrera de asumir el dolor y no
tenerle miedo a la muerte, la milagrosa ciencia de conseguir una vida llena de vida.
La educacion según P. Meirieu es una practioca propia de la especie humana, ya que un niño
cuando nace necesita de un adulto que le ofrezca lo que no tiene que lo acoja, y aytude a vivir
y a adaptarse al mundo.

Educacion y transmisión son vinculantes y la educación es transmisión pero no siempre.


Muchas veces no se logra una tyransmision entre los sujetos, en la cual uno le ofrece al otro lo
que tiene.

Para que pueda lograrse una transmisión es necesario un sujeto que transmita, que brinde
herramientas o estrategias, y uno ue reciba el contenido-saber transmitido, y que cada uno
ponga su parte. En las relaciones algo se da que va mas halla de lo que se ofrece, es por eso
que decimos que agrega sentido, un valor agregado.

Educar genera movimientos y cambios, altera a ese otro que esta recibiendo un nuevo saber-
contenido, es por eso que Graciela Frigerioen el Prologo de la invención del aula de Ines dussel
y Marcelo Carusso anuncia que “El trabajo de la educacion, que es el trabajo de las culturas, de
transmisión, de descubrimiento, psíquico de elaboración de conflictos socio-cognitivos y
rupturas epistemológicas, requiere una pedagogía que no se resigna, que no ignore sus
pasados y ofrezca futuros. Un futuro donde el hombre no sea descartable, donde la técnica y la
tecnología estén al servicio del bienestar colectivo y no sean usadas para producir exclusión, las
producciones culturales sean un bien comun y no un privilegio reservado para algunos, la ética,
un componente dde la accion”. La educacion como transmisión genera un espacio par que el
otro haga, para
LAURENCE CORNU

Transmitir: un nombre, un apellido, una herencia, conocimientos, una historia,


‹‹valores›› –un secreto, un mensaje, una información–, una enfermedad. En los múltiples
‹‹objetos›› que ‹‹pasan›› de un ser a otro, y en las diversas formas de traspaso, cabe resaltar
algunas paradojas: la transmisión puede ser tanto acto consciente de una última voluntad
como impregnación desapercibida –y hasta desconocida– en lo insabido del secreto. Puede ser
solemne o clandestina. Puede resultar de un proyecto determinado o de una propagación
imprevisible. Hoy en día nos inquieta la transmisión de valores, la transmisión de ‹‹la cultura››,
de la memoria.

En la transmisión humana que nos preocupa creemos identificar tres términos estables:
 el objeto de transmisión.
 el ‹‹transmisor››, que se piensa decisor y consciente. el ‹‹transmisor›› es un pasador
que a su vez recibió. No es que tenga que borrarse para que ‹‹eso pase››: eso pasa a
través de él. Pero eso que lo inscribió como sucesor le significa por la misma razón, su
finitud.
 a quien se le transmite, ese al que a veces se tiene por culpable cuando la transmisión
parece no hacerse.

La transmisión de la ‹‹comunicación›› no es sólo (ni puede ser exactamente) la unilateralidad


(contra la supuesta reciprocidad de la comunicación), sino la inscripción en una temporalidad
irreversible y en lugares disimétricos. La ‹‹comunicación›› (o la ilusión correspondiente y sus
avatares mediáticos) puede jugarse en un espacio de lugares equivalentes, y en un presente. La
transmisión supone objetos frágiles y seres mortales, y entre esos seres supone una estructura
de lugares a la vez temporal y simbólica, como también una palabra que signifique que otro
puede venir a su vez: hacerse adulto en su momento, padre o madre a su hora, o profesor,
siguiendo a otros. De ese modo, la polisemia antes citada puede decantarse alrededor de un
tema, y ese tema es el de una estructura y un traspaso de lugares.

Finitud: nos pasamos un objeto, un lugar, porque se nos pasará el tiempo de tenerlo en
nuestras manos y también lo pasaremos. Pero no se trata tanto de pasarle un objeto a un
‹‹destinatario›› como de que el destinatario se transforme a su vez en sujeto.

Transmitir una misiva es constituir al otro como destinatario. Transmitir un apellido es


reconocer a un niño, reconocerle esa filiación que lo humaniza. Transmitir un ‹‹saber››,
transmitir conocimientos, es reconocer en otro sujeto la capacidad de saber ese saber, de
desearlo, de entenderlo, de desarrollarlo. ‹‹Construir›› al sujeto es primero
plantearlo/presentarlo como tal, reconocerlo sin justamente pretender fabricarlo de pies a
cabeza como si fuera un objeto. Es no sólo despertar su curiosidad, su espíritu: es instituirlo
como sujeto del conocer.

Sucesión, finitud, reconocimiento del otro, requerimiento de sujetos ‹‹en su propio


nombre››: tales son, en forma muy sumaria, los rasgos de la transmisión humana.

Sujeto, direccionamiento, reconocimiento


El sujeto de la gramática es libre y al mismo tiempo está sometido a la ley de aquello que hace
estructura sucesiva y gramatical. Es instituido en esa ley de la lengua en la cual puede jugar y
hacer jugar los sentidos, y combinar y crear todas las oraciones que quiera: hay libertad en esa
ley, hay vitalidad inventiva gracias a dicha estructura. No hay sujeto hablante sin esa institución
de su creatividad. Es sujeto quien habla y juega el juego de la lengua. A medida que habla, el
sujeto toma conciencia gracias al lenguaje; nombra objetos, reconoce, combina, prevé.

Una búsqueda ética legítima y necesaria, dado que habría búsqueda de una cualidad/calidad
del actuar, búsqueda de un actuar justo, afanoso de justeza y de justicia. A diferencia de
cualquier moralina abstracta, esta ética busca justeza en situaciones que sabe singulares: no es
codificable y puede ser silenciosa. Su formulación no puede venir de un discurso ‹‹dominante››
que enuncie desde afuera, y desde arriba, qué hace falta o qué ‹‹sería suficiente›› hacer.
Es subjetiva en el sentido de remitir no tanto a pruebas ‹‹objetivas›› como a pruebas
personales (subjetivas pero de un universal subjetivo). La prueba le ‹‹asigna›› a cada cual como
sujeto dos maneras de ‹‹hacer la prueba››: por un lado, a la experiencia de su propia
subjetivación, de su propio devenir sujeto, y por otra parte, a la aventura de reconocimiento
intentada: una ética del direccionamiento sólo puede ser confiada a cada sujeto

En esas condiciones pueden proponerse algunas referencias y posibles principios de


una ética de la transmisión, o mejor, de una ética en la transmisión, afán del actuar justo de
una transmisión instituyente. El nombre, el apellido, el decir, el direccionamiento, el responder,
y la hospitalidad. El sujeto lleva un nombre, un apellido. El nombre propio dice qué lugar se
ocupa en un parentesco, y también dice que en ese lugar vinculante hay un recién llegado. El
nombre propio dice acerca de la transmisión de una filiación y la presentación de una
singularidad frágil, prometida a advenir.

Hay dos significaciones posibles para el término identidad: ¿quién soy? Pregunta
infinita, identidad indefinida, secreta, siempre por inventar, potencial desconocido que se
vincula a través de una historia: identidad abierta y ‹‹narrativa›› gestada por el nombre propio,
y el reconocimiento. Están, además, las identidades categoriales, los nombres ‹‹comunes›› de
las pertenencias, las atribuciones y las clasificaciones de que echan mano las sociedades, sobre
todo en tiempos de inquietud. De todo ello hacen uso las ‹‹sociedades›› mediáticas

En las sociedades mediatizadas, lo que corre riesgo de ser aplastado por las miradas
categorizado ras es la posibilidad de ser reconocidos si no nos parecemos a nada: la posibilidad
de lo desconocido, es decir, de los recién llegados, la posibilidad que tiene una sociedad de
renovarse por obra del nacimiento.

El decir, el direccionamientos: Eso es instituirlo en la palabra separadora, la misma que


permite despegarse como sujeto y representarse el mundo. Pero hablarle al otro (y no sólo de
él, en tercera persona), es también abrir(se) a la reciprocidad.

La cuestión del decir es la cuestión del interdicto que hace estructura, que limita, que protege y
que humaniza. Conocemos los dos interdictos ‹‹fundamentales››: los respectivos interdictos
del asesinato y del incesto. Debemos agregarle ahora al sentido primigenio de ambos todo
aquello por cuyo intermedio se traducen y se metaforizan. Con respecto al nombre, es el caso
decirlo, el primer interdicto remite a la humillación, ese asesinato de la dignidad. Con respecto
al intercambio, el segundo pone en guardia acerca de la confusión de palabras y de espacios,
incestos simbólicos

Una ética de la responsabilidad se preocupa por las consecuencias de los actos y por la manera
en que podemos hacernos presentes en lo que sigue, y hacernos garantes de otros actos y por
la palabra: los actos no son necesariamente faltas ni errores, sino iniciativas, inicios que exigen
continuación. En la educación, Hannah Arendt ve una responsabilidad exigida por el
nacimiento, es decir, por la venida al mundo de recién llegados, lo cual entraña, según ella
misma lo dice, una doble responsabilidad: responsabilidad de y por el pasado, que podría verse
arruinado, por ignorancia, en razón de la llegada de los nuevos. Pero responsabilidad por esa
novedad venidera, que puede ser destruida por la dureza de aquellos que ya están, por su
reticencia a darles cabida, por su fuerza o su impaciencia.

Esa transmisión no puede prejuzgar acerca de lo otro de ese/eso otro, sino permitir el relevo:
ya en la confianza que depositamos en el niño en tantas situaciones, estamos renunciando a
actuar en lugar de él, con lo cual en cierto modo hacemos un don puntual de libertad. La
transmisión se hace entonces invitación a tomar lugar, a inventarse la propia subjetivación, la
propia emancipación.

En la educación, el don es transgeneracional, no se entrega sino que se ‹‹dona›› a algún otro lo


que fue donado, y se dona algo que no nos pertenece, se dona también algo que no se tiene, y
sin saberlo. Hay en lo que humaniza un don de la falta, del lugar vacío.

Es que se trata de hospitalidad: de un lugar para alguien nuevo. Cuestión de acogida y


cuestión de lugar.

Cuestión de acogida: si es cuestión de sucesión y de cambio de lugar, se podría


imaginar que una ética de la transmisión, es decir, de institución simbólica, se preocupe de los
pasajes simbólicos que, en la infancia, o de la infancia a la adolescencia, o de la adolescencia a
la edad mayor (‹‹más grande››), hacen hacer la prueba del atravesamiento de una ‹‹línea de
sombra››.(8) Línea de franqueamiento impresionante, prueba de irreversibilidad que, en
sociedades distintas de las nuestras, eran objeto de ritos de pasaje donde se significaba el
orden al que habrían de someterse los recién llegados. Lo político como experiencia de acto en
común, de acción libre, y de posibilidad para los nuevos de cumplir su libertad, como
posibilidad de un espacio común,

Cuestión de espacio tanto como de temporalidad: de espacio en la casa común, cosa


difícil y quizá tan decisiva en nuestros días, donde todos los lugares están previstos u ocupados,
y todos los territorios por conquistar, mientras que aquí se trata de un espacio ‹‹entre››: de
espacio para respirar, de espacio libre, y de lugar también para lo indeterminado.

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