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Gustavo Víctor Pasquali

Módulo 1 – Tecnología y Sociedad


Actividad 1

El sentido ético político de la educación, supone realizar una reflexión colectiva acerca de
los diferentes actores que involucra el Estado; sobre el posicionamiento específico de los
docentes respecto a su implicancia como actores protagónicos y sobre la relación de la
escuela como parte del Estado con el carácter público de la educación como instancia de
construcción de subjetividades y de ciudadanía. El carácter de bien público que la
educación tiene como derecho interactúa con el concepto de Estado posicionando a los
educadores como actores del sistema educativo y como garantes del derecho a la
educación; del derecho a enseñar y aprender. En términos de la Ley de Educación
Nacional N°26.206 “la educación y el conocimiento son un bien público”; entendido lo
público como el espacio de y para todos. Desde la concepción de la educación como
derecho y el conocimiento como bien público se redefine el lugar de la escuela como el
escenario donde se exteriorizan los saberes a partir de los procesos de producción,
circulación, distribución y apropiación del conjunto de “informaciones, normas, valores,
métodos, técnicas, usos, costumbres, roles, etc.” (Cullen, 1997: 161). Se evidencia además
que el educar es un acto político en su relación a la distribución de conocimiento (Frigerio,
2005). La construcción de conocimientos es una práctica política en tanto lo político como
lo público – como acto entre sujetos a través de una relación dialógica – supone visibilizar
la dimensión ética de la misma. Lo ético se hace presente en la consideración del otro, en
el respeto a la palabra y a la escucha de ese otro. Se trata entonces de generar desde la
gestión directiva, una responsabilidad compartida que supone historizar los problemas,
articular diferencias con el fin de no solo disminuir las desigualdades sociales en la
escuela, sino de cambiar las condiciones que las crean. Poner en acción y sostener lo
comunitario es un gesto político superador que conlleva el potencial de vencer la dicotomía
“nosotros/ellos” donde lo común no implica lo idéntico u homogéneo sino que favorece la
creación de un espacio de articulación distinto, de reunión de singularidades y diferencias;
un espacio donde lo singular se manifieste y favorezca la posibilidad de convertir el
espacio de vigencia de lo público, como criterio de lo que se enseña y de lo que se debe
enseñar. El enseñar es un acto creador y es en la escuela donde se manifiesta como
práctica social. Es en la escuela donde se imparten enseñanzas. Haciendo eco del
concepto de Gramsci de “crisis orgánica”, la escuela es una producción institucional de otro
momento histórico y que, por lo tanto, nació asociada a otras circunstancias sociales,
políticas y culturales. La escuela es un producto de la ilustración que se pensó a sí misma
como el vehículo de una cultura que tenía como soporte central la palabra escrita. Hoy, sin
embargo, la institución está inmersa en un mundo cultural hegemonizado por la imagen y
debe responsabilizarse por construir una propuesta pedagógica acorde con esta nueva
configuración.
Es también en la escuela donde el aprendizaje es tiempo de producción de sentidos en la
apropiación de saberes y conocimientos enseñados. Por lo tanto, “la publicidad de los
saberes tiene que ver con la legitimación social (…) porque lo público no es solamente el
espacio de todos, abierto siempre a lo nuevo, sino también el espacio para todos y, por lo
mismo, abierto siempre al otro en cuanto otro” (Cullen, 1997: 165). Entonces, la escuela,
en el marco de una sociedad democrática, está destinada a ofrecer acceso a un amplio
conjunto de ideas, y a un examen crítico de ellas; ningún individuo o grupo debería
considerarse propietario del saber. Del mismo modo, para cumplir con la meta de igualdad
de oportunidades es necesario partir por la justicia curricular donde exista una pedagogía
que ponga al alumno en el centro de la escena educativa, que privilegie sus intereses y
Gustavo Víctor Pasquali

Módulo 1 – Tecnología y Sociedad


Actividad 1

necesidades, que parta de su historia, de su contexto, de lo que sabe y así, favorecer su


protagonismo en el proceso educativo.
La sociedad del conocimiento plantea la necesidad de ampliar el concepto de alfabetismo,
incluyendo nuevas capacidades relativas a la adquisición de los conocimientos y las
competencias necesarias para utilizar las Tecnologías de la Información y la
Comunicación. Las nuevas tecnologías sitúan a la persona alfabetizada ante nuevos
escenarios que incluyen distintos tipos de textos, nuevos tipos de prácticas letradas y
nuevas formas de leer y de interpretar la información, lo que exige nuevas destrezas de
alfabetización.

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