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LAS CORRIENTES DE AIRE EN LAS CAVERNAS, UN INTENTO DE ESTUDIO

Es frecuente, que al aproximarnos a la boca de acceso de alguna cavidad, nos


llame la atención una corriente de aire, bien introduciéndose o saliendo de ella.

Las principales causas de este tipo de circulación son tres:

-El efecto chimenea, las cavidades que tienen bocas a distinta altura
funcionan como chimeneas, en determinados momentos el aire cálido y húmedo de su
interior es menos denso que el aire del exterior por lo que asciende, provocando una
corriente que entra por el acceso inferior y sale por el superior.

El sentido de circulación se invierte cuando el aire del interior de la caverna es


más denso que el exterior.

-El efecto Barlovento, la orientación del acceso o accesos a la cavidad


respecto a la dirección de la que sopla el viento es determinante de ciertas
circulaciones del aire.

-La baro-circulación, la presión atmosférica está continuamente variando, y


en ciertos casos este cambio se produce de una forma bastante brusca; supongamos
una caída de presión de 1000 hPc a 800 hPc (hectopascales) en poco tiempo.

En dichas circunstancias, una cavidad con un único acceso, tendrá que eliminar
una cantidad de aire equivalente del 20 % del volumen total de la cavidad por dicho
paso, lo que puede producir corrientes de aire importantes.

LA COVA FOSCA

En una de las visitas a la “Cova Fosca de Verger”, por los años 60, me llamo
mucho la atención la intensa corriente de aire que observe en la estrechez de acceso,
unas hojas de periódico que había utilizado para envolver se los trago con gran
voracidad.

Transcurridos unos meses intente hacer algunas mediciones para ver si


conseguía identificar la causa.

Con la madera recuperada de ventanas, cartones gruesos, clavos, escayola y


unas pocas herramientas selle el paso a la cavidad en el punto más estrecho, dejando
un pequeño portón con cristal que me permitía el acceso durante el montaje.

Instale los siguientes instrumentos:

Un anemómetro, que me permitía medir el volumen de aire que entraba o


salía.
Un tubo en “U”, para medir la diferencia de presión entre el interior y el
exterior de la cavidad.

Un barómetro, para medir las variaciones de presión atmosférica.

Un higrómetro, para medir la humedad del aire.

Durante tres días, con la ayuda de mi hermana Elvira Pavía, estuvimos tomando
notas de los distintos instrumentos y de otros observables.

Tuvimos tormentas, vientos racheados, un bello arco iris doble, y algunos


sustos, cuando avanzada la noche ruidosos golpes secos, muy próximos, nos
despertaron y sobresaltaron, tuvimos que esperar inquietos para descubrir a
que se debían tan turbadores ruidos, de nuevo se volvieron a repetir.

Algunos murciélagos se golpeaban con los cartones de nuestro cierre al intentar


salir, era algo no previsto y que nos hizo cuestionar el famoso “radar de los
murciélagos”.

Las circunstancias eran muy variables y posiblemente en la cavidad se daban


simultáneamente los diversos mecanismos capaces de producir corrientes de
aire, por lo que no conseguí realizar una interpretación clara de los datos.

Pero la experiencia y la necesidad de reflexionar sobre el tema no cayeron en


saco roto.
Foto: F. Pavía (1960-65)(S.XX)

Campamento instalado en la boca de la cavidad y lugar de


trabajo e instalación de aparatos de medición.

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