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E-book Candidiasis

Vaginal Crónica.

No estás sola en esta


lucha y cómo vencerla.
SuyaPaleo.com
Descargo de responsabilidad
Siento mucho tener que empezar así, pero estoy obligada a poner siempre este apartado.
La información de este recurso es material informativo. No pretende servir de diagnóstico,
prescripción o tratamiento de cualquier tipo de dolencia. Esta información no ha sido
evaluada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno Español con lo cual no sustituye en
ningún caso la consulta con un médico, especialista o cualquier otro profesional sanitario.
Consulta con tu médico cualquier cambio en tus hábitos de vida. Tras leer este e-book
comprendes que la autora está exenta de toda responsabilidad sobre daños y perjuicios,
pérdidas o riesgos, personales o de cualquier otra índole, que pudieran producirse sobre
el lector por el uso de la información aquí proporcionada. Queda rigurosamente prohibida,
sin la autorización escrita de su autora Suyapa Amador Cubero, la reproducción parcial o
total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, así como su distribución mediante
alquiler o préstamo público. Todos los derechos quedan reservados.

SuyaPaleo ®
Para más información visita www.suyapaleo.com

1
Introducción
Querida lectora, si has llegado hasta este documento probablemente estás en un
momento de desesperación.
Quizá lleves años con la candidiasis o quizás lleves unos meses. Da igual, la realidad es
que sientes que no puedes más.

Sientes que la cándida está enturbiando tus días. Crees que ya no eres la alegre y
energética mujer que siempre habías sido. El dolor continuo, el picor, el hinchazón de la
vulva es permanente y por más que lo intentas no puedes ignorarlo.

Está ahí SIEMPRE.

Intentas reír, estar feliz y la mayor parte del día muestras tu mejor cara a los demás. Pero
tu realidad es otra: cada vez que tienes un rato para tí, te sientas desesperada a buscar
en internet soluciones, a pedir citas con ginecólogos que aún no te han visto, incluso
puede que hayas viajado a otras ciudades para que te vean médicos expertos.

Has probado un montón de fármacos antifúngicos de todo tipo, ya te sabes de memoria


los nombres, en la farmacia de tu barrio casi te conocen, pero nada elimina de forma
definitiva este horror. Puede haber un alivio temporal, pero SIEMPRE vuelve. SIEMPRE.

Y encima de todo, parece que todo va en tu contra, has empezado a engordar y te resulta
muy difícil eliminar esos kilos de más, te han diagnosticado otras enfermedades crónicas
(SOP, hipotiroidismo, celiaquía, psoriasis, diabetes, etc.), no paras de coger infecciones
(de garganta, cistitis, de oídos, de amígdalas, de ojos, etc.), sientes que el pelo, las uñas
y la piel los tienes peor que nunca, la alergia te acosa día y noche.

A veces piensas que no hay solución para tí y que quizás tengas que vivir con la cándida
el resto de tu vida, pero de inmediato tu mente se niega a aceptar este horror y vuelves a
buscar frenéticamente una solución.

Lo peor es la sensación de soledad. Te sientes muy enfermita pero nadie lo ve realmente,


casi nadie sabe el infierno que vives cada minuto.

Pues tranquila, quiero que sepas que no estás sola y que hay soluciones.

2
Introducción
He escrito este documento porque yo si te veo.

He estado exactamente donde estás tú, he padecido lo mismo que tú y soy plenamente
consciente de todo lo que estás pasando y de lo mucho que has peleado.

Y por tanto sé lo que eres. Eres una guerrera. Eres invencible. Porque has seguido para
adelante, no te has rendido en esta batalla. Si lo hubieras hecho no estarías leyendo
esto.

Pero ahora mereces explicaciones. Ya es hora de que recibas apoyo y cuidados. Hasta
los guerreros más fuertes los necesitan.

Mereces ánimo y esperanza en esta batalla porque quizás creas que vas a tirar la toalla.
Pero yo sé que no.

Tú eres una Mujer Invencible. Y las mujeres invencibles se caen, si, se desesperan, si,
pero se levantan siempre. Porque saben que la esperanza es lo último que se pierde, y
yo te aseguro que hay razones sólidas para no perderla (para empezar, mi propio caso
de superación) y hoy las descubrirás.

Espero que mis palabras te traigan fuerzas renovadas y que al finalizar la lectura te
sientas esperanzada. ¡Estamos juntas en esto y tú puedes vencer a la cándida!

3
¿Por qué nos sentimos tan solas?
Casi todas las enfermedades cuentan con la empatía y comprensión de las personas que
rodean al paciente.

Puede parecer muy lógico: Casi cualquier persona que explique que sufre una
enfermedad muy dolorosa no tiene que justificarse ni explicar el malestar que tienen para
recibir esa empatía.
Nadie lo niega. Nadie les resta importancia ni le quita hierro al asunto. Y por ello,
afortunadamente, la mayoría de pacientes reciben el apoyo emocional y médico que
merecen y ellos a su vez se sienten merecedores de esa atención, empatía y cuidados.

Sin embargo, las pacientes con candidiasis vaginal crónica vivimos esta enfermedad de
una forma muy diferente.

Quienes la padecemos la vivimos con la sensación permanente de que nos lo


inventamos, sentimos que somos unas exageradas, sentimos vergüenza,
culpabilidad y frustración.

En ocasiones, ni siquiera sentimos que tenemos derecho a llamarnos pacientes o


enfermas.

Por todas esas emociones nos sentimos solas e incomprendidas en nuestra


enfermedad.

Somos pacientes que además de lidiar con una enfermedad dolorosa y drenante,
cargamos con emociones que otros pacientes no contemplarían jamás.
Por ejemplo, ¡un paciente enfermo con colitis ulcerosa no va a sentir culpabilidad o
vergüenza de contar que tiene colitis!

A continuación, descubrirás porqué TODAS las mujeres sentimos todas estas emociones
para que veas que no son sólo cosas tuyas, que no estás volviéndote loca ni estás
exagerando.

Para que, tras ver que todas nos hemos sentido así, recuperes la confianza en ti
misma (esa que perdiste consulta tras consulta) y te des permiso para sentir lo que
sientes.

Y al final te daré las claves para erradicar la cándida de tu cuerpo de una vez por todas.

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Razones por las cuales sentimos estas emociones.
• Sensación de que nos lo inventamos o exageramos.
Aunque ya es una enfermedad aceptada por la comunidad médica (más o menos) hasta
hace poco incluso se negaba su existencia.
Si, los médicos pensaban que era una enfermedad inventada, fruto de la histeria
femenina y del estrés.
Este concepto de nuestra dolencia no ayuda a que a día de hoy se nos tome en serio,
incluso muchos médicos poco actualizados siguen pensando que no es una enfermedad
real.

No ayuda a que en general, las dolencias femeninas, y más aún las relacionadas con
nuestros órganos sexuales son tomadas menos en serio (esto también se refleja en la
escueta investigación científica que existe sobre candidiasis vaginal crónica), arrastramos
una historia milenaria en la que la mujer y sus necesidades/sufrimiento siempre han
estado en segundo plano. Es una cuestión puramente cultural.

Tampoco ayuda a hacerla más creíble, el hecho de que la cándida vaginal es muy
insidiosa y muchas veces no aparece en las pruebas bioquímicas.
Tu vulva está hinchada, roja y sufres un dolor ardiente y un picor insoportables. Tu flujo
es pastoso, blanco o incluso verde y vas al ginecólogo absolutamente desesperada y…
¡sorpresa! Todo está perfecto. No tienes nada de nada.

Y cuando tú le preguntas. - ¿qué narices tengo entonces?, ¿por qué tengo este flujo
y este hinchazón y dolor insoportables? el ginecólogo se encoje de hombros y te mira
desganado y te receta OTRO antifúngico nuevo. O te manda otra prueba para ver si
tienes liquen, o te repite el exudado o te manda a ponerte bragas de algodón.

En fin… es para volverse loca. ¿Me lo estoy inventando? ¿estaré exagerando y esto que
me ocurre es normal? Llegas a pensar…

Por favor, déjame decirte un NO en mayúsculas. NO TE ESTÁS INVENTANDO


NADA. NO ESTÁS EXAGERANDO NADA. Tienes la vagina, la vulva y probablemente el
ano en carne vivas y casi no puedes sentarte del dolor. Y ni hablemos de tener relaciones
sexuales.
NO te inventas nada. Es real. Permítete creértelo. Date permiso a ello. Sufrimos mucho
como para negar hasta la realidad. Si los demás no te conceden esto, al menos hazlo tú,
a ti misma.

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• Vergüenza.
Esta es la peor parte del paciente con candidiasis. Sentir vergüenza de su
enfermedad. Esta emoción es la que más nos aisla, porque no compartimos con
nadie nuestro sufrimiento.

Y esta emoción es la más injusta…


Sentimos vergüenza en primer lugar porque es una afección de nuestras partes
íntimas, tema tabú. Y evidentemente a nadie le gusta ir contando:

--> Que tenemos la vulva al rojo vivo e hinchada. Que nos duele, escuece y pica
horrores. Tanto que no podemos ni sentarnos en ocasiones. Pero nos da vergüenza que
se puedan imaginar el aspecto de nuestras partes íntimas en ese estado y nos lo
callamos.
--> Que tenemos un flujo vaginal blanco, pastoso y con olor a yogur que odiamos y
tememos con todas nuestras fuerzas (¡echamos tanto de menos aquel flujo transparente
y fluido que teníamos en el pasado y que ansiamos volver a tener!).
--> Que no podemos dormir por las noches cuando nos tratamos con óvulos antifúngicos
vaginales porque lo disolvemos y expulsamos lenta y dolorosamente. ¡Cómo vamos a
contar esto!
--> Que no podemos mantener relaciones sexuales satisfactorias porque nos duele, nos
ponemos peor y porque no nos agrada enseñar ese flujo blanco a nuestras parejas: la
gente podría pensar, ¿qué mujeres somos si no podemos complacer a nuestras parejas y
darles todo el sexo que necesitan? No queremos que piensen que somos unas frígidas o
unas reprimidas.
--> O peor aún, tememos que piensen que somos sucias y poco higiénicas y no nos
hemos lavado bien nuestras partes y que por eso hemos acabado teniendo esta cándida.
--> Que si tenemos relaciones sexuales nuestra vulva se hinchará hasta el doble de su
tamaño habitual y nos dolerá durante días. Y probablemente nos provoque cistitis o
ardor al orinar, un plus a nuestro horror diario.

Otro factor que nos avergüenza es que piensen que somos/hemos sido promiscuas. No
ayuda nada que la OMS defina la candidiasis vaginal crónica como una enfermedad de
transmisión sexual (cuando esto es falso). Es decir, según un organismo oficial y muchos
médicos, tenemos candidiasis vaginal crónica como castigo por ser unas frescas. Nos lo
hemos buscado, tenemos la culpa.

Y aunque sentimos que esto es injusto, que no hay derecho a que nos culpen sutilmente,
sin palabras, nos avergonzamos.
Escondemos que padecemos terribles dolores cada hora de nuestro día.
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Y si en algún momento nos atrevemos a contarlo, rápidamente nos justificamos y
aseguramos que somos limpias y buenas.

Entiendo que sientas vergüenza, yo aún la siento cuando hablo de mi historia.

Pero quiero ponerlo por escrito, porque son palabras no articuladas, sensaciones que
muchas de nosotras tenemos y que la mayoría de las veces no son ni siquiera
reflexionadas.
Nos reprimimos de contar nuestro horror a quienes nos preguntan por una vergüenza que
no acabamos de entender o definir.

Pues estas son las razones de tu vergüenza. Ahora que las sabes, ¿crees que es justo
sentir esta vergüenza? ¿Ves lógico que además del horror que cargamos,
tengamos la imperiosa necesidad de esconderlo?

Creo que desglosar estas razones de la vergüenza nos ayudan a analizarlas y valorarlas
como lo que son: injustas. No mereces sentir vergüenza, no has hecho nada malo.
Ningún paciente que sufre debería sentir vergüenza por su enfermedad.

Reflexionar sobre esto y hacer este análisis me ha ayudado a ser más valiente, a sentir
que no tengo que justificarme y a sentirme menos avergonzada y mucho más
empoderada. Espero que a ti también.

• Culpabilidad.
Ahora se lleva mucho lo de la psicología positiva. No quiero que me malinterpretes. Es
muy importante tener un pensamiento positivo, y no creo que estar todo el tiempo
hablando de un problema sea en absoluto saludable.

Pero este movimiento positivo se ha tergiversado, y se ha pervertido el mensaje: hay que


estar felices y pensar en positivo SIEMPRE. Aunque estemos hechos una mierda.
Vivimos en una sociedad que nos exige que siempre estemos positivos y optimistas.

Y sinceramente, creo que esta forma de abordar el dolor y el sufrimiento no siempre le


funciona a todo el mundo. Porque no nos permite caernos.

A veces es importante abrazar el dolor, aceptar que sufrimos y permitirnos llorar para
poder superarlo. Ignorar el dolor no siempre le funciona a todo el mundo.

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Así que, si no lo estás haciendo, a partir de ahora permítete a ti misma llorar o
quejarte un poco más. No te reprimas constantemente. Yo no me lo permitía casi
nunca, incluso a veces pedía perdón por romperme y por llorar desconsolada porque me
sentía culpable. Y eso tampoco es justo, y lo más importante no ayuda. No nos sentimos
mejor.

Tienes derecho a sentir ganas de llorar y gritar y patalear y gritarle al cielo ¿por qué
yo? No te sientas culpable por querer hacerlo.
Es que TIENES derecho a hacerlo, y de hecho puede ser muy bueno y saludable,
siempre que el sufrimiento no te meta en una cama y te impida seguir buscando
soluciones.
Pero yo veo difícil que eso ocurra, pienso que a veces esa rabia es la que te impulsa a
seguir peleando.
Si se queda todo dentro, estarás invirtiendo toda tu energía en contener tus emociones y
en revolcarte en ellas, en victimizarte, en vez de sacarlas todas de una vez
desahogándote y liberando esa energía y tiempo para invertirlos en seguir buscando
soluciones.

Creo que el problema viene cuando nos rendimos, cuando nos quedamos sin fuerzas,
cuando nos sometemos y perdemos la esperanza de vivir sin este dolor, picor y escozor.
Porque entonces nos volvemos grises e infelices.

Y es que ¡nadie puede estar feliz como una perdiz con un dolor insoportable y continuo
en sus partes íntimas para el resto de su vida!
• Frustración. 
Todo lo anterior provoca una enorme falta de comprensión de la enfermedad y de la
mujer enferma de candidiasis vaginal. Por parte del personal médico y de los que nos
rodean.
Esa falta de comprensión de la enfermedad hace que muchas veces nos digan “mujer,
alegra esa cara, no te estás muriendo”, o “intenta aceptar el dolorcillo, que eres joven y
tienes mucha vida por delante”. Yo misma he escuchado estas palabras de una de las
tantas ginecólogas (si, una mujer) que visité.

Esto mina mucho.

Es muy frustrante que nos pidan estar positivas cuando nada a nuestro alrededor nos da
señales de que la cosa va a mejorar, es frustrante que nos pidan que aceptemos un dolor
permanente, no saben lo que nos piden. Aceptar un dolor físico intenso,
incapacitante y permanente es difícil.
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Por otro lado, otra fuente de frustración es la ausencia de explicaciones satisfactorias de
porqué nos está sucediendo esto.

Nos marchamos frustradas y tristes de todas las consultas que visitamos (que no
son pocas). Sin ninguna solución efectiva.

Pero no desesperes, la ciencia avanza a pasos más rápidos que lo que se aplica en
consulta y aquí es donde vienen las claves para erradicar la candida de tu vulva de una
vez por todas.

Pero antes de pasar a darte estas claves quiero repetirte la frase con la que he
introducido este apartado de las emociones:

No son cosas tuyas, no estás volviéndote loca ni estás exagerando. Tras ver que
todas nos hemos sentido así en algún momento de nuestra batalla contra la
cándida espero que recuperes la confianza en ti misma y te des permiso para sentir
lo que sientes.

Claves para erradicar la cándida.


Soy de la opinión de que el conocimiento de cómo funciona nuestro cuerpo, es la única
forma de poder repararlo cuando se rompe, cuando enferma. Por eso en las próximas
páginas ahondo un poco en este tema. Pero si tienes prisa y quieres saber las claves ya,
ve directamente a la página 13.

Piensa en un reloj que deja de funcionar y se detienen las manillas. Sólo podrás
arreglarlo si sabes cómo funciona su engranaje y si descubres la razón por la cual se
detuvieron las manillas.

El cuerpo es una máquina, muy compleja si, pero se le puede aplicar la misma lógica:

-si dilucidamos cómo funcionan las vías celulares y bioquímicas (el engranaje del reloj)
-Si descubrimos el origen de la enfermedad (porqué se detuvieron las manillas)
Tendremos muchas más probabilidades de repararlo.
Y todo este conocimiento está en las investigaciones científicas.

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Aunque todavía nos falta mucho para comprender la complejidad de nuestro cuerpo, ya
se sabe muchísimo sobre el funcionamiento de nuestros engranajes y ya se pueden
aplicar muchos de estos conocimientos para reparar nuestra máquina.

Por otro lado, con respecto a los orígenes de la enfermedad crónica idiopática (de
origen desconocido) humana, la ciencia y la medicina han avanzado muy
lentamente. Pero han avanzado. Hay respuestas.

¿Por qué menciono de repente a las enfermedades crónicas idiopáticas?

Porque la candidiasis vaginal crónica es una enfermedad crónica de origen


desconocido*.

----- *Paréntesis. Origen desconocido o idiopática significa que la ciencia sabe qué es lo
que falla en el organismo, pero no se sabe exactamente por qué se produjo ese fallo.
• Por ejemplo, se sabe que la esclerosis múltiple (un tipo de enfermedad crónica) cursa
con una lesión de las vainas de mielina, pero no se sabe a ciencia cierta por qué
comienza este problema en primer lugar.
• Se sabe que la candidiasis vaginal crónica cursa con un sobrecrecimiento del hongo
Candida Albicans, pero no se sabe por qué sobrecrece, porqué nuestro organismo
permite que esto comience a suceder. ----- Fin de paréntesis

Y en mi opinión, como tal, la candidiasis vaginal crónica se debe abordar con lo


que se sabe en ciencia hasta el momento sobre enfermedad crónica.

Porque la realidad es que no hay muchos avances en ciencia con respecto a la cura de la
candidiasis vaginal crónica a través de fármacos efectivos.
Sin embargo, sí que hay muchísimo conocimiento acumulado y publicado en revistas
científicas sobre enfermedades crónicas de origen desconocido.

De hecho, en los últimos años se han hecho descubrimientos fascinantes en relación a la


enfermedad crónica. Y afortunadamente ya hay muchas respuestas con un sólido
respaldo científico sobre el origen de las mismas.

Respuestas que debes conocer e incluso que ya puedes aplicar para eliminar la
cándida de una vez por todas. Tal y como hice yo.

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Descubre en primer lugar los 3 factores principales implicados en el origen de la
enfermedad crónica (descritos por la ciencia):

• 1. Alimentación. 
Tu cuerpo funciona gracias a que tus células funcionan. Y tu cuerpo empieza a fallar, a
enfermar, porque tus células empiezan a funcionar a medio gas. Empiezan a apagar
fuegos, a poner parches y a dejar de funcionar de forma óptima.
Y esto sucede en gran parte porque no están recibiendo los compuestos necesarios
(digamos, la gasolina) para funcionar de forma óptima y porque están expuestas a
compuestos que dañan la maquinaria de las células. AMBOS COMPUESTOS
PROCEDEN DE LO QUE COMES.
Los compuestos necesarios son muchos:
Aminoácidos esenciales (que sólo se pueden obtener de la dieta), que formarán proteínas
imprescindibles para que sucedan absolutamente todas las reacciones bioquímicas de tu
cuerpo. Minerales y vitaminas implicados en cientos de funciones celulares. Y muchos
muchos más.
Y los compuestos dañinos también son muchos:
Aditivos químicos que desregulan nuestras hormonas (como ciertos compuestos de la
soja o de los recipientes de plástico), grasas trans, azúcar, alcohol que estimulan al
sistema inmune y promueven procesos inflamatorios, etc.
Además, tu dieta moldea el tipo de flora intestinal y vaginal que tienes, y una flora
adecuada es una de las principales guerreras frente a la cándida. Es muy importante
tener una buena microbiota que te defienda de la invasión de agentes oportunistas,
y esta microbiota es dinámica y se crea en función de lo que tú comes principalmente.

• 2. Otros factores ambientales. 


Como estrés crónico (con cortisol elevado de manera permanente), problemas
personales graves, abuso de antibióticos, contaminación ambiental, químicos, etc.,
contribuyen igual o más que una alimentación deficitaria a erosionar nuestras funciones
biológicas celulares. El estrés crónico es uno de los factores que más degradan la salud
en los humanos.

• 3. Tus genes. 
Algunos tenemos genes que nos pueden hacer un poco más sensibles a todos los
factores anteriores que otras personas. Por ejemplo, hay muchas personas con graves
problemas de salud porque son sensibles al gluten y no lo saben.
Sin embargo, la ciencia sugiere que los genes, en la enfermedad crónica, juegan un
papel secundario, los factores ambientales (el 1 y 2) que nos rodean tienen un
impacto muy superior a la hora de desarrollar enfermedades crónicas.
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Todos estos factores, por sí solos no son letales en casi ningún caso, ni por sí solos de
forma independiente suelen causar enfermedad.
Es un compendio de todos ellos, sucediendo simultáneamente durante años lo que
causa finalmente la enfermedad.
Es un proceso lento y erosivo.

No desarrollaste candidiasis vaginal ni las demás afecciones que puedas estar


padeciendo de un día para otro.
La enfermedad es el resultado de exponer a nuestro cuerpo, a nuestras células a
factores que las van dañando progresivamente.

Nuestro cuerpo tiene una gigantesca capacidad de compensar (de poner parches y
apagar fuegos), para mantener la salud y el equilibrio.
Pero todo tiene un límite, especialmente cuando ya no tenemos la capacidad de
regeneración que teníamos en la juventud, y llega un día en que ya no puede compensar
más y los parches y remiendos comienzan a deshilacharse.

En ese punto nuestras células y procesos biológicos están tan alterados que
nuestro cuerpo, nuestra máquina, hace aguas y empieza a malfuncionar. A
romperse.
Es entonces cuando aparecen las enfermedades casi de una sola vez:

• En mujeres, el tiroides es de los primeros órganos en sufrir los desajustes del sistema
inmune causados por los factores 1 y 2, por ello es tan común el hipotiroidismo de
Hashimoto.
• La piel también acusa este desajuste del SI, con acné, folículos, sarpullidos, sequedad,
caspa, etc.
• La flora vaginal e intestinal se alteran profundamente, haciéndose más propensos a
infecciones digestivas o vaginales enquistadas y crónicas como la candidiasis.
• Nuestras hormonas femeninas comienzan a desregularse (traduciéndose en síndromes
como ovarios poliquísticos u otros).
• El sistema inmune se vuelve reactivo y aparecen enfermedades autoinmunes como la
celiaquía, hipotiroidismo, artritis, psoriasis, etc.
• El sistema inmune se ha debilitado tanto que pillamos infecciones de todo tipo con
facilidad: sinusitis, amígdalas, resfriados, virus, cistitis, etc. (lo cual alimenta el circulo
vicioso al obligarnos a tomar antibióticos que alteran aún más la flora digestiva y vaginal)

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Como ves, todas estas enfermedades llevan años cocinándose y probablemente tu
cuerpo te dio avisos de ello en los primeros años, como cansancio o fatiga extrema,
anemias, tendencia a alergia, tendencia a perder y ganar peso, hinchazon de estómago,
ansiedad, depresión, refriados, infecciones diversas 2-3 veces al año, etc.

La buena noticia es:


¡¡¡Que puedes revertir el daño!!!
Puedes empezar hoy mismo a reparar tu engranaje.

Si leíste hasta aquí ya sabes algunas de las causas (los 3 factores principales de arriba)
que iniciaron la ruptura de tu engranaje hace años. Ahora sólo tienes que usar las
herramientas adecuadas para arreglarlo.

Los genes no los puedes cambiar, pero sí tienes mucho que hacer en tu alimentación
(factor 1) y estrés (factor 2).

Puedes empezar de inmediato a darle a tu cuerpo lo que necesita para recuperar la


funcionalidad de tu sistema inmune, para regenerar tu flora intestinal y vaginal y
finalmente vencer a la cándida.

¿Cómo? Estas son las dos claves:


- Aborda tu alimentación ya.
- Aborda tu estrés ya.

Quizá esperabas una simple pastilla, o unas claves sencillas... lo siento de corazón, ojalá
las tuviera y pudiera ofrecértelas.

Por eso te he explicado todo este apartado anterior antes de darte las claves, quería que
entendieses que tu cuerpo es una máquina compleja y reajustarla es complejo.

No existe una solución simple.

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Cómo abordar tu alimentación. 
La nutrición evolutiva es la ciencia que estudia la alimentación de nuestros ancestros,
aquella con la que hemos evolucionado.

Según la teoría de la evolución, aquello a lo que estamos adaptados


evolutivamente será aquello que nos aporte más salud y un funcionamiento
óptimo. Por tanto, un razonamiento lógico nos hace pensar que volver a nuestros
orígenes alimenticios nos devuelva la salud.

Si quieres, puedes leer mi Manual SuyaPaleo para saber mucho más sobre la nutrición
evolutiva (o dieta paleo).

Estas son las pautas generales alimenticias de la nutrición evolutiva:

Aliméntate sólo con alimentos reales a los que estamos adaptados: todos aquellos
alimentos que vienen de la naturaleza (carne, pescado, huevos, verduras, hortalizas,
fruta, frutos secos, agua, etc.)

Elimina harinas refinadas (de trigo, maíz, arroz, espelta, TODAS), cereales, legumbres,
lácteos, gluten, alcohol, azúcar, alimentos ultraprocesados, (como refrescos, bollería,
pizzas, helados, margarinas, etc.) y aditivos químicos.

Los alimentos reales son ricos en los nutrientes que necesitas, de modo que alimentarte
así asegura:
1. que a tus células les lleguen los compuestos que necesitan para ejercer sus funciones
de forma óptima
2. que no ingieres compuestos potencialmente erosivos o dañinos para tu salud.

Con el tiempo tus tejidos y células irán reparándose, tu flora irá reconstruyéndose
y tu salud empezará a reflejarlo.

Yo lo hice así, cambié mi dieta y empecé a alimentarme sólo con los alimentos con los
que nos hemos alimentado los humanos toda nuestra existencia y, en poco tiempo mi
candidiasis crónica y las demás afecciones remitieron.

Te animo de corazón a que lo intentes, comer es gratis y no tienes que invertir cientos de
euros en terapias carísimas o fármacos sofisticados.

¡Puedes empezar hoy mismo si quieres a hacer estos cambios en tu alimentación! A


continuación te ofrezco un montón de recursos para ello. 14
Recursos para ayudarte a que empieces hoy mismo si lo deseas:
• Al suscribirte a mi blog puedes descargar gratis una lista muchísimo más extensa de
alimentos permitidos y prohibidos en la dieta paleo AQUÍ.

• Cada semana te intentaré enviar un email con información útil (siempre respaldada por
la ciencia) y posts sobre nutrición, salud y mentalidad. También te avisaré de novedades
en SuyaPaleo que te puedan interesar. Si aun no te has suscrito puedes hacerlo AQUÍ (la
suscripción también es gratuita)

• Tienes varias RECETAS GRATIS en mi página web para ayudarte a empezar:


- Al suscribirte te regalo un ebook con 7 desayunos paleo.
- En mi blog encontrarás recetas como estas:
Recetas paleo express para el verano
Frittata de champiñones, espinacas y bacon
Ensalada de lentejas con vinagreta
Tarta de queso Paleo
- Cada mes te regalo una receta exclusiva por ser mi suscriptora. Si aun no te has
suscrito puedes hacerlo AQUÍ (la suscripción también es gratuita)

• Cada dos semanas publico un post en mi blog que resuelve dudas y que seguro que te
ayudan un montón en este proceso.

• Puedes enviarme tus preguntas AQUÍ para que escriba un post resolviéndolas.

• Si quieres un libro de recetas muy completo y detallado, puedes adquirir el Recetario


SuyaPaleo que Oscar (mi pareja) y yo creamos pensando especialmente en personas
que quieren empezar la dieta Paleo, contiene 7 desayunos, 7 almuerzos y 7 cenas
repletos de platos deliciosos que cuidarán de tu cuerpo, te aseguran que estés
correctamente nutrido y te ayudarán a empezar instantáneamente.

• Si quieres mi ayuda personal, tener sesiones individuales conmigo para ayudarte a


comenzar a cambiar tus hábitos alimenticios puedes echar un vistazo a mi programa de
coaching de 6 semanas “Introducción a la Paleo en 6 Pasos” AQUÍ.

Como ves, cambiar tu alimentación es una decisión. Sólo tienes que tomar la
determinación de comenzar hoy mismo.

15
Por cierto, esto no es una dieta. No te sugiero que te tomes esto como un régimen que
empieza hoy y acaba en un mes. Por eso no me gusta llamarlo dieta Paleo, porque
conlleva esa connotación negativa de pasarlo mal y pasar hambre y porque sugiere que
es un parche, un abordaje temporal de tu salud.

Y si has leído hasta aquí, comprenderás que, evidentemente mi recomendación es


que cuides tu alimentación el resto de tu vida. Que aprendas a alimentarte de forma
sabia y consciente para siempre. Tu alimentación es la clave para tu salud y esto no es
temporal (o no debería serlo). Si vuelves a alimentarte mal, volverás a poner en riesgo tu
salud.
Así que mi consejo es que los cambios en tu alimentación sean permanentes.
No te preocupes, hay mucho margen de movimiento, la nutrición evolutiva contempla un
gran rango de flexibilidad, así que no creas que ya nunca más podrás comer pan o
alguna que otra chocolatina y capricho. A mi me encantan las palomitas de maíz y
aunque no son Paleo las como de vez en cuando ;)
También encontrarás las pautas concretas de cómo ser flexible en tu dieta Paleo en el
Manual SuyaPaleo. Te aseguro que disfrutarás con tu nueva alimentación, si no yo
no sería capaz de hacerlo tampoco.

Cómo abordar tu estrés.


Yo no soy psicóloga, y cualquier consejo que te de en este sentido es lo que he
aprendido y aplicado y me ha funcionado.

En primer lugar trabaja en detectar qué cosas en tu vida te están generando estrés (ya
sea psicológico o físico) o infelicidad.

Haz un trabajo de introspección.


Hacerse preguntas poderosas a una misma puede ayudar mucho.

Reflexiona y haz un análisis de tu estado actual, para detectar qué cosas de tu ambiente
cambiaste en tu vida cuando empezó la candidiasis. ¿Te mudaste? ¿Cambiaste de
trabajo? ¿Rompiste una relación?

Puedes empezar por preguntas más fáciles, como ¿qué cosas desearía hacer en mi vida
y que me hacen feliz pero no estoy haciendo? (véase pintar, cantar, bailar, hacer más
deporte, etc.)
Y contempla las opciones que tienes delante de ti, ¿qué pequeñas cosas podrías
cambiar en tu vida para hacer estas cosas que te harían ser más feliz?
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No te cierres en banda, a veces tenemos creencias muy enraizadas que nos impiden
hacer cambios o tomar decisiones importantes.

Si tu primera reacción es un “no puedo cambiar nada, es imposible” o “no tengo tiempo,
jamás podré hacer este cambio” ahonda un poco más. ¿Qué es lo que te está
impidiendo cambiar una situación, hecho o estado?

Por ejemplo ¿qué te impide cambiar tu situación laboral, o pedir más comprensión y
ayuda a tu pareja o decir no a una persona de tu entorno muy demandante?

Normalmente es el miedo, la incertidumbre, la que nos bloquea e impide cambiar cosas.


Pero cada caso es distinto, analiza de forma objetiva tu situación y a base de preguntas a
ti misma detecta las fuentes de estrés/infelicidad e intenta darles solución en la medida
de lo posible.

Te recomiendo que hagas todo este trabajo introspectivo escribiendo, coge papel y boli y
apunta las preguntas y tus respuestas. Es un ejercicio muy esclarecedor y poderoso.

Si te cuesta mucho trabajo hacer este trabajo introspectivo puedes considerar pedir
ayuda a un especialista.

Otros consejos que a mi me ayudaron mucho:

- De nuevo, si nunca te lo permites a ti misma, permítete llorar, permítete estar mal un


día, no tienes por qué estar siempre sonriente y complaciente. No tienes que estar
siempre para todo el mundo. A veces necesitamos que otros estén para nosotras.

- Oblígate a darte a ti misma tiempo de ocio. Regálate horas de disfrute personal,


como masajes, ir a baños árabes, cocinarte platos deliciosos y nutritivos, darte largos
baños con música relajante y con velas aromáticas, ver películas que te hagan reír, dar
largos paseos por la naturaleza, tomar baños de sol.

Te recomiendo que bloquees mañanas/tardes de tu semana para tu tiempo de ocio,


para que nada ni nadie impida que te dediques un poco de tiempo a ti misma.

Impóntelo como un deber más, como ir a trabajar o recoger al niño del cole. Es un
deber para contigo misma, absolutamente necesario para sanar. No es secundario.
No es un capricho. Es de vital importancia. Ya has visto que es uno de los factores
que la ciencia dice que tiene más impacto en tu salud. ¡Priorízalo!
17
Despedida (por ahora…)
Mi querida lectora invencible, mantén la esperanza. Si yo pude vencer a la
candidiasis tú también puedes.

Empieza a hacer cambios en tu vida, porque si no cambias nada, nada va a cambiar.

Aunque no es justo pedirte esto: ten paciencia. Lo que se ha dañado durante años,
requiere de un tiempo para recuperarse por completo.

Pero, en mi experiencia, (mi caso y el de muchas otras personas) veo que SIEMPRE es
posible mejorar mucho o incluso que las cándidas remitan por completo.

No te voy a engañar, en ocasiones (las menos) la infección lleva tantos años enquistada
que es muy complicado eliminar los brotes de candidiasis para siempre y hay mujeres
que siguen teniendo uno o dos brotes al año, pero la mayoría de veces hay una remisión
completa de la cándida.

En mi caso personal se redujeron poco a poco hasta que NUNCA más volvieron.

A veces, en épocas de mucho estrés en las que empiezo a descuidarme, a trabajar


muchísimas horas y a alimentarme peor de lo que estoy acostumbrada, la cándida me da
un aviso.

No llega a ser un brote pero noto ese ardor y esa hinchazón preliminares. Entonces me
detengo, analizo lo que estoy haciendo y vuelvo a cuidarme y a escucharme.

Las cándidas serán nuestra debilidad y nos avisarán cuando no cumplimos con nosotras
mismas, cuando nos descuidemos cuando dejemos en segundo plano nuestro bienestar.

Pero si sigues las pautas que te he desvelado en este ebook, si reajustas tu máquina
desde dentro, célula a célula, tarde o temprano vencerás esta batalla.

Yo lo hice:
> Yo seguí al 100% las recomendaciones farmacológicas de mi ginecóloga
> Cambié mi alimentación
> Y abordé el estrés

Y estas 3 acciones supusieron que reviviera, literalmente, porque me sentía muerta en


vida. 18
Despedida (por ahora…)
En poco tiempo volví a ser yo otra vez. La Mujer Invencible que todas llevamos dentro:

• Me volvió el color a las mejillas.


• Volví a dormir bien ¡a descansar!
• Volví a sonreír y reír con ganas, sin dolor, sin fingir que no padecía un dolor torturador.
• Volví a disfrutar de las relaciones sexuales y del amor sin dolores ni miedo a la candida.
• Volví a ilusionarme por hacer cosas, cualquier cosa. Viajar, ver una película, reír con
amigos, comer con mi pareja en un restaurante sin apretar los dientes al sentarme…
• Encontré la fortaleza para hablar de mi dolor y me di permiso para llorar y reír a toda
pastilla. Con intensidad y pasión, como yo soy. Como somos las mujeres.

Vence esta batalla y revive tú también, no dejes que la cándida te quite


lo que te corresponde por pleno derecho:
TU SALUD

¿No crees que merece la pena lucharlo?


Con todo mi cariño y desde el corazón.
Estoy contigo.

Suyi

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