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Perú”
Primer estudio: busca determinar la manera en que se redibujan las dinámicas de exclusión y
distinción social a partir del acceso masivo a credenciales universitarias (credencialismo). Se
tomaron los siguientes criterios:
Segundo estudio: migrantes del interior del país en Lima que han creado su trabajo a través de
sus redes familiares y de paisanaje.
A comparación de inicios del siglo XX, el acceso a la educación superior masiva ha sido cien
veces mayor, tomando más fuerza en los países industrializados, pero siendo Latinoamérica
incluido Perú, parte de esta tendencia. Corrientes clásicas de la ciencia social como el
funcionalismo vieron interés en este crecimiento educacional, relacionando la expansión de la
oferta educativa con el crecimiento económico y la consecuente industrialización de los países,
para Parsons la innovación tecnológica aumentaría la demanda de mano de obra especializada
que debe ser cubierta por egresados de educación superior. Para Gary Becker, la educación
superior sería una herramienta fundamental para el ascenso social de las personas y para la
formación de las clases medias.
Por otra parte, el sociólogo Ronald Dore publicó un libro a mediados de los setentas donde
critica al sistema educativo, en donde la escuela y la universidad ya no educan a sus alumnos,
sino los preparan para el mercado laboral mediante el uso excesivo de exámenes y
certificados. Se trataría de una educación de baja calidad y costosa. Para Weber, el diploma es
un mecanismo utilizado por algunos grupos para controlar el acceso a las posiciones más
privilegiadas del mercado de trabajo.
Randall Collins coincide con Weber y enfatiza que los certificados educativos son buscados
principalmente por su rol diferenciador más que por el conocimiento mismo. El acceso de
credenciales originó nuevos procesos de estratificación social entre dos tipos de empleados:
los no involucrados con el trabajo manual, cuyo desempeño requiere tener mayor autonomía
(cuellos blancos, la clase media), y los de escaso nivel de autonomía (cuellos azules), ambos
con cualidades que difieren para sus puestos. Por ello, lo que deberían de certificar las
credenciales son características de la personalidad más que la formación. Parkin otorga al
credencialismo la misma importancia que a la propiedad privada para generar estratificación
social en el capitalismo moderno, ambos restringen el acceso a recompensas y privilegios.
En el Perú el funcionalismo también se usó como argumento para las políticas educativas que
impulsaron la expansión de la educación superior en el siglo XX. En un primer proceso se
abrieron las primeras universidades privadas fundadas por congregaciones religiosas y
empresarios que terminó acogiendo a los estudiantes de la clase alta del país. En la siguiente
etapa expansiva a partir de 1996 se da una iniciativa de educación superior, pero con fines de
lucro, abriéndose universidades de menor calidad para el estudiante universitario y que trajo
consecuencias como una producción académica muy por debajo del promedio nacional en
estas nuevas universidades.
En otro aspecto, se observan las circunstancias y razones por la que los jóvenes ingresan a las
universidades. Resalta la diferencia entre los que acceden a las privadas más acreditadas
donde dar este paso ya es una regla familiar, mientras que en los que acceden a las públicas y
las privadas posderegulación la situación es distinta, primero no es tan sencillo conseguirlo y
segundo porque tanto los aspirantes como sus familiares lo ven como la posibilidad para
ascender socialmente, lo que Degregori llamó “el mito del progreso”. Sin embargo, este mito
hace treinta años vinculaba a estudiantes con un compromiso político y social en la carrera del
estudiante, a comparación de los estudiantes de la clase media emergente que opta por
estudiar por asegurar un trabajo o desarrollar su negocio propio.
La realidad es que lo más importante para los empleadores que representan a grandes
empresas es la reputación de la institución que otorgó el título, es decir, de las universidades
de prestigio. Dicho prestigio no significa necesariamente una buena calidad de enseñanza, sino
que los egresados cuentan con un roce diferente, que puede incluir el dominio de otros
idiomas, lectura de determinadas revistas y experiencia en el extranjero, para relacionarse en
los círculos empresariales de tales empresas. De esta manera, se evidencian mecanismos de
cierre que se utilizan para regular el acceso a los puestos laborales más cotizados.