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UNIVERSIDAD NACIONAL

TORIBIO RODRÍGUEZ DE MENDOZA DE AMAZONAS


FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

EL PAGO, PAGO DE INTERESES Y POR CONSIGNACIÓN

ESTUDIANTES:
Alarcón Herrera Yovani Beatriz
Rodríguez Coronado Juan
Tarrillo Guerrero Wilmer
Torrejon Alva Jheisy Loydith
Vasquez Bustamante Jose Nilson
Vasquez Herrera Rony Ivan
Velayarce Meléndez Heidy Zully

ASIGNATURA:
Derecho de Obligaciones

DOCENTE:
Abog. Guevara Rubio Carlos Alberto

CICLO:
VI

Chachapoyas – PERÚ
2019
INTRODUCCIÓN
El pago, en derecho de obligaciones se puede definir como el medio ideal de extinción de
las obligaciones, esto implica la ejecución de la obligación dentro de los términos
previstos, es decir pagar es actuar conforme a lo debido si bien en el Código Civil
Peruano El pago se encuentra tipificado en el libro VI, de obligaciones en el título II,
artículo desde el artículo 1220 hasta el artículo 1255. No lo define exactamente lo que es
el pago, si regula todo lo que tenga que ver con ello.

En el presente trabajo desarrollaremos los artículos concernientes al pago, dentro del cual
se hablara también del pago de intereses de manera este vendría a ser una obligación
accesoria que depende de una deuda principal, estos intereses se van produciendo a través
de la duración o el transcurso del tiempo desde que nace la obligación y por otro lado el
pago por consignación que se refiere a que si el deudor tiene el derecho de pagar tiene el
derecho de hacerlo en otras palabras es cuando el deudor se ve en la imposibilidad de
pagar ya sean por causas imputables o ajenas a su voluntad. Finalmente a manera de
síntesis se dará una conclusión de los temas ya mencionados anteriormente.
I. EL PAGO

1.1.Concepto: El derecho de obligaciones pago es la ejecución de una prestación de vida ya


sea esta de dar, hacer, no hacer. En caso de las obligaciones de dar paga quien entrega en
bien objeto de la obligación, en la de hacer el pagos se produce cuando el deudor cumple
con practicar el hecho prometido, y en las obligaciones de no hacer el pago se produce
por la simple abstención omisión o inactividad del deudor En el sentido común el pago
consiste en desplazamiento de una suma de dinero por el deudor en favor del acreedor.

1.2.Noción de pago. El tema del pago se consigna en el artículo 1220, por el cual se establece
que el pago se entenderá efectuado cuando se haya ejecutado íntegramente la prestación:

Artículo 1220: “se entiende efectuado el pago solo cuando se ha


ejecutado íntegramente la prestación”
Se considera ejecutada una prestación, solamente cuando esta se cumpla, y este
cumplimiento implique la realización completa, íntegra, del dar, hacer o no hacer
prometidos.
1.2.1. Requisitos
 Preexistencia de una obligación: se refiere a una obligación de pagar una
prestación ya que la ejecución de una prestación no debida es cualquier cosa
menos pago.
 Que se pague aquello que se debe: hace referencia al principio de identidad, la
cual tiene importancia al manifestar que el deudor está obligado a ejecutar la
prestación convenida y no otra, tiene directa relación con aquello que se va a
cumplir, más no con las dimensiones de dicho cumplimiento, tal como lo
manifiesta el Art. 1132 de dar bien cierto.
 Que se pague íntegramente lo debido: se refiere al principio de integridad, el
cual hace mención a cuánto se debe pagar. Por ejemplo: cuando se debe 1000
nuevos soles, son 1000 nuevos soles lo que debe pagarse. Este principio busca
evitar que el deudor decida sobre cuánto va a pagar.

1.3. Indivisibilidad del pago. se establece en:

Artículo 1221: “No puede compelerse al acreedor a recibir


parcialmente la prestación objeto de la obligación, a menos que la ley
o el contrato lo autoricen.
Sin embargo, cuando la deuda tiene una parte líquida y otra ilíquida,
puede exigir el acreedor el pago de la primera, sin esperar que se
liquide la segunda.”
El supuesto ideal en toda obligación es que el deudor la cumpla, ejecutando la prestación
exactamente de acuerdo a lo convenido. Cuando se paga algo íntegramente, ello podría
obedecer a que se pague más de lo debido o a que se pague menos. Este artículo otorga
un derecho al acreedor para negarse a recibir parcialmente el pago, tienen estricta vigencia
en tanto estemos en el momento inmediato previo a la verificación o ejecución de dicho
pago, es decir, la prestación debe ejecutarse en un solo momento. Además, el acreedor no
puede ser obligado a recibir un pago parcial de la prestación, ya que dicho cumplimiento
parcial equivale a un incumplimiento de parte de la prestación debida, esta afirmación es
consecuencia del principio de integridad de la prestación, de la indivisibilidad del pago.
Con respecto a la deuda liquida se refiere a la excepción prevista en el segundo párrafo
de este artículo, es aquella cuyo monto exacto está determinado o es determinable con
suma facilidad, por ejemplo: una deuda puede consistir en el pago de capital e intereses,
en tal sentido dicha norma faculta al acreedor a exigir el pago de la parte líquida, mientras
se efectúa el cálculo de la otra parte, la ilíquida, a fin de convertirla en líquida.
1.4. Pago realizado por tercero.
Artículo 1222º: Puede hacer el pago cualquier persona, tenga o no
interés en el cumplimiento de la obligación, sea con el asentimiento del
deudor o sin él, salvo que el pacto o su naturaleza lo impidan.
Quien paga sin asentimiento del deudor, sólo puede exigir la
restitución de aquello en que le hubiese sido útil el pago.
Dentro de esto se encuentran tres grupos:
 El deudor: es quien se encuentra obligado a ejecutar la prestación.
 Un tercero que tenga interés directo: puede actuar en nombre propio o en
nombre del deudor, que llega a ser interesado porque no siendo el deudor puede
sufrir un menoscabo a un derecho propio si no se paga la deuda. Aquí podemos
encontrar a un tercero o poseedor de inmueble hipotecado, que es aquel que puede
perder la posesión de la cosa si no se paga el crédito al acreedor; garante real, que
constituye una prenda o hipoteca sobre un bien propio; delegado para el pago de
la deuda, es quien en convenio con el deudor acuerdan que esta persona sea
encargado.
 Un tercero que tenga interés indirecto en el cumplimiento de la prestación:
es entendido como aquel que no tiene relevancia para el Derecho, pero puede
tenerla en razón de consideraciones extrajudiciales, este interés indirecto se da
porque no le ocasionará ningún perjuicio patrimonial el incumplimiento de la
obligación. Por ejemplo: el caso de una persona que quiera evitar el remate de la
casa (habitación de un amigo suyo).
Por otra parte, el Código Civil, establece algunos supuestos de excepción para que el
deudor se oponga a la ejecución de la prestación por parte del tercero, estos son:
 Si el contrato lo impide: si se hubiese pactado la no ejecución de la prestación
por un tercero, el acreedor tendría el derecho de oponerse al pago, debido a
que éste sería un pago indebido o estaría recibiendo un pago que generaría un
enriquecimiento sin causa.
 Si la naturaleza de la obligación lo impide: éste es el supuesto de las típicas
prestaciones intuitu personae, vale decir, de aquéllas cuyo cumplimiento sólo
puede ser efectuado por la persona del deudor, sobre la base de la naturaleza
de la prestación.
1.5.Aptitud legal para efectuar el pago.
Artículo 1223º: Es válido el pago de quien se encuentra en aptitud legal
de efectuarlo.
Sin embargo, quien de buena fe recibió en pago bienes que se
consumen por el uso o dinero de quien no podía pagar, sólo está
obligado a devolver lo que no hubiese consumido o gastado.
Es válido el pago de quien se encuentra en aptitud legal de efectuarlo, se está haciendo
alusión a aquellas personas que tienen capacidad de ejercicio, es decir que será válido el
pago de quienes no se encuentran comprendidos en los alcances de los artículos 43 y 44
de dicho Código, referentes a la incapacidad absoluta y a la incapacidad relativa,
respectivamente.
Si el acreedor hubiese recibido el pago de buena fe, y dicho pago consistiese en bienes
que se consumen por el uso o dinero (el dinero es el bien consumible por excelencia),
sólo quedará obligado a restituir lo que no hubiese consumido o gastado. Puede haber
bienes que se consumen en forma relativamente rápida, pero no necesariamente con el
primer uso. Y en este caso, al reclamarse, pueden ser perfectamente inútiles o, en la
realidad de los hechos, estar destruidos por el transcurso del tiempo. Por otra parte, existen
bienes que, con buen cuidado, poco o nada se consumen con el uso; por ejemplo, un
cuadro. Y otros, en fin, que no se consumen por el uso; por ejemplo, un diamante.
Del referido precepto puede deducirse que si el acreedor de buena fe hubiese consumido
o gastado la integridad o parte del objeto de la prestación recibida, no deberá devolver
nada o, en el segundo caso, deberá devolver lo no consumido o no gastado.
1.6.Personas a quienes se puede efectuar el pago.
Artículo 1224º: Sólo es válido el pago que se efectúe al acreedor o al
designado por el juez, por la ley o por el propio acreedor, salvo que,
hecho a persona no autorizada, el acreedor lo ratifique o se aproveche
de él.
a) Pago hecho al acreedor: es la forma común de efectuar un pago, vale decir,
ejecutarlo en favor del acreedor de la prestación.
b) Pago hecho al designado por el juez: Se trata de un caso distinto, en el que se
determina a una persona para recibir el pago. Así, la orden emanada de una
sentencia; o un embargo en forma de intervención, en que se notifica al deudor
para que haga los pagos al interventor y no al acreedor.
c) Pago hecho al designado por la ley: la ley señala a una persona distinta al
acreedor para que se le efectúe el pago.
d) Pago hecho al designado por el acreedor: es posible que el propio acreedor
designe a una persona para que reciba el pago, el deudor debe acatar tal
designación.
e) Pago hecho a persona no autorizada: es aquel efectuado a persona distinta del
acreedor, pero que, recibido por ésta, es ratificado por el acreedor o éste se
aprovecha del mismo.
1.7.Pago efectuado a persona que goza verosímilmente de la calidad de acreedor.
Artículo 1225º: Extingue la obligación el pago hecho a persona que
está en posesión del derecho de cobrar, aunque después se le quite la
posesión o se declare que no la tuvo al acreedor
Se refiere a que el pago debe verificarse al acreedor, porque existen casos en que el pago
debe efectuarse a un tercero, ajeno a la relación obligacional, y este pago, sin embargo,
extingue tal relación. Caso típico es el del empleador notificado para pagar a un tercero,
alimentista, con las remuneraciones que adeuda a su empleado.
En este artículo, puede ocurrir que exista el denominado acreedor “putativo” o “aparente”,
es decir aquel que acredita verosímilmente la condición de acreedor al tiempo del pago,
pero que, en realidad, no lo es. Aparenta ser el acreedor, “está en posesión del derecho de
cobrar”, como lo expresa el Código, pero su título no es verdadero.
La aplicación de este artículo exige que el deudor haya actuado con buena fe, es decir,
que lo haya hecho en la convicción de que pagaba bien, que pagaba a quien debía hacerlo.
Esto significa, en todo caso, que el deudor debe actuar con la diligencia requerida por las
circunstancias.
1.8.Presunción de autorización para cobrar
Artículo 1226º: El portador de un recibo se reputa autorizado para
recibir el pago, a menos que las circunstancias se opongan a admitir
esta presunción.
El recibo es el documento suscrito por el que una persona declara haber recibido de otra
alguna cosa, este recibo puede estar constituido por un simple documento firmado por el
acreedor o por una escritura inscrita en los Registros Públicos, el hecho es que se trate de
un documento debidamente suscrito por el acreedor.
Este artículo está dirigido a establecer una presunción iuris tantum, en el sentido de que
quien posea el recibo de pago otorgado por el acreedor se reputa autorizado para recibirlo.
Debemos anotar que la ley no lo reputa como acreedor, sino simplemente como
autorizado para recibir el pago, ya que bien podría tratarse del propio acreedor, o de una
tercera persona autorizada por este último para cobrar al deudor la prestación debida.
Las circunstancias a que alude este artículo, pueden pertenecer a la más variada índole de
casos, como podrían ser la condición de quien porta el recibo, el previo conocimiento del
deudor de la persona que lo porta, las actitudes de esta persona, la forma o letra como ha
sido redactado el recibo, etc.
1.9.Pago efectuado a incapaces
Artículo 1227º: El pago hecho a incapaces sin asentimiento de sus
representantes legales, no extingue la obligación. Si se prueba que el
pago fue útil para el incapaz, se extingue la obligación en la parte
pagada.
Este artículo se ocupa del pago efectuado a personas incapaces y sus efectos, y para estos
casos caben dos supuestos:
 Que el pago sea efectuado a una persona incapaz (acreedor de la obligación), pero
con el asentimiento de su representante legal (padres, tutores o curadores), caso
en el cual el pago extinguirá la obligación.
 Que el pago sea efectuado a una persona incapaz (acreedor de la obligación), pero
sin el asentimiento de su representante legal. En este caso, la regla general será
que el pago se considerará inválido. Solo no lo será en el supuesto en que se pruebe
que dicho pago fue de utilidad para el incapaz.
Se debe señalar que cuando alguien paga a un incapaz, sin asentimiento de sus
representantes legales, pero creyendo de buena fe, simplemente deberá volver a pagar.
1.10. Ineficacia del pago que efectúa el deudor
Artículo 1228º: El pago efectuado por el deudor después de notificado
judicialmente para que no lo verifique, no extingue la obligación.
Podría ocurrir que el deudor realizara el pago luego de que se le haya notificado para que
no lo haga. El Código solamente ha contemplado el supuesto de la notificación judicial,
es decir, la resultante de un proceso judicial, debiendo hacerse extensivo este criterio a
los mandatos emanados de la jurisdicción arbitral o militar.
El caso es que, habiéndose producido la notificación, el deudor ya no podría ejecutar
válidamente su prestación. De haber sido notificado para ello, y aun así la ejecutase, ella
no extinguirá la obligación. Por ejemplo, de que se notificara judicialmente al empleador
de un trabajador, a fin de que no le pague su sueldo, porque existe un juicio de alimentos
pendiente; o de que se notifique a un deudor para que no pague con un bien determinado,
porque el bien se encuentra en litigio.
Este artículo admite dos supuestos: el primero, que el deudor sea notificado únicamente
para que retenga el pago, porque podría existir, por ejemplo, controversia entre el
acreedor y un tercero sobre la titularidad del derecho. El segundo, que exista mandato
judicial definitivo para que el deudor no pague al acreedor sino a un tercero.
1.11. Prueba del pago
Artículo 1229º: La prueba del pago incumbe a quien pretende haberlo
efectuado.
En materia de prueba, es principio del Derecho que quien alega un hecho debe probarlo.
De esta manera y de acuerdo a este artículo, se podrá probar el pago de dos maneras:
a) Por el recibo que le otorgue el acreedor de la obligación.
b) Por las formas previstas en la ley procesal (Código Procesal Civil) para probar en
juicio.
El deudor que paga una prestación, podrá demostrarlo por cualquiera de las dos formas
señaladas. La carga de la prueba se impone al deudor porque éste tiene siempre el derecho
de exigir recibo por el pago.
La prueba es pues el medio del que nos servimos para acreditar la verdad de un hecho. La
prueba tiene dos acepciones: la primera, directa, la que inmediatamente se refiere al hecho
para cuya demostración se utiliza, por ejemplo: el recibo. La segunda, indirecta, es decir,
como aquellas que recaen sobre el hecho del que se deduce el principal, y que constituyen
indicios, presunciones o formas de demostración según lo previsto por la ley. Sin
embargo, en algunos casos la prueba del pago no exige la presentación del recibo, ni la
necesidad de acreditar presunciones, indicios o demostraciones. Por ejemplo, si el deudor
ha recibido en devolución el instrumento en que conste la deuda (devolución, por ejemplo,
de una letra, cheque, vale o pagaré), ya no tendrá necesidad de que se le otorgue recibo
alguno.
En conclusión, siendo el pago en algunos casos un acto jurídico y en otros un hecho
jurídico, puede, en suma, ser acreditado por cualquier medio probatorio.
1.12. Retención del pago
Artículo 1230º: El deudor puede retener el pago mientras no le sea
otorgado el recibo correspondiente.
Tratándose de deudas cuyo recibo sea la devolución del título, perdido
éste, quien se encuentre en aptitud de verificar el pago puede retenerlo
y exigir del acreedor la declaración judicial que inutilice el título
extraviado.
Mediante este artículo se da la facultad para retener dicho pago mientras no le sea
otorgado el recibo correspondiente, sin embargo, al deudor podría no convenirle retener
el pago ya que constituiría en mora a su acreedor.
Respecto al régimen legal peruano, debemos efectuar la distinción de dos supuestos:
a) Obligaciones cuya ejecución se agote en un solo momento: por ejemplo, si se
tratase de la obligación de entregar un vehículo determinado, sin lugar a dudas el
deudor podrá retener su prestación, es decir, no cumplirla, mientras al acreedor no
le entregue el recibo correspondiente.
b) Obligaciones cuya ejecución no se agote en un solo momento, sino que se
prolongue en varios momentos periódicos o continuos: por ejemplo, el caso de
una obligación de hacer un cuadro, el deudor tendrá que pintar el cuadro (más allá
de si su acreedor le entrega o no el recibo correspondiente), puesto que el recibo
solo se lo podrá exigir una vez terminado y entregado el cuadro, no antes. Otros
ejemplos serían: obligaciones de tracto sucesivo como entrega mensual de trigo,
el pagar mensualmente la renta, etc.
En el segundo párrafo de este artículo, se refiere al caso de deudas cuyo cumplimiento
conste de un título-valor, otorga-do por el deudor en favor del acreedor. En estas
situaciones el recibo puede estar constituido por la devolución del título-valor, el mismo
que podría haberse extraviado. Para estas hipótesis, la ley otorga al deudor el derecho de
retener el pago y exigir del acreedor la declaración judicial que inutilice el título
extraviado, pues en caso contrario, sobre todo si se trata de valores al portador, el deudor
podría verse confrontado con la necesidad de pagar dos veces.
1.13. Presunción de pago total
Artículo 1231º: Cuando el pago deba efectuarse en cuotas periódicas,
el recibo de alguna o de la última, en su caso, hace presumir el pago
de las anteriores, salvo prueba en contrario.
Hace referencia al pago de obligaciones cuyas prestaciones sean de ejecución periódica,
así como en la modalidad continuada o continua, por ejemplo, se celebra un contrato de
arrendamiento, en el cual una de las partes (el arrendador), se obliga a ceder el uso de un
bien por un tiempo determinado; y la otra, el arrendatario, se obliga a pagar mensualmente
una renta en dinero. La obligación del arrendador sería de ejecución continuada, mientras
que la del arrendatario sería de ejecución periódica. En un contrato de estas
características, el arrendatario deberá pagar cada mes una cantidad de dinero por concepto
de renta, pago que debe estar seguido de la entrega, por el arrendador al arrendatario, de
un recibo que acredite la ejecución de su prestación. Similar situación ocurre en otros
contratos de ejecución periódica o continuada, como son los casos de los contratos de
suministro de agua o energía eléctrica o el de servicio telefónico, en los cuales el
beneficiario del suministro o usuario del servicio deberá pagar a la compañía
suministrante una suma mensual, para que le puedan dar agua, luz, etc.
Por lo general, en un contrato de prestaciones periódicas o continuadas, la parte que
otorga el recibo por el pago (el acreedor), si existiesen deudas anteriores, procederá a
acumular los recibos impagos. Sin embargo, cabe señalar que en algunos casos el acreedor
no entregará recibo si es que se intenta pagar una cuota posterior a aquellas que se
encuentran impagas. En estos supuestos, el acreedor procederá a acumular el monto de
las deudas anteriores en el último recibo sobre el cual exigirá el pago. Es el caso,
frecuente, de las boletas de pago de derechos académicos de la generalidad de
Universidades particulares en el Perú.
1.14. Presunción de pago de intereses
Artículo 1232º: El recibo de pago del capital otorgado sin reserva de
intereses, hace presumir el pago de éstos, salvo prueba en contrario.
Este artículo dispone que el recibo de pago del capital otorgado sin reserva de intereses,
hace presumir el pago de éstos, salvo prueba en contrario. Puede llegarse a la conclusión
de que, si se otorga recibo por concepto de pago del capital sin reserva alguna, también
deberá presumirse efectuado el pago de los gastos de la obligación (además de los
intereses).
La última parte de este artículo, esta situación admitirá prueba en contrario, pues se trata
de un presunción iuris tantum, la que, reiteramos, será sumamente difícil de demostrar.
1.15. Pago con títulos valores
Artículo 1233º: La entrega de títulos valores que constituyen órdenes
o promesas de pago, sólo extinguirá la obligación primitiva cuando
hubiesen sido pagados o cuando por culpa del acreedor se hubiesen
perjudicado, salvo pacto en contrario.
Entre tanto la acción derivada de la obligación primitiva quedará en
suspenso.
Los derechos que incorporan los títulos valores son únicamente de orden patrimonial, es
decir de contenido económico, pudiendo consistir en el pago de una suma de dinero, en
la entrega de mercadería o en derechos de participación. Ante la entrega de un título valor,
podemos distinguir dos obligaciones distintas que son independientes y autónomas la una
de la otra. Por un lado, la obligación causal y, por el otro, la obligación cambiaria. La
primera tiene su origen en la relación causal de la que se deriva la entrega del título valor,
mientras la segunda deriva del título valor mismo.
No obstante que el título valor que representa una orden o promesa de pago supone el
nacimiento de una obligación cambiaría, paralela a la causal, y pese a que incluso puede
existir identidad entre los sujetos que intervienen, no deben confundirse ambas
obligaciones.
Esta norma es aplicable a los títulos valores que constituyen órdenes o promesas de pago,
tales como el pagaré, la letra de cambio y el cheque.
1.16. Nominalismo
Artículo 1234º: El pago de una deuda contraída en moneda nacional
no podrá exigirse en moneda distinta, ni en cantidad diferente al
monto nominal originalmente pactado
Prescribe dos reglas a seguir en el momento del pago de una deuda dineraria contraída en
moneda nacional. La primera, que la ejecución de la prestación deberá necesaria-mente
efectuarse en moneda nacional; en tanto que la segunda regla consagra el principio
nominalista en el cumplimiento de las obligaciones dinerarias. De este modo, conforme
al nominalismo, al momento del pago se tomará en cuenta únicamente el monto nominal
de la moneda nacional pactada al tiempo en que se contrajo la obligación.
Así, de acuerdo al principio nominalista, si «A» se obliga frente a «B» por la suma de
10,000 nuevos soles, al momento en que deba ejecutar su prestación deberá entregar única
y exclusivamente esos 10,000 nuevos soles pactados (monto nominal), aunque el valor
de los 10,000 nuevos soles (el cual se mide según el poder adquisitivo de éstos), al
momento del pago, sea distinto de aquél que tenía al tiempo en que se contrajo la
obligación.
1.17. Cláusulas valoristas
Artículo 1235º: No obstante lo establecido en el Artículo 1234º, las
partes pueden acordar que el monto de una deuda contraída en
moneda nacional sea referido a índices de reajuste automático que fije
el Banco Central de Reserva del Perú, a otras monedas o a mercancías,
a fin de mantener dicho monto en valor constante.
El pago de las deudas a que se refiere el párrafo anterior se efectuará
en moneda nacional, en monto equivalente al valor de referencia, al
día del vencimiento de la obligación.
Si el deudor retardara el pago, el acreedor puede exigir, a su elección,
que la deuda sea pagada al valor de referencia al día del vencimiento
de la obligación o al día en que se efectúe el pago
Este artículo plantea, no obstante el principio nominalista adoptado por el artículo 1234,
que las partes contratantes, de común acuerdo, puedan optar por un criterio valorista
respecto de obligaciones contraídas en moneda nacional. Esta situación obedece al
impacto que ciertos acontecimientos economices ostentan sobre el valor de las
prestaciones dinerarias. Por ello, nuestra legislación ha previsto un mecanismo
contractual que procura paliar tos resultados desestabilizadores del equilibrio contractual
que ciertos hechos económicos pueden generar.
La virtud de este artículo radica en que constituye una cláusula de salida al principio
nominalista. Ahora bien, lógicamente y como la realidad nos enseña, podría ocurrir que
el deudor no cumpla con efectuar el pago de su obligación dineraria el día en que debió
hacerlo. En tal caso, el tercer párrafo de este artículo otorga al acreedor de dicha
prestación una opción en la ejecución de la deuda entre:
a) Que la deuda sea pagada al valor de referencia al día del vencimiento de la
obligación.
b) Que la deuda sea pagada al valor de referencia al día en que se efectúe el pago.
Si el día del vencimiento de la obligación el monto a pagar en moneda nacional resultase
menor que aquel que se debería abonar el día en que el deudor decida hacerlo, el acreedor
optará, sin duda, por la segunda posibilidad. Si ocurriese el supuesto contrario, el acreedor
no vacilará en escoger la primera de ellas.
La razón de esta norma estriba en protegerlos intereses del acreedor frente a un deudor
que incumple su obligación; evitando, además, una posible especulación del deudor en su
beneficio y en perjuicio directo de los intereses del acreedor.
1.18. Obligaciones de valor
Artículo 1236º: Cuando deba restituirse el valor de una prestación,
aquel se calcula al que tenga al día del pago, salvo disposición legal
diferente o pacto en contrario.
Se regulan los casos en los cuales las obligaciones por su naturaleza —y no por pacto
entre las partes—, son no de dar una suma de dinero, sino de entregar o de dar un valor.
Asimismo, el principio valorista para las deudas que por su naturaleza son de valor. Con
el objeto de entender en qué consisten las obligaciones de valor, es necesario hacer
referencia a un tema que desarrollaremos más adelante, esto es, al pago indebido.
Por ejemplo, vamos a suponer que hace cuatro años una persona entregó a otra en
propiedad, indebidamente y por error, pues en realidad no estaba obligada a hacerlo, un
automóvil marca Toyota Corolla nuevo, del año, cero kms. En vista de que se trató de un
pago indebido, siguiendo lo prescrito en nuestro ordenamiento jurídico, la persona que lo
recibió tendría que restituir el bien recibido a aquél que lo entregó, y si no se pudiera, su
valor. En este caso lo que hay que restituir es el valor, no el bien. Ello es así, porque el
bien, obviamente, se deprecia muy rápido.
Quien recibió indebidamente ese automóvil tendría que devolver el valor de un Toyota
Corolla idéntico al entregado, pues ese valor sería el equivalente al que recibió. Si el
Toyota Corolla cero kms., nuevo, a la fecha en que se va a devolver, vale 15,000 dólares
americanos, son 15,000 dólares americanos los que se tendrían que entregar. Si ya no
existiera el modelo Toyota Corolla, se tendría que indagar acerca de un automóvil de
valor equivalente a la fecha en que nació la obligación.
De tratarse de un bien irreemplazable, como por ejemplo el cuadro de un pintor famoso
que se pierde, lo más apropiado sería realizar una tasación del valor que tenía antes de
perderse. De este modo, podemos afirmar que cuando se trata de una obligación de valor,
no se tiene que entregar una cantidad de dinero específica; se tiene que entregar una
cantidad de dinero determinable que está en función de lo que hubiera valido ese bien el
día en que se realice la entrega.
1.19. Deuda contraída en moneda extranjera
Artículo 1237º: Pueden concertarse obligaciones en moneda
extranjera no prohibidas por leyes especiales.
Salvo pacto en contrario, el pago de una deuda en moneda extranjera
puede hacerse en moneda nacional al tipo de cambio de venta del día
y lugar del vencimiento de la obligación.
En el caso a que se refiere el párrafo anterior, si no hubiera mediado
pacto en contrario en lo referido a la moneda de pago y el deudor
retardara el pago, el acreedor puede exigir, a su elección, que el pago
en moneda nacional se haga al tipo de cambio de venta en la fecha de
vencimiento de la obligación, o al que rija el día del pago.
En su primer párrafo consiste en que pueden concertarse obligaciones en monedas
extranjeras no prohibidas por leyes especiales. También otorga la más absoluta libertad
para contratar en cualquier moneda extranjera.
Hoy en día si se pacta en contra de lo dispuesto por la norma general del artículo 1237, el
deudor podría no tener frente a sí una obligación facultativa, sino una obligación, en el
ejemplo propuesto, de dar dólares y, necesariamente, tendría que pagar en dólares, sin
poder pagar en soles a ningún tipo de cambio. Lo único que establece la última parte del
artículo 1237, es que si el deudor quiere pagar en soles, el acreedor será quien elija si le
va a pagar al tipo de cambio del día en que venció la obligación o al tipo de cambio del
día en que realmente le está pagando.
Si al deudor no le agrada la elección del acreedor, goza de la posibilidad y del derecho de
realizar el pago en dólares, es decir, puede cumplir la obligación acudiendo con la
prestación principal.
1.20. Lugar de pago
Artículo 1238º: El pago debe efectuarse en el domicilio del deudor,
salvo estipulación en contrario, o que ello resulte de la ley, de la
naturaleza de la obligación o de las circunstancias del caso.
Designados varios lugares para el pago, el acreedor puede elegir
cualquiera de ellos. Esta regla se aplica respecto al deudor, cuando el
pago deba efectuarse en el domicilio del acreedor.
Este artículo trata acerca del lugar en donde el deudor debe efectuar el pago, la ley peruana
establece como regla que el pago debe efectuarse en el domicilio del deudor, lo que
equivale a decir que el acreedor deberá cobrar la deuda en dicho lugar y que no compete
al deudor apersonarse en el domicilio de su acreedor para efectuar el pago.
El pago debe realizarse, en primer lugar, en el domicilio del deudor. Pero, nos
preguntamos, ¿se trata del domicilió del deudor al tiempo de contraerse la obligación o al
tiempo del pago? Podría llegar a ser arbitrario para el acreedor, por decir lo menos, que
el deudor, por voluntad unilateral, procediera a variar de domicilio y exigiera, al tiempo
del pago, que el acreedor haga efectiva su acreencia en su nuevo domicilio, salvo, por
cierto, que tal- modificación domiciliaria hubiera sido aceptada por el acreedor.
1.21. Cambio de domicilio de las partes
Artículo 1239º: Si el deudor cambia de domicilio, habiendo sido
designado éste como lugar para el pago, el acreedor puede exigirlo en
el primer domicilio o en el nuevo.
Igual regla es de aplicación, respecto al deudor, cuando el pago deba
verificarse en el domicilio del acreedor.
Contempla el supuesto de cambio de domicilio, señala que si el deudor cambiase de
domicilio, habiendo sido designado éste como lugar para el pago, el acreedor puede
exigirlo en el primer domicilio o en el nuevo.
Debemos puntualizar que las normas sobre cambio de domicilio regirán en dos supuestos:
a) Si las partes no hubiesen designado el lugar en que deba efectuarse el pago (en
donde regirán las normas dispositivas del Código Civil que hemos comentado
anteriormente).
b) Si las partes hubiesen designado el lugar en que deba efectuarse el pago, el mismo
que, con la notificación del cambio de domicilio, se estaría variando de manera
unilateral.

1.22. Plazo para el pago


Artículo 1240º: Si no hubiese plazo designado, el acreedor puede
exigir el pago inmediatamente después de contraída la obligación.
Un tema que tiene directa relación con el artículo comentado es el referido al plazo de
gracia.
Si la obligación autorizara al deudor para satisfacerla cuando pudiese, o cuando tuviese
medios de hacerlo, los jueces, a instancia de parte, designarán el tiempo en que deba
hacerlo. Es decir que corresponde al juez, en tal caso, señalar el tiempo o plazo para el
pago. Es así que se considera que la obligación de pagar cuando el deudor pueda o tenga
los medios para hacerlo, constituye una obligación a plazo incierto, no así una obligación
condicional, pues en ningún momento el acreedor ha pensado que su derecho de acreedor
se pone en duda o puede discutirse. Lo que se ha dejado en la incertidumbre es el tiempo
del cumplimiento, con mayor amplitud que cuando no se indica fecha; por eso, se trata de
un caso de plazo incierto.
Este tema es resuelto por el Código Civil Peruano en el primer párrafo del artículo 182,
precepto que establece lo siguiente:
Artículo 182.- «Si el acto no señala plazo, pero de su naturaleza y
circunstancias se dedujere que ha querido concederse al deudor, el juez fija
su duración.
También fija el juez la duración del plazo cuya determinación haya
quedado a voluntad del deudor o un tercero y éstos no lo señalaren.
La demanda se tramita como proceso sumarísimo».
La referida norma tiene tres notorias excepciones. Primero, la prevista por el primer
parágrafo del artículo 182 del Código Civil, cuando prescribe que si el acto no señala
plazo para el pago, pero de su naturaleza y circunstancias se dedujere que ha querido
concederse al deudor, el juez fija su duración. Por ejemplo, si en una obligación de hacer
—construir un edificio— no se ha señalado plazo, el juez deberá fijar su duración.
Pretender lo contrario, esto es el pago inmediato, constituiría un imposible. Caso distinto
ocurriría si se tratara de un bien —por ejemplo una obra de arte— que el deudor, sin
señalarse el plazo, se obliga a entregar al acreedor. Aquí la aplicación del artículo 1240
sería absoluta.
Luego, la consignada en el segundo párrafo del artículo 182, cuando prescribe que
corresponde al juez fijar la duración del plazo cuya determinación haya quedado a
voluntad del deudor o de un tercero y éstos no lo señalaren.
Y, finalmente, la excepción prevista por el artículo 1656 para el contrato de mutuo. El
precepto establece que cuando no se ha fijado plazo para la devolución y éste no resulta
de las circunstancias, se entiende que es de treinta días contados desde la entrega.
1.23. Gastos del pago
Artículo 1241º: Los gastos que ocasione el pago son de cuenta del
deudor.
Está referido simplemente a los gastos que ocasione el pago de una deuda, y dispone que
los mismos son de cargo del deudor. El sentido del precepto, en conclusión, es claro: el
acreedor debe recibir la prestación tal como se estipuló y sin desmedro de su patrimonio
para sufragar los gastos del pago. Éstos corren por cuenta del deudor. El precepto, por lo
demás, es aplicable a todas las obligaciones de dar y de hacer.

II.PAGO POR INTERESES


2.1. PAGO DE INTERÉS LEGAL A FALTA DE PACTO
Artículo 1245.- «Cuando deba pagarse interés, sin haberse fijado la tasa, el
deudor debe abonar el interés legal»
Según la norma, en el supuesto en que los contratantes hayan estipulado el devengamiento
de intereses, pero sin señalar su monto, regirá la tasa establecida para el interés legal.
Como ya lo anotamos, el precepto alude al interés convencional de tasa legal, toda vez
que éste opera cuando las partes acuerdan el devengamiento de intereses, pero omiten
determinar el monto de los mismos. O sea que un supuesto es que la ley señale la
procedencia del pago de intereses cuando éste no se ha convenido, y otro distinto que ella
supla la voluntad de las partes para establecer simplemente la cuantía de la obligación
convencional y accesoria de dar intereses.
El supuesto contemplado por el artículo 1245 del Código Civil Peruano es, por tanto, uno
de interés convencional de tasa legal, y no de interés legal, propiamente dicho. Suele
pensarse, sin embargo, que la hipótesis de dicha norma está referida al pago del interés
legal a falta de pacto del interés convencional. Tal aseveración constituiría, a nuestro
juicio, un desacierto. De ser ella exacta, estaríamos ante la necesaria aplicación supletoria
del interés legal, lo que permitiría concluir en que todas las obligaciones de dar sumas de
dinero devengarían forzosamente intereses, ya sean convencionales o, en su defecto,
legales. Debe recordarse que la obligación de dar intereses se genera en todo préstamo de
dinero o de bienes fungibles, sólo en tanto exista un acuerdo de partes o un mandato legal
en este sentido.
Por eso consideramos que el supuesto del artículo 1245 no obliga al deudor al pago de un
interés legal. El mandato de la norma ha previsto la obligación del deudor al pago de la
tasa correspondiente al interés legal, esto es, aquélla que fija el Banco Central de Reserva
del Perú —en cumplimiento del artículo 1244 del Código Civil—, cuando se haya pactado
el devengamiento de un interés, sin haberse fijado la tasa. Ello, porque la ley suple tal
vacío, fijando la cuantía de ese interés convencional.
2.2. PAGO DEL INTERÉS POR MORA
Producido el retardo culposo o doloso del deudor en el cumplimiento de la prestación
debida y ante la concurrencia de los requisitos para el devengamiento de intereses
moratorios, por acuerdo de partes o mandato de la ley, dicho deudor estará obligado a su
pago. Bajo esta perspectiva, el artículo 1246 del Código Civil Peruano establece que si
los contratantes no pactan el pago de un interés moratorio, el deudor se encontrará
obligado al pago de un determinado tipo de interés por causa de mora, que, según sea el
caso, se tratará del interés compensatorio o del interés legal. El supuesto de esta norma es
entonces uno de devengamiento legal de interés moratorio:
Artículo 1246.- «Si no se ha convenido el interés moratorio, el deudor sólo
está obligado a pagar por causa de mora el interés compensatorio pactado y,
en su defecto, el interés legal».
El referido artículo 1246 ha previsto un orden entre los tipos de interés que, a partir de la
constitución en mora del deudor, habrán de devengarse en calidad de intereses moratorios.
Dichos intereses son, en primer lugar, el convencional compensatorio y, en segundo
término, el legal.
Así, conforme al aludido precepto/ de no haberse acordado el interés moratorio, el deudor
debe pagar el interés compensatorio pactado, el mismo que se devengará a partir de la
fecha de la constitución en mora como interés moratorio. Sólo en ausencia del interés
convencional compensatorio, el deudor pagará el interés legal en calidad de moratorio.
De lo dicho hasta el momento, pueden observarse los siguientes supuestos:
- Si sólo se pactó interés compensatorio.
Cuando las partes hayan acordado únicamente el pago de un interés compensatorio, éste
se devengará hasta la fecha del pago efectivo, salvo que, por incurrir el deudor en mora,
sean de aplicación los artículos 1246 y 1324 del Código Civil, de modo que a partir de la
fecha en que el deudor esté incurso en mora se devengará el interés compensatorio
pactado en calidad de moratorio, si éste es mayor al interés legal. No obstante lo
expresado, si el interés legal fuese superior al interés convencional compensatorio —
conforme hemos venido anotando—, será dicho interés legal el que deberá devengarse
como moratorio hasta la fecha del pago efectivo.
-Si sólo se pactó interés moratorio.
En caso que sólo se hubiera convenido el pago de intereses moratorios a partir de la fecha
en que esté en mora el deudor, únicamente se devengarán los intereses convencionales
moratorios hasta el día del pago. - Si no se pactó interés compensatorio ni moratorio. En
el supuesto en que las partes no hubiesen acordado el pago de un interés compensatorio
ni moratorio, producida la mora deberá devengarse el interés legal en calidad de interés
moratorio, por ser de aplicación lo dispuesto en los artículos 1246 y 1324 del Código
Civil Peruano.
-Si se pactaron intereses compensatorios y moratorios.
Cuando las partes pacten previa y diligentemente el devengamiento de un interés
compensatorio, a fin de obtener una retribución o ganancia que compense el costo de
oportunidad del capital prestado y, además, un interés moratorio, con la finalidad de que
este último indemnice los daños que una posible mora en el pago pueda ocasionar, la ley
premia esa diligencia permitiendo que, después de la constitución en mora del deudor,
ambos tipos de interés se devenguen sobre el capital. En consecuencia, en el caso en que
exista un pacto expreso sobre el cobro de intereses compensatorios y moratorios, el
acreedor, a partir de la fecha en que incurra en mora el deudor, recibirá un interés efectivo
adicional al compensatorio, mediante el cual se sanciona al deudor incumplido y se
indemniza al acreedor perjudicado. En este sentido, una nota aclaratoria del Banco
Central de Reserva del Perú (publicada en mayo de 1991 en el diario oficial El Peruano
y en otros medios de comunicación locales) respecto a la determinación del interés
moratorio, señala que éste se cobra sólo cuando se haya pactado, a partir de la fecha en
que el deudor incurre en mora, sin perjuicio del cobro del interés convencional
compensatorio y de las comisiones autorizadas y pactadas que se perciben sobre el saldo
del capital impago, aun cuando el plazo no esté vencido o, en su caso, sin perjuicio del
interés legal. Se precisó, además, que el interés moratorio se cobra únicamente sobre el
monto de la deuda correspondiente al capital impago cuyo plazo esté vencido. Por tanto,
en los casos en que la devolución del préstamo se efectúe por cuotas, el cobro del interés
moratorio procede sólo sobre la parte correspondiente al capital de las cuotas vencidas e
impagas, mientras éstas se mantengan en tal situación.
2.3. INTERESES EN OBLIGACIONES NO PECUNIARIAS
Artículo 1247.- «En la obligación no pecuniaria, el interés se fija de acuerdo al
valor que tengan los bienes materia de la obligación en la plaza donde deba
pagarse al día siguiente del vencimiento, o con el que determinen los peritos si el
bien ha perecido al momento de hacerse la evaluación».
Dicho precepto ha dispuesto cuál es el valor sobre el que habrán de aplicarse los intereses
a pagar, cuando el objeto de la obligación principal no sea una suma de dinero. En este
sentido, conforme lo señala la norma, en las obligaciones no pecuniarias el interés se fija
sobre el valor de los bienes materia de la obligación en la plaza donde deba pagarse,
considerando como tal valor el que aquéllos tuviesen al día siguiente del vencimiento de
la obligación. En caso de que los bienes objeto de la obligación principal hubiesen
perecido al tiempo de hacerse la evaluación, el interés a devengarse se fijará de acuerdo
con el valor que determinen los peritos.
Para precisar la licitud de la tasa de interés pactada, señala Gastón Fernández Cruz, se
requerirá un proceso de conversión a dinero, al constituir éste el común denominador del
valor de todos los bienes y servicios, lo que no significa que lo que deba pagarse por
concepto de interés sea una prestación dinerada, sino sólo la certeza de si la cuantía del
interés está o no lícitamente determinada. Es éste, entonces, el procedimiento a seguir
para fijar el interés generado por una obligación no pecuniaria. Otra cuestión a saber
relativa a los intereses en obligaciones no pecuniarias es la referida al tipo de intereses
que son susceptibles de devengarse en esta clase de obligaciones. Respecto al
devengamiento de los intereses compensatorios en una obligación no pecuniaria, no existe
mayor discrepancia. Así, es posible que los intereses compensatorios sean concretados
engorros bienes distintos al dinero, y que sean bienes de la misma especie y calidad de
aquéllos prestados. Por ejemplo, si se tratase de un contrato de mutuo en el cual se
hubiesen prestado manzanas con intereses, pueden ocurrir dos supuestos:
a. Que el pago de dichos intereses se hubiese pactado en manzanas.
b. Que el pago de dichos intereses se hubiese pactado en dinero.
Para el primer supuesto, será fácil calcular el pago del interés pactado, pues resultará de
efectuar una simple operación aritmética entre el número total de manzanas mutuadas y
la tasa pactada. Sin embargo, para el segundo supuesto tal operación no resultaría sencilla
a simple cálculo, ya que habría que avaluar las manzanas mutuadas para, en base a dicho
valor (capital mutuado), calcular el monto del interés pactado. El valor a tomar en
consideración, según lo establece el artículo 1247 del Código Civil, es: - O el que tenga
dicho bien en la plaza donde deba pagarse al día siguiente del vencimiento (de existir el
bien). - O el que determinen los peritos, si el bien hubiese perecido al momento de hacerse
la valorización. Antes de finalizar estas reflexiones aclaramos que nada impediría que al
tiempo de celebrarse el contrato, o luego, las partes señalen un valor de referencia al bien
prestado o mutuado, o simplemente objeto de la obligación de dar. Consideramos que en
tal caso, sin embargo, no regirían los supuestos previstos por el artículo 1247 del Código
Civil.
2.4. INTERESES EN OBLIGACIONES CONSISTENTES EN TÍTULOS
VALORES
El artículo 1248 del Código Civil Peruano prevé la cuantía o monto de los intereses que
el deudor se encuentra obligado a pagar por causa de mora, cuando la obligación consta
en un título valor:
Artículo 1248.- «Cuando la obligación consiste en títulos valores, el interés es
igual a la renta que devenguen o, a falta de ella, al interés legal. En este último
caso, se determina el valor de los títulos de acuerdo con su cotización en la
bolsa o, en su defecto, por el que tengan en la plaza el día siguiente al de su
vencimiento».
En caso de que el deudor retarde culposa o dolosamente el pago de una obligación, la
misma que está representada por un título valor, es decir, por un documento al que se le
han incorporado derechos y que está destinado a la circulación, deberá devengarse un
interés con la calidad de moratorio, cuyo monto será igual a la renta que genere dicho
título valor o, a falta de ella, a la tasa del interés legal. Anotamos que el mandato legal
del precepto señala, además, el valor sobre el cual han de aplicarse los intereses
moratorios, siempre que su cuantía sea la tasa legal. Así, tenemos que dicho valor deberá
determinarse de acuerdo con la cotización en Bolsa que presenten los títulos valores en
los que consta la obligación principal —de la que la deuda de intereses es obligación
accesoria—. No obstante lo expresado, cuando la obligación consta en títulos valores no
cotizados en Bolsa, los intereses deberán aplicarse sobre el valor que dichos títulos tengan
en la plaza al día siguiente del vencimiento de la obligación. Por estas consideraciones,
el análisis del artículo 1248 del Código Civil debe efectuarse en concordancia con el
régimen legal del Mercado de Valores. Pensamos que el vocablo «bolsa» que consigna el
artículo 1248 se refiere al difundido concepto de Rueda de Bolsa, ya que la Bolsa de
Valores en el Perú tradicionalmente ha negociado valores a través del mecanismo de
Rueda de Bolsa. En cuanto a los caracteres específicos del mercado bursátil y
extrabursátil — para una mejor comprensión del artículo 1248 del Código Civil—,
particularmente interesa referirnos a la formación de precios. En el mercado bursátil la
formación de precios se verifica de acuerdo con las cotizaciones y con las leyes de oferta
y demanda. Cotización es el precio que alcanzan los valores negociados en Rueda y que
sirve de precio base para las nuevas propuestas de venta o de compra. La cotización,
asimismo, puede distinguirse en máxima, media o mínima, y en cotización de cierre y
cotización media trimestral. Según anota Vidal Ramírez, la cotización máxima es el
precio máximo alcanzado por un valor durante la Rueda. La cotización media es el
promedio de los precios en que ha fluctuado un valor durante la Rueda. La cotización
mínima es el precio mínimo registrado por un valor durante la Rueda. La cotización de
cierre, en cambio, es el precio de un valor alcanzado en la última transacción realizada en
Rueda. La cotización media trimestral, por su parte, es el promedio ponderado de las
cotizaciones que haya alcanzado un determinado valor en el curso de tres meses
consecutivos, y según el importe de las transacciones que intervienen para establecer el
promedio, debiendo el valor correspondiente haber alcanzado no menos de seis
cotizaciones en el trimestre respectivo, y, por lo menos, una en cada uno de los meses del
trimestre. De otro lado, debemos señalar que las cotizaciones son establecidas respetando
los márgenes del mercado, vale decir, los topes en los que pueden fluctuar los precios
propuestos de compra o de venta. En este orden de ideas cabe preguntarse: ¿a qué tipo de
cotización se refiere el artículo 1248 del Código Civil Peruano?
Pensamos que la citada norma parecería referirse a la cotización de cierre, toda vez que
su significado es el que presenta mayor cercanía al concepto de cotización.
Por otra parte, el empleo en el artículo 1248 del término «cotización» — que por
definición es el precio de los valores negociados en «Rueda de Bolsa» —, permite
ratificarnos en las expresiones vertidas con anterioridad. En lo referente a la formación
de precios en el mercado extrabursátil, ésta se lleva a cabo a través de las leyes de oferta
y demanda, pero con la particularidad de no determinar la fijación de un precio base o
cotización para las operaciones sobre el mismo título en la sesión de Mesa siguiente, como
sí ocurre en el mercado bursátil. En el mercado extrabursátil, en tanto mecanismo de
negociación de valores de renta fija, se establece tan sólo un precio de referencia, el cual
es resultado de las operaciones que se han efectuado con relación a cada título.
2.5. LIMITACIÓN AL ANATOCISMO
Nuestra legislación prohíbe a los contratantes la estipulación anticipada sobre
capitalización de intereses en el artículo 1249 del Código Civil, al establecer que no puede
pactarse tal capitalización al momento en que se contrae la obligación principal (de la
cual se derivan los intereses):
Artículo 1249.- «No se puede pactar la capitalización de intereses al momento
de contraerse la obligación, salvo que se trate de cuentas mercantiles,
bancarias o similares»
Anotamos, por otra parte, que la norma prohibitiva de capitalización anticipada de
intereses contenida en el artículo 1249 del Código Civil, es de orden público, de suerte
que el pacto que contraviene dicho mandato legal sería nulo. Ello, según lo previsto por
el inciso 8 del artículo 219 del Código Civil. Hay que recordar que el régimen de intereses
en el Perú prevé un tratamiento diferenciado para las operaciones de crédito que realizan
las entidades del sistema financiero nacional. En efecto, las normas aplicables en materia
de intereses difieren en función de la condición del agente que realiza la operación de
crédito. Es por tal razón que el artículo 1249 del Código Civil exceptúa del principio que
prohíbe la capitalización anticipada de intereses a las cuentas mercantiles, bancarias o
similares.
De acuerdo con lo expresado es lícito en las operaciones del sistema financiero, el
convenio sobre capitalización anticipada de intereses. De este modo, el pago de intereses
(compensatorios o mora torios) en el sistema financiero se efectuaría de dos maneras. Si
se hubiese pactado capitalización de intereses, estos últimos se adicionarían al capital para
que al vencer el período de capitalización, aquél —incrementado por los intereses—
pueda ser liquidado. En el supuesto de mora del deudor, el interés moratorio se computará
sobre el capital reajustado, adicionándose a éste mientras la mora persista. De no haberse
convenido anatocismo, los intereses pactados únicamente se computarán sobre el capital
original, debiendo ser pagados en la periodicidad acordada. Por otra parte, cuando el pacto
que contraviene la norma prohibitiva del anatocismo esté contenido en una cláusula
contractual, la nulidad de la que adolece dicha cláusula no invalidará la totalidad del
contrato, ya que éste adolecería únicamente de nulidad parcial. En este sentido, anota
Llambías (citado en Osterling & Castillo) que la nulidad de la cláusula prohibida importa
soló la nulidad parcial del contrato que vincula a las partes, porque se refiere a la
obligación accesoria de pagar los intereses capitalizados en infracción de la ley. Así, se
trata de una nulidad de la obligación accesoria, relativa a esos intereses, que deja intacta
la validez de la obligación principal. De igual manera, Busso146 expresa que la nulidad
de una cláusula de anatocismo no afecta a otras cláusulas válidas de la convención, por
lo cual el deudor no pierde el derecho a reclamar el capital y los intereses simples, que
puedan corresponderle según el contrato. Adicionalmente, Busso (citado en Osterling &
Castillo) señala que si el deudor hubiera pagado intereses de aquéllos que la ley prohíbe,
tendría a su favor una acción de reintegro por el valor de los mismos. Ese crédito podría
ser compensado con las deudas que tuviera el propio deudor en concepto de intereses
debidamente liquidados o de capital. Para finalizar resulta pertinente reiterar que la
prohibición de capitalizar intereses contenidos en el artículo 1249 del Código Civil
Peruano está dirigida al plano contractual como limitación a la autonomía de la voluntad,
a fin de impedir abusos por parte del acreedor dentro del campo de la contratación. De
allí se establece que no se puede pactar, desde el momento en el que se contrae una
obligación, la capitalización de los intereses, salvo que un agente del sistema financiero
se encuentre involucrado.
III.PAGO POR CONSIGNACIÓN

3.1. ¿Qué es el pago por consignación?


Es el mecanismo que permite extinguir la deuda, ante la imposibilidad de realizar un pago directo.
Es decir, es una de las formas de pago que busca la liberación del deudor, siendo este uno de los
medios extintivos de la obligación, aun contra la voluntad del acreedor y solo opera en la
ejecución de la prestación; pero este pago representa uno de los medios extintivos, que no esta
bajo los criterios de idoneidad e ideal, ya que constituye una situación anormal derivada de la
imposibilidad del deudor de pagar directamente la prestación debida.

3.2. Requisitos de la consignación


Para efectuarse un pago por consignación se necesita, según el Art. 1251 del Código Civil:

1. “Que el deudor haya ofrecido al acreedor el pago de la prestación debida, o lo hubiere


puesto a disposición de la manera pactada en el título de la obligación”
El deudor, para lograr el efecto de liberación, no sólo debe consignar la prestación debida,
sino satisfacer los requisitos que detallan los incisos de la norma en comentario. Nótese
que el deudor tiene que haber hecho el ofrecimiento -sea judicial o extrajudicial-
conforme lo detalla el artículo 1252 del Código Civil. Esta oferta y posterior consignación
permite vencer la mala voluntad del acreedor. El deudor ofrece al acreedor el objeto
debido y luego, después de hacer constar su negativa, lo consigna ante el juzgado
(Huaranga, s/f).

2. “Que, respecto al acreedor, ocurran los supuestos del Art. 1338 (Huaranga, S/f) o
injustificadamente se haya negado a recibir el pago. Se entiende que hay negativa táctica
en los casos de respuestas evasivas, de incurrencia al lugar pactado en el día y hora
señalados para el cumplimiento, cuando se rehúse a entregar recibo o conductas
análogas”.
Otra de las justificantes es que el acreedor debe estar en mora o debe negarse injustificadamente
a recibir el pago. La mora del acreedor se encuentra regulada en el artículo 1338 del Código Civil.

Para “Albaladejo” (en la cita de Huaranga, s/f), no consiste sólo en que éste injustificadamente
retrase la realización de la prestación (por no recibirla o no cooperar a tal realización), sino en
retrasarla injustificadamente, una vez ofrecida con la intimación que se la reciba o se preste
cooperación para que sea realizada.
El efecto general de la mora del acreedor se basa en que el deudor no debe sufrir perjuicios por la
misma, es decir, debe quedar indemne, como si hubiese pagado. Para que opere la mora del
acreedor deben cumplirse los siguientes requisitos:
1.- Que haya llegado el momento del cumplimiento.
2.- Que el deudor lo ofrezca al acreedor requiriéndole lo reciba o ponga de su
parte para que pueda efectuarse.
3.- Que el acreedor se niegue sin razón a admitirlo, o, de cualquier modo, no esté
en condiciones de recibir la prestación que se le ofrece debidamente.
4.- En cuanto a la negativa a recibir el pago, ésta puede ser expresa o tácita. La
norma señala tres supuestos para calificar la negativa tácita: respuestas evasivas,
inconcurrencia al lugar pactado en el día y hora señalados para el cumplimiento,
y cuando rehúse a entregar recibo o conductas análogas.
Planiol, Marcelo y Ripert (en la cita de Huaranga, s/f), nos dice que la negativa del acreedor
constituye el caso típico en el pago por consignación. A través de este medio, no puede quedar el
deudor deseoso de exonerarse de la deuda, librado a la buena voluntad del acreedor de querer o
no querer recibirle el pago.
Por ello dice el inciso 2 del artículo 1251 del Código Civil que" la consignación puede tener lugar
cuando el acreedor no quisiera recibir el pago ofrecido por el deudor". Como ya hemos señalado
líneas arriba, para que la consignación sea viable se estima que el deudor tiene que probar el
rechazo del pago por parte de la creedor, lo que puede hacer por cualquier medio de prueba. Se
asimila al rechazo un justificado silencio del acreedor o cualquier actitud de éste que implique
condicionar la recepción del pago al cumplimiento de exigencias al margen del objeto debido,
como el pretender otorgar recibo con salvedades o condicionamientos improcedentes que limiten
el carácter cancelatorio del pago.
La prueba del rechazo del pago, que tiene que suministrar el deudor, es una consecuencia del
carácter excepcional que reviste esta forma de pago que no está librada al capricho del obligado.
Lo que nos permite identificar que hay:

- Existencia de una obligación


Pero dicha obligación solo pude ser de dar, o en todo caso si es de hacer tendrá que terminar en
dar, siempre que la prestación se hubiera ejecutado y el deudor quisiera entregar lo hecho.
También el deudor pude realizar este tipo de pago en la obligación natural, aunque el acreedor no
puede exigir su cumplimiento por que esta desprovista de ejecución.

Las obligaciones con prestaciones por determinarse (bienes inciertos) son tres: las obligaciones
de dar bienes inciertos, las obligaciones alternativas y las obligaciones facultativas.

Recordemos, respecto a las primeras, que conforme al artículo 1143 del Código Civil la elección
corresponde al deudor, salvo que lo contrario resulte de la ley, del título de la obligación o de las
circunstancias del caso. Si elige el deudor, el bien incierto se convierte en cierto y, por tanto, nada
se opone a la consignación.
Si, a su turno, la elección corresponde al acreedor, y este omite efectuarla dentro del plazo
establecido o el fijado por el juez, ello corresponde al deudor, (artículo 1144 del Código Civil),
quien luego de elegir obviamente puede consignar.

Si la elección, en fin, se confía a un tercero y éste no la efectúa, la hará el juez (artículo 1144 del
Código Civil), lo que permitiría al deudor, sin duda alguna, consignar.

Reglas similares operan en el caso de obligaciones alternativas. Aquí también la duda sobre la
prestación a cumplirse se despeja en la elección, aplicándose, por mandato del artículo 1162 del
Código Civil, las normas enunciadas para las obligaciones de los bienes inciertos previstos por el
artículo 1144 del mismo Código. Nada impediría, en consecuencia, la consignación por el deudor.

Y en las obligaciones facultativas, por último, es decisión del deudor pagar con la prestación
principal o con la accesoria, lo que determina la evidente viabilidad de la consignación (artículo
1168 y siguiente del Código Civil).

- Voluntad de pago por parte del deudor


Es claro que el pago por consignación opera sólo si el deudor tiene voluntad de pagar. Dicha
voluntad se pone de manifiesto en el comportamiento del deudor: el solvens para obtener su
liberación debe en primer lugar ofrecer el pago directamente al acreedor, pues precisa recordarse
que la consignación es sólo un medio excepcional de pago.

- Imposibilidad de efectuar un pago directo.


Podría ocurrir que el deudor se vea en la imposibilidad de pagar al propio acreedor aquello que le
debe, bien por una negativa injustificada de este último al ofrecimiento del pago, o por diversas
circunstancias que impiden la realización de un pago directo. Ante ello, el deudor se encuentra
facultado a ofrecer judicialmente el pago a fin de obtener su liberación

En doctrina se considera que existen otras circunstancias que obstan el ejercicio del jus solvendi
que asiste al deudor y que lo autorizan al pago por consignación. Estas son las siguientes:

a. Negativa del acreedor a otorgar recibo.

Prueba del pago -por excelencia- es el recibo. De allí que no se pueda obligar al deudor a pagar
directamente a su acreedor cuando éste se niegue a extender un documento suscrito en el que
reconoce expresamente haber recibido del deudor la prestación pendiente de pago.
Así, cuando el acreedor se niega a otorgar el correspondiente recibo, el deudor queda autorizado
a suspender el pago, pero sólo si el recibo es medio indispensable para que el deudor acredite que
lo efectuó. Ello a fin de evitar la condena del deudor a la incertidumbre que futuras eventualidades
podrían generar en relación a la probanza del pago.
b. Rechazo a las reservas que se formulen al tiempo del pago.

Algunos autores sostienen que el deudor puede abstenerse de pagar directamente al acreedor y
recurrir a la vía judicial para efectuar un pago por consignación, cuando el accipiens se niegue
injustificadamente a aceptar la reserva expresa que formula el solvens.

A decir de Busso (en la cita de Osterling & Castillo, 2001), en los pagos ordinarios es factible que
el deudor a quien se intima un pago, al hacerse efectivo éste formule reservas, dejando a salvo su
derecho a repetir lo que paga, o reservando el reconocimiento o ratificación de la deuda que
ocasiona el pago. Ello porque la reserva descarta la intención pura y simple de pagar, para abrir
paso a una intención calificada o subordinada al cumplimiento de determinadas condiciones.

c. Negativa del deudor a la remisión de la deuda.

Cuando el acreedor desea liberar a su deudor, a través de la remisión de la deuda, y éste no la


acepta, se entiende que el solvens -dada su voluntad de pago- puede acudir a la consignación. El
acreedor no está en aptitud de exigir al deudor que deje de pagar.

La remisión, llamada también condonación o perdón de la deuda -de la cual nos ocuparemos más
adelante-, es uno de los medios extintivos de las obligaciones regulados por el Código Civil. Por
eso, baste con señalar que la condonación es un acto bilateral, siendo insuficiente que el deudor
o el acreedor deseen el perdón de la deuda para que ello se produzca.

d. Incapacidad del acreedor para recibir el pago

Recuérdese que uno de los principios que rige en materia de pago es que los incapaces no pueden
efectuar ni recibir pagos válidamente. De allí que ante la incapacidad del acreedor, el deudor deba
ofrecer el pago al representante legal del acreedor incapaz o, en su defecto, recurrir a la vía judicial
para efectuar un pago por consignación.

e. Ausencia del acreedor

Se ha dicho que esta causal habilita al deudor a consignar, cuando el acreedor, además de estar
ausente del lugar de pago, no deja persona autorizada para recibirlo. Lógicamente, si el acreedor
no está presente en el lugar de pago, pero allí está una persona autorizada por él para recibirlo, el
deudor no podría pretender recurrir a la consignación argumentando la ausencia del acreedor.

f. Incertidumbre en el derecho del acreedor

En efecto, el deudor se encuentra legitimado a consignar cuando la titularidad del derecho de


crédito es judicialmente discutida o cuando aquélla no pueda acreditarse de manera fehaciente,
toda vez que, si el deudor pagase mal, podría verse obligado a pagar de nuevo.
Sin embargo, bastará que el solvens dude del derecho del acreedor para que pueda liberarse a
través de la consignación.

g. Desconocimiento de la persona del acreedor

Será extraño que el deudor no conozca quién es su acreedor. Sin embargo, podría ocurrir que,
ante el fallecimiento del acreedor originario, el deudor no tenga la certeza o no conozca,
simplemente, quién o quiénes son los herederos de su acreedor. En este caso, para que el deudor
se libere de su obligación y de cualquier responsabilidad proveniente de una eventual mora en el
cumplimiento, procedería la consignación.

h. Tratándose de un crédito embargado

Cuando un tercero embarga el crédito que tiene el acreedor ante su deudor, se imposibilita la
realización de un pago directo entre el deudor -que pretende liberarse- y el acreedor. Ello en razón
a que el embargo que recae sobre la deuda afecta el poder de crédito del acreedor.

i. Tratándose de una deuda pignorada

Expresa Wayar (en la cita de Osterling & Castillo, 2008) que, si el acreedor hubiera dado su
crédito en prenda a sus propios acreedores, el deudor debe abstenerse de pagar a su acreedor, y si
desea liberarse debe recurrir a la consignación, ya que en caso contrario el pago no sería válido.
En tal eventualidad la nulidad aprovecharía a los acreedores en cuyo favor se hubiera constituido
la prenda; y a éstos el deudor estaría obligado a pagarles de nuevo.

j. Redención de hipotecas

Cuando el deudor del precio de un inmueble que ha adquirido con un gravamen hipotecario en
favor de un tercero, quisiera extinguir la hipoteca respectiva, podría recurrir a la consignación
para levantar ese gravamen y sanear su situación jurídica, siempre que el acreedor hipotecario se
oponga a dicho pago.

3.4. Características
 Es una forma excepcional de pago
Aguardar la satisfacción de su crédito al tiempo de su vencimiento. Empero, cuando por
diversas circunstancias el deudor se halle imposibilitado de pagar directamente a su acreedor,
en forma excepcional podrá liberarse mediante la consignación.

 Es una facultad del deudor


La consignación es un pago impuesto al acreedor. Sin embargo, esto no significa que el
deudor, ante las dificultades que impiden un pago directo, deba necesariamente recurrir a la
consignación. El deudor -queremos resaltarlo- puede o no consignar a fin de liberarse de su
obligación

 Deben estar presentes los principios de identidad e integridad en el pago


Según se ha dicho, la consignación es una modalidad especial del pago. Y, como se sabe, en
todo pago deben estar presentes los principios de identidad (debe cumplirse exactamente la
prestación que se adeuda) y de integridad (debe pagarse en las cantidades pactadas). Estos
principios, por obvias razones, también deben regir en el pago por consignación.

En tal orden de ideas, si el deudor ofreciese al acreedor efectuar un pago que no revistiera las
características anotadas, éste podría -con todo derecho oponerse al mismo, y si el deudor
recurriera a consignarlo, tendría, asimismo, el derecho de impugnar la consignación, con las
consecuencias que analizaremos en su momento.

 Se trata de un proceso judicial


El pago por consignación reviste como una de sus características más notorias, la de consistir
-necesariamente- en un proceso judicial. Es evidente que, si el deudor agota todos los medios
extrajudiciales a su alcance para efectuar el pago, y, aun así, desea pagar, sólo tendrá por
delante la vía judicial, a través de un proceso de consignación.

3.5. Momento en que surte efectos la Consignación

Estos efectos se encuentran plasmados en el art. 1254 del Código Civil:

El pago se reputa valido con efecto retroactivo a la fecha del ofrecimiento, cuando:

1.- El acreedor no se opone al ofrecimiento judicial dentro de los cinco días del
emplazamiento.

2.- La oposición del acreedor al pago por cualquiera de las formas de ofrecimiento, es
desestimada por resolución con autoridad de cosa juzgada.

El ofrecimiento judicial se entiende efectuado el día en el que el acreedor es válidamente


emplazado y el extrajudicial se entiende efectuado el día que es puesto en conocimiento.

En cuanto al primero se refiere anotamos que retrotraer el precepto el pago válido a la fecha del
ofrecimiento, se está considerando pagada la obligación aun cuando no haya vencido (el
ofrecimiento debe hacerse cinco o diez días antes del vencimiento) es decir que se estará
realizando una suerte de pago anticipado. Así mismo cuando en la obligación se hubiese
convenido el plazo en beneficio al acreedor, éste no podría negarse a aceptar el pago antes del
vencimiento.
En cuanto al segundo inciso entendemos que se efectúa cuando el acreedor es válidamente
emplazado, en lo correspondiente al ofrecimiento extrajudicial se entenderá efectuado el día en
que es puesto en conocimiento, es decir cuando la declaración contractual dirigida a determinada
persona llegue a su dirección del destinatario y si se prueba que sin culpa el acreedor no puede
conocerla, no será válido.

3.6. Desistimiento del ofrecimiento de pago

Aquí tenemos según el art 125:

Que el deudor puede desistir del pago ofrecido y, en su caso retirar el depósito efectuado, en los
siguientes casos:

1.- “Antes de la aceptación por el acreedor”, en estas circunstancias para el deudor desde el
momento que efectúa la consignación constituye un hecho futuro o incierto ya que no depende de
su voluntad sino la del acreedor de que éste acepte o no, por lo tanto, el deudor podría retirar lo
consignado.

2.- “Cuando hay oposición, mientras no sea desestimada por resolución con autoridad de cosa
juzgada” Es lógico que si la consignación está como cosa juzgada éste será un pago válido, sin
embargo, sino está considerada como tal el deudor puede desistir pero no podría volver a
consignar lo mismo puesto que el acreedor estaría apto para interponer la excepción de
desistimiento de la prestación.
CONCLUSIÓN
Por último, se puede afirmar que el pago es un deber y un derecho. El deudor, al pagar,
cumple con el deber que emana de la relación obligacional asumida. Pero no solo tiene el
deber de pagar. También tiene el derecho de hacerlo, por diversas razones: a) desea
cumplir con un imperativo de su conciencia; b) desea liberar de cargas a su patrimonio;
c) desea evitar los daños y perjuicios que podrían originarse por la inejecución de la
obligación en favor del acreedor; d) desea evitar los propios perjuicios que eventualmente
podría ocasionarle mantener la prestación en su poder.

Es por ello que la ley ha organizado dos instituciones para que el deudor, ante la renuencia
del acreedor a aceptar el pago, puede liberarse: el pago por consignación y el pago de
intereses. En la misma medida en que el acreedor tiene el derecho de exigir el pago,
también tiene el deber de aceptarlo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Huaranga, D. (s/f). Los derechos no se mendigan se exigen.

Osterling, F & Castillo, M. (2008). Compendio de Derecho de las Obligaciones. Lima: Palestra

Osterling, F & Castillo, M. (2001). Compendio de Derecho de las Obligaciones. Recuperado de


https://www.castillofreyre.com/archivos/pdfs/articulos/algunos_conceptos_generales_so
bre_pago_consignacion.pdf

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