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Retratos

1980-1983

El Dios que adora

Soy un dios en mi pueblo y mi valle


porque me adoren Sino porque yo lo hago
Porque me inclino ante quien me regala
unas granadillas o una sonrisa de su heredad
O porque voy donde sus habitantes recios
a mendigar una moneda o una camisa y me la dan
Porque vigilo el cielo con ojos de gavilán
y lo nombro en mis versos Porque soy solo
porque dormí siete meses en una mecedora
y cinco en las aceras de una ciudad
Porque a la riqueza miro de perfil
mas no con odio Porque amo a quien ama
Porque sé cultivar naranjos y vegetales
aún en la canícula Porque tengo un compadre
a quien le bauticé todos los hijos y el matrimonio
Porque no soy bueno de una manera conocida
Porque no defendí al capital siendo abogado
Porque amo los pájaros y la lluvia y su intemperie
que me lava el alma Porque nací en mayo
Porque sé dar una trompada al amigo ladrón
Porque mi madre me abandonó cuando precisamente
más la necesitaba Porque cuando estoy enfermo
voy al hospital de caridad Porque sobre todo
respeto sólo al que lo hace conmigo Al que trabaja
cada día un pan amargo y solitario y disputado
como estos versos míos que le robo a la muerte.

Para Peto Simón y Mónica Restrepo y para Jairo Sánchez

Un fuego ebrio de las montañas del Líbano

Yo te sé de memoria Dama enlutada


Señora de mi noche Verdugo de mi día
En ti están las fuentes de mi melancolía
y del fervor de estos versos
En ti circula un fuego ebrio de las montañas del Líbano
En mí vapores densos de tu delirio nublan mi mediocre
razón española
Madre yo te perdono el haberme traído al mundo
Aunque el mundo no me reconcilie contigo
Consolación

Cuánta congoja agazapada


llevas Eusebio
El paisaje moral
de tus contemporáneos
te afectó como una lepra blanca

Eres demasiado sensible muchacho


Recógete en los libros
en tu alquimia
en el calor de tu madre

El resto no vale la pena Eusebio


Son fantasmas
Muchedumbres de fantasmas ebrios

El humo sobre el aire

Mi hermano Miguel a quien no conocí


ha venido a acostarse en mi hamaca
Ojos claros de miel y sonrisa carnívora
Ancho cuerpo para el abandono
Como todos nosotros fuma para matar las manos
y el humo describe sobre el aire
algo así como una señal de desventura
Mi madre no lloró la noche de su muerte
Pienso Antes de que se marche con el humo
que quizá lo hubiera amado

A Jaime Eljach

Jerónimo Miranda Mestra

Es un hombre como yo Venido del río


Huyendo de esa emoción maravillosa de que
su inmensidad y movimiento son hermanos
nuestros Como él Hincado en lo profundo de mi pecho
en más sagrada vivencia de hombres
De paisajes De animales flores y árboles
Del verano Sobre todo del verano Es un hombre
llegado a mi vida en su mejor momento
Le diré de mi comercio fatigado con el arte
La locura Y la muerte
lo dejaré en la casa de mi espíritu como propia
Que descanse en ella Que se acueste si quiere
en la hamaca Que mire de dónde vienen
mis palabras Y si es posible me consuele un poco
Es un hombre en quien se pueden confiar
las llaves de la casa y el gato que la adorna
Se le puede confiar toda la yerba que tenga uno
Es un hombre que siempre es mejor que uno

Lamento por un poeta malogrado

No sobrevoló lo cotidiano
Enredado con la vida de los otros
marchitó una vocación de alta poesía
Qué dios extraño es tu consejero
bravo guerrero
que te hizo despreciar un destino elevado
Tremendo fracaso de la imaginación
es tu leyenda terrenal
¡Ay pobre corazón de alas doradas!
Una escarcha de ceniza vengativa
cubre tu palidez de héroe
que ha vivido demasiado
y que no tiene traidor que lo asesine

Prostitutio ante el espejo

Sabía agradar con su belleza y sus sonrisas


y su juventud sensual de hembra en flor
Perezoso
No le gustaba pensar ni trabajar
Vivía de los hombres

Y pasaron hombres por su vida


como un tren por encima de un tierno animal
y sólo dejaron un gato viejo y reseco
Una sombra decrépita y lastimosa

A endeble señor de piel manchada y ojos tristes


como debes sufrir frente al espejo
añorando lo perdido
Álvaro esplendor que se comió la vida
y vuelve en sueños cada noche
exigiendo memoria
A una vecina de buena familia

Lo más probable
es que seas como los otros
ignorante y mentirosa
No aquella que pobló mi infancia
No aquella de luciérnagas en los ojos
Querida
Cómo estás de cambiada
Lo más natural es que seas como ellos
indolente y malvada
Lo más natural
No el endeble pájaro de verano
No las margaritas del jardín

Sin querer ofender

Por qué va a entristecerte el no ser poeta


Terrible sufrimiento el serlo
Sagrada –es verdad—
pero terrible

Tú eres un hombre bello


como no he conocido
porque vives lo bello
No te amedrante el no tener
una belleza mas
entre las que posees

Ser poeta es mas que un destino literario


Tu lo sabes
Entonces porque —me pregunto—
esas flores de papel descolorido y sin gracia
a la salida de tu barrio de ensueño

Para Alfonso Cabrales Marrugo

Un asesino

Camina como arrastrando su sombra


No mira a nadie ni nadie lo mira
Hay un vacío a su alrededor
como un hacha levantada
Salió hace unas semanas de la cárcel
Lo declararon inocente unos jueces vena1es
Fue a visitar a los viejos amigos
y éstos le cerraron las puertas en la cara
Y así todo el mundo
Hay un cerco de púas en torno de Carlos
el parricida

Casi de la adolescencia

Hernán Gómez Hernández mi primo...


Que será de esa esperanza vestida de muchacho

A los dieciséis me quería


y doña Lina nos hacía la tarde como una primavera
Bellos días con mi primo menor
en una casa donde entraban el sol el aire y el cielo
Donde unas hermanas lindas y vaporosas
sonambulaban
Yo te quiero bien primo literato y tú lo sabes
pero los dos somos tímidos y no nos atrevemos
a buscarnos de viejos

Como a ti - me gustan los indígenas—


si hay una esperanza
ellos tienen una gran parte

Vuelve un día a casa


Golpea en la ventana de la izquierda
que te estaré esperando

El mercader de palabras

Viviste de ella
No le pagaste su valía en lo que valía
La vida te llevaba hacia otras cosas

Distraído te olvidaste de la Inspiradora


y ella se alejó de ti
No le ofrecías un altar de sus merecimientos
Terrible enemistad:
Su cara adusta seca la boca
Estrangula el sentimiento
Sus gestos desolados nublan el alma
Ahora quisieras Oh querido
no haberla herido tanto
De lo que no fue

Intemperie y soledad
faltan en tu vida amigo de mi alma
Lo lamento De verdad lo lamento
En el poema que se quiere escribir sobre ti
asoman ellas
Vengativas y menesterosas pidiendo un lugar

No te ha azotado el desamparo
Ni la injusticia Ni la traición
No has sido perseguido

Has sido amado muchas veces


Todas las que has querido

El que no entendió nunca

Fuiste un testigo indolente


Ni comprendiste
Ni ayudaste a la víctima

Fuiste un cómplice de la perfidia y la ignorancia


Tácitamente aceptaste
que aquel hombre no valía la pena

Cuando lo llevaban al matadero


estabas cerca de él
y sólo miradas de rencor le prodigaste

Cuando te preguntaron
si aquel amigo que aparecía en sus poemas eras tú
lo negaste airado

¿Hoy que vives entre cosas cotidianas


te olvidas de aquella época ilustre
cuando a tus pies tuviste la poesía?

Ese que no ama

La nieve de los años


Bajo de tu cabello a tus pupilas
y te quedaste ciego
y luego te quedaste casi mudo
Castigo de la vida
a quien creyó engañarla
con la buena suerte

Castigo del amor


a quien uso la mentira
y la calumnia
como arma

Castigo de la muerte
quien se sentará en tu cama
y tú no la verás

Ofrenda

Por ahí va Antonio


erguida su juventud como un eucalipto
aromada
Mostrando su alma pura por el mundo
como un emperador de la tristeza y la nostalgia
Por ahí va
Antonio
Y no lleva nada en las manos
En sus ojos brilla la seguridad que es su fuerza
Antonio vara de azucena
Venado del alba
Pez vela

Tania Mendoza Robledo

Mujer de una belleza


tuviste que cruzar el océano
para encontrar el amor

Te nos fuiste Petulia casi para siempre


y casi ninguno de nosotros se dio cuenta
de lo ensimismados que estábamos
con nuestras anémicas vidas
para entender tu aventura de amor

Mujer con una carne oscura y silenciosa


Compañera
Ninguno de nosotros supo retenerte
Siempre estabas demasiado ausente
Desde entonces se nos estabas yendo
En el lugar del escenario una trágica creciente
como una luna
como una droga amorosa para el ojo
que la ve y no se sacia de ver tanta hermosura
ardiendo sobre unas miserables tablas de roble apolillado
Tania Mendoza Robledo
Precoz trágica de los escenarios colombianos
Bruja
Moría en cada noche como la flor de la coraguala
y perfumaba de tristezas
a todo el que tuviera la dicha terrible
de contemplarla

Donde esté la imagino animando


algo casi modesto en apariencia
algo que casi no le importe a nadie

Para Antonio Rendón M

Mi mejor alumno en Historia Universal

Tiene la piel de la felicidad que goza


Brillos para el placer repentino y fugaz
Sinuosidades para
los dedos sensitivos

Tiene un talento indudable


aquel que fue
mi mejor alumno en historia universal

De aquel adolescente que admiraba


sos dioses griegos
no queda casi nada
Unos ojos atentos
Unas cuantas palabras inteligentes

Lo que pueden
La felicidad y el tiempo
Ira infame

Remite vulgaridad desde París


Joven aficionado al teatro y la poesía
Vanidoso de su suerte viajera
envía postales donde brilla el odio
como una perla enferma

Yo lo quisiera con ese odio volcado


sobre el papel del poema
Despreciando a un mundo que lo ama
Enseñándole humildad a su alma altanera

Yo lo quisiera llorando en el escenario


No así pequeña bestia de rencor
deletreando espumarajos

Yo lo quisiera silencioso y tranquilo


Pero la Ira tiembla en sus entrañas
Ira de ceguera y soberbia Ira de sentirse poco
Ira de desleírse como una fruta podrida
Ira torpe del que padece una locura
que no es de su medida

A Marta Cabrales García

El leopardo

Como fuerza de monte


en un rincón oscuro
la infancia nos acecha

Así el leopardo —Martha Cristina Isabel—


El leopardo que se asoma por tus ojos
ha saltado derrumbando años
y sobre mi niñez —de bruces— me ha derribado

Sueños de un día trepando los peldaños de la eternidad:


Tú venías por el sol y yo era de barro triste
Tú tenías noticias del universo y yo era ignaro

Los años – Marta- con su carga de piedras afiladas


nos han separado
Hoy te digo que creo en el pasado
como punto de llegada

Para Gloria Burgos Arango

Desencuentros

Ah desdichados padres
Cuánto desengaño trajo a su noble vejez
el hijo menor
el más inteligente
En vez de abogado respetable
marihuano conocido
En vez del esposo amante
un solterón precavido
En vez de hijos
unos menesterosos poemas

¿Qué pecado tremendo está purgando


ese honrado par de viejos? ¿Innombrable?

Lo cierto es que el padre le habló en su niñez de libertad


De que Honoré de Balzac era un hombre notable
De la Canción de la vida profunda
Sin darse cuenta de lo que estaba cometiendo

La imaginación: la loca de la casa

Aprendió en la universidad
una técnica aproximación al alma
Un alma convencional por supuesto
un alma sostenida
en las verdades más difundidas

Psiquiatra él y además escritor


de temas folklóricos
Ingenuo a toda prueba
padece raptos líricos que no sofrena

Anteayer
un muchacho simpático y casi inteligente
que tenía novias prosaicas y amores prohibidos
y leía a Stefan Zweig Algo de la miel de estas novelas
se le adhirió como una máscara y una señal

Psiquiatra hoy él se olvidó de su pasado


y contra lo distinto levanta su bastión

Nada vale las mariposas


que atrapó en su niñez
—Ante su estolidez informada—
ni las las burritas tiernas
de vellón sedoso
y crica estrecha
ni las iguanas de Febrero
el río de limo somnoliento
El Psiquiatra está solo

La sutil materia de sueños recuerdos y deseos


es en él una escueta relación de datos
¿La imaginación? —la loca de la casa—
¿De qué vive?
Lo sabemos sus locos

Poeta urbano

Aquel poeta de Bogotá


que no conoció en la infancia
el olor de la tierra húmeda
ni el contacto revelador de los animales
ni ha visto al río llevándose la vida...

Para compensar tantas ausencias


suelta un pájaro en cada poema
y nubes van y nubes vienen
el mar en cada amanecer
lleva mareas su olvido

Aquel poeta
que calla cuando le escribo
que la tragedia más actual del hombre
es su guerra a la naturaleza
se escribe unos largos poemas
a una amada de papier maché

No eres contemporáneo de las flores


Tus estrellas son de hojalata
Tu mar de escenografía
ni trae ni inaugura recuerdos

Poeta
A la naturaleza hay que ir
A contemplarla
A defenderla

Un político

Hoy es la obediente sombra


de un escritor provinciano
Lo imita en sus manías
en su soledad en su trabajo
Qué extraño
Aquel revoltoso joven
(Nos conocimos en el Externado)
haciendo sombra
cuando era el que llevaba la palabra ardiente

Sus amigos de política


lo vieron esfumarse plácidamente
detrás de un escritorio

Ah negro corderuelo
Bajo la piel del quebranta instituciones
cuántas ilusiones de poder te hacías
Cuántas

Abuela Oriental
A esa abuela ensoñada
venía de Constantinopla
A esa mujer malvada
que me esquilmaba el pan
A ese monstruo mitológico
con un vientre crecido
como una calabaza gigante
Yo la odie en mi niñez

Y sin embargo vuelve


en esta noche aciaga
con algo de hermosura
Por algo se dice
que con el tiempo uno perdona casi todo

Vuelve con sus cicatrices en el alma


de fufada de un harén
con sus ―mierda‖ en árabe y español
Con su soledad en esos dos idiomas
Y ese vago destello en su espalda
de alta espiga de Siria
Retratos (segunda parte)
1986

Sara Ortega de Petro

Tallada en una carne alada oscura y firme


llegó mi hermana Sara desde lejos del mundo
a mis añosde asma y juegos de escondidas
ha encenderme Con su atávica Africa iluminándole la piel
y alborotando recia la mansedumbre del patio solariego

Llegó con los inmensos zapatos de charol fucsia


y un traje de colores deslumbrantes
que acentuaban su delgadez de cobre

Esa mujer con la hermosura de una reina de Dahomey


y la delicadeza que perfiló mi madre con dulzura

Esa Sara Ortega de Petro la que hoy es mi comadre tres veces


la que cuando muere de soledad o de locura
acude a verme con un tazón de sopa y todo su cariño
Aún hoy tengo tanto de ella en mí como de las mariposas
La lluvia y los primerizos mameyes del invierno

La amiga traía por la música

¿Por qué andará Beatriz siempre detrás de su guitarra?


Ella escudada
yo alelado escuchándola
como el pájaro libre
oye el reclamo del cantor

¿Por qué andará Beatriz cantando mis poemas?


y yo queriéndola
como se quiere de entrevero
como se quiere uno
cuando alguien ama algo de uno

¿Por qué Beatriz y su voz y sus canciones


no cabrán íntegras
dentro de mí
Para salvarlas aún
de su propio peligro de ser ellas mismas?
Álvaro López

Lentamente ha convertido en color


metal y vidrio su alma embrujada

Le ha ido regalando al sepia y al azul


su tristeza su fiera manera de agarrar
la noche entre sus manos y volverla amanecer
en medio de una pelea de gallos de cristal O a veces
visitante prisionero del gris y el rojo
en un retrato colgado en una pared blanca

Le ha ido estrujando a la vida


sus juegos más escasos y sutiles
para volverlos forma Misterio indeclinable

A un poeta que sabe serlo

Un puro y fuerte
oxidado de oro perlas y aromas corazón

Un corazón ardiente en galopes


sobre una llanura Y él es la llanura

Es Armando la escogida joya


de un idioma que aliméntase de idiomas

Una flor de trópico en metal y aliento

Es Carrillo además un pueblo


junto al mío
y es un poeta que también soy yo
Como una flor acompañada de otra flor

La pitonisa

Es Miryam una niña una sobrina


con voz de guitarra atenazada por la voz
del que la encanta del que la canta a solas

Es ella la propia guitarra


temblada por si misma
Argumentada en voces
como una sonajera de dolor
Hasta antier
una desconocida muchacha
que besó mi mejilla
y me mejilla de ella se enamoró
y se la robó por un instante Armando
para que el la amara más

Es Miryam ella y su ternura


la encantadora la pitonisa
la que en su voz habla de su desolación

Para Catalina Chadid

Tres en una

Va Catalina
Viene Catalina
Llegó Catalina
Junto a mi pecho como un gorrión
Como una hermana una abuela o una amiga
Su melena calienta mi corazón

No quiero que se vaya


Si es tan tierna
Si parece que tuviera en vez de huesos
plumas
En vez de voz puro aliento
En vez de amistad un pleno amor

Catalina vale un millón de besos en poemas

Catalina es corazón de viento


y el viento quisiera serlo yo

El escultor

Yo quiero a Nirko
porque meda la gana
Ganas si tengo para querelo yo
para no dejarlo ir por la madrugada
y que no lo toque el frío y el desamor
Y que se quede Nirko todos dicen
con su amiga o su novia
para que ese artista de las manos
brinde su compañía y propio amor
Que se quede Nirko siempre siempre
con su sonrisa perfecta y antigua
de dulzura de hermano mayor y afable
que mueve las manos lentas
como las alas de un ángel de metal
forjado por él mismo y que es él mismo.

Ellos y mi ser anónimo

Es Raúl Gómez Jattin todos sus amigos


Y es Raúl Gómez ninguno cuando pasa
Cuando pasa todos son todos
Nadie soy yo Nadie soy yo

Por qué querrá esa gente mi persona


si Raúl no es nadie Pienso yo
Si es mi vida una reunión de ellos
que pasan por su centro y se llevan mi dolor

Será porque los amo


Porque está repartido en ellos mi corazón

Así vive en ellos Raúl Gómez


Llorando riendo y en veces sonriendo
Siendo ellos y siendo a veces también yo
Amanecer en el Valle del Sinú
1983-1986

Quizá el último vuelo

Semeja un pedazo de cielo desgajado


atravesando el cielo
impulsado por la honda del dios de los pájaros

Pájaro borracho de nísperos y de sol


Pájaro fugitivo de los venenos industriales
No cantas pero vuelas más que el viento

Azulejo Pájaro azul y gris violeta


escondido en la afinidad
del color del infinito Y su nostalgia

Para Zuni Rxa

Cereté de Córdoba

Laberinto de adioses que vieron una lágrima Sol


Tanto sol que a veces he olvidado sus noches
Sol sobre los tejados y los transeúntes presurosos
Pero también sombra bajo el sombrero del cielo
Sombra en las higueras del parque Y a veces
dulce sombra en las palabras de un amigo

Laberinto correteado por mi niñez de siempre


La de palomas moradas en el campanario
y en las manos de los niños cuando Fátima la virgen
paseaba su pureza increíble en una paloma de algodón
del tamaño de una casa Y parecía sonreír
Y el discreto milagro de las palomas sueltas
de nuestras manos ¿Recuerdan Zuni Sara Thelba
Rosalba Manuel María Auxiliadora Narcisa Daniel Joaquín Susa Martha?
¿Recuerdan? Volaron todas hacia ella Y la arrullaron

¿Recuerdas Alba que estabas disfrazada de ángel


y se te cayeron las alas?

Al pueblo lo divide un río que refresca la resolana


y la memoria Y que es manso como los cereteanos buenos
Porque también hay de los otros

Allí amé dos veces al Amor


Y el Amor dijo una vez que sí
Y otra vez que no
Que ni para el putas

Allí tuve una casa de techumbre pajiza


con agujeros en lo más alto
por donde el viento se colaba trayéndome
noticias del Universo

AIIí tuve una familia que amaba el arte y la naturaleza


y que hoy muertos los viejos anda suelta por el mundo

Allí soñé escribir y cantar Soñé llevarme a Cereté


de Córdoba a otros lugares Deletreado en un blanco papel
A que gentes de otros ámbitos conocieran sus noches estrelladas
de espermas de fandangos cuando la Candelaria
y esa alma gentil y bondadosa de ustedes mis amigos
que saben con una botella de ron blanco
entre pecho y espalda
prometer este cielo y el otro Los amo más en el exilio
Los recuerdo con un sollozo a punto de estallar
en mi loca garganta He aquí la prueba

Respuesta a una carta

Cuando llegó tu carta rumorosa como el viento


había lanzado todos los libros a la calle
y como no estaba el mío me tiré yo mismo a la intemperie

Y vagabundié entre el sonrojo agresivo y triste


de esos pobres hombres que me vieron crecer
como una bestia tierna que escribía y soñaba
De esos habitantes de un paisaje que adoro
incómodos y apesadumbrados de tener un poeta

Y mendigué un alegre dinero regalando mis versos


y les ofrecí mi vida erizada de angustia

Y canté en las aceras y me enamoré de un amor malvado


pero hermoso como un lucero en la noche de la muerte

Eres en mi corazón el poeta que me enseñó


con sapiencia y dulzura a leer la poesía
Ese poeta admirado y lejano Jaime Jaramillo Escobar
Pero amigo y hermano de mi soledad como mi propio verso
Necesidad inexorable

Álvaro Yo también tengo un río de enfermedad


y muerte
En mi geografía y en mi soledad Álvaro Mutis
¿No es verdad que es necesario desbocar esas aguas
podrías para que se oreen la vida y la poesía?
¿Qué er necesario verle los ojos a la muerte
para aprender a morir a solas?

Estás enraizado en mis sentimientos de siempre


que te hubiera querido aún sin admirarte
que te hubiera regalado un poco de mi intimidad
si te hubiera visto algún día por la calle

Tu que vives en el ―pozo cegado‖ del exilio sabes


que un hombre no entrega su amistad sino
por una necesidad inexorable Aquí va entera
para que la guardes como un pañuelo
que acaba de consolar unas lágrimas

Salamandra para Octavio Paz

Si el aire y la luz solar entraron en mis versos


fue por tu culpa Si los transformé en mi tristeza
también fuiste el origen La causa desbocada
La piedra que hirió mi frente como el beso de un dios
La transparencia oriental que así mismo mi madre
y su vientre de Arabia habían sembrado
en el hijo que se lanzó al vacío de la muerte
apenas defendido por el amor a las palabras

¿Vida no da vida? ¿Vida engendra un largo torbellino


de encuentros y de adioses? ¿De males deseados
como el amor por un ser inalcanzable y bello?
¿Y la locura desmedida de guardar un rastro
en el corazón de las palabras? ¿O vida dará vida?

Octavio Paz Poesía mata al hombre nuestro


y de su podredumbre enlaza lo que queda
lo que merecía otro tiempo más durable
con la muerte de una parte de la muerte
El suicida

Airoso en su galope
levantó la mano armada
hasta si sien
y disparó:
suave derrumbe
del caballo al suelo
Doblado sobre un muslo
cayó
Si un solo gemido
se fue a galopar
A las praderas del cielo

Ruego a una deidad

Sorprendí a la desgracia robándose mis palomas


y la espanté a latigazos
Volvió sus dientes temblorosa de rabia
y de una bofetada me robó la pasión

Perdóname señora oscura y venerable


mi atrevimiento de hijo bastardo
que no puede más con su vacío corazón

Metafísica del poema y la muerte

Levántate
como si no hubieras muerto
Levántate y mira
como si no hubieras muerto nunca
a quien escribe estos versos

¿Azul verdad?
Azul y blanco
Hendido por una franja violeta
Dos manos Una boca
y casi todo el resto

Soy
otro que sueño
querida
Ante un espejo oscuro

Como una corriente quieta manchada de petróleo


que iridisa y apaga una imagen que no reconozco
Ante un espejo oscuro aun soy un hombre joven
Esos no son mis ojos Son demasiado bellos
para ser los míos No tengo esos fulgores
ni esas pestañas iluminadas de adolescencia

No aparece mi prematura calva Ni el abotagamiento


inicial de mis duros cuarenta años vividos
entre la soledad y la locura Mi boca
destruida en su tierna intimidad no acusa el daño

La nariz y la barbilla muestran un equilibrio


que nunca han mantenido Con cierta sombra apolínea

Ese espejo tiene algo de alcahuete de la vida


De generoso prostituto que me regala una maldad

El mes adolescente

Llegó Abril
con sus aguas escasas
colocando diamantes en cada hoja
El mes de los árboles aún sedientos
El mes de la enredadera que trepa el muro

Joven Abril como una adolescente casi virgen


Te deseé en las tardes de verano
y ahora llegas primoroso
a encantarme con el batir de tu llovizna

Amado Abril beso tu piel de esmeralda


me entristezco bajo tus cielos grisáceos
Con las voces de tus pájaros
me hago un nido del tamaño de mi deseo

En ti estremecido de ternura
derramo la leche agria del amor que ha esperado

Veneno de serpiente cascabel

Gallo de ónix y oros y marfiles rutilantes


quédate en tu ramaje con tus putas mujeres
Hazte el perdido El robado Hazte el loco
Anoche le oí a mi padre llegó tu hora

Mañana afílame la tijera para motilar


al talisayo Me ofrecieron una pelea para él
en Valledupar Levántate temprano
y atrápalo a la hora del alimento Dijo mi padre

Talisayo campeón en tres encuentros difíciles


He rogado y llorado que te dejen para siempre
como padre gallo Pero a mi viejo ya le dieron
el dinero y me compró un juego de dominó para engañarme

Pero ya estás cantándole a la oscuridad


para que se vaya Te contestaron tus vecinos
Y mi padre está sonando sus chancletas en el baño

Es imposible evitar que te manden otra vez a la guerra


Porque si mañana te espanto padre de todas maneras
hará prenderte por José Manuel el indio Así que
prepárate a jugarle sucio a tu contendor Pues
le robé al indio un veneno de serpiente cascabel
para untarlo en las espuelas de carey

En medio del tumulto y la música de acordeones


me haré el pendejo ante los jueces que siempre
me han creído un niño inocente y te untaré
el maranguango letal Es infalible como el mismo diablo

Voy a apostar toda mi alcancía a nuestra victoria


Con lo ganado construiré un disfraz de carnaval
y lo adornaré con tus mejores plumas

Para Edmiti Villarrel Alméstica

Recordándonos siempre

Edwin y yo nos masturbábamos de ocho a nueve


en clase de aritmética Y de cuatro a cinco
en la de Historia Patria El de él
era idéntico a su cara Pícaro y sonriente
Con el glande torcido como su peinado
Él semiacostado en la última banca del salón
y yo en la contigua Con vaselina o crema dental
Cuando ocurría lo mejor
Guardábamos el semen en un libro Con fecha
―Para cuando pasen los años
y nos querramos acordar Gómez Jattin‖
como él decía
La herencia del placer

¿Y mis hijos?
Ya están corrompidos
Ah bueno
Corrompimos al niño y corrompimos a la niña
Por separado y luego juntos jQué espectáculo!
Buenas noticias dices
¿Han preguntado por mí?
Sólo al principio
El placer los ha vuelto insensibles
Dígales que me alegro por ellos

El que supo medir sus propias distancias

Parece una estatua de arena


en pleno pleamar
y no se derrumba

Será porque es de llanto leve


y emociones de certeza
O porque desde niño
oyó cantar a la sirena

Parece un delicado pez


de iris y de escamas
tendido en la ribera
y no se ahoga

Será porque supo


que el amor es
el peor enemigo
del amor

O porque escribió
en largas noches
palabra tras palabra
Y luego no les concedió
demasiada importancia

De contrabando

Casi no conozco a mi mejor amigo


Nos vemos por la calle
Un cómo estás cálido y sentido
Casi no lo he tratado
pero presiento en él
a un hombre de valor

No me importa que no me reconozca


Es mi mejor amigo
Son los suyos los ojos más sinceros
que jamás me han mirado

Mi mejor amigo vive en mí


y yo aspiro a vivir en él
Sencillamente
Sin estorbarnos

El agresor oculto

Me envenenó la vida
Me sustrajo de mi movimiento natural
y me entregó a las sombras
de los amores no correspondidos
Me trastocó los sueños
metiéndose como un conspirador entre sus grietas
Desempolvó recuerdos
que hablaban de partidas y de adioses
Mientras tanto mi alma
acostumbrada a la desgracia
lo veía hacer
como un condenado que presencia
el levantamiento del patíbulo

Para Antonio María Cardona

De mi valle

Existe San Pelayo


Un recodo milagroso del tiempo
Una isla de música en el letargo del valle
Glorioso San Pelayo
de trompetas y tambores

Existen unos pocos indígenas


en estado adánico
que Toño María Cardona uno de ellos
me ha contado
Con poetas vivientes
Con leyendas ancestrales

Existe allá en lo alto del río


una naturaleza casi intacta

Existes tú
Viajero del río

Y existe el río

a ella mi amiga

Historia verdadera

Un balazo es algo que a veces nos alegra


¿No es verdad? Entre las sienes se quedó la bala
como un regalo merecido...

Borracho en sus buenos tiempos


era el ciego paralítico
Mala gente ese que hoy inspira
una piedad asqueada

Amigo de la rabia contra ella


de golpearla y arrastrarla por las calles
tirándola de su hermosa trenza endrina

Un balazo en la noche
despertó a los vecinos que la compadecían
y que atestiguaron intento de suicidio
(Ella jamás fue encarcelada)

Que trabajos tan hermosos tiene la vida

Acecha a la maldita de tu abuela Me aconsejo


Soporta el sol y si es preciso acalámbrate
esperando a que la carcamala duerma
mientras oye novelones de radio y discute con el malo
Desátale el fajón de su camisola
y amárrala al mecedor para que ojalá
no se suelte nunca Es tu día

Jódete Quémate las pestañas en la luz de los recuerdos


Apresúrate a comprar el último libro
de ese viejo poeta que te obsesiona Y ven rápido
a tu escondrijo a empuñar el bolígrafo y el cigarrillo
Coloca la jarra de limonada en la mesa
Correveidile a la tristeza de antier
cuál era el color exacto del día que murió tu padre
Emborráchate de nostalgia Empieza un verso
Apúrate pendejo que por ahí entre tus glándulas
transita la vejez inerme

Pequeña elegía

Ya para qué seguir siendo árbol


si el verano de dos años
me arrancó las hojas y las flores
Ya para qué seguir siendo árbol
si el viento no canta en mi follaje
si mis pájaros migraron a otros lugares
Ya para qué seguir siendo árbol
sin habitantes
a no ser esos ahorcados que penden
de mis ramas
como frutas podridas en otoño

Me defiendo

Antes de devorarle su entraña pensativa


Antes de ofenderlo de gesto y de palabra
Antes de derribarlo
Valorad al loco
Su indiscutible propensión a la poesía
Su árbol que le crece por la boca
con raíces enredadas en el cielo

Él nos representa ante el mundo


con su sensibilidad dolorosa como un parto

Marzo para dos colores

Uno se viene aproximando El otro espera


La piedra al sol relumbra por la carretera
Se dan la mano
Camisa roja Camisa azul En el aire
Ascienden Globos de papel
Conjuro

Los habitantes de mi aldea


dicen que soy un hombre
despreciable y peligroso
Y no andan muy equivocados

Despreciable y Peligroso
Eso ha hecho de mí la poesía y el amor

Señores habitantes
Tranquilos mí
suelo hacer daño

Elogio de los alucinógenos

Del hongo stropharia y su herida mortal


derivó mi alma una locura alucinada
de entregarle a mis palabras de siempre
todo el sentido decisivo de la plena vida

Decir mi soledad y sus motivos sin amargura


Acercarme a esa mula vieja de mi angustia
y sacarle de la boca todo el fervor posible
toda su babaza y estrangularla lenta
con poemas anudados por la desolación

De la interminable edad adolescente


otorgada por la cannabis sativa diré
un elogio diferente Su mal es menos bello
Pero hay imágenes en mi escritura
que volvieron gracias a su embrujo enfermizo
Ciertos amores regresaron investidos de fulgor
eterno Algunos pasajes de mi niñez volcaron
su intacta lumbre en el papel Desengaños
de siempre me mostraron sus vísceras

Hay quién confía para la vida en el arte


en la frialdad inteligente de sus razonamientos

Yo voy de lágrima en lágrima prosternado


Acumulando sílabas dolorosas que no nieguen
la risa Que la reafirmen en su cierta posibilidad
de descanso del alma No de su letargo

Voy de hospital en cárcel en conocidos inhóspitos


Como ellos Almas con cara de hipodérmica
y lecho de caridad Entregándole mi compañía
a cambio de un hueso infame de alimento

Toda esa gran vida a los alucinógenos debo


La delicadeza de un alma no está casi
en lo que se apropia Sino en el desprecio de ese estorbo
sangriento cual banquete de Tiestes
que la opulencia inconsciente ofrece yana y fútil

La encañada y la madera

Carrillo Armando tiene la Encañada


y la Madera A la Encañada se va
río arriba en una canoa Por la Encañada
se llega a San Pelayo de la Música y
las estrellas de estío a un fandango
que nace en cada casa y se ahoga tiernamente
en una botella de ron blanco mañanera
Allí vive mi prima La Tiqui Mestra de Almanza
que me cargaba cuando niño me daba el asma
Una hermosura de puro blanco español
y alma de dueña campesina Tía del Gero Miranda
Un marihuanero del putas Un primo que quiero
como a un hijo bueno Que tiene una finca
en la Madera Armando y Miryam
a la Madera llega uno entre robles Entre
Cedros y Guarumos Y el frescor de la ciénaga
sumergida en que se posa Y el cañito sombreado
de platanales y majaguas Carrillo Armando
es una plaza abierta con algunas calles
hermosas Como tú Armando Carrillo
En la Madera viven Lino Mestra mi primo
y Alicia su mujer Gente bella y trascendente

Para Fernando Linero

La parranda verraca es la del sol con la vida

El jet rojo y mercurio aterriza te digo en un


paisaje que me parece marciano Hay una carretera
de asfalto entre algodonales y zorgos azules y terracota
Fernando por el cielo te voy a llevar al cielo
que es mi valle y sobre todo mi Cereté del cielo
Un pueblo lindo con una cabellera tenue de nubes
blancas Una gente de muchas razas y colores
con un Español adelgazado por la voz del río
No tiene una belleza inmediatamente percibible
aunque es notoria Hay que mirar su entera alma
con detalle Hay gente esforzada y alegre
Hay música en su viento Y no muy lejos
está el mar Turquesa líquida y amorosa
Hay una iglesia de hermosura medioeval
y un campo verde con flores de ilán-ilán
en primavera y cocuyos en el follaje
Una semana santa de parranda y comidas espléndidas
y juegos de póker y arrancón y dominó
Pero la parranda verraca es la del sol con la vida
Del amor
1982-1987

Que ellas perdonen a Rafael Salcedo

Soy de la mujer y del hombre Me doblega


tierna virilidad Subyuga mi corazón
una feminidad fortalecida en el arte
Aunque siempre he amado más al amigo

He tenido junto a mí a las mujeres que he querido


A Tania le di mi corazón en el escenario
Y en las calles de Bogotá y bajo la noche de Cali
hablamos
Ante la transparencia de los ojos de uvas color miel
de Margarita Bermúdez tintineaban mis huesos
Mis poemas en la voz y en la música de Beatriz Castaño
son la emoción de un corazón que se parece al mío

Pero el amigo es el amigo y ellas perdonen


No aguantan tanta parranda como Rafael Salcedo

Como Rafael Salcedo Castañeda de mi corazón


Armonía en la masculinidad de un alma
como la brisa inmensa y fresca del Universo
No aguantan tanta guitarra como el gran
amigo de mi vida entera el viejo Rafa
El cienaguero ilustre Bello y trágico
como un pájaro en medio de la tormenta

La gran metafísica es el amor

Nos íbamos a culear burras después del almuerzo


Con esas arrecheras eternas de los nueve años
Ante los mayores nos disfrazábamos de cazadores
de pájaros La trampa con su canario De colectores
de helechos y frutas Pero íbamos a gozar el orgasmo
más virgen El orgasmo milagroso de cuatro niños
y una burra Es hermosísimo ver a un amigo culear
Verlo tan viril meterle su órgano niño
en la hendidura estrecha del noble animal Pero
profunda como una tinaja Y el resto del
grupo se prepara gozoso Gozando el placer de otro

La gran religión es la metafísica del sexo


La arbitrariedad perfecta de su amor El amor
que la origina La gran metafísica es el Amor
creador de Amistad y Arte
Eso no me preparó para someter a la mujer
sino para andar con un amigo

“… Donde duerme el doble sexo”

La gallina es el animal que lo tiene más caliente


Será porque el gallo no le mete nada Será
porque es muy sexual y tan ambiciosa que le
cabe un huevo Será porque a ella también le gusta
que uno se lo meta Lo malo es que caga el palo
Pero es el momento más bacano y el orgasmo
es de fiebre ¡Loco! Supersexo para mis seis años

A la paloma no le cabe Pero es lindo excitarla


y hacerse amigo de ella y hacer de ella La
paloma
o sea del palomo el signo sagrado del Amor
Aquel a quien nombro cuando no me duele
en demasía Virgo como un palomo pero penetrable

La pata es imposible La perra no deja


y muerde La cerda sale corriendo La
gata ni pensarlo Chévere la camera Se
queda quieta La chiva en celo es deliciosa

Se me olvidaba la pava En la alegría sexual


sale a la calle como la perra a putear
De las aves lo más bacano es el pavo
Todos los pavos son maricas Lo aprietan

Claro que la burra es lo máximo del sexo


femenino pero la mula lo chupa Y la yegua
es de lo mejor... Pero

La cocinen hace todo Se levanta la falda


y lo trepa a uno a su pubis Te pone las manos
en las nalgas y te cuIea en esa ciénaga insondable
de su torpe lujuria de ancha boca

El que se ha comido un burro joven sabe


que per angostam viam hay más contacto y placer
de entrar con ternura por donde la naturaleza
aparentemente no lo espera Pero que recibe
en un júbilo que no le conozco a la hembra
Todo ese sexo limpio y puro como el amor
entre el mundo y sí mismo Ese culear con
todo lo hermosamente penetrable Ese metérselo
hasta a una mata de plátano Lo hace a uno
Gran culeador del universo todo culeado
Recordando a Walt Whitman

Hasta que termina uno por dárselo a otro varón


Por amor Uno que lo tiene más chiquito que el palomo

Cambio de identidad

Dama del alba


Con tu niñez de golondrina haciendo el verano
inauguras te en mí el sendero del corazón
Espeso amor
Como la embriaguez del Stropharia
Reminiscente Moral Con ventana al futuro
Como la lenta tarde de sequía
quc cs para mí la tarde de la vida
Como el río de barro de mi valle
que en invierno arrastraba animales muertos Como la dicha pérfida de mi abuela
se regocijaba en ser un monstruo

Furor de los años en tropel Pasos de la muerte


Ella camina indemne Solitaria en mi camino
Carne que te reemplazas

Ella se lamenta

Me hubiera gustado ser varón


para poseerte
Para darnos trompadas en señal de ternura
y de fidelidad
Para ponerme las botas de capataz
y cabalgarte desnudo
Para amenazarte con un revólver

Pero yo
Una mujer
Una simple mujer
¿Qué puede hacer de memorable
en la prosecución de un amor?
Deslumbramiento por el deseo

Instantáneo relámpago
tu aparición
Te asomas súbitamente
en un vértigo de fuego y música
por donde desapareces

Deslumbras mis ojos


y quedas en el aire

El viajero del río

Parloteo de comadres aceitosas


Tiernas Sosas
Final de la tarde

vienes
como un pequeño dios
entre las flores

Las observas en sus mecedoras
Sol que muere
Dios que pasa
Mirada que enamora
Ellas
dicen un adiós
hacia las dalias
enamoradas
Yo que te espero al otro lado de mí
sonrío
al verte caminar sobre las aguas
del cuerpo mío

Apacibles

Allá en el horizonte Por la región de Martínez


aparecerán las garzas A las cinco en punto
Préndete el tabaco y cántate una canción
mientras llegan Deben ser nietas de unas
que amé cuando era solo y quieto Mira
Puede ser cuento mío pero son bellas
Casi como las palomas Te voy a regalar un
par de palomas guarumeras Son moradas
Como el caimito Cántate la canción que Alfredo
les hizo

Podía decirte que es un principio de verano


Que estaba por allá sembrando una margarita
y que vine a acompañarte la tarde
Vendrían las garzas y quizá lloraría

O podría ser que fueras un día de verdad


Y en el alar de mi casa la luna mía
sería nuestra A lo lejos o en el reflejo
del arroyo

La hamaca nuestra

Ven hasta la hamaca donde escribí


el libro dedicado a tu sagrada presencia
Ella me recuerda toda esa soledad
que dormí en ella Todos esos gestos de mi
alma
persiguiéndole el vuelo a las palabras
que grabaran en un tiempo menos frágil
la lluvia de tus lágrimas El reposo soñado
en tu pecho La mañana eternamente memorable
de nuestras manos enlazadas en medio
del tumulto

En el vientre de esa hamaca recosté


mi cansancio de la vida Acuné dolores
Me defendí de la canícula Y soñé:
Tú venías en medio de la noche a consolarme
y eso dije Escribía un poema que preservara
tu memoria y eso hice Desatar mis alas
tristes y lloré

Tiéndete que yo te meceré para refrescarte


si te es posible duerme Que yo velaré

En las lágrimas tuyas está todo el terror

Como en un cuadro de De Chirico El Tiempo


se queda detenido entre los objetos
y los hombres sueñan la eternidad
Las chimeneas son falos humeantes
penetran el cielo de Lo Absoluto
Como en un color de Borges El Tiempo se
queda entre las palabras del Ciego
Los hombres han conocido a través de
lo insólito la eternidad El sexo
de Borges es infinito y estoico

En las lágrimas tuyas está todo


el terror a la noche de la soledad
y la muerte En tus palabras está
contenido el Más Allá del Amor y su sueño

A Sthendal

Ha cristalizado tres veces el amor Enrique Beyle Sthendal


Vino de contrabando Entró en las ventanas
de mi alma como el primer sol del año
Y me sorprendió tan niño Tan entregado a él
y tan libre a la vez Entró y dijo su nombre
Y me tomó en las alas de su voz y fui su pájaro
Me empujó tiernamente a la orilla del mar
Me oyó hablar de cosas intrascendentes pero íntimas
Nos dimos un calor de huérfanos solitarios

Otra vez apareció entre la voz y el acordeón


de los hermanos Zuleta Nos emborrachamos
de mirarnos De bebernos a hurtadillas
Me siento bien querido ante ese hombre
Tiene nostalgia y sufrimiento Ama la alegría

Al despedirse me lanzó un beso con la punta


de los dedos Y yo le respondí Y ahora
soy de él como de mí mismo

Acción de gracias

Como un dios sabio que sabe perdonar a su poeta


me has defendido hasta del propio olvido
en que pude para mi mal dejarte
Apaciguado males que el oficio presagia
Otorgado caricias que jamás he soñado

¡Oh dios! Te entreví en la jornada ingrávida


de confiarle al papel la vida y sus engaños
Tú has mirado en mi alma y sus duros trabajos
un regalo a lo eterno que hay en ti
A lo indecible de tu manso poder
que hace que tu belleza sea como frescura
en la dura prueba del poema inacabado

El alba en San Pelayo

Recuerdas aquel alba en San Pelayo en 1983


Tú tenias una camisa azul pálido La del emblema
heráldico en el bolsillo izquierdo Yo una rosa
Ambos bluyines Lee Me gritaste desde el parque
Creí morir de alegría al verte amor mío Al verte
se me reventó el alma ante tus ojos lindo amor

Te quiero como el carajo Soy un varón de palabra


Te quise desde que nos conocimos junto al río
con esas mismas camisas Amigazo de siempre
Amigazo de mi vida entera Eres un varón
del putas Yo también

Una banda de música sonó El Pájaro El porro


más hermoso El que más me gusta Tú
parecías un azulejo Yo un sangretoro prisionero
Me ofrendaste un aguardiente Te quise
¿Recuerdas que desapareciste como en un deux ex machina
de Eurípides?

El disparo final en la Vía Láctea

En el cielo profundo de mis masturbaciones


ocupas ese ámbito de deseo irrefrenable y voraz
Inagotable y tierno que te devora el sexo
aunque tú no lo sepas Tu cuerpo habita el mío
Y es tan mío como no pudo serlo allá
en la realidad Es mío cuando yo te deseo
De esa misma manera impalpable y eterna
como este libro es tuyo Como yo soy de ti

Habitamos el ocho Doble infinito


de los dos universos El 8 de los círculos
El que parece dos astros hermanos y gemelos
El que parece dos ojos Dos culos cercanos
El que parece dos testículos besándose
Cuando llegas a mi cielo estoy desnudo
y te gustan las columnas de mis piernas
para reposar en ellas Y te asombra
mi centro con su ímpetu y su flor erecta
Y mi caverna de Platón carnal y gnóstica
por donde te escapas hacia la otra vida
Y en ese cielo te entregas a ser lo que verdaderamente
eres Agresión de besos Colisión de espadas
Jadeo que se estrella como un mar contra mi pecho
Locura de tus ojos orientales alumbrando
la aurora del orgasmo mientras tus manos
se aferran a mi cuerpo Y me dices
lo que yo quiero y respiras tan hondo
como si estuvieras naciendo o muriendo

Mientras nuestros ríos de semen crecen


y nuestra carne tiembla y engatilla su placer
hacia el disparo final en la Vía Láctea

En las sabanas de nuestro cielo hay nubes


perfumadas de axilas y delicados residuos
del amor En la almohada el hueco
que tu cabeza ha dejado oloroso a jazmines
Y en mi alma y mi cuerpo el inmenso dolor
de saber que desprecias mi amor

Oh tú por quien mi vida renació


dentro la lumbre de la muerte

“El amor brujo”

He robado parte de tu cuerpo y de tu alma


Le he tendido una celada a los recuerdos
que aquí te recuerdo ¿Recuerdas amor?

El cielo de la noche casi azul se asoma


Entre tu pestañas Noche vibrátil

Una vez me fui hasta tu región de monte


enfermo de hongos y tristezas muy tristes
Y aluciné con tu imagen alta y flexible
galopando un caballo de nube Luego
venías por la tarde desde el Retiro de los Indios
en tu carruaje blanco y yo iba a pie
por la carretera Como un sonámbulo

Sonríes desde lejos como si masticaras


mi corazón entre tus colmillos
Mis palabras le quitan a tu vida muerte
Vives en este libro aunque te tengo miedo
Aunque apenas sí hemos hablado Pero te amo
tanto como siempre Tanto como puedas imaginar

Y estamos lejos Como el sol del mar

El velero que pasa por un náufrago en sueños

Afianzada en tu voz genital En el giro del carruaje


perla y rosa a toda máquina llevándoteme a tu paraje
entre algodonales y pájaros y cebúes sagrados Va
mi ilusión de un futuro compartido cuerpo a cuerpo
que la trama de fatales hechos y el tiempo transcurrido
desbordan contra mí como una copa de sexual veneno

Qué más quieres hermano de mi sangre si ya


estás dentro de mí y lo que escribo Como si fueras
mi último aire El velero que pasa por un náufrago
en sueños

No soy de ti pero tampoco me pertenezco Soy de esos


momentos que habitas incluso con violencia Pero
la herida es tuya Y el dolor que te imagina olvidándome

Ombligo de luna

Dibujo tu perfil del faro a las murallas


Luz de alucinación son tus ojos de hierro
El mar salta en las piedras y mi alma se equivoca
El sol se hunde en el agua y el agua es puro fuego
Eres casi de sueño Eres casi de piedra en el vaivén del tiempo

Arquetipo amoroso firme en la turbia edad


esa manera tuya de calmarme las lágrimas
De desbocar tu cuerpo contra el mío Enloquecido
como un potro en una llanura incendiada
De verter tus palabras en mi entendimiento
cual veneno que cura la ausencia
De recordar cosas usadas y olvidadas
vuelo que ilumina y asombra

Es tarde amor El mar trae tormenta


Hay una luna pálida que recuerda tu ombligo
Y unas nubes livianas y pesadas como tus manos
beben sedientas Así cuando yo sobre tu boca muero

Casi obsceno

Si quisieras oír lo que me digo en la almohada


el rubor de tu rostro sería la recompensa
Son palabras tan íntimas como mi propia carne
que padece el dolor de tu implacable recuerdo

Te cuento ¿Sí? ¿No te vengarás un día? Me digo:


Besaría esa boca lentamente hasta volverla roja
Y en tu sexo el milagro de una mano que baja
en el momento más inesperado y como por azar
lo toca con ese fervor que inspira lo sagrado

No soy malvado Trato de enamorarte


Intento ser sincero con lo enfermo que estoy
y entrar en el maleficio de tu cuerpo
como un río que teme al mar pero siempre muere en él

Serenata

Asómate amor mío


que el cielo ha encendido un fandango
en su comba lejana Y no hace frío

El viento música entre árboles un gemido


que parece tú sintiéndome el placer
que parece tú inclinado en mi rostro
secreteándome señales en el camino
―Todavía no‖ o ―Aprisa que me muero‖

Asómate y no temas a tus padres con su Colt 45


que yo traje el mío

¿Me oyes? ¿No deseas que nuestro amor


realice bajo los astros otra jornada? Como dioses
¿No le echaste al viejo en el café la Valeriana
para que duerma y nos deje hacer lo nuestro?

Así te supliqué y no respondiste Después supe


que días antes te habían mandado de vacaciones
a París Para que te olvidaras de mí El poeta
del pueblo Ese que se ha ganado una triste
fama de marica por tu cuerpo adorado
No olvides que a mí ese asunto me tiene sin cuidado
Que es pura envidia Pura tontería de tu viejo
y sus aburridos compadres verdugos de la vagina
y de tus amigos falsos que les gusta mi falo

No olvides que el amor es más valioso


que todos esos juntos Que hemos luchado
aun contra nosotros mismos Que nuestro placer
tiene toda la belleza viril que ellos nunca han tenido

La soledad de Gómez Jattin

No sé donde arderás ahora corazón mío


Necesito entregarte siempre como esclavo Pobre de ti
Es urgente que enfermes otra vez y otra vez

Qué voy a hacer contigo ahí desocupado


como estúpida biología Vamos deshazte
de tu pesadumbre y emprende el vuelo

¿Qué te sugiere el momento? ¿Te gusta esa mirada


envejecida pero atenta de tu buena sobrina?
Ve y háblale de cuando lloró sin motivo f
O cuando de la risa se orinó en los calzones

O mejor recorre el campo y siembra un árbol


suntuario O llévate cordel y una navaja
y construye un barrilete y eleva con él
tu soledad hasta las nubes

No No queremos los dos amigo mío hacer nada de eso


Queremos acostarnos otra vez sobre su vientre

Pero esos tiempos han pasado Su cuerpo y su deseo


deambulan entre cines y bares de la urbe
enfebrecidos detrás de otros cuerpos y otros deseos
Y eso está bien Es su vida sin nosotros
Tiene derecho también a un placer libre

Allí está sola la luna y no se muere Solo está el viento


Tú me tienes a mí
Y a Nuestra Señora La Soledad de Gómez Jattin
Príncipe del Valle del Sinú

Sus sentimientos más leves que las alas de las garzas


pero fuertes como su vuelo Su virilidad la propia
de un príncipe masculino soñador y altivo Su talante
el del que no quería amar pero ama Su heredad
la tierra Los míticos cebúes blancos y rojizos
Un carruaje de madera y metal violeta oscuro
como sus ojos Tiene la noche de Damasco en ellos
Su voz la del trueno diluida en el susurro de la brisa
Su elegancia la del caballo del desierto Sus maneras
la presencia de los antepasados orientales fumando
el hashis Batiendo el aire con las pestañas negrísimas
con un fondo morado de ojeras de adicto ancestral

Tendido sobre un cojín de seda verde pistacho


Sus alimentos las almendras Las aceitunas El arroz
La carne cruda con cebolla y trigo El pan ácimo
Las uvas pasas El ajonjolí El coco El yogur ácido
Sus colores el negro El azul y el magenta
Sus elementos el aire y la tierra Su presencia
la de un joven dios agrario alejando el mal invierno
Regalando su fuerza al débil del campo Su esencia
íntima la del adolescente eterno que habita
la ilusión del poeta y su locura de alcanzarlo
en su pleno tránsito fugaz hacia la madurez
familiar a los hábitos poco felices
Su sentido unánime el de la saeta y el corazón palpitante
de la agonía del éxtasis erótico Su placer el desbordamiento
íntegro del ser sobre mis sueños abandonados entre sus manos
Su eternidad en mí la del amor largamente deseado
en lo esencial de cada instante De cada poema

De lo que soy

En este cuerpo
en el cual la vida ya anochece
vivo yo
Vientre blando y cabeza calva
Pocos dientes
Y yo adentro
como un condenado
Estoy adentro y estoy enamorado
Y estoy viejo
Descifro mi dolor con la poesía
el resultado es especialmente doloroso
voces anuncian: ahí vienen tus angustias
Voces quebradas: pasaron ya tus días
La poesía es la única compañera
acostúmbrate a sus cuchillos
que es la única

Morir a solas

Bajo el sol de mediodía por los algodonales


va mi adolescencia cruel Va mi mano prendida
de la mano invisible
de aquel muchacho extraño y duro como piedra lunar

La dejo irse por los arrabales de una locura brava


que desgaja mi cuerpo y lo hace morir

Crepita la blanca fibra del algodón maduro


Estoy abandonado como nunca lo he sido
y la mano lejana aprieta mi soledad

Un destino previsible me separó muy pronto


de ese compañero de escuela en la ciudad
que no sabe de su ausencia en este mar de blancura
en esta inmensidad de nubes vegetales
en que mi corazón abierto como una fruta vieja
abandona su ritmo y se deja desleír por la luz
y se deja destrozar por lo blanco y llora solo

Aurora es una mala mujer

No es una mala mujer


Pero tenía un picor que la cimbraba
del clítoris a los ojos
de la mano al cuello
Una sonrisa desgranada entre palabras sutiles
Un revoloteo de mariposas invisibles en su pelo

Y tenía un novio bueno Y pobre como ella


Pero estúpido
Alguien podrá decir que Aurora es una mala mujer
Porque entregó su juventud
a un hombre mayor casado y rico
que le regaló dos hijos y una casa de madera
y la reputación de concubina desalmada

Pero a mí me consta que lo hizo por amor


Intimas preguntas

¿De profesión?
Loco
¿De vocación?
Lerdo
¿De ambición?
Terco
¿De formación?
Ángel
Y ni aún así
pudo contrarrestar
el cabrilleo de los ojos de Jorge

¿De fornicación?
Lento

Polvos cartageneros

A Tirsa se lo metía detrás de la puerta


de la vieja casa de Catalina Safar viuda de Jattin
Junto al mar

Tenía un deseo tan desesperado


de meterle la mano entre las piernas y tocarle
el centro de su ser De acariciar su pelambre
Que languidecía al almuerzo
mientras me sobaba la bragueta

Tenía una vía de acceso muy estrecha


manteca de cocina Pero a mí
me gustaba Es decir me enloquecía

A los nueve años tenía una mujer de trece


Caliente como perra en celo Aunque
tenía cara de gata ¡No joda! ¡A los nueve!
Hoy me asombro Pero entonces le echaba
hasta dos polvos en la tarde

Cuando me sacaba hasta la última gota


de semen Pellizcaba mi cara con malicia
y me decía ―Vaya donde su abuela a que
le limpie el culo que se cagó de la arrechera‖
Entre primos

En el aire un acre olor de mariposas


como un perfume que vuela de la infancia a este instante
atrae milagrosamente aquel jardín de luna
donde nuestra niñez se mostraba el sexo con malicia
y con ese sometimiento irresistible que sentimos
por el primer cuerpo desnudo que adoramos
Tú remendando la corneta destrozada por la brisa
Yo escribiéndole a la novia compartida
aquellas urgentes cartas de amor mentido
para que nos prestara su bicicleta

Hay una tristeza en el perfume que me hiere


como si tú caballero escarlata Me hubieras olvidado
Como si tú mi primo enamorado y tierno
de repente hayas decidido abandonar donde te encuentres
todo aquello sentido y ocultado
(Tal un corazón dentro de otro)
bajo el limonero que aniquiló un invierno
y que recuerdo tan vívido como tus besos

Un probable Constantino Cavafis a los 19

Esta noche asistirá a tres ceremonias peligrosas


El amor entre hombres
Fumar marihuana
Y escribir poemas

Mañana se levantará pasado el mediodía


Tendrá rotos los labios
Rojos los ojos
y otro papel enemigo

Le dolerán los labios de haber besado tanto


Y le arderán los ojos como colillas encendidas
Y ese poema tampoco expresará su llanto

Equilibrio

A vuestras espaldas Vino fuerte


Amores desdichados de mi vida Los más
Me construí poderoso y soñador
y ustedes se quedaron
con las hilachas inasibles de mi poesía
Seres queridos
De cuerpos intocados
De pieles adoradas
Seres que me preservaron del destierro de la carne
al ejercitar en mí la sexualidad enamorada
Seres inhospitalarios Así me gustaban
Ellos me enseñaron que cuando se aman así
se pierde
y que cuanto se pierde en el amar
se gana en alma

Ni siquiera una dulce noche

Aquel amor de fiebre y de tormento Aquel estar


pendiente de la luna entre los cocoteros Por si ella
me traía presagios de tu cuerpo Pero en vano
Pero estaba demasiado enfermo para soportar
la intimidad de tus caricias No hubieras conocido
en mí sino el temblor de un poeta y de su muerte

Aquel temor de mirarnos a los ojos no era vano


Estabas revestido de otro mundo Estabas lejos
Sobre todo cuando yo te amaba Cuando era
de ti como la nube en el reflejo del agua
Dentro pero lejos Dentro en el vientre
de una realidad inventada y fugaz

Eras íntegramente bello porque no toqué


tu cuerpo aunque tú lo querías y yo también
Pero antes de mi deseo estaba mi futuro
Estabas tú antes que mi deseo de ti
antes que el deseo estaba el amor
Antes que el amor estaba la vida y su maldad

Aquel amor que no tuvo una noche


Ni siquiera una dulce noche amor mio

Pero no me lo daba

Gladys era lo que decimos en mi tierra


una calentadora Me restregaba el trasero
en las rodillas y me dejaba que le tocata
esa verguita que tienen las muchachas
en la chucha Pero no me lo daba
Le gustaba a esa virgen de diez años
la sobada inter fémora y la besuqueada
en las chácaras Me le decía al pájaro
el papi lindo El que se hace el bravo
El que asusta cuando bota la leche

Me obligaba a confesarme con un cura maricón


que se emocionaba con los detalles
y me tomaba las manos con dulzura
y yo me dejaba un poco disgustado

Eran unos pajazos deliciosos


los que sabía hacer Gladys

Después de esos días de parranda

Rostro de piel tensa Adornado


por una barba de tres días Ojeras violetas amanecidas
bajo los hermosos ojos del amor Y en la boca
una desvaída rosa púrpura

¿Quién fuera su propia mano para tocar


la luna de nácar de su frente? ¿Y delinear
el perfecto arco de su nariz?
¿Tierno como un espanto de amor? ¿Para acariciar
como él lo hace el hierbal de su pecho?
¿Para rasurarlo después de esos días de parranda?

Mas hay un precio demasiado alto a nuestra dicha


Una cordillera de abismos insalvables
a nuestros más caros anhelos No se puede

Él es de otro lugar lejano en distancias


y costumbres Está rodeado como un príncipe
de amigos que lo mantienen apartado
Se irá muy pronto Y nunca más lo veré

¿Por qué oh dios de los varones


siempre nos niegas al más bello?

Venía del mercado excitada y dispuesta

Maritza Qué nombre tan horrible Como su


cara Pero tenía un culo que sacaba la cara por ella
Y unas tetas como papayas blanditas
que no había necesidad de tocar

Venía del mercado excitada y dispuesta

Me llevaba a un rincón y me acariciaba


lo más rápidamente posible Y lo mamaba
De maravilla Fantástico como diría José Barguil

Yo la quería más que a nadie El chiquito


lo tenía CALIENTE y querendón Y
sabía moverlo como una licuadora

Después del asunto me temblaban las piernas


y al cuerpo le entraban un sudor frío
y unas ganas de irse para donde mi mamá

Príapo en la hamaca

Cuando te conocí venía de estar muerto


Muerto y amortajado en mis propios recuerdos
Venía de esconderme en una grave locura
que tomaba mi vida y se la ofrecía al viento
para que él la llevara a un lugar ciego lejos
libre de aquellas cosas que parecen la vida
y que la ocultan a costas de nuestra lozanía
Libre de la desdicha de ser amargo y solo

Cuando te conocí hasta el sol era enemigo

Las palabras habían huido de mi voz

Llevaba tantas noches sin tomar una mano


que era de dolor y hielo el hueso de las mías

Hoy estás allí en la intimidad de mi hamaca


tendiendo como un fauno priápico y soñoliento
el cuerpo de tu virilidad entregada

No te amo demasiado pero te necesito más que al poema

El ambiguo y tormentoso sexo de mi ángel

El ángel tiene en la diestra un airado cuchillo


con que destroza nubes de mal entendimiento
No quiere que me acerque a sus nerviosas alas
Ni quiere que me escape de su fiero poder

El ángel me somete como a un dios derrocado


por su rostro más bello que un sol en el otoño
por su terrible sexo ambiguo y tormentoso
que el mismo ángel de fuego no quisiera tener

Era oscuro y pálido y polvoriento el día


cuando la maldad de su amor me sepultó en su pecho
cuando su mirada negra resquebrajó mis huesos
y enterró en mis sentidos el filo de su voz

Ay bestia negligente estúpida y cegada


de vuelo de paloma y vozarrón de trueno
vanidad hecha carne y plumas de placer
y con alma de hembra débil de dulzura mentida
te escribo este poema de temor y fastidio
con el resentimiento de no poder tenerte

Sanos consejos a un adolescente

Oye muchacho de mi pueblo


Muchacho hijo de una amiga de otros tiempos
Cuando a uno le gusta un hombre mayor
(Y más si es un poeta como yo) No hace tonterías
tales como mostrarle el nuevo carro de la familia
sin llevarlo a un lugar oscuro y bello
Ni le habla del precio de la nueva porcelana comprada
en cualquier supermercado de la gran ciudad
sin proponer romperla

Muestra más bien con disimulo el vellón de tu ombligo


y entrega esas miradas borrachas y suspiros de ahogado
que te matan cuando te masturbas bajo la lluvia
en el patio de tu casa

Habla de lo que fuiste o serás


De las rabietas del viejo carramplón
de tu tío rico cuando le robas los dólares falsos
De las patadas que le diste a tu enemigo

Tiene ojos de burro chiquito Diáfanos y entornados


Tienes unos brazos como para forcejear bajo las sábanas
en busca de quién va primero Tienes ahí bajo la piel
una loca angustia de ser violado con dulzura
Rastros en el cuerpo de los otros

Si eres aquel mismo de veinte años recientes no lo sé


La noche y la locura te me nublan el rostro
Hay algo de tus manos en ese que durmió ayer en mi almohada
y que dejó un papel al irse en la madrugada
donde decía: te amo pero a veces me aburro

Si eres aquel mismo que mi angustia me trae


tal vez como una ola más a mi arena ya vieja
o el que vigila mi gesto de encender un cigarrillo
con un beso en la punta de los dedos No lo sé

Pero amigo Si has olvidado tú aquellos martes


de alcoholes y de sueños en tu rostro nocturno
si has olvidado visitante de palabras perdidas
el dolor que contigo amainé y también olvidé
eso no importa para que rastros tuyos vuelvan
en cada uno que pasa por mi cuerpo y me deja

Erótico imaginario

Está quieto el jardín soportando la tarde


de un marzo que se anunciara ventoso

Tan fugaz que parece un enero

Penetrado de noche en limoneros y acacias


Opalino a lo lejos en la frente del cielo
El jardín se estremece por dentro

Entre ramas secas y hojas podridas


t: dormitan escarabajos Libélulas Lagartos
Un gato de ocio y maldad acecha una mariposa

De repente una casi invisible neblina desciende


y posa su penumbra en la fronda
acariciando el nudo de nuestros cuerpos
con la misma dulzura lentísima
con que yo mitad fuerza mitad miedo
beso tu cuello y tu barba de negro cristal
Está el jardín oloroso a sudor masculino
a saliva de besos profundos que anhelan
desatar el torrente del deseo en su cima
y que fluyan las savias y descansen los cuerpos
Hijos del tiempo
1989

Micerino

La barca de oro navega lenta entre nenúfares


Y los danzarines nubios tratan de alegrarlo
Más el faraón tiene la imaginación absorta
en presentimientos sombríos y no los mira
Su alma filtra casi todo lo externo
y sólo escucha el chapoteo de los remos
y sólo ve los ibis que vuelan sobre el río
La pirámide está casi terminada
y su truncada cima se divisa a lo lejos
Allí reposará la momia embalsamada
de Micerino que ahora sonríe distraído
a su hermana y esposa la faraona de los tres Egiptos
Se ha hecho leer el libro de los Muertos
Ha consultado oráculos y premoniciones
de los sacerdotes de Osiris de Isis y de Toth
y éstos lo favorecen con muchos años de vida
Pero la construcción es piedra a piedra
y parece que la tumba no avanzara
Alcanzaré —se pregunta Micerino— a morir a tiempo?

Belkis

Se siente un tanto apenada aunque el cargamento


es de fábula y tan pesado que los carruajes
se atoran en la arena fangosa del camino
Esperó varios años para decidirse a visitarlo
Su prestigio de sabio y magnánimo es conocido
en todos los inacabables confines de la tierra
Se pondera tanto la belleza del espíritu
del rey de los hebreos que ella está enamorada
sin conocerlo y le lleva tantos bellos regalos
como pudo recoger en el legendario Ofir
que otros llaman Saba y los que pudo adquirir
en donde le fue posible y le lleva su cuerpo
—que igualan los que la conocen a Astarté— la luna
como el más escogido presente de la naturaleza
Cuando Belkis llegue a Jerusalén y Salomón
la reciba sabrá ella lo que es un rey
que se disputan todas las noches seiscientas concubinas
Lo que es un amante fuerte y lujurioso que la
acuesta en lecho de plumas de pájaros
y la posee una y otra vez con deseo incontenible
Sabrá lo que es un hebreo sano inteligente y bueno
de esos que la Biblia elogia antes que aparezca
el mito de Jesucristo sin cultura sin falo
y sin ninguna bondad memorable conocida

Teseo

Mary Renault— la noche en el laberinto


tiene un suelo fangoso y hediondo a sangre
de las víctimas que ha matado el monstruo
a través de tantos años de infamia
y los pasadizos están abiertos a puertas
abiertas a otras puertas y otras puertas
que terminan todas en la punta de los cuernos
del dueño de este reino de la muerte
y el día —si acaso llega— reverbera sobre
la sangre que mana del reciente muchacho
que yace tendido y agoniza lento
El palacio es una trampa perfecta para el crimen
—Jorge Luis Borges— la entrada es la misma salida
Las escaleras siempre terminan en un vacío
Los espacios son idénticos y amenazan
constantemente con una salida engañosa
Pero la Fiera es imbécil — Amigo mío
y ayudado por la mujer y la poesía he descifrado
el misterio del camino y la he matado
La he matado — Te he matado amigo mío
al entender el laberinto que tu cuerpo
ha tendido como una trampa a mi deseo
Le he dicho a tu musculatura que es estúpida
He construido una casa de tu cuerpo
donde habita la muerte

Medea

Medea afila los cuchillos en la cocina del palacio


con una fiera sonrisa torcida y desenfrenadamente loca
con una intención implacable y asesina ya puesta
a prueba cuando descuartizó e hirvió en una olla
a su padre el rey de la nativa tierra bárbara
Hace tres días que envenenó los regalos que enviara
a su rival la desdichada princesa prometida a Jasón
Son tóxicos quemantes que destrozarán sus carnes
traídos por Medea furtivamente desde la Cólquide
Ahora Medea —la de Eurípides la asesina la de siempre—
acabado el trabajo va de la cocina a la alcoba
de tules transparentes y lecho altísimo como un altar
y esconde los cuchillos bajo los cobertores blancos
de lana virgen traída de Micenas y Rodas
Arregla su tocado de perlas y amatistas oscuras
ante un gran espejo de plata que la refleja
poniendo sobre la frente el cabello en cerquillo
admirándose a sí misma con impavidez
y despreocupación de lo terrible que trama
alisando los pliegues de la pesada túnica
cosida con hilos refulgentes de oro asirio
Nada teme la de más allá del Helesponto
Cuando sorprendió dormido al padre
todo lo tenía preparado y nada le falló
Ahora las víctimas tiernas que son sus hijos
facilitan con su indefensión y amor por ella
que los planes se cumplan como Medea piensa
En la terraza la espera la carroza voladora
tirada por dragones de fuego y de viento
De pronto los brillantes ojos de pantera se encienden:
ha oído las voces conocidas de los niños
Con movimientos seguros va en busca de los cuchillos
Los toma con rápida destreza Los oculta tras la espalda
y espera

Homero

El cadáver de su amante mira Aquiles


y se corta los cabellos y apartado y solitario llora
No volverán unidos a la tierra de los mirmidones
a cazar juntos el venado y el jabalí en el monte
Ni beberán más vino entre los amigos
mientras cantan poemas de los antecesores de Homero
Los dioses los han derrotado al matar a Patroclo
La guerra los acercó en un amor más hermoso
pero los separó para siempre jamás
Ya nada tendrá Aquiles sino la muerte
del amante en mitad de su joven corazón trémulo
A lo lejos —en el campamento— los guerreros
aqueos preparan religiosamente la pira funeraria
que volverá cenizas el cuerpo de Patroclo
Aquiles retorna a los amigos doloridos y gimientes
y unge al muerto con óleos y perfumes y él mismo
enciende los maderos cuando entrega al cadáver
el beso del adiós
—A Homero le gustaría narrar otros dolorosos detalles
que ha mezclado con su profunda amargura
pero sabe que tantos jóvenes griegos llorarían al oírlo
y tiene piedad de ellos y los omite
Casandra

La muchacha troyana grita voces del alarma


Agamenón —dice ella— serás muerto al atardecer
Veo un pozo de sangre en tu pecho abierto
Los buitres descienden a devorar tu cuerpo
Huye y llévame lejos de este lugar de crimen
Pero el atrida —como antes los troyanos—
no cree las predicciones de la infanta su cautiva
y cuando Clitemnestra le tiende su mano
se deja conducir al baño donde será matado
mientras Casandra llora la muerte de los dos
En el lejano confín de los mares quedó Troya
vuelta cementerio y ceniza y silencio y nada
Quedó la familia real muerta o esclava
Casandra la princesa es esclava en Esparta
Casandra la adivina se asoma a la entrada
del baño y en un vértigo de miedo divisa
en el aire la red que cae sobre Agamenón
y aprisiona su cuerpo desnudo en el agua
y ve el hacha que Egisto con furia descarga
una y otra vez y ve el agua manchada de sangre
y el olor de la sangre le enturbia el sentido
y cae desmayada al piso de dura piedra
de donde nunca más se levantará pues los asesinos
la han visto y con el hacha sangrienta la matan

Clitemnestra

Agamenón
no hagas de mí una mala mujer
Eurípides

Estaba hilando la lana que yo misma


le había preparado con todo mi cuidado
y conversaba alegre entre las amigas
cuando tu carta —Agamenón— anunció
algo que trastornó el rostro de la joven
princesa nuestra hija Ifigenia la atrida
Casarla con Aquiles le proponías por escrito
y nos pusimos tan contentas las dos
No importa que Artemisa la hubiera llevado
—rescatándola de la muerte que tú
su padre le ofrecías escondida en la promesa
de matrimonio— a Táuride como sacerdotisa
Lo que importan son tus intenciones de crimen
Y lo que importa ahora —perro— es que estés
pudriéndote allá en la llanura desolada
y tu cadáver fétido sea devorado por los buitres
Electra

El agua del pozo está turbia pero refleja


la cabeza rapada de la princesa atrida
quien llena un cántaro para que beba Orestes
Ya ha venido tres veces antes y el hermano
se ha lavado la sangre de Clitemnestra
la madre de ambos matada por los dos
Todavía en su memoria resuenan los gritos
de la muerta tratando de inspirar compasión
Todavía en su memoria Electra guarda
la faz descompuesta por el miedo y el dolor
Mas la nieta de Atreo tiene sangre de crimen
en las venas y facilidad pan el olvido
y aunque apenas han pasado unas horas
de consumarse lo que ella ansió largamente
la matricida sonríe a la imagen del pozo
y piensa en el cuerpo esbelto de Pílades
— el amante de Orestes— que el hermano
le ha prometido como esposo y se toca los senos

Penélope y Odiseo

Las esclavas que la ayudan en el trabajo del telar


están cansadas y ella las despide con un gesto
y una sonrisa agradecida y un tanto distraída
Desde el Oriente ventea una tempestad lejana
alcanzando a refrescar la noche en la isla de Itaca
y mover los cabellos de Penélope la esperanzada
quien se acerca a la ventana y mira el mar mientras
piensa que ya son veinte los años separada
de Odiseo sin recibir una sola señal de su regreso
y ve en el puerto una luz que acaban de encender

Atrás quedó la hechicera Circe en su isla encantada


y Odiseo recuerda en un ramalazo de deseo el color
de sus nalgas y la estrechez y lujuria de su sexo
No hay nadie alrededor y no se escuchan voces humanas
Sólo al estridular de las cigarras parece que habitara
la noche de una tierra amada por el rey de Itaca
En el suelo alumbrado por la luna encuentra una tea
y la enciende con unas brasas que también halla
Atrás quedaron los lestrigones Escila y Caribdis
Muerto quedó Polifemo en su isla de muerte
El héroe regresa siente una emoción muy fuerte
y cierra los ojos pues parecen querer llorar de alegría
y emprende el camino rumbo a su palacio
Se vuelve a levantar enseguida de acostarse
y mira otra vez por la ventana y ve la luz
avanzando por el abrupto camino hasta el palacio
¿Y si fuera Odiseo? se pregunta la esperanzada

Roxana

Nunca ha visto un hombre tan hermoso como él


con la piel dorada y los ojos como la noche
con esa musculatura perfecta tal la de un dios
Tampoco ha conocido a alguien de su cultura
Le dice palabras de una sabiduría que ella
jamás imaginara ni tuviera noticia
y la trata con tanta distinción que Darío
— su padre — luce a su lado torpe y zafio
Mas a pesar de todo eso ansía regresar
a los jardines de Persépolis o a la playa
de Ormuz o a su palacio en el desierto
porque a veces en medio de la noche ha sorprendido
a quien ama — Alejandro rey de Macedonia
y ahora también de Persia— levantarse
del lecho donde la ha amado
e irse a la alcoba de Epafroclito su amigo
quien lo espera desnudo y embriagado de vino

Julio César

Ellos son sus amigos —no puede equivocarse


El que tiene un libro en la mano batalló
junto a él en Farsalia yio colmó de honores
Aquel es Graco a quien favoreció enviándolo
a Grecia y luego a Siria y Alejandría
El otro es Agelio —sonríe pues su mujer
lo recibió en su lecho tres noches antes—
que vivió en el mismo palacio con él
y Cleopatra hace algunos inviernos
No tengo por qué temerles si ningún mal
he hecho contra ellos ni contra la República —piensa
Aunque en verdad le parece algo extraño
que no se hayan acercado a saludarlo
y dan la sensación que pospusieran el hacerlo
Se baja del carruaje mientras los observa
a ellos y a todos los otros que están allí
en las puertas del Senado de Roma
y con paso de hombre viejo entra y se olvida
de que pueda existir cualquier peligro
pues todos al verlo lo saludan amistosos
—cree él— porque bajo las togas están las armas
y detrás de la sonrisa la mentira
y Bruto —su hijo adoptivo— agarra
con maldad el cuchillo de traición
y como queriendo abrazarlo avanza hacia él
quien no lo ha visto y le da la espalda

Antinoo
Alma pequeña
Corazón inconstante
Magnánimo

Adriano

Es un hombre adorado mi amo el Emperador español


pero es tan terrible como amoroso y bueno
pues el poder otorga un atractivo casi insoportable
Aunque en verdad no tengo queja alguna
de Adriano que es más sabio que los sabios
Conoce de mi tierra incluso más que yo
ios cnoses de Grecia comprende como un griego tiende de toda la cultura universal tanto
mo mngun otro Y me ama con locura fundado una ciudad en mi honor talgo unos lotos
lilas para nuestro jardín yo mismo atrapé un pájaro del Nilo n regalos que le entrego con mi
alma entera
ajalá que los guarde su memoria de enamorado Aunque después de dárselos me apeno un
poco pues son tantos los que recibe en un día
A veces siento miedo de perder su amor
Prefiero ahogarme en el río
Que los dioses se apiaden de mis diecisiete años
Yo tan ignorante y frágil y pequeño
Tengo un amante que es el dueño del mundo

Godofredo de Bouillon

El vivac de las hogueras en la noche sarracena


se refleja en el rostro de miles de cruzados
mientras esperan la madrugada que parece
no llegar nunca y que será de batalla
Tiene en el alma una desazón sombría
desde hace tantos meses transcurridos
entre gloriosas victorias sobre los mahometanos
pues el caballero ha comprendido lentamente
lo vano de estas guerras que duran muchos años
Cristiano hasta la médula el francés
no ha encontrado en la larga travesía
sino la ausencia en hombres y lugares
del Cristo amado tan fanáticamente
Nada habla de él ni de su paso por la tierra
que los turcos le disputan palmo a palmo
y los llamados santos lugares le parecen
carentes del misterio que deseó y presentía
No hay nada allí sino lo mismo contemplado
en cualquier otro sitio de la tierra

Scherezada

Está enamorada del asesino que la obliga


noche tras noche a exprimir su memoria
de la ancestral leyenda multiforme y extensa
para salvar por un momento su indefensa vida
y mientras cuenta y cuenta Scherezada
el Califa la besa y acaricia lujurioso
y ella tiene que seguir entreteniéndolo contando
porque el verdugo espera en cada madrugada
Está a merced de quien la oye emocionado
pero no levanta la sentencia a muerte
El artista tiene siempre un mortal enemigo
que lo extenúa en su trabajo interminable
que cada noche lo perdona y lo ama: él mismo

Li-Po

Las flores del duraznero han caído a la grama


Tienen algo de caracola o de piel sonrosada
El viejo poeta chino se levantó muy temprano
y triste ha sorprendido el desastre del viento
Anoche se embriagó con unos nuevos amigos
que anduvieron muchos días para conocerlo
Todavía conserva en el bolsillo el poema
escrito con afecto por uno de ellos
en la mano una copa de vino
y bebe emocionado mientras mira las flores
Ha escrito tantos versos como ha podido
y siente a la muerte vigilándole los pasos
Beberá todo el día y al anochecer la luna
lo llamará en silencio a mirarla borracho
a perseguir su brillo entre las hojas húmedas
en el reflejo sobre los montes lejanos
y en el agua del río Amarillo la mirará
más hermosa que en lo alto del cielo
y borracho creerá realizado el milagro
de tocarla y mirarla de cerca y besarla
Y Li-Po va en busca de la luna en el agua
del río Amarillo De donde nunca jamás Li-Po volverá

Andrea Mantegna

Los pinceles y los óleos encuentra desordenados


y tirados sobre el viejo piso de madera
Ve el lienzo que trabaja desde hace varios días
manchado de aceite de cocina y mugre
Sabe quién ha cometido el infame atropello
y maldice a la esposa que le deparó la vida
Allá estará entre ollas y calderos en la cocina
con su genio alevoso y grosero esperando
que llegue la tarde para abusar bruscamente
de eso que él respeta tanto que es su cuerpo
No tardará en venir hasta el estudio
donde él ahora limpia el cuadro averiado
a gritarle que se apure y lo termine pronto
que no hay una moneda para la comida
¿Qué puede hacer Andrea sino terminar el cuadro
y llevarlo al ventero de la esquina cercana
a cambiarlo por frutas panes y jamones?

El rey moro

No volverá a ver la Alhambra en su esplendor


de jardines y palacios donde canta el agua
Los años de mirar la luna del poniente
oyendo a los poetas leer sus versos y escuchando
el laúd huyeron de su vida como asustados pájaros
Nadie —lo sabe íntimamente— lo devolverá
al califato de Córdoba su ciudad amada
Nadie —y llora— mirando la costa lejana
que se desdibuja en el horizonte —Nadie
regresará los amigos que murieron
Ahora al desierto áspero de Túnez o Marruecos
o a las montañas del Líbano o de Siria
Tantos siglos construyendo pueblos y ciudades
irrigando llanuras cultivando frutales
enseñando la Alquimia y el Álgebra
la Poética la Astronomía y la Música
Y todo se ha perdido en unos cuantos años
En unas pocas batallas todo se esfumó
como un espejismo en medio del Sahara

Monctezuma

Los quetzales revolotean en sus jaulas de oro


El jaguar que le regaló un príncipe tolteca
ruge en el foso de piedras de jade
La Malinche peina los cabellos lacios
del rey de los pueblos de México y de más allá
de las fronteras con nombres distintos
El rostro de Quetzalcoatl en pulida plata
está amable aunque parece que advirtiera
algo sombrío para todos los aztecas
Ambos saben que faltan sólo doce lunas
para que la profecía se cumpla inexorablemente
y la Serpiente Emplumada aparezca
después de quinientos años de ausencia
encarnando su mito en un hombre blanco
a quien Monctezuma entregará el reino
Si pudieran los amantes saber que a lo lejos
atravesando el mar de los sargazos
Hernán Cortés y sus soldados vienen
con intenciones de robo y asesinato
se armarían para defenderse y salvarse
o emprenderían una aconsejable huida
Pero no —El Mito es el indiscutible centro
de la Historia y Hernán Cortés afortunado
será recibido como si se tratara de Quetzalcoatl
y matará innoblemente a Monctezuma

María Estuardo

¿Por qué ella ahora y antes persiguiéndola siempre?


Ha podido liberarla desde hace mucho tiempo
O matarla piadosamente con un veneno indoloro
O perderle la vida y enviarla a un compasivo destierro
Pero su hermana la fea la bastarda la cruel Isabel
ha querido para ella legítima hija de Enrique VIII
dejarla envejecer entre la angustia y el terror
de una muerte monstruosa que puede llegar
el día que la usurpadora quiera ver su sangre
Tantas noches en la Torre de Londres María ha soñado
con su amante Darnley amándola y cuidándola
para despertarse en la madrugada gritando
al ver en el sueño la amenazante hacha del verdugo
En el pequeño espejo que Isabel le ha permitido
mira el bello rostro envejecido y el rubio cabello
con canas que aumentan cada día como sus penas
Ve el cuello delgado de cisne o de golondrina
que un día de éstos será cercenado dolorosamente
y siente un miedo cerval tan tremendo que el espejo
—ese compañero en tantos días de soledad y desespero—
se le escapa de las manos y se rompe contra el suelo
Vendrá la hora —y la reina prisionera se estremece—
cuando vengan con tijeras para cortarle el pelo
a fin de que el hacha no encuentre obstáculo
Cuando le aten con una soga las manos a la espalda
y la muestren indefensa a una multitud
que se burlará de su miedo y su próxima muerte
Cuando la tiren bruscamente al piso del patíbulo
y pongan su cabeza sobre un madero rústico
Cuando el verdugo levante el hacha
y ella mire el sol por última vez

El cacique Zenú

Llegaron los Gómez Fernández Morales y Torralbo


con ese Cristo muerto y amenazante e incomprensible
a cambiarnos la vida las costumbres y la muerte
¿Les iría tan mal en la tierra española
que cruzaron el mar en sus canoas de vela
a venirse a vivir para siempre con nosotros?
A mi parecer son agradables y buenos
pero su Semana Santa es nuestra época florida
y si quieren rezar que lo hagan pero que no quieran
impedirnos que vayamos hasta la ciénaga
a buscar la icotea la babilla y el pájaro chavarrí
Me gustan sobre todo los Gómez y los Torralbo
y entre ellos don Tomás de la Cruz Gómez
que aunque era canónigo sabía hablar y reír
Sabía de todo y mucho y no se metía en mis creencias
Desde que lo mataron por revolucionario
—el ejército español— y colocaron su cabeza
en una jaula de hierro a la orilla del río
no he hablado con nadie tan íntimamente como con él
Ojalá que su dios se haya acordado de su alma
Por mi parte yo he rogado a los míos para que cuiden
a don Tomás y lo hagan olvidar lo que sufrió
Franz Kafka

Lo amarga hasta las más íntimas fibras el padre


Lo destrozan los oscuros tiempos que le tocó vivir
Escribe por amor a una vida que se le escapa
entre la oficina de abogado y la indiferencia
y maldad de esos contemporáneos que detesta
Terminar El Castillo fue una verdadera proeza
Contar las vicisitudes de K lo emocionaba
—es cierto— pero no es menos verdad que fue terrible
Si pudiera volvería a escribir El Proceso
Si pudiera completaría El Gran Teatro Integral de Oklahoma
O si no los quemaría todos absolutamente
A sus hermanos de sangre los están esperando
Dachau Auschwitz Tremblinka Buchenwald con los hornos
con las hambres festejadas por los verdugos nazis
Serán jabón o nada o esqueletos apenas cubiertos
por una piel terrible y deshumanizada
Serán la muerte desolada de tantos incontables
Serán la víctima inerme que Franz —el tierno Franz—
fue en su vida y en sus narraciones geniales

Lola Jattin
―Para
Alejandro Obregón‖
Más allá de la noche que titila en la infancia
Más allá incluso de mi primer recuerdo
Está Lola —mi madre— frente a un escaparate
empolvándose el rostro y arreglándose el pelo
Tiene ya treinta años de ser hermosa y fuerte
y está enamorada de Joaquín Pablo —mi viejo—
No sabe que en su vientre me oculto para cuando
necesite su fuerte vida la fuerza de la mía
Más allá de estas lágrimas que corren en mi cara
de su dolor inmenso como una puñalada
está Lola —la muerta— aún vibrante y viva
sentada en un balcón mirando los luceros
cuando la brisa de la ciénaga le desarregla
el pelo y ella se lo vuelve a peinar
con algo de pereza y placer concertados
Más allá de este instante que pasó y que no vuelve
estoy oculto yo en el fluir de un tiempo
que me lleva muy lejos y que ahora presiento
Más allá de este verso que me mata en secreto
está la vejez —la muerte— el tiempo inacabable
cuando los dos recuerdos: el de mi madre y el mío
sean sólo un recuerdo solo: este verso
Esplendor de la mariposa
1993

Mariposa

Estoy prisionero
en una cárcel de salud
y me encuentro no marchito
Me encuentro alegre
como una mariposa
acabada de nacer
―Oh, quién fuera hipsipila
que dejó la crisálida!‖

Vuelo hacia la muerte

Dios terrible

El encierro es brutal
sin embargo aquí
me acoge la comodidad
de un pan y un lecho
No tengo nada
de que quejarme
y aunque hubiera
tampoco lo haría
¿Si no me quejo de tener
un Dios terrible en las entrañas
por qué me dolería
de mi encierro?

Anuncios

Caigo de mí
hacia mí
¿Do1or? no
¿Angustia? no
¿Qué pues?
vacío que me espera
Anuncios de la muerte
Oh Walt Whitman

Ustedes que no conocen


esta jaula
¿han cantado alguna vez
a la libertad?
Porque el carcelario gozó
con su delito
sin embargo
yo que no soy delincuente
estoy preso
y canto a lo libre
a lo que vuela
a lo que canta
sin ningún provecho personal

Retrato

Si quieres saber del Raúl


que habita estas prisiones
lee estos duros versos
nacidos de la desolación
Poemas amargos
Poemas simples y soñados
crecidos como crece la hierba
entre el pavimento de las calles

Pájaro 2

En la clínica mental
vivo un pedazo de mi vida
Allí me levanto con el sol
y entre tanto escribo
mi dolor y mi angustia
sin angustias ni dolores
Ataraxia del espíritu
en que mi corazón
como una mariposa brilla
con la luz y se opaca
como un pájaro al darse
cuenta de los barrotes
que lo encierran
Prisión

Pensar que estoy aquí


es más doloroso que estarlo
porque mi pensamiento
será libre siempre
aquí en mis poemas
y mi cuerpo prisionero
aún en el vuelo de la mariposa
me dirijo al sol
y sonrío a la primavera

Amarrado

¿Quién fuera otro libre


pero analfabeto? no
y no lo quiero
Prefiero padecer con las palabras
padecer pensando
a estar amarrado a un placer
sin el dejo del espíritu

Amor

No tengo miedo en mí
sólo amar me llena
y naturalmente no tengo
a nadie a quién querer
Porque si tuviera no tendría
amor sino zozobra-miedo

Plegaria

Dios —escucha a Raúl


Soy un devorado por el amor
Soy un perseguido del amor
¿Amor de ti? no sé
Pero sí sé que es amor
y siendo amor a ti te basta
Cielo

Mañana seré libre


me dice el corazón
Mañana levantaré el vuelo
lejos de este lugar
encontraré el cielo
encontraré los ángeles
encontraré a Dios
—¡Qué va! no vas
a parte alguna
porque el cielo lo llevas en ti
El libro de la locura
Libro póstumo-2000

Está tendido en la acera


Su alma está ausente
Su sensibilidad presente
No consigue conciliar el sueño
La cara sobre el dorso de la mano
pretende una mínima comodidad
La gente pasa en sus raudos carros
Las estrellas brillan para el desdichado

¿Qué hacer en esta noche fatal?


Intentar dormir
Olvidar la intemperie

Sus pies tactan piedrecillas


en el descampado lecho incomodándolo

¿Vendrá esta noche el diablo


con su conversación cautivante?
¿O llegará Jesucristo a increparlo
diciéndole que es el peor hombre del universo?

¿Por qué tan cruel con la pobre madre?


Seis años sin dirigirle la palabra.
¿Si no estaba convencido de que ella
lo había traicionado
—echándole brujería para enloquecerlo—
por qué le quitó el saludo?
El remordimiento hinca su colmillo implacable
y el alma sufre
¡Ay! Se queja en medio de la noche.
¡Ay mi infortunio! ¡Ay de mí!
Se sabe embrujado y echado del paraíso

Despertarse súbitamente al filo de la madrugada


y sentir al diablo en un rincón del cuarto
Erizarse de los vellos de brazos y piernas
de auténtico pavor
Oír en medio del cerebro:
―Somos los brujos negros Estas embrujado‖
Oír a los brujos blancos: ―Aféitate
las cejas el bigote y el cráneo
Apúrate No hay tiempo Sólo
unos minutos para hacerlo‖.

Enciende el bombillo y toma la afeitadora


y rápido tala los pelos de la cara
antes que amanezca
Cuando termina oye la voz vibrante de su madre:
―Hijo ¿cómo amaneciste?‖
Los brujos blancos hablan en el silencio de su cerebro
―No respondas: ella es la culpable‖
Silencio

Entra al baño que queda entre su cuarto y el de la madre


y canta gritando canciones de amor
Canta para matar a la madre
de un infarto al corazón
Esto se lo aconsejan los brujos blancos
Canta casi por media hora y la madre no muere

El agua intuida el baño y entra en los cuartos vecinos


Silencio
―Hijo deja ya de cantar. Cierra la llave del agua‖
dice la madre desde la sala
No responde
Se asoma a la sala y ve a la madre salir
Desnudo va hasta la puerta
y mira a la madre entrar a la casa de enfrente
¡No ha podido matarla con canciones de amor!

El olor brota de su cuerpo Huele a infierno


En el cerebro la voz de los brujos blancos:
―Hueles a serpiente cascabel Te han echado
su veneno en el café‖
Es un olor de muerte Huele a diablo
―Échate perfume en la cabeza rapada‖
dice la voz lo hace
Pasa por un momento el olor pestífero
―Preparémonos para morir valientemente‖
piensa él mas la muerte no llega

―No morirás‖ musitan los brujos negros


―Rodarás por las aceras mendigarás para comer‖
Se ve tendido en una acera
Cubierto de moscas la cabeza sucia de fango
mastica unas raíces amargas
―Dios‖ suplica ―¿Dime qué he hecho?‖
Espera una respuesta
Mas parece que Dios está ocupado
―Dios‖ insiste ―Te habla el artista desdichado‖
―¿Qué he hecho para merecer este castigo?‖
Silencio

La voz de los brujos negros es como un chillido


feminoide e hiriente
Dice en lo más profundo del pensamiento
sin dejar de tener una hermosura diabólica
Dice rítmicamente en cortos períodos
Se hace obedecer
En medio de su voz habla la voz del diablo:
―Eres mi hija artista‖ Dice malintencionada
―Si no eres capaz de defenderte
es porque eres una mujercita‖
Se siente ofendido mas nada puede hacer
Se asoma a la puerta de su casa y ve pasar veloz
al teniente de policía:
Tiene cara de perro negro con ojos de fuego
Le parece que huele a semen quemado
El teniente le grita: ―Soy el diablo‖
Lleno de pánico cierra la puerta
¿Y si el diablo volviera? ¿Qué haría?

Aparece la sirvienta sonriendo


Tiene un rabo terminado en saeta
―Don‖ dice coquetamente ―¿No quiere desayunar?‖
Los brujos blancos susurran:
―No debes comer Todo está envenenado
No debes acostarte ni dormir
Si te acuestas tu columna vertebral se resquebrajará
Si te duermes te llevará el diablo‖

El diablo es un murciélago que oculta


las estrellas Vuela sobre él y se ríe de él
con sus fauces enormes y sanguinolentas
―Yo he matado a Dios‖ Vocifera
―Lo tengo en el infierno crucificado
a una cruz de fuego En miles de cruces de fuego
Te voy a mostrar‖
Está en un parque y desde allí
puede ver el vientre del infierno
En celdas de berro encendido
miles de cristos crucificados al fuego vivo
―Allí estarás un día ¡Oh hija míal‖

Otra vez la afrenta y otra vez la impotencia

Los brujos negros entraron en su cerebro


Con finísimos escalpelos tasajearon dentro de él
―Eres mujer‖ gritaban y reían
Sintió un gran dolor en su cabeza
Rogó toda la noche mas no fue escuchado
―Estamos haciendo una cirugía
Cuando acabemos serás otra persona‖
Dolióse infinitamente de su pena
Mas los brujos negros continuaban
cortando y saqueando
Al amanecer se sintió aliviado
Le habían cercenado algo dentro de su cráneo
―Te estamos ayudando a dejar de ser
Tu madre se ha comido aderezadas
partes alimenticias de tu cerebelo
Se ha vuelto más inteligente y eterna
Su eternidad se alimenta de ti‖

―Soy tu madre atiéndeme en tu pensamiento


Al nacer te vendí al diablo me alimento de ti
Te crié para la muerte Soy eterna gracias a ti
Te cuidé como a una mujercita te llené
de mimos y caricias te hice frágil como el vidrio
para cuando llegara la hora —Y ha llegado!—
no opusieras ninguna resistencia
Entrégate al dolor que será tu compañero
en la eternidad Porque la muerte es eterna
El dolor es eterno Dolerás para siempre
Y yo reiré para siempre‖

―Soy tu hermano mayor‖ dice internamente ―Soy eterno


Como nuestra madre me he alimentado de ti
De tu sangre hemos hecho morcillas
De tu carne hemos comido

Al nacer eras fuerte y bello y predestinado


a la muerte Yo jamás moriré Soy eterno
Soy uno de los brujos negros Nuestra madre
es la mayor bruja que existe

Ciertas noches de sueño profundo


hemos asaltado tu cuerpo sin que supieras
Te hemos anestesiado y devorado
parte de tu cuerpo mortal

Vagarás por la muerte Tu osamenta


bajará al infierno del fango
y se atragantará de cieno‖

Dentro del cráneo pensó la voz de su padre muerto


―Duerme en parques y aceras y caminos
Yo no he muerto El velorio que viste
fue una comedia No he sido enterrado
Enterraron un muñeco de cera
Arrodíllate ante tus verdugos Oh artista.
¿Para qué sirve un artista pobre? Para morir
¿Estás tirado en la calle?
Nosotros te hemos tirado lejos de nosotros
Hemos querido a tu hermano mayor
A él lo instruimos desde pequeño
de cómo, cuándo y dónde hacer el mal
El mal es eterno
Somos eternos porque sabemos hacer el mal
Muere lejos de la alegría‖

―Soy tu hermana la bruja Soy bruja


Soy eterna Sé hacer el mal
El mal se nutre del bien Éste es casi indefenso‖
Al oír a su hermana el desdichado
prefiguró una luz de bondad:
―jAy hermana siempre te quise!
Haz que los otros me perdonen‖

Respondió la hermana:
―¿De qué me puede servir tu débil amor?
De nada Soy inmortal Vivo de tu muerte
No voy a pedir que te perdonen
pues te hacemos el mal
Muere pobre artista infeliz y pobre
Muere y danos eternidad y alegría
Cada dolor tuyo nos contagiará
de una inmensa felicidad
Tu pena es nuestra alegría‖
Tirado en la acera mirando las estrellas
Harapiento y hambreado
Él un artista
Si pudiera otra vez dormir en una banca del parque...
Pero los muchachos le han arrojado piedras
Casi a rastras avanza hasta el parque
y lo encuentra vado ¡Cuanta felicidad!
Se acuesta en una banca Duerme

Sueña con el paraíso Lucía una prima


canta con voz de ensueño Hay una niña
que lo besa y dice: ―Soy Rafaela tu hija
sé cantar en todos los idiomas‖
Canta en portugués y el pelo rojizo
se le alborota Tiene los ojos negros
Siente que la ama desde el inicio del tiempo

Se despierta llorando al clarear el día

Hay varios muchachos a su alrededor


Le brindan frutas y café
Uno de ellos tiene un periódico a colores
Una foto de él brilla en la portada
―¿Es usted verdad?‖ Dice una niña
Mira la foto que tiene una amarga sonrisa
Hay quienes celebran su exilio
Toma el café Mordisquea un mango
―Sí soy yo‖
Quisiera lanzar un berrido de impotencia
Muy dentro oye estas palabras:
―Pobre débil artista Pobre artista pobre‖
Con esa foto hemos ganado millones en ventas
Con ella te amargamos la vida

Se ha cumplido la amenaza:
Duerme a la intemperie Duerme en la calle
La noche es su sábana La luna su lámpara
Lo velan las estrellas
Cuando cae el día busca un lugar dónde dormir
Nunca dos veces en el mismo sitio
pues lo alejan los vecinos
En busca vespertina va en pos de su lecho
Un pretil liso es un lujo Con la rota camisa
barre el piso La mano derecha es su almohada

Hay noches cuando lo ahuyentan y le toca


vagar entre la oscuridad tal un corneta insomne

―Soy Satán Eres hijo legítimo mío


Te he dado una muelle vida cómoda y aplaudida
Te he concedido el trabajar con la yema de los dedos
Celebrado por todos (aunque pobre)
Ahora te entrego a la desgracia y la muerte
¡Defiéndete! ¡Defiéndete perezoso! ¡Defiéndete!
Ahora callas ¿Es que olvidaste las palabras?
Soy Lucifer antaño el ángel más luminoso
Eres el desdichado Antes el amado Antes el consentido‖

―Nunca supe de ti De niño creí en Dios Nunca en ti


¿Es verdad que tú me hablas o estoy loco?‖

―Ambas cosas Son dos verdades unánimes‖


Silencio

―Atiende a Levián el pintor de ángeles


Te has burlado acerbamente de mí
¿Por qué desdichado Por qué?
Yo también te maldigo Errarás sobre la faz de la tierra
Te perseguirán en mis cuadros los ángeles
Serás la mancha color siena
Serás la piedra en el camino
Mi ángel azul te mirará con desprecio
Mi ángel violeta con odio.
Mi ángel púrpura se burlará de ti
No habrá senderos donde no los encuentres.
Desprecio Odio Burla para ti‖
―Soy Jesucristo el Dios-Hombre
Acostado en la acera estás sobre mi espalda
¡Malvado!
Todo lo que has tenido me lo robaste a mí
Tendido en la acera me torturas
Cada bocado de comida lo arrancas de mi carne
¡No tiene perdón de Dios! ¡Oh desdichado!
Cuando mueras castigaré tu alma
Cuando mueras dejaré de sufrir un poco
Tu padre Satanás te enterrará vivo
Tú eres el peor hombre del universo Por eso
serás enterrado vivo con los cinco sentidos alertas.
Yo sigo sufriendo la cruz por los hombres
Mas un día dejaré de hacerlo Y tú
siempre estarás doliendo en el sepulcro
Dolerás eternamente Hasta los huesos‖

Vaga en el tumulto de la multitud


Mendiga por un bocado de comida Le duele el cuerpo
Entre tantos rostros ve alguno conocido
El rostro sonríe burlón y despectivo
y alarga la mano y le entrega la moneda de menor valor
De súbito ve a su madre que atraviada tal una reina
compra telas preciosas. A su lado el hermano
―jMadre! ¡Madre! ¡Hermano! ¡Soy yo!‖
No lo oyen No lo ven No responden
Voltean a otro lado y se esfuman al mediodía
como un espejismo de amor

Harto de maíz se refugia en unas ruinas Llueve


Mira sus manos sudas con asco
Un hombre humilde le entrega ropa limpia:
―Aquí le manda su señora madre‖
Una camisa de lujo y un pantalón de fino algodón
Se baña sin jabón junto a un muro
Casi limpio espera que el viento lo seque
El hombre le entrega una pequeña moneda de cobre
Se viste con trabajo la nueva ropa
El hombre le dice: ―Que no fume demasiado haschis‖
pues le hace daño ―Que mendigue con dignidad‖

La ciudad vestida de luz lo espera y llama


Esa ropa lujosa mañana estará sucia y hedionda

Vestido como está nadie le da una moneda


En la puerta de una venta de comida ve a ―Y‖
Está rodeado de mujeres de brillo e importancia
―Y‖ lo ve y sonríe y le habla:
―Mi periódico dice que eres el mejor Me alegro
No sabes cuánto me alegro‖
―Y‖ es un artista mediocre y ampuloso
Rodeado de lujo ha construido una ligera fama
Se le acerca con una copa de vino Dice:
―Artista entre los grandes eres Pues bebe
Te envidio Nunca alcanzaré lo que tú
Predestinado has sido a ocupas un alto lugar.
¿No te gustaría cenar con nosotros?
Para todos sería un alto honor departir contigo
¿Viste la portada con tu fotografía en mi periódico?
Todo el mundo está satisfecho ―Vamos Entra‖
Se deja arrastrar por ―Y‖ El dueño se acerca:
―El señor no puede entrar pues está descalzo‖
Raúl Gómez Jattin

Nació en Cartagena el 31 de mayo de 1945. Su infancia transcurrió en Cereté, una pequeña


población de la costa Atlántica colombiana. Es autor de los libros: Poemas (1980), Retratos
(1980-1983), Amanecer el Valle del Sinú (1983-1986), Del amor (1982-1987), Hijos del tiempo
(1989) y Esplendor de la mariposa (1993), entre otros. Su obra literaria empezó a ser conocida
y celebrada dentro y fuera de su país, después de 1980. Murió el 23 de mayo de 1997.

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