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HUGO A.

GODOY MARTINEZ
Universidad de Santiago de Chile.
MAGISTER© EN FILOSOFIA POLITICA
Departamento de Filosofía.
Magister en Filosofía Política.
Filosofía Política Antigua.

La amistad como forma ética de compañerismo, amor y


virtuosismo para formación de buenos ciudadanos.

“La vida no tiene una bendición igual a un enemigo prudente”

Eurípides.

Argumento general del libro VIII y IX de la Ética Nicomaquea.

Aristóteles reflexiona en estos dos libros sobre el tema de la amistad y el amor entre hombres, entendiendo este
amor como pacto de fraternalismo cariño, y que se constituye como un punto base de la buena convivencia
ciudadana para formar buenos ciudadanos, basados en hechos morales como el respeto, la amistad cívica y la
prudencia como forma de virtuosidad que debe conducir a la política. Entenderá aquí Aristóteles, y hablará, del
amor entre amigos en sentido de amor filial, de lealtad a un otro, no entendido como un amor de pareja. Señalando
incluso que esta amistad es muy necesaria para el mismo Estado, pues ella no solo implica una lealtad en cuanto a
conducta entre ciudadanos, sino también la amistad cívica logrará una sana y buena convivencia entre los mismos
seres que componen una ciudad.

De esta forma en el capítulo I, Aristóteles abordará la naturaleza de la amistad, y dirá acerca de ella que es un
elemento basal para todos los pueblos e incluso para el Estado mismo, en este mismo sentido, Aristóteles nos exhorta
a la reflexión acerca de los componentes o elementos que componen la amistad, señalando que en ella existe cierta
virtud o que está enlazada a ella en su propia naturaleza profunda, y esta naturaleza se representa a lo largo de todas
las etapas de un ser humano, de esta forma un joven tendrá una necesidad de amigos para lograr el aprendizaje social,
un adulto tendrá la necesidad de amigos para realizar ciertas acciones necesarias que serán de un compañerismos en
momentos adversos y en la senectud nace la necesidad de amigos que asistan en actividades que ya no se pueden
realizar, así la naturaleza de la amistad es intrínseca en los seres humanos por su propia necesidad de convivencia, y
los actos amistosos son propios de la raza, así como ocurre con los mismos animales. Dirá en este sentido que las
personas que más necesitan amistad son los legisladores pues las ciudades que caen en desgracias de enemistad cívica
y amor fraterno adolecen de grandes tensiones.
El capítulo II, expondrá reflexiones acerca sobre lo que se debe amar, en este sentido Aristóteles plantea la dignidad
de las cosas que pueden ser amadas, de esta forma no cualquier cosa se puede amar, sólo se aman las que son dignas
de amor, lo Bueno, lo apacible y finalmente lo útil. Sin embargo, es muy loable considerar preguntarnos si en realidad
el hombre busca lo bueno en sí mismo, como un fin en sí. O en realidad sólo busca lo que le parece que es bueno,
en este sentido, se plantea la legitimidad de lo aparente, o del mundo de las apariencias (reminiscencia platónica).
Sobre esta misma línea, se reflexiona entonces sobre la discrepancia entre la objetividad y la subjetividad de la cosa
amada.
Para Aristóteles no habrá ninguna diferencia entre amar lo uno o lo otro, pues lo que es amado por sí mismo (objetivo)
también coincidirá con lo que es amado para sí (subjetivo).
El capítulo III, Aristóteles reflexiona y destaca los tipos de amistad, dirá que existen tres tipos de amistad:
1) Amistad recíproca, la cual se fundamenta en un sentido de pertenencia mutua entre amigos, es un sentimiento
correspondido entre dos hombres (dos seres humanos) donde no existe un intermediario utilitarista o de otra
clase.
Señala que este es el tipo de amistad que más perenne temporalmente pues su fundamento está en deseo del
bien a otro. El ser humano tiende a este tipo de amistad y quienes la ponen en práctica son buenos y virtuosos,
pues son seres humanos que se asemejan en virtud y cualidad.
2) El segundo tipo de amistad que plantea es: la Amistad por utilidad, esta amistad tiene características de
consenso y convivencia con un fin utilitario, sólo se mantiene en el sentido en cada uno de otro aprovecha un
bien o una utilidad para su vida. Su duración es corta y fácil de romper, los lazos sólo duran unos momentos
o mientras se satisface la necesidad de utilidad. De esta forma, este tipo de amistad, sería la cual generalmente
utilizamos en algún evento de nuestra vida diría, donde hay una utilidad y una necesidad, y tenemos que
vincularnos a alguien con ese fin, sin profundizar un lazo afectivo. También es un tipo de amistad que se da
entre el ciudadano y el extranjero.
3) La tercera y última, es la Amistad por placer, este tipo de amistad, señala Aristóteles, no se enfoca en un
placer por gozo y mérito de otro a estar con él, en el sentido de compañía o conversación, el placer es tomado
en sí mismo, por lo tanto brinda una utilidad, de esta forma este tipo de amistad también es de corta duración,
dura lo que dura la intensidad del placer. Los seres humanos más jóvenes son los que tienden a este tipo de
amistad, pues viven conformes a efectos y siempre desean experimentar placeres nuevos.
Concluye entonces, Aristóteles, que la mejor de las amistades es la recíproca, porque es la que más dura y la
que pertenece a los seres humano en el sentido de verdad, bondad y virtuosismo

El capítulo IV, versa reflexiones sobre los hombres buenos y los hombres malos, en este sentido, Aristóteles diagrama
que la amistad surgida por el placer tiene cierta semejanza con la amistad recíproca. Un claro de esto es cuando el
amor que también el amor que se tienen recíprocamente es provechoso y placentero, además de que puede ser útil.
Sin embargo, al acabarse el interés y el placer en esa amistad recíproca, puede ocurrir que el amor termine, es decir,
si está más enfocado en el placer y el interés más que del amor en sí.
Por otro lado, sólo seres humanos buenos pueden ser amigos entre sí y en ciertos casos también de los malos, pero
los malos no pueden ser amigos entre sí porque no soportarán hacerse daño entre ellos. Quizás, lo que puede mantener
la amistad en los hombres malos puede ser el provecho y el interés, y en ese sentido una amistad basada en la utilidad.
Pues bien, concluirá Aristóteles que los hombres malos sólo serán amigos por interés y provecho mientras que los
hombres buenos lo serán por la amistad y el amor en sí mismo.
El capítulo V, expondrá ideas sobre la correspondencia de la amistad, de esta amistad caracterizada como mutua
podemos decir que dicha amistad es correspondida entre los dos individuos; sobre todo si estos amigos se encuentran
cerca y pueden compartir sus bienes. Sin embargo, también tenemos personas que son amigos, pero que viven muy
lejos el uno del otro. En este caso, la amistad no deja de ser porque la distancia no impide la amistad, sólo su
práctica. Los hombres y los viejos de mal humor no tienen la tendencia a tener muchas amistades, pues nadie quiere
estar con personas que inspiren tristeza o enojo. Sólo se está con quien produce placer su compañía.
Capítulo VI y VII, Aristóteles indagará en el concepto de La igualdad y desigualdad en la amistad, respectivamente.
Primero sancionará dentro de lo más relevante que no es posible que la amistad perfecta o recíproca se halle en
muchas personas, como tampoco es posible amar a muchos y corresponderlos. Aun así, los seres humanos que logran
ser o son amigos por placer y utilidad parecen tener muchos más amigos, pues es una persona puede ser atractiva
para muchas y se corresponden sólo en cuanto a placer. Cuando el atractivo acaba, la amistad por placer también
acaba porque éste es el objeto de la amistad. A su vez, criticará a una especie de ser humano que se reviste de
características frívolas, ya que solo tienen amistad con hombres que les son de utilidad o que sean apacibles con
ellos, pero nunca serán amigos alguien que reúna las dos características al mismo tiempo.
Estos tipos de amistades junto con la amistad de los hombres buenos y virtuosos son amistades basadas en la igualdad.
Esto se debe a que las amistades dan una cosa por otra, utilidad por provecho, provecho por utilidad, etc.
Por su lado opuesto, la desigualdad en la amistad se crea en las relaciones donde hay alguien que manda y otro que
obedece. Por ejemplo, padre e hijo, marido y mujer, joven y anciano, relaciones jerarquizadas por la naturaleza de
las acciones, aunque ciertas excepciones como por ejemplo, cuando el hijo cumple los mandados del padre y obedece
en todo, ahí la amistad será buena y duradera. Un examen importante de este capítulo VII lo entablaba Aristóteles al
relacionar la amistad con la justicia, en sí mismos, los términos justos en estos dos conceptos no son iguales. Por
ejemplo, en la justicia, el primer paso que necesitamos para alcanzarla es el mérito y la virtud, luego viene lo
cuantitativo (premios, honres, o votos en el caso de la democracia). En cambio, en la amistad es todo al revés, lo
cuantitativo va primero que el mérito; por ejemplo, primero vemos el interés (pues no podemos ver si es virtuoso o
no a primera vista) y luego nos fijamos si es virtuoso o vicioso.
Capítulo VIII, el filósofo entablará reflexiones acerca de la base de la amistad, señalará por ejemplo, que hay hombres
que prefieren siempre ser adulados y tener los máximos honores. Esto no es precisamente la amistad, pues en ella
debe haber amor, en este sentido amor filial y leal a otro. Por ejemplo, el amor que una madre tiene a su hijo es un
tipo de amistad, no es adulación, sino más bien preocupación y cariño por quien cría. Además, la amistad consiste
más en amar que en ser amado, por lo que el adulador no podrá conseguir una buena amistad porque necesita amar
también.
Capítulo IX, X y XI, los tomaremos unidos orgánicamente al tratarse de cuestiones relativas a la amistad pero
también, si se quiere a reflexiones más cercanas a las formas de gobierno y por ende a la política misma. Así el
capítulo IX (Amistad y justicia) capítulo X (formas de gobierno) y capítulo XI (formas de gobierno y amistad).
Podemos encontrar un enlace inclusive con el capítulo anterior, la amistad y la justicia, entre comunidades que
comparten responsabilidades, y mucho más en comunidades donde sus miembros son semejantes (filósofos,
soldados, científicos, etc.). Entre ellos hay amistad y procuran ser justos entre ellos. El acto de justicia debe ser
concordante con la amistad, en el sentido estricto de que alguien será justo en la medida que exista amistad de por
medio, no en el sentido de “amistocracia” sino en el sentido de convivencia cívica, de ese modo el acto de injusticia
hará que cualquier comunidad se destruya puesto que aquellas están construidas por la amistad y la justicia. La
amistad es fundamental en cualquiera de las formas de gobierno, para Aristóteles existen 3 formas y 3 desviaciones
de estas formas, de este modo, tendremos:
1) Monarquía  Tiranía
2) Aristocracia  Oligarquía
3) La Republica (Timocracia)  Democracia
Aristóteles considera que la monarquía es mejor, mientras que la peor es la república.
-La primera desviación es la tiranía y consiste en que un tirano se apropie de todos los bienes de la ciudad. El traspaso
de monarquía a la tiranía ocurre cuando el rey gobierna de una manera deficiente.
-La segunda desviación es la oligarquía y tiene que ver con que los aristócratas que gobernaban anteriormente se
comienzan a repartir los bienes entre ellos, sin atender a las necesidades del pueblo.
-La tercera es la democracia, ya que ésta permite que todos puedan elegir al representante del país sin importar los
patrimonios o propiedades que éste tenga.
En conformidad a lo sostenido, Aristóteles, elabora una argumentación sobre las formas de gobierno y su correlación
con la vida diaria. Cada forma de gobierno corresponde a un determinado estilo de vida, en realidad, aquí
Aristóteles trata de alcanzar una similitud entre ellos. De esa forma, La monarquía podría verse reflejada en el
gobierno del padre sobre el hijo. La tiranía corresponderá a la similitud que hay entre el amo y el esclavo, pues el
esclavo debe velar por los beneficios y provechos del amo.
La aristocracia se ve retratada en la relación del marido con la mujer, pues el hombre es mejor que la mujer en la
concepción aristotélica. La oligarquía se verá reflejada en el absolutismo del marido sacando provecho de toda
situación en su propio beneficio. La timocracia se ve presente en la relación entre los hermanos si estos tienen la
misma edad, si no la tienen entonces no habrá parecido. La democracia es representada por las casas donde no hay
señores y todos son iguales, nadie manda a nadie.
Así de las relaciones establecidas, en el capítulo XI, relacionará estas tres ideas: amistad, forma de gobierno y justicia.
Las mismas especies de amistades ocurren en cada una de las formas de las formas de gobierno, tal y como lo
describió.
En la tiranía no hay amistad en absoluto debido a que el mandato absolutista o la relación amo/esclavo
no representa una relación de amistad. Donde más puede darse la amistad es en la democracia, pues en esta forma
de gobierno son todos iguales.
En los respectivos tres últimos capitulo, Aristóteles, indagará sobre la amistad entre parientes, pero también entre
iguales y desiguales, para tales efectos como las reflexiones se acercan a una esfera más intimista se tomarán juntos.
En el capítulo XII: Amistad entre parientes, se menciona que esta amistad de alguna forma es recíproca, pues los
padres aman a los hijos tanto como los hijos aman a sus padres, aunque los hijos se demoren más en amar porque
estos solo pueden hacerlo cuando tienen razón y discernimiento. Los hermanos también se quieren en cuanto que
son de la misma sangre y nacieron del mismo padre. Una de las cosas más importantes para la edad entre hermanos
es que estos sean de la misma o casi la misma edad; esta es la amistad que más se asemeja al compañerismo. El
marido y la mujer tienen una amistad recíproca, pero el marido se preocupa más de la casa que de las cosas políticas
o de otra índole; además de tener hijos con su mujer. El Capítulo XIII: Amistad entre iguales la amistad recíproca
nunca va a estar expuesta a quejas porque nadie puede enojarse con quien quiere de verdad. Por el contrario, las
amistades basadas en el provecho y la utilidad tienen muchas quejas de por medio, nunca se queda satisfecho con la
utilidad ni el placer que se mantiene, siempre se quiere más. Otra de las amistades que existe es la amistad legal. Esta
comprende el intercambio en las relaciones mercantiles (compra /venta). Esta es una de las amistades que prospera
siempre y cuando se mantenga fidelidad en la transacción, es decir, que se cumple con lo acordado en la venta. Pero
surge una dificultad en este tipo de amistad porque no se sabe si dar estimación al favor sólo por el provecho, o dar
estimación porque el favor es una voluntad bondadosa de quien lo entrega. Los que argumentan a favor del provecho
dicen que aquel favor es algo que cualquiera podría hacer, mientras que los otros agradecen profundamente la
voluntad del que está haciendo el favor. Evidentemente, si la relación entre los dos hombres es de una amistad
recíproca se agradecerán mutuamente y se considerará la voluntad de quien hace el favor, por el contrario, si la
amistad está basada en la utilidad entonces sólo se verá el favor y no a la persona.
Finalmente en el capítulo XIV: Amistad entre desiguales, se dirá que, la amistad puede acabar a causa del exceso
que se produce en la ascensión a la superioridad, es decir, cuando el amigo se cree superior a su otro amigo. ¿Cuándo
pasa esto? cuando dicho amigo considera al otro como poco útil y que ya no merece más atención, mientras que el
otro amigo le dirá que tiene que cumplir con su deber, pues el superior debe ayudar al inferior.
No obstante lo dicho anteriormente, la amistad entre desiguales puede darse sin problemas, siempre y cuando el
deudor pueda devolver el favor con lo que él pueda, porque la amistad en sí misma no consiste en sólo recibir, sino
que también en dar (y dar siempre será mejor que recibir).

El libro IX, es la continuación del libro VIII, y versará sobre la amistad, y una revisión de los conceptos del capitulo
antecesor, de esta manera en el capítulo I: Diferencias entre los amigos. Aristóteles aclarará que una de las cosas que
pueden acabar con la amistad es la falta de proporción entre los amigos, por ejemplo, cuando el amado no corresponde
al otro con el placer y uno de los dos es más amado que el otro. Incluso, la amistad entre los hombres buenos puede
verse afectada porque muchas veces no se cumple lo que se promete. Pero cuando hay virtud entre los hombres que
realizan dicha transacción, no puede haber quejas ni reclamos. En los capítulos II y III, revisará los conflictos y las
rupturas que se sostienen en una relación de amistad, extrapolándolas al concepto de gobierno. De esta forma, dirá
que hay conflictos que se presentan en la amistad que serían difíciles de solucionar. Imaginemos que hay un hijo que
va a la guerra, ¿A quién le hará caso en la guerra? ¿Al padre o al soldado? Si quiere seguir un modelo de virtud ¿a
quién seguirá? ¿Al padre o a un hombre virtuoso? Si lo vemos desde otra perspectiva, las preguntas anteriormente
hechas corresponden a una especie de ''deuda'' entre el hijo y las personas que debiera seguir o considerar. Para que
no hayan conflictos el hijo debiera escuchar las dos partes, es decir, para que no quede ''deuda'' hay que seguir lo que
dice el padre y seguir lo que dice el hombre virtuoso, puesto que los dos quieren lo mejor para el muchacho.
No obstante, la fidelidad y ''pago'' de ''deuda'' al padre va corresponde primero que a cualquier otro, ya que fue éste
el que nos dio la vida. Así llegará a plantear en el Capítulo III, que las rupturas en las amistades basadas en el placer
y en la utilidad, no tienen un bien fin. Obviamente, una vez que se deshace el interés o el placer estas amistades se
acaban, pero bien podría el amigo (una vez que se rompe en esta amistad) fingir que le agrada la bondad o las
costumbres del otro amigo. Una vez que el engaño es descubierto, los amigos dejan de tener amistad y estará en su
opción volver a intentarlo de nuevo. ¿Conviene volver con quién ha engañado? Si dicho hombre (o mujer) es capaz
de corrección se debe dar una oportunidad, pero quién se ve que no va a cambiar, entonces no.
Amistad y madurez
Cuando una amistad es construida cuando se es niño, pero si entre los dos amigos uno crece y madura más que el
otro ¿seguirán siendo amigos si ya no les gustan las mismas cosas? Aristóteles nos dice que no, pero si el maduro
necesita hacer algo bueno entre dicho amigo (que ahora es pequeño) y un extranjero, el maduro entonces tendrá que
hacer justicia al amigo antes que al extranjero.
Los Capítulos consecuentes IV, V y VI, tienen su fuente en Los amigos, la benevolencia, y la concordia
respectivamente. Es claro que el origen de la amistad es el amor que se tienen los amigos. El amigo es aquel que
procura las cosas buenas al otro amigo, y además de complacerse con su compañía.
Esta característica es propia del hombre bueno, pues éste quiere o bueno y o beneficioso para sí, pero también para
los otros y mucho más si son sus propios amigos. Además, dichos amigos deben tener algo semejante porque como
dice Empédocles, lo semejante debe estar con lo semejante y de esa forma obtener su mayor satisfacción y provecho.

Aristóteles dedica un apartado para en este capítulo hablar de Los hombres malos y de ellos dirá: En el caso de los
hombres malos, estos siempre quieren estar acompañados por deben escapar de sí mismos. El hombre malo está
sumido en sus recuerdos desagradables y necesita alejarse de ellos; la compañía contribuye a este alejamiento de
tales recuerdos. Por lo tanto, el hombre no puede tener amor por sí mismo y debe esforzarse todo lo posible para ser
un hombre bueno; sólo así podrá estar en paz consigo mismo y su propio entorno o quien lo rodea en cuanto
individuo.
A su vez, la benevolencia es distinta de la amistad porque esta se puede ejercer incluso con gente desconocida, y
además puede pasar desapercibida mientras que en la amistad esto no es posible. Pero por otro lado, la benevolencia
puede ser el origen de la amistad. Es un amor superficial que puede crecer con el tiempo, pero jamás puede significar
una real amistad al instante. Y respecto de la concordia, señala, es una especie de igualdad que se da entre los amigos.
No decimos que dos personas tienen concordia porque tienen un idéntico parecer, de hecho, la concordia consiste en
estar de acuerdo con las cosas prácticas y no abstractas de la vida; por ejemplo, la concordia en una ciudad consistirá
en establecer la elección de las magistraturas u otros cargos. En este sentido, de lo anteriormente analizado, pareciera
ser que la concordia es la amistad civil, ya que en esta se pueden dar los ejemplos de concordia.

En el Capítulo VII, titulado El benefactor, el pensador señala que el benefactor es aquel hombre que da dinero y se
contenta con quien recibió dicho dinero. Lo mismo podría aplicarse con la amistad y decir que el verdadero amigo
se alegra con amar a su propio amigo, y se contenta con más con dar que recibir. En efecto, esto podemos verlo en
los artistas porque ellos al hacer su obra, aman más su obra que su obra lo ame a él o ella (obvio, pues una obra
inanimada no puede amar y sin embargo el artista la ama sin recibir amor).
Un Capítulo interesante y de relevancia es el número VIII, titulado Amor a sí mismo, ya que en él podemos encontrar
no sólo la pedagogía con los seres humanos y una forma de conducir su vida, sino ahondar en el autoestima propio,
en ese sentido, es común que a las personas que se aman a sí mismas se les censure, pues parece ser un gesto de
egoísmo y deshonra. Se dice que estos hombres son los que sólo trabajan para provecho e interés de ellos mismos. Se
dice también que el hombre bueno, por el contrario, es aquel que más que preocuparse de sí mismo se preocupa
siempre de los demás.
El capítulo IX, X y XI, Comenzará nuevamente por la opinión de la gente, Aristóteles nos dice que la opinión común
dice que cuando un hombre está colmado de bienes y servicios no tiene necesidad de amistad. De ahí la frase “Cuando
Dios da bienes, ¿qué necesidad hay de amigos?''. No obstante, ésta aserción sería insuficiente porque el tener amigos
es el mejor de los bienes externos que puede tener el hombre. Sería absurdo que un hombre quisiera colmarse de
placeres y bienes por la soledad, ya que como lo dice la base de la teoría aristotélica, el hombre es un animal político.
Dicho esto, queda claro que el hombre que se acompañe de amigos será el más feliz, en cambio, el hombre solitario
no será feliz en absoluto.
Así como el hombre es un animal político, lo bueno será estar con los amigos y compartir con ellos. Vivir es una
cosa que en sí misma es buena y apacible, pues es aquí donde podemos encontrarnos con el otro.
La vida del bueno consta de sentir y qué más agradable que sentirnos escuchados y considerados; para eso
necesitamos la amistad y la presencia del otro. Esto nos dará mucha felicidad, pues la amistad es la felicidad.
Para leer el capítulo X se debe recordar los tipos de amistades mencionadas en el tercer capítulo del libro VIII
de este tratado sobre la Ética. Los amigos por utilidad no necesitan ni muchos ni pocos amigos porque tener muchos
es cosa trabajosa y no tener ninguno es penosa.
En todo caso, el número de amigos debe ser una cosa conveniente porque la convivencia en la ciudad se debe hacer
entre muchos; para eso está la amistad. Por lo mismo, no es conveniente hacerse de muchos amigos porque con unos
habrá que estar bien y con otros se tendrá que comparecer, por eso, sólo necesitamos los amigos que sean necesarios
para la convivencia.
No obstante todo lo anterior, parece ser que hay personas que tienen muchos amigos pero más que amigos, se
mantiene una ''amistad'' con muchos por una cuestión de cortesía. Realmente, dichas personas tendrán un número
reducido de amigos verdaderos.
Aristóteles tratará de responder a ciertas preguntas en el capítulo XI, señalando: ¿Cuándo se necesita a los amigos?
¿En las buenas o en las malas? En ambas se necesita porque en momentos de debilidad debemos sostenernos con
alguien más, mientras que en las buenas se necesitan porque como amigos se deben conceder favores y hacer el bien
con quien lo necesita.
Sin embargo, debe admitirse que se necesitan más en las malas que en las buenas. Es preferible que en momentos de
debilidad el amigo sea alguien útil para que ayude de manera significativa, pero por otro lado la sola presencia de
amigo es preferible a no tener amigos que puedan ayudarnos.
Finalmente el Capítulo XII: La convivencia, nos entrega el sentido de la existencia es en sí algo agradable y mucho
más si contamos con la presencia de alguien. Es siempre preferible que la comunidad tenga hombres de bien porque
de otra manera, los hombres se comunicarán lo malo y podría ser que se conspire contra la comunidad y sus
ciudadanos.

Conclusión sobre los capítulos VIII y IX.

El edificio filosófico, construido por Aristóteles en estos capítulos, entrega a la amistad una profunda reserva de
bienestar comunicatorio, so solo en las relaciones sociales, sino también intimas y propias. Podemos encontrar en la
amistad la fuente de confianza hacia otro, con una buena conducta y afianzando la lealtad y la sana convivencia,
fundamentos básicos para desarrollar un buen ciudadano y por ende un buen Estado, mientras exista este equilibrio
existirá la amistad, pero también es algo que se desarrolla mucho más allá, en el sentido en que puede ser
extrapolables a las formas de relaciones internacionales incluso entre los gobiernos. Creo que hoy en nuestra sociedad
hay quienes parecen estar felices en la soledad; por ejemplo, los ermitaños o quienes deciden vivir fuera de la
sociedad por sus propios motivos. El término de felicidad se ha vuelto cada vez más subjetivo en nuestra sociedad,
y parece ser que la amistad es un concepto excluyente. Solo no debemos estar solos.

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