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VIOLENCIA

CONTRA
LA
MUJER
“AÑO DEL DIÁLOGO Y LA RECONCILIACION NACIONAL”

Institución Educativa Privada

“MUNDO MEJOR”

ÁREA:

 MATEMÁTICA

PROFESOR:

 LUIS MEDINA

TEMA:

 VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

GRADO:

 2DO. NARANJA

ALUMNOS:

 CERNA REYES JOSUÉ (2N07)


 PONCIANO DIOSES BRITNEY (2N33)
 VÁSQUEZ SILVA KAREN (2N48)
 VÁSQUEZ SILVA KARRIE (2N49)
 TERRONES VALERA MELANIE (2N43)
 PENAS CALDERÓN JOSÉ (2N31)
 DOMINGUEZ ULLOA ANGEL (2N15)
 VILLALOBOS MALCA DEBOORA (2N51)
 ANGULO DE LA CRUZ ÓSCAR

Chimbote – 2018
JUSTIFICACIÓN

Mediante el presente informe daremos a conocer la importancia que existe hoy en día de
mencionar el tema “La Violencia Contra la Mujer”, a menudo escuchamos noticas, reportes,
publicaciones en redes sociales como en periódicos, por nuestra televisión, o bien hasta lo
escuchamos por la radio.

Este problema ha sido “Consecuencia de la discriminación que sufre tanto en leyes como en
práctica, y la persistencia de desigualdades por razones de géneros” pues como sabemos
no solo las tachan como “el sexo débil” sino que hoy en día, por negarse a estar con alguien
las golpean, y cuando denuncian dejan libre a sus agresores por sus “derechos” pero y
¿Nuestros derechos qué? ¿No tenemos derecho a mandar a alguien a la cárcel porque nos
puede llegar a matar con golpes? Dirían las mujeres. Les dicen “ellas no denuncian, no
reclaman”; pero cuando lo hacen, cuando piden auxilio no les hacen caso.

En esta violencia se presentan numerosas facetas que van desde la discriminación y el


menosprecio hasta la agresión física, sexual, verbal o psicológica y el asesinato,
manifestándose en diversos ámbitos de la vida social, laboral y política. Entre los que se
encuentran la propia familia, la Iglesia, el Estado, entre otras.

Por cosas como estas, en este informe hablaremos de como sufren las mujeres y cuantas
mujeres mueren día a día, de cómo se da la Violencia de la mujer en el Perú y en el mundo.

DEDICATORIA

Este presente trabajo está dedicado primeramente a nuestros padres, quienes nos han
apoyado tanto material como económicamente y han hecho posible que hagamos este
magnífico proyecto, también agrademos a nuestro profesor Luis por habernos dejado este
trabajo, ayudándonos en cosas donde habían algunos errores.

AGRADECIMIENTO

Gracias a nuestros padres, que fueron las personas que más nos apoyaron para lograr este
trabajo, a mi profesora y tutora Miss Betty que nos apoyó emocionalmente para que nos
demos cuenta de que, si podíamos lograr esto, gracias a nuestro profesor Luis que nos
ayudó en qué debíamos mejorar.

Quiero agradecer a todas estas personas, por darnos su tiempo, consejos y en especial su
ayuda brindada.
LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER EN EL PERÚ
La violencia contra la mujer es una de los mayores problemas que el Estado Peruano debe
enfrentar. Para ello es necesario diseñar e implementar políticas públicas que busquen
reducir la incidencia de violencia de género, sancionando efectiva y ejemplarmente a los
perpetradores.

Es necesario también trabajar directamente con los niños y jóvenes, desde temprana edad y
buscar analizar y entender las razones por las cuales, en el caso peruano, la incidencia de
violencia es tan alta y la sociedad tan permisiva.

La evidencia reciente demuestra, que el enfoque de equidad de género implementado de


manera transversal en los servicios de educación, salud, seguridad transporte y acceso a la
justicia tiene un impacto positivo.

De acuerdo con la OMS una de cada tres mujeres en el mundo (30%) ha sufrido violencia
física y/o sexual de parte de su pareja en algún momento de su vida. En el caso peruano, la
incidencia es mayor: de acuerdo con la OMS, 69% de mujeres rurales y 51% de urbanas
han sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja en algún momento de su vida.
Más aun, la primera experiencia sexual del 24% de las mujeres rurales en el Perú ha sido
forzada (OMS Estudio Multipaís 2005).

Solo en el 2016, el 68,2% de las mujeres en el Perú sufrieron violencia física, sexual o
psicológica por parte de sus parejas.

El estudio encontró que a nivel nacional el 64.2% de las mujeres declaro haber sufrido
violencia psicológica, el 31.7% violencia física y el 6.6% violencia sexual (INEI 2017).

La violencia contra la mujer es transversal, ocurre en todos los estratos sociales, en todas
las ciudades del país y en todos los países del mundo. Ello sin importar el nivel de
educación de la mujer, su acceso al mercado laboral ni a recursos económicos.

La violencia contra la mujer, en todas sus formas, psicológica, física, sexual, financiera y
económica es causada por el control que busca ejercer un hombre sobre una mujer.

Es una muestra de poder, de superioridad.

Entre los factores de riesgo de violencia contra la mujer identificados por la OMS se
encuentran (i) tener un bajo nivel de instrucción (tanto para los perpetradores como en el
caso de las víctimas de violencia); (ii) la exposición al maltrato infantil; (iii) el trastorno de
personalidad antisocial (autores); (iv) el uso excesivo de alcohol; (v) el hecho de tener
muchas parejas o de inspirar sospechas de infidelidad en la pareja; (vi) las actitudes de
aceptación de la violencia; (vii) las costumbres que consagran los privilegios sexuales del
hombre; (viii) la levedad de las sanciones legales contra los actos de violencia sexual.

En el Perú, el 55% de las mujeres peruanas considera que la violencia física es el principal
problema que deben enfrentar, seguido por la violencia psicológica 32%; el embarazo no
deseado 31%; el acoso sexual 28% y la violencia sexual 23%. Una de cada dos mujeres
siente que las peruanas no están seguras dentro de su propia casa (ENDES 2010).

La violencia contra la mujer tiene un impacto negativo en la salud física, mental, sexual y
reproductiva de las mujeres y puede aumentar la vulnerabilidad al VIH.

La sociedad peruana es marcadamente machista y responsabiliza a la mujer por lo que le


sucede. Así, el 32% de limeños cree que las mujeres son violadas porque provocaron al
hombre.

En el Perú, la participación política de la mujer es aun limitada. Así, de 24 gobernadores


regionales solo 1 es mujer, de 194 municipalidades provinciales, solo 6 son lideradas por
mujeres. Solo 1 de cada 4 congresistas es mujer, y difícilmente están capacitadas en temas
de género. Las mujeres en el Perú son 1 de cada 2 estudiantes universitarios, 1 de cada 3
empleados en el sector privado, 1 de cada 4 gerentes en el sector privado, 1 de cada 5
expertos en medios de comunicación y 1 de cada 10 miembros de directorios. Más aun, a
pesar del crecimiento de la economía y los salarios, por cada hora trabajada una mujer
recibe en promedio 40% menos que un hombre con las mismas características (Ñopo,
2016).

FALTA CAPACITACIÓN

Aunque la Ley 30364 para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y el
grupo familiar está vigente desde hace dos años y contempla diversas medidas para mejorar
la protección de las víctimas, su implementación aún presenta muchas deficiencias.

Diana Portal Farfán, comisionada de la Adjuntía de la Mujer de la Defensoría del Pueblo,


refirió que la falta de capacitación de la Policía es una de las más graves.

En las comisarías, muchos de los efectivos que reciben las denuncias de violencia aún no
están capacitados para llenar la denominada ficha de valoración de riesgo.

Este documento es importante porque servirá de base para que el juez determine en qué
grado de riesgo está la víctima para que, según sea leve, moderado o alto, se dicten las
medidas de protección. “Un riesgo alto es por ejemplo cuando hay amenazas de muerte,
cuando el agresor usa armas de fuego o si la violencia física incluye el intento de
ahorcamiento.
Un buen registro de la Policía hará que el juzgado proteja mejor a la víctima, pero
lamentablemente, pese a las capacitaciones, aún no es suficiente”, señaló Portal. La PNP
ha elaborado un instructivo con el protocolo a seguir en casos de violencia familiar. Sin
embargo, no tiene un registro de las medidas de protección de las víctimas y, aunque la ley
indica que es su deber habilitar un canal de comunicación inmediato con las mujeres que
denuncian violencia y tener un mapa geo referencial de su ubicación para prevenir un
feminicidio, la falta de recursos impide que esas medidas se implementen.

Según estadísticas de la Policía, en el Perú, el 44% de sus intervenciones son por violencia
familiar. Sin embargo, solo existen 35 Comisarías Especializadas de Familia y solo el 6% de
los efectivos policiales tienen como actividad privadas

MUCHA DESCONFIANZA

Sin duda esto está afectando la confianza de las víctimas. Silvia Loli, viceministra de la
Mujer y Poblaciones Vulnerables, señaló que en 2016 el 74% de las mujeres víctimas de
feminicidio no denunció a su agresor y el 22% de las que se salvaron de morir tras un
intento de asesinato tampoco lo hizo.

De acuerdo con la Endes 2016, el 44.1% de todas las mujeres que experimentaron violencia
física por parte de su esposo, compañero o de otra persona prefirió recurrir a personas
cercanas para buscar ayuda ante un hecho de violencia. Solo el 27.2% buscó ayuda en
alguna institución. Esto significa que solo 3 de cada 10 mujeres que sufrieron violencia
busca la ayuda de las autoridades.

“Es probable que la víctima retroceda si encuentra que los operadores policiales u otros la
culpabilizan de la agresión o la re victimizan. Por eso es de suma importancia fortalecer las
capacidades de los operadores en el conocimiento de la normativa vigente”, anotó Loli.

La sociedad peruana es marcadamente machista y responsabiliza a la mujer por lo que le


sucede. Así, el 32% de limeños cree que las mujeres son violadas porque provocaron al
hombre. En el Perú, la participación política de la mujer es aun limitada.

Así, de 24 gobernadores regionales solo 1 es mujer, de 194 municipalidades provinciales,


solo 6 son lideradas por mujeres. Solo 1 de cada 4 congresistas es mujer, y difícilmente
están capacitadas en temas de género. Las mujeres en el Perú son 1 de cada 2 estudiantes
universitarios, 1 de cada 3 empleados en el sector privado, 1 de cada 4 gerentes en el
sector privado, 1 de cada 5 expertos en medios de comunicación y 1 de cada 10 miembros
de directorios. Más aun, a pesar del crecimiento de la economía y los salarios, por cada hora
trabajada una mujer recibe en promedio 40% menos que un hombre con las mismas
características (Ñopo, 2016).
Para lograr reducir la incidencia de violencia contra la mujer, necesitamos lograr
empoderarlas, implementar programas de educación, una campaña de cambio de
comportamiento con tolerancia cero a los casos de violencia y lograr que los niños,
adolescentes y hombres peruanos sean aliados en la lucha contra la violencia de género. El
Ministerio de la Mujer tiene un rol importantísimo, pero sería más importante aún si
lográramos que en todos los ministerios y entidades públicas se utilizara un enfoque de
género transversal.

La violencia contra las mujeres es uno de los principales problemas sociales de nuestro
país. Su origen cultural permite que sea un fenómeno invisible. Las mujeres, sólo por el
hecho de ser mujeres, viven diversas formas de violencia de parte de sus parejas o de su
entorno que van desde el control hasta la agresión física. Esto se justifica porque en muchas
culturas, incluida la chilena, todavía se cree que los hombres tienen derecho a controlar la
libertad y la vida de las mujeres. La violencia afecta a mujeres de cualquier edad, condición
económica y social y de cualquier religión. Puede ocurrir al interior de la pareja, en el
trabajo, en los lugares de estudio y en los espacios públicos.

Para erradicar la violencia contra las mujeres, el SernamEG ha focalizado sus esfuerzos en
la prevención con campañas nacionales y en la formación de monitoras y monitores a nivel
local.

Para la atención de las mujeres que viven violencia están los Centros de la Mujer, las Casas
de Acogida, los Centros Atención preparatoria a mujeres víctimas de agresiones sexuales.
Para los hombres están los Centros para Hombres que Ejercen Violencia de Pareja.

VIOLENCIA CONTRA LA MUJER EN EL MUNDO

La violencia en el mundo del trabajo afecta desproporcionada-mente a las mujeres.

En los países andinos una de cada tres mujeres sufre o ha sufrido violencia por parte de su
pareja al menos una vez en su vida. No es solamente humanamente y socialmente
inaceptable, sino también tiene secuelas económicas negativas. La violencia contra las
mujeres no solo afecta su dignidad, su salud y su calidad de vida así como la de quienes las
rodean, sino también merma su desarrollo personal y su capacidad de contribuir al
crecimiento económico.

Según un estudio de la Cooperación Alemana realizado en Perú, Bolivia y Paraguay, la


violencia contra las mujeres trabajadoras en relaciones de pareja está presente en una
cantidad significativa de empresas y afecta directamente la productividad laboral y el
desempeño. Los daños físicos y emocionales pueden resultar en una incapacidad laboral
crónica de las trabajadoras en cuestión.
El ausentismo así como problemas de concentración por distracción y preocupaciones son
un claro ejemplo de ello. En los países del estudio, anualmente una víctima pierde al menos
25 días laborales; mientras que un agresor, al menos 36. Los expertos señalan que esta
problemática ya no puede ser considerada por las empresas como una cuestión privada que
no les concierne.

Las mujeres trabajadoras también pueden estar sujetas a acoso o conductas violentas por
parte de sus superiores, colegas, clientes o autoridades locales. En efecto, los datos
disponibles sugieren que la violencia en el mundo del trabajo afecta desproporcionadamente
a las mujeres. Algunos de los factores que las exponen a la violencia son las relaciones de
poder desiguales, salarios bajos o inestables, la inseguridad laboral y los sectores u
ocupaciones en las que están concentradas las mujeres.

La violencia laboral puede llevar a las trabajadoras a abandonar su trabajo o a renunciar a


trabajar. Esto, a su vez, se traduce en una discontinuidad del empleo y de los ingresos
presentes y futuros (pensiones por ejemplo). De esta manera, los agresores contribuyen a
aumentar la brecha salarial de género, que actualmente es del 23%; es decir, el salario
promedio de una mujer equivale al 77% del salario de un hombre. La eliminación de la
violencia contra las mujeres y niñas en los ámbitos público y privado es un eje central de la
Agenda 2030 de las Naciones Unidas, reflejado directamente en el Objetivo de Desarrollo
Sostenible (ODS) numeral 5 referido a la igualdad de género. Respecto al ODS numeral 8,
enfocado en promover el trabajo decente, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha
reconocido desde sus inicios que éste es incompatible con la violencia y el acoso contra las
mujeres en el mundo del trabajo y es clave para su empoderamiento económico.

Consciente de la importancia del tema, la Conferencia Internacional del Trabajo en junio de


2018 discutirá sobre la posible adopción de una nueva norma internacional sobre la
violencia y el acoso contra las mujeres y los hombres en el mundo del trabajo. Dicha norma
definirá lo que es “violencia y acoso en el mundo del trabajo”, determinará su alcance, y
proporcionará orientaciones sobre cómo prevenir y abordar este flagelo. La violencia contra
la mujer es más que nunca visible en la agenda política; sin embargo, es importante
mantenerlo a largo plazo y decir “basta de violencia, cambiemos, denunciemos”. Por estos
motivos, la OIT se suma a la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la
Violencia contra la Mujer y reafirma su compromiso de seguir colaborando con los
gobiernos, las organizaciones de trabajadores y de empleadores y la sociedad civil, a fin de
garantizar un mundo libre de violencia contra las mujeres y las niñas.
REGION MÁS VIOLENTA

América Latina y el Caribe es la región del mundo con mayor violencia hacia las mujeres,
una situación que es más crítica en Centroamérica y México, destaca un informe de la ONU
presentado este miércoles en Panamá.

De acuerdo con el informe de ONU Mujeres y el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD), el fenómeno de la agresión a mujeres persiste a pesar de la aprobación
de leyes severas para frenarlo en la región.

"El tema de la violencia contra la mujer en América Latina es crítico. Es la región más
violenta del mundo contra las mujeres fuera de un contexto de guerra", declaró a la AFP
Eugenia Piza-López, líder del equipo de género del PNUD para América Latina. Según el
informe, América Latina y el Caribe presentan la mayor tasa del mundo de violencia sexual
contra las mujeres fuera de la pareja y la segunda mayor por parte de la pareja actual o
pasada. Tres de los 10 países con las tasas más altas de violaciones de mujeres y niñas se
encuentran en el Caribe, mientras que el feminicidio "está tomando una magnitud y
ensañamiento devastador en Centroamérica", donde dos de cada tres mujeres asesinadas
mueren a causa de su género.

"En algunos países se ha convertido en una crisis severa. En el Triángulo Norte (Honduras,
El Salvador y Guatemala) y México el problema del feminicidio y de la violencia contra la
mujer está representando niveles epidémicos, muchas veces relacionado con el crimen
organizado", advirtió Piza-López. El norte de Centroamérica es considerado una de las
regiones sin guerra más violentas del mundo por la presencia de pandillas y carteles del
narcotráfico.

El informe constata que 24 de los 33 países de América Latina y el Caribe cuentan con leyes
contra la violencia doméstica, pero solo nueve de ellos han sancionado leyes que tipifican
una variada gama de expresiones de violencia contra las mujeres, tanto en el ámbito privado
como público. También destaca que 16 países han tipificado penalmente el feminicidio y
algunos han encuadrado en la legislación los nuevos contextos de criminalidad, como el
narcotráfico y el cibercrimen, o expresiones de violencia política y el ataque con ácido.

Sin embargo, "a pesar de los valiosos avances" de los gobiernos para enfrentar la violencia
contra las mujeres, "este flagelo continúa siendo una amenaza" para los derechos humanos,
la salud pública y la seguridad ciudadana, indica el documento.
"Los niveles de violencia contra las mujeres a los que nos enfrentamos en América Latina y
el Caribe son inaceptables", añade.

Para enfrentar el problema, Naciones Unidas recomienda robustecer las instituciones, dar
continuidad a las políticas públicas que combatan la violencia y empoderen a la mujer y
asignar mayores recursos para ponerlos en marcha.

También pide cambiar los "patrones culturales patriarcales" que, basados en tradiciones y
creencias religiosas, "están fundados en las relaciones de desigualdad e inequidad entre
hombres y mujeres".

El informe de la ONU señala que, en todo el mundo, 35% de las mujeres ha sido víctima de
violencia por parte de su pareja o de agresión sexual por parte de personas distintas de su
pareja.

URGENCIA DE IGUALDAD

La violencia machista es una cuestión de poder y solo desaparecerá cuando haya una
verdadera igualdad de género y un pleno empoderamiento de la mujer, advirtió hoy el
secretario general de la ONU, Antonio Gutiérrez. "Es hora de una acción común por parte de
todos para que las mujeres y niñas alrededor del mundo puedan vivir libres de toda forma de
violencia", dijo Gutiérrez en un acto con motivo del Día Internacional para la Eliminación de
la Violencia contra la Mujer, que se conmemora el día 25 en todo el mundo.

En el evento, Gutiérrez insistió en que, para acabar con la violencia de género, es


fundamental trabajar en materia de igualdad.

"La violencia contra la mujer se trata fundamentalmente de poder. Solo terminará cuando la
igualdad de género y el pleno empoderamiento de la mujer sean una realidad", apuntó.
Gutiérrez, que se ha puesto la meta de impulsar la paridad en Naciones Unidas, confió en
que se esté produciendo en el mundo un "impulso sin precedentes" en favor de la igualdad
de género. Pese a ello, advirtió, queda mucho por hacer. "Necesitamos una fuerte voluntad
política, más recursos y una acción coordinada", recalcó.

El secretario general de Naciones Unidas destacó que la reciente avalancha de denuncias


de acoso en empresas e instituciones demuestra lo generalizado del problema de la
violencia sexual. "Los ataques contra la mujer son comunes para los países desarrollados y
en vías de desarrollo. A pesar de los intentos de taparlos, son una realidad cotidiana para
muchas mujeres y niñas", denunció.

LA VIOLENCIA DE MUJER EN EL MUNDO


Mientras el mundo observa perplejo la creciente ola de denuncias sobre episodios de acoso
sexual en la política de Estados Unidos (comenzando por aquel audio en el que se
escuchaba al hoy presidente Donald Trump jactándose de sus hazañas de acosador, hasta
los recientes escándalos que involucran a dirigentes de ambos partidos políticos), el pasado
25 de noviembre, en centenares de ciudades de todo el planeta se hicieron jornadas para
promover el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Tal como se
repitió en muchas partes, no fue una celebración sino una protesta. Una legítima, necesaria
y urgente protesta. Basta con revisar las cifras de los últimos años para constatar que, al
contrario de tantos otros problemas de nuestro tiempo, la violencia contra las mujeres va en
alza. Hay quienes sostienen que lo que ha cambiado es la actitud social y que hoy se
denuncia lo que antes permanecía silenciado.

Es posible, pero ello no disminuye la gravedad de lo que está ocurriendo. Las estimaciones
más conservadoras –léase bien, las más conservadoras– señalan que al menos 35% de las
mujeres han sido agredidas física o sexualmente por sus parejas o por otros hombres. En
algunos países, en África o América Latina especialmente, estas tasas se disparan y pueden
alcanzar niveles de horror: 2 de cada 3 mujeres.

Ello incluye violencia verbal, acoso psicológico, discriminación y muchas otras prácticas de
ensañamiento sexista. Del total de mujeres asesinadas en 2015, aproximadamente la mitad
lo fueron por sus parejas o ex parejas.

En la Unión Europea la cuestión no es menos seria: en 2014, un reporte de la Agencia


Europea de los Derechos Humanos señala que 25 millones de mujeres fueron víctimas de la
violencia machista: 13 millones fueron agredidas físicamente, 9 millones sufrieron acoso
sexual y 3,7 millones fueron objeto de violencia sexual. Las estimaciones de violencia
psicológica son aún más extendidas: 43% de las europeas sufre alguna modalidad de
atropello psíquico por su condición femenina.

La cuestión de lo que ocurre con las niñas merece especial atención: 750 millones de las
mujeres del planeta se casaron siendo menores de 18 años. En países de África Occidental
y África Central la situación es peor: una de cada 7 mujeres se casó o se estableció con una
pareja antes de los 15 años. Casi 150 millones de niñas han sufrido algún tipo de agresión
sexual entre 2012 y 2016.

Alrededor de 200 millones de niñas, antes de los 5 años, han sufrido la mutilación de sus
genitales, en alrededor de 30 países (aquellos en los que existen cifras al respecto).
A lo anterior debe sumarse el uso de gestualidad y verbosidad obscena con las mujeres, los
ataques a través de sistemas de mensajería y el uso de las redes sociales para sexualizar,
de modo unilateral, el intercambio con las mujeres.

La situación en América Latina también registra recurrentes tragedias. Algunas cifras de


2014, de asesinato de mujeres: en México, país líder en esta categoría, 2.289; El Salvador,
183 (he leído que solo en los 6 primeros meses de 2015 la cifra se elevó a 230); Argentina,
225; Colombia, 145; Guatemala, 217; Nicaragua, 85; Venezuela, 74 (esta cifra se
incrementó en los siguientes años con tal énfasis que, según la ONG Avesa, 358 mujeres
han sido asesinadas en ese país en lo que va de 2017); República Dominicana, 93; Bolivia,
104; y Ecuador, 97. Mientras, en relación con el tamaño de la población el número de
feminicidios es especialmente escandaloso en México y varios países de Centroamérica, el
país donde menos mujeres fueron asesinadas en 2014 fue Uruguay (24).

El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer coincide, este 2017,


con las denuncias de acoso sexual en Norteamérica y Europa, principalmente en la industria
del entretenimiento y la política. Estos hechos han amplificado el debate acerca de qué debe
considerarse violencia de género. Hay grupos de homosexuales que sugieren que la
violencia homofóbica, privada y en las calles, debe ser considerada violencia de género, de
modo que las leyes que, en teoría, protegen a las mujeres, también los alcancen con su
beneficio.

Quien se interese por comprender las causas que podrían explicar la violencia contra las
mujeres se asomará a una problemática de inmensa complejidad, donde concurren
variables psicológicas, biológicas, culturales, religiosas, económicas y morales. En años
recientes, la psicología ha aportado importantes estudios que establecen la existencia de
una conexión profunda en los hombres, entre una necesidad de sentirse propietario y, a la
vez, miedo a la mujer. En los análisis de casos específicos de hombres que han acabado
con la vida de sus parejas mujeres, la cuestión de la mujer entendida como propiedad
parece ocupar un lugar central.

Parece una obviedad, pero las evidencias señalan lo contrario: este es una realidad sobre la
que hay que volver todos los días. Las palabras del presidente Emmanuel Macron, de
Francia, son inequívocas: “Nuestra sociedad está enferma; deberíamos sentir horror y
vergüenza”. No hay lugar donde esta epidemia no exija ser combatida. Las escuelas deben
incorporar, desde ya, programas de educación en igualdad y respeto a las mujeres. Las
empresas y todas las instituciones están obligadas a imponer claras políticas al respecto.
Hace falta ordenanzas de interdicción al abuso contra las mujeres en negocios y lugares
públicos. No hay tiempo que perder. Actuar es imperativo. Y nadie está excluido de este
mandato.

LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER EN EL MUNDO LABORAL

“La violencia contra las mujeres afecta directamente en su productividad y desempeño


laboral”.

“Actualmente, la brecha salarial de género es de 23%; es decir, el salario promedio de una


mujer equivale al 77% del salario de un hombre”.

Una de cada tres mujeres en los países andinos sufre o ha sufrido de algún acto de
violencia por parte de su pareja al menos una vez en su vida. Esta realidad no solo es
humana y socialmente inaceptable, sino que genera además secuelas económicas
negativas: la violencia contra las mujeres no solo afecta su dignidad, salud y calidad de vida,
así como la de quienes las rodean, sino que también merma su desarrollo personal y, con
ello, su capacidad de contribuir con el crecimiento del país. Según un estudio de la
Cooperación Alemana realizado a unas 270 empresas medianas y grandes en Perú, Bolivia
y Paraguay; la violencia contra las mujeres trabajadoras en relaciones de pareja está
presente en todas estas, y ello afecta directamente en su productividad y desempeño
laboral. Los daños físicos y emocionales pueden resultar, incluso, en una incapacidad
laboral crónica de las trabajadoras en cuestión. El ausentismo y los problemas de
concentración por distracción y preocupaciones son manifestaciones comunes de ello. Esta
problemática ya no puede ser considerada por las empresas como una cuestión privada,
que no las concierne.

MARCHA

Las mujeres trabajadoras, por otra parte, también pueden estar sujetas a casos de acoso o
a conductas violentas por parte de sus superiores, colegas, clientes o autoridades locales.
En efecto, los datos disponibles sugieren que la violencia en el mundo del trabajo afecta
desproporcionadamente a las mujeres. Algunos de los factores que más las exponen son las
relaciones de poder desiguales, los salarios bajos o inestables, la inseguridad laboral y los
sectores u ocupaciones en las que están concentradas las mujeres. La violencia laboral
puede llevar a las trabajadoras a abandonar su trabajo o, peor aún, a renunciar a trabajar.
Esto, a su vez, se traduce en una discontinuidad del empleo y de los ingresos presentes y
futuros de las mujeres afectadas (pensiones, por ejemplo). Así, los agresores contribuyen a
aumentar la brecha salarial de género, que actualmente es de 23% (es decir, el salario
promedio de una mujer equivale al 77% del salario de un hombre). La eliminación de la
violencia contra las mujeres y niñas en los ámbitos público y privado es un eje central de la
Agenda 2030 de las Naciones Unidas, que además se refleja directamente en el Objetivo de
Desarrollo Sostenible (ODS) número 5, referido a la igualdad de género.

Respecto al ODS número 8, enfocado en promover el trabajo decente, la Organización


Internacional del Trabajo (OIT) ha reconocido siempre que el mismo es incompatible con la
violencia y el acoso contra las mujeres en el mundo laboral, y es clave para su
empoderamiento económico. Consciente de la importancia del tema, la Conferencia
Internacional del Trabajo en junio de 2018 organizado por la OIT discutirá sobre la posible
adopción de una nueva norma internacional sobre la violencia y el acoso contra las mujeres
y los hombres en el mundo del trabajo. Dicha norma definirá lo que es “violencia y acoso en
el mundo del trabajo”, determinará su alcance y proporcionará orientaciones sobre cómo
prevenir y abordar este flagelo. La violencia contra la mujer es hoy más que nunca visible
en la agenda política. Sin embargo, es importante mantener esta atención a largo plazo y
decir “basta de violencia, cambiemos, denunciemos”. Por estos motivos, la OIT se suma a la
celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y reafirma
su compromiso de seguir colaborando con los Gobiernos, las organizaciones de
trabajadores y de empleadores y la sociedad civil, a fin de garantizar un mundo libre de
violencia contra las mujeres y las niñas.

La violencia contra las mujeres en el mundo en cinco mapas:

Hungría es el único país de la UE que no penaliza el acoso sexual. Rusia ha despenalizado


la violencia de género. Túnez, Jordania y Líbano han prohibido que los violadores se libren
de la pena si se casan con sus víctimas

Cada 25 de noviembre, día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres,


sirve para hacer balance y analizar los avances (y retrocesos) en este ámbito a lo largo del
año. Pero sin duda, este 2017 será recordado por ser aquel en que muchas mujeres se
atrevieron a denunciar como nunca antes los casos de acoso sexual.

Antes muchas callaban e incluso era percibido como algo inevitable. Existen indicios de que
eso está cambiando.

De forma general, las regiones del planeta donde menos se garantizan los derechos de las
mujeres siguen siendo África subsahariana, Asia meridional y Oriente Próximo. Pero
destacan Túnez, Jordania y Líbano por haber avanzado. En Europa, el continente que más
persigue la violencia de género, Rusia sobresale como el país menos seguro para las
mujeres. En la UE destaca Bulgaria por no tener leyes que persigan la violación dentro del
matrimonio y Hungría, porque no penaliza el acoso sexual. Además de los avances
puntuales por países, este año ha presenciado una lucha global de las mujeres: la campaña
#MeToo. 2017 ha sido el año del caso Harvey Weinstein, a raíz del cual cientos de mujeres
destaparon la enorme cloaca de casos de acoso sexual cometidos por hombres con poder
de las diversas esferas y ámbitos. No obstante, las mujeres que denuncian lo hacen sobre
todo en EE UU y Europa, allí donde la legislación es más garantista.

Y han tardado en hacerlo. Los expertos recalcan que solo un porcentaje de las víctimas
denuncia. En la Unión Europea, una encuesta realizada en 2014 por la Agencia de la UE de
los derechos fundamentales indicó que entre el 45% y el 55% de las mujeres había sufrido
acoso sexual desde los 15 años, algo que no se traslada en número de denuncias. Las
mujeres en Occidente empiezan a señalar a sus acosadores, pero en el resto del mundo
queda un larguísimo camino por recorrer, especialmente en África y Oriente Próximo.

En la actualidad, dos tercios de los países (140) castigan la violencia doméstica, pero más
de 40 no lo hacen. Y es que la agencia de la ONU contra el Delito (UNODC) calcula que en
todo el mundo, el 50% de las mujeres que son asesinadas, lo son por sus compañeros
sentimentales u hombres de su familia. En su mayoría, los países que no cuentan con leyes
que persigan la violencia contra las mujeres en el ámbito familiar se sitúan en África
Subsahariana —menos de la mitad de los países tiene legislación sobre el tema— y Oriente
Próximo y Norte de África —uno de cada cuatro—, según el Banco Mundial.

Este año destacan especialmente dos casos: el ruso y el tunecino, aunque por razones
opuestas. Rusia, un país donde cada 40 minutos muere asesinada una mujer, despenalizó a
principios de este año la violencia de género, rebajándola a una mera sanción económica.
Por el contrario, este verano, el Parlamento de Túnez adoptó la ley contra la violencia contra
las mujeres más ambiciosa del mundo árabe, que castiga todos los tipos de agresiones
sexistas y el acoso sexual.

En torno al 24% de las adolescentes y niñas (750 millones) en todo el mundo están casadas
antes de cumplir los 18 años, frente 30% de los años noventa. El matrimonio infantil no solo
acaba con el proyecto educativo y vital de millones de niñas y mujeres menores de edad,
sino que además incrementa la probabilidad de que sufran violencia por parte de sus
maridos, según ONU Mujeres.

En términos relativos, África central y occidental es la región donde más prevalece esta
práctica: allí, el 40% de las jóvenes están casadas antes de los 18 y el 14% antes de los 15,
según datos de este año de Unicef. Pero en términos absolutos, las superpobladas India (26
millones) y Bangladés (18 millones) figuran a la cabeza de los matrimonios de niñas y
mujeres menores, según la ONG Girls Not Brides. La ley en muchos casos sirve de poco. Si
bien la inmensa mayoría de países sitúa la edad legal para casarse en 18 años, la
proporción de niñas-esposas, no ya antes de esa edad, sino antes de los 15 es muy alta: en
Cabo Verde y Burundi, cerca del 30%.

Los países africanos copan el ránking, pero los matrimonios antes de los 15 años también
se dan en Asia meridional y América Latina pese a estar prohibidos por ley: Camboya
(28%), Colombia (17%) o Costa Rica (14%), son algunos de los ejemplos.

En todo el mundo, todavía hay 34 países donde no se juzga a los violadores si están
casados con sus víctimas o si se casan posteriormente con ellas. Aun así, este año
destacan los avances de tres países árabes: Túnez, Jordania y Líbano han derogado las
leyes que permitían a los violadores no cumplir condena si se casaban con sus víctimas. En
muchos otros países, especialmente en África Subsahariana y Asia, la violación no se
contempla si se produce dentro del matrimonio, lo que deja a las mujeres desamparadas si
quien las viola es su marido. Destaca el caso de India donde, pese a no estar contemplado
en la ley, el Supremo dictaminó que sí será considerada la violación cuando se produzca
dentro del matrimonio, pero solo si la esposa es menor. Dentro de la UE, Bulgaria es el
único país que no reconoce las agresiones sexuales cometidas por el marido. En torno a
200 millones de niñas se han visto sometidas a la mutilación genital o ablación del clítoris en
los 30 países donde hay datos representativos disponibles, según recoge un informe
reciente de Unicef. Esta práctica se da especialmente en los países del Sahel, pero también
en Yemen y en Irak. Además del sufrimiento físico y del trauma psicológico que supone, la
mutilación implica graves riesgos sanitarios y acaba con la vida de muchas niñas. Pese a
que en las últimas tres décadas esta práctica ha ido disminuyendo, en Egipto, Sudán y Malí,
más del 80% de las mujeres la han sufrido, y en Sierra Leona, Djibuti, Eritrea y Guinea, más
del 90%. Hasta el momento, los últimos países en prohibirlo han sido Nigeria (2015) y
Gambia (2016).

FORMAS DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

Se estima que el 35 por ciento de las mujeres de todo el mundo han sufrido violencia física
y/o sexual por parte de su compañero sentimental o violencia sexual por parte de una
persona distinta a su compañero sentimental en algún momento de su vida. Sin embargo,
algunos estudios nacionales demuestran que hasta el 70 por ciento de las mujeres han
experimentado violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental durante su
vida.

Las mujeres que han sufrido maltrato físico o sexual por parte de sus compañeros tienen
más del doble de posibilidades de tener un aborto, casi el doble de posibilidades de sufrir
depresión y, en algunas regiones, 1,5 veces más posibilidades de contraer el VIH, en
comparación con las mujeres que no han sufrido violencia por parte de su compañero
sentimental.

Pese a que la disponibilidad de datos es limitada y que existe una gran diversidad en la
manera en que se cuantifica la violencia psicológica según países y culturas, las pruebas
existentes reflejan índices de prevalencia altos. El 43 por ciento de las mujeres de los 28
Estados Miembros de la Unión Europea han sufrido algún tipo de violencia psicológica por
parte de un compañero sentimental a lo largo de su vida.

Se estima que en prácticamente la mitad de los casos de mujeres víctimas de homicidios en


todo el mundo en 2012, el autor de la agresión fue un familiar o un compañero sentimental,
frente a menos del 6 por ciento de hombres asesinados ese mismo año.

Según una encuesta realizada en 2016, más de 1 de cada 4 mujeres en Washington D. C.


(Estados Unidos) han experimentado algún tipo de acoso sexual en el transporte público.

Más de 750 millones de mujeres que viven actualmente en todo el mundo se casaron siendo
niñas (con menos de 18 años de edad). El matrimonio infantil es más común en África
Occidental y Central, donde más de 4 de cada 10 mujeres se casaron antes de cumplir los
18 años y alrededor de 1 de cada 7 estaban casadas o viviendo en pareja antes de los 15
años. El matrimonio infantil suele dar lugar a embarazos precoces y al aislamiento social,
interrumpe la escolarización, limita las oportunidades de las niñas y aumenta su riesgo de
sufrir violencia doméstica. Unos 120 millones de niñas de todo el mundo (algo más de 1 de
cada 10) han sufrido el coito forzado u otro tipo de relaciones sexuales forzadas en algún
momento de sus vidas. Con diferencia, los agresores más habituales de la violencia sexual
contra niñas son sus maridos o exmaridos, compañeros o novios. Al menos 200 millones de
mujeres y niñas que viven actualmente han sufrido la mutilación genital femenina en los 30
países donde existen datos de prevalencia representativos. En la mayoría de estos países,
la mayoría de las niñas fueron mutiladas antes de cumplir los 5 años.

Las mujeres adultas representan el 51 por ciento de las víctimas de trata de seres humanos
detectada a nivel mundial. En conjunto, las mujeres y las niñas representan el 71 por ciento,
siendo las niñas casi tres de cada cuatro víctimas infantiles de la trata. Casi tres de cada
cuatro mujeres y niñas víctimas de la trata lo son con fines de explotación sexual. Una de
cada 10 mujeres de la Unión Europea declara haber sufrido ciberacoso desde la edad de los
15 años, lo que incluye haber recibido correos electrónicos o mensajes SMS no deseados,
sexualmente explícitos y ofensivos, o bien intentos inapropiados y ofensivos en las redes
sociales. El mayor riesgo afecta a las mujeres jóvenes de entre 18 y 29 años de edad.
Se estima que 246 millones de niñas y niños sufren violencia relacionada con el entorno
escolar cada año, y una de cada cuatro niñas afirma que nunca se ha sentido segura
utilizando los aseos escolares, según indica una encuesta a jóvenes realizada en cuatro
regiones. El alcance y las formas de la violencia relacionada con el entorno escolar que
sufren niñas y niños varían, pero las pruebas señalan que las niñas están en situación de
mayor riesgo de sufrir violencia sexual, acoso y explotación. Además de las consecuencias
adversas que produce en la salud psicológica, sexual y reproductiva, la violencia de género
relacionada con el entorno escolar es un impedimento de envergadura para lograr la
escolarización universal y el derecho a la educación de las niñas.

En una encuesta realizada en 27 universidades de los Estados Unidos en 2015, el 23 por


ciento de las estudiantes universitarias de pregrado declararon haber sufrido algún tipo de
agresión sexual o conducta sexual indebida. El índice de denuncias ante funcionarios del
campus, fuerzas del orden u otros oscila entre el 5 y el 28 por ciento, según el tipo
específico de conducta.

En un estudio realizado por la Unión Interparlamentaria en 39 países de cinco regiones, el


82 por ciento de las parlamentarias encuestadas declararon haber experimentado alguna
forma de violencia psicológica durante su mandato. Definieron la violencia psicológica como
los comentarios, gestos e imágenes de índole sexual, sexistas o humillantes que se hacen
en su contra, o las amenazas y/o formas de acoso de las que han podido ser objeto.
Mencionaron las redes sociales como el principal canal a través del cual se ejerce esta
violencia psicológica. Casi la mitad de las encuestadas (el 44 por ciento) informaron haber
recibido amenazas de muerte, violación, agresión o secuestro contra ellas o sus familias.

VIOLENCIA CONTRA GRUPOS VULNERABLES

Las pruebas reflejan que determinadas características de las mujeres, como, por ejemplo, la
orientación sexual, la discapacidad o la etnicidad, y algunos factores contextuales, como las
crisis humanitarias, incluidas las situaciones de conflicto y posteriores al conflicto, pueden
aumentar la vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia.

En 2014, el 23 por ciento de las mujeres no heterosexuales (aquellas que identificaban su


orientación sexual como lesbianas, bisexuales u otras opciones) entrevistadas en la Unión
Europea indicaron haber sufrido violencia física y/o sexual por parte de agresores de ambos
sexos, en comparación con el 5 por ciento de mujeres heterosexuales.

En una encuesta realizada a 3706 alumnas de primaria de Uganda, el 24 por ciento de las
niñas de 11 a 14 años con discapacidad dicen haber sufrido violencia sexual en la escuela,
frente al 12 por ciento de las niñas sin discapacidad
La violencia contra la mujer -especialmente la ejercida por su pareja y la violencia sexual-
constituye un grave problema de salud pública y una violación de los derechos humanos de
las mujeres.

Las estimaciones mundiales publicadas por la OMS indican que alrededor de una de cada
tres (35%) mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia
sexual por terceros en algún momento de su vida.

La mayoría de estos casos son violencia infligida por la pareja. En todo el mundo, casi un
tercio (30%) de las mujeres que han tenido una relación de pareja refieren haber sufrido
alguna forma de violencia física y/o sexual por parte de su pareja en algún momento de su
vida.

Un 38% de los asesinatos de mujeres que se producen en el mundo son cometidos por su
pareja masculina.

La violencia puede afectar negativamente la salud física, mental, sexual y reproductiva de


las mujeres y, en algunos entornos, puede aumentar el riesgo de contraer el VIH.

Los hombres que tienen un nivel de instrucción bajo, han sido objeto de malos tratos durante
la infancia, han estado expuestos a escenas de violencia doméstica contra sus madres y al
uso nocivo de alcohol, han vivido en entornos donde se aceptaba la violencia y había
normas diferentes para cada sexo, y creen que tienen derechos sobre las mujeres son más
proclives a cometer actos violentos.

Las mujeres que tienen un nivel de instrucción bajo, han estado expuestas a actos de
violencia de pareja contra sus madres, han sido objeto de malos tratos durante la infancia,
han vivido en entornos en los que se aceptaba la violencia, los privilegios masculinos y la
condición de subordinación de la mujer corren un mayor riesgo de ser víctimas de la
violencia de pareja.

Existen datos que demuestran que las intervenciones que promueven la sensibilización y
emancipación de la mujer, la prestación de orientación psicológica y las visitas domiciliarias
podrían favorecer la prevención o la reducción de la violencia de pareja contra la mujer.

Las situaciones de conflicto, posconflicto y desplazamiento pueden agravar la violencia


existente, como la infligida contra la mujer por su pareja y la violencia sexual fuera de la
pareja, y dar lugar a nuevas formas de violencia contra la mujer.

Las estimaciones más precisas relativas a la prevalencia de la violencia de pareja y la


violencia sexual se derivan de las encuestas poblacionales basadas en los testimonios de
las víctimas. En un análisis llevado a cabo en 2013 por la OMS en colaboración con la
Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y el Consejo de Investigación Médica de
Sudáfrica, en el que se utilizaron los datos de más de 80 países, se observó que, en todo el
mundo, una de cada tres mujeres (o el 35%) había sido objeto de violencia física o violencia
sexual bien dentro o fuera de la pareja.

ESTIMACIONES MUNDIALES Y REGIONALES DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

Casi un tercio (30%) de todas las mujeres que han tenido una relación ha sufrido violencia
física o sexual por parte de su pareja.

Las estimaciones de prevalencia de la violencia de pareja oscilan entre el 23,2% en los


países de ingresos altos y el 24,6% en la región del Pacífico Occidental, al 37% en la región
del Mediterráneo Oriental y el 37,7% en la región de Asia Sudoriental.

El 38% de los feminicidios que se cometen en el mundo son perpetrados por la pareja.
Además de la violencia de pareja, el 7% de las mujeres refieren haber sufrido agresiones
sexuales por personas distintas de su pareja, si bien los datos a ese respecto son más
escasos. Los actos de violencia de pareja y violencia sexual son cometidos en su mayoría
por hombres contra mujeres.

PREVEPACION PARA ABORDAR LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

En la mayoría de los países donde existen datos, menos del 40 por ciento de las mujeres
que sufren violencia buscan algún tipo de ayuda.

Entre las mujeres que lo hacen, la mayoría recurre a la familia y amistades, y muy pocas
confían en instituciones y mecanismos oficiales, como la policía o los servicios de salud.
Menos del 10 por ciento de aquellas mujeres que buscaron ayuda tras haber sufrido un acto
de violencia lo hicieron recurriendo a la policía.

Al menos 140 países han aprobado leyes sobre violencia doméstica, y 144 tienen leyes
sobre el acoso sexual. Sin embargo, ni siquiera contar con una ley garantiza que los países
respeten o implementen siempre e los estándares y las recomendaciones internacionales.
Todavía hay 37 países en los que no se procesa a los autores de violaciones que están
casados o se casan posteriormente con la víctima.

La disponibilidad de datos sobre la violencia contra las mujeres ha aumentado


significativamente en los últimos años. Desde 1995, más de 100 países han llevado a cabo
al menos una encuesta tratando esta cuestión.
Más de 40 países llevaron a cabo al menos dos encuestas en el periodo entre 1995 y 2014,
lo que significa que, dependiendo de la comparabilidad de las encuestas, se podrían
analizar los cambios a lo largo del tiempo.

El derecho de las mujeres a vivir sin violencia está consagrado en los acuerdos
internacionales como la Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer (CEDAW), en especial a través de sus recomendaciones
generales núm. 12 y 19 y de la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la
mujer de las Naciones Unidas. A nivel global, ONU Mujeres trabaja con los países para
avanzar los marcos normativos internacionales prestando apoyo a procesos inter-
gubernamentales, tales como la Asamblea General y la Comisión sobre la Condición
Jurídica y Social de la Mujer. A nivel de país, ONU Mujeres trabaja para conseguir la
adopción y promulgación de reformas jurídicas acordes con normas y estándares
internacionales.

Colaboramos con gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y otras instituciones para


promover el fin de la violencia, aumentar la sensibilización sobre sus causas y
consecuencias y fortalecer las capacidades de nuestras contrapartes para su prevención y
respuesta. También promovemos la necesidad de cambiar normas y el comportamiento de
hombres y niños, y abogamos por la equidad de género y los derechos de las mujeres. ONU
Mujeres apoya la ampliación de acceso a respuestas multisectoriales de calidad para
sobrevivientes, que incluyen seguridad, refugio, salud, justicia y otros servicios esenciales.
Prestamos orientación para políticas públicas para ayudar a maximizar las inversiones
destinadas a la prevención – la solución más rentable y de largo plazo para detener la
violencia.

Trabajamos con gobiernos para desarrollar planes nacionales de acción dedicados a


prevenir y abordar la violencia contra mujeres, fortaleciendo la coordinación entre actores y
sectores diversos que se requieren para una acción significativa y de largo alcance. ONU
Mujeres también aboga por integrar medidas de lucha contra la violencia en marcos
estratégicos a nivel internacional, regional y nacional, tales como la agenda para el
desarrollo después de 2015.

MEDIDAS PARA ABORDAR LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

 En el hogar evita discusiones y enfrentamientos con familiares u otras personas que


habiten en el mismo domicilio.
 En caso de ser agredida, pide auxilio a las personas que se encuentren cerca o
solicita ayuda al Servicio de Emergencia 066 ó al teléfono 089 de Denuncia
Anónima.
 Evita caminar por lugares solitarios y oscuros por la noche o muy temprano.
 Trata de caminar siempre acompañada por una o más personas en zonas solitarias.
 No portes joyas u objetos que llamen la atención.
 Deja dicho a dónde y con quién sale.
 Cuando abordes un autobús o un taxi, hazlo en lugares iluminados.
 Si sufres algún ataque, grite y llama la atención de los transeúntes.
 Desconfía de cualquier persona, aunque vista de manera elegante y sea educado.
 No te detengas a dar información o a conversar con extraños.
 No transites sola, procura salir en grupos.
 Si sales de su casa por la madrugada a tu escuela o trabajo, pide que alguien te
acompañe.
 Camina por lugares iluminados y transitados.
 Si asistes a fiestas, reuniones sociales o a bares, evita quedarte a solas con
desconocidos.
 Lleva aerosoles, llaves, pistolas eléctricas u objetos que inmovilicen al agresor y te
permitan escapar.
 Evita subir sola al transporte público.
 No tomes atajos que la pongan en riesgo.
 Evita parejas celosas, alcohólicas, posesivas y agresivas.
 Camina sobre la banqueta en sentido contrario a la circulación vehicular.
 No permanezcas dentro de su vehículo cuando te encuentres en calles solitarias y
estacionamientos.
 Cuando vayas por la calle no te distraigas, observa con atención a las personas que
están a su alrededor.
 Ten a la mano los teléfonos de emergencia 066 y de Denuncia Anónima 089.

EN TU COMUNIDAD

 Difunde medidas preventivas para disminuir el riesgo de ser violadas y/o asesinadas.
 Organiza a las mujeres de tu localidad y diseña planes de prevención y emergencia
comunitaria.
 Procura que el alumbrado público esté en buenas condiciones y de ser posible,
coloca focos fuera de cada casa.
 Procura que los parques cuenten con vigilancia.
 Contacta a los dueños de terrenos baldíos y en construcción para que los cerquen,
vigilen e identifiquen a los empleados que trabajan en ellos.
 Vigilen que las zonas de riesgo se mantengan alumbradas y con la presencia de
policías.
 Establezcan una red de apoyo y comunicación ante situaciones de riesgo.
 Acude a instituciones que capaciten en prevención de riesgos que pueden dañar la
vida, o bien, a la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
 Recuerda que la autoprotección es una de las primeras medidas que debes asumir
para evitar ataques y agresiones, para así poder llevar una vida libre de violencia y
de respeto de género

ESTADÍSTICAS SOBRE VIOLENCIA DE GÉNERO EN EL PERÚ

VIOLENCIA FAMILIAR Y SEXUAL

La violencia familiar alude a todas las formas de abuso que tienen lugar dentro del ámbito
familiar. Constituye una manifestación de desigualdad del poder existente entre miembros
de una familia (esposos, ex esposos, convivientes, ex convivientes, abuelas y/o abuelos a
nietas y/o nietos o al contrario; padres y/o madres a hijas y/o hijos o al contrario; hermanos y
hermanas, cuñadas o cuñados; suegros y/o suegras a nueras y/o yernos, o al contrario;
entre los que viven en la misma casa, entre personas que tienen un hijo o hija en común).
En la violencia hay una intencionalidad, la de someter, dominar y/o quebrar la voluntad del
otro u otra en beneficio de los intereses del agresor (desco, Centro de Estudios y Promoción
del Desarrollo, 2013: 12-13).

1.1 Según periodos de tiempo

Cuadro 1

Casos atendidos por violencia familiar y sexual en los Centros Emergencia

Mujer (CEMs) a nivel nacional, según años y meses, 2002 – 2014. - “Perú”
Gráfico 1

Casos atendidos por violencia familiar y sexual en los Centros

de Emergencia Mujer, 2002 – 2014 -Perú

Cuadro 2

Denuncias por violencia familiar registradas por la

Policía Nacional del Perú, 2007 – 2012

(Según departamento)
1.2 Según sexo y edad de la víctima

La evidencia demuestra que el retraso del primer embarazo está asociado con una mejora
en la salud de las mujeres, disminución de la mortalidad materna e infantil, más años de
escolaridad y educación de las mujeres así como de oportunidades laborales y mejoras en
la educación, nutrición y salud de sus hijos. Además, existe correlación entre la reducción de
la fertilidad y la mejora de las condiciones socioeconómicas de la familia. Para reducir la
pobreza, se necesita que las mujeres y sobre todo las adolescentes tengan la posibilidad de
controlar su fertilidad.

Cuadro 3

Denuncias por violencia familiar registradas por la Policía Nacional del Perú,

Según sexo y edad de la víctima, 2012

(Por departamento)
Cuadro 4

Casos atendidos por violencia familiar y sexual en los Centros Emergencia Mujer,

Según sexo de la víctima, 2002 – 2014 – Perú

1.3. Según la edad

Casos registrados de violencia contra la mujer en Perú 2013-2014


Casos antendido de niñas, mujeres según departamentos
2002-2003 – Perú

PORCENTAJES COMPARATIVOS A TRAVES DE LOS AÑOS- PERÚ


MUJERES AFECTADAS POR VOLENCIA FAMILIAR SEXUAL ATENDIDAS – PERÚ

CUADRO DE CASOS DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER 2018-PERÚ


NÚMERO DE CASOS CON CARACTERÍSTICAS DE FEMINICIDIO Y TENTATIVA DE
FEMINICIDO A TRAVÉS DE LOS AÑOS
CONCLUSIONES

 Un 38% de los asesinatos de mujeres perpetrados en el mundo son cometidos por


su pareja, siendo el ámbito familiar y de pareja donde se produce el mayor número
de casos de violencia contra la mujer, ya sea física, sexual o psicológica.
 El 50% de los asesinatos de mujeres en el mundo son sometidos por un familiar o
compañero sentimental y el 36 % de las mujeres sabrían sufrido violencia física o
sexual por parte de su pareja.
 Unos 120 millones de niñas de todo el mundo, más una de cada 10, han sufrido en
algún momento coito forzado u otro tipo de relaciones sexuales forzadas.
 Más de 133 millones de niñas y mujeres han sufrido algún tipo de mutilación genital.
 El feminicidio queda patente por cifras comparativas: en el mundo son asesinadas
dos mujeres por cada hombre asesinado y el porcentaje de mujeres es del 65% de
victimas aproximadas por la violencia intrafamiliar.

 Debido a los afectos desbastadores que generan lo interno de las familias, pone en
peligro la estructura o la forma de la misma, es decir según la formación que se le dé
al individuo, así mismo actúa dentro de la sociedad que lo rodea. Nos afecta a todos
los miembros de una familia.
 La auténtica educación tiene como fin el desarrollo integral de la persona; por eso
debe proporcionar, además de conocimientos, valores, creencias y actitudes frente a
distintas situaciones.
 La comunicación es prevención porque nos posibilita encontrar un espacio, ser
protagonistas, el aprender a respetar al otro; posibilita la capacidad de aceptar el
error como incentivo para la búsqueda de otras alternativas válidas y ayuda a
superar las dificultades que se presenten.
 La violencia contra la mujer -especialmente la ejercida por su pareja y la violencia
sexual- constituye un grave problema de salud pública y una violación de los
derechos humanos de las mujeres.
 Las estimaciones mundiales publicadas por la OMS indican que alrededor de una de
cada tres (35%) mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual de pareja
o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida.
 La violencia puede afectar negativamente la salud física, mental, sexual y
reproductiva de las mujeres y, en algunos entornos, puede aumentar el riesgo de
contraer el VIH.
 Las mujeres que tienen un nivel de instrucción bajo, han estado expuestas a actos
de violencia de pareja contra sus madres, han sido objeto de malos tratos durante la
infancia, han vivido en entornos en los que se aceptaba la violencia, los privilegios
masculinos y la condición de subordinación de la mujer corren un mayor riesgo de
ser víctimas de la violencia de pareja.
 Las situaciones de conflicto, posconflicto y desplazamiento pueden agravar la
violencia existente, como la infligida contra la mujer por su pareja y la violencia
sexual fuera de la pareja, y dar lugar a nuevas formas de violencia contra la mujer.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 https://www.monografias.com/trabajos15/la-violencia/la-violencia.shtml
 https://www.minmujeryeg.cl/sernameg/programas/violencia-contra-las-mujeres/
 http://vital.rpp.pe/salud/la-violencia-contra-la-mujer-es-un-problema-
sociocultural-noticia-1119750
 https://es.wikipedia.org/wiki/Violencia_contra_la_mujer
 https://elcomercio.pe/tecnologia/ciencias/violencia-mujer-definiciones-
entender-determinar-solucion-noticia-524963
 https://elcomercio.pe/noticias/violencia-contra-la-mujer
 http://www.defensoria.gob.pe/blog/tag/violencia-contra-la-mujer/
 http://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/violence-against-women
 http://www.defensoria.gob.pe/blog/tag/violencia-contra-la-mujer/
 https://www.ceapa.es/sites/default/files/Documentos/violencia%20contra%20la
%20mujeres.pdf
 http://www.unwomen.org/es/what-we-do/ending-violence-against-women

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