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Oraciones Litúrgicas
1. Secuencia de Pentecostés
Ven Espíritu Divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas,
fuente del mayor consuelo.
2. Veni Creator
Ven, Espíritu Creador,
visita las almas de tus fíeles
y llena de la divina gracia los corazones,
que Tú mismo creaste.
Tú eres nuestro Consolador,
don de Dios Altísimo,
fuente viva, fuego, caridad
y espiritual unción.
Oremos: Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del
Espíritu Santo; haznos dóciles a tu Espíritu para gustar siempre el bien y gozar
de su consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén
1. Ven,
Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu
amor. Envía, Señor, tu Espíritu y serán creadas todas las cosas y se renovará el
orden en esta tierra.
Oremos: Señor, Tú que has formado los corazones de tus fieles con la iluminación
de tu Espíritu, concede comprender esta vida según ese mismo Espíritu y contar
siempre con su apoyo. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
1. ¡Oh Dios mío!,
Dame tu Espíritu, es la oración que nosotros debemos hacer continuamente y siempre, en
cada instante; ¡el Espíritu de Dios es todo!
Si somos animados por él, tenemos todo, poseemos todas las riquezas del cielo y de la
tierra (VD 511).
Ven Espíritu Creador, Ven a fecundar nuestras vidas, ven a llenarnos de gracias.
Tú que nos has creado.
Tú que eres nuestro socorro, el don del Dios Altísimo,
Tú, el don de siete rostros,
el dedo de Dios,
Promesa y presencia del Padre,
inspíranos las palabras que vamos a hacer.
Danos la luz,
danos el amor,
danos la fuerza,
a nosotros que estábamos sin fuerzas.
Aleja de nosotros el odio.
Llena nuestros corazones de paz.
Guiados por ti escaparemos del mal.
Muéstranos quién es el Padre.
Haznos vivir con el Hijo, en Ti que eres
su Espíritu, danos siempre la fe.
A Dios Padre sea la gloria, Al Hijo resucitado
de entre los muertos,
Al Espíritu, ahora y por siempre.
Oremos: Señor, Dios nuestro, por la iluminación del Espíritu Santo, has instruido
los corazones de tus fieles; haznos dóciles a tu Espíritu, para apreciar lo que es
justo y concédenos experimentar siempre tu presencia reconfortante.
4. Oración al Espíritu Santo
(Al término de una sesión de reflexión, Benjamín Cadena retomo en la oración los descubrimientos y
llamados que recibió, sus palabras pueden convertirse en las nuestras…)
7. Espíritu Santo, ¡Bendito Seas! (Jaques Lancelot)
I. Bendito seas, Espíritu Santo, Luz de Dios, Ayúdanos hoy a caminar con
valentía y confianza en medio de nuestras tinieblas e incertidumbres hacia
una luz mayor.
II. Bendito seas Espíritu Santo, ternura del Padre. Haz que sepamos, como
Jesús, maravillarnos de todo lo que es bello, de todo lo que está naciendo.
III. Bendito seas Espíritu de Verdad. Concede a todas las personas y a tu
Iglesia ser infatigables buscadores de la Verdad, sin jamás creer que la
poseen.
IV. Bendito seas Espíritu Creador. Ayúdanos a pensarlo todo y a construir en
el mundo, desde los pobres, desde lo que ellos son, desde lo que ellos
viven, y así serviremos a la liberación de la Iglesia y del mundo.
V. Bendito seas Espíritu Defensor. A través de los que se unen, ven a tomar
la defensa de los que han sido heridos en su dignidad.
VI. Bendito seas Espíritu Santo, Padre de los pobres. Tú que cantas en la vida
de los sencillos. Ayúdanos a aprender de ellos lo que nos enseñan de Ti.
VII. Bendito seas Espíritu Santo, Fortaleza. Concede a los discípulos de Jesús
y a los hombres de buena voluntad, buscar los caminos de una liberación
verdadera, con los pobres, con los pueblos pobres y con los pobres de
todos los pueblos.
VIII. Bendito seas Espíritu Santo, Amor vivo de Dios. Ayúdanos a amar al
pueblo que nos has confiado, a compartir lo que vive, a acompañar lo que
ha organizado, a reconocer y celebrar los signos de tu acción.
IX. Bendito seas Espíritu del Padre y del Hijo. Condúcenos a un renovado
conocimiento de Jesús, Cristo y Señor, viviente y resucitado. Ahora y por
siempre.
Oremos: Te pedimos, Señor, que el Espíritu Consolador ilumine nuestros
espíritus, y que según tu promesa nos haga conocer toda la verdad, que
purifique nuestros corazones a fin de poder amarle perfectamente y alabarle
dignamente. Por Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo; ahora y por siempre.
11. Espíritu de Dios, tú eres como el viento. (Oración de un niño de doce años)
Espíritu de Dios,
Tú eres como el viento que lleva bien alto, las alas del pájaro.
Tú nos abres el camino para que nuestros ojos contemplen nuevos paisajes.
Fuerza transformadora, Tú vienes a ensanchar nuestros pensamientos estrechos.
Tú desbaratas montañas de obstáculos. Tú desciendes a la profundidad de
nuestras tristezas, para hacer surgir desde ahí la esperanza radiante.
Espíritu de libertad,
Tú nos entregas a los combates de la vida difícil para que todas las personas
lleguen a convencerse de que… ¡Es bueno vivir! Tú eres nuestro vuelo; Tú nos
das valor.
Espíritu de aventura,
Tú eres nuestra oportunidad de vida eterna. Tú nos invitas a arriesgarnos cuando
nos quedamos sentados en medio de las tinieblas; Tú nos pones de pie, nos das
la señal del día.
Ven, Espíritu de Vida, sopla sobre nuestra tierra, dale esa renovación que le hará
transformarse y resplandecer.
Señor, derrama tu Espíritu sobre los jóvenes y los viejos. Derrama tu Espíritu en
los hombres y en las mujeres.
Derrama tu Espíritu en la altura y en la anchura.
Derrama tu Fuego en el corazón de las personas.
Derrama tu Fuego en la boca de la gente, en los ojos de la gente, en las manos de
la gente.
Derrama tu Fuego.
Envía tu Soplo sobre aquellos que creen, sobre aquellos que dudan, sobre
aquellos que aman, sobre aquellos que están solos.
Envía tu Fuego sobre la palabra y el silencio de los hombres.
Envía tu Fuego sobre los idiomas de los hombres, sobre los cantos de los
pueblos...
Envía tu Soplo a todos los que están vigilantes, a todos los que construyen el
futuro, a todos los crean la belleza, a todos los que cuidan la vida.
Envía tu Espíritu, envía tu Soplo a las casas de las gentes.
Envía tu Espíritu a las ciudades y los campos, al mundo de los hombres.
Envía tu Espíritu sobre todas las personas de buena voluntad.
Aquí y ahora. Envía tu Espíritu sobre nosotros. Envía tu Espíritu.
El Espíritu de Dios se extiende a través del mundo como el fuego según la
voluntad de Cristo: “He venido a traer fuego a la tierra” (Lc 12, 49).
El Espíritu Santo está en nosotros, más profundo, más hondo que nuestra propia
respiración.
- Es el soplo creador de Dios.
- Una oración para invocar sobre el mundo, sobre la Iglesia, sobre cada uno de
nosotros.
¡El Espíritu de Pentecostés!
Espíritu que en el origen te movías sobre las aguas y las fecundabas (Gn 1, 2);
Espíritu del Señor que llenas todo el Universo (Sb 1, 7).
o Ven a nosotros
Espíritu bajo cuya inspiración han hablado los profetas de todos los tiempos (2Pe
1, 21).
Espíritu que empujaste a Jesucristo al desierto ara vencer al demonio (Mc 4, I).
Espíritu del Señor que reposas sobre el Enviado del Padre (Is 61, 1; Lc 4, 18-21).
Espíritu que has venido en el día de Pentecostés como lenguas de fuego sobre los
discípulos del Señor (Hch. 2, 2-4).
Espíritu que sondeas los pensamientos y las intenciones de los corazones (Hb 4,
12).
Espíritu que escrutas todas las cosas y hasta las profundidades de Dios (1Cor 2,
10).
Espíritu que intercedes por nosotros con gemidos inefables (Rm 8, 26).
Espíritu cuta unción nos enseñará todas las cosas (Jn 14, 26).
Espíritu que distribuyes los diversos dones de la gracia para utilidad común (1Cor
12, 4-7).
Espíritu de la verdad; que nos recordarás todas las cosas (Jn 14, 26).
Espíritu que nos conducirás hacia la verdad completa (Jn 14, 16).
Muéstrate propicio.
Por tu venida,
Que siempre nos recordemos que somos templo del Espíritu (1Cor 3, 16; 6-19).
Que guardemos intacto el Espíritu de la Promesa con que hemos sido sellados
(Ef1, 13).
5. Espíritu Santo consolador, ven a soplar sobre las inquietudes que pueden
retenernos lejos de ti. Y concédenos descubrir las fuentes de confianza
depositadas en lo más profundo de nosotros.
7. Espíritu Santo, que llenas el universo con un soplo de silencio, tú nos dices a cada
uno: “Nada temas, en tus profundidades está la presencia de Dios. Busca y
encontrarás”.
8. Espíritu Santo, misterio de una presencia, tú nos dices a cada uno: “¿Por qué
inquietarte? Solo una cosa es necesaria: un corazón a la escucha para
comprender que Dios te ama y siempre te perdona”
9. Espíritu Santo, tú siempre vienes y nos revistes con tu paz. Y cuando permanece
en nosotros la alegría brotada del Evangelio, puede aportarnos un soplo de vida.
10. Alabado sea el Espíritu Santo, que permanece en las profundidades de nuestro
ser y consume las penas de nuestra vida en el fuego de su presencia.
11. Espíritu Santo tú nos abres a esta realidad del Evangelio: un amor que perdona de
tal modo que nada es grave sino perder el espíritu de misericordia.
12. Espíritu Santo, Espíritu consolador, a tu lado descubrimos que nunca estamos
solos, que mantienes en nosotros una continua comunión con Dios.
13. Espíritu Santo, tú estás en comunión con cada uno de nosotros, no por un
instante, sino siempre y hasta en la vida nunca acaba.
14. Soplo del amor de Dios, Espíritu Santo, a veces estamos completamente
sorprendidos al descubrir lo cerca que tú te mantienes de nosotros. Y nos dices a
cada uno: abandónate con toda sencillez en Dios, tu poca fe basta.
16. Espíritu Santo, luz interior, tú alumbras los días felices y también los periodos
difíciles de nuestras vidas. Y cuando la claridad parece desvanecerse, tu
presencia permanece.
17. Espíritu Santo, soplo de amor de Cristo, tú estás presente siempre, y en el fondo
de nuestra alma tú depositas la confianza de la fe.
18. Espíritu Santo, ábrenos a la confianza y a la sencillez del corazón, para que nos
olvidemos de nosotros mismos y nos abandonemos en ti.
19. Espíritu Santo, por tu presencia en nosotros, en este día tú nos prepararás a
percibir la compasión de Dios y a comprender que Dios puede solamente dar su
amor.
21. Espíritu Santo, concédenos poner paz allí donde hay antagonismos, y hacer
perceptible por medio de nuestra vida un reflejo de la compasión de Dios. Sí,
concédenos amar y decirlo con nuestra vida.
2. Alma de mi alma
¡Oh Espíritu Santo!, alma de mi alma, te adoro; ilumíname, guíame, fortifícame,
consuélame, dime qué debo hacer, ordéname.
Concédeme someterme a todo lo que quieras de mí, y aceptar todo lo que permitas que
me suceda. Hazme solamente conocer y cumplir tu voluntad.
Que sepa, con el don del Entendimiento, ver con fe viva la importancia y la belleza de la
verdad cristiana.
Que, con el don del Consejo, ponga los medios más conducentes para santificarme,
perseverar y salvarme.
Que el don de Fortaleza me haga vencer todos los obstáculos en la confesión de la fe y en
el camino de la salvación.
Que sepa con el don de Ciencia, discernir claramente entre el bien y el mal, lo falso de lo
verdadero, descubriendo los engaños del demonio, del mundo y del pecado.
Que, con el don de Piedad, ame a Dios como Padre, le sirva con fervorosa devoción y sea
misericordioso con el prójimo.
Finalmente, que, con el don de Temor de Dios, tenga el mayor respeto y veneración por los
mandamientos de Dios, cuidando de no ofenderle jamás con el pecado.
Lléname, sobre todo, de tu amor divino; que sea el móvil de toda mi vida espiritual; que,
lleno de unción, sepa enseñar y hacer entender, al menos con mi ejemplo, la belleza de tu
doctrina, la bondad de tus preceptos y la dulzura de tu amor. Amén.
Sé tú el único inspirador y autor de nuestras decisiones, Tú que eres el único que, con Dios
Padre y su Hijo, poses el nombre glorioso.
No permitas que obremos contra la injusticia, Tú que amas la equidad sobre todo.
Que la ignorancia no nos extravíe, que el favoritismo no nos doblegue, que no nos
dejemos sobornar por favores, dádivas e influencias.
Que antes bien, sea el don de tu gracia el que nos una eficazmente a Ti, de manera que
estemos identificados contigo y en nada nos desviemos de la Verdad.
Y puesto que estamos reunidos en tu nombre, que en todos los asuntos moderemos la
justicia con la piedad.
De este modo lograremos en esta vida una plena sintonía de nuestras decisiones con tu
voluntad, y en la otra alcanzaremos por nuestro leal servicio el premio eterno. Amén.
2. ¡Espíritu Santo, Paráclito divino! (San Alfonso Ma. de Ligorio)
Oh, Espíritu Santo, divino Paráclito, padre de los pobres, consolador de los afligidos,
santificador de las almas, heme aquí postrado en vuestra presencia, te adoro con la más
profunda sumisión y repito mil veces con los serafines que están ante tu trono: ¡Santo,
Santo, Santo!
Creo firmemente que eres eterno, consustancial al Padre y al Hijo. Espero que por vuestra
bondad, santificaréis y salvaréis mi alma. Os amo, oh Dios de amor. Os amo más que a
todas las cosas de este mundo; os amo con todo mi afecto porque sois bondad infinita
única que merece todos los amores.
Envía los dardos celestiales de tu amor hasta el santuario de mi alma, de manera que al
penetrar en él, enciendan llamas ardientes que consuman todas mis debilidades, mis
negligencias y mis languideces.
Ven, ven dulce Consolador de las almas desoladas, refugio en el peligro y protector en la
aflicción desamparada.
Ven, tú que lavas a las almas de sus manchas y curas sus heridas.
Ven, fuerza de los débiles y apoyo de los que caen. Ven, doctor de los humildes y vencedor
de los orgullosos.
Ven, padre de los huérfanos, esperanza de los pobres, tesoro de los que están en la
indigencia.
Haz mi alma simple, dócil y fiel, y condesciende con mi debilidad tan bondadosamente,
que mi pequeñez encuentre gracia ante tu grandeza infinita; mi impotencia ante tu fuerza,
y mis ofensas ante la multitud de tus misericordias.
Amén.
Contenido
Oraciones Litúrgicas ............................................................................................................................ 1
1. Secuencia de Pentecostés ....................................................................................................... 1
2. Veni Creator ............................................................................................................................ 1
Oraciones coleccionadas en reuniones de la asociación del Prado .................................................... 2
1. Ven, ......................................................................................................................................... 2
1. ¡Oh Dios mío!, ......................................................................................................................... 3
2. Oración que precedía las asambleas del Concilio ................................................................... 3
3. Ven Espíritu Creador ............................................................................................................... 3
4. Oración al Espíritu Santo ......................................................................................................... 4
5. Ven Espíritu de Dios ................................................................................................................ 4
6. Dios mío, dame tu Espíritu ...................................................................................................... 4
7. Espíritu Santo, ¡Bendito Seas! (Jaques Lancelot) .................................................................... 6
8. Ven, Espíritu de Amor (Karl Rahner) ....................................................................................... 6
9. Espíritu que empuja la Historia. (Michel Hubalt) .................................................................... 7
10. Oración al Espíritu (Anónimo) ............................................................................................. 7
11. Espíritu de Dios, tú eres como el viento. (Oración de un niño de doce años) .................... 8
12. Señor, derrama tu Espíritu (A. Boone F. Cromphout) ......................................................... 8
13. Letanía al Espíritu Santo ...................................................................................................... 9
14. Oración del Padre Chevrier ............................................................................................... 12
Invocaciones breves de la comunidad de Taizè ................................................................................ 12
1. Ven Espíritu Santo ................................................................................................................. 12
Invocaciones al Espíritu Santo ........................................................................................................... 14
1. Rey Celeste ............................................................................................................................ 14
2. Alma de mi alma.................................................................................................................... 14
3. Para pedir los siete dones ..................................................................................................... 14
Oraciones de grandes santos ............................................................................................................ 15
1. Aquí estamos Espíritu Santo (San Isidoro de Sevilla) ............................................................ 15
2. ¡Espíritu Santo, Paráclito divino! (San Alfonso Ma. de Ligorio) ............................................ 16
3. ¡Oh Divino Amor! (San Agustín de Hipona)........................................................................... 16