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Precariedad Laboral :
Discusiones conceptuales
con una aproximación
empírica a partir de la
Encuesta Permanente de
Hogares
Tesis presentada para la obtención del grado de
Licenciado en Sociología
Cita sugerida
Medina, M. (2008) Precariedad Laboral : Discusiones conceptuales
con una aproximación empírica a partir de la Encuesta Permanente
de Hogares [en línea]. Trabajo final de grado. Universidad Nacional
de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Disponible en:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.566/te.566.pdf
Licenciamiento
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94305, USA.
UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA
LICENCIATURA EN SOCIOLOGÍA
TRABAJO FINAL
Hogares.
1
A Fernando E. Medina
2
Resumen
Palabras claves
3
Índice.
Introducción………………………………………………………………... 5
I. I. Primera aproximación…………………………………………………… 10
V. Bibliografía……………………………………………………………..... 74
4
Introducción.
“En la Grecia y Roma clásicas (...) quien tenía que trabajar no sólo no era libre, sino
que tampoco era miembro de la sociedad. (...) La sociedad se definía como un mundo
opuesto al trabajo y se llenaba de contenido a través del arte del debate público, del ocio y
de la acción política (...).
Si en aquél tiempo el trabajo excluía al individuo de la sociedad, en las sociedades
modernas se ha convertido en un valor nuclear e integrador, prácticamente sin alternativa
alguna (...).
En este sentido, la modernidad representa una verdadera revolución. A partir de
entonces, el individuo se define precisamente mediante lo que en la antigüedad significaba
exclusión de la sociedad: mediante el trabajo remunerado (...).” 1
importante ya que le proporciona al hombre los medios necesarios para poder alimentarse,
fuerza de trabajo, sino que además los seres humanos adquieren una identidad social
derechos y deberes.
1
Beck, U., Un nuevo mundo feliz. La precariedad del trabajo en la era de la globalización, Editorial Paidós,
Estado y Sociedad, Barcelona, 2000.
5
carácter productivo del trabajo (el hecho de que agregara valor) lo que lo convirtió en algo
apreciado por las sociedades, para las que no daba lo mismo que la gente trabajara o no, ya
posibilidad tanto de un ingreso monetario, como de una red de seguridad social en sentido
más amplio (beneficios jubilatorios, obra social, indemnización por despido, vacaciones
pagas, etc.). Robert Castel 3 define estas sociedades como asalariadas en el sentido que
La situación del mundo del trabajo a escala global, pero particularmente en los
países periféricos, ha cambiado de forma considerable en las últimas décadas. Pasó de ser
transformarse en una vía restringida, que condena a amplios sectores de la población a vivir
caracteriza ahora el mundo del trabajo por la exclusión social a la que condena a todos
aquellos a los que priva de su ingreso, sino por la precariedad de las condiciones laborales
2
Danani, C., (2006), “Para una historia política del trabajo”, en Le Monde diplomatique- El Dipló, Julio,
Buenos Aires, pág. 9.
3
Castel, R., (1997), Les Metamorfoses de la question sociale, Fayard, París, citado en Beccaria, L. y López,
N., Capítulo 3: “El debilitamiento de los mecanismos de integración social” en Sin trabajo, Beccaria, L. y
López, N. (Comp.), LOSADA/UNICEF, Buenos Aires, 1997.
6
que somete a la mayoría de los trabajadores incluidos.” 4 De esta manera, los trabajadores se
sindicatos y lo debilitan estratégicamente” 5 Los empleadores así, tienen cada vez más poder
para presionar por cambios favorables para ellos con respecto al monto salarial, la
estabilidad del empleo, el descuento jubilatorio, etc., sobre el trabajador que se contrata.
“De este modo, el trabajador permanente cede paso al trabajador contratado, la estabilidad a
ruptura del concepto de empleo ligado al derecho del trabajo, dando lugar a una mayor
la precariedad laboral para llegar a un concepto que abarque, según nuestro criterio, los
4
De la Garza Toledo, E., (2002), “Problemas clásicos y actuales de la crisis del trabajo. El futuro del trabajo,
el trabajo del futuro”, CLACSO, México-Buenos Aires, pág. 2.
5
Beck, U., (2000), Un nuevo mundo feliz. La precariedad del trabajo en la era de la globalización, Paidós
Estado y Sociedad, pág. 108.
6
Bialakowsky, A., y Hermo, J., (1998), “Notas sobre los silencios sociales en la trama de las relaciones
laborales” en Empleo y Globalización. La nueva cuestión social en Argentina, (coord. Ernesto Villanueva),
Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires, pág. 149.
7
elementos centrales que caracterizan dicho fenómeno, dando cuenta de que se trata de un
forma parte de este objetivo presentar las transformaciones socio-económicas (tanto los
desde los años noventa hasta la actualidad, que contribuyeron al desarrollo de dicho
fenómeno.
definición.
trabajo desde los años noventa y un recorrido por los cambios que se produjeron en la
legislación laboral desde comienzos de los años noventa hasta nuestros días.
período 1997-2006, con subperíodos de tres años. Se buscará vincular dicho fenómeno con
8
I. Hacia una definición de precariedad laboral.
conocer las distintas conceptualizaciones con respecto a las características que lo definen.
del fenómeno no puedan ponerse bajo una o más perspectivas ya que aquéllas pueden tener
I. I. Primera aproximación.
menciona por primera vez un trabajo empírico de investigación de Paulo Sylos Labini- la
importancia de la presencia del empleo precario en las zonas sub-desarrolladas. Este autor
consideraba al empleo precario como aquel que no tenía seguridad alguna de estabilidad ni
en el empleo ni en los ingresos, por lo que estos trabajadores no contaban con perspectivas
de obtener mejoras en sus puestos de trabajo. En Sicilia, ciudad donde llevó a cabo la
trabajadores involucrados y determinaba sus bajos ingresos así como la falta de estímulos
7
Neffa, J. C., (1985), “Reflexiones acerca del empleo precario”, Anales de la Asociación Argentina de
Economía Política, XX Reunión Anual, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Cuyo.
9
Desde mediados de los años setenta, cuando empieza a manifestarse la crisis
crisis del petróleo) 8 , el fenómeno del trabajo precario comienza allí a ser objeto de estudio.
solamente de las zonas sub-desarrolladas, sino que también había pasado a ser relevante en
8
Para mayor información sobre este tema ver Historia del siglo XX, Eric Hobsbawm, Grijalbo, Mondadori,
Barcelona 1995.
9
Por ejemplo, entre otros, la investigación de Bromley, R., y Gerry, C., (1979), “Casual Work and Poverty in
Third World Cities”, World Development, vol. 6, N* 9/10; Bravermann, H.(1974), Labour and Monopoly
Capital, New Cork, Monthly Review Press; Hakin, C. (1979), “Occupational Segregation: a comparative
study of the degree and pattern of the diferentation between men and women work in Britain, the United
Status and other countries”, London, Department of Employment; Hakin, C., (1981), “Job Segregation: trenes
in the 1970´ s”, Employment Gazzette, vol-89, N*12, 65-93.
10
Dentro de esta visión, se puede observar posteriormente a la investigación de P. S.
Labini, siguiendo un trabajo de Pedro Galín 10 , una de las primeras y más importantes
Desde una visión jurídica, sostiene el autor, se define al empleo precario por su
oposición al empleo típico. Este se caracteriza por su duración indeterminada con un sólo
tiene varias consecuencias que se dan en dos niveles: por un lado, sobre los trabajadores
que constituyen el colectivo obrero y, por el otro, sobre el sistema de relaciones laborales.
El autor sostiene que existen distintas normas para cada trabajo precario ya que éste abarca
trabajo en negro, etc., esto produce una fragmentación del colectivo de trabajo debido a la
10
Galín, P. (1996), Vulnerabilidad y precarización del empleo asalariado, Editorial Mimeo, Buenos Aires.
11
Caire, G., (1982), “Precarisation des emplois et regulation du marche du travail”, Revue Sociologie du
Travail N* 2, citado en Galín, P: Vulnerabilidad y precarización del empleo asalariado, Editorial Mimeo,
Buenos Aires, 1996.
11
Otro aporte dentro de esta perspectiva, semejante al de Caire, sostiene que el empleo
precario es aquél que se aleja de las formas típicas de empleo asalariado. 12 Córdova define
duración indefinida y tiene un lugar de trabajo específico de un solo empleador. “La propia
morfología del trabajo atípico se aparta sin duda, de una o varias de los tres presupuestos
independiente y el trabajo clandestino. Así, este autor toma el concepto de empleo típico
asalariado, con las características mencionadas por él (contrato de trabajo por tiempo
“atípicas” de empleo asociadas a una baja calidad del empleo lo que permite hablar de
caracterizado por ser reconocido, estar protegido, ser seguro y formal. Este término de
“trabajo decente” fue definido por la OIT (Organización Internacional del Trabajo) 14 . Este
12
Córdova, E., (1985), Tema II, “Nuevas formas y aspectos de las relaciones de trabajo atípicas”, XI
Congreso Internacional de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social, Caracas, Venezuela, 17 al 20 de
septiembre, pág. 69, citado en Galín, Pedro: Vulnerabilidad y precarización del empleo asalariado, Editorial
Mimeo, Buenos Aires, 1996, pág. 3.
13
CEPAL(1999), citado en Salvia, A., “Mercados duales y subdesarrollado en la Argentina: fragmentación y
precarización de la estructura social del trabajo”, 6º Congreso Nacional de Estudios del Trabajo: Los
trabajadores y el trabajo en la crisis, Asociación Argentina de Especialistas en Estudios del Trabajo (ASET),
Buenos Aires, 13 al 16 de agosto de 2003, pág.2.
14
Informe OIT (1999), Ibidem, pág.3.
12
asalariado o no asalariado. En su agenda se estableció como principal desafío institucional
distributiva acordes al nivel nacional o regional bajo consideración. De este modo, no sólo
“La OIT milita por un trabajo decente, no se trata solamente de crear puestos de
trabajo, sino que han de ser de calidad aceptable, es indispensable crear sistemas
del empleo y de los derechos en ámbito del trabajo(...)Los individuos de todo el mundo se
cumple con las características de lo que define como trabajo decente. Tanto la OIT como la
15
Informe OIT (1999), Op. cit. pág. 4.
13
Siguiendo esta perspectiva del empleo precario por oposición al empleo pleno, uno
de los trabajos realizados en el primer Seminario efectuado en nuestro país sobre el tema 16 ,
Siguiendo a Pedro Galín 18 , la contribución efectuada por ese volumen fue el recorte
del concepto precario por su carácter de “ilegal”, separado de las normas vigentes,
excluyendo a las formas reguladas del principio de indeterminación del plazo, como los
establecido como empleo “normal”, el cual, sostiene, se caracteriza por realizarse dentro de
legislación laboral, y de seguridad social, así como de las medidas de los Convenios
De este modo, el autor sostiene que según las modalidades que adopte el trabajo
precario, el trabajador aparecerá ya sea como un asalariado, como un trabajador por cuenta
16
CIAT/ OIT, (1985), Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, “El empleo precario en Argentina”, 1*
Edición, marzo.
17
Rodríguez, E. (1985), “Políticas y medidas frente al trabajo precario”, págs. 305-356, en CIAT/ OIT,
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, “El empleo precario en Argentina”, 1* Edición, marzo, 1985.
18
Galín, P. (1996), Vulnerabilidad y precarización del empleo asalariado, Editorial Mimeo, Buenos Aires.
19
Neffa, J.C., (1985), “Reflexiones acerca del empleo precario”, Anales de la Asociación Argentina de
Economía Política, XX Reunión Anual, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Cuyo.
14
propia, como el empleado de una empresa subcontratista, o como una persona que se
encuentra al mismo tiempo con dos patrones: uno “real” y otro de carácter “legal”. Así,
mantiene que existen varios tipos de trabajo que entran dentro de la categoría de trabajo
precario.
realidad, éstas no son sino dos de las modalidades posibles que puede adoptar el trabajo
relación de dependencia que están encuadrados por una legislación. La conclusión que
podemos sacar es entonces que puede haber trabajo precario que no viole ninguna norma
positiva.” 20
Este aporte es significativo ya que el autor nos dice que el trabajo precario no sólo
temporarias, sino también en aquellas donde las características de la tarea y de los puestos
de trabajo son parcial o totalmente permanentes. Así este concepto abarca tanto el precario
20
Ibidem, pág. 1196.
15
b) Perspectiva opuesta al modelo dicotómico empleo precario-empleo típico
laboral no desde un modelo dicotómico (empleo típico-atípico) sino tratando todos los tipos
seguridad social) no gozan de muchos de los beneficios que otorga la legislación laboral,
“una buena parte de los asalariados no registrados suele tener de hecho cierto
grado de estabilidad en sus puestos (vienen trabajando con el mismo empleador por un
período prolongado), lo cual indicaría que cubren posiciones permanentes. Ello significa
que no todo puesto en negro involucra inestabilidad. Pero también se verifica la situación
efecto, existen contratos laborales por tiempo determinado, durante la vigencia de los
cuales el asalariado goza de cierto número de beneficios pero no los relacionados con el
21
Beccaria, L. y Serino, L, (2001), “La baja calidad del empleo en los noventa”, en Los que todavía trabajan.
La nueva red productiva, Revista Enoikos, Facultad de Ciencias Económicas, UBA, Año IX, N* 18.
22
Íbidem, pág. 22.
16
A partir de la variedad de casos, los autores establecen, tomando los dos criterios
seguridad social y la estabilidad del puesto), tres situaciones de empleo precario: aquél
inestable.
Este estudio muestra que existen diferentes situaciones de precariedad laboral en las
Cuadro 1
Categorización de los Asalariados según cobertura de beneficios y estabilidad
en su puesto de trabajo
López 23 . Ellos proponen estudiar la precariedad laboral a partir de dos criterios diferentes,
23
Ferrari, A. y López, N., (1993), “Contratos de trabajo y precariedad laboral”, Revista Estudios del Trabajo
N*6, Buenos Aires, Segundo Semestre.
17
incorporar a los trabajadores con contrato por tiempo determinado dentro del conjunto de
registro del trabajador en la Seguridad Social (tanto la falta de aporte jubilatorio como de
aporte a la obra social, así como el hecho de que el trabajador no reciba los duplicados de
recibos de sueldo).
lo que no pueden plantearse como alternativas mutuas. Por el contrario, se vislumbra aquí
trabajador es precario tanto si no está registrado como si posee contrato por tiempo
determinado. Sin embargo, cabe destacar que los que integran la última modalidad no
están en la misma situación que los clásicos trabajadores precarios no registrados, pues
éstos carecen de cobertura social y no perciben recibo de sueldo (...) Hablar de << tipos
24
Íbidem, pág. 142 y ss.
18
La perspectiva de estos autores permite observar que existen varios tipos de
confrontación.
Otro enfoque en esta misma línea es el de Trabucchi (citado en Orsatti 25 ) que toma
que perciben alguno), hasta los “estrictamente no precarios” (los que perciben todos ellos).
Esta visión también considera los diversos tipos de precariedad que pueden presentarse en
Otro enfoque que considera distintos grados de precariedad, pero ampliando aún
más las seguridades y beneficios que debe tener el trabajador para no ser considerado en
empleo pleno al igual que el cual implica el cumplimiento de las siguientes condiciones:
25
Orsatti, A., (1985), “Diagnóstico de desempleo y trabajo precario en Argentina”, Pronatass, Ministerio de
Trabajo y Seguridad Social, Buenos Aires, citado en Aguirre, H. y Monteverde, L., “Desigualdad en la
distribución de probabilidades de empleo y de precariedad laboral: el caso del Gran Buenos Aires”,
Universidad Torcuato Di Tella, Buenos Aires, Septiembre 2002.
26
Suárez, M, Adriani, L., Alvariz, A. y Cotignola, M., (2005), “Principales características de la precarización
laboral en el Gran La Plata. Período 2003-2004”, 7* Congreso Nacional de Estudios del Trabajo, PRE
CONGRESO La Plata, Asociación Argentina de Estudios del Trabajo (ASET), CEIL-PIETTE del CONICET,
Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de La Plata, 23 y 24 de junio de 2005.
19
• Seguridad en el empleo: protección contra despidos arbitrarios,
calificaciones requeridas.
capacitación laboral.
Los autores sostienen que tomando como criterio esta caracterización de empleo
alguno de los elementos que caracterizan dicha plenitud. “Existiría así una gradación de
situaciones laborales con una referencia máxima en el empleo pleno hasta una mínima en el
desempleo absoluto, con una heterogénea franja intermedia donde vastos sectores de la
población transitan por diversas instancias de precariedad”. 27 Si bien estos autores definen
al empleo precario a partir de la ausencia de alguna de las características del empleo pleno,
lo relevante de esta interpretación es que amplia las seguridades y beneficios que debe tener
población laboral.
27
Suárez, M, Adriani, L., Alvariz, A. y Cotignola, M., Op. cit. pág. 5.
20
Otro estudio que comprende esta perspectiva es el de Ray Bromley y Chris Gerry 28 ,
empleo precario se presenta como “casual work” (trabajo casual), el cual puede
“verdadero”, para que se distinga del que lo es sólo aparentemente, ya que se trata de
“asalariados ocultos”.
De este modo, esta perspectiva sostiene la noción del “continuo” de tipos, desde el
“asalariado oculto”, que da cuenta de una relación de dependencia del trabajador con el
independiente.
28
Bromley, R., y Gerry, C., (1979), “Casual Work and Poverty in Third World Cities”, World Development,
vol. 6, N* 9/10, citado en Galín, P., Vulnerabilidad y precarización del empleo asalariado, Editorial Mimeo,
Buenos Aires, 1996.
21
c) Análisis de la precariedad laboral a partir de su diferenciación respecto a
exclusión social.
por tener éste un carácter temporario, lo que genera incertidumbre acerca de los ingresos
desarrollada entre ambas partes, con o sin intervención del Estado. Por lo tanto, decide en
que no son empleados, por ejemplo, los trabajadores por cuenta propia, pero la
29
Lindenboim, J., (2000), “La Precariedad en la Argentina al término del siglo XX”, Documento de Internet,
Biblioteca Virtual, www.mecon.gov.ar.
22
contratación que tenga, y puede presentarse incluso en empresas dinámicas y en
crecimiento.
encuentran protegidos por la legislación laboral. Como residuo, podría definirse entonces,
empleos que no cumplen con alguno de los atributos señalados (...) Existen dos
determinado.” 30
30
Lindenboim, J., (2000), “La Precariedad en la Argentina al término del siglo XX”, Documento de Internet,
Biblioteca Virtual, pág. 9-10, www.mecon.gov.ar.
23
Gráfico 1
Delimitación del universo de los trabajadores precarios
Entre otras razones, esto resulta de que la subocupación puede referir tanto a ocupados
asalariados como a no asalariados. Por ese motivo, este atributo no formará parte de los que
Con respecto al sector informal, Lindemboim postula que las diferentes formas de
que la informalidad no considera las relaciones que se establecen en ellas entre los distintos
actores. En cambio, las relaciones precarias son observables con independencia de las
informalidad, permite ver que la primera resulta de la relación asimétrica establecida entre
24
empleadores; y a la vez, este enfoque permite su estudio incluso en el sector moderno de la
asalariados y-parcialmente- se superponen entre sí. A nuestro juicio, los precarios son una
porción dentro de los asalariados: la parte de los asalariados que no cuentan con la
precariedad y trabajo en negro para dar cuenta que cada uno se refiere a circunstancias
condiciones en que se lleva a cabo la actividad laboral. Según los autores, de aquí se deriva
precario se caracteriza como aquel que no ofrece seguridad de continuidad y/o no está
31
Lindenboim, J., (2003), “El mercado de trabajo en la Argentina en la transición secular: cada vez menos y
peores empleos”, en Entre el trabajo y la política: Las reformas de las políticas sociales argentinas en
perspectiva comparada, coord. J. Lindenboim y C. Danani, 1* Edición, Biblos, Buenos Aires, pág. 77.
32
Labrunée, M. E., y Gallo, M. E., (2005), “Informalidad, precariedad y trabajo en negro: distinción
conceptual y aproximación empírica”, Revista Realidad Económica N* 210, IADE, Buenos Aires.
25
Además sostienen que la precariedad laboral no es informalidad, aunque en algunos
informalidad sino que puede tener lugar también en empresas grandes y modernas,
33
Labrunée, M. E., y Gallo, M. E., (2005), “Informalidad, precariedad y trabajo en negro: distinción
conceptual y aproximación empírica”, Revista Realidad Económica N* 210, IADE, Buenos Aires, pág. 68.
26
las perspectivas anteriores. El trabajo de Gerry Rodgers 34 , trata el tema en los países
empleo precario.
empleos precarios se caracterizan por ser de corta duración y por ser elevado el riesgo de
despido. Esta dimensión, sostiene el autor, también abarca todo trabajo irregular ya que
del trabajo: cuanto menos el trabajador posea control, individual o colectivamente, sobre
continuidad del empleo. Es decir que cuantas menos posibilidades posea el trabajador de
tener un espacio para reclamar, por ejemplo, aumentos salariales o mejorar su ambiente
que es muy importante el tema de la protección: de qué manera los trabajadores están
protegidos por la ley o por una organización colectiva. Como sostiene Robert Castel, la
inseguridad no es sólo civil (entendiendo por ello la inseguridad de bienes y personas), sino
también social, y estar protegido en esta esfera se refiere a estar a salvo de los
imponderables que podrían degradar el status social del individuo (como por ejemplo,
enfermedades, desempleo, cese de actividad por edad, etc.) 35 Un cuarto elemento, que es
34
Rodgers, G., (1990), Le debat sur le travail precaire en Europe de l´Ouest, Le croissance du travail atypique
en Europe de l´Ouest ILO, Génova, en Galín, P., Vulnerabilidad y precarización del empleo asalariado,
Editorial Mimeo, Buenos Aires, 1996, pág. 4.
35
Castel, R., (2004), La inseguridad social ¿qué significa estar protegido?, Manantial, Buenos Aires, citado en
D’Iorio, G., “Vidas de trabajadores. Precariedad y cooperación en la experiencia contemporánea del trabajo”,
Cine y Formación Docente, Área de Desarrollo Profesional Docente, Ministerio de Educación, Ciencia y
Tecnología de la Nación, Puerto Deseado, Santa Cruz, 5 de agosto de 2005, pág. 4.
27
reconocido por el autor como ambiguo, es el de los ingresos. Los empleos con
remuneraciones bajas pueden ser pensados como precarios si están asociados a un contexto
es precario, sino que las combinaciones particulares de todos estos elementos son las que
caracterizan a los empleos precarios, y los límites del concepto son inevitablemente
arbitrarios.
aquellos que reúnen sólo alguna de esas características. Otra particularidad de este autor, es
que incorpora la idea del control sobre el trabajo, es decir, la posibilidad y el espacio,
individual o colectivo, que tiene el trabajador de reclamar por sus condiciones laborales; y
ambigüedad, lo cual no sucede con las definiciones anteriores. Ellas no mencionan estas
28
Uno de estos enfoques aborda el tema desde la exclusión social, es decir, que para
las capacidades. Para cada uno de ellos, establecen un conjunto de indicadores. Así, dentro
del pilar acceso a un empleo de calidad, los autores ubican a los asalariados tomando las
visible. También incluyen a los ocupados por rama de actividad y los ocupados por
calificación del puesto de trabajo. Sin embargo, éstos no son indicadores de precariedad
ramas de actividad y/o calificaciones y precariedad. 37 De este modo, esta visión incorpora,
variables a tener en cuenta para ver la calidad y por consiguiente, el nivel de precariedad
vincula a la posibilidad que posee el empresario de modificar el nivel de los salarios según
36
Panigo, D. y Lorenzetti, A. (1999): “Exclusión social en el conurbano bonaerense. Una nueva
aproximación metodológica”, XXXIV Reunión Anual de la AAEP, Rosario,
http://www.aaep.org.ar/espa/anales/pdf_99/panigo_lorenzetti.pdf.
37
Aguirre, H. y Monteverde, L. (2002), “Desigualdad en la distribución de probabilidades de empleo y de
precariedad laboral: el caso del Gran Buenos Aires”, Universidad Torcuato Di Tella, Buenos Aires,
Septiembre.
29
por trabajador a partir de la eliminación de barreras que permitan al empresario determinar
personal según las necesidades de la producción (con bajos o nulos costos de despido). Los
“Esto lleva a entablar vínculos precarios, que se definen por la ausencia de aportes
jubilatorios y/o la falta de protección por la legislación laboral. Por lo tanto, el empleo
Esta investigación se distingue de las demás por abordar el tema, para caracterizar a
Otro estudio realizado que entra dentro de esta perspectiva es el de Cynthia Pok 39 ,
servicios. Así, la precariedad se manifiesta en las distintas modalidades que asume esta
38
Bonofiglio, N. y Fernández, A. L., (2003), “Sí señor. Precarización y flexibilización laboral en la década
del noventa”, 6º Congreso Nacional de Estudios del Trabajo: Los trabajadores y el trabajo en la crisis,
Asociación Argentina de Especialistas en Estudios del Trabajo (ASET), Buenos Aires, 13 al 16 de agosto,
pág. 5.
39
Pok, C., (1992), “Precariedad Laboral: personificaciones en la frontera de la estructura del empleo”,
Documento presentado en el 1* Congreso Nacional de Estudios del Trabajo: “Reestructuración económica y
reforma laboral”, Asociación Argentina de Especialistas en Estudios del Trabajo, (ASET), Buenos Aires,
1992.
30
I. III. Llegando a un concepto de Precariedad Laboral
Expusimos aquella que opone empleo precario a empleo típico o pleno, un empleo
precario se presenta cuando existe la ausencia de todas o algunas de las dimensiones que
precariedad laboral. Así, los diversos autores establecen, a partir de las dimensiones
tomadas por ellos para definir un empleo precario, diferentes situaciones de precariedad
La incorporación de las dimensiones control sobre el trabajo por parte del trabajador
y sus ingresos, caracterizan otra perspectiva esbozada, que se distingue de las demás por
agregar estas dos variables como parámetro para definir una situación de empleo precario.
31
Por último, expusimos la perspectiva que analiza la precariedad laboral a partir de
su relación con los conceptos de exclusión social, flexibilidad laboral e inserción laboral
trabajo temporario, no tener indemnización por despido, no poseer recibo de sueldo, etc.),
y de diferentes formas de abordaje para poder llegar a una definición del fenómeno.
para que un trabajo sea precario, pueden darse todas en conjunto o presentarse algunas de
ellas (lo que implica igualmente que la tarea sea precaria), existiendo así diversos grados de
definirse como un continuo de situaciones de precariedad antes que como un ser o no ser
precario.
ingresos, etc.), aspectos sociales (no recibir capacitación laboral, etc.) y aspectos jurídicos
(no recibir aportes a la seguridad social, poseer un contrato de trabajo por tiempo
en negro, aunque estos sectores por sus características impliquen precariedad. Es decir, la
32
En síntesis, podemos concluir esta sección señalando que el análisis de la
33
II. Contexto de la precariedad laboral
décadas.
Desde los años setenta hacia la actualidad, se produjeron profundos cambios en los
Durante los años transcurridos entre 1930 y 1970, primó en nuestro país, una matriz
consumo de bienes producidos al interior del país. El modelo de desarrollo era “hacia
protegido por el Estado, quien además desarrollaba para los trabajadores una serie de
beneficios a través del salario indirecto fomentando el consumo. Los marcos legales del
Estado de Bienestar constituyeron una firme base normativa en la que se reconocían a los
40
Cavarozzi, M., (1991), “Más allá de las transiciones a la democracia en América Latina”, Revista de
Estudios Políticos Nueva etapa, n* 74, Madrid.
34
la jubilación; como así también vacaciones pagas y asignaciones familiares entre otros
beneficios. “El papel del Estado resultó fundamental, en tanto impulsó directa o
cual se garantizó el acceso de la población al trabajo y, por medio de éste, a los bienes y
A partir de los años setenta con la crisis del petróleo (1973) y su precio en alza,
comienza una etapa donde el capital abundaba y había que encontrar lugares donde poder
internacional. A partir de esta situación, se dieron dos fenómenos que están intensamente
relacionados: por un lado, el surgimiento de una masa financiera puesta a disposición de los
<<éxito>> económico, que posteriormente devienen en crisis, debido a que buena parte de
problemas profundos de las economías de estos países. Por otro lado, al mismo tiempo, una
producción imperante, que requería que los trabajadores se adaptasen a los futuros cambios.
“Con ello se atacaba las instituciones protectoras, quebrando la forma de inserción de los
41
Lo Vuolo, R., (1996)“Crisis del Estado de Bienestar: de la seguridad en el trabajo a la seguridad en el
ingreso”, en Desempleo estructural, pobreza y precariedad. Buenos Aires: Nueva Visión
citado en Javier Lindemboim, “La precariedad en la Argentina al término del siglo XX”, Documento de
Internet, Biblioteca Virtual, 2000, pág. 6 , www.mecon.gov.ar
42
Aronskind, R., (2002), ¿Más cerca o más lejos del desarrollo? Transformaciones económicas en los `90, Ed.
Centro Cultural Rojas, pág. 42.
43
Sobre el resquebrajamiento del Estado y su cambio de papel en la sociedad, ver La crisis del Estado, y los
actores políticos y económicos en la Argentina (1989-2001), Ricardo Sidicaro, Libros del Rojas, UBA,
diciembre 2001.
35
trabajadores de dos maneras distintas, pero interrelacionadas. Por un lado, reemplazando la
poli-funcionalidad. Por el otro, aunque con el mismo objetivo de acrecentar el retorno del
capital invertido y en concordancia con el carácter flexible de las nuevas funciones de los
última parte del gobierno constitucional de 1975, donde se evidenciaba que los cambios en
Con este escenario, en los ochenta se originó una importante crisis manifestada a
estancamiento económico.
los cambios que se manifestaban desde los setenta para desterrar el régimen de
desde los setenta. “La economía argentina atravesó durante el decenio de los noventa un
44
Lindenboim, J., (2001), “El deterioro del mercado de trabajo y las “nuevas” relaciones laborales”, en Los
que todavía trabajan. La nueva red productiva, Revista Enoikos, Facultad de Ciencias Económicas, UBA,
año IX, n* 18, pág. 13.
36
última dictadura militar (en especial, aquellos vinculados al “disciplinamiento” de los
estructurales que fueron promovidas por las instituciones financieras internacionales como
Washington. 46
El Estado pasa a ser un actor que sólo se ocuparía de las funciones que le son
intransferibles. Esta modificación del papel y del funcionamiento del sector público se
“promoción industrial”.
“Algunas desregulaciones (...) crearon vacíos normativos que la mano invisible (del
contexto en el que deben desenvolverse los agentes económicos fuerza a los productores a
45
Schorr, M. y Santarcángelo, J.,(2001), “Dinámica laboral en la Argentina durante los años noventa:
desocupación, precarización de las condiciones de trabajo y creciente inequidad distributiva”, 5* Congreso
Nacional de Estudios del Trabajo, Asociación Argentina de Especialistas en Estudios del Trabajo (ASET),
Buenos Aires, , 1 al 3 de agosto, pág. 3 .
46
Para una mayor profundidad del tema, ver Thwaites Rey, Mabel, La (des)ilusión privatista. El experimento
neoliberal en Argentina, Eudeba, Libros del Rojas, Buenos Aires, 2003.
47
Ozlack, O., (2001), “Estado y Sociedad: nuevas fronteras y reglas de juego”, en Los que todavía trabajan.
La nueva red productiva. Revista Enoikos, Facultad de Ciencias Económicas, UBA, año IX, n* 18, pág. 172.
37
disminuir sus costos para poder competir, y al Estado a fomentar dicho comportamiento
para evitar una recurrente situación deficitaria en su balanza comercial, dada la reticencia a
mercado de trabajo y ajuste fiscal, la caída de las barreras comerciales, la lucha empresarial
Convertibilidad, la cual fijaba el valor del peso igual al dólar en una relación uno a uno.
los noventa en la Argentina, provocaron un golpe profundo sobre las condiciones de vida
de la mayor parte de la población. Este gran golpe tuvo como principal impacto la
48
Lindenboim, J., (2000) “La precariedad en la Argentina al término del siglo XX”, Documento de Internet,
Biblioteca Virtual, pág. 6, www.mecon.gov.ar
38
II. II. Mercado de trabajo: escenario laboral precario
trabajo argentino. Había que preparar el escenario laboral que requería el nuevo modelo de
adoptadas por el Estado argentino, “incluían el control del salario y la reducción de los
implementación por parte del Estado de la flexibilidad laboral, dejaron de lado los
dominante a partir del planteo de la exigencia de eliminar las rigideces impuestas por la
49
Testa, J., y Figari, C., (1998), “De la flexibilidad a la precarización. Una visión crítica de las vinculaciones
entre el empleo y el sistema de relaciones laborales”, en Empleo y Globalización. La nueva cuestión social en
Argentina, coord. Ernesto Villanueva, Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires, pág. 191.
50
Battistini, O., Féliz, M. y Deledicque, M., (2002), Segunda Parte: Las reglas del juego en el nuevo régimen
de acumulación, Cap. III: “La economía política de la flexibilización laboral en la Argentina”, en
“Diagnóstico general sobre el empleo y la generación de ingresos (Período 1989-2000). Crecimiento
desequilibrado con mayor desempleo, precariedad, heterogeneidad y desigualdad. El impacto de los cambios
en el modo de desarrollo argentino durante la década de 1990”, coord. Julio C. Neffa, CEIL-PIETTE
CONICET y Banco Mundial, pág. 56.
39
presión sindical sobre el Estado y las empresas” 51 . Bajo estas circunstancias, el Estado
cambia su posición y deja que la lógica del mercado se encargue de regular el nivel de
empleo, los salarios y las condiciones del empleo, dejando afuera la función de regulador
con ello poder generar una economía diversificada y flexible capaz de crecer en forma
regulaciones la clave detrás del problema del empleo (…) A partir de la sanción de la ley
política laboral era facilitar (abaratar) la entrada y salida de los trabajadores de las
empresas.” 53
51
Battistini, O., Féliz, M. y Deledicque, M., Op. cit. pág. 58.
52
Salvia, A., (2003), “Mercados duales y subdesarrollo en la Argentina: fragmentación y precarización de la
estructura social del trabajo”, 6º Congreso Nacional de Estudios del Trabajo: Los trabajadores y el trabajo en
la crisis, Asociación Argentina de Especialistas en Estudios del Trabajo (ASET), Buenos Aires, 13 al 16 de
agosto, pág. 7.
53
Battistini, O., Féliz, M. y Deledicque, M., (2002), Segunda Parte: Las reglas del juego en el nuevo régimen
de acumulación, Cap. III: “La economía política de la flexibilización laboral en la Argentina”, en
“Diagnóstico general sobre el empleo y la generación de ingresos (Período 1989-2000). Crecimiento
desequilibrado con mayor desempleo, precariedad, heterogeneidad y desigualdad. El impacto de los cambios
en el modo de desarrollo argentino durante la década de 1990”, coord. Julio C. Neffa, CEIL-PIETTE
CONICET y Banco Mundial, pág. 56.
40
Distintos mecanismos gubernamentales sirvieron para regular el marco en el cual se
garantizara la acumulación de capital, entre ellos se sitúan las distintas leyes de reforma
licuación de aquellas normas que protegían a los trabajadores en las relaciones laborales. Se
interior de las empresas” 54 . Estas leyes de reforma laboral serán tratadas específicamente en
el capítulo siguiente.
“En términos estructurales, (...) este nuevo avance del capital sobre el trabajo está
apertura externa asimétrica del mercado de bienes” 55 .De esta manera, se produce una
estructura industrial.
54
Battistini, O., Féliz, M. y Deledicque, M., Op. cit. pág. 74.
55
Basualdo, E., (2001), “Las reformas estructurales y el Plan de Convertibilidad durante la década de los
noventa”, El auge y la crisis de la valorización financiera, en Revista Realidad Económica 200, Buenos Aires,
pág. 55.
41
apreciado favoreció el éxito inicial del plan de estabilización, por la mayor incidencia de la
apertura en el control del aumento de los precios internos. Este precio relativo, sin
inercial y tuvo un gran impacto negativo sobre la capacidad de la economía para generar
empleo” 56 .
Así, los primeros años de la década del noventa, de 1990 a 1994, se observan altos
variaciones positivas de los niveles de empleo, habiéndose registrado una creación neta de
interrumpió el período ascendente del ciclo. No se tuvo en cuenta en aquel momento que
los problemas del mercado de trabajo ya se venían advirtiendo previamente con el impacto
negativo en el crecimiento del empleo desde 1994, y la disminución absoluta del empleo
pleno, ya desde 1993. Lo mismo ocurría con el insistente aumento en la tasa de desempleo
entre 1995 y 1996, con registros nunca antes observados. Luego, si bien el producto
recobró durante un par de años su tendencia en alza, a mediados de 1998 entró en una fase
56
González, M. y Serino, L., (2001), “Ponencia: Escenario Laboral en los `90. Dificultades para la creación
de empleos de calidad”, en Seminario: Precariedad Laboral, Vulnerabilidad Social y Seguridad
Socioeconómica, DSE: Fundación Alemana para el desarrollo Internacional, CIEPP: Centro Interdisciplinario
para el estudio de Políticas Públicas, CEPED: Centro de estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo,
Buenos Aires, 25 al 27 de junio, pág. 2.
57
MTSS, Informe de Coyuntura Laboral, Octubre de 1997, Buenos Aires, pág. 13.
58
Lindenboim, J., (2003) “El mercado de trabajo en la Argentina en la transición secular: cada vez menos y
peores empleos”, en Entre el trabajo y la política: Las reformas de las políticas sociales argentinas en
perspectiva comparada, coord. J. Lindenboim y C. Danani, 1* Edición, Biblos, Bs. As.
42
En este marco de restricción cambiaria y de estabilidad de precios interna, “que
significa niveles estables de salario real expresados en pesos, se corresponde con crecientes
defensiva por parte de las empresas, que se manifiesta en estrategias de reducción de costos
inestabilidad, con menores salarios y fluctuando según los ciclos de la demanda de fuerza
de trabajo. La dinámica negativa del mercado laboral también se caracterizó por una
59
Roca, E., (2002), “Precariedad Laboral, Seguridad Social y Déficit Público”, Informe Económico Mensual
FIDE, Buenos Aires, pág. 32.
60
Giosa Zuazua lo llama “desverticalización productiva”, que implica que las empresas pasan a subcontratar y
terciarizar la provisión de bienes y servicios necesarios para la realización del proceso productivo. Giosa
Zuazua N. (1999), “Desempleo y precariedad laboral en la Argentina de los `90”, en Época, Revista
Argentina de economía política, Año 1, N*1, Diciembre, en Marticorena, C., (2005), “Precariedad laboral y
caída salarial. El mercado de trabajo en la Argentina post convertibilidad”, 7* Congreso Nacional de Estudios
del Trabajo: Nuevos escenarios en el mundo del trabajo: rupturas y continuidades, Asociación Argentina de
Especialistas en Estudios del Trabajo (ASET), Buenos Aires, 10 al 12 de agosto, pág. 4.
61
Roca, E., (2002), “Precariedad Laboral, Seguridad Social y Déficit Público”, Informe Económico Mensual
FIDE, Buenos Aires, pág. 32.
43
tendencia creciente del empleo asalariado no registrado, quedando los trabajadores en
Las altas tasas de desempleo generan un “ejército de reserva” que presiona a los
asalariados ocupados a tener que aceptar empleos con deterioro de los derechos laborales.
como recesivos del ciclo económico. “Casi tres lustros después de iniciada la
remunerados y en cantidad suficiente”. 63 De esta manera, los nuevos puestos de trabajo son
la fuerza de trabajo. Es decir que “cada vez más trabajadores <<flexibilizados>> ocupan
empresarios para adecuar su dotación de trabajadores a las distintas fases del ciclo de
producción o ventas, en tanto las relaciones por fuera de la legalidad carecen de costos de
él, el trabajador.
62
Íbidem, pág. 33.
63
Battistini, O., Féliz, M. y Deledicque, M., (2002), Segunda Parte: Las reglas del juego en el nuevo régimen
de acumulación, Cap. III: “La economía política de la flexibilización laboral en la Argentina”, en
“Diagnóstico general sobre el empleo y la generación de ingresos (Período 1989-2000). Crecimiento
desequilibrado con mayor desempleo, precariedad, heterogeneidad y desigualdad. El impacto de los cambios
en el modo de desarrollo argentino durante la década de 1990”, coord. Julio C. Neffa, CEIL-PIETTE
CONICET y Banco Mundial, pág. 53.
64
Lindenboim, J., (2001), “El deterioro del mercado de trabajo y las “nuevas” relaciones laborales”, en Los
que todavía trabajan. La nueva red productiva, Revista Enoikos, Facultad de Ciencias Económicas, UBA,
año IX, n* 18, pág. 19.
44
“Se produce más con menos trabajo; el trabajo efectivo es cada vez peor
competir entre sí rebajando al infinito sus pretensiones-si es que las tienen-para obtener
“inversiones” que en el mejor de los casos enriquecerán a unos pocos y mejorarán las
esfumarse en cualquier momento. Por último, una economía puede crecer fuertemente y al
mismo tiempo generar exclusión masiva y grave deterioro democrático, tal como ocurrió
65
Gabetta, C., (2006), “Crecimiento, trabajo y democracia”, Le Monde diplomatique-el Dipló, Julio, Buenos
Aires, pág. 3.
45
II. III. Reforma laboral: precariedad en las leyes.
“Se viven formas transitorias de producción, cuyas consecuencias son también agudas en lo que
respecta a los derechos del trabajo. Estos derechos son desregulados, son flexibilizados, con el fin
de dotar al capital de los instrumentos necesarios para adecuarse a esta nueva fase.” 66
Las reformas de las leyes laborales es otro mecanismo gubernamental utilizado para
ideología imperante y de la política laboral del Estado, pero también representa el resultado
laboral es una de las herramientas más importantes para regular la oferta, el precio y las
condiciones de uso de la fuerza de trabajo, así como el conflicto social. De este modo, el
sistema legal se inclina a ser más estable que otros elementos de regulación estatal. Pero su
reformado para adecuar el mecanismo del mercado de trabajo a los cambios en el régimen
y ajuste que recorrieron los países de América Latina, pero su efectiva implementación se
realizó en la década del noventa con la aplicación de las políticas de corte neoliberal. “Si
66
Antunes, R. (2003): ¿Adiós al trabajo? Ensayo sobre la metamorfosis y el rol central del mundo del
trabajo, Ediciones Herramienta, Bs. As., p. 20.
67
Marshall, A., (1996) “Protección del empleo en América Latina: Las reformas de los ´90 y sus efectos en el
mercado de trabajo”, en Revista Estudios del Trabajo N* 11, Buenos Aires., pág. 12.
46
bien la tendencia va en una misma dirección, no se trató de un proceso coherente y
progresivo. Los ciclos económicos, las presiones de los grupos empresariales, la resistencia
de las organizaciones sindicales, los condicionamientos provenientes del FMI o del Banco
restricciones al despido de mano de obra, lo que impediría un apropiado ajuste del empleo a
los ciclos económicos, un mayor crecimiento de la productividad laboral y del registro del
menos, el propósito declarado y argumento que justificaba las diversas piezas legislativas
68
Neffa, J., (2004), “Las reformas de las Instituciones y de las Normas que regularon la relación salarial
durante el período estudiado”, en Actividad, empleo y desempleo en Argentina. Las políticas públicas de
empleo y su evaluación, CEIL-PIETTE del CONICET, Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología,
Buenos Aires, pág. 10.
69
Marshall, A., (1996) “Protección del empleo en América Latina: Las reformas de los ´90 y sus efectos en el
mercado de trabajo”, en Revista Estudios del Trabajo N* 11, Buenos Aires., pág. 13.
47
“el cuadro contractual laboral argentino típico, amplió su espectro reservando
los condicionamientos provenientes del FMI o del Banco Mundial y los avatares de la vida
denotaban altos niveles de precarización para los trabajadores que se incorporaban a través
de las mismas, como la reducción de hasta un 50 % en las cargas patronales para los
contrato por tiempo determinado como medida de fomento del empleo y lanzamiento de
70
Neffa, J., (2004) “Las reformas de las Instituciones y de las normas que regularon la relación salarial
durante el período estudiado”, en Actividad, empleo y desempleo en Argentina. Las políticas públicas de
empleo y su evaluación, CEIL-PIETTE del CONICET, Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología,
Buenos Aires, Junio, pág. 10.
48
que en otras directamente no se le efectuaba indemnización alguna. Estas modalidades
promovidas debían ser habilitadas mediante la negociación colectiva, pero podían también
impulso a la perspectiva que defendía una baja en el costo laboral para aumentar la
comprendería celebrado “a prueba” durante los tres primeros meses, plazo que podía ser
extendido a seis mediante los convenios colectivos de trabajo. Así el empleador estaba
eximido del pago de indemnización por enfermedad, accidente o despido y de otros costos
71
Neffa, J., Op. cit. pág. 18.
49
“En la práctica el período de prueba podía llegar a funcionar como una modalidad
asalariados y la única restricción que se establecía era que el mismo trabajador no podía
ser recontratado por otro período de prueba ni por otra modalidad contractual sujeta a
prueba, ya que el costo laboral aumentaba debido a la incidencia de las cotizaciones de las
contrato por plazo determinado de seis meses prorrogable a dos años, sin indemnización al
finalizar, en los cuales se eximía del 50 % de los aportes patronales al sistema de seguridad
social exceptuando los aportes a las obras sociales. Esto estaba dirigido a mayores de
de las modalidades promovidas por estas empresas sin previa habilitación por convenio
establecida de medio mes de sueldo al final del contrato. “Debe tenerse en cuenta que la
definición de PyME podía ser ampliada por convenio colectivo. Llegó así a considerarse
72
Perelman, L., (2001), “El empleo no permanente en la Argentina”, Revista Desarrollo Económico, volumen
41, N* 161, Buenos Aires, abril-junio, pág. 76.
50
como PyME a empresas con 300 empleados y 50 millones de dólares anuales en
facturación.” 73
forma temporaria a través de contratos que gozaban además de grandes reducciones en las
régimen de pasantías, dejando sin fijar un límite al número de pasantías por empresa y
estableciendo que no es una relación laboral. Esta modalidad, en general fue y es utilizada
por empresas y organismos públicos para cubrir puestos de trabajo a menores costos.
También esta ley reduce el período de prueba a treinta días, aunque de nuevo permite que
73
Novick, M., (2000), “Reestructuración Productiva, mercado de trabajo y sindicatos en América Latina,
Buenos Aires, CLACSO, citado en Mariana L. González, “Transformaciones de hecho y de derecho en las
relaciones laborales en los ´90”, en Entre el trabajo y la política: Las reformas de las políticas sociales
argentinas en perspectiva comparada, coord. J. Lindenboim y C. Danani, 1* Edición, Biblos, Buenos Aires,
2003, pág. 94
74
Perelman, L., (2001), “El empleo no permanente en la Argentina”, Revista Desarrollo Económico, volumen
41, N* 161, Buenos Aires, abril-junio, Pág. 77.
51
En el año 2000 se promulga una nueva ley, la ley de reforma laboral 25.250 que
vuelve a fijar el período de prueba en tres meses, y en el caso de las PyME, permite la
extensión del período mínimo a seis meses ampliable a doce por convenio colectivo. Esta
ley también sanciona nuevos artículos al Régimen Jurídico de las Convenciones Colectivas
un convenio marco, y luego se empezaban las negociaciones por empresa pero ligadas a
dicho convenio de ámbito mayor. En esta ley se independiza a los convenios de ámbito
menor de los de mayor nivel, dejando que no sean afectados por un convenio de nivel
superior. “Las cláusulas introducidas otorgaban prioridad a los convenios de ámbito menor,
prueba. De este modo, en el 2001, el decreto 1227/01, reglamenta el Art. 2 de la ley 25.013
del Régimen Laboral de Pasantía, asignando por primera vez la contratación laboral de
pasantía.
75
Marticorena, C., (2005), “Precariedad laboral y caída salarial. El mercado de trabajo en la Argentina post
convertibilidad”, 7* Congreso Nacional de Estudios del Trabajo: Nuevos escenarios en el mundo del trabajo:
rupturas y continuidades, Asociación Argentina de Especialistas en Estudios del Trabajo (ASET), Buenos
Aires, 10 al 12 de agosto, pág. 7.
76
Novick, M. (2000), “Reestructuración Productiva, Mercado de Trabajo y Sindicatos en América Latina,
Cáp. II: Reconversión segmentada en Argentina: empresas, mercado de trabajo y relaciones laborales a fines
de los ´90”, Buenos Aires, CLACSO.
52
Las reformas flexibilizadoras que introducen nuevos contratos establecen un modo
En el año 2004 se sanciona la ley 25.877, que deroga la ley 25.250 de 2000, que
despido de trabajadores. También esta ley agrega la obligatoriedad del preaviso pero
trabajador no tiene derecho a recibir indemnización alguna por su trabajo en dicho período.
de ámbito mayor.
patronales aún sabiéndose lo ineficaz de este tipo de medidas para generar empleo.” 77
A través de este recorrido sobre los distintos cambios de las leyes laborales, se
puede observar que éstas mantienen contenidos en común, en todas ellas se implementan o
77
Marticorena, C., (2005), “Precariedad laboral y caída salarial. El mercado de trabajo en la Argentina post
convertibilidad”, 7* Congreso Nacional de Estudios del Trabajo: Nuevos escenarios en el mundo del trabajo:
rupturas y continuidades, Asociación Argentina de Especialistas en Estudios del Trabajo (ASET), Buenos
Aires, 10 al 12 de agosto, pág. 6.
53
De este modo, se relacionan las distintas modificaciones en el sistema laboral con la
forma que adopta la acumulación del capital. Así, las primeras reformas en las leyes
laborales querían terminar con la “rigidez” del mercado laboral, estableciendo un contexto
laxo de movilidad de los trabajadores para reducir los “altos” costos laborales comparados
económica, previa recesión, “se requieren ciertas condiciones que promuevan el ingreso de
fuerza de trabajo al mercado. Ingreso que, a su vez, debe ser ordenado desde las
decreto que impone la doble indemnización 78 ante despidos y la vuelta al régimen anterior
de convenciones colectivas de trabajo marcan una tendencia a regular tanto las condiciones
distintos mecanismos de fraude laboral. Por ejemplo, los actuales contratos por locación de
servicios que son de tiempo determinado y no implican una relación laboral “de
encubriendo con esto la relación de dependencia entre las partes que está detrás.
desfavorable evolución del mercado laboral. “La deficitaria situación del mercado de
78
La cual fue derogada bajo el decreto 1224 el 10 de septiembre de 2007 y entró en vigencia a partir del 18 de
septiembre del mismo año.
79
Marticorena, C., Op. cit., pág. 8.
54
trabajo también generó una flexibilización e inestabilidad que se dio de hecho; es decir,
más allá de lo establecido por la legislación laboral y del resultado de las negociaciones
De esta manera,
cuenta que en la última década la legislación argentina avaló, junto con el empeoramiento
puede afirmarse que se asiste a un proceso de deterioro aún entre los empleos que están
80
González, M., (2003), “Transformaciones de hecho y de derecho en las relaciones laborales en los ´90”, en
Entre el trabajo y la política: Las reformas de las políticas sociales argentinas en perspectiva comparada,
coord. J. Lindenboim y C. Danani, 1* Edición., Biblos, Buenos Aires, pág. 103
81
Lindemboim, J., (2000), “La precariedad en la Argentina al término del siglo XX”, Documento de Internet,
Biblioteca Virtual, pág. 10 , www.mecon.gov.ar
55
III. Evidencias de la precariedad laboral
“El nuevo contexto institucional (dentro del cual la legislación laboral ocupa un lugar
preponderante), conspiró no sólo contra la mayor creación de empleo en el largo plazo, sino que
estimada.
Censo (INDEC), a partir del año 1997 hasta el 2006 a nivel nacional.
El período de estudio elegido desde el cual comenzar nuestro análisis fue el año
1997 ya que consideramos que es a partir de este año en que los efectos de las reformas
mismo, coincidiendo con los dos últimos años de gobierno que las llevó a cabo (la
82
Battistini, O., Féliz, M. y Deledicque, M., (2002), Segunda Parte: Las reglas del juego en el nuevo régimen
de acumulación, Cap. III: “La economía política de la flexibilización laboral en la Argentina”, en
“Diagnóstico general sobre el empleo y la generación de ingresos (Período 1989-2000). Crecimiento
desequilibrado con mayor desempleo, precariedad, heterogeneidad y desigualdad. El impacto de los cambios
en el modo de desarrollo argentino durante la década de 1990”, coord. Julio C. Neffa, CEIL-PIETTE
CONICET y Banco Mundial, pág. 75.
56
presidencia de Carlos Menem). De esta manera, observaremos si la lógica de estos efectos
la distribución del producto social. Esta es la más importante fuente de información para
puntual de dos ondas anuales (mayo y octubre). A partir de 2003, la EPH pasa a ser un
la presencia de distintas condiciones laborales que no podían ser captadas con mayor
profundidad por la encuesta, entre ellas la precariedad laboral, lo que significó poder
previamente en el primer capítulo para describir la precariedad (como las condiciones del
ambiente laboral, el respeto por parte de los superiores del horario de la jornada de trabajo,
83
Indec, Información de Prensa, Indicadores Socioeconómicos, Buenos Aires, 27 de septiembre de 2005.
57
pueden sindicalizarse o realizar huelga o si cada uno tiene asignado una función específica
incidencia.
a partir de 2003 para captar más sensiblemente los cambios producidos en el mercado de
trabajo de nuestro país, se usaron las bases de las ondas mayo de 1997, de 2000 y de 2003
Para poder realizar un análisis empírico con las dimensiones que releva la Encuesta
dimensiones: la no realización de los aportes jubilatorios por parte del empleador y/o
poseer un contrato de trabajo con una duración determinada. Estas variables fueron elegidas
laboral de mejor manera que las otras variables que releva la encuesta para caracterizar la
encuesta en el 2003, tomamos estas dimensiones para poder realizar una continuidad en la
84
El primer relevamiento de la EPH continua se realizó a partir del segundo semestre de 2003.
58
No obstante, como concluimos en el capítulo primero, la precariedad laboral se
Las dos dimensiones tomadas no son excluyentes entre sí ya que el trabajador puede
indeterminado, o tener ambas condiciones laborales (no poseer aportes jubilatorios y tener
un contrato por tiempo determinado). Se tomarán a los asalariados como universo para
observar la precariedad, ya que el modo del contrato deriva de la relación entablada entre
dependencia entre ellos. Esto permite distinguirlos de los trabajadores que no son
empleados, como los trabajadores por cuenta propia, ya que su inestabilidad proviene de las
de 1997 al 2006, con subperíodos de tres años pasando por los años 2000 y 2003, y
85
Labrunée, M. E., y Gallo, M. E., (2005), “Informalidad, precariedad y trabajo en negro: distinción
conceptual y aproximación empírica”, Revista Realidad Económica N* 210, IADE, Buenos Aires, pág. 67.
59
por separado para ver su comportamiento individual. Luego cruzaremos la precariedad
entre ellas y de esta manera conocer sobre qué grupos de asalariados precarios resultó más
I. Empleos precarios
asalariados con empleos precarios de todo el país alcanzaban un 40,8%. En ese momento se
principios de los noventa y mantenida en la segunda etapa del mismo gobierno, y sus
Hacia el año 2000, la cantidad de empleos precarios disminuye muy levemente, llegando a
un 40,5%.
país que produce una serie de distintos gobiernos de corto tiempo, y prolonga y profundiza
el período de recesión, iniciado en 1998, hasta el año 2003, donde asume un nuevo
gobierno. Es entre el año 2000 y el 2003 donde se produce el aumento significativo del
número de empleos precarios, que ascienden a un 46,8% en todo el país en el 2003. Luego
de la recesión vinieron los años de crecimiento económico hasta nuestros días observando
86
Los empleos precarios (asalariados sin descuentos jubilatorios y/o con contrato de trabajo temporario) antes
de este período llegaban en 1995 a 29,5%, año a partir del cual la EPH comienza a relevar el indicador de
contrato de trabajo temporario, en “¿De qué hablamos cuando hablamos de precariedad?, Lavboratorio on
line, www.catedras.fsoc.uba.ar/salvia/lavbo/textos/2-2.htm, UBA.
60
que en el primer semestre de 2006, la precariedad laboral asalariada llega a un 46,5%. Es
decir, que casi la mitad de la población asalariada del país posee un empleo precario.
los momentos de crisis, recesión o crecimiento económico en nuestro país, los empleos
precarios siguen presentes y en altos valores. Más allá del momento que este transitando la
Gráfico 2
Evolución de Asalariados con Empleos Precarios (%)
48
47
46
45
44
43 Empleos Precarios
%
42 Asalariados
41
40
39
38
37
1997 2000 2003 2006
Años
Cuadro 2
Asalariados con Empleos Precarios (%)
61
De esta manera, la precariedad laboral se instala como algo fuertemente
característico del mercado de trabajo actual en nuestro país, coexistiendo con las demás
formas de empleo, considerando tal fenómeno como la forma que asume en el capitalismo
Con respecto a las dos dimensiones que tomamos para caracterizar la precariedad
Gráfico 3
Porcentaje de Asalariados sin aportes jubilatorios
50
45
40
35
%
30
25
20
15
1997 2000 2003 2006
Años
62
Cuadro 3
Asalariados sin aportes jubilatorios (%)
(inestables) disminuyen en dicho período (Gráfico 4 y Cuadro 4). Mientras que 1997
éstos son del 13,4%. Beccaria y Serino manifiestan que se debe considerar que la EPH
enfrenta dificultades para identificar tales tipos de contratos 87 . Además, hay que tener en
cuenta que algunos asalariados consideran permanente su empleo por la continuidad que
En ambos casos, se produce el salto hacia arriba entre el año 2000 y 2003, período
en que se produjo la crisis económica, política y social del 2001 y la posterior devaluación
en el 2002, lo que prolongó el período de recesión hasta el 2003, donde comenzó una época
de crecimiento económico, lo que podría explicar la baja que se produce del 2003 al 2006
asalariados sin aportes jubilatorios que asalariados con contrato de trabajo de duración
determinada.
87
Beccaria, L. y Serino, L, (2001), “La baja calidad del empleo en los noventa”, en Los que todavía trabajan.
La nueva red productiva, Revista Enoikos, Facultad de Ciencias Económicas, UBA, Año IX, N* 18, pág. 22.
63
Gráfico 4
Porcentaje de Asalariados con contrato de trabajo temporario
25
20
15
%
10
0
1997 2000 2003 2006
Años
Cuadro 4
Asalariados con contrato de trabajo temporario (%)
64
Asalariados precarios y su ubicación regional
todas las regiones 88 de nuestro país (Gráfico 5 y Cuadro 5), exceptuando la región
2006).
El período entre el año 2000 y 2003 nos muestra en todas las regiones un aumento
de los empleos precarios. Luego del 2003, aunque comenzara un período de crecimiento
lo largo del período fue en la región Nordeste con unos 8,7 puntos porcentuales (de 42,5%
Noroeste ya que en 1997 tenía un 47,4% de empleos precarios, llegando al 2006 con un
54,2% de ellos, siendo la región con más asalariados precarios del país.
Estos datos nos demuestran que el sector norte de nuestro país es la zona más
88
Región Cuyo: San Luis, San Juan, Mendoza; región Nordeste: Jujuy, Salta, Tucumán, La Rioja, Catamarca,
Santiago del Estero; región Noreste: Formosa, Chaco, Misiones, Corrientes, Entre Ríos; región Pampeana:
Córdoba, Santa Fé, Buenos Aires, La Pampa; región Patagónica: Neuquén, Río Negro: Chubut, Santa Cruz,
Tierra del Fuego; región GBA: Ciudad de Buenos Aires, San Isidro, Vicente López, Avellaneda, La Matanza,
Morón, General San Martín, Tres de Febrero, Almirante Brown, Berazategui, Lanús, Lomas de Zamora,
Quilmes, Florencio Varela, Esteban Echeverría, Merlo, Moreno, General Sarmiento, San Fernando, Tigre.
65
Gráfico 5
Porcentaje de Asalariados precarios por región
55
50
45
%
40
35
30
25
Región Region Region Cuyo Region Región Región GBA
Nordeste Noroeste Pampeana Patagónica
Cuadro 5
Asalariados precarios por región (%)
66
Asalariados con empleos precarios según el sexo
y Cuadro 6), observamos que en el transcurso del período 1997-2006 disminuyen los
empleos precarios para los varones y aumentan los empleos precarios para las mujeres,
produciendo una paridad entre ambos al final del período con un 50, 1% para los primeros
y un 49,9% para las segundas. Este crecimiento en los empleos precarios para las mujeres,
implicaría que la mujer tiende a insertarse al mercado laboral de una forma precaria.
Gráfico 6
Porcentaje de Asalariados con empleos precarios según sexo
65
55
45
% Varón
35
Mujer
25
15
1997 2000 2003 2006
Años
67
Cuadro 6
Asalariados con empleos precarios según sexo (%)
Por su parte, respecto a la estructura del empleo según la posición que ocupan los
individuos en el hogar (Gráfico 7 y Cuadro 7), se observa que el 38,5% de los asalariados
jefes de hogar tenía un empleo precario en 1997. La proporción de precarios entre los jefes
de hogar fue aumentando a lo largo del período hasta alcanzar el 39,2% en el 2006,
Estos últimos a lo largo del período 1997-2006 disminuyeron un 0,7 puntos porcentuales,
pasando de un 61,5% a un 60,8% al final del período, no obstante siguen siendo los
asalariados no jefes de hogar aquellos que tienen mayor precariedad en sus empleos. Lo
que significa que al incorporarse al mercado de trabajo para sumar aportes al hogar, su
68
Gráfico 7
Porcentaje de Asalariados con empleos precarios según posición en el hogar
65
55
45
% Jefe
35 No Jefe
25
15
1997 2000 2003 2006
Años
Cuadro 7
Asalariados con empleos precarios según posición en el hogar (%)
precarios en el período 1997-2006 (Gráfico 8 y Cuadro 8), podemos observar que en el año
21,8% de aquellos que habían terminado el nivel superior o universitario. Al final del
69
(37,9%) y secundario (43,6%) completos y una leve disminución de aquellos que
período, se hizo más exigente en relación con el nivel educativo alcanzado por los
trabajadores como medio para conseguir un empleo más estable, ya que los trabajadores
precarios con nivel primario y secundario presentan un aumento entre 1997 y 2006.
Así, la precariedad afectó en mayor medida a lo largo del período a los asalariados
con menor instrucción recibida. Mientras que los asalariados con mayor instrucción se
Gráfico 8
Porcentaje de Asalariados con empleos precarios según nivel educativo terminado
45
40
35
30
% 25 1997
2000
20 2003
15 2006
10
5
Primario Completo Secundario Completo Superior y
Universitario
Completo
70
Cuadro 8
Asalariados con empleos precarios según nivel educativo completo (%)
largo del período 1997-2006 (Gráfico 9 y Cuadro 9), podemos observar que el aumento de
la incidencia de la precariedad laboral fue generalizado entre los diferentes grupos etarios,
aunque sólo en los más jóvenes disminuyó (29,1 % en 1997 a 23,7% en 2006). El mayor
crecimiento fue entre los jóvenes de 25 a 35 años, pasando de 29,5% en 1997 a 31,5% en
2006, creciendo unos 2 puntos porcentuales, seguido del grupo de 55 años y más, que subió
A partir del 2003, año en que comienza una etapa de crecimiento económico, previo
período de recesión, la precariedad laboral hacia el 2006 disminuye una mínima proporción
en los más jóvenes hasta el grupo de 45 años, mientras que en las franjas etarias restantes se
produce un aumento, siendo en el grupo de más de 55 años muy significativo, de 2,5 puntos
porcentuales.
entre los trabajadores asalariados más jóvenes, de 18 a 24 años (23,7%), los jóvenes de 25 a
35 años (31,5%) y la franja etaria de 36 a 45 años (19,1%). De este modo, en dicho año, el
grupo más perjudicado con este fenómeno son los jóvenes. (18 a 35 años).
71
Gráfico 9
Porcentaje de Asalariados precarios según franja etaria
35
30
25
20 1997
% 2000
15 2003
2006
10
0
18 a 24 25 a 35 36 a 45 46 a 55 Más de 55
Cuadro 9
Asalariados precarios según franja etaria (%)
características sociodemográficas nos muestra que los trabajadores más afectados por este
fenómeno a lo largo del período analizado (1997 al 2006) son los de menor instrucción, los
no jefes de hogar, los jóvenes de 25 a 35 años y los mayores, las mujeres y aquellos que
residen en la región noreste y noroeste, siendo las provincias más pobres de nuestro país.
72
Sin embargo, el deterioro de las condiciones laborales fue generalizado en el transcurso del
menos expuestos: los hombres, los jefes de hogar, los trabajadores en edades centrales y
73
IV. Reflexiones Finales
De las páginas precedentes se desprende, luego del análisis sobre las distintas
definición. Existen una variedad de situaciones que afectan al trabajador asalariado y que
vacaciones, no poseer obra social, el no pago de las horas extras, no recibir capacitación
laboral, el no pago del aguinaldo, no tener indemnización por despido, no poseer elementos
de trabajo adecuados, etc. Por lo tanto, existen distintos tipos de precariedad laboral, debido
manera, rechazamos los estudios que abordan el tema desde la perspectiva de modelos
incidencia de la precariedad, llegando en el 2006 a 46,5%, lo que significa que casi la mitad
Esta evolución creciente nos demuestra que más allá del momento que este
nuestro país, produjo efectos negativos a largo plazo en el mercado de trabajo, a través de la
reforma laboral.
89
Siendo este análisis una aproximación estimada de la precariedad laboral.
74
Los empresarios, en el marco de reducir los costos laborales a corto plazo,
ejercieron una creciente coacción sobre los trabajadores, estableciendo normas de trabajo
cada vez más precarizadas, avaladas por el Estado a través de los cambios en las leyes
legitimar por escrito las situaciones de flexibilidad de hecho, sino institucionalizar una
nueva forma de relaciones sociales constituyendo un punto firme desde donde poder
negociar de ahí en más, más allá de los cambios coyunturales que se podían dar en la esfera
laboral sigue presente con altos valores, estableciendo así una continuidad en cuanto al
asalariados.
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• LEYES: Ley 24.013 1991, Ley 24.465 1995, Ley 24.467 1995, Ley 25.013 1998,
81
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