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AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN MARTÍN-TARAPOTO


FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

LAS PRINCIPALES CORRIENTES POLITICAS PENSADORAS

DOCENTE : Abg. Jhin Demetrio Moreno Aguilar

ALUMNOS : Medina García Darwin Alfredo


Peña Saldaña Jakelin Noelia
Villanueva Banda Olenka Dalú

CÁTEDRA : Historia de las ideas políticas

CICLO : V

Tarapo-Perú
2019

0
AGRADECIMIENTO
Dedicamos la realización de este trabajo a Dios y

a nuestros padres. A Dios porque ha estado con

nosotros a cada paso que hemos dado,

cuidándonos y brindando la fortaleza para

continuar, a nuestros padres, quienes a lo largo

de nuestra vida han velado por nuestro bienestar

y educación siendo nuestro apoyo en todo

momento. Depositando su entera confianza en

cada reto que se nos presentaba sin dudar ni un

solo momento en nuestra inteligencia y capacidad.

Es por ello que somos lo que somos ahora. Los

amamos con nuestras vidas.

1
SUMARIO
I. INTRODUCCIÓN ---------------------------------------------------------------------------------------------------3

II. EL LIBERALISMO --------------------------------------------------------------------------------------------------4

 Características del liberalismo ------------------------------------------------------------------------5


 Principales representantes -----------------------------------------------------------------------------7

III. EL MARXISMO ----------------------------------------------------------------------------------------------------9

 Historia del marxismo ----------------------------------------------------------------------------------10


 ¿Qué es la lucha de clases? ---------------------------------------------------------------------------11
 Representantes ------------------------------------------------------------------------------------------13

IV. REFORMISMO – SOCIALDEMOCRACIA ------------------------------------------------------------------14

 Representantes ------------------------------------------------------------------------------------------15
 Características -------------------------------------------------------------------------------------------16
 El concepto de reformismo en la Historia ---------------------------------------------------------18

V. EL NACIONALISMO ---------------------------------------------------------------------------------------------19

 Evolución del nacionalismo ---------------------------------------------------------------------------20


 El Nacionalismo desde el modelo politológico ---------------------------------------------------21

VI. NEOLIBERALISMO ----------------------------------------------------------------------------------------------25

 Pensadores anarquistas --------------------------------------------------------------------------------29

VII. EL SOCIALISMO ------------------------------------------------------------------------------------------------40

VIII. CONCLUSIONES -----------------------------------------------------------------------------------------------42

IX. BIBLIOGRAFIA ---------------------------------------------------------------------------------------------------43

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I. Introducción

Las corrientes políticas pensadoras son un conjunto de ideologías propuestas por


determinados hombres de ciencia muy reconocidos por la gran aportación que hicieron a
la historia política del mundo ya sea de manera acertada o fallida, ya que gracias a estas
ideas conceptualizadas hemos podido comprender mucho mejor los distintos casos que
surgen en la actualidad. Además de que hicieron un gran aporte a la ciencia del estudio.

Podemos deducir a partir del término «pensamiento» queremos decir sencillamente


contenido mental, sin mayor especificación. No queremos decir que la política sea
siempre una actividad racional. Los elementos que componen el contenido de dicho
«pensamiento» pueden no ser conceptos racionalmente perfilados.

Estas ideologías planteadas por distintos pensadores a lo largo de la historia tienden a ir


mezclándose con de otro pensador aún más reciente quienes suelen adoptar partes de sus
pensamientos para completar la que ellos desean muchas veces terminan por tergiversar
dichas ideas para lograr fines que solo favorecen su bienestar principal. Mientras que otro
si bien se integran a la ideología o simplemente dan nuevos aportes sobre el tema en
cuestión.

En el presente trabajo estudiaremos sobre las principales corrientes políticas pensadoras,


sobre las características que cada una ofrecía, los aportes que expusieron al mundo y los
principales pensadores que tenía cada corriente política pensadoras.

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II. EL LIBERALISMO.
El liberalismo es una corriente político-filosófica que propugna como valor superior la
libertad humana. Su origen está ligado a los inicios del racionalismo ilustrado europeo
del siglo XVIII, así como a los orígenes del capitalismo mercantil e industrial. Sus
principales autores clásicos son Locke, John Stuart Mill y Adam Smith.

El eje de esta corriente está puesto en la libertad individual. Su unidad de referencia es el


individuo. La sociedad no es más que la colección de individuos abarcado dentro de los
límites del territorio de un Estado. Expresiones como “clase”, “sociedad”, “comunidad”
o “nación”, para los liberales, siempre pueden ser descompuestas en un elemento básico:
el ser humano individual, único e irrepetible. Esta persona individual se la presupone
como racional y consciente de si, dotada de intereses privados que motivan su acción en
sociedad.

Desde sus primeras formulaciones, el pensamiento político liberal se ha fundamentado


sobre tres grandes ideas:

1. Los seres humanos son racionales y poseen derechos individuales inviolables,


entre ellos, el derecho a configurar la propia vida en la esfera privada con plena
libertad, y los derechos a la propiedad y la felicidad. Esto se basa en los tres
derechos naturales de John Locke: vida, libertad y propiedad privada.
2. El gobierno y, por tanto, la autoridad política deben resultar del consentimiento
de las personas libres, debiendo regular la vida pública sin interferir en la esfera
privada de los ciudadanos.
3. El Estado de derecho obliga a gobernantes y gobernados a respetar las reglas,
impidiendo el ejercicio arbitrario del poder.

Así mismo, El liberalismo fue un movimiento de amplia proyección (económica, política


y filosófica) que defendía como idea esencial el desarrollo de la libertad personal
individual como forma de conseguir el progreso de la sociedad. Aboga principalmente
por:

 El desarrollo de los derechos individuales y, a partir de éstos, el progreso de la


sociedad.
 El establecimiento de un Estado de derecho, donde todas las personas sean iguales
ante la ley (igualdad formal), sin privilegios ni distinciones, en acatamiento de un

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mismo marco mínimo de leyes que resguarden las libertades y el bienestar de las
personas.

Características del liberalismo

Sus características principales son:

- La libertad como un derecho inviolable que se refiere a diversos aspectos: libertad de


pensamiento, de culto, de expresión, de asociación, de prensa, etc., cuyo único límite
consiste en no afectar la libertad y el derecho de los demás, y que debe constituir una
garantía frente a la intromisión del gobierno en la vida de los individuos.

- El principio de igualdad ante la ley, referida a los campos jurídico y político. Es decir,
para el liberalismo todos los ciudadanos son iguales ante la ley y ante el Estado.

- El derecho a la propiedad privada como fuente de desarrollo e iniciativa individual, y


como derecho inalterable que debe ser salvaguardado y protegido por la ley.

- El establecimiento de códigos civiles, constituciones e instituciones basadas en la


división de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), y en la discusión y solución de los
problemas por medio de asambleas y parlamentos.

- La libertad de cultos y la separación del Estado y la iglesia en un Estado laico.

- La no politización de los cargos de gobierno, y demás elementos públicos, como la


educación (tanto la escolar como la universitaria), la salud y la justicia.

- Tolerancia en la aplicación de la autonomía individual o colectiva.

- El Estado debe ejercer una función de garante de los derechos individuales y de unos
mínimos imprescindibles que garanticen la igualdad de los ciudadanos.

Liberalismo clásico

El liberalismo político surge en Inglaterra (1688), en el contexto de la Guerra civil y la


Revolución Gloriosa (s. XVII) La corona centralizaba dos poderes con el Parlamento
(régimen estamental: rey por derecho divino). Hubo una propuesta para prohibir la
sucesión real a los católicos de Inglaterra. Escisión de los católicos y anglicanos. Esta
guerra civil surge por motivo religioso, aunque realmente es un atentado contra el poder
de la corona, queriendo limitar su poder con la creación de una cámara representativa de
los ciudadanos.

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El liberalismo clásico se fundamenta en tres principios:

El individualismo. El individuo debe ser libre para forjar su propio destino al margen de
sus orígenes, y sólo debe estar limitado en su hacer por sus propias capacidades. Esta
libertad individual se manifiesta en otras libertades, tales como la libertad de
pensamiento, libertad de expresión, opinión y publicación, libre mercado, libertad de
movimientos o libertad de participación política.

La propiedad privada

Igualdad ante la ley. Para el liberalismo, la ley es el garante de los derechos individuales
y colectivos, y una defensa contra la arbitrariedad del absolutismo. El imperio de la ley
garantizaría principios como el de legalidad, la ley sancionadora no retroactiva o la
imposibilidad de normas secretas, y serviría como límite a los poderes tanto del Estado
como de los Gobiernos. Los seres humanos tienen iguales derechos y deberes, y no
pueden ser discriminados ante la ley por razones de raza, sexo, opinión, clase, religión u
otras.

Liberalismo social

También denominado socio-liberalismo, tiene su origen en el siglo XIX como respuesta


al liberalismo clásico, una especie de actualización a los tiempos, por eso en el mundo
anglosajón se le conoce como liberalismo moderno. Establece que la libertad individual
es compatible con la justicia social, es decir, que para garantizar esta segunda consideran
que el Estado está legitimado para intervenir en temas sociales como la sanidad, la
pobreza o la educación.

Liberalismo económico

El liberalismo económico parte de una doctrina formulada inicialmente por Adam Smith
(1723-1790) apoyada fundamentalmente en dos pilares:

 La economía de mercado
 La propiedad privada.

Resumido en la expresión francesa laissez faire, laissez passer (dejar hacer, dejar pasar),
el liberalismo económico relega al Estado a una posición de mínima interferencia en los
asuntos económicos y le otorga cualidades de control jurídico para garantizar el
cumplimento de las leyes.

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Si bien el liberalismo planteó desde sus inicios la igualdad política para romper con los
sistemas absolutistas del antiguo régimen, ignoró las desigualdades sociales y económicas
fruto del sistema económico implantado, el capitalismo.

Para Adam Smith, la riqueza de las naciones no tiene que ver con la acumulación de
riquezas (“Ensayo sobre la naturaleza y la causa de las riquezas de las naciones”), sino en
el libre intercambio económico de bienes, a través de individuos movidos por el interés
del máximo beneficio.

Principales representantes

1) Hobbes (1588-1679):

Su filosofía política señala que los seres humanos tienen como meta máxima la auto-
reservación. El bien (y el mal) para los seres humanos es definido en estos términos:
Aquello que contribuya a la auto-preservación es bueno; lo que amenace la auto-
preservación es malo.

Hobbes señala que el hombre actúa siempre para su propio beneficio. De no ser por la
habilidad del hombre para razonar, resultaría una competencia desenfrenada y una guerra
de todos contra todos. Nuestra racionalidad nos lleva a ver que en ausencia de un
soberano, la humanidad sería reducida a una "guerra de todos en contra de todos" (la vida
sería solitaria, pobre, desagradable y corta).

Como teórico del contrato social, Hobbes creía que solamente un monarca absoluto podía
ser suficientemente fuerte para persuadir (intimidar) a las personas a cumplir sus
obligaciones dentro del contrato social y mantener así, la paz social. En suma, para
Hobbes el Estado no debe promover ningún objetivo moral, tiene como principal
propósito promover los intereses de sus ciudadanos y el poder del Estado está limitado
por los derechos naturales (derechos humanos) de las personas.

2) John Locke (1632-1704):

Es el primer e históricamente más importante de los liberales, aseguraba que los derechos
morales son de manera lógica anteriores al Estado, el propósito del Estado es "remediar"
los defectos del estado de naturaleza y la libertad personal requiere derechos de propiedad
privada para todos.

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Locke al igual que Hobbes era contractualista en cuanto a la justificación del Estado, la
fuente de la legitimidad del Estado descansa en el consentimiento del gobernado y lo
concebía no como un objeto divino o natural sino como un instrumento humano para
hacer cumplir los derechos, a diferencia de Hobbes que lo estructuraba como un
mecanismo para solucionar problemas prácticos (auto-preservación).

Sin embargo, también existe una gran diferencia entre Locke y Hobbes en cuanto al origen
o base de los derechos, para el segundo es la auto-preservación mientras que para el
primero es Dios. Locke creía que nuestros derechos (derechos naturales) eran otorgados
por Dios, esto incluye el derecho a la propiedad privada. Con el incremento de la
secularización de la sociedad, su visión resultó problemática para los liberales,
principalmente en cómo justificar estos derechos.

3) David Hume (1711-1776):

Para Hume, las instituciones sociales (los sistemas políticos y económicos) son artificios
humanos diseñados para lidiar con lo que él llama "Las circunstancias de la justicia":
escasez moderada y benevolencia limitada.

Si la escasez desapareciera, no habría problema económico que resolver. Lo mismo


sucedería con benevolencia ilimitada. Por otra parte, si la escasez fuera severa y la
benevolencia inexistente, la sociedad no podría existir. En pocas palabras, escasez
moderada y benevolencia limitada hacen al gobierno tanto posible como necesario.

4) Adam Smith (1723-1790):

La contribución de Smith se reflejó en tres vertientes:

- La primera fundamenta que la sociedad se desarrolla a través de etapas que culminan en


una sociedad comercial, en una sociedad con un sistema de libre competencia.

- La segunda, que los sistemas políticos y económicos están entrelazados y ningún sistema
económico subsiste sin un sistema político y viceversa; es decir, un sistema 8 económico
de libre competencia encuentra su equivalente natural en un orden constitucional con
gobierno limitado, no intervencionista que garantice las libertades civiles y políticas.

- La tercer vertiente desarrolla la idea de que las instituciones sociales y en general el


fenómeno social, deben ser entendidas o explicadas en términos de acciones individuales;

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por ejemplo, la forma cómo un sistema económico funciona debe ser explicado en última
instancia en términos de acciones individuales, el llamado individualismo.

6) John Stuart Mill (1806-1873):

Distinguió la producción de la distribución y a causa de su desencantado con el laissez


faire (libre mercado), creía en el mercado sólo como un mecanismo para organizar la
producción, pero encontró mucho que criticar en cuanto a la forma en que la riqueza y el
ingreso eran distribuidos por el mercado. Afirmaba que la distribución de la riqueza social
podía ser objeto de una elección social (ej. mediante la política gubernamental) en el
contexto de un sistema de mercado; es decir, la riqueza podía ser redistribuida por el
Estado.

Por otro lado, Mill fue un fuerte defensor de la libertad personal, es el padre de la
distinción entre la libertad personal y libertad económica, además de precursor de los
liberales contemporáneos.

III. EL MARXISMO

La principal doctrina política de esta corriente fue expresada por Carlos Marx, y se
encuentra condensada en el “Manifiesto del Partido Comunista”. En esa época
“comunismo y socialismo” se utilizan como sinónimos por oposición al capitalismo.
Marx hace una crítica radical al capitalismo. Su unidad de análisis no es el individuo, sino
la clase social, entendiendo como tal el conjunto de personas que se ubican de un lado u
otro de la propiedad de los medios de producción.

La propiedad es considerada apropiación del trabajo ajeno. El proletario, desposeído de


medios de producción, se ve obligado, por necesidad, a vender su fuerza de trabajo a un
capitalista, a cambio de un salario. Pero éste no paga por toda su fuerza de trabajo, sino
por la cantidad de dinero necesaria para que éste pueda seguir trabajando. La parte del
trabajo del obrero que se apropia el capitalista, pero que no retribuye, se llama plusvalía.
Es el núcleo de la explotación capitalista. El capital está formado por la acumulación de
plusvalor. Es decir que el capital acumulación de trabajo obrero, apropiado por el
capitalista en condiciones sociales desiguales. La propiedad capitalista, en este sentido,
es ilegítima, y como tal, postula Marx, debe ser expropiada, a toda la clase capitalista,
mediante una revolución proletaria.

Entre las características del Marxismo podemos mencionar las siguientes:

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- Sostiene la teoría que afirma que todo acontecimiento histórico ha sido provocado por
intereses económicos y no por valores espirituales. Esto hace referencia al materialismo
histórico.

- El valor de una mercancía se debe determinar por la cantidad de trabajo que fue
necesario para su producción.

- La única forma de generar riqueza es mediante el trabajo. La acumulación de riquezas


de capital es generada por la explotación de los trabajadores.

- La sociedad capitalista está dividida en dos, el proletariado y la burguesía.

- La lucha de clases en el capitalismo se da entre burgueses y proletarios.

- La religión es una creación social que sirve como analgésico. La realización de la


humanidad no está en el cielo sino en la tierra.

- La sociedad ideal no tiene clases sociales. La clase gobernante se elimina para crear una
clase administradora del Estado que satisfaga las necesidades del pueblo y elimine las
luchas de clases haciendo una sola sociedad ideal.

- La centralización de los factores de producción, regulación de los precios y la


sectorización económica deben estar en manos del estado.

Historia del marxismo

El marxismo tiene su origen a mediados del siglo XIX, tomando su nombre del Karl Marx
quien en compañía de Friedrich Engels, elaboró una teoría inspirada en el socialismo
utópico que buscaba la transformación de la sociedad. Esta teoría también fue conocida
como socialismo científico porque era más pragmático que el socialismo presentado por
los filósofos anteriores.

El corpus de la doctrina marxista se vio publicado por primera vez en Londres en 1848 y
tenía por nombre el “Manifiesto Comunista”. Este apareció en vísperas de las
revoluciones que se produciría ese año en varios países de Europa como Francia,
Alemania, el Imperio Austríaco e Italia.

Poco a poco los pensamientos de Marx lograron penetrar la clase trabajadora de las
fábricas generando presión en las sociedades industriales de Gran Bretaña, Alemania,
Francia e Italia y posteriormente, a otros países de Europa. Sin embargo, es en Rusia

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donde las ideas de Marx sirven de gran influencia en la Revolución Bolchevique y más
adelante, se toman como referencia en los gobiernos de Lenin y Stalin para dar mayor
auge a la ideología marxista comunista.

Años más tarde, el comunismo ocupó un sitio importante en los partidos políticos de
muchos países y esta ideología se instaló en Cuba luego de la Revolución Cubana en 1958
y en países como Rumania, China, Laos, Vietnam, Corea del Norte y algunos países
africanos que no permanecieron mucho tiempo bajo este tipo de gobierno.

El objetivo del marxismo es que sean los propios trabajadores quienes, a través del
Estado, manejen los medios de producción, lo cual posibilitará una sociedad sin clases,
evitando que una minoría acumule los medios de producción para explotar a la mayoría.

Los marxistas consideran que la sociedad capitalista se divide en clases sociales, de las
que toman en consideración principalmente dos:

La clase trabajadora o proletariado: Marx definió a esta clase como «los individuos
que venden su mano de obra y no poseen los medios de producción», a quienes
consideraba responsables de crear la riqueza de una sociedad (edificios, puentes y
mobiliario, por ejemplo, son construidos físicamente por miembros de esta clase; también
los servicios son prestados por asalariados).

La burguesía: quienes «poseen los medios de producción» y emplean al proletariado.


Constituyen la clase mercantil por excelencia: su riqueza proviene de la administración
intelectual de los negocios. Se apropian del excedente económico de toda la sociedad por
el mecanismo de la plusvalía, capaz de confiscar de forma no coercitiva (mercantil,
racional) el valor trabajo, pilar de todo valor y riqueza.italistas.

¿Qué es la lucha de clases?

La lucha de clases es un principio teórico fundamental en la doctrina filosófica del


marxismo y del materialismo histórico.

Propone la existencia de conflictos en la sociedad como consecuencia de una disputa o


antagonismo entre los sectores que la componen (las clases sociales), en la medida en que
cada clase intenta reorganizarla política y económicamente a su favor. De esta lucha
constante, inherente a toda forma de organización política humana, se desprendería el
progreso político y social que compone la Historia.

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Según la propuesta marxista, la sociedad industrial capitalista es la más reciente de una
sucesión de sistemas económicos y sociales en los que ha existido siempre una tensión
entre pobres y ricos, amos y esclavos, señores feudales y siervos, o en términos
contemporáneos, burguesía y proletariado.

Estas tensiones han dinamitado los sistemas por dentro, apuntando cada vez más hacia
nuevas estructuras más igualitarias, en un proceso que culminaría en la sociedad sin
clases, de igualdad social y económica. Sólo entonces podría resolverse el conflicto.

El concepto de la lucha de clases es popular entre la militancia izquierdista y fundamenta


la concepción del mundo revolucionaria, que aspira a detonar la insurgencia de las clases
oprimidas para así transitar desde el capitalismo al comunismo, que sería su forma
igualitaria y evolucionada.

Ventajas y desventajas del Marxismo

Entre las ventajas y desventajas del marxismo podemos mencionar las siguientes:

Ventajas

- No existe la propiedad privada de los medios de producción.

- Busca la distribución equitativa del ingreso.

- No genera desempleo.

- Busca el bienestar social.

Desventajas

- El Estado puede limitar el desarrollo creativo de los trabajadores.

- La empresas tienden a migrar de los países con Estados marxistas.

- Los empleados pueden estar mal pagados.

- El Estado genera su burocracia que produce déficit.

- Los dirigentes políticos se convierten en los grupos privilegiados.

- Existe poco poder de iniciativa para la innovación

Consecuencias

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Antes de hablar de las consecuencias del marxismo, es importante aclarar que existe una
diferencia entre el marxismo y el comunismo. Esta radica en que el marxismo es una
corriente filosófica y política y el comunismo es un sistema de gobierno. En este sentido,
se podría decir que el primero representa la teoría y el segundo la práctica o aplicación.

El marxismo generó en su momento una reflexión sobre la lucha de clases, el capital y un


proyecto para mejorar el bienestar social que era pertinente y valido para su época y para
las futuras. Por esta razón, se puede afirmar que la tesis marxista trajo como consecuencia
una revisión y análisis de los problemas que generaba el capitalismo en las naciones y
como éste podía afectar significativamente a los pueblos, sobre todo a la clase trabajadora.

Otra consecuencia de esta doctrina, es que presentaba un análisis del pasado, presente y
lo que debería ser el futuro para crear una sola clase social que representara la humanidad,
por eso el marxismo se expandió por muchos países, hasta llegar a ser aplicado en
algunos, bajo el sistema comunista. El caso más conocido es el de Rusia en Europa, Cuba
en Latinoamérica y China en Asia.

Representantes

Los representantes más significativos del Marxismo son Karl Marx y Friedrich Engels.

Karl Marx (1818-1883)

Marx nació en Tréveris, en Prusia occidental, en una familia de origen judía que luego se
convierte al protestantismo. Realizó estudios de derecho, historia y filosofía. Durante su
primer trabajo como periodista en la “Gaceta Renana”, se vio inmerso en medio de
diferentes corrientes de la filosofía alemana de Hegel y de Feuerbach, el socialismo
utópico francés y la economía política británica. Su doctrina filosófica parte del hombre
como ser que actúa y no como ser que piensa. Critica la religión y el Estado que según él,
eran logros imaginarios y substituye la consciencia divina por la consciencia humana.

Friedrich Engels (1820-1895)

Engels es hijo de una familia alemana que hizo fortuna gracias a la industria textil. Realizó
estudios de filosofía en Berlín y fue admirador de las ideas de Hegel y de Feuerbach. Es
allí donde conoce a Karl Marx, a quien luego vuelve a encontrar años más tarde, durante
un viaje en Paris. Engels se dio cuenta de que Marx y el tienen visiones filosóficas

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similares y decidieron entonces colaborar juntos. Engels apoya a Marx financieramente
y colabora estrechamente con él.

Marxismo en economía

En economía, el marxismo tiene su expresión en la escuela de economía marxista, que se


inspira en algunos de los conceptos fundamentales desarrollados por Karl Marx en su
obra El capital.

Según la economía marxista, por ejemplo, el valor de una cosa es determinado por la
cantidad de trabajo necesario para su producción (la teoría del valor-trabajo), por lo tanto,
la diferencia entre el valor de lo que el trabajador produce y su salario es una forma de
trabajo no remunerado que se conoce como plusvalía, con el cual se queda el capitalista
en un esquema de explotación que enfrenta a los dueños de los medios de producción (la
burguesía) y a los trabajadores (proletariado) en la lucha de clases.

IV. REFORMISMO - SOCIALDEMOCRACIA.

Parte del movimiento obrero se diferencia de la opción marxista y permanece más


apegado a las prácticas cooperativistas, mutualistas y sindicalistas. A partir de estallido
de la primera guerra mundial, se produce un debate en su interior. Un sector de éste rompe
con el grupo más internacionalista, y acepta que los trabajadores de cada país luchen en
la guerra a favor de sus gobiernos racionales, e indirectamente, de sus respectivas
burguesías. Propende una vía no revolucionaria al socialismo. A éste se llegaría –
sostenían- implementando progresivas reformas en el sistema capitalista, que, por sus
tendencias espontáneas a la concentración y centralización económicas, llevaría a
traspasar áreas de actividad de la esfera privada a la del Estado.

Conforman partidos socialdemócratas, que se integran a la vida parlamentaria de sus


países, e impulsan transformaciones sociales por la vía jurídica. Esto supone aceptar cierta
“neutralidad” del aparato del Estado, que ya no sería un Estado de clase, sino un poder
universal externo a éstas. Sus plasmaciones más concretas son el derecho laboral y el
derecho de la previsión social, cuyo origen, en los países centrales, es anterior a 1929.

A partir de las reformas Keynesianas de las economías capitalistas desde 1930 en


adelante, tanto los partidos socialdemócratas, como los laboristas, demócratas y radicales,
tienden a adoptar posturas económicas de tipo Keynesiano: pacto social entre capital y
trabajo, mejoras sociales y económicas para la clase trabajadora, redistribución de

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ingresos, crecimiento de la intervención económica del Estado, política monetaria activa,
tributación progresiva, etc.

En este nuevo esquema reformista-socialdemócrata, la función de los sindicatos es


central, dado que por un lado contienen la combatividad de los trabajadores, pero por otro
defienden sus reivindicaciones salariales y jurídicas frente a la clase dominante.

El modelo es exitoso desde la segunda posguerra hasta fines de la década de 1960. La


clase obrera transforma su demanda política, por demanda de bienes de consumo. Se
expande el fordismo y el consumismo en los países capitalistas centrales.

La expansión masiva y generalizada del sistema de educación pública, y la implantación


de la educación técnica integrada al crecimiento industrial son una conquista efectiva de
esta corriente política.

En los países periféricos, en cambio, la política Keynesiana reformista, no es


socialdemócrata, sino populista. Estos países, a diferencia de los centrales, no cuentan
con clase obrera y burguesía industrial suficientemente organizadas, en las que se pueda
apoyar el pacto keynesiano. Entonces el Estado tiene mayor protagonismo, y al mismo
tiempo que aplica políticas reformistas, construye “desde arriba” sus propias bases
sociales. Esta versión se emparenta con el nacionalismo periférico, y en Argentina, con
el peronismo.

SOCIALISTAS UTÓPICOS (Saint-Simon, Fourier, Owen). REFORMISTAS.

Propone formas de vida y de producciones alternativas (pero utópicas) que consigan


efectos más igualitarios. Preceden al pensamiento marxista.

• Saint-Simon

Habla de planificación centralizada de la economía (organización científica de la


producción). La economía se debe articular en el ámbito mundial, planificada por los más
sabios, sin que lo impida la propiedad privada. Para ello propone un comité de banqueros
para planificar la economía mundial.

Es una crítica al liberalismo, que ofrece una visión individualista. Es pacifista.

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• Fourier

Hª de la manzana: al comprar un kilo de manzanas en la ciudad se da cuenta de que lo


que le cobran allí por un kilo es lo que en su pueblo le cobrarían por un saco lleno de
manzanas. Considera que el mayor problema es la distribución de la producción: los
intermediarios encarecen el producto, enriqueciéndose ilícitamente y en perjuicio de los
consumidores y de los productores.

La solución sería una organización comunitaria de producción y distribución, los


“falansterios”, que además de un compromiso económico, conllevan un compromiso
social (ajustarse a un determinado comportamiento). Se vivía en libertad y se buscaría la
igualdad de todos.

No importa si se logró o no este tipo de organización, sino que buscaba la colectivización


de la producción agrícola y que quería extenderlo también a la producción industrial.

• Owen

Crítica moralista de la economía de mercado, que supone un punto de partida para la


teoría de la lucha de clases. Cree en la educación como posibilidad de mejorar al ser
humano (es optimista antropológico).

Defiende la propiedad común de las mercancías. Intentó experimentos de producción


comunitaria en EE.UU, pero también fracasaron. Algunos han dicho que los socialistas
utópicos estaban “intoxicados de futuro”. Pero, aun así, son el origen de las teorías
marxistas.

Características del reformismo

1. Origen

El reformismo se da en el último cuarto de siglo del XIX, proveniente de estratos de la


capa alta de la sociedad, estrechamente vinculadas al revisionismo.

Al reformismo y su posibilidad de convivencia se debe el establecimiento de la mayoría


de las socialdemocracias, es decir, democracias capitalistas orientadas hacia la solución
de los dramas sociales.

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2. Planteamiento fundamental

Los fundamentos del reformismo son los mismos de los movimientos de izquierda
revolucionaria, es decir, reivindicar a la masa empobrecida y a los trabajadores
explotados, pero sin la necesidad de una lucha de clases que conduzca, según la doctrina
marxista revolucionaria, a una dictadura del proletariado y finalmente al comunismo.

El reformismo más bien aboga por una colaboración entre las clases y la posibilidad de
un estado de bienestar generalizado, al cual se podría llegar mediante cambios paulatinos
pero esenciales en la sociedad.

3. El diálogo social

El reformismo, en su búsqueda de consensos entre las clases sociales, promueve un


diálogo social que permita alcanzar acuerdos entre los diversos sectores de la sociedad
humana, con el fin de evitar los conflictos y avanzar conjuntamente hacia escenarios de
economía mixta, que beneficien tanto al trabajador como al patrono.

4. Reformismo socialista

Representada por la socialdemocracia, a partir del pensamiento de teóricos como Eduard


Bernstein (vinculado al Revisionismo), persigue una democracia cuyo sector proletario
tenga cada vez más derechos adquiridos y, por lo tanto, menos razones para hacer la
Revolución.

En este sentido, las consideraciones antidemocráticas de la dictadura del proletariado


fallarían en ver la paulatina ganancia de derechos y reivindicaciones que la democracia
ha permitido en la historia a los sectores trabajadores.

Sin embargo, la socialdemocracia no abandona su aspiración a un estado de igualdad y


bienestar denominado “socialista”, sólo que lo hacen a través de métodos paulatinos y
democráticos.

5. Diferencias con el comunismo

Como se ha dicho, la primordial diferencia entre los reformistas y los comunistas o


socialistas estriba en que apuestan por la reforma del Estado y no por la Revolución.
Donde los primeros prefieren cambios lentos y sustanciales, los otros anhelan arrancar el
sistema de raíz.

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6. Criticas

Al reformismo se lo acusa, sobre todo desde los sectores radicales revolucionarios, de


haber pactado con el opresor y preferir un avance lento pero pacífico a una ruptura
violenta y total.

Para quienes piensan que el capitalismo y la propiedad privada es incompatible con la


justicia social y la democracia, los reformistas son más bien traidores que intentan
compatibilizar el capitalismo y un supuesto “bienestar general” que no requiera de
acciones violentas.

El concepto de reformismo en la Historia

El reformismo es una doctrina o corriente política que rechaza la vía revolucionaria, pero,
también, el inmovilismo del conservadurismo. El reformismo aspira a cambiar la
situación presente a través de transformaciones políticas, sociales y económicas de forma
gradual.

La primera vez que apareció el concepto de reformismo en la Historia sería en el contexto


de la Ilustración, en el siglo XVIII. El despotismo ilustrado emprendió reformas
administrativas en casi todos los campos con un propósito racionalizador, aunque partía
de una profunda contradicción, ya que, si las reformas se llevaban hasta sus últimas
consecuencias, se terminaría con el Antiguo Régimen y eso era imposible desde la óptica
de un rey absoluto.

En realidad, el concepto contemporáneo del reformismo no nace hasta que se asienta el


liberalismo político en el poder, a mediados del siglo XIX. Superada la fase
revolucionaria, la escuela utilitarista de Stuart Mill y Bentham abogaron por el
reformismo como vía política, frente a los sectores moderados de la familia liberal que
aspiraban al fortalecimiento de su poder contra las demandas sociales, como se puso de
manifiesto en la Revolución de 1848.

El reformismo tuvo tanto éxito como doctrina que caló en el socialismo, cuando una parte
del mismo se desmarcó de la revolución como medio para la conquista del poder. El
socialismo democrático occidental consideró, en el último tercio del siglo XIX, que se
podía respetar la legalidad vigente, una vez transformado el Estado liberal en democrático
(sufragio universal), porque podía convertirse en un instrumento no violento para cambiar
el capitalismo y atenuar las lacerantes situaciones de desigualdad social.

18
Los partidos socialistas o socialdemócratas participaron en el juego político, en las
elecciones, en los parlamentos y en los gobiernos, presionando para que se comenzasen
a aprobar leyes de contenido social, con un evidente éxito gradual. El posterior triunfo
del Estado del Bienestar, gracias al acuerdo tácito con los sectores reformistas del otro
lado del espectro político, es decir, con la democracia cristiana, ha sido el mayor logro
del reformismo en el siglo XX.

Así pues, el reformismo de una parte de la izquierda, unido al de sectores de la derecha


con preocupaciones sociales, derivadas de los principios cristianos, hicieron que esta
doctrina impregnase a los gobiernos europeos occidentales después de la Segunda Guerra
Mundial, asentando una desconocida época de bienestar general, con las excepciones de
los sistemas dictatoriales del suroeste europeo, incorporados a este bienestar tarde y mal.

Después, los armados ideológicamente por el neoliberalismo y que llevan desde los años
ochenta del pasado siglo luchando por la destrucción del Estado del Bienestar, se han
apropiado del concepto del reformismo para aplicarlo a sus políticas de adelgazamiento
de lo público y de regreso a los principios de la más pura libre concurrencia, sin
intervenciones del Estado para redistribuir la renta.

V. NACIONALISMO.

Centra su discurso en la “Nación” entendida como una comunidad relativamente


homogénea y armónica, que tiene una cultura común, y un destino de realización, que
otras naciones e intereses foráneos, pretenden impedir.

Usualmente encuentra en el Estado y las corporaciones (sindicatos tanto obreros como


patronales) el instrumento organizativo que lleve adelante este proceso.

El nacionalismo adquiere un signo diferente según se ubique en los países centrales o en


los países periféricos. El primero, se convierte en colonialismo o imperialismo. En tanto
que el Nacionalismo de los países periféricos, se expresa en la resistencia nacional contra
las tendencias coloniales e imperialistas de los primeros.

Como reacción a la mundialización capitalista, podemos también distinguir dos tipos de


nacionalismo. Por un lado, un nacionalismo conservador, imbuido de elementos
religiosos, que hace hincapié en los aspectos “espirituales” de la nacionalidad, que tiende
a naturalizar las diferencias sociales al interior de cada nación, como por ejemplo, el
nacionalismo islámico. Por otro lado, cuando el nacionalismo periférico se opone

19
radicalmente a la mundialización, extiende la crítica anti-capitalista al interior de sus
propios países. En estos últimos casos, ha tomado buena parte de sus componentes
ideológicos del marxismo, y más recientemente del ambientalismo.

Su creación teórica más importante es la teoría de la dependencia, según la cual, los países
periféricos no son “atrasados” sino que están desarrollados, en función de las
conveniencias de los países centrales, y no de sus propios intereses y necesidades.

Una discusión clave, para esta última corriente, es el papel que puede o no cumplir la
burguesía “nacional” en la periferia. Para algunos esta clase capitalista autóctona puede
impulsar el crecimiento nacional, enfrentándose con los intereses del capitalismo
transnacional. Para otras corrientes, más radicales, la burguesía local solo puede ser un
socio menor del capital transnacional, de modo que la construcción de la nación, solo
puede quedar en manos de la clase obrera, el campesinado y/o la masa de población
marginal, bajo la forma de una revolución anticapitalista.

Un rasgo común de los nacionalismos es denunciar el carácter antinacional del aparato


educativo heredado. El sistema escolar público copiado de los países capitalistas
avanzados sería un ejercicio de “colonización pedagógica” tendiente a mantener
adormecidas las potencialidades nacionales. Al contrario, se requeriría una educación
nacional, que permita al pueblo reconocerse como nación, reforzar su identidad, y su
potencial realizador.

Evolución del nacionalismo

El pensamiento ilustrado y la Revolución Francesa son tenidos como la época y el


escenario del surgimiento del nacionalismo como movimiento social y corriente
ideológica; Locke, Hobbes, Sieyés y Rousseau fueron sus principales pensadores. Este
inicial nacionalismo sostiene el principio de soberanía nacional, la nación como
consecuencia de un contrato social por el que la sociedad civil, poseedora de la soberanía,
hace depositaría de ésta al Estado, que resulta ser la institucionalización de la nación. Este
planteamiento hace surgir la nación de un acto de voluntad política y libre determinación
de la sociedad y de cada uno de los individuos que la componen, que por ello alcanzan la
categoría de ciudadanos.

Surgido como superación del localismo feudal y contra una identificación de la soberanía
del estado con la gracia divina de los reyes, este nacionalismo de finales del siglo XVIII

20
y primer tercio del XIX fue generalmente asociado a los principios y valores de la
democracia y el liberalismo, siendo por tanto utilizado en la lucha contra el imperio
napoleónico y en buena parte de las revoluciones de las décadas de 1820 y 1830.

Al finalizar la guerra mundial triunfó el decimonónico «principio de nacionalidad»


propiciado por el presidente estadounidense Wilson; las razones para este triunfo fueron
el derrumbamiento de los imperios centrales, la revolución soviética y la conformación
de la «nación burguesa» entendida como «economía nacional». Nunca como entonces
(hasta la caída del bloque socialista y la desaparición de la URSS) se llevó a cabo un
rediseño de las fronteras territoriales respondiendo a identificaciones nacionalistas. El
resultado de esta política estuvo lejos de lo esperado, aunque sus peores fallos no se
percibieron hasta las vísperas de la segunda guerra mundial, en parte motivada por el
intento de redefinición de esta práctica.

Los nuevos estados-naciones resultaron ser casi tan multiculturales y pruriétnicos como
los anteriores imperios, agravándose la situación de los ciudadanos ajenos a los rasgos
étnico-lingüísticos del nuevo estado, que comenzaron a ser llamados «minorías».

El Nacionalismo desde el modelo politológico

Anteriormente se dijo que la politología centra su atención en la manifestación del


nacionalismo como movimiento de legitimación política del poder o como oposición a
un poder con una identidad ajena a la defendida por él. Si para la sociología el concepto
básico inicial era el de identidad colectiva, para el politólogo lo serán soberanía y
legitimación: el dominio por un poder central sobre un territorio determinado y la
aceptación y la consideración social del vínculo político entre ese poder y los miembros
del territorio. A muy grandes rasgos pueden diferenciarse dos corrientes principales, a las
que, a falta de mejor denominación, podríamos llamar línea democrático-excluyente o
nacional-jacobina y línea confederacionista o de los nacionalismos concéntricos. El punto
de partida de cada uno de estos modelos de análisis en muy importante, pues determina
de un modo trascendental los resultados.

La más evidente de estas realidades es la composición pruriétnica y multicultural de


cualquier comunidad, independientemente del tamaño, en el mundo actual; no existen
comunidades «puras», por lo que cualquier poder exclusivo y excluyente que se
constituyera sobre las bases nacional-jacobinas o bien tendería a reproducir las

21
negaciones y persecuciones de los Estados-nación centralistas o bien multiplicaría el
proceso reduccionista-independentista hasta el ínfimo. La primera posibilidad se puso en
evidencia con la política wilsoniana tras la primera guerra mundial, al pretender constituir
los nuevos estados centroeuropeos sobre comunidades nacionales ideales; cuando éstas
afirmaron su control del Estado aparecieron los problemas de las minorías, cuyos
resultados todos conocen. La segunda posibilidad sería una continuidad con las ideas del
socialismo utópico decimonónico, con la resurrección de los falansterios o las
comunidades religiosas rigoristas.

Las corrientes de los nacionalismos concéntricos demuestran que es posible la


compatibilidad de nacionalidades, superpuestas unas a otras sin exclusión. Si se toma el
caso de España, tanto las prospecciones sociológicas como la común experiencia
muestran que existe un cúmulo de identidades sociales que parte de la polis (que puede
ser realmente una ciudad, pero también un simple pueblo —por lo usual encontrada su
identidad en oposición a los vecinos— o incluso un barrio de una gran ciudad), se
extiende a la comarca o provincia (identidades reales en regiones tan distintas como
Andalucía —comarca— o el País Vasco —con pronunciadas diferencias provinciales),
alcanza a la región, comunidad o nacionalidad y aunque parece culminar con la identidad
de nación o Estado nacional, en realidad existen identidades superiores, en concreto la
europeo-occidental y la ibero-americana. Una última identidad universalista incorporaría
a todos los hombres a una misma polis planetaria, aunque la inexistencia de unos otros
no sea la menor dificultad para alcanzarla, ya que como llegó a decir Johannet, «la idea
de la nación es esencialmente una concepción ideológica de la frontera»

Cuestionamiento de la persistencia de la «doctrina central»

Uno de los autores clásicos del estudio del nacionalismo, Anthony D. Smith, sintetizó la
doctrina central nacionalista en siete puntos que definían la ideología nacionalista:

a) La humanidad se halla dividida por su propia naturaleza en naciones.

b) Cada nación posee un carácter peculiar.

c) La soberanía reside en la comunidad nacional, origen de todo poder político.

d) Todas las personas deben identificarse con una nación para su completa
autorrealización y defensa de su libertad.

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e) La nación alcanza su realización con la institucionalización de su propio Estado.

f) Al Estado nacional se le debe una lealtad superior a cualquier otra entidad o idea.

g) La libertad y la armonía internacional exigen y descansan en la creación o


fortalecimiento del Estado nacional.

Estos siete puntos, de controvertido desarrollo, que sin duda fueron operativos en
prácticamente todos los nacionalismos con anterioridad a la segunda guerra mundial, son
difícilmente constatables en términos generales por los nacionalismos de este final de
siglo. Lo que induce a otro de los grandes temas.

Nacionalismo y postmodernidad: los profundos cambios socioculturales y económicos


de las últimas décadas han incidido en la cosmovisión no sólo occidental, sino por la
expansión e influencia de ella en el resto de las culturas, también a nivel mundial.
Disipados los ecos baldíos de las profecías sobre el fin de la historia se presenta ante los
científicos sociales un escenario parcialmente nuevo que es necesario explicar. La idea
de la nación es uno de los conceptos básicos de la teoría política contemporánea y estos
cambios y la apertura de un nuevo ciclo histórico obligadamente influirá en su
permanencia. Los principales fenómenos que inciden en la evolución de la idea de la
nación son el cuestionamiento del Estado nacional (tanto proveniente de ámbitos
superiores —edificación de estructuras político-económicas supranacionales— como
inferiores —regionalismos, tribalización urbana—) y la expansión de los medios de
comunicación, lo que conlleva la parición o fortalecimiento de identidades
transnacionales de todo tipo. Respecto al primero, el primer cambio en profundidad es la
pérdida de interés de los nacionalismos periféricos por la exigencia de la
«independencia», sustituida por un fortalecimiento de las entidades de autogobierno
subsumidas en un macroestado multiestatal.

Nacionalismo y globalización económica: la internacionalización del sistema


económico, la pérdida de soberanía económica por parte de los Estados nacionales y la
conformación de grandes bloques político-económicos incide de forma directa en los
mecanismos de fortalecimiento de la idea nacional; en ocasiones de un modo positivo —
efecto multiplicador, «patriotismo de subsidiaridad», etc. y en otras a resulta de un
fenómeno de reacción, en oposición a un proceso abierto sin destino preciso.

VI. NEOLIBERALISMO.

23
Ante la crisis del Estado de Bienestar Keynesiano, se esgrimen distintos tipos de
diagnósticos. Triunfa la visión de la derecha que sostiene que la intervención estatal
desalienta al capital y quita incentivos al trabajo, lo que perjudica la productividad, lleva
a la baja de la inversión, y desencadena la crisis y la inflación.

Como salida para esta crisis, el neoliberalismo impuso un retorno al viejo paradigma
liberal, desmantelando los mecanismos de intervención, regulación y protección del
Keynesianismo. Las medidas neoliberales están contenidas en el llamado Consenso de
Washington, en el que se resumen las propuestas que los organismos financieros
internacionales impulsaron a adoptar en los países periféricos: privatización de empresas
públicas, desregulación de la economía, flexibilización laboral, estabilización monetaria,
equilibrio fiscal, reducción del gasto público, y reforma tributaria regresiva. La propuesta
neoliberal se resume en la fórmula conocida como Estado mínimo. Sus efectos
económicos son recesivos. Pero esto no es visto por sus ejecutores como un problema,
sino más bien como un paso necesario del funcionamiento espontáneo hacia un nuevo
equilibrio de mercado, que lleve el costo de los factores de producción hacia un nivel tan
bajo que motive a los capitales a invertir nuevamente.

La propuesta neoliberal se expandió mundialmente desde 1990, en un momento en que


caían los regímenes comunistas de Europa Oriental, desapareciendo de esta manera el
sistema social que durante más de 70 años había puesto en cuestión al capitalismo. La
nueva configuración del poder mundial permitió extender, simultáneamente, los
regímenes democrático-constitucionales a los ex países comunistas. Era lo que se conoció
como “democracia liberal de mercado”, es decir, republicanismo político más
neoliberalismo.

Como los países que iban adoptando el modelo neoliberal, no redujeron, sino que en la
práctica ampliaron sus déficits fiscales, esa brecha fue cubierta con financiamiento de los
organismos multilaterales de crédito, que al mismo tiempo obtenían injerencia en las
cuentas internas y en las decisiones económicas locales. La deuda externa pasa así a ser
el principal condicionamiento político de las nacientes democracias de los países
periféricos.

En este paradigma, la educación no cumple ningún papel decisivo. Si bien recepta,


teóricamente el postulado liberal original de educación de la ciudadanía, en la práctica de
las decisiones políticas, esta cuestión es secundaria. Por el contrario, la política neoliberal

24
en educación prioriza: a) devolver al mercado aquellos “servicios” educativos que puedan
ser prestado como negocios en términos de empresa (privatización de la educación); b)
derivar los servicios educativos que dieran pérdida hacia los estados locales; y c) apoyarse
en el sistema de educación pública subsistente para prestar asistencia social focalizada a
la población más afectada por el desempleo y la recesión que el propio modelo genera.

ANARQUISMO: REBELION CAMPESINA Y REVOLUCION LIBERTARIA


URBANA

IDEAS CENTRALES

El término anarquismo es de origen griego y significa “sin autoridad ni poder”. Esta


ideología, junto con el marxismo, constituye una de las corrientes del “socialismo”.
Ambas, anarquismo y marxismo, coinciden en la crítica al capitalismo y en la necesidad
de su eliminación, pero difieren radicalmente en cuanto a los métodos para conseguirlo.
De hecho, a lo largo del siglo XIX ambos pensamientos se fueron alejando
progresivamente, hasta convertirse en irreconciliables antagonistas.

El anarquismo estuvo muy influido por la idea rousseauniana (de Jean Jacques Rousseau)
de que el individuo es bueno por naturaleza y es la sociedad (o el Estado y sus
instituciones) quien destruye su felicidad.

Por causa de su individualismo refractario a toda disciplina y su sentimentalismo de raíz


romántica alcanzó su máxima influencia en el seno de sociedades mayoritariamente
campesinas y escasamente industrializadas -España, Italia y Rusia-, en tanto que en países
más avanzados tuvo mayor peso el marxismo, más disciplinado y teórico. A finales del
XIX y principios del XX algunos sectores del anarquismo preconizaron la acción radical
y violenta. Ello se concretó en atentados terroristas que reputaron en su día esta corriente
de agresiva y salvaje. Los atentados se concentraban en las cabezas visibles del poder
(Reyes, Príncipes, Generales etc) o adoptaban la forma de la autodefensa obrera y
campesina frente al matonismo revientahuelgas de los pistoleros contratados por los
burgueses o las fuerzas del orden al servicio de los terratenientes. Rebelde antes que
Revolucionario o Reformista, el marxismo considera estas acciones inútiles o
contraproducentes sin el apoyo de las masas, pero éste también se buscaba ansiosamente
con la teoría de la huelga general revolucionaria y el sindicalismo

25
En España el anarcosindicalismo se materializó en la creación de organizaciones como
la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) que jugaron un importante papel en el
primer tercio del siglo XX.

El pensamiento anarquista no es uniforme, sin embargo, sus defensores comparten


algunas ideas afines:

El rechazo de cualquier tipo de autoridad -en especial la del Estado- y el repudio a


cualquier forma de organización, sea de carácter partidista, administrativa o religiosa.
Junto al rechazo a la autoridad preconiza la libertad individual.

Para los anarquistas el Estado capitalista constituye una estructura que posibilita la
explotación de la clase obrera y por ello debe ser destruido. Rechaza tanto el juego
político como la organización de partidos. El medio fundamental para eliminar al Estado
es la huelga general, que permite arruinar a la burguesía.

La organización social ha de estructurarse de abajo arriba, partiendo de pequeñas


comunidades autosuficientes y por libre decisión de sus miembros, expresada a través del
sufragio universal, nunca por imposición.

La abolición de la propiedad, ya que ésta es considerada como un robo cuando se consigue


sin trabajo. El derecho a la herencia (origen del status social) ha de eliminarse y sustituirse
por la colectivización de los bienes.

La importancia de la educación. El hombre solo será libre cuando sea capaz de pensar por
sí mismo y el mejor medio para conseguirlo es una esmerada instrucción.

Un punto de partida idéntico a los de los liberales, la libertad; y un objetivo igual al de


los socialistas, la igualdad.

• Individualismo extremo: el individuo es antes que la sociedad. Hay individuos


conscientes y racionales que interactúan entre ellos. De esa interacción surge la sociedad.
Consecuencia: se priorizan las decisiones individuales frente a las grupales.

• Sociabilidad innata de los seres humanos: el “animal social” que decía Aristóteles.

• Optimistas antropológicos: sólo hay que dejar que el ser humano refleje su bondad
innata (que se deja que libremente interactúe)

26
• De ese orden natural surge la anarquía: el orden natural es ausencia de autoridad.
Utopía. Las interacciones tienden a ese orden natural que en algún momento de la historia
se corrompió. Visión circular de la historia.

Libro de ALVAREZ JUNCO, “La ideología política en el anarquismo español”

¿CÓMO SE TRANSFORMA EN UN PROGRAMA CONCRETO?

• Fluidez y versatilidad, adaptable a los diversos contextos. Tiene varias caras, diferentes
propuestas políticas.

• Negación del Estado, creado tras la revolución industrial. El Estado es inútil, artificial,
opresor. Es un artificio del poderoso; la sociedad es fruto de los individuos. El Estado
mantiene el poder de los poderosos y las desigualdades; además, regula todas las
dimensiones de la persona e impide que las interacciones se desarrollen naturalmente.

• Libertad natural: hay que volver al orden natural. Las instituciones sociales oprimen.
Hay que reformarlas. Rechazan el capital, la religión (que se inmiscuye en la vida de las
personas, y dirige sus acciones, reprime la relación hombre/mujer, imponiendo el
matrimonio), la familia tradicional (creen en el amor libre) y el ejército. Se hicieron
experimentos de comunas sin dinero)

• Gran confianza en la igualdad de sexos.

• Fe en el progreso científico como medio de mejora de la sociedad.

• Teoría de la revolución: la revolución va a ser necesaria, pero no todos los anarquistas


son revolucionarios. Unos piensan que hay que organizarla y otros, que será espontánea.
¿Cómo conseguir los objetivos sin caer en lo que se denuncia, p.e. la autoridad?

PENSADORES ANARQUISTAS

Tres figuras destacan en el pensamiento anarquista:

- Pierre Joseph Proudhon (1809-1865)

Su influencia se dejó sentir hasta la década de los años 60 del siglo


XIX, a partir de la cual alcanzaron más relevancia las ideas de
Bakunin y Kropotkin. Aunque muy relacionado con el grupo de los
socialistas utópicos, de quien fue contemporáneo, se le considera
el fundador del anarquismo; sus escritos son posteriores a 1848.

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Criticó el juego parlamentario, sosteniendo que el sufragio universal es fácilmente
manejable por la propaganda de los partidos burgueses. Frente al Estado y la Ley
preconizó la asociación de pequeños productores autónomos reunidos políticamente en
una federación de comunas socialmente articuladas en torno al mutualismo y el
cooperativismo. Confió en la vía pacífica y en la ayuda mutua como formas de conseguir
la liberación del hombre, siendo ajeno a los anarquistas que alentaron el uso de la
violencia.

- Bakunin (1814-1876)

Fue el primer teórico anarquista en presentar su pensamiento de una manera sistemática.

Propuso la colectivización (“anarco-colectivismo”) de los medios de


producción (capital, tierra, industrias, etc), pero no así de los frutos que se
obtienen de ellos. En esto difería de la postura más radical de Kropotkin
quien sostenía que dichos frutos también debían ser de propiedad colectiva.

Según Bakunin, el Estado y otras instituciones como la Iglesia y el Ejército han de ser
reemplazados por una federación de comunas creadas de forma espontánea. Minimizó el
papel de los partidos políticos revolucionarios como instrumento de transformación social
e igualmente rechazó el juego político parlamentario.

- Kropotkin (1842-1921)

Aristócrata ruso antizarista, estuvo muy influido por las ideas de Bakunin
a quien apoyó en la Primera Internacional frente a Marx. Abogó por una
sociedad sin Estado, donde el trabajo intelectual y manual no estuviesen
separados y los hombres practicaran el apoyo mutuo, la libertad, la
solidaridad y la justicia.

Kropotkin alentó la acción de los obreros por la vía sindical, no política, siendo
representante del denominado “anarcosindicalismo”.Como instrumento indispensable
para cambiar la sociedad propuso la educación, aunque también ponderó la violencia para
conseguirlo.

Además de estos conocidos pensadores se distinguió:

- G. Sorel (1847-1922)

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Sindicalista francés. En su obra “Reflexiones sobre la violencia, 1908, defendió la huelga
general y la acción violenta como medios para destruir el estado capitalista. Sus principios
inspiraron en buena medida al movimiento fascista de Mussolini y tuvieron cierta
influencia sobre Lenin.

- PIERRE JOSEPH PROUDHON (1809-1865, Francia)

“¿Qué es la propiedad? La propiedad es un robo”. Esta idea de la época es desarrollada


también por Proudhon. Su ideal anárquico tendría que ver con el mundo campesino que
vivió en su infancia: hombres fuertes que, libremente, interactuaban. Los más nobles y
puros trabajadores son los campesinos.

Fue alternando propuestas reformistas y revolucionarias.

“Sistema de contradicciones económicas o filosofía de la miseria”. Visión crítica de los


cambios de la sociedad europea. Los experimentos de Fourier y Saint Simon no sirven
para cambiar el poder, sólo para cambiar el poder de manos.

Toda propuesta centralizada es un mantenimiento del sistema de desigualdad.

El cambio más importante es de la propiedad a la posesión. Sólo propietarios de lo que se


puede hacer con las manos: útiles, fruta... El resto, posesión temporal para evitar la
tentación de acumulación. Si no se puede acumular, no habrá desigualdades.

La propiedad es un robo porque los seres humanos no pueden tener la propiedad de


aquello que producen.

Realizaron experimentos de un banco (el banco de la gente), en el que no existía capital,


creyendo que se podría abolir la estructura de créditos e intercambio financiero y llegar
así a una sociedad más justa. En el banco, se tendría el valor de lo producido y lo podrían
intercambiar con otros clientes.

Dificultades por las críticas recibidas de Marx por su falta de coherencia interna y de base
filosófica (Marx lo llamará: “la pobreza de la filosofía”).

No era totalmente optimista antropológico, sino que pensaba que internamente, el ser
humano, debe luchar entre instinto y razón. Lo irracional son impulsos negativos que la
razón debe controlar.

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El mayor problema para la igualdad, no es el orgullo de la aristocracia, sino el egoísmo
de los pobres.Para el ser humano, lo natural es trabajar. El trabajo es tanto una necesidad
natural como una virtud moral.

“Del paro al ocio”, resumen de los teóricos del ocio. En su idea de revolución, rechaza la
idea de acción violenta. Propone, en cambio, formas pacíficas de cambiar las cosas. La
vía es una reforma gradual hacia un modelo federal de sociedad económica-política y
social, con diferentes comunas libres y sin dirección central (relaciones horizontales)

Proudhon también era atípico en su concepción de “familia”, que considera la base de la


sociedad. Modelo muy tradicional de familia, que incentiva el trabajo. No feminista.
Defensor de una moral tradicional.

- MIJAIL BAKUNIN

Desarrolló la parte práctica del anarquismo. Propuesta de acción concreta. Cualquier


medio es admisible para conseguir los fines que se propone. Confía en la violencia como
medio de acción legítimo para cambiar las cosas.

Nació en familia noble, conservadora, lo que contribuyó a su carácter rebelde. Desarrolló


odio personal y político a cualquier recorte de la libertad. Obsesionado en expandir sus
ideas. Creó diversas organizaciones internacionales rivales a las socialistas y que fueron
sedes del pensamiento anarquista: Alianza Social Democrática.

Con Kropotkin, afianzó las ideas anarquistas tal como se conocen actualmente:

• Confianza en la buena naturaleza humana, sociabilidad innata del hombre, igualdad total
de los sexos, amor libre, Negación del Estado y de la Autoridad, Ateismo y
Anticlericalismo. Sindicalismo, Rechazo de la Democracia y los partidos políticos,
Espontaneismo y Acción Directa, Rebelión Revolucionaria, Confianza en la Educación
de las masas y el progreso de la humanidad

Se ha denominado al anarquismo que él desarrolló anarcocolectivismo o anarquismo


colectivista. Junto con Proudhon y luego Kropotkin es uno de los teóricos más
importantes del anarquismo, y prácticamente es el primer gran impulsor del anarquismo
como movimiento político y popular. Ideas principales:

El antiestatismo

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Bakunin propone una organización antiestatista, esto es, la supresión del Estado, sin
rechazar el término en sí mismo. Bakunin apuesta por la creación de los Estados Unidos
de Europa como modo de acercarse a la idea liberal de la Revolución estadounidense de
1776, cuando se independiza del Reino Unido. Para Bakunin el fallo de la revolución
liberal de Estados Unidos es que la libertad que proclamaba la constitución era solamente
para una minoría que oprimía al resto. El reto para Bakunin era lograr una democracia
como la estadounidense en Europa pero que ampliara la democracia a todos y liberara
además al hombre del sistema monetario, el poder político, el poder económico y la
religión.

A diferencia del marxismo, que consideraba que la política debía crear unas condiciones
sociales que permitieran al individuo vivir por encima de la opresión económica, Bakunin
consideraba que la revolución tenía que empezar en la propia persona. Él establecía un
orden político de individuos que conformasen comunas, que a su vez estas comunas se
federaran entre sí para colaborar y que estas federaciones se federaran entre sí en
confederaciones. En dicho proceso, a diferencia del marxismo, Bakunin no separa
campesinos de obreros urbanos y considera que esa revolución corresponde a ambos al
mismo tiempo.

Para Marx, que entendía la Historia por fases, la revolución debía de empezar en las
ciudades, núcleo industrializado y estado último en la evolución del capitalismo, para
extenderse luego sobre territorios que abarcaran el campo. Es por esto que en países
profundamente agrarios como la España de finales del siglo XIX y principios del siglo
XX los postulados anarquistas eran mucho más aceptados que los marxistas, aunque
también triunfaron en núcleos industrializados.

Trabajo: Colectivismo

Bakunin daba gran importancia al trabajo y a que este se desarrollara en libertad: Como
el mundo antiguo, nuestra civilización moderna, que comprende una minoría
comparativamente muy restringida de ciudadanos privilegiados, tiene por base el trabajo
forzado (por el hambre) de la inmensa mayoría de las poblaciones.

Para Bakunin el anarquismo supone una liberación social, sin necesidad de gobierno ni
autoridades oficiales cuyo centro de gravedad se sitúa en el trabajo, el factor de

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producción, sus medios y distribución. La sociedad debería organizarse mediante la
federación de productores y consumidores (a nivel de base) coordinados entre sí mediante
las confederaciones. No habría necesidad, pues, de gobiernos, sistemas legislativos o
poderes ejecutivos que monopolizaran la violencia.

El comunismo libertario de Kropotkin objetó que la visión de Bakunin mantenía el


concepto de burocracia como organismo encargado de vigilar y regular el trabajo y su
remuneración, a fin de cuentas, un núcleo gubernamental. El colectivismo bakuninista
entra a valorar debidamente el trabajo de las masas y considera injusta su remuneración
en el capitalismo:

A falta de todo otro bien, esa educación burguesa, con ayuda de la solidaridad que une a
todos los miembros del mundo burgués, asegura a quien la ha recibido, un privilegio
enorme en la remuneración de su trabajo -el trabajo de los burgueses más mediocres se
paga casi siempre tres o cuatro veces más que el del obrero más inteligente.

En una extensa carta firmada en Marsella en 1870, trata el tema de la justa repartición de
la riqueza producida por el trabajo nacional. Para Bakunin, a medida que la riqueza
nacional aumenta esta tiende a concentrarse en las manos de cada vez menos personas.
Los burgueses argumentan que la mejora de las condiciones del proletariado pasa primero
por la prosperidad burguesa, sin embargo la realidad que se hacía patente es que la
situación de las clases obreras en Europa empeoraba mientras que la de la burguesía
mejoraba. El sistema burgués producía, además, crisis comerciales por superproducción
que dejaban sin trabajo a miles de personas, y la supresión de las pequeñas empresas
industriales, comerciales y financieras.

En la misma carta hace una descripción de las consecuencias del capitalismo bien
conocidas. El hecho de que en el capitalismo se precisen vender las mercaderías al precio
más bajo posible hace que los salarios sean muy bajos, para disminuir los gastos de
producción. Entonces, el trabajo de las personas se convierte también en una mercadería,
regida por la oferta y la demanda. Con frecuencia sucedería, pues, que una industria
próspera, con productos muy demandados, aumentase su producción por ello reclamase
muchos obreros, atrayéndolos con un aumento del salario. Sin embargo, en cuanto la
oferta de trabajo supera a la demanda el salario comienza a bajar.

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Resulta interesante, también, describe, que en los países políticamente más democráticos,
como Inglaterra, Estados Unidos, Suiza o Bélgica los trabajadores, aún con derechos
políticos, son esclavos de sus patronos y por eso no tienen ni el tiempo ni la independencia
necesarias para ejercer sus derechos ciudadanos. Esos países, dice Bakunin, tienen un día
de "de reinado" o "de saturnales", que es el de las elecciones, donde sus amos van a
hablarles de igualdad y fraternidad y a decirles que son el pueblo soberano, pero pasado
ese día todo sigue igual. Bakunin dice que eso no significa que él, como socialista
revolucionario, no esté a favor del sufragio universal, sino que está a favor de ejercerlo
para construir una sociedad sin desigualdad económica y social.

Para Bakunin, los socialistas que participan en las elecciones burguesas, como el caso de
los socialistas de Alemania, o bien son personas equivocadas o bien son embusteros, ya
que lo único que se consigue con eso es apartar a los trabajadores de la revolución social
que es la única que, según él, traería la libertad real, la justicia y el bienestar social. Esto
es debido a que el Estado no es más que un yugo opresor, y las instituciones y las
autoridades políticas sirven para garantizar los privilegios de las clases opresoras y el
socialismo solo se puede obtener si, al mismo tiempo, se destruye el Estado. La alternativa
sería, dice textualmente, “la vía de una federación libre, de la libertad y el trabajo de
todos, pueblos, provincias, comunas, asociaciones e individuos, sobre la base única de la
igualdad y de la fraternidad humanas”.

Ateísmo y Anticlericalismo

Bakunin era extremadamente crítico con la religión y abogaba por el ateísmo. De su obra
se deduce un ateísmo muy intenso e incluso una admiración declarada por la figura de
Lucifer, que considera un revolucionario en el cielo contra el poder autócrata de Dios.

Para Bakunin, el católico era la persona egoísta por antonomasia, ya que realizaba el Bien
por amor a sí mismo, para tener acceso al Cielo, y no por amor a los demás. Bakunin
situaba al cura católico a la altura de los brujos, y no distinguía entre el cristianismo y
cualquier forma de magia o religión primitiva.

Bakunin se remonta al Antiguo Testamento, para dirigir una crítica furibunda a Moisés.
Moisés, en el Antiguo Testamento, recibe las leyes directamente de Dios y las impone al
pueblo de Israel. Es decir, el Estado, el legislador, en primer lugar busca su legitimación
en Dios para poder ser un dictador.

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También considera la religión perniciosa para los hombres porque les hace aceptar de
manera más sencilla que en el mundo haya jefes, acuñando la frase: «Un jefe en el cielo
es la mejor excusa para que haya mil en la Tierra».

Si bien el ateísmo bakuninista es muy popular en el anarquismo, este desprecio extremo


a la religión no es extensible a todo el anarquismo. Kropotkin, a pesar de conocer la obra
de Bakunin, no da ninguna importancia en sus textos a la religión. Para Proudhon, el
origen del Estado no es en absoluto religioso, sino que surge de la repartición de la
propiedad agraria. En la historia, además, abundan los anarquistas cristianos como León
Tolstói o Melchor Rodríguez García.

Organizaciones y doctrinas: anti-politicismo y rechazo de la Democracia Burguesa

Bakunin era contrario a la politización de las organizaciones. Gran parte de sus


desavenencias dentro de la AIT fueron por la crítica a Marx de intentar convertir la AIT
en un instrumento para hacer política en lugar de un instrumento para la libre asociación
de trabajadores en su liberación. Bakunin también era contrario a las doctrinas cerradas y
negaba calificarse a sí mismo como filósofo

PIOTR KROPOTKIN

(Piotr Alexeiévich Kropotkin; Moscú, 1842 - Dmitrov, 1921) Revolucionario y teórico


del anarquismo ruso. Nacido en una familia aristocrática, fue dedicado a la carrera militar.
Durante su destino en Siberia contribuyó a la exploración de aquel territorio y adoptó las
ideas anarquistas, influido por Proudhon y Bakunin. Como muchos de los revolucionarios
rusos del siglo XIX, Kropotkin nació en el seno de una familia rica perteneciente a la
nobleza; formaba parte de la élite. Su padre tenía más de mil siervos y tres grandes fincas.
Kropotkin se graduó en el Cuerpo de Pajes, la academia militar más exclusiva de la época
en Rusia. Llegó a ser incluso paje de cámara del emperador Alejandro II. Ante él se abría
un futuro brillante: podría haberse convertido en general o en ministro.

Sin embargo, el príncipe desestimó todo esto y se entregó a la revolución. Habiéndose


empapado de literatura clandestina, renunció al prestigioso servicio en la guardia y se
marchó a Siberia.

Durante este acercamiento al pueblo, Kropotkin se convenció definitivamente de que


todos los males provenían del Estado. Allí adonde no llegaba la mano del Estado, a pesar
de la pobreza, la gente era feliz. Los pueblos que conoció se organizaban en comunas y

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se las arreglaban perfectamente sin impuestos ni funcionarios. A raíz de la represión de
la insurrección de Polonia en 1863, abandonó el Ejército y se dedicó a la Geografía,
asumiendo posturas críticas contra el régimen zarista. Durante sus viajes por Europa y
Asia tomó contacto con activistas anarquistas. Durante su estancia en Suiza, se dedicó a
observar cómo estaba organizada la cooperativa de los relojeros. Estos no estaban
sometidos a ninguna jefatura y, sin embargo, la cooperativa funcionaba a la perfección.
Se trataba de una auténtica comuna anarquista, tal como lo entendía Kropotkin. Una
comunidad de personas libres, que no trabajaban bajo presión, sino de forma voluntaria.
Allí mismo, en Suiza, en 1872 Kropotkin se unió a la Primera Internacional, la misma en
la que ingresó Karl Marx, en cuyo seno apoyó la corriente anarquista de Bakunin en
contra del liderazgo de Marx y los marxistas

Cuando regresó a Rusia, en 1874, fue detenido por sus actividades revolucionarias; pero
consiguió evadirse y huir a Francia en 1876. Kropotkin regresó del extranjero
transformado en un revolucionario convencido y comenzó a redactar propaganda
revolucionaria. Demostró bastante destreza en el arte de la conspiración, pues durante
mucho tiempo, aunque la policía estaba al tanto de sus actividades, no pudieron arrestarlo.
Se disfrazaba constantemente de estudiante o de campesino y cambiaba con frecuencia
de piso franco. Si en el edificio entraba un elegante joven con gafas, después salía un
campesino vestido con una vieja camisa de algodón y unas botas baratas. La
transformación era absoluta. No obstante, al final fue arrestado. Lo enviaron a la Fortaleza
de Pedro y Pablo en San Petersburgo, una de las cárceles más lúgubres de Rusia.
Kropotkin pasó dos años allí para después fugarse a Francia, como hemos dicho antes.
Fue un caso único. Solo una persona realmente desesperada podía tomar la decisión de
fugarse de la Fortaleza de Pedro y Pablo.

Ya en Francia participó en los intentos de reunificación del movimiento obrero


internacional y fundó la revista El Rebelde, en cuyas páginas defendió las ideas
anarquistas y la necesidad de hacerlas realidad mediante el uso de la violencia. Durante
varios años prosiguió con su actividad antigubernamental —y es que la anarquía se basa
en la negación del Estado, de la gran máquina estatal—; allí encontró muchos partidarios,
entre otros, los editores de un periódico con un nombre bastante sugerente, El Insurrecto,
que se dedicaban a publicar propaganda e incluso llegaron a organizar algunos ataques
terroristas.

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Kropotkin no guardaba ninguna relación con estos sucesos, pero debido a su exposición
al público se convirtió en una figura muy impopular como chivo expiatorio del
anarquismo violento. Esto le valió la expulsión de todos los países europeos; en Francia
incluso fue condenado a cinco años de cárcel, de los que finalmente solo tuvo que cumplir
tres, gracias a la intervención de Victor Hugo y de otras celebridades, que acudieron en
su defensa.

En 1882 fue detenido por las autoridades francesas, pasando a Inglaterra tras su
excarcelamiento en 1886 donde poco a poco y por problemas de salud va abandonando
la agitación revolucionaria (la actividad práctica) y se concentra en las tareas teóricas.

Entre las obras de Kropotkin destacan La conquista del pan (1888), Campos, fábricas y
talleres (1899), Ayuda mutua (1902) y Memorias de un revolucionario (1906). En ellas
definió el comunismo libertario o anarco-comunismo, ideología predominante entre los
anarquistas de finales del siglo XIX y comienzos del XX, que vino a sustituir al
colectivismo de Proudhon y Bakunin. Consistía en defender la organización colectiva de
la producción en comunas autosuficientes, regidas por una concepción del mundo
estrictamente científica, unas relaciones sociales basadas en el apoyo mutuo y una moral
de libertad, solidaridad y justicia.

Gradualmente fue adoptando posiciones más moderadas: preconizó vías de acción


eminentemente políticas, valoró positivamente la lucha sindical como medio de despertar
la conciencia revolucionaria de las masas, e incluso recomendó a sus seguidores apoyar
al bando aliado en la Primera Guerra Mundial (1914-18) y la continuación de la guerra,
lo cual le valió no sólo el desprecio de los bolcheviques sino el aislamiento político
respecto de sus compañeros anarquistas. Nada más estallar la Revolución rusa (1917)
regresó a Rusia y prestó su apoyo tanto al gobierno de Kerenski como al de Lenin; sin
embargo, enseguida empezó a criticar el poder dictatorial de los bolcheviques. Ningún
Estado —ni los capitalistas ni los socialistas— acepta la anarquía. Cuando Kropotkin
regresó a Rusia durante la revolución, enseguida se produjo el roce con los bolcheviques.
Al viejo anarquista le horrorizaba la crueldad de estos. Era una persona gentil y bondadosa
por naturaleza, por lo que no podía aprobar el terror rojo bajo ningún concepto. Ante todo,
él interpretaba el anarquismo como un sistema basado en la ayuda mutua y en la
solidaridad. Y lo que se encontró allí fue una guerra de todos contra todos.

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“¡Para esto he trabajado toda mi vida en la teoría de la anarquía!”, se quejaba a Plejánov,
un viejo compañero marxista. A lo que este le contestó: “Piotr Alexéevich, también yo
me encuentro en esa situación. Si hubiera sabido que mis enseñanzas sobre el socialismo
científico desembocarían en esta pesadilla...”

Tras la muerte de Kropotkin, las autoridades rusas lo conmemoraron por su lucha contra
el ‘perverso’ sistema zarista. En su honor se bautizaron varias calles e incluso ciudades
de todo el país. En el centro de Moscú hay una parada de metro que se llama
Kropótkinskaya y durante un tiempo también existió el museo de, pero a finales de los
años 30 lo cerraron por lo que pudiera pasar. Para entonces, el Estado soviético ya se
había puesto en pie y había ganado poder; las ideas anarquistas le eran completamente
ajenas.

Kropotkin murió cuando intentaba formar un grupo político de inspiración anarquista en


la Rusia soviética.

PENSAMIENTO

Hasta el momento, en las bases del anarquismo encontrábamos la colectivización de los


medios de producción, gestionados éstos por sociedades obreras. También encontramos
un salario según lo realizado por cada uno/a y la desaparición del Estado y del gobierno.
Ideas llegadas gracias a las aportaciones de Proudhon, Guillaume, Bakunin… El tema
central de los numerosos trabajos de Kropotkin fue la abolición de toda forma de gobierno
en favor de una sociedad que se rigiera exclusivamente por el principio de la ayuda mutua
(título de uno de sus libros) y la cooperación, sin necesidad de instituciones estatales. Esa
sociedad ideal (comunismo anarquista o anarcocomunismo) sería el último paso de un
proceso revolucionario que pasaría antes por una fase de colectivismo (el
anarcocolectivismo, teoría en ciertos aspectos cercana al tipo de comunismo planteado
aquí). Su ideario anarco-comunista se basaba en principios como el de "a cada cual según
su necesidad, de cada cual según su capacidad", en contra de lo que pensaba Bakunin.
Probablemente su libro más importante para el pensamiento anarquista sea La Conquista
del Pan (1892). Según lo resume Ángel Cappelletti,

La tesis sustentada por Kropotkin en esta obra se reduce a lo siguiente: Todos los bienes
que dispone hoy la sociedad son producto del trabajo mancomunado y solidario de los
hombres de ayer y de hoy. Todos los bienes, por tanto, pertenecen por igual a todos, desde

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el momento en que resulta imposible discriminar la parte que en su producción ha tenido
cada uno.53

Aun así, el comunismo libertario de Kropotkin, no estuvo exento de algunas divergencias


frente a las tesis proudhonianas y bakunistas. Kropotkin basaba su pensamiento en torno
a tres ejes:

¿Cómo organizar la producción y el consumo en una sociedad libre?: Mediante la


colectivización de los medios de producción y los bienes obtenidos, junto con una
racionalización de la economía y la creación de la comuna autosuficiente (la comuna
suprime las diferencias campo-ciudad, crea una descentralización industrial y también
suprime la división del trabajo). Además, por el contrario del capitalismo, no rige el
principio de máximo beneficio individual, puesto que rige un principio más justo e
igualitario: "a cada cual, según su trabajo". Sustentado todo en el apoyo mutuo.

Apoyo mutuo: En el apoyo mutuo reside una interpretación más amplia del
evolucionismo darwiniano: Kropotkin demuestra que la cooperación y la ayuda recíproca
son prácticas comunes y esenciales en la naturaleza humana. Si se renuncia a la
solidaridad por la codicia, se cae en la jerarquización social y el despotismo.

Concepción moral y ética: Solo una moral basada en la libertad, solidaridad y justicia,
puede superar los instintos destructivos que también forman parte de la naturaleza
humana. En todo caso, la ciencia ha de ser la guía de los fundamentos éticos y no de
principios sobrenaturales. La investigación de las estructuras sociales, debe producir el
conocimiento de las necesidades humanas, base para el desarrollo de una sociedad libre.

VII. El Socialismo
El socialismo es un sistema de organización económico-social que toma fuerza durante
la I Revolución Industrial. Promulga que los medios de producción sean de propiedad
colectiva y su administración sea pública, bien a través de la nacionalización de estos
medios centralizados en el Estado, o bien mediante un sistema no estatal.

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El sistema socialista sostiene que al eliminar la propiedad privada sobre los medios de
producción, la riqueza se repartirá justamente y con ello se extinguirán las clases sociales.
Al existir una propiedad colectiva y una organización unificada de la actividad
económica, se acabaría con el capitalismo como sistema económico imperante.

Características del socialismo

La teoría socialista resulta algo complejo dado las numerosas ramas ideológicas que la
complementan a lo largo de la historia. A modo general, estas son las principales
características del socialismo.

– Persigue la igualdad social

– Abolición de la propiedad privada

– Mayor control por parte del Estado (en contra del liberalismo)

– Nacionalización de los medios de producción

– Sustitución del sistema capitalista por un sistema comunista (marxismo)

Orígenes del socialismo

Podemos rastrear sus orígenes muy atrás en el tiempo. Los primeros socialistas eran los
socialistas denominados utópicos, ya que se basaban en la obra de Tomás Moro, Utopía,
en la cual se veía en la propiedad privada y en la acumulación de riqueza por parte de
individuos particulares uno de los grandes males de la sociedad. Dentro de los socialistas
utópicos podemos encontrar a Sant Simon y Robert Owen. Es importante aclarar que
debido a su contexto (Revolución Francesa, caída del viejo orden) estos intelectuales
añoraban la estabilidad propia de la Edad Media.

Por otra parte, el socialismo más importante e interesante fue desarrollado por Karl Marx
y Engels. Su contexto era completamente diferente, ya que ellos estaban presenciando el
pleno desarrollo del capitalismo en su modo más salvaje y las contradicciones propias del
sistema (una pequeña parte de la población muy rica y una gran masa asalariada muy
pobre).

La abolición de la propiedad privada, el control del Estado por parte de la clase obrera, y
un futuro sin clases sociales eran las banderas del comunismo/socialismo de Marx.

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VIII. Conclusiones

Toda concepción, teoría política tiene como punto de partida el concepto del Hombre.
Santo Tomás dijo que según se piense acerca del fin hombre se pensará el fin de la teoría
política.

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El Liberalismo tiene una característica muy peculiar, reduce toda la realidad al sujeto. El
hombre es la causa, el principio y el término de toda la actividad creadora. De esta forma
se lo eleva al sujeto a un podio que no le corresponde, el de autosuficiente. Es un
humanismo ateo, niega la existencia de todo lo sobrenatural (a pesar de que se puede
deducir por sentido común que existe un ordenador) por ende niega a Dios creador y
providente. No hay otra vida que no sea la terrenal, además agrega que la Iglesia se
equivoca constantemente.

Para el liberalismo el hombre se desarrolla cuando expande su riqueza, tal vez se sientan
complacidos materialmente pero el espíritu tendrá en su cuenta una gran deuda.

Pero el reformismo capitalista conocido como socialdemocracia, plantea una distribución


más equitativa basada en la política tributaria y no en el cambio del régimen de propiedad.

Los socialdemócratas se caracterizan por sus políticas reformistas ligadas a la


participación ciudadana, a la protección del medio ambiente y a la integración de minorías
sociales en las democracias modernas, y abordan los valores sociales desde un prisma
progresista.

IX. Bibliografía

https://www.uv.mx/personal/cebarradas/files/2012/09/LIBERALISMO.pdf

https://www.euston96.com/marxismo/

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https://es.scribd.com/document/235193429/Pensadoras-Siglo-XX

https://es.scribd.com/doc/103756333/02-Principales-corrientes-Politicas

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