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Cátedra de Psicoanálisis

Concurso de Ensayos 2017


“Psicoanálisis y sociedad”
sociedad
Profesor: Guido Coll

Titulo: Autorretrato
Damian Gutierrez
DNI: 28652928
“Cuando me siento observado por el
objetivo, todo cambia: me constituyo en el
acto de posar, me fabrico instantáneamente
otro cuerpo, me transformo por adelantado en
imagen.”
― Roland Barthes

A modo de introducción.

Habría que remontarse al 19 de agosto de 1839. En esta fecha en la


Academia de Ciencias de Paris, se presento el que tal vez sería uno de los
inventos del siglo, con la divulgación mundial del primer procedimiento
fotográfico, el Daguerrotipo desarrollado y perfeccionado por Louis Daguerre,
se inicia la historia de la fotografía, la imagen más “fiel”, por primera vez se
obtenía un método que podía fijar imágenes de modo permanente.

La fotografía coincidió con la inauguración de toda una era de


industrialización, tecnificación y consumo en el que el calificativo “masivo”
comenzó a ser utilizado de manera corriente

Con 60 años de diferencia en 1899 el mundo recibiría un texto que aun


hoy al igual que la fotografía, ha perdurado y ha cambiado el modo en que se
percibe la humanidad, con la publicación de la “La interpretación de los
sueños”, Freud conformaría lo que serían los comienzos del psicoanálisis.

Es interesante subrayar como ambas “Disciplinas” poseen términos que


podemos ver como paralelos y que al día de hoy pueden jugar en cuanto la
construcción del lenguaje. Exponer a la luz, poner en foco, desenfocar,
distorsionar, apertura, aclarar, sensibilidad, obturar, velar, revelar, son todas
expresiones utilizadas en la construcción de una fotografía, sin embargo
podemos encontrar y escuchar estas mismas, en una sesión psicoanalítica.

Roland Barthes en la Cámara Lucida introduce los conceptos de


Studium como la parte de la fotografía que el autor ha planificado, o buscado, y
hasta diríamos que “conscientemente construido”, y el Punctum como aquella
cualidad que, siendo inconsciente, nos “pega”, atraviesa, atrapa. El golpe que
sentimos cuando vemos una “buena imagen”, muchas veces explicable, pero
que siempre aporta una dimensión extra a la imagen.

El Studium lo podemos ver como algo que es racional, universal.


Cualquier espectador puede percibirlo, el Punctum en cambio es personal,
juega más en el terreno del inconsciente, no es intencional.

El pensamiento en imágenes, decía Freud, es más próximo a los


procesos inconscientes que el pensamiento en palabras e indiscutiblemente es
más antiguo que éste.

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El concepto de lo inconsciente para Freud es uno de los términos más
complejos de definir ya que fue modificándolo en su teoría, pero a lo que se
refiere aquí hace referencia al uso descriptivo del término como aquellos
contenidos no presentes en el campo actual de la conciencia.

La fotografía como constructora del Yo

Retomando a Barthes este afirma la fotografía entendida como un objeto


de duelo. Papel de la fotografía como “testimonio”, como “trámite tanatológico”
que me permite un día ver “lo que ha sido”. La fotografía como rito de la
muerte. Quizás plasmando un momento que sabemos que nunca se repetirá.
En realidad el acto de fotografiar es como una pequeña muerte, en cierta forma
queremos así conservar la vida.

Podemos sumar esta idea de duelo en la fotografía a la de Freud


cuando escribe “Duelo y melancolía” en 1915 refiere estos dos afectos,
señalando que ambos son respuestas ante la pérdida de un objeto amado.
Destaca que el duelo es una respuesta normal y esperada, donde no hay nada
inconsciente referido a la pérdida; a diferencia del padecimiento del
melancólico, que sabe a quién ha perdido, pero no qué ha perdido en esa
pérdida.

Siguiendo en esta línea es donde es interesante reflexionar sobre la


función de la fotografía en la construcción del Yo, Freud dirá en “Introducción
al narcisismo” que al autoerotismo deberá agregarse un nuevo acto psíquico
para que el yo se constituya. Parece imprescindible la presencia del otro para
que el yo se constituya y Lacan así lo expresa en el ”Estadio del espejo” al
señalar la necesidad de un otro que sostenga la imagen del niño frente al
espejo. El yo aparece en un momento determinado, en el que se precipita
como imagen del cuerpo, imagen en la que el niño se reconoce y que a la vez
lo cautiva.

La fotografía es una parte de la historia de la mirada, de su registro. La


mirada tiene una importancia fundamental en la conformación del sujeto, es
una condición necesaria, pero no suficiente. Lacan establece una diferencia
entre la mirada subjetivante y la función fisiológica del ver La primera está
relacionada con el deseo del otro materno, y es la que introduce al niño en la
imagen de un cuerpo propio y unitario. Por definición, ver es la acción y el
resultado de captar el mundo por medio de la vista. Mientras que mirar,
consiste en fijarse en un detalle particular de aquello que estamos viendo, algo
así como el Studium y Punctum barthesiano

Para este ensayo propongo en sola imagen, una serie fotografía de mi


autoría, una serie llamada “Autorretrato”, así con una solo palabra, una

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búsqueda de hallazgo delante del objetivo, fragmentado, pero a la vez siendo
construido, con un gran peso en la mirada del otro.

Investigando vemos que la palabra autorretrato se compone de “auto”


con el significado de “sí mismo” y retrato, del latín “retractus”, a su vez de
“retrahere” como “dirigirse hacia atrás”, para hacer que algo reviva, ya sea a
través de palabras, esculturas, pinturas, dibujos, o en este caso la fotografía.

Comparto la idea del fotógrafo Alois Glogar, quien afirma que mas allá
de trabajar e investigar la propia narrativa fotográfica, se haya fotografiado lo
que se haya fotografiado solo se hacen autorretratos, un autorretrato eterno, no
en el sentido del ego a través del autorretrato con el fotógrafo como
protagonista sino en que utilizamos cada fotografía para hablar de nosotros
mismos, probablemente esto sea un acto absolutamente inconsciente, pero
siempre fotografiamos desde nuestro punto de vista.

Fotografiar significa establecer con el mundo una relación determinada


que implica conocimiento, y en cierto modo, un poder en apropiarse de lo
fotografiado. El solo hecho de tener una cámara convierte al sujeto en un ser
activo, voyerista, que domina la situación, En este sentido fotografiar, es una
forma de participar, es mucho más que una observación pasiva: es tener un
interés especial en expresar un estado de cosas, de deseos, conscientes o
inconscientes

Lo que intento señalar es que la imagen fotografía puede ser vista como
duelo y como construcción, al menos así la he vivenciado en mi devenir
fotógrafo. Construyo la fotografía no solo para construirme en ese golpe, sino
para dar cuenta de un discurso, la imagen fotográfica no es solo una
codificación de bits o papel sensibilizado en plata, la fotografía es discurso,
enuncia, interpela.

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A modo de conclusión

Si compartimos con Barthes la idea de la fotografía como “tramite


tanatologico” como muerte para conservar la vida, y además considerando al
autorretrato como un acto exhibicionista en el que hay algo de masoquismo.
Puedo afirmar que al hacer una fotografía, me expongo a la luz, me revelo,
pongo en foco algo de mí, tal vez algo obturado. En el instante de la toma, en
ese corte del espacio- tiempo, algo de mí ha muerto, ha muerto para poder ser
inmortalizado, es ese el doble poder de la fotografía.

Por último y para reflexionar, comparto otra idea de Barhes “La cámara
oscura debe ser llamada lúcida, pues esta muestra, incluso enseña rasgos de
una persona que al natural no encontramos.” Quizás en cierto modo el
psicoanálisis sea esa disciplina que nos acerca a convertirnos en lucidos.

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Bibliografía

Barthes, Roland. “La cámara lúcida. Nota sobre la fotografía”. Buenos


Aires: Ediciones Paidós Ibérica, 1989.

Lacan, Jaques. “El estadio del espejo como formador de la función del
yo (je), tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica”, en Escritos 1.
México: Siglo XXI, 1971. Pp. 86-93.

Freud, S. (1984). Introducción del narcisismo. En J. L. Etcheverry


(Traduc.), Obras completas: Sigmund Freud (Vol. 14). Buenos Aires: Amorrortu.
(Trabajo original publicado 1914)

Lacan, J. (1987). Seminario 11. Los cuatro conceptos fundamentales del


psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós.

Alois Glogar “Solo Hacemos Autorretratos”,”


http://www.aloisglogar.es/solo-hacemos-autorretratos/”, Consultado el
27/10/2017

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