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UNIVERSIDAD DEL VALLE

Programa: Licenciatura en Educación Popular.


Curso: ​Artesanía de la producción intelectual ll
Docente:​ Gloria Amparo Rodriguez.
Estudiante:​ Dana Valeria Hurtado Borja.
Columna de opinión:
Fecha: ​26 de junio de 2019

La prostitución en el contexto Colombiano, ha sido una labor socialmente juzgada por todos
los tiempos, además no cuenta con una regularidad normativa, a pesar de que se considera
una de las labores más antiguas de la historia, pues no es considerado un trabajo "digno"
moralmente. Sus prácticas han Sido señaladas cómo inadmisibles y él estado ha optado por
ignorar estás prácticas antes que apropiarse de las situación de los trabajadores sexuales y
regularizarla con normas que pretendan su seguridad y bienestar.

Es de suma importancia resaltar que la trata de personas, la prostitución infantil, entre otros
ilegalidades que involucren el trabajo sexual obligado, las considero abominables y no hace
parte de lo que entraré a juzgar en este escrito.

Biológicamente, el deseo sexual en los seres humanos es algo existente, incluso existen
personas que cuentan con mayor libido, al punto de considerarse adictos al sexo, en este
orden de ideas, si hay personas que no se sienten moralmente impedidas para ofrecer
servicios sexuales a cambio de dinero, porque no permitirselo cómo trabajo, y ofrecerles
desde el estado, unas condiciones favorables, que permitan seguridad, frente a enfermedades
venéreas, embarazos u otros riesgos del oficio.

Si bien es cierto que la prostitución se considera una actividad inmoral, principalmente desde
la concepción religiosa, el argumento que considero más valioso a favor de esta labor, es la
reducción de violaciones y violencia que indudablemente reduce la prostitución, puesto que
existen personas, ( en su mayoría hombres), que son incapaces de controlar sus deseos
sexuales, y cómo una pronta respuesta en pro de satisfacer esta necesidad, está el acuerdo
mutuo entre dos personas que deciden intercambiar sexo por dinero, evitando de esta manera,
que individuos que no estén dispuestos a tener relaciones sexuales sean obligados, o en otros
casos, que las personas obliguen a sus cónyuges, violentado y accediendo a su cuerpo sin
consentimiento.

Por ser Colombia un país sumamente desigual, con altos niveles de pobreza, considero
patético, el hecho que los trabajadores sexuales, sean frecuentemente juzgados de manera
severa, por lo "inmoral" que es su oficio, siendo el acto sexual, una regularidad biológica, que
cualquier ser humano realiza. Negando de esta manera, el derecho de muchas personas a
contar con un sustento que permita solventar unas necesidades básicas, y en muchos casos las
de sus familias.

Por consiguiente, considero inadecuado el pensamiento que señala el trabajo sexual, cómo
inmoral, vulgar, o inadmisible, y pretendo que evalúen, una perspectiva alejada de los
prejuicios que vende la sociedad recriminadora, pues considero que el uso que estas personas
le dan a su cuerpo, no atenta contra la integridad de otras personas. Además propongo que
esta actividad debería de ser regulada, por una autoridad responsable, que vele por la
seguridad de los trabajadores sexuales, quitando lugar a los proxenetas, pero respetando la
autoridad que cada persona adulta debe tener sobre su cuerpo.

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