Es una lámina ósea de silueta romboidal, cóncavo en su superficie
endocraneal.
Es decir, forma la parte posterior de la base del cráneo y contribuye a
la formación del extremo posterior de la bóveda.
En el tercio anterior del hueso se localiza el agujero magno, su
posición permite dividir el hueso en cuatro porciones que, en el recién nacido, aparecen como piezas óseas independientes unidas por cartílago:
1) la porción basilar, situada por delante del agujero
2) la escama, situada por detrás del agujero 3) las porciones laterales (porciones condíleas) dispuestas a ambos lados del agujero, conectando a las otras dos.
Porción basilar
Es una masa ósea rectangular que se une por su extremo anterior al
cuerpo del esfenoides.
En la cara exocraneal se observa un tubérculo impar y medio, el
tubérculo faríngeo, donde se ancla la fascia faríngea. A los lados se disponen dos crestas óseas en las que se insertan algunos músculos prevertebrales.
La cara endocraneal forma una superficie lisa y acanalada, y recibe el
nombre de clivus (canal basilar). Sobre ella se apoyan el tronco del encéfalo y la arteria basilar.
En los bordes laterales se encuentra el surco del seno petroso inferior
y se une a la porción petrosa del hueso temporal.
Porciones laterales
En la cara exocraneal se sitúan los cóndilos para articular el atlas. Por
delante y fuera del cóndilo se encuentra la fosa condílea anterior donde se abre el conducto del hipogloso, por donde pasa el nervio del mismo nombre.
En la cara endocraneal se dispone el tubérculo yugular, e
internamente a él, el orificio del conducto del hipogloso.
El borde lateral está dividido en dos porciones por la apófisis yugular.
Por detrás de la apófisis, el hueso está unido al temporal. Por delante
de la apófisis, el borde limita con el agujero yugular (agujero rasgado posterior).
Escama
Es una lámina ósea robusta con forma romboidal y fuertemente
cóncava hacia la cavidad craneal.
En la cara exocraneal se localizan numerosos relieves de inserción de
los músculos de la región dorsal del cuello.
En el centro presenta la protuberancia occipital externa. Desde ésta
hasta el agujero occipital se extiende una cresta media, la cresta occipital externa. Además, la escama está recorrida a cada lado por dos crestas tranversales , la línea nucal superior, originada a nivel de la protuberancia occipital externa, y la línea nucal inferior, originada de la cresta occipital externa.
En la cara endocraneal (Fig. 4-6) aparecen dos grandes fosas a cada
lado, denominadas fosas cerebrales las posterosuperiores y fosas cerebelosas las anteroinferiores, por relacionarse con tales estructuras nerviosas. Entre las fosas se interponen surcos que marcan el trayecto de senos de la duramadre. El surco del seno tranverso separa las cerebelosas de las cerebrales. Las fosas cerebrales izquierda y derecha se separan por el surco del seno sagital superior, mientras que las fosas cerebelosas izquierda y derecha se separan por la cresta occipital interna. Hueso de los incas La zona de la escama del occipital correspondiente al punto de confluencia con los dos huesos parietales (lambda) aparece con frecuencia como un hueso triangular independizado del resto del occipital. La incidencia de este hueso alcanza cifras superiores al 30% en la población peruana, por lo que ha sido denominado hueso de los incas (hueso interparietal).