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A TI, AGRICULTOR
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1. Piñón: Jatropa curcas L (Euphorbiáceas), planta muy utilizada por la cultura popular, se le
confieren propiedades mágicas. Su látex blanquecino contiene una toxoalbúmina llamada
curcina, de sabor agradable; la semilla contiene la mayor cantidad de toxoalbúmina. Cuando
los niños ingieren estas semillas presentan las siguientes manifestaciones clínicas: vómito y
diarrea que se acompañan de dolores abdominales, luego hipotensión arterial, sensación de
malestar, debilidad y trastornos respiratorios. En casos graves el paciente puede llegar al
colapso, coma y muerte.
El tratamiento que se debe seguir en este caso es realizar el lavado gástrico, administrar
pequeñas cantidades de vino mezclado con partes iguales de agua para precipitar la
toxoalbúmina, fluidoterapia, permitir que el paciente vomite, ya que muchas veces la acción
emetizante del piñón favorece la eliminación del tóxico. Igualmente no tratar la diarrea,
administrar antiespasmódicos y cuidados generales. Si el paciente ha sido tratado
adecuadamente, su recuperación debe ocurrir dentro de las primeras veinticuatro horas.
2. Jabillo:
El tratamiento que debe aplicarse en este caso es practicar el lavado gástrico con 30 g de
carbón activado en un litro de agua; permitir que el paciente vomite o provocar el vómito;
administrar pequeñas cantidades de vino mezclado con partes iguales de agua, para
precipitar las toxoalbúminas y fluidoterapia. Tratar las convulsiones si se presentan. El resto
de acuerdo con los síntomas.
3. Ñongué:
Datura stramonium (Solanáceas), los principios activos de esta planta son: un alto
porcentaje de alcaloides como la belladona, hiosciamina, escopolamina, ácido clorogénico y
atropina. Las partes de la planta que contienen la mayor cantidad de alcaloides son los frutos
y las hojas. Cuando los niños o cualquier persona ingieren partes de éstas, presentan todas
las características de una intoxicación atropínica: sequedad de las mucosas, fotofobia, piel
caliente y enrojecimiento generalizado, gran excitación psicomotriz, pupilas midriáticas,
desorientación, delirio, convulsiones, alucinaciones visuales y auditivas, crisis de terror o
estado de euforia. Además puede presentar retención urinaria, parálisis intestinal, fiebre,
distensión abdominal y vesical; coma seguido de muerte.
Nerium oleander (Apocináceas), ésta es una planta que contiene gran cantidad de glicósidos
cardiotóxicos: oleandrina, neoridina, oleandrosina, glicósidos cianogénicos entre otros, los
que le confieren su alta toxicidad. Los principios activos se encuentran distribuidos en toda la
planta, principalmente en las hojas, ya que cuatro hojas de esta planta son suficientes para
matar a un niño.
El uso de esta planta debe ser externo, para baños en caso de lechina o inhalada en caso de
sinusitis.
El cuadro clínico que se presenta en caso de intoxicación es: bradicardia, diuresis elevada,
vasodilatación (a dosis bajas), vasocontricción (a dosis altas), aborto, parálisis, vómitos,
diarreas sanguinolentas, arritmias cardíacas, paro cardíaco hasta ocasionar la muerte. El
tratamiento a aplicarse en este caso es administrar atropina, emético y lavado gástrico; otras
indicaciones según síntomas.
5. Caña Muda:
Si se mastican las hojas de esta planta, puede producir edema de las cuerdas vocales con
pérdida del habla de manera temporal y en ciertos casos la pérdida puede ser total; edema
de la boca, sensación de quemazón en la boca, sialorrea y disfagia. Si el contacto se realiza a
nivel de los ojos, se produce congestión, lagrimeo, fotofobia y edema palpebral.
El tratamiento que se aplica en este caso es: administrar antiácidos, demulcentes cada cuatro
horas, agua albuminosa (1 litro de agua más cuatro claras de huevo), o aceite de oliva.
Administrar esteroides, fluidoterapia, y si el contacto es a nivel de los ojos, se deben lavar
bien con abundante agua y aplicar colirio con esteroides y referencia obligada a un
oftalmólogo. En caso de ingestión no se debe practicar lavado gástrico ya que su alto nivel de
causticidad produciría más daño.
6. Tártagoo:
Ricinus communis (Euphorbiáceas), esta planta contiene la ricina, que es un principio activo,
y la ricinina, que es un compuesto nitrogenado con características de alcaloide, la cual le
confiere niveles de toxicidad; el mayor porcentaje se encuentra presente en las semillas; tres
semillas son suficientes para producir la muerte de un niño de cuatro años. El cuadro clínico
que suele aparecer después de la ingestión de esta planta es: cólico intenso, epigastralgia,
vómito, diarrea que puede ser sanguinolenta; taquicardia, hipertensión y colapso respiratorio.
El tratamiento que se aplica es lavado gástrico con agua bicarbonatada o carbón activado (30
g disuelto en 1 litro de agua). Si los síntomas no ceden, administrar cada dos horas,
pequeñas cantidades de carbón activado (una cucharada de carbón activado en 60 ml de
agua). Permitir que el paciente vomite o provocarlo. Administrar antiespasmódico sin
suprimir la diarrea. Fluidoterapia. Alcalinizar la orina administrando bicarbonato de sodio, el
resto del tratamiento es sintomático. En casos graves practicar la exanguinotransfusión o
diálisis. Vigilancia del funcionamiento hepático y funcionamiento renal. La muerte puede
ocurrir hasta doce días después de iniciado el cuadro de uremia.
7. Yuca amarga:
El principio tóxico está presente en todas las partes de la planta con más concentración en las
hojas y raíces.
Los síntomas que aparecen son iguales a los de una intoxicación cianhídrica, y los más
predominantes son: náusea, vómito, cólicos abdominales, diarrea, estupor, convulsiones
tónicas, opistótono, contractura de los maseteros, midriasis, coma, disnea, abundantes
secreciones, asfixia, bradipnea, apnea, cianosis y muerte. De acuerdo con la intensidad del
cuadro y el tiempo de aplicación del tratamiento, hay posibilidad de recuperación si se logra
superar la gravedad de la intoxicación en las primeras doce horas. El tratamiento a aplicar es
la inhalación de nitrito de amilo. Una ampolla es igual a 0,2 ml, la cual debe aplicarse cada
cinco minutos. Administrar respiración artificial con oxígeno al 100%. Practicar el lavado
gástrico seguido de un laxante después de aplicado el antídoto.
Se debe estar preparado para repetir el nitrito de sodio o tiosulfato de sodio, si aparecen
nuevamente los síntomas.
No hay posibilidad de distinguir la variedad tóxica de la no tóxica, por ello la yuca no debe
consumirse cruda sino muy bien cocida, ya que su principio tóxico es termolábil y volátil. Los
alimentos preparados con la yuca son atóxicos, debido a su gran labilidad.
8. Fortuna o Curía:
Alocasia índica var. metállica Schott, el principio activo de esta planta es el oxalato de calcio,
el cual por procesos de biotransformación se convierte en ácido oxálico. Se encuentra
distribuído en toda la planta especialmente a nivel de las hojas y tallos.
9. Ocumo Bravo:
Alocasia macrarrhiza (L). Schott, llamado también falso ocumo; el principio activo de esta
planta es el oxalato de calcio, se encuentra distribuído en toda la planta principalmente a
nivel de las hojas y el tallo y el tratamiento a aplicarse es igual al de la Difenbachia amoena o
Caña Muda.
10. Peonía:
La sintomatología que aparece después de la ingestión de estas semillas es: náusea, vómito,
cólico, diarrea sanguinolenta, sed, deshidratación, debilidad, transpiración fría, pulso débil y
acelerado, temblores de las manos, convulsión, parálisis de los centros respiratorio y
vasomotor.
Hippomane mancinella (Euphorbiáceas), esta planta contiene los principios activos: brevifolín,
alfa carotenos, uroshiol. Se encuentran distribuidos en todas las partes del árbol, el cual
segrega un látex blanco, venenoso y cáustico. El fruto es altamente venenoso, este árbol
expele un polen sobre todo en las horas de mayor temperatura y es sumamente cáustico, por
lo tanto colocarse bajo la sombra de este árbol durante largo tiempo puede producir eczemas
en la piel que pueden llegar a convertirse en quemaduras de primer y segundo grado. El
humo de la leña de este venenoso árbol puede originar inflamaciones a nivel de las mucosas.
La sintomatología que aparece después de estar en contacto con esta planta es la dermatitis,
al producirse inflamación y vesículas con formación de grietas en la piel, exudaciones y
formación de costras iguales a las que aparecen en caso de quemaduras.
El tratamiento que debe aplicarse en este caso es similar al que se utiliza para tratar las
quemaduras, lavar el exceso de veneno con jabón azul y tratamiento tópico con cremas. No
debe usarse alcohol sobre la piel, ya que esparce el tóxico.
13. Parapara:
Sapindus saponaria (Sapindáceas), esta planta tiene un fruto redondo, pequeño, cuya
semilla está envuelta con una gran cantidad de sustancias gelatinosas compuestas por
mucílagos y saponinas, razón por la cual antiguamente se utilizaba para lavar la ropa, por sus
propiedades jabonosas.
La semilla es muy dura y los niños la utilizan para jugar metras; cuando la ingieren se han
reportado casos de fallecimiento de niños por asfixia mecánica y en caso de ingestión de la
sustancia gelatinosa que recubre la semilla, se trata igual como si el niño hubiese ingerido
cualquier detergente. Se administra antiácido, emolientes y/o cualquier protector gástrico.
Los emolientes pueden ser leche, agua con miel, agua albuminosa la cual se prepara con
cuatro claras de huevos batidas en un litro de agua y se añade sabor tipo frambuesa, fresa o
vainilla para enmascarar el sabor desagradable y de esa manera favorecer que los niños se la
puedan tomar.
Algodón de Seda: Calotropis procera (Asclepiadaceae), esta planta tiene un fruto globoso, el
cual contiene en su interior unos filamentos nacarados, sedosos, que según la medicina
popular se fríen en aceite de oliva, se impregna un algodón y se aplica para tratar las
hemorroides.
Los principios activos presentes en esta planta son: tripsina, calotoxina, calotropina y
glicósidos cardiotóxicos que pueden llegar a ocasionar la muerte cuando se ingiere cualquier
parte de esta planta.
La sintomatología y el tratamiento a aplicar es el correspondiente a la patología cardiológica.
14. Cayena:
Hibiscus syriacus L (Malvaceae), esta planta se utiliza como infusión sedante; se hierve el
agua y cuando esté en pleno hervor, se apaga, se le añade dos o tres flores de cayena, se
tapa, se deja reposar y se le añade azúcar. Cuando se prepara de esta manera no hay riesgo
de que pueda producir alguna toxicidad, pero cuando se cocinan las flores, los mucílagos y la
saponinas presentes en ellas, se liberan y pueden producir al ingerirlos, acidosis, irritación
gástrica, hiperexcitación, insomnio, todo lo opuesto a las propiedades sedativas que tiene
esta planta como infusión.
Lecythis Ollaria (Lecythidaceae), los efectos tóxicos que puede producir esta planta, se
deben a la presencia de un compuesto tóxico llamado Selenium Cystathionina, que se forma
cuando la planta crece en suelos seleníferos. Este compuesto le confiere las propiedades
depilatorias a las semillas.
La mayor cantidad del principio activo se encuentra en las semillas. El cuadro clínico se
caracteriza por: náusea, vómito, dolores musculares y convulsiones acompañado de pérdida
del cabello, vellos y de las uñas. Dependiendo del cuadro clínico puede llegar a producirse la
muerte si no se hace un diagnóstico adecuado a tiempo.
El fruto de esta planta forma parte del plato típico de Costa Rica, acompañado con pescado
salado, ya que cuando está completamente maduro desaparece su toxicidad, pero se sugiere
para evitar riesgos, no comerlo nunca.
El tratamiento que se debe aplicar en caso de ingestión de esta fruta es: lavado gástrico,
catártico salino (leche de magnesia o sal de epson), fluidoterapia, administrar el Eucol�
(oxoglurato de diarginina) endovenoso hasta 15 g por día, y el resto sintomático dependiendo
del cuadro clínico del paciente.