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CAPÍTULO VIII

La medición del dolor


Dr. P. Martínez Ripol
Servicio de Anestesiología. Unidad de Dolor.
Hospital Universitario Vall d’Hebron. Barcelona

Dra. M.ª V. Ribera Canudas


Servicio de Anestesiología. Unidad de Dolor.
Hospital Universitario Vall d’Hebron. Barcelona

Por la propia naturaleza subjetiva y compleja del síntoma la


medición del dolor resulta dificultosa. Se requiere evaluar aspec-
tos sensoriales, afectivos y evolutivos del paciente, necesitando
métodos subjetivos que posean buenas características psicomé-
tricas. Debemos obtener información subjetiva del paciente,
observar su conducta y utilizar instrumentos que permitan regis-
trar la respuesta autónoma.
Dos son las premisas que deberán cumplir cualquier método
cuyo objetivo sea medir el dolor: fiabilidad (error de medida que
puede cometerse al utilizar un instrumento determinado) y de
validez (capacidad de un instrumento de evaluación para conse-
guir el objetivo que pretende).

MÉTODOS VERBALES DE EVALUACIÓN DEL DOLOR


Entre los métodos verbales la entrevista clínica que incluya
una Historia clínica dirigida tanto a su enfermedad dolorosa
como a otros antecedentes patológicos sigue siendo el parámetro
básico de evaluación y fundamento del resto de exploraciones.
Los autoinformes nos permiten evaluar las impresiones sub-
jetivas de los individuos y tienen como denominador común una
elevada objetividad en la cuantificación basándose en una gran
estructuración. Entre ellos destacan:
a) Las escalas cuantitativas o de intensidad : proporcionan
una valoración global del dolor, son fáciles de aplicar y su
fiabilidad es aceptable pero no contemplan la naturaleza
multidisciplinaria del dolor. Disponemos de verbales,
numéricas y analógico- visuales.
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82 UNIDADES DEL DOLOR. REALIDAD HOY, RETO PARA EL FUTURO

1. Verbales: El sujeto selecciona el adjetivo o adverbio que


más se ajusta a las características de su dolor. Su desventaja
radica en las diferencias de interpretación que pudieran existir
entre grupos de población. Destacan las realizadas por Keele,
Morrison y Dundee, Anderson y Melzack.

Keele

Melzack

2. Escalas numéricas: El sujeto escoge un número que corres-


ponde a su estimación del dolor ( rangos habituales entre 0 – 10
y 0 – 100 ). Destaca la escala de Downie
LA MEDICIÓN DEL DOLOR 83

3. Escalas analógico- visuales: El sujeto debe marcar un punto


que corresponde a la intensidad de su dolor en un segmento de 10
cm cuyos extremos están calificados con la mínima y máxima
intensidad del dolor. Destacan las de Scott Huskinson y la esca-
la de grises de Luesher.

Las puntuaciones de estas escalas pueden utilizarse directa-


mente para las comparaciones estadísticas; así mismo, los resul-
tados pueden referirse a cambios absolutos o relativos respecto al
valor del dolor inicial
b) Test estandarizados de la medición del dolor: escalas desa-
rrolladas específicamente para la evaluación de los distin-
tos elementos relacionados con el dolor. Evaluan tres com-
ponentes: sensorial , afectivo y evaluativo proporcionando
un índice para cada una de las dimensiones. Nos propor-
cionan una puntuación global así como un índice de inten-
sidad.
84 UNIDADES DEL DOLOR. REALIDAD HOY, RETO PARA EL FUTURO

Entre estos test destacan el Mc Gill Pain Questionary, el de


Lattinen y el de Nottingham

Categoría sensitiva Categoría emocional Categoría evaluativa


Temporal I Térmicos I Tensión emocional 1. Débil
1. A golpes 1. Calor 1. Fastidioso 2. Soportable
2. Continuo 2. Como si quemara 2. Preocupante 3. Intenso
3. Abrasador 3. Angustiante 4. Terriblemente molesto
Temporal II 4. Como hierro candente 4. Exasperante
1. Periódico 5. Que amarga la vida
2. Repetitivo Térmicos II
3. Insistente 1. Frialdad Signos vegetativos
4. Interminable 2. Helado 1. Nauseante
Localización I Sensibilidad táctil Miedo
1. Impreciso 1. Como si rozara 1. Que asusta
2. Bien delimitado 2. Como un hormigueo 2. Temible
3. Extenso 3. Como si arañara 3. Aterrador
4. Como si raspara
Localización II 5. Como un escozor
1. Repartido (en una zona) 6. Como un picor
2. Propagado (a otras partes)
Consistencia/Matidez
Punción 1. Pesadez
1. Como un pinchazo
2. Como agujas Miscelánea sensorial I
3. Como un clavo 1. Como hinchado
4. Punzante 2. Como un peso
5. Perforante 3. Como un flato
4. Como espasmos
Incisión
1. Como si cortara Miscelánea sensorial II
2. Como una cuchillada 1. Como latidos
2. Concentrado
Constricción 3. Como si pasara la corriente
1. Como un pellizco 4. Calambrazos
2. Como si apretara
3. Como agarrotado Miscelánea sensorial III
4. Opresivo 1. Seco
5. Como si exprimiera 2. Martillazos
3. Agudo
Tracción 4. Como si fuera a explotar
1. Tirantez
2. Como un tirón
3. Como si estirara
4. Como si arrancara
5. Como si desgarrara

Mc Gill

Fecha Día, mes, año


Intensidad Ligero 1
del dolor Molesto 2
Intenso 3
Insoportable 4
Frecuencia Raramente 1
del dolor Frecuente 2
Muy frecuente 3
Continuo 4
Consumo Ocasionalmente 1
de analgésicos Regular y pocos 2
Regular y muchos 3
38 PREGUNTAS
Muchísimos 4  Dolor (8)
Incapacidad Ligera 1
Moderada 2  Energía (3)
Ayuda necesaria
Total
3
4
 Movilidad física (8)
Horas de sueño Normal 0  Sueño (5)
Despierta alguna vez 1
Despierta varias veces 2  Reacción emocional (9)
Insomnio 3  Aislamiento social (5)
Sedantes +1
TOTAL VALOR INDICATIVO
Lattinen Nottingham
LA MEDICIÓN DEL DOLOR 85

En los autorregistros se solicita al paciente que registre la


aparición de ciertas conductas que son definidas previamente.
Constan de auto-observación y registro. Se obtiene así informa-
ción precisa sobre cuando y en que circunstancias se producen
ciertas conductas. El diario del dolor y el patrón de actividad
funcional están basados en el autorregistro. Presentan un grado
elevado de objetividad en la cuantificación.
Existen otros métodos de evaluación del dolor que nos permi-
ten completar la información obtenida con los métodos previa-
mente citados tales como la evaluación conductual a través de
métodos de observación así como la evaluación fisiológica del
mismo: potenciales evocados, electromiografía, determinación de
péptidos endógenos, etc.
En la población infantil los métodos utilizados para la valora-
ción del dolor en los adultos resultan difíciles de aplicar. En la
fase preverbal los métodos conductuales son los más apropiados.
A partir de los 3 – 7 años pueden utilizarse ciertas escalas colo-
readas. Destaca la escala de dolor del Hospital infantil de
Notario ( CHEPOS ) que valora el dolor postoperatorio median-
te el registro de parámetros como gritos, expresión facial, expre-
sión verbal, posición de las piernas, posición de las piernas y de
la posición de la zona intervenida.
Índice de Karnoksky:
Se utiliza en los pacientes que padecen una enfermedad incu-
rable para la medición de la calidad de vida. Se valoran los sín-
tomas físicos, capacidad física, estado psicológico y la interac-
ción social.
A pesar de los problemas en su valoración, el poder establecer
un tiempo de supervivencia nos será muy útil para el correcto
tratamiento.
A) Capaz de llevar una acitividad normal: no precisa cuidados
especiales
B) Incapaz de trabajar, capaz de vivir en el hogar y de cuidar
su aseo personal; precisa una cantidad limitada de asisten-
cia.
C) Incapaz de cuidar de él mismo: necesita cuidados hospita-
larios o de instituciones equivalentes; la enfermedad puede
progresar rápidamente.
86 UNIDADES DEL DOLOR. REALIDAD HOY, RETO PARA EL FUTURO

TEST DE KARNOFSKY

A. Capaz de llevar una actividad normal:


no precisa cuidados especiales 100 Normal sin enfermedad.
90 Capaz de continuar sus actividades habituales,
signos o síntomas leves de enfermedad.
80 Actividad normal con esfuerzo
B. Incapaz de trabajar; capaz de vivir en el
hogar y de cuidar su aseo personal; precisa
una cantidad limitada de asistencia 70 Se vale por si mismo. Incapaz de actividades
normales o para trabajos activos.
60 Requiere ayuda ocasional, pero es capaz
de atender casi todas sus necesidades.
50 Requiere ayuda considerable y
cuidados médicos frecuentes.
C. Incapaz de cuidar de él mismo: necesita
cuidados hospitalarios o de instituciones
equivalentes; la enfermedad puede
progresar rápidamente 40 Incapacitado. Requiere cuidado y
ayuda especiales.
30 Gravemente incapacitado. Hospitalización
necesaria aunque sin muerte inminente.
20 Muy enfermo. Hospitalización necesaria.
Tratamiento activo de asistencia necesario.
10 Moribundo.

BIBLIOGRAFÍA
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