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PROCEDIMIENTO : De Aplicación General.

MATERIA : Indemnización Accidente de Trabajo

DEMANDANTE : René Osvaldo Sepúlveda Sepúlveda

RUT : 12.070.256-4

DOMICILIO : Talcahuano, Sector Los lobos, Calle Coliumo Bajo Nro. 32.

APODERADO : MABEL GAJARDO CORTES


R.U.T. : 9.426.405-7

SERGIO BUSTOS PEÑA

8.425.952-7

DOMICILIO 1 : Concepción, Cochrane nro. 891, depto.102.

DEMANDADO : Roberto Negroni Álvarez

R.U.T. : 5.440.398-4

REPRESENTANTE : Roberto Negroni Älvarez

DOMICILIO : Concepción, Lomas de San Andrés, Calle Catalina De arauzo Manzana 10, Sitio 15.

DEMANDADO 2 : Blumar S.A.

R.U.T. : 80.860.400-0

REPRESENTANTE : Roberto Rodrigo Castro Romero

R.U.T. : 10.636.996-8

DOMICILIO AMBOS : Talcahuano, Calle Colon Nro. 2400.

EN LO PRINCIPAL: Demanda indemnización de perjuicios por


accidente de trabajo. PRIMER OTROSÍ: Documentos. SEGUNDO
OTROSÍ: Forma de notificación. TERCER OTROSI: Patrocinio y Poder.

S.J.L. del Trabajo de Concepción

RENE SEPULVEDA SEPULVEDA, empleado, domiciliado en


Talcahuano, Sector Los Lobos, Calle Coliumo Bajo Nro. 32, a SSa. digo:

Que en tiempo y forma, de conformidad a lo dispuesto en los


artículos 4,5, 7, 8, 9, 183,184, 425, 432, 446 y demás pertinentes del Código
del Trabajo; Ley Nº 16.744; los artículos 1 y 19, numerales 1, 9 y 16, de la
Constitución Política de la República de Chile; y demás normas sustantivas y
adjetivas legales pertinentes, vengo en interponer demanda por Indemnización
de Perjuicios por Accidente del Trabajo en contra de mi empleador, don
Roberto Negroni Álvarez, Rut. 5.440.398-4, domiciliado en Concepción,
Lomas de San Andrés, Calle Catalina de Arauzo, Manzana 10, Sitio 15, todo
ello en su calidad de responsable directo y principal; y en contra de la
mandante o dueña de la obra o faena, empresa Blumar S.A., Rut
80.860.400-0, representada legalmente por don Roberto Rodrigo Castro Romero,
ambos domiciliados en Talcahuano, Colón Nro. 2.400, por su
responsabilidad solidaria, todo lo anterior en razón de los fundamentos
de hecho y derecho, que paso a exponer:

I.- FUNDAMENTOS DE HECHO Y DE DERECHO DE LA ACCION.

A.- RELACIÓN CIRCUNSTANCIADA DE LOS HECHOS:

1.- Que don Roberto Negroni Álvarez, empresa contratista, durante largos
años le prestó los servicios de mantención a la empresa mandante pesquera
Blumar S.A.,(Ex Pesquera El Golfo S.A.), cuyo objetivo era el mantenimiento
de la Planta de Harina ubicada en Isla Rocuant s/n.

2.- Que con fecha 12 de Enero de 2004, don Roberto Negroni Álvarez, me
contrato para cumplir funciones como soldador, armador de estructura
metálica, reparación de techumbres y canaletas en bajada de agua, e
instalaciones generales. Las funciones contratadas en forma indefinida, las
cumplía ante la empresa mandante Blumar S.A.

3.- Que mi jornada de trabajo era desde las 8,30 hrs. a 13,00 hrs. y desde las
14,00 hrs. hasta las 18,00 hrs.

4.- Que mi última remuneración mensual ascendió a la suma de $ 312.500.-

5.- Que la empresa mandante Blumar S.A., en Marzo de 2012, le dio


instrucciones a mi empleador a retirar planchas de pizarreño dañadas de los
galpones de la Planta de Harina, y después reemplazarlas con pizarreños
nuevos. De manera que los servicios de reparación de los techos solicitados
por el empleador mandante, mi empleador nos ordenó realizar trabajos en
altura.
6.- Que en efecto el día 23 de Marzo de 2012, procedí a iniciar a las 8,30
horas, mi jornada de trabajo normal, ejecutando las tareas encomendadas por
el empleador. El equipo de trabajo estaba integrada por dos trabajadores, esto
es por mí, y mi compañero don Gabriel Carrasco.

7.- Que mis labores debía realizarlas en una altura de 5 metros, y me debía
apoyar sobre una superficie de tablas de madera sobre el techo de pizarreño,
para proceder a realizar las reparaciones solicitada. En otras palabras para
cumplir mis labores debía subir a través de una escalera portátil, y luego
caminar sobre las tablas, hacia el cabo de vida ubicado más arriba.

8.- Que mis elementos de trabajo era zapato de seguridad, arnés de seguridad
y cuerda de vida, guantes, cascos y lentes de protección.

9.- Que junto a mi compañero de trabajo, el día 23 de Marzo de 2012,


empezamos a subir a los techos para trasladar las herramientas y elemento de
trabajo. En concreto el cumplir las diversas tareas nos significaba a nosotros
ejecutar una serie de hechos, tales como subir la máquina de soldadura,
galletera, taladro, tarro de pintura, sacar y retirar los techos de pizarreño
deteriorados, y buscar más materiales.

10.- Que es pertinente señalar que las tablas de madera indicados eran
instalaciones provisorias, sin condición de seguridad alguna, las cuales se
encontraban abandonadas por meses, expuestos al sol y lluvia. No obstante lo
señalado, en la práctica esas precarios tablones, siempre fueron usados como
pasarelas regulares en las diversas actividades de mantención realizadas en la
empresa mandante Blumar S.A.

11.- Que a las 9,45 horas debí bajar de la altura a buscar más materiales de
trabajo. Al subir mediante la señalada escalera portátil, llegue a las
techumbres, apoyándome de las indicadas tablas de madera, enfrentando
inmediatamente la ruptura brusca de ellas, perdiendo el equilibrio, y cayendo
inevitablemente. Instintivamente me colgué de una plancha de pizarreño, la
cual no resistió, cayéndome bruscamente a la superficie, teniendo de por
medio 5 metros de altura.
12.- Que es manifiesto que las condiciones de trabajo ordenadas por mi
empleador contratista en instalaciones de la empresa mandante, eran
temerariamente riesgosas. En efecto, los demandados me ordenaron trabajar
en altura, arreglando techos, sin contar con un sistema de andamiaje seguro,
instrumento en los cuales me debía haber apoyado en superficies lisas,
estables y seguros, que para el día del accidente no existían.

13.- Que para el día de mi accidente laboral, las tablas en las cuales me
apoyaba para trabajar, estaban muy fatigadas, torcidas, y sin tener una
superficie plana que permitiera caminar con plena seguridad. En realidad, la
madera de las tablas en los cuales yo me caí, por su antigüedad, y procesos de
lluvia y humedad resultaban un espacio claramente inseguro.

14.- Que ante mi grave accidente de altura, debí enfrentar fuertes dolores,
angustia ante las posibles secuelas. No me podía mover, caí parado
apoyándome en la pierna izquierda recibiendo todo el peso del resto del
cuerpo.

15.- Que debido a que mi empleadora no estaba asociado a ninguna Mutual de


Seguridad, alguien llamo a la ambulancia del Hospital Las Higueras de
Talcahuano, la cual después de una larga espera, llegó al lugar de mi
accidente, trasladándome al establecimiento hospitalario.

16.- Que enfrentando grandes e insoportable dolores después de un día de


atención en una sala común, fui atendido por un médico especialista el cual
me señaló haber sufrido una fractura en tobillo izquierdo, y que por ello debía
ser sometido a una intervención quirúrgica. Fue paralizante escuchar al
médica, decirme que por la gravedad del accidente, lo más probable es que se
amputaría mi pie.
17.- Que en Marzo de 2012, fui operado quirúrgicamente, cuyo objetivo era
recuperar mi tobillo izquierdo en el cual se había focalizado el peso de mi caída
de altura. En efecto por la caída, mi tobillo y la parte siguiente de mi pie fue
desprendido, quebrándome en 4 partes, por lo cual me debieron meter un
botín metálico, y cinco tornillos, con lo cual se pretendía reemplazar lo
destruido, y que con ello pudiera lograr un sostén donde pudiera apoyar mi pie
malogrado.

18.- Que después de la operación inicié el proceso de rehabilitación, el cual fue


frustrante, doloroso, pues producto de los tratamientos médicos ordenados,
(fierros que le habían puesto en el tobillo), me alteraron el ánimo, y la
paciencia. Las secuelas fueron muy difíciles, la rehabilitación muy limitada, y
con avances casi mínimos.

19.- Que a fines de 2013, habiendo mantenido permanente dolores e


incomodidades, debí hacerme atender nuevamente con los médicos del
Hospital Las Higueras, pues no podía recuperarme, apoyándome
permanentemente de dos bastones. Seguía insuperablemente mi condición de
inválido desde mi accidente ocurrido en Marzo de 2012.

20.- Que en efecto, ante mis ruego de más atención, debido a mi pésimas
condiciones de salud, con fecha 12 de Junio de 2013, el hospital tratante
realizó una segunda intervención quirúrgica, sacándome parte de las PLACA
METALIZADAS aplicadas en la primera operación.

21.- Que en otras palabras, fui sometido nuevamente a los largos procesos de
rehabilitación, retomando los ejercicios de apoyo en bastones, lo cual
obviamente me impedía trabajar en mi espacialidad, ni tampoco a
desempeñarme en cualquier puesto laboral. En otras palabras, estando ya en
calidad de lisiado y cesante, debí enfrentar una nueva situación de gravedad
derivada irrefutablemente del accidente ofrecido en marzo de 2012. Peor aún
mi atención médica fue básica, sin subsidio alguno, sin licencia médica, ni
terapias, sino sólo curaciones a través del policlínico de mi barrio.

22.- Que después de haber pasado más de 3 años desde mi accidente laboral,
puedo señalar que solo puedo caminar lentamente, apoyándome regularmente
de un bastón, no puedo caminar rápido, ni puedo correr ni menos realizar
actividades deportivas alguna. Mis movimientos de mi pie izquierdo son
rígidos, no fluidos, no armónicos. En la práctica normalmente siento
incomodidades, en invierno siendo fuertes dolores, y normalmente termino de
apoyarme con los bastones. De por vida debo tomar medicamentos que me
permiten superar los dolores-

23.- Que mi accidente laboral me provocó no tan solo dolores, y limitaciones


físicos, sino también frustraciones, desanimo, y en definitiva un fuerte
desequilibrio emocional. El no poder recuperar el correcto movimiento de mi
rodilla y pie izquierdo, me impedía conseguir y ejercer el trabajar que durante
muchos años había ejercido, y eso me impidió conseguir el sustento
económico con lo cual debía mantener a mi familia. Esa real y dolora situación
familiar me provocaba rabia, y enfrenté difíciles momentos en la cotidianidad
domestica. En efecto, mis malos momentos en definitiva se traspasaron en la
propia convivencia familiar. A fines de 2013 me separé de hecho con mi
compañera de más de 20 años, la cual junto a mis dos hijos, se fue de casa
común. Hasta el día de hoy vivo solo, y trabajo esporádicamente en las labores
más básicas y precarias.

24.- Que cuando me accidenté tenía 57 años de edad, y siempre trabajé en


mi única labor o especialidad. Actualmente no puedo realizar trabajo de fuerza,
ni menos trabajos en altura.

25.- Que mi periodo de rehabilitación, contando de por medio dos fuertes


operaciones, largos procesos de rehabilitación, terapias de kinesiólogos,
medicamentos, estuve durante un años, con Licencias Médicas, (en la primera
intervención). Pues bien cuando se terminó la última Licencia, mi empleador
contratista, Roberto Negrini Álvarez, me despidió invocando la causal laboral
del artículo 161 del Código del Trabajo, esto es, “Necesidad de la empresa”.
En esa oportunidad firmé un finiquito en que se me pagó lo adeudado, pero en
el mismo nada se dijo sobre mi accidente del trabajo, por lo que no he
renunciado a la acción que ejerzo.

26.- Que por mi accidente del trabajo, Seremi de Salud de la Octava Región,
con fecha 20 de Agosto de 2012, dictó Resolución Exenta Nro.5416, que indica
“Resuelvo:1.- Amonestación a Roberto Negroni Álvarez, Rut 5.440.398-4….por
accidente de trabajo grave (caída de altura de más de 2 metros) que sufrió el
trabajador don René Sepúlveda Sepúlveda, Rut 12.070.256-4, el día
23/3/2012, al efectuar trabajos de cambio de techumbre en empresa
mandante “Blumar S.A.” el trabajador no contaba con recepción del
procedimiento para el trabajo en altura antes del accidente.

27.- Que a su vez, con fecha 31 de Marzo de 2012, en Informe de


Fiscalización, la Inspección Comunal de Trabajo de Talcahuano, señaló que el
accidente había ocurrido porque un “ trabajador debía realizar cambios de
planchas sobre techumbres cuando se quiebra una plancha y cae al suelo
desde 5 metros”.

28.- Que con fecha 20 de Agosto de 2015, el Compin Provincial de


Concepción, Evaluación de la Incapacidad Permanente Actual, Fractura
Conminuta Pilon Tibial Izquierdo, fijando un grado total de incapacidad de
50%.

29.- Que en definitiva la empleadora Roberto Negroni Álvarez, y la


empresa mandante Blumar S.A., por no adoptar todas las medidas de
seguridad y prevención, me accidentaron provocándome graves
secuelas, y por ello me deben indemnizar.

B.- LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD DE LAS EMPRESAS CONTRATISTA Y


MANDANTE. INFRACCION A LAS NORMAS DE HIGIENE Y
SEGURIDAD Y DEL CONTRATO DEL TRABAJO.

30.- Debo señalar Vs., que la responsabilidad del accidente laboral


que me ocurrió, es exclusivamente de mi empleadora Roberto Negroni
Álvarez, como también de la empresa mandante Blumar S.A. al no
tomar las más mínimas medidas de seguridad necesaria y eficacia para
proteger mi vida y salud. En efecto la demandada incurrió en
negligencia y culpa al haber cometido infracción a la ley y las normas
de higiene y seguridad, y al deber de seguridad contractual.

Al respecto se debe señalar VS. que de haberse tomados las medidas


de seguridad señaladas, el accidente laboral del trabajador demandante,
no habría ocurrido y no habría sufrido los perniciosos daños ocurridos.
31.- Que como se ha dicho, el accidente del trabajo sufrido fue de
exclusiva responsabilidad de las demandadas, quienes no cumplieron
con diligencia y cuidado con sus deberes de prevención, previsión y
seguridad.

32.- Que al ordenárseme trabajar en esas condiciones riesgosas, sin


planificar ni supervisar adecuadamente las labores, se faltó
gravemente a esos deberes.

33.- Existió CULPA grave del personal de mi empleadora, ya que en


forma temeraria me ordenaron efectuar labores riesgosas, sabiendo o
debiendo saber que debían coordinar o supervisar estas faenas a fin de
prevenir situaciones riesgosas.

34.- El accidente de trabajo ocurrió mientras obraba en cumplimiento


de las labores encomendadas, en condiciones de riesgo en que las
desempeñaba, sin que existieran medidas de seguridad y de protección
adecuadas para tales faenas, y sin que se haya adoptado medida
alguna para prevenir y evitar dicho accidente. Al parecer tampoco se
adoptaron lo procedimientos propios del retiro de pizarreños los cuales
contienen asbesto y para lo cual existe normativa reglamentara
especial.

35.- No existió de mi parte culpa alguna, ni me expuse


imprudentemente al daño, sino que, sólo cumplí órdenes directas y
realicé las labores que se me encomendaron.

C.- FUNDAMENTOS DE DERECHO

36.- Como sabemos, el empleador tiene la facultad de mando o poder


de dirección en la empresa en términos amplios y exclusivos. Se trata
de un poder-responsabilidad, toda vez que sobre sus hombros recae
la responsabilidad de la buena organización de la empresa, bajo todos
sus respectos, incluido por cierto, lo que atañe a la contratación del
personal, a la selección del mismo, a la adecuada utilización de los
recursos humanos contratados, al empleo de maquinaria con las
debidas certificaciones de calidad y seguridad, a los sitios y lugares de
faenas y/o trabajos, a la adecuada planificación de las faenas y a la
adecuada dirección de las mismas, etc.

37.- El contrato de trabajo no es sólo un intercambio de


remuneraciones por servicios, sino que en él van ínsitos otros deberes
ético-jurídicos o personales que ligan contractualmente a las partes.
Así el empleador, como contrapartida de los deberes de diligencia,
fidelidad o lealtad que le deben los trabajadores, tiene en relación con
éstos, el deber general de protección, el deber de seguridad y el
deber de previsión, que se encuentran consagrados en el Artículo
184, del Código del Trabajo. Los términos de la norma son amplios
en cuanto a la responsabilidad del empleador en los accidentes del
trabajo y sobre él recae el peso de la prueba en cuanto a haber
adoptado todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la
vida y salud de los trabajadores.

38.- La Excma. Corte Suprema, en sentencia de fecha 16 de


Agosto de 2010, señala: “”Sexto: Que, por su parte el artículo 183
letra E) dispone, “Sin perjuicio de las obligaciones de la empresa
principal, contratista y subcontratista respecto de sus propios
trabajadores en virtud de lo dispuesto en el artículo 184, la empresa
principal deberá adoptar las medidas necesarias para proteger
eficazmente la vida y salud de todos los trabajadores que laboran en su
obra, empresa o faena, cualquiera sea su dependencia, en conformidad
a lo dispuesto en el artículo 66 bis de la ley Nº 16.744 y el artículo 3
de Decreto Supremo Nº 594, de 1999, del Ministerio de Salud.
Séptimo: Que, de la disposición citada precedentemente se infiere que,
para analizar la responsabilidad civil derivada de accidente de trabajo
o enfermedades profesionales dentro del trabajo, en régimen de
subcontratación, se debe hacer una distinción, a saber: a) tratándose
de la responsabilidad de contratista y subcontratista, estos,
responden “respecto de sus propios trabajadores en virtud de lo
dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo , es decir, tienen la
obligación de tomar todas las medidas necesarias para proteger
eficazmente la vida, y salud de éstos, manteniendo las condiciones
adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los
implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades
profesionales, debiendo prestar o garantizarlos elementos necesarios
para que los trabajadores en caso de accidente o emergencia puedan
acceder a una oportuna y adecuada atención medica, hospitalaria y
farmacéutica y; b) en lo que respecta a la responsabilidad de la
empresa principal, la ley Nº 20.123 derogó la responsabilidad
subsidiaria del dueño o la obra contemplada en el artículo 64 del
Código del Trabajo y estableció en el artículo 183 letra E) inciso
primero la obligación directa de la empresa principal deberá adoptar las
medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de todos
los trabajadores que laboran en su obra, empresa o faena, cualquiera
sea su dependencia, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 66 bis
de la ley Nº 16.744 y el artículo 3 del Decreto Supremo Nº 594, de
1999, del Ministerio de Salud. A su turno, el referido artículo 66 bis de
la ley Nº 16.744 prescribe en su inciso primero: “Los empleadores que
contraten o subcontraten con otros la realización de una obra, faena o
servicios propios de su giro, deberán vigilar el cumplimiento por parte
de dichos contratistas o subcontratistas de la normativa relativa a
higiene y seguridad, debiendo para ello implementar un sistema de
gestión de la seguridad y salud en el trabajo para todos los
trabajadores involucrados, cualquiera que sea su dependencia, cuando
en su conjunto agrupen a más de 50 trabajadores . Este nuevo inciso
constituye una novedad por cuanto le impone a la empresa dueña de la
faena u obra fiscalizar el cumplimiento de las normas que protegen la
salud y seguridad de los trabajadores.
El citado artículo 66 bis agrega, en su inciso 2º que: “Para la
implementación de este sistema de gestión, la empresa principal
deberá confeccionar un reglamento especial para empresas contratista
y subcontratistas en el que se establezca como mínimo las acciones de
coordinación entre los distintos empleadores de las actividades
preventivas, a fin de garantizar a todos los trabajadores condiciones de
higiene y seguridad adecuadas. Asimismo, se contemplarán, en dicho
reglamento, los mecanismos para verificar su cumplimiento por parte
de la empresa mandante y las sanciones legales aplicables. Finalmente,
el inciso 3º del artículo en comento añade que: “Asimismo,
corresponderá al mandante velar por la constitución y funcionamiento
de un Comité Paritario de Higiene y seguridad y un Departamento de
Prevención de Riesgos para tales faenas, aplicándose a su respecto
para calcular el número de trabajadores exigidos por los incisos
primero y cuarto, del artículo 66, respectivamente, la totalidad de los
trabajadores que prestan servicios en un mismo lugar de trabajo,
cualquiera sea su dependencia, los requisitos para la constitución y
funcionamiento de los mismos será determinados por el reglamento
que dictará el Ministerio del Trabajo y Previsión Social . Para la
aplicación de tales normas se han aprobado tanto el reglamento Nº 76,
del Ministerio del Trabajo, como las diversas circulares de la
Superintendencia de Seguridad Social, todas normas que establecen
deberes que le imponen el ordenamiento jurídico a la empresa principal
en el ámbito de la protección a la vida y salud de los trabajadores
dependientes de las empresas contratistas, en los términos de artículo
183 letra e) del Código del Trabajo, de todos los trabajadores que
laboran en su obra, faena empresa.”(Rol 4637-2010).

39.- A la parte empleadora le corresponde ejercer con el mayor celo su


poder de dirección y fiscalización que, en términos tan amplios le ha
otorgado la ley, a fin de dar cabal y estricto cumplimiento al deber de
protección, previsión y seguridad.

40.- No se cumplió con los deberes de protección, de seguridad y de


previsión, con relación al día del accidente, cuando me ordenaron
trabajar en condiciones absolutamente inseguras y riesgosas y sin
planificación adecuada de las faenas. Si se hubieran adoptado las
medidas de seguridad requeridas, el accidente de trabajo simplemente
no habría acaecido.

41.- En materia de accidentes del trabajo, la ley 16.744 hace


responsable al empleador de los accidentes que sufran sus trabajadores
debido a falta de previsión de riesgos y deficientes condiciones de
seguridad, (en este caso falta de planificación de las maniobras, falta
de adecuada dirección de las mismas). Por su parte, la responsabilidad
de la empresa dueña de la obra emana de la conducta en las faenas
y del artículo 184 del Código del Trabajo, en su calidad de dueña de la
obra o mandante.-

42.- Como trabajador me encontraba amparado y protegido por toda la


normativa laboral y de seguridad social, a saber, entre otras, el
Código del Trabajo, la Ley Nº 16.744, y demás decretos y reglamentos
complementarios.

43.- El artículo 184 del Código del Trabajo señala: "El empleador
estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger
eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las
condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como
también los implementos necesarios para prevenir accidentes y
enfermedades profesionales".

44.- La norma invocada constituye el “deber general de protección,


seguridad y previsión”, que en nuestro ordenamiento positivo se
caracteriza por los términos amplios en que se encuentra establecido y
que obligan al empleador a ser extremadamente cauteloso en el
cumplimiento de los mismos, a fin de precaver y evitar emergencias
que puedan afectar la vida y salud de los trabajadores.

45.- Esta exigencia no es más que la debida utilización que la ley exige
al empleador de su facultad de mando o dirección de la empresa, que
tiene en términos amplios y exclusivos, ya que, conforme al Art. 306
inciso 2º del Código del Trabajo, no admite restricción o limitación
alguna.
46.- Sobre el empleador recae la responsabilidad de la buena
organización de la empresa bajo todos sus respectos, incluido todo lo
que atañe al recurso humano. La obligación de seguridad que tiene el
empleador con respecto a sus trabajadores, a fin de dar la debida y
eficaz protección de la vida y salud de los mismos, comprende todas
aquellas medidas eficaces que tiendan a evitar y prever situaciones de
riesgo, asumiendo la responsabilidad de los daños que se causen.-

47.- La empresa que genera situaciones de riesgo para bienes jurídicos


ajenos, como los de sus trabajadores, no sólo debe prevenirlos, sino
también debe repararlos en el evento que acontezcan. De este modo
surge para la empresa empleadora una obligación de garantía respecto
a la integridad de sus dependientes. Como consecuencia de los
anterior, quien se beneficia de la organización y lucra a partir de una
actividad que genera situaciones de riesgo debe soportar asimismo las
consecuencias desagradables que supone dicha actividad, entre las
cuales está la de reparar el mal causado por el accidente del trabajo,
que es lo que ha ocurrido en la especie.

48.- La situación de riesgo creado por mi empleador y en tal virtud


tiene la obligación legal y moral de prevenir resultado dañoso y, en
caso de que estos acaezcan, reparar en su integridad los daños
causados, sean materiales o morales.

49.- El artículo 210, del Código del Trabajo señala que: "Las empresas
o entidades a que se refiere la Ley 16.744, están obligadas a adoptar y
mantener medidas de higiene y seguridad en la forma, dentro de los
términos y con las sanciones que señala esa Ley".

50.- El artículo 68, inciso 1º, de la Ley Nº 16.744, por su parte, manda
que: "Las empresas o entidades deberán implementar todas las
medidas de seguridad en el trabajo que les prescriban directamente el
Servicio Nacional de Salud o, en su caso, el respectivo organismo
administrador a que se encuentren afectas, el que deberá indicarlas de
acuerdo con las normas y reglamentaciones vigentes".
51.- Por todo lo anterior, no cabe sino concluir que ni el empleador
directo ni la empresa mandante dieron cumplimiento a su deber
contractual y legal de protección y seguridad, por lo que procede
aplicar la norma del artículo 69 de la ley 16.744, que nos indica que:
"Cuando el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la
entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones
criminales que procedan, deberán observarse las siguientes reglas: b)
La víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad
cause daño podrán reclamar al empleador o terceros responsables del
accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho,
con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño
moral".

52.- El artículo 1547, del Código Civil dispone que la prueba de la


diligencia o cuidado incumbe al que ha debido emplearlo; en el caso de
autos a la empleadora. Son también aplicables en este caso los
artículos 1444, 1545, 1546 y artículos 1556, 1557 y 1558 en relación
con el artículo 69 letra b) de la ley 16.744.

D.- EL DAÑO OCASIONADO.

53.- Desde el accidente, he sufrido dolores físicos y un grave


impedimento a trabajar en lo que me dedicaba, eso me ha generado
además decepción, desanimo, frustración, lo cual me ha mellado mi
vida. Este daño físico y psicológico que he sufrido es de enorme
trascendencia en mi vida y ello me afectó también a mi familia porque
hasta la fecha del accidente yo era el único sustento y fuente de
ingresos para ellos.

54.- Mi experiencia laboral es soldador y de estructuras metálicas. Esa


era la única actividad que sabía hacer. Como VS comprenderá el
trabajo que desempeñaba era manual, que yo desarrollaba en espacios
reducidos, en los cuales necesitaba usar mis manos y brazos, lo cual
no puedo hacer pues por mi incapacidad debo apoyarme de bastones.
Por lo señalado, hasta el día de hoy no he podido realizar esas labores.
55.- El dinero, cualquiera que sea el quantum indemnizatorio, no podrá
suplir el daño causado. El sufrimiento existe y es real. La
indemnización solo permitirá aminorar y morigerar, aunque sea en
parte, el dolor y sufrimiento y, por lo demás, a la luz del derecho y la
equidad, es procedente que el responsable indemnice a quienes sufren
sin tener culpa alguna.

56.- Es difícil traducir en una estimación pecuniaria, aspectos tan


abstractos y personales como son el dolor, la angustia, el sufrimiento,
el menoscabo emocional, las secuelas de tipo moral y el daño
psicológico derivado del accidente y, por cierto, las graves lesiones.
No obstante ello, para los efectos procesales pertinentes cuantifico los
daños en las siguientes sumas por las cuales demando.

57.- Daño Moral. La Corte Suprema ha declarado que la reparación


íntegra de los daños derivados de accidentes del trabajo comprende, el
daño emergente, lucro cesante y daño moral: "procede que el
empleador que no acreditó haber adoptado los resguardos a que lo
obliga la ley 16.744 cancele al trabajador, a título de indemnización,
las prestaciones correspondientes a daño emergente, lucro cesante y
daño moral, (Corte Suprema 22.12.91, cita del Código del Trabajo
1994, Textos Técnicos del Trabajo, página 366). Las demandadas
deben responder del daño moral por expresa disposición legal, todo ello
sin perjuicio que actualmente, en el mismo sentido se ha orientado la
doctrina y jurisprudencia.

58.- Siendo dificultoso tener que traducir en una estimación


pecuniaria, aspectos tan abstractos y personales como son el dolor, la
angustia, el sufrimiento, el menoscabo emocional, las secuelas de tipo
físico y moral y el daño psicológico derivado de las lesiones sufridas,
demando por el concepto daño moral la suma de $ 90.000.000.-
(noventa millones de pesos).-

Para la determinación del monto indemnizatorio, y previamente, para


el llamado a conciliación de rigor, solicitamos a US., considerar:
• La reparación debe íntegra y, el principio de la reparación
integral del daño, tiene hoy consagración constitucional, (artículo
19 Nº 1 y 4 del Constitución Política de la República).

• Los demandados tienen la capacidad económica más que


suficiente para responder a las indemnizaciones demandadas y,
cualquier indemnización que se fije no tendrá mayor
consecuencia en sus finanzas.

• En la actualidad, la indemnización tiene también otras


finalidades, tales como sancionar al sujeto dañador por haber
cometido un acto particularmente grave y reprochable. Con ello
se persigue intentar desterrar la eventual repetición de futuros
procederes culposos y negligentes, parecidos o similares,
mediante la disuasión o desánimo del agente dañador.- Aquí es
necesario tener presente que fui lesionado como consecuencia de
una conducta negligente y culpable de ambas demandadas,
quienes no coordinaron las faenas, ni las supervisaron
adecuadamente.

• La doctrina y la jurisprudencia, vienen sosteniendo que el daño


moral debe ser fijado por el juez, atendida su prudencia,
estableciendo ciertas pautas para determinar el monto de la
indemnización.

• Conforme a esos elementales parámetros, la cantidad que se


demanda en estos autos por concepto de daño moral, aparece
plenamente justificada. Señala nuestra Carta Fundamental que
todas las personas nacen iguales en dignidad y derechos y que no
es lícito hacer diferencias arbitrarias, (artículo 1º y artículo 19 Nº
2).

59.- En cuanto al lucro cesante: es evidente que a mis 61 años ya no


podré optar a otros trabajos, así mi expectativas de trabajar hasta los
65 años al menos se verán truncadas, y es muy razonable sostener que
mis ingresos disminuirán, por ello señalo una cifra no menor a
$15.000.000.-

60.- AUSENCIA DE FISCALIZACIÓN EN LAS FAENAS.- Como


sabemos, y aunque parezca obvio, de nada sirven las medidas de
seguridad y prevención de accidentes, o los elementos de resguardo
que pudiere proveer el empleador a sus trabajadores, si aquél no
cumple con su deber-función, de fiscalizar el uso y normal
funcionamiento de los dispositivos de seguridad. En el caso planteado,
dicha prestación ha sido flagrantemente vulnerada, pues el día de las
riesgosas labores que cumplí, no se respetaron. Esta fiscalización
debió ser realizada por el empleador directo y también por la
demandada en atención a que las faenas se realizaban en los
establecimientos de la empresa Blumar S.A.

61.-INCUMPLIMIENTO GRAVE DEL DEBER DE ASISTENCIA AL


TRABAJADOR ACCIDENTADO.- Naturalmente el empleador tiene la
obligación, en caso de accidente laboral, de realizar todas las gestiones
y operaciones necesarias para evitar el daño y sus ulteriores
consecuencias, cuando las medidas de prevención no hubieren dado los
resultados esperados. Por ello el legislador, en el artículo 184, inciso
2° del Código del Trabajo, explicita que “deberá asimismo, (se refiere
al empleador) prestar o garantizar los elementos necesarios para que
los trabajadores en caso de accidente o emergencia puedan acceder a
una oportuna y adecuada atención médica, hospitalaria y
farmacéutica”. De este modo, aparece de manifiesto que la ley se
preocupa no sólo de exigir prevención, sino también exigir diligencia
máxima al empleador, en caso de que uno de sus trabajadores hubiere
sufrido un accidente. En la especie, la operación de auxilio prestada
fue notoriamente ineficiente, poco expedita, desatenta, es decir, el
empleador, infringió la obligación legal de proporcionar auxilio
inmediato a un trabajador lesionado, comprometiendo, en
consecuencia, su responsabilidad civil.
62.-RESPONSABILIDAD DEL DUEÑO DE LA OBRA O FAENA.- De
conformidad con lo dispuesto en el Título VII “Del Trabajo en
régimen de subcontratación y del trabajo en empresa de
servicios transitorios”, en sus artículos 183 A, y siguientes del
Código del Trabajo, y demás disposiciones legales pertinentes, mi parte
imputa e invoca la directa a la demandada Roberto Negroni Álvarez
que es la empresa donde mantengo mi relación laboral. La absoluta
inactividad o acciones inadecuadas de la empresa dueña de la obra o
faena, en lo que se refiere a la adopción de medidas de seguridad por
la empresa contratista o subcontratista, y la nula o poca fiscalización o
supervisión de las medidas de seguridad de los dependientes de la
empresa contratista, implica un incumplimiento de las normas
laborales, establecidas en los artículos 183 A, y siguientes del Código
del Trabajo.

63.- A su turno, el artículo 183 E, establece: “Sin perjuicio de las


obligaciones de la empresa principal, contratista y subcontratista
respecto de sus propios trabajadores en virtud de lo dispuesto en el
artículo 184, la empresa principal deberá adoptar las medidas
necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de todos los
trabajadores que laboran en su obra, empresa o faena, cualquiera sea
sus dependencia, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 66 bis de
la ley 16.744 y el artículo 3° del decreto supremo n° 594, de 1999, del
Ministerio de Salud”. La empresa dueña de la obra, al igual que la
empleadora directa del trabajador, incumplieron con sus obligaciones
laborales, por lo cual, debe responder solidariamente del accidente
laboral.

64.- Asimismo, lo dispone el artículo 3, del Decreto Supremo 594, del


año 1999, que aprueba el Reglamento sobre condiciones sanitarias y
ambientales básicas en los lugares de trabajo, el cual expresa:“La
empresa está obligada a mantener en los lugares de trabajo las
condiciones sanitarias y ambientales necesarias para proteger la vida y
la salud de los trabajadores que en ello se desempeñan, sean éstos
dependientes directos suyos o lo sean de terceros contratistas
que realizan actividades para ella”.

En atención a la conducta de los operarios, operadores y ausencia de


supervisión por parte de la demandada, esta no tiene manera de
excepcionarse de este accidente.-

65.- La I. Corte de Apelaciones de Concepción, conociendo de un


recurso de apelación en la causa caratulada “Sáez con Jaime Ortúzar y
Cia. Ltda.; Consorcio Santa Marta S.A,”, rol 405-2007, con fecha 4 de
diciembre del 2007, respecto de la responsabilidad del dueño de la
obra, expresó: “en efecto, el requisito de capacitar al dependiente
para desarrollar una faena no sólo abarca a la preparación de manuales
o impartir charlas sobre peligrosidad de las labores, sino que obliga
también a mantener un eficiente control en el sitio de las
actividades y que tales medidas sean adecuadas, puesto que la
sola ocurrencia del accidente llega a concluir que el empleador no ha
cumplido con el deber de cuidado y por lo tanto ha incurrido en culpa”.
En lo que respecta a la subcontratación, el decreto 76, que aprueba el
Reglamento para la aplicación del artículo 66 Bis de la ley 16.744 sobre
la Gestión de la seguridad y Salud en el Trabajo, Obras, Faenas o
Servicios que indica, en el artículo 6, expresa: “las empresas
contratistas y subcontratistas deberán efectuar, junto con la empresa
principal, las coordinaciones que fueren necesarias para dar
cumplimiento a las normas materia de seguridad y salud en el trabajo”.
El referido decreto 76, en su artículo 7, impone la obligación a la
empresa principal, de establecer un Sistema de Gestión de la Seguridad
y Salud en el Trabajo, expresando: “artículo 7: la empresa principal
deberá implementar en la obra, faena o servicios propios de su giro un
Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo o Sistema de
Gestión de la SST, para todos los trabajadores involucrados, cualquiera
que sea su dependencia, cuando en su conjunto agrupen a más de 50
trabajadores, pudiendo incorporar a las respectiva obra, faena o
servicios al sistema de Gestión que tenga implementado para toda la
empresa”.

66.-RELACIÓN CAUSAL.

El accidente del trabajo y, consecuencialmente los daños, son de única


y exclusiva responsabilidad de las demandadas, quienes, ambas, en sus
calidades de empleadora directa y mandante o dueña de la obra,
faltaron gravemente a las normas básicas de protección del
trabajador.- De los documentos acompañados y demás medios de
prueba, se desprende inequívocamente su responsabilidad directa y
solidaria en cada caso.

POR TANTO:

RUEGO A US. con el mérito de lo expuesto, normas constitucionales y


legales citadas y lo dispuesto en los artículos 183, 183 – A, y
siguientes y 184, 210 y demás aplicables del Código del Trabajo,
artículos 1.444, 1.556, 1.557, y siguientes y demás aplicables del
Código Civil; artículos 5, 6, 68, y 69, y demás pertinentes de la ley
16.744; artículos 446 y siguientes del Código del Trabajo, se sirva
tener por interpuesta en procedimiento laboral ordinario, demanda
laboral de indemnización de perjuicios sufridos en accidente del trabajo
en contra de las ya individualizadas, admitirla a tramitación, y en
definitiva, acogerla en todas sus partes, declarando:

1.- Se acoge la demanda en contra de las demandadas y se les


condena a pagar la suma de $90.000.000, de pesos por daño moral
y la suma de $15.000.000.- por lucro cesante, o las sumas mayores o
menores que Ssa. prudencialmente determine.

2.- Que todas las sumas sean pagadas con los intereses y reajustes
que determine el Tribunal.

3.- Que las demandadas sean condenadas en costas de la causa.


PRIMER OTROSI: Sin perjuicio de su incorporación posterior,
acompañamos, los siguientes documentos:

1.-Contrato de Trabajo, de don René Sepúlveda Sepúlveda.

2.-Resolución Nro. 10.644, de fecha 28 de Agosto de 2015,


Incapacidad Permanente Ley 16.744, que fijo Grado Total de
Incapacidad 50%.

SEGUNDO OTROSI: Ruego a S.S., en virtud de lo dispuesto en los artículos


433 y 442 del Código del Trabajo, autorizar a esta parte, a que las actuaciones
procesales, a excepción de las audiencias, puedan realizarse por medios
electrónicos, y que las notificaciones que proceda a realizar a esta parte en la
secuela del juicio, se practiquen en forma electrónica al correo
mabelgajardo@gmail.com y sergiobustos1@hotmail.com

TERCERO OTROSI:RUEGO A S.S., tener presente que designo como


abogado patrocinante y confiero poder en estos autos a la abogada doña
Mabel Gajardo Cortés, habilitados para el ejercicio de la profesión, y a don
Sergio Bustos Peña, domiciliados para estos efectos, en Concepción, calle
Cochrane 891 Of.102. El poder se entiende conferido para actuar conjunta o
separadamente, según lo dispuesto en los artículos 426 y 434 del Código del
Trabajo y con todas las facultades de ambos incisos del artículo séptimo del
Código de Procedimiento Civil, los cuales se dan por expresamente
reproducidos, en especial las de conciliar, avenir, percibir y transigir.

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