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SEPTIEMBRE • 1998

¿EL FIN DEL MUNDO


ES PARA MAÑANA?

evct)
EDITORIAL VERBO DIVINO
Avda. de Pamplona, 41
31200 ESTELLA (Navarra) España
1998
Stephen D. O'Leary *

EL ATRACTIVO DE LO APOCALÍPTICO

"Centinela, ¿qué hay de la noche?


centinela, ¿qué hay de la noche?"
Dice el centinela:
"Se hizo de mañana y también de noche" (Is 21,11-12, BJ)

c o n f o r m e nos a c e r c a m o s al
año 2 0 0 0 , las pruebas del gran a u m e n t o del a p o c a l i p t i c i s m o son
abrumadoras. En ciertos círculos católicos, el interés por las presun-
tas profecías de Garabandal y Fátima crece fuertemente, al tiempo
que abundan las informaciones sobre apariciones milagrosas de la
V i r g e n M a r í a , desde M e d j u g o r g e hasta C o n y e r s , G e o r g i a . En el
m u n d o protestante, las Iglesias fundamentalistas y evangélicas (a
menudo partidarias de una teología providencialista de los últimos
tiempos) están cobrando fuerza, mientras que efusiones carismáticas
tales c o m o la "Bendición de Toronto" son consideradas por muchos
c o m o una manifestación milagrosa del Espíritu de Dios en los últi-
mos días. Fuera de las Iglesias cristianas (y a veces dentro de ellas),
millones de devotos del movimiento llamado "Nueva Era" combinan
una mezcla ecléctica de modas pasajeras relativas a la salud, espiri-

* STEPHEN O'LEARY ES profesor adjunto de la Escuela de Comunicación de


Annenberg, Universidad de Carolina del Sur. Se licenció en Religiones
Comparadas en la Universidad de Harvard y se doctoró en Estudios sobre
Comunicación en Northwestern. Es autor de Arguing the Apocalypse: A
Theory of Millennial Rhetoric (Oxford Press, 1994) y A Prescription for
Millennium Fever (Oxford 1998).
Dirección: Annenberg School of Communication, University of Southern
California, Los Angeles CA. 90089-0281 (Estados Unidos).

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tualidad aborigen, OVNIs, profecías, ocultismo, dando lugar a pecu- análisis. Cohn define el tipo de salvación que constituye el objeto de
liares religiones nuevas, cuya única característica común evidente es la expectación del movimiento milenarista como colectiva, terrena,
una enconada resistencia a la autoridad espiritual tradicional. Como inminente, total y milagrosa (Cohn, 13). Esta definición de las aspira-
gallos que cantan al amanecer venidero, los profetas del día del j u i - ciones milenaristas puede abarcar diversos fenómenos, desde los
cio o de un brillante futuro milenarista aparecen con muchos y abiga- movimientos cristianos medievales o modernos, a la religión de
rrados atuendos: sus gritos que vociferan catástrofe y redención i n m i - "danza de los espíritus" de los indios de las praderas en el siglo XIX y
nente -sea de naturaleza ecológica, espiritual, económica o p o l í t i c a - a los famosos "cultos de benefactores venideros (cargo cults)" de
se disputan la atención en el corral h u m a n o . Los centinelas de hoy, Melanesia. Sin embargo, cuando intentamos ir más allá de las carac-
los que se encuentran en puestos de autoridad social y pastoral mien- terísticas comunes de las esperanzas milenaristas en las diversas cul-
tras navegamos por la transición de los últimos días del m i l e n i o que turas, hasta la comparación de los contextos históricos y sociales en
expira a los primeros años del nuevo, harían bien en estudiar esos gri- que surgieron las versiones de dichas esperanzas, el problema se hace
tos y en observar c ó m o y a quiénes atraen. Pues un cacareo descui- más difícil. Al intentar responder a la pregunta de por qué un movi-
dado puede c o n f u n d i r y dispersar los rebaños, c o n v i r t i é n d o l o s en miento (o a veces toda una sociedad) ha expresado sus aspiraciones
presa fácil para zorros y lobos, falsos mesías que abundan en nuestra de esa forma particular, los científicos sociales han examinado nor-
ignorante cultura. Los recientes suicidios rituales de los cultos del malmente las circunstancias que han dado origen al milenarismo,
Templo Solar y de la Puerta del Cielo en Francia, Suiza, Canadá y los buscando características o experiencias comunes entre una amplia
Estados Unidos, los ataques con gas venenoso en el metro de Tokio diversidad de grupos y contextos sociales, para definir los factores que
promovidos por el apocalíptico Aum Shinrikyo, y otros acontecimien- condicionan a los auditorios del discurso milenarista para una acep-
tos que ocupan titulares informativos, enseñan claramente una lec- tación de sus afirmaciones. Así, por ejemplo, Frank Kermode habla de
c i ó n : las creencias milenaristas están cargadas de consecuencias un "escenario apocalíptico, un estado de cosas en el que se puede
serias, y requieren examen y comprensión cuidadosos. percibir una predisposición sociológica a la aceptación de estructuras
y figuras apocalípticas" (Kermode 1985, 86).
Resulta imposible hacer aquí una exposición global de los orígenes
históricos, sociológicos y psicológicos del apocalipticismo. M e han Los factores que supuestamente definen este "escenario apocalípti-
encargado que sea breve, y, en cualquier caso, uno se vería muy apu- c o " varían ampliamente. Un grupo de especialistas ve los cultos mile-
rado para establecer un consenso entre las diversas explicaciones dis- naristas desde un punto de vista fundamentalmente económico/polí-
pares que los científicos sociales dan de los fenómenos apocalípticos. tico, c o m o "Las religiones de los oprimidos" (Lanternari). Las diversas
M i modesta intención en este trabajo es examinar y evaluar breve- encarnaciones de la creencia apocalíptica se ven c o m o reacciones de
mente la bibliografía de ciencias sociales sobre movimientos apoca- minorías y trabajadores desposeídos ante circunstancias de opresión
lípticos, e indicar que éstos conducen espontáneamente a una con- industrial y colonial, privaciones materiales y las dislocaciones socia-
cepción de lo apocalíptico c o m o teodicea simbólica, solución mito- les de la modernidad. El auditorio del discurso apocalíptico queda así
lógica al problema del mal, el dolor y el sufrimiento. Después consi- definido en función de su clase y circunstancias materiales. Así,
dero brevemente el papel de las nuevas formas de comunicación de Hobsbawm denomina a ciertos grupos apocalípticos europeos
masas en el fomento y sustentación del talante apocalíptico contem- "Rebeldes primitivos", compuestos por "pequeños campesinos lucha-
poráneo. Finalmente, concluyo con un llamamiento a una forma de dores, obreros agropecuarios, artesanos rurales y otros parecidos"
comprensión milenarista que tome en serio el atractivo del apocalip- (Hobsbawm, 71); en cambio Worsley sostiene que las creencias mile-
sis sin dramatizar exageradamente nuestro propio momento histórico. naristas comprenden principalmente una "religión de los órdenes
inferiores" que sigue siendo perennemente atractiva, pese a las
¿Cómo hemos de entender el persistente atractivo del apocalipti- decepciones, "precisamente porque hacen un llamamiento tan fuerte
cismo, pese a las repetidas decepciones sufridas por los creyentes a lo a los oprimidos, los desheredados y los desgraciados" (Worsley, 225).
largo de los siglos? Cualquier respuesta a esta pregunta debe empezar En términos parecidos, en su intento de dar razón de los movimien-
con una definición coherente del fenómeno c o m o tal. El estudio clá- tos milenaristas tanto primitivos c o m o modernos, Cohn sostiene que
sico de Norman Cohn The Pursuit ofthe Millennium (En pos del mile- los grupos apocalípticos modernos están compuestos por "ciertos ele-
nio) proporciona una importante formulación adecuada para este mentos políticamente marginales en sociedades tecnológicamente

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avanzadas, principalmente trabajadores jóvenes o desempleados y des, la posición social, la conducta y el mérito se pueden cuantificar
una pequeña minoría de intelectuales y estudiantes". de algún modo, es mucho más difícil medir la experiencia subjetiva
de carencia que se deriva de la comparación de los bienes y posición
La caracterización de los entusiastas apocalípticos como víctimas
social propios con los de otros. Con relación al modelo de privación
de la opresión colonial o de la marginación económica puede ser
relativa, A. Y. Collins comenta: "El punto decisivo no es tanto si uno
adecuada en el caso de cargo cults nativos o de movimientos mile-
está realmente oprimido, cuanto si se siente oprimido" (Collins, 84).
naristas dentro de sociedades campesinas que están haciendo la difí-
Esto supone una dificultad fundamental, que convierte el concepto de
cil transición de la economía agropecuaria a la industrial: está claro
privación relativa, pese a ser útil en abstracto, en difícil de aplicar en
que no resultan útiles para entender gran parte del milenarismo con-
casos concretos. Los sentimientos subjetivos de privación y opresión
temporáneo. Por no poner más que un ejemplo, el escritor estado-
no son fáciles de medir, ni pueden ser documentados siempre en
unidense Hal Lindsey está entre los autores más vendidos de las últi-
movimientos milenaristas donde es frecuente que los miembros dejen
mas décadas del siglo XX; las decenas de millones de estadouniden-
poca constancia de su experiencia interior.
ses de clase media que han comprado su obra The Late Great Planet
Earth difícilmente se pueden contar entre los desgraciados de la tie- Una explicación alternativa del atractivo de lo apocalíptico la ofre-
rra. Y tampoco se pueden etiquetar verdaderamente como "política- ce el estudioso de ciencias políticas e historia social Michael Barkun.
mente marginales" en un país donde un importante colectivo cristia- Su obra Disaster and the Millennium intenta documentar la tesis de
no fundamentalista ha tenido un influjo profundo tanto en la política que el principal factor que predispone y determina el escenario apo-
local como en la nacional. De hecho, un vistazo breve a la historia calíptico es la experiencia común de las catástrofes naturales y las
del discurso apocalíptico demuestra que su atractivo ha traspasado causadas por el hombre. Barkun analiza movimientos apocalípticos
históricamente las fronteras de clase. Entre quienes han prestado en muchas culturas y épocas históricas, reuniendo numerosas prue-
oídos receptivos a la profecía y a sus intérpretes se encuentran reyes, bas para sostener su afirmación de que los "desastres sirven para pre-
emperadores, campesinos y presidentes, comerciantes, granjeros y disponer a los individuos a una conversión milenarista". Su argumen-
obreros industriales, lo mismo cultos que incultos, desde Isaac to queda debilitado, sin embargo, al reconocer él mismo dos cosas:
Newton a Ronald Reagan. Las teorías mecanicistas de lo apocalíptico que el desastre "está en alguna medida en el ojo del espectador"; y
como reacción ante unas circunstancias económicas no da razón de que, "si el mundo no tiene ningún desastre que ofrecer, hay que crear
esta amplia variedad de clases y grado de educación dentro de los uno" (Barkun 1974, 128, 60, 208). Es claro que estas observaciones
auditorios apocalípticos. rebajan la fuerza de la tesis de Barkun; pues, aun cuando admitamos
que acontecimientos tales como terremotos, guerras y depresiones
Está claro que una experiencia objetiva de opresión o privación son experimentados por todos, prácticamente, como desastres, no
económica no es un requisito necesario para el florecimiento de las todo acontecimiento de esta clase va acompañado de un incremento
creencias milenaristas. La teoría de la privación relativa, propuesta de la conversión apocalíptica, mientras que acontecimientos que no
por algunos sociólogos, es algo más refinada, por cuanto intenta dar son claramente desastrosos en ningún sentido objetivo pueden asumir
razón del papel de la impresión a la hora de predisponer a los audi- la apariencia de catástrofe cuando los interpretan auditorios ya pre-
torios a una conversión apocalíptica. David Aberle define la privación dispuestos a una cosmovisión milenarista. De este modo, nos enfren-
relativa como "una discrepancia negativa entre la expectativa legítima tamos de nuevo a la dificultad de medir impresiones intangibles y
y la realidad" (Aberle, 209); en un intento de fundamentar su teoría reacciones subjetivas ante acontecimientos que adoptan significados
sobre factores mensurables, clasifica la experiencia relativa de priva- diferentes dependiendo de la estructura interpretativa a través de la
ción por categorías -propiedades, posición social, conducta y méri- cual se perciben.
to-, y sostiene que la privación en una o más de estas áreas puede tra-
ducirse en adhesión a una creencia apocalíptica. Esta explicación El posterior trabajo de Barkun, Crucible of the Millennium, reco-
tiene ciertas ventajas, por cuanto nos ayuda a entender cómo perso- noce la dificultad generada por su formulación anterior de "desastre"
nas o grupos que disfrutan de una existencia cómoda pueden volver- como factor dominante que predispone al público a las creencias
se sensibles a creencias milenaristas cuando comparan su situación milenaristas. En este caso llega hasta el punto de sugerir que el
con la de otros más acomodados. Sin embargo, aunque las propieda- "desastre funciona como una estructura mental, no sólo conectada

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con la muerte y la destrucción palpables, sino también con aconteci- "no pueden permitirse ignorar el contenido psíquico de las fantasías
mientos simples que simbolizan la pérdida de control y sentido" que los han inspirado. Precisamente todos esos tipos de fantasías se
(Barkun, 153-154). Esto es típico de lo que llamaríamos teoría "anó- encuentran habitualmente en los casos individuales de paranoia: la
m i c a " del apocalipticismo, que extiende los límites de esta cuestión visión megalómana de uno mismo como el elegido, absolutamente
más allá del ámbito de la política y de la economía, hasta incluir c o n - bueno, perseguido de forma abominable, pero seguro del triunfo
sideraciones propias de la psicología. Los partidarios de esta escuela final; la atribución al adversario de poderes gigantescos y demonía-
cos; la negativa a aceptar las limitaciones ineludibles y las imperfec-
consideran por lo general a los creyentes milenaristas propensos a las
ciones de la existencia humana, tales como la fugacidad, las discor-
condiciones psicológicas de " a n o m i a " y "ausencia de sentido". Así,
dias, los conflictos, la falibilidad tanto intelectual como moral; la
Barry Brummett sostiene que " l o apocalíptico cuenta con un audito- obsesión con las profecías infalibles. Estas actitudes son síntomas
rio 'básico' que adolece de un sentimiento inusitadamente fuerte de que en su conjunto constituyen, sin error posible, el síndrome de la
anomia o desorientación" (Brummett, 59). C o m o indica Lifton, esta paranoia. Pero una ilusión paranoica no cesa por el hecho de ser
situación psicológica puede derivarse de una experiencia colectiva compartida por muchos individuos, ni mucho menos porque dichos
de trauma o catástrofe. No obstante, este diagnóstico presenta las individuos se crean con motivos reales y sobrados para considerarse
mismas dificultades y limitaciones que el concepto de pérdida relati- víctimas de la opresión" (Cohn 1957, 309).
va, por cuanto las experiencias traumáticas a menudo tienen su ori-
gen en el campo de la impresión. Brummett añade que el "especta- Aunque esta interpretación me parece bastante persuasiva, dentro
dor anómico está motivado por la impresión de los desastres que no de sus límites, debemos ser sumamente prudentes al aplicar concep-
puede explicar con los sistemas recibidos de significado" (Brummett, tos de la psicología moderna a pacientes muertos hace mucho tiem-
59). Evidentemente, esta concepción es aplicable a nuestra investiga- po o que se encuentran fuera del alcance de un estudio clínico. Hay
c i ó n , pero la complica de forma considerable. Los primeros cristianos que pararse a reflexionar sobre las consecuencias de considerar el
que reaccionaron favorablemente ante el libro del Apocalipsis eran, apocalipticismo milenarista c o m o una enfermedad mental, o c o m o
según casi todos los relatos históricos, objeto de una persecución un síntoma de tales desórdenes. Lo que se adquiere con tal visión es,
intensa, que incluía ejecuciones y tortura pública. Si los grupos f u n - quizás, un grado de percepción profunda del m o d o de pensar de
damentalistas cristianos de los Estados Unidos, mayoritariamente de estos grupos actuales y pasados; pero el predominio de esta patología
clase media, que hoy forman el núcleo de lectores del Hal Lindsey, en diversas Escrituras canónicas puede conducir a incómodas series
se creyeran a sí mismos objeto de una persecución parecida, cierta- de reflexiones. Además, aun cuando este diagnóstico se aceptara, no
mente se trataría de una impresión inducida de forma retórica; por- habríamos resuelto el problema de las causas originarias; si el mile-
que hay una diferencia obvia entre ser desgarrado por los leones a la narismo se entiende c o m o una forma de paranoia o c o m o un síntoma
vista de multitudes que gritan entusiasmadas y ser obligado a sopor- de tal dolencia psíquica, la etiología de dicha extraña dolencia sigue
tar la embestida de los medios de c o m u n i c a c i ó n cargados de sexo, sin explicar, todavía hay que dar razón de las formas peculiares que
violencia y humanismo laico. Así pues, el problema de la impresión adopta. Por último, las explicaciones psicológicas adolecen del
parece insuperable: mientras los médicos pueden diagnosticar obje- mismo defecto que las teorías basadas en factores causales, tales
tivamente una condición de anomia o desorientación, las causas radi- c o m o la opresión y la injusticia: tales factores están siempre presen-
cales de estos estados internos no se pueden encontrar en sucesos tes, por desgracia, a lo largo de la historia. El predominio de circuns-
objetivos, sino en la incapacidad percibida de los sistemas de signifi- tancias psíquicas tales c o m o la ansiedad, la aprensión, la insatisfac-
cado existentes para dar razón de las vicisitudes del destino histórico ción, e incluso la paranoia, me mueve a preguntarme, no por qué nos
y de la vida cotidiana. hacemos apocalípticos, sino por qué uno de nosotros no es apocalíp-
tico, o si no somos todos milenaristas incipientes.
Entre los intentos más notables de aplicar un modelo psicológico a
la explicación del milenarismo se halla el análisis de Cohn, que pre- Ningún examen de los enfoques social y científico del fenómeno
senta las fantasías apocalípticas c o m o una respuesta "paranoica" a la que supone la creencia apocalíptica estaría completo sin mencionar
privación económica y a la persecución política. Cohn, en la edición la influyente teoría de León Festinger sobre la disonancia cognitiva.
original de Pursuit of the Millennium, sostiene que quienes buscan Desde la publicación de su obra clásica, When Prophecy Fails: A
una explicación adecuada a los movimientos milenaristas Social and Psychological Study ofa Modern Group that Predicted the

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Destruction of the World, la teoría de Festinger se ha convertido en nancia en su análisis del "cristianismo primitivo como movimiento
elemento habitual de la descripción del dinamismo de las sectas y milenarista" (Gager, 20), considerando el hecho de la crucifixión
movimientos apocalípticos. El término "disonancia cognitiva" indica como el "suceso disonante" original, que parecía contradecir las pro-
el estado mental de incomodidad creado por una realidad innegable fecías mesiánicas de la restauración del reino de Israel.
acontecida (o no), que contradice una creencia firmemente sostenida,
como el hecho de que Cristo no vuelva en una fecha predicha. Lo que Así, todas las explicaciones causales simplistas de este fenómeno
se supone es que los seres humanos están motivados para reducir o -tanto las basadas en causas externas, naturales, económicas o polí-
eliminar tal incomodidad por todos los medios. Festinger y sus coau- ticas, como las basadas en causas internas, emocionales y psicológi-
tores predijeron que, en determinadas circunstancias (como cuando cas- se pueden considerar fallidas. Howard Kaminsky pone al descu-
las predicciones son suficientemente precisas, los creyentes están lo bierto el círculo vicioso intrínseco de tales intentos:
bastante entregados y se dan las formas adecuadas de apoyo social), "Si tenemos presente la clase de factores causativos [que los est
el hecho de que la creencia firmemente mantenida no se confirme diosos han atribuido a los movimientos milenaristas] -ansiedad, sen
puede traducirse en mayor proselitismo y en un fortalecimiento, en sación de privación, sufrimiento social, etc.-, debemos admitir que n
vez de en un abandono del sistema de creencias. Hablando en con- en un solo caso es siquiera remotamente posible deducir el movi-
creto, esto no parece ser sino un ejemplo de la falacia lógica conoci- miento a partir de un único factor, un conjunto de factores, o un
da como "efecto de subirse al carro"; éste sostiene que "si cada vez grado definible cualquiera de intensidad de tales factores. Todos
más gente puede persuadirse de que el sistema de creencias es estos esfuerzos conducen directamente a un círculo vicioso: X se
correcto, éste claramente debe de ser correcto después de todo" supone necesario para el movimiento, pero la única manera de sabe
(Festinger y otros, 18). que X está presente es que ha nacido un movimiento" (Kaminsky,
216).
Para poner a prueba su teoría, Festinger y sus colaboradores eligie-
ron al azar un culto local relacionado con OVNIs que predecía la lle- Dado este círculo vicioso, puede ser más provechoso considerar el
gada de platillos voladores, y el rescate del núcleo fiel de los creyen- apocalipticismo, no tanto como una serie de movimientos con causas
tes, en una fecha determinada de 1951. Se infiltraron en el grupo para separadas e identificables, basadas en sucesos históricos, sino más
estudiar los procesos mentales de racionalización que acompañarían bien como una tradición, una comunidad de discurso materializada
al hecho de que las naves espaciales anunciadas no aparecieran. El textualmente, basada en el canon aceptado de textos sagrados occi-
estudio de este caso brindó un apoyo cualificado a la teoría, pero las dentales y ocasionalmente incrementada por la producción de nue-
pruebas aportadas por otros estudios del fenómeno que intentan vas revelaciones y estrategias interpretativas. Esto complica el proble-
reproducir exactamente el hallazgo de Festinger no parecen ser con- ma de explicar el atractivo del discurso apocalíptico. Estamos ante
cluyentes. No todos los grupos que experimentan fracasos en sus pro- una tradición textual continua, mantenida y adornada con un discur-
fecías incrementan su proselitismo después; algunos pueden abando- so de exégesis y comentarios alentado en círculos eruditos y de élite,
nar el sistema de creencias, mientras que otros pueden elegir medios que, en diversos momentos de la historia, ha irrumpido en discursos
diferentes para atemperar la disonancia, como reinterpretar la profe- más populares y mayoritarios a través de movimientos inspirados a
cía o reducir al mínimo los contactos con los no creyentes. Puesto veces en nuevas profecías y a veces en nuevas interpretaciones de los
que la teoría de Festinger debería de haber predicho cualquiera de textos canónicos. La retórica apocalíptica siempre ha encontrado
esas consecuencias, parece fruto de un círculo vicioso. O sea, la exis- auditorio, aunque el tamaño y la composición de éste ha variado
tencia de un estado mental se usa para explicar un comportamiento; mucho a lo largo de los siglos. No existe una explicación sencilla que
pero a su vez ese comportamiento constituye la única prueba de la dé razón del incremento de popularidad de lo apocalíptico que los
existencia de dicho estado. Aunque esto constituye una seria laguna historiadores han documentado en la Europa medieval, en la
en la teoría de Festinger, no niega la utilidad descriptiva del concep- Inglaterra del Renacimiento o en los Estados Unidos a principios del
to de disonancia, ni ha impedido a los estudiosos aplicar este con- siglo XIX y finales del XX. Asimismo, no se ha propuesto ninguna teo-
cepto al estudio de las sectas apocalípticas, ni siquiera al de la histo- ría que dé razón de modo satisfactorio de la extrema diversidad de los
ria primitiva de la Iglesia cristiana. John Gager, en su obra Kingdom comportamientos exhibidos por aquellos que esperan el fin de los
and Community, utiliza de forma muy notable la teoría de la diso- tiempos antes de su muerte. Dichos comportamientos abarcan desde

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un proselitismo ferviente hasta una retirada pasiva del mundo; desde panada por] una idea generalizada de que el momento presente es el
el terrorismo revolucionario hasta el pacifismo tranquilo; desde un crítico y definitivo, y de que estamos en el 'horizonte del aconteci-
celibato radical (incluso hasta el punto de repetir la automutilación de miento'" (Schwartz, 243). Aunque la sensación de cambio, que se
Orígenes) hasta las formas más disolutas de sexualidad contrarias a la acelera hacia un momento crítico de crisis, ha sido experimentada
ley (entre ellas la promiscuidad y la poligamia). por los creyentes de todas las épocas ya desde los primeros cristianos,
Privación, opresión, desastre, disonancia: ¿qué son estas teorías, y antes de ellos, yo diría que los medios de comunicación potencian
sino explicaciones parciales, vislumbres y fragmentos de una verdad esta sensibilidad antiquísima hasta un grado sin precedentes. El adve-
entrevista a través de un cristal oscurecido que apuntan, cada uno a nimiento de las tecnologías modernas de comunicación ha alterado
su modo, a una verdad más profunda, no sólo sobre lo apocalíptico, de forma fundamental la situación cultural y social del discurso apo-
sino sobre la misma condición humana? Lo apocalíptico fue acepta- calíptico, pues dichas tecnologías 1) aumentan tanto la cantidad
do dentro del canon de la Escritura, y mantiene una presencia vital en como los tipos de información al alcance de los milenaristas para
la mayoría de las tradiciones religiosas del mundo (si no en todas), construir sus redes de significado; 2) normalizan el calendario y el
porque el problema que se esfuerza en resolver es, precisamente, el tiempo cronométrico habituándonos a medir el tiempo en unidades
principal problema religioso: la teodicea, o la necesidad de ofrecer cada vez más pequeñas, y aumentando así nuestra conciencia del
una afirmación coherente de sentido ante la muerte y el sufrimiento. paso del tiempo; 3) hacen posible la formación de nuevos tipos de
Para aquellos cuyo miedo a la muerte llega a ser una obsesión, el apo- comunidades, unidas no ya geográficamente, sino por intereses com-
calipsis brinda lá oportunidad de olvidar nuestra propia mortalidad, partidos y por el acceso a medios de comunicación electrónicos, de
proyectando nuestros miedos sobre una pantalla cósmica, imaginan- manera que en la actualidad observamos que los cultos milenaristas
do una catástrofe que lo engullirá todo, una catástrofe bienvenida forman redes informáticas de ordenadores y captan adeptos en las
más que temida. El sufrimiento no sólo lo experimentan los oprimi- redes informáticas mundiales.
dos: nacer humano es ser desvalido. Todos somos oprimidos, si no
por otras personas, por nuestras propias limitaciones humanas: la Consideremos dos de los signos tradicionales que supuestamente
anomia es una posibilidad siempre presente; al mundo nunca le fal- acompañan al apocalipsis: "guerras y rumores de guerras" y terremo-
tan desastres naturales o simbólicos, se experimenten éstos personal- tos. Siendo como es la naturaleza humana, siempre ha habido con-
mente o de forma vicaria. La disonancia cognitiva real (que afecta a flictos constantes que han tenido lugar a lo largo y ancho del planeta
toda persona moral racional) es una incomodidad intensa y del todo y en cualquier momento temporal. Pero ahora tenemos allí a la CNN
loable, originada al tomar conciencia del desajuste entre el mundo tal con las cámaras de televisión, y así las imágenes de muerte y des-
como es y el mundo tal como debería ser. Aunque las visiones de una trucción aparecen en todos los hogares; y los usuarios de Internet
sociedad perfecta puedan diferir, nuestras representaciones de un pueden acceder y ser invitados a vivir, o casi, reportajes personales e
paraíso restaurado o de la ciudad celeste desempeñan una función instantáneos de sucesos tales como un golpe de Estado en Rusia, o
indispensable. Al enfrentarnos con las catástrofes de la historia, unos atentados con bomba en Israel. Asimismo, en el fluir natural del
dichas representaciones nos permiten mantenernos en lo que el his-
tiempo geológico, vemos que los terremotos han sido siempre un
toriador marxista Ernst Bloch denomina "el principio esperanza": la fe
incidente cotidiano en todo el mundo, y que su frecuencia puede
es un fe/os, una finalidad, una meta hacia la cual nos movemos,
tener flujos y reflujos de acuerdo con procesos naturales que apenas
donde todas las injusticias serán deshechas y todos los misterios des-
velados. entendemos, como los de las placas tectónicas. Pero ahora se informa
en el noticiario de la noche de grandes temblores que en ocasiones
Sin embargo, no podemos terminar nuestra investigación en este pasaban sin ser comunicados, o de los cuales antes no nos habríamos
punto, pues hay un aspecto novedoso del apocalipticismo contempo- enterado en meses, si no en años; y ahora se envían a los centros de
ráneo que merece análisis. Me refiero al crecimiento asombroso de Internet datos geológicos sobre todo el mundo cuidadosamente
los medios de comunicación electrónicos en el siglo XX. En su supervisados por los milenaristas, que anticipan tanto catástrofes geo-
Century's End, Hillel Schwartz describe la conciencia milenarista lógicas (conocidas como "cambios terráqueos" en los círculos de la
como "una sensación de cambio omnipresente y acelerado, [acom- Nueva Era) como la segunda venida de Jesús.

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La capacidad única de los usuarios de los medios de comunicación ritaria de la ciudadanía: aproximadamente la mitad de la población
electrónicos de seguir simultáneamente la marcha de múltiples suce- del país cree en la existencia de los visitantes extraterrestres y en el
sos y procesos de la escena mundial crea una conciencia nueva del encubrimiento de esas presencias por parte de la Administración del
tiempo y del peso de la actuación histórica. Esta experiencia del tiem- Estado. Incluso para gente seria, poco propensa a confundir ficción
po, y de la esperanza asociada de un momento de singularidad, se con realidad, la saturación del espacio abarcado por los medios de
manifiesta nítidamente en el talante apocalíptico contemporáneo. comunicación que acompañará la transición al tercer milenio, nece-
Podemos encontrar un ejemplo que hace al caso en el famoso culto sariamente creará expectativas. Se producirá una conciencia global,
suicida "La Puerta del Cielo". Este grupo da un significado nuevo y c o m o no la ha habido nunca, del paso de un momento temporal
terrorífico a productos populares de los medios de comunicación que único, que concentrará la atención en esperanzas y miedos para el
han disfrutado largo tiempo de lo que normalmente, y de modo irre- futuro.
flexivo, se denomina "seguimientos cultuales": Expediente X, Star
Mientras somos testigos del desfile de la necedad milenarista que
Trek y La guerra de las galaxias. La importancia de las películas y la
traerán estos próximos años, haríamos bien en recordar las palabras
televisión en el sistema de creencias de estos grupos resulta evidente de san Agustín, cuya época histórica, llena de crisis, presenta parale-
por los mensajes que los suicidas dejaron en vídeo, que contienen los aleccionadores con la nuestra. Agustín nos recuerda que los impe-
referencias reiteradas a guiones de ciencia-ficción. La siguiente des- rios pueden desmoronarse, pero la esperanza nace eterna. Él amo-
cripción que este grupo da de sí mismo, tomada de una página de nestaba a aquellos que veían pruebas de un inmediato apocalipsis en
Internet con la cual intentaban explicar y justificar su misión, pone el siglo V, recordándoles que los signos del Final siempre estaban pre-
clara y sorprendentemente de relieve el papel de los medios de c o m u - sentes:
nicación populares:
Ciertamente, el apóstol [Pablo] dijo... que en los últimos días ven-
Para ayudarle a entender quiénes somos, nos hemos tomado la drán tiempos difíciles... y describe cómo serán, diciendo: "Los hom-
libertad de formular una sinopsis breve en el lenguaje corriente de bres serán amantes de sí mismos, amantes del dinero, arrogantes,
una serie popular de "ciencia-ficción". La mayoría de los lectores de orgullosos, blasfemos, desobedientes para con sus padres, desagra-
finales del siglo XX sin duda reconocerán los paralelos pretendidos. decidos, malvados, irreligiosos, desamorados, asesinos, incontinen-
Resulta realmente interesante observar cómo el contexto de la fic- tes, inmisericordes, sin amabilidad, traidores, tercos, ciegos, aficio-
ción puede, a menudo, abrir la mente a posibilidades avanzadas, que nados a los placeres más que a Dios, con apariencia de piadosos,
en realidad están muy cercanas a los hechos. pero negadores del poder divino". Me pregunto si tales hombres han
faltado alguna vez... Lo mismo que las guerras: ¿cuándo no ha sido
El documento continúa con un conocido tema de la ciencia-ficción la tierra flagelada por ellas en las diferentes épocas y lugares?
que gusta en todo el m u n d o : "Los extraterrestres regresan con la
advertencia f i n a l " . Agustín nos advierte contra los excesos de un entusiasmo apoca-
líptico recomendando encarecidamente una visión escéptica de las
Ciertamente, los miembros de "La Puerta del Cielo" estaban enga- pretensiones de los milenaristas, de forma que "cuando nos entre el
ñados acerca de la existencia de salvadores extraterrestres y acerca pánico por los sucesos presentes, c o m o si fueran lo último y extremo
del valor redentor del suicidio, pero su perspicacia psicológica sobre de todas las cosas, no podamos ser objeto de burla por parte de aque-
la cultura popular es tan aguda c o m o profunda. Los medios de c o m u - llos que han leído más y peores sucesos en la historia del m u n d o "
nicación social desempeñan un papel trascendental en la aceptación (Agustín, 384, 387). El suyo es un mensaje que los pastores de todo el
social y en la creciente verosimilitud de las creencias apocalípticas y m u n d o tendrán que formular vigorosamente en los años venideros.
los guiones milenaristas. Existen pruebas abundantes de que la sus-
pensión espontánea de la incredulidad, exigida en nuestras ficciones (Traducido del inglés por José Pedro Tosaus Abadía)
narrativas y en la prensa amarilla, se extiende ahora a la religión y a
la política en formas nuevas y penosas, y que este efecto no se redu-
ce a los cultos suicidas. Teorías sobre la "conspiración", que en otro
tiempo se relegaban a los extremos marginales de la política estado-
unidense, ahora reciben cada vez más aplausos de la corriente mayo-

618 Concilium 4/122 Concilium 4/123 619


STEPHEN D. O'LEARY EL ATRACTIVO DE LO APOCALÍPTICO

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620 Concil¡um4/124 Concilium 4/125 621


Marcelo Barros *

LOS DOLORES DE PARTO DEL REINO DE DIOS


Los Apocalipsis de los pobres
en América Latina

s i, a l g u n a v e z , usted q u e le
esta página, visita Brasil durante los primeros días del mes de octu-
bre, le p r o p o n g o q u e i n c l u y a en su visita un v i a j e al sertáo ' de
Bahía. Participará en una peregrinación que, cada año, reúne a miles
de personas, de todas las clases y organizaciones comunitarias. De
varias regiones del país, la multitud se reúne en una pobre y alejada
aldea del alto sertáo de Bahía. El viaje es difícil; el clima, uno de los
más duros del nordeste brasileño. La naturaleza destruida, la tierra
seca, la vegetación casi inexistente, no invitan a vivir en aquella tie-

* MARCELO BARROS es monje benedictino. Tiene 53 años y es prior del


Monasterio de la Anunciación, comunidad monástica ecuménica, inserta
entre los campesinos y habitantes de la periferia. Desde 1977, es asesor de la
Comisión Pastoral de la Tierra para asuntos de Teología y Espiritualidad.
Pertenece a la ASETT, Asociación de Teólogos del Tercero Mundo. Junto con
Carlos Mesters, en 1979, fundó el CEBI, Centro Ecuménico de Estudios
Bíblicos, en el cual participa actualmente como integrante de un equipo
nacional de asesoría para la Espiritualidad y la Mística. En Brasil, es también
uno de los asesores de la APD, Asamblea del Pueblo de Dios. Trabaja espe-
cíficamente en la relación de la Iglesia con la cultura y la espiritualidad afro-
brasileña. Tiene veinte libros publicados, algunos de ellos sobre teología de
la tierra, otros sobre espiritualidad ecuménica, liturgia e inculturación litúrgi-
ca. Sus últimos libros son: A Danca del Novo Tempo (Urna Espiritualidade
Ecuménica e um Jubileu verdadeiramente bíblico para el novo milenio), Ed.
Paulus, CEBI y Ed. Sinodal, 1997, y la novela A Secreta Magia do Caminho,
Ed. Record-Nova Era, 1997.
Dirección: Caixa Postal 5, Coiás - CO 76600-000 (Brasil).
1
Sertáo (voz portuguesa de Brasil): En el nordeste brasileño, terreno seco,
especie de sabana espinosa [N. del T.].

Condüum4/127 623
MARCELO BARROS LOS DOLORES DE PARTO DEL REINO DE DIOS...

rra. N i parece q u e , hace cien años, existiera a l l í una c o m u n i d a d atacaron y asesinaron a todos, incluso a las mujeres y a los niños.
constituida por miles de personas: Canudos, así llamada por la abun- Degollaron a los prisioneros, incluso a los que ya estaban muertos.
dancia de juncos que crecían a las orillas del río Vasa-barris. Dicen Las casas fueron quemadas y, después, la tierra inundada, para que el
que, en aquel momento, Canudos era la segunda ciudad del estado recuerdo de aquella masacre desapareciera.
de Bahía. Compartiendo con usted la experiencia de estos hermanos
Los libros de Historia no lo contaron y los medios de comunicación
que dieron su vida por creer que el Señor realizaría con ellos la pro-
no lo publicaron. Pero el pueblo pobre no lo olvidó. En los últimos
mesa de su venida liberadora, le invito a relacionar esta experiencia
años, han recuperado el recuerdo de Canudos. Sacaron de las aguas
con la de muchas comunidades cristianas populares que viven la fe y
una gran cruz de madera. Dicen que es la cruz que Conselheiro car-
la esperanza del Reino a partir de la lectura del Apocalipsis. Q u i e r o
gaba por el sertáo. Esa cruz es llevada por los campesinos que conti-
contar esta experiencia c o m o si participara usted en una peregrina-
núan la lucha por la conquista de la tierra. Cada año, la gente de la
ción al universo del pueblo más pobre, para compartir el dolor y la
zona hace una peregrinación al lugar de la masacre. Allí, todos
esperanza de los que sufren, c o m o el profeta Juan, "hermano y c o m -
recuerdan a los antepasados muertos. Para ellos, el recuerdo de
pañero en las tribulaciones, en el Reino y en la espera perseverante
Canudos no es la historia de una derrota, sino de un movimiento que,
en Jesús" (Ap 1,9).
cien años después, renace con la fuerza de una esperanza que es la
promesa de Dios.

I. Un recuerdo incómodo

II. "¿Quién es aquí de Filadelfia y quién de Laodicea?"


En octubre de 1897, el ejército brasileño masacró a la c o m u n i d a d
(Apocalipsis de los pentecostales)
de Canudos. Su líder, Antonio Conselheiro, era un hombre sencillo y
pobre. Trabajó c o m o abogado y fue profesor en el interior de Ceará.
Un día, su esposa lo abandonó y se hizo peregrino. Caminó a pie por Fue en un culto de la Asamblea de Dios, la mayor Iglesia pente-
todo el sertáo interior del nordeste brasileño, de Ceará a Bahía, ofre- costal brasileña, cuando oí por primera vez esa pregunta lanzada por
ciendo consejo a los pobres, construyendo iglesias, cementerios y el pastor. Toda la comunidad entonaba un cántico que retomaba las
presas, y anunciando la próxima venida del Señor y de su justicia. siete cartas del Apocalipsis a las Iglesias. Al final, el pastor pregunta-
Convocaba a los pobres para que se unieran y viviera en comunidad ba quién era de la Iglesia de Filadelfia, la bien amada, "testigo que
de bienes y esperaran la venida del Señor. guardó con perseverancia la Palabra de Dios y será victoriosa en la
hora de la tribulación, que ha de venir sobre el mundo entero para
Conselheiro conocía bien los profetas de la Biblia y el libro del poner a prueba a todos los habitantes de la tierra" (Ap 3,7-13). Q u i é n ,
Apocalipsis. Basándose en la Biblia, liberaba de la miseria a los cam- por el contrario, era de la Iglesia de Laodicea, "ni fría ni caliente; una
pesinos sin-tierra, a los asalariados de las haciendas, y acogía a escla- Iglesia que se considera rica, pero que, de hecho, es pobre, ciega y
vos huidos en la c o m u n i d a d que fundó. Aseguraba que la República desnuda" (Ap 3,14-22). Evidentemente, mientras que algunos católi-
que acababa de surgir en Brasil no tenía derecho a cobrar impuestos cos visitantes no sabían qué responder, la comunidad pentecostal, a
de las personas que ya lo habían perdido todo. gritos, se presentaba c o m o la Iglesia de Filadelfia. Nadie levantó la
m a n o para pertenecer a Laodicea. Para los creyentes más recientes
5/ un poder no expresa el poder de Dios a favor de la justicia, es
poder de la Bestia y no del Cordero. No es legítimo y no debe ser que todavía no sabían distinguir entre las dos comunidades, el méto-
obedecido. d o fue el mejor para hacerles leer el Apocalipsis, relacionándolo con
l o concreto de su vida y de la participación eclesial.
Cuando las tropas del gobierno atacaron Canudos, Conselheiro
interpretó que se cumplía el Apocalipsis. La comunidad de los siervos El propio fenómeno del pentecostalismo tiene mucho que ver con
de Dios era atacada por dos fieras: el gobierno de la República y la una interpretación apocalíptica de la Biblia y de la vida. Dado que
jerarquía eclesiástica. La comunidad debería resistir. Los campesinos estamos realizando un acercamiento a esas comunidades en una
serían los ángeles de Cristo en la guerra santa que anunciaba la veni- peregrinación respetuosa, evitaré el rigor de las clasificaciones deta-
da definitiva de Cristo. Con cañones y armas pesadas, los soldados lladas o especializadas. Pero es necesario que hagamos algunas dis-

624 Conc¡l¡um4/128 Conc¡lium4/129 625


MARCELO BARROS LOS DOLORES DE PARTO DEL REINO DE DIOS...

tinciones. En Brasil, con una población de unos 160 millones de habi- la política y en las preocupaciones económicas. Forman lo que se ha
tantes, el número de evangélicos sería de 35 millones, de los cuales, dado en llamar "neo-pentecostalismo" o pentecostalismo autónomo.
hoy, el 6 0 % son pentecostales 2. Las primeras Iglesias pentecostales
nacieron en los Estados Unidos, a comienzos de siglo, cuando cris- En efecto, son las Iglesias pentecostales que tienen c o m o centro de
tianos marginados por sus Iglesias de origen por ser negros o i n m i - su fe la lectura permanente de los textos apocalípticos. Para ellas "la
grantes 3 tuvieron la experiencia del Espíritu, pudieron rezar y hablar escatología es la clave de la comprensión de la fe cristiana" 6. Leen
en lenguas y, formando grupos autónomos, vinieron a países del sur los textos apocalípticos a partir de la cultura popular. Y su forma de
c o m o Brasil ". protestar contra el mundo es diferenciarse de una Iglesia clerical y
ligada a las élites, ayudando a la gente a resistir en las situaciones más
Para los primeros pentecostales, el que autentificaba la interven- difíciles de la vida. Esa lectura sencilla y popular de la Biblia, privada
ción divina, aparte de las curaciones milagrosas o manifestaciones incluso de una perspectiva histórica, no debería ser considerada sen-
del don de las lenguas, era la abolición de las barreras sociales 5. cillamente fundamentalista. La lectura popular pentecostal es diferen-
Las Iglesias pentecostales viven la búsqueda de la intervención de te de la lectura fundamentalista porque es ingenua y ahistórica, pero
Dios en el bautismo del Espíritu y en la efusión de sus dones. Leen la no siempre es dogmática y reaccionaria. Según algunas investigacio-
Biblia a partir de esa ansia de la venida del Señor. Es frecuente que el nes, la mayoría de los campesinos sin-tierra de una de las áreas más
pastor finalice el culto diciendo: importantes de ocupación de la tierra (O Pontal de Paranapanema,
S.P.) está formada por pentecostales. El fundamentalismo está más ali-
Hasta el próximo domingo, si antes el Señor no ha llegado para mentado por élites católicas (carismáticas) y protestantes, ligadas al
agarrarnos por los aires y llevarnos con él de este mundo malo. capitalismo (por ejemplo, grupos que practican la "teología de la
prosperidad", c o m o Christian Science, o la Adhonep, "Asociación de
En Brasil, las Iglesias pentecostales clásicas son: la Asamblea de
los hombres de negocios del Evangelio pleno").
Dios, la Congregación Cristiana de Brasil, la Iglesia de Cristo, la
Iglesia del Evangelio Cuadrangular, entre otras. A partir de los años
El pentecostalismo constituye, hoy, un gran signo de los tiempos,
sesenta, surgieron otros movimientos que formaron un nuevo tipo de como puede haber sido la Reforma en el siglo XVI. La diferencia está
pentecostalismo, centrado no tanto en los dones del Espíritu y en una solamente en que la Reforma nació ligada a la burguesía (¡lo que en
lectura de la fe a partir del Apocalipsis, sino en el ministerio de la aquel momento era revolucionario!) y el pentecostalismo está ligado
sanación. Utilizan mucho la radio y realizan cultos para expulsar a los sectores más populares, la cultura de los marginados. 7
demonios y curar a la gente. Esas Iglesias, c o m o "Dios es amor",
"Casa de la Bendición", vieron, a su vez, surgir grupos que rompie-
ron con ellas y fundaron otros movimientos independientes. Estas III. Mensajes para quien quiera huir del año 2000 (Apocalipsis de los
nuevas Iglesias, nacidas a partir de la década de los setenta, se apo- grupos excluidos por el mundo y por las Iglesias)
yan en programas de televisión. Aunque conservan elementos pente-
costales, son diferentes de las Iglesias del pentecostalismo clásico.
Actualmente, para muchas personas, la falta de perspectivas es tan
Pueden incluso hablar del Apocalipsis y de la venida del Señor, pero
grande que incluso hombres de negocios y mujeres intelectuales tie-
son más sincréticas, asumen algunos elementos del catolicismo p o p u -
nen miedo del año 2000, y con razones serias para tenerlo. Los ricos
lar y otros de las Iglesias pentecostales. Se introducen en el mundo de
se encaminan a rituales privados y más racionalistas. Los más pobres
tienen sus propias formas de expresar el miedo y las alternativas para
2
Paul Freston, "Evangélicos na Política Brasileira", en ReligiSo y huir de los riesgos. Por toda América Latina, proliferan grupos y movi-
Sociedade, ISER 16/ 1-2; nov. 1992, p. 26. 6
1 Gustavo Gutiérrez, Beber no Próprio Poco, Vozes, Petrópolis 1984, p. 57
Leonildo Silveira Campos, "Protestantismo Histórico y Pentecostalismo
(Trad. esp.: Beber en su propio pozo, Sigúeme, Salamanca 1993).
no Brasil: Aproximacóes e Conflitos", en Na Forca do Espirito, p. 82. 7
4 José Comblin, "A nova evangelizado", en Sto Domingo. Ensaios
Sumió Takatsu, ídem, p. 63.
5
Teológico-Pastorais, Vozes, Petrópolis 1993, p. 215. Este texto fue también
Thomas Scolari, "Le Pentecótisme: un état d'Esprit", en L'Actualité citado por Víctor Codina, "La sabiduría de las comunidades de base de
Réligieuse au Monde 137,1 5/10/95, p. 44. América Latina", en Concilium 254 (1994) 103-113.

626 Concilium 4/130 Concilium 4/131 627


MARCELO BARROS LOS DOLORES DE PARTO DEL REINO DE DIOS...

mientes que utilizan figuras e imágenes de los textos apocalípticos, Generalmente, las imágenes del fin del mundo y de la venida del
esperando el fin del m u n d o al final del milenio. Señor asustan a las personas que, en la sociedad, tienen una vida tran-
En Bolivia es cada vez más común que profetas anuncien: quila y segura. Esas mismas imágenes animan y fortalecen a las per-
sonas y grupos que ya sufren actualmente tanto o más que los dolo-
¡El mundo se va a acabar! En la medianoche del 31 de diciembre res descritos en el Apocalipsis. En la periferia de las ciudades latino-
de 1999, los ángeles van a tocar la trompeta y la tierra va a doblarse americanas, una familia duerme sin saber si va a despertarse con vida,
como un pañuelo.
o si será víctima de la violencia de las bandas que actúan en los
Los aimaras comentan que sus antiguos profetas ya habían anun- barrios. Una madre nunca sabe si no será la próxima de su calle que
ciado algo semejante. Por eso, mucha gente cree en esos grupos que llore la muerte de un hijo. Cada día, el pobre va al trabajo con la inse-
van a los lugares sagrados del Lago Titicaca, o se resguardan en guridad y el miedo a ser despedido. En este contexto, las promesas del
Tiwahanacu, cerca de la Puerta del Sol. Apocalipsis son liberadoras, incluso si, c o m o toda guerra, es peligro-
sa para todos.
Por toda América Latina, cada vez es más frecuente que profetas
anuncien el final de los tiempos y que pidan al pueblo pobre que dé Cuando, en la década de los sesenta, el cine brasileño quiso retra-
trabajo gratuito y dinero para construir en lugares sagrados, c o m o tar las inmensas diferencias sociales existentes en Brasil y mostrar
Machu Pichu, o algún volcán de América Central, o en las orillas del
c ó m o en el mismo país subsistían dos mundos opuestos, no podía
Lago Titicaca, casas en las que los "convertidos" podrán esperar el
hacerlo de forma directa y clara porque la censura militar lo impedía.
final del milenio. O recuperando tradiciones amazónicas, o buscan-
La manera que encontraron fue hablar del momento actual retratan-
do lugares
do la historia pasada del sertao de los beatos y de los pistoleros.
de mucha energía, la gente quiere, tal vez no conscientemente, reen- Usaron un lenguaje apocalíptico. Glauber Rocha rodó Deus e o
contrarse con culturas milenarias como en Bolivia, donde, antigua- Diabo na Terra do Sol (Antonio das Mortes), una película que tuvo
mente, dos mil años antes de Cristo, florecía la civilización
éxito en Cannes, y su continuación: O Dragao da Maldade contra el
Tiwanaku, todavía hoy tan poco conocida ".
Santo Guerreiro. Son interpretaciones de la realidad brasileña a la luz
Es preciso distinguir esos grupos de las Iglesias organizadas y del de las tradiciones de la religión popular. Allí, el Apocalipsis era leído
pentecostalismo. Son m o v i m i e n t o s marginales que m e z c l a n de forma inmediata por un pueblo que ansiaba la intervención de
Apocalipsis de la Biblia con tradiciones indígenas, a las que están Dios, pues no tenía más que esperar de la realidad.
ligados.

En América Latina, es c o m ú n que, al hablar de Apocalipsis, nos


acordemos de las comunidades populares, especialmente de las ame- IV. Las comunidades de la peregrinación y sus Apocalipsis
rindias y de tradiciones afroamericanas. Los pobres sienten un amor
especial por la literatura apocalíptica y la leen "a partir de sus sufri- Durante quince años, trabajé c o m o asesor teológico del secretaria-
mientos y sus luchas" 9 . do nacional de la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT). Junto con
Carlos Mesters y otros, participé en el equipo fundador del CEBI
8
(Centro Ecuménico de Estudios Bíblicos). Desde 1978, coordino cur-
Esta civilización Tiwanaku no puede ser confundida con la cultura "colla" sos bíblicos con campesinos y comunidades populares en Brasil y
que vivió en la misma región por el año 1300 de nuestra era, año exacto en
Bolivia. También impartí algunos cursos en Nicaragua, México y
que el papa Bonifacio VIII instituía el primer jubileo romano. El día 4 de agos-
to de 1997 fue inaugurado en Tiwanaku un Museo Regional que guarda, Cuba. En todas partes, uno de los asuntos que las comunidades popu-
desde piezas de etapas pre-cerámicas de 2.000 años antes de Cristo, hasta lares piden más es una lectura del Apocalipsis a partir de su realidad.
objetos del período inca. Cf. "Museo Regional de Tiwanaku fue reabierto en Citan los mismos pasajes que, hace cien años, Antonio Conselheiro
su primera fase", Jornal Presencia, La Paz, martes 5 de agosto de 1997, usaba en sus predicaciones: la visión de los siete sellos, la Mujer que
Cuaderno Puerta Abierta, p. 1. aparece grávida en el cielo, la Fiera que viene del mar y la lucha de
'' Carlos Mesters, Flor sem Defesa, Vozes, Petrópolis 1988, p. 100. Babilonia contra la Jerusalén celeste. Leen la Biblia a partir de la rea-

628 Concilium 4/1 3 2 Concilium 4/133 629


MARCELO BARROS LOS DOLORES DE PARTO DEL REINO DE DIOS...

lidad de su dura vida y leen la vida y su futuro con una esperanza la interpretación de la historia se unan la fe y la política. Se evita una
dada por los Apocalipsis. esperanza ingenua o fanática. La c o m u n i d a d es llamada a creer, espe-
rar y actuar.
Una vez, en Itacoatiara, en la Amazonia, un coordinador de c o m u -
nidad de base explicó la apertura de los siete sellos contando las eta- Son dos formas de interpretar el carácter escatológico de la fe.
pas a través de las cuales los barcos industriales invadieron los lagos Ciertamente, c o m o en la Iglesia católica, todavía existen órdenes y
y canales y, poco a poco, con ingenios de pesca industrial y refrige- comunidades monásticas que justifican su distanciamiento de la rea-
radores inmensos, se llevaron toda la pesca de los pobres ribereños lidad por una vocación escatológica, mientras que hay comunidades
que vivían de ella. A partir de esa realidad injusta, los pescadores se monásticas que, justamente por su vocación escatológica, se insertan
quedaron con el lago prácticamente vacío, viendo los numerosos más, no en el m u n d o en cuanto tal, sino en medio del pueblo de
peces pequeños que habían sido atrapados por las grandes redes, y Dios " .
que no interesaban al barco pesquero, que flotaban muertos en las
aguas, ahora contaminadas. La interpretación de esa historia a partir
del Apocalipsis les ayudó a organizar a los pequeños pescadores para V. Nostalgia de otros "Apocalipsis"
luchar por sus derechos y por la defensa de las aguas.

He predicado tres veces el retiro anual para los agentes de pastoral Acabo de tener contacto con la cultura del pueblo indígena que
de la prelatura de Sao Félix del Araguaia. La primera vez fue sobre el vivía en la región donde está nuestro monasterio ecuménico.
libro del Apocalipsis y el mensaje de esperanza que, a través de ese Descubro una vez más que las comunidades indígenas tienen razón
libro, Dios da a una Iglesia, testigo del Cristo Libertador, en una situa- al gustarles tanto los Apocalipsis de la Biblia. Son las páginas de la
ción de martirio. Las otras dos veces, clausuramos los días del retiro Biblia más parecidas y familiares a /as historias y tradiciones ances-
elaborando una especie de "octava carta del Apocalipsis" al Ángel de trales de las culturas indígenas y negras. Sabiendo eso, ciertamente
la Iglesia de Sao Félix del Araguaia. los hermanos y hermanas agentes de pastoral serán más cuidadosos
al trabajar con esas tradiciones y esas formas de leer la Biblia y la
Hay una profunda diferencia entre la forma en que las comunida- vida. Como quien entra en la tierra santa del encuentro con Dios,
des eclesiales de base y los cristianos de movimientos populares, por Madre de la compasión, esos hermanos y hermanas tirarán las sanda-
ejemplo los (las) pentecostales que están en los campamentos y asen- lias y pisarán con más humildad el suelo del corazón y de la fe del
tamientos de campesinos sin-tierra, leen e interpretan el Apocalipsis otro y podrán contemplar que, incluso con algunas ambigüedades,
y c ó m o lo hacen los grupos y movimientos que esperan el fin del estas tradiciones espirituales y formas de leer la Biblia también reve-
m u n d o . La novedad es que a las comunidades comprometidas les lan "lo que el Espíritu dice hoy a las Iglesias".
gustan las promesas del Apocalipsis, se sienten estimuladas por esos
textos y nutren una visión escatológica de la fe, pero no separan eso (Traducido del portugués)
de una lectura crítica de la historia y de la responsabilidad de los cris-
tianos con relación al aquí y ahora. El Apocalipsis de la Biblia y la lec-
tura apocalíptica de la vida hecha por las comunidades populares
comprometidas
unen escatología y política, mito y praxis, consciencia y transforma-
ción histórica. El Apocalipsis no es solamente visión, catarsis o pro-
testa. La historia no está sólo en manos de Dios... ,0

Aunque los hermanos crean que lo está principalmente, sin embar-


go nosotros tenemos también que actuar y trabajar. Esto hace que en

10
Pablo Richard, Apocalipsis, reconstrucción de la esperanza, DEI, San " Cf. Marcelo Barros, Na estrada do Evangelho, Vozes, Petrópolis 1993.
José 1994, p. 20. Trad. italiana: Sull' Strada del Vangelo, Cittadella, Asís 1994.

630 Concilium 4/134 Concilium 4/135 631

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