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Gutiérrez, H. (2011) define que la auditoría de caja y bancos es determinar con un cierto
grado de seguridad que las operaciones al contado y los saldos de bancos son adecuados y
válidos.
La auditoría de caja y bancos es determinar con un cierto grado de seguridad que las
operaciones al contado y los saldos de bancos son adecuados y válidos. El auditor debe
obtener la evidencia suficiente como para evaluar si los saldos de caja y bancos, tal y como
aparecen en el balance de situación, reflejan debidamente todas las partidas de efectivo y
equivalentes en efectivo disponibles, en curso, o en depósito, con terceros, y que los saldos
de caja y bancos reflejan una división correcta entre cobros y desembolsos.
Si los saldos pasivos de caja y bancos recogen todas las deudas contraídas por la
empresa en sus relaciones con terceros.
Si están observando todas las normas legales aplicables a esta clase de transacciones
Lo que el auditor debe tomar en cuenta en la auditoría de caja y bancos son los siguientes
aspectos conceptos:
Ejemplo:
- Determinar la autenticidad tanto de calidad como de cantidad los fondos en caja y/o
depósitos en bancos.
- Analizar la manera como se contabilizan las pérdidas de alguna inversión.
Para las transacciones de Caja y Bancos, los objetivos de auditoría son los siguientes con sus
respectivas pruebas detalladas:
Corrección aritmética:
Sumar algunas relaciones que presenta la empresa y que pudieran ser incluidas dentro
de los papeles de trabajo de auditoría.
Conciliar los auxiliares con los saldos de las cuentas del mayor general.
Obtener un recibo firmado por el encargado del fondo como constancia que le fueron
devueltos los fondos de entera conformidad.
Asegurarse que todos los cheques pendientes de depositarse estén librados a la orden
del cliente, ya sea en forma directa o a través de endoso.
Corrección e inclusión:
Realizar pruebas para cerciorarse que todas las partidas que deban estar incluidas estén
y eliminar aquellas partidas que al final del año se considera indispensable que exista
un corte de las transacciones de entradas y salidas del efectivo, si se debe presentar el
saldo correcto del efectivo en el balance general y que los estados financieros revelen
razonablemente la información financiera y los resultados de la operación.
Según Meza, C. (1996, pág. 63), las cuentas por cobrar son los importes que adeudan terceras
personas a la empresa. Existen cuentas por cobrar derivadas de las operaciones de la empresa,
y existen cuentas por cobrar que no corresponden a las operaciones de la empresa.
Las cuentas por cobrar representan los activos adquiridos por la empresa a través de letras,
pagarés u otros documentos por cobrar proveniente de las operaciones comerciales de ventas
de bienes o servicios y también no provenientes de ventas de bienes o servicios.
Por lo tanto, la empresa debe registrar de una manera adecuada todos los movimientos
referidos a estos documentos, ya que constituyen parte de su activo, y sobre todo debe
controlar que éstos no pierdan su formalidad para convertirse en dinero.
De ahí la importancia de controlar y de auditar las “Cuentas por Cobrar” El auditor financiero
establece los objetivos y procedimientos para realizar el examen previsto en la planeación de
la auditoría a estas cuentas.
Hirache, L. (2011) sostiene que la principal prueba de las cuentas a cobrar, consiste en
obtener comunicación directa de los deudores sobre la validez de sus deudas para con la
empresa. la fecha de la confirmación, el método de solicitar la información y el número de
deudores a confirmar, deben ser determinados por el auditor.
Villacorta, A. (2002) define que los procedimientos y técnicas específicos de auditoria son
diseñados o pueden desarrollarse para los distintos tipos de organizaciones y actividades
ingreso productivas la mayoría de estos enfoques específicos son adaptaciones,
modificaciones, expansiones o variaciones sobre los diferentes procedimientos generales de
auditoria.
Villacorta, A. (2002) dice que las medidas adoptadas por la empresa para la aplicación de las
Políticas de Crédito y Cobranza eran deficientes y no permitían obtener datos fiables ni
promover la eficiencia de las operaciones. La responsabilidad de la facturación y cobranza de
las cuentas por cobrar las llevaba una sola persona, actividad que debería ser separada por
cada función para así asegurar el cumplimiento por parte del personal, evitando posibles
errores y decisiones apresuradas. Existía asimismo una deficiencia en el registro de las
transacciones, puesto que se concedían créditos a clientes con cuentas pendientes de cobro.
Había también casos en que las cuentas por cobrar vencían porque las facturas no eran
cobradas a tiempo, existiendo asimismo límites de crédito con cifras mayores a los
establecidos para cada cliente.
Enviar cartas circulares a clientes seleccionados. Enviar una segunda. Solicitud a los
clientes que no contesten a la primera.