Sie sind auf Seite 1von 6

Guía sobre lectura y escritura académica*

* Hecha en base al texto de A. Atorresi: Taller de escritura. Los Textos Académicos, FLACSO

1- Los textos académicos


Llamaremos, en general, “textos académicos” al conjunto de los textos vinculados al ámbito científico que
tienen por finalidad fundamental explorar, describir, explicar y predecir acontecimientos que tienen lugar en
el mundo.
a) El informe.
La distinción más importante que puede trazarse entre los informes del ámbito educativo está dada por la
oposición entre los que analizan un tema específico exclusivamente a partir de bibliografía y los que
requieren, además de la consulta bibliográfica, el estudio concreto de un objeto o fenómeno.
Ahora bien, todos los informes del ámbito educativo permiten observar tres partes bien diferenciadas: la
introducción, el desarrollo y las conclusiones.
● La introducción. Sirve, por un lado, para presentar el tema que se estudiará y para justificar por qué se lo
eligió (se resalta su interés, originalidad o importancia).
Por otro lado, allí se realiza una breve presentación del trabajo, es decir, una mención del marco teórico
adoptado, de la metodología empleada, de los materiales seleccionados y de la organización textual de la
exposición (“En primer lugar, ...; en segundo lugar, ...”).
● El desarrollo. En esta parte, se expone el trabajo propiamente dicho, a partir del despliegue de cada uno los
aspectos del tema seleccionados como relevantes. En general, en el desarrollo se expanden los aspectos
mencionados en la introducción: el marco teórico, la metodología y demás, y se presentan datos y
argumentos (propios y/o de otros autores con estatuto de autoridades, los cuales serán citados de acuerdo con
las convenciones) que sirvan de fundamento a las ideas.
● La conclusión. Aquí se retoman los datos más importantes mencionados a lo largo del trabajo y, en ciertas
ocasiones, se realiza una evaluación personal acerca de lo que se ha presentado en el informe todo o en el
desarrollo.
Estas partes están enmarcadas por dos paratextos: la carátula y la bibliografía.

b) Las respuestas a consignas de escritura académica


El par consigna-respuesta constituye un género propio del mundo educativo. Se trata de un texto co-
producido por un docente, que propone la consigna con el fin de orientar o reforzar la interiorización de un
saber, de relevar ideas sobre un tema, de evaluar conocimientos adquiridos, etcétera, y un alumno, que
elabora la respuesta para alcanzar nuevos conocimientos, dar cuenta de ellos ante el docente y demás.
Habitualmente, este género impone al alumno el juego de suponer momentáneamente que el destinatario
final de la respuesta (el docente) no conoce el tema sobre el cual él escribe. En efecto, sobre todo en las
situaciones de evaluación, suele establecerse un contrato por el cual el estudiante, que reconoce que el
docente conoce el tema (y que por eso está socialmente habilitado para evaluar su desempeño), debe suponer
lo contrario para obligarse a dar la mayor cantidad de información posible –dentro de los límites de lo
exigido por la consigna– sobre el asunto en cuestión.
Significado de los actos de escritura requeridos por las consignas dadas:
Analizar: El análisis es un procedimiento de conocimiento y razonamiento. Analizar es estudiar, examinar
algo, separando o considerando por separado sus partes, de modo ordenado y sistemático. Un análisis puede
ser una descomposición de un todo real en partes reales (como en el caso de los análisis químicos) o puede
entenderse en un sentido lógico o mental (como en “analice la siguiente idea”). En este último caso, se habla
del análisis de un concepto en tanto examen de los subconceptos con los cuales ha sido construido.
La descomposición del total de un objeto de conocimiento en partes se opone al procedimiento de sintetizar,
que consiste en reunir cosas separadas o dispersas en un conjunto orgánico.
Hay que advertir, sin embargo, que esta oposición no impide usar los dos procedimientos –análisis y
síntesis– complementariamente: una vez analizado un todo en sus partes componentes, la recomposición de
esas partes tiene que dar por resultado el todo del cual se había partido. Como se ve, proceder a la síntesis es
útil para controlar la calidad de un análisis realizado. (En el informe, por ejemplo, la conclusión es una
síntesis, que recapitula el análisis)
Argumentar: Argumentar es fundamentar una opinión (tesis o punto de vista), es decir, plantear una serie de
fundamentos (razones o argumentos) que la justifiquen. Se argumenta para convencer a otros de la
razonabilidad, la verdad o la corrección de la opinión que se sostiene. Cuanto más convincentes sean los
fundamentos, más posibilidades existen de que la opinión sea aceptada o, por lo menos, comprendida.
Entre la opinión y los fundamentos que la sostienen, se establece una relación de tipo lógico: se opina tal
cosa porque se piensa (cree, evalúa, observa) tal otra.
La estrategia del argumentador se reconoce también en la elección de procedimientos como el ejemplo y el
procedimiento deductivo. El ejemplo argumentativo consiste en referir un caso particular para fundamentar
la tesis (“De hecho, en la escuela en la que yo trabajo, los docentes hacemos...”). Es persuasivo porque
refiere un hecho concreto, pero tiene una debilidad: siempre es posible cuestionar el pasaje del ejemplo a la
generalización (“¿Eso hacen los docentes en todas las escuelas?”). Por eso, para producir una fuerte
evocación de la realidad, el argumentador suele dar toda una serie de ejemplos.
El procedimiento deductivo, en cambio, va de lo general a lo particular, apelando en primer término a una
ley o un principio aceptados por un grupo o por la sociedad toda (“Es bien sabido que la finalidad de la
intervención es...”). Su fuerza persuasiva es grande, salvo que se contraponga otra ley o norma.
Otros procedimientos argumentativos muy usuales son la cita de autoridad y la pregunta retórica. La
primera reproduce un fragmento discursivo elaborado por un autor o por una institución prestigiosos (“Según
planteó Theodor Adorno, ...”). La pregunta retórica, por su parte, consiste en formular un interrogante cuya
respuesta ya está dada implícitamente (“¿Acaso podemos pensar en abandonar la idea de que...?”).
Existe, además, un conjunto de técnicas que tienen la finalidad de refutar o negar la tesis de otros. Para eso,
se incluyen secuencias conversacionales en las que se recuperan las opiniones ajenas para refutarlas. En tales
casos, la argumentación se convierte en una polémica.
Las técnicas de refutación más usuales son la negación (se contraría la opinión o tesis de otro: “No es
cierto, como sostiene X, que...”), la cita refutativa (se cita un fragmento discursivo producido por otro con el
objeto de refutarlo: “X afirma que...; sin embargo,...”) y la concesión (se admiten unas razones de otro para,
luego, discutir las restantes o, directamente, invalidar la opinión: “Es cierto, como sostiene X, que...; ahora
bien,...”).
El argumentador prevé distintos tipos de destinatarios: los prodestinatarios (que piensan como él y a quienes
no es necesario persuadir sino, en todo caso, fortalecer en sus creencias), los contradestinatarios (aquellos
que piensan distinto y con quienes, si la argumentación es polémica, discutirá o confrontará) y los
paradestinatarios (que no tienen una opinión formada y a quienes apunta todos sus esfuerzos
argumentativos). (Esta última es la que deben suponer para este informe, de acuerdo a lo sostenido sobre las
necesidades de evaluación)
Definir: Definir es determinar lo que significa una palabra mediante una frase que equivale exactamente a
ella. La definición es, entonces, un procedimiento de análisis, estructurado en forma binaria, que pone en
relación dos términos equivalentes en su significado: un término por definir y un término (el analítico) que
define. En el ámbito científico, la definición expresa, por lo general, los rasgos necesarios y suficientes para
delimitar una categoría en cuestión. (En este informe deben definirse los conceptos que se vayan utilizando,
señalando la fuente/ autor en la que se basa esa definición)
Expandir: La expansión es un procedimiento tendiente a aumentar el poder informativo, explicativo,
descriptivo o argumentativo de un texto; es común que se la llame también “desarrollo” y, aunque más
ambiguamente, “exposición”.
Al expandir, se realizan operaciones inversas a las del resumen: se agrega información no imprescindible
para otorgar sentido al texto; se descomponen conceptos con un alto nivel de generalidad en otros menos
generales; se reescriben oraciones o párrafos dando lugar a detalles ausentes en el texto original y demás. (En
nuestro caso la expansión refiere a sumar más información histórica y contextual a la que está explícita en la
película, para que ella nos ayude a interpretarla, y tal vez a ampliar aspectos teóricos desde otras fuentes).
Fundamentar: En el plano discursivo, “fundamentar” es basar o apoyar una afirmación que se sostiene; es
dar las razones o los motivos en los que se funda una idea, ya se trate de una opinión o de un enunciado con
pretensiones de verdad y nosólo de validez. En este sentido, la fundamentación aparece tanto al argumentar
como al explicar, siempre que se debe justificar algo dicho (García Debanc: 1994).
Las fundamentaciones pueden apoyarse en determinados hechos y aparecer bajo la responsabilidad del
emisor o pueden basarse en un punto de vista ajeno. Los siguientes enunciados:
a) El modelo es reduccionista porque no da cuenta de la incidencia de los factores de tipo social.
b) El modelo es reduccionista –según sostienen diversos autores– porque no da cuenta de la incidencia de los
factores de tipo social.
c) El modelo es reduccionista porque “no da cuenta de los factores de tipo social.” (AA.VV.:1998).
transmiten, en principio, la misma información: el reduccionismo de un determinado modelo se debe al
hecho de que no da cuenta factores de tipo social.
Sin embargo, las fundamentaciones proceden de fuentes diferentes y los responsables no son los mismos.
El responsable del enunciado a) es el propio emisor, por lo que el receptor se verá inclinado a confiar en su
palabra. Es decir, a menos que haya buenas razones para pensar lo contrario (que el contexto indique, por
ejemplo, que el emisor mismo no ha constatado lo que afirma), se considera que quien se hace cargo de una
aserción dice la verdad. Ese emisor, por otra parte, no atenúa de ningún modo su afirmación (como sucedería
en “Creo que el modelo es reduccionista porque no da cuenta de los factores de tipo social” o en “Al parecer,
el modelo es reduccionista, porque no da cuenta los factores de tipo social”).
En b) hay un responsable reconocido, aunque no identificado —diversos autores—, y el emisor no expresa ni
la aceptación ni el rechazo de su explicación. La confiabilidad que el receptor otorgue al enunciado,
entonces, dependerá de su conocimiento del contexto pues, en este caso, necesita más información acerca de
los autores que del emisor mismo, que no ha formulado ninguna afirmación directa.
Finalmente, en c) hay una fuente conocida, a la que se remite por medio de la referencia bibliográfica y cuya
voz se cita textualmente por medio del encomillado. (En nuestro caso nos valemos de las diversas fuentes
para fundamentar el análisis)
Relacionar: Relacionar es establecer un vínculo entre dos o más cosas, sucesos, ideas, etcétera. La relación
se establece cuando hay alguna circunstancia que une las cosas, en la realidad o en la mente.
En el discurso, las formas de poner dos términos en relación son variadísimas; por ejemplo, entre otras,
pueden establecerse relaciones temporales de anterioridad, posterioridad y simultaneidad, y relaciones
lógicas de causa, de consecuencia, de fin, de resultado, de conclusión, de equivalencia, de analogía, de
deducción, de inducción, de oposición, por generalización, por ejemplificación, por jerarquía o dependencia
informativa.

* El tratamiento de la bibliografía.
En el desarrollo de los textos académicos, las voces de los otros aparecen, básicamente, con dos fines: o bien
justificar las propias afirmaciones y conferirles legitimidad o bien refutar las ideas ajenas y proponer otras
distintas.
Las voces de los otros pueden ser mencionadas literalmente o parafraseadas, es decir, reformuladas. En el
primer caso, se habla de cita; en el segundo, de discurso indirecto. En la cita, las comillas marcan la fidelidad
en la reproducción de las palabras del otro, mientras que, en el caso del discurso indirecto, si bien se
mantiene la idea ajena, se produce una reformulación del texto original, con lo cual interviene en un grado
mayor la interpretación de quien escribe.
En cuanto al verbo de decir que señala las palabras de otra persona, pueden reconocerse diversos tipos: desde
aquellos de significado neutro (como “señalar”, “manifestar”, “expresar”) hasta aquellos más descriptivos
(que, en general, implican algún tipo de interpretación o valoración, como “exagerar”, “dramatizar”),
pasando por los que señalan el acto de habla que se lleva a cabo (“preguntar”, “afirmar”, “predecir”). Por
último, en lugar de verbos de decir, y con un significado similar al de los verbos neutros, pueden utilizarse
para introducir una cita o un discurso indirecto fórmulas del tipo “según/ para/ de acuerdo con X,...”.
● Las referencias. Tanto la cita como el discurso indirecto van sucedidos de una referencia al autor de esas
palabras ajenas y la obra en la que las expresó. Por convención, en este curso esa referencia se traducirá en la
mención, entre paréntesis, de dos términos divididos por dos puntos o coma: el apellido del autor y el año de
publicación de la edición de la obra que se está consultando; por ejemplo, “(Piaget: 1976)” o “(Carretero,
1999)”. Estos datos se completarán al final del texto que se está escribiendo, en el apartado Bibliografía.
Además, en el caso de la cita, deberá indicarse de qué página o de qué páginas de la publicación original ha
sido tomada; si se trata de una sola página, se indicará, por ejemplo, “(Piaget, 1976; p. 314)”; si se trata de un
fragmento que abarca más de una página, se indicará, por ejemplo, así: “(Piaget, 1976; pp. 314-318)”, es
decir, se abreviará “páginas” en plural (“pp.”) y se utilizará un guión para marcar período.
En cuanto a la bibliografía, informa básicamente el nombre del autor, el nombre del texto leído, el nombre
de la obra de la que forma parte (en el caso de que se trate de un artículo), el año de la edición consultada y
el de la edición original (éste figura en la página que sigue a la portada), la ciudad en la que apareció y la
editorial que lo publicó.

2- Naturaleza del paratexto*


1. La forma del paratexto
Lo que llamamos texto es, en primera instancia, una superficie escrita en la que, a simple vista, se distinguen
zonas o bloques diferenciados. Los títulos se destacan por su ubicación, por la distancia que los separa del
resto del texto y por otras marcas gráficas, como tipo de letra distinto o subrayado. La disposición en
párrafos, que pueden estar separados por un interlineado más amplio o empezar con sangría, es otra de las
primeras informaciones que el lector obtiene, antes incluso de emprender la lectura propiamente dicha, junto
con lo escrito en los márgenes, las notas o anotaciones que no pertenecen al texto sino que son agregados o
aclaraciones hechas en un momento posterior. A estos primeros datos, presentes en casi todos los textos,
impresos o manuscritos, pueden sumarse variaciones de tipo y cuerpo de letra, asteriscos o números
insertados sobre o al nivel de la línea, comillas, paréntesis, guiones, signos todos que son captados por
contraste con la grafía dominante. Algunos de ellos son signos de puntuación, es decir, forman parte del
código escrito en su dimensión ideográfica. Los signos de puntuación, en su conjunto, integran un sistema de
señalización del texto escrito cuya finalidad principal es organizar la información que este aporta, jerarquizar
las ideas e indicar la distancia o el grado de compromiso que tiene el que escribe con las palabras que usa.
Los signos de puntuación, por lo mismo, son parte del texto; sin ellos, este sería una masa indiscriminada de
palabras casi imposible de descifrar; es decir, no sería texto.
Pero no todos los signos que se relevan en este “barrido” inicial, previo a la lectura, pertenecen al texto del
mismo modo que la puntuación. Las variaciones tipográficas y de diagramación o disposición de texto y
gráfica (cuadros, gráficos, ilustraciones, etc.) en la página, son cuestiones morfológicas, que hacen a la forma
en que el texto se presenta a la vista. Un mismo texto puede asumir “formas” (diseños) distintos, sin que el
contenido del mismo se modifique sustancialmente. Estos aspectos morfológicos constituyen un “plus” que
se agrega al texto para facilitar la lectura o para favorecer un tipo de lectura que interesa al autor propiciar.
Se trata, entonces, de elementos paratextuales, auxiliares para la comprensión del texto.
2. Un aparato de recepción
Del mismo modo, son paratextuales los textos subsidiarios, como notas, referencias bibliográficas, índices,
epígrafes... (…) Rito de iniciación del texto que ingresa a la vida pública, el paratexto se define como un
aparato montado en función de la recepción (Genette, 1987). (…) el paratexto es un instructivo, una guía de
lectura. En este sentido, los géneros escritos cuentan entre sus marcas aspectos paratextuales que permiten
anticipar, en cierta medida, el carácter de la información y la modalidad que esta asumirá en el texto. Esto es
particularmente evidente en el caso de la prensa, donde la sola presencia de un recuadro rodeando un texto
firmado indica que se trata de una opinión sobre los sucesos referidos en la página; pero también los géneros
literarios, científicos o de divulgación ofrecen al lector, desde su formato, elementos de reconocimiento y la
oportunidad de formular primeras hipótesis sobre el contenido del texto, que la lectura, a posteriori,
confirmará o refutará. Una ojeada rápida a una mesa de librería, sin ir más lejos, permite discriminar, a partir
del diseño de tapa, literatura, ciencia, ensayo, libros técnicos, de auto-ayuda, etc.
3. Los márgenes del texto
Gérard Genette define el paratexto como lo que hace que el texto se transforme en libro y se proponga como
tal a sus lectores y al público en general (Genette, 1987). Además de los elementos verbales (prefacios,
epígrafes, notas, etc.), Genette incluye manifestaciones icónicas (ilustraciones), materiales (tipografía,
diseño) y puramente factuales (hechos que pesan sobre la recepción, información que circula por distintos
medios acerca de un autor, por ejemplo. (...)
Etimológicamente, “paratexto” sería lo que rodea o acompaña al texto (para = junto a, al lado de), aunque no
sea evidente cuál es la frontera que separa texto de entorno. El texto puede ser pensado como objeto de la
lectura, a la que preexiste, o como producto de ella: se lee un texto ya escrito o se construye el texto al leer.
Pero ya se considere que el texto existe para ser leído o porque es leído, la lectura es su razón de ser, y el
paratexto contribuye a concretarla. Dispositivo pragmático, que, por una parte, predispone -o condiciona-
para la lectura y, por otra, acompaña en el trayecto, cooperando con el lector en su trabajo de construcción -o
reconstrucción- del sentido.
* Documento basado en: ALVARADO , Maite (1994), Paratexto, Buenos Aires, Instituto de Lingüística, Facultad de Filosofía y
Letras, UBA. Disponible en: http://tallerproduccionoralyescrita.files.wordpress.com/2011/03/paratexto-maite-alvarado.pdf (última
consulta: 12/7/2012)

3- Dos formas comunes de trabajar los textos:

a) Reseña*
Una reseña descriptiva o informativa debe contener: a) Datos bibliográficos, b) datos biográficos y c)
resumen de contenido del libro.
Pasos para preparar una reseña descriptiva o informativa:
1. Anota los datos biográficos del autor
2. realiza la ficha bibliográfica del texto seleccionado
3. revisa el índice y determina las partes, los capítulos, incisos y subincisos del libro.
4. Lee la introducción, el prólogo, las conclusiones, la solapa ó cubierta y la contraportada del libro.
5. Lee cada uno de los capítulos del libro
6. selecciona algunas citas textuales
7. Resume cada capítulo leído
8. Revisa la ortografía, los márgenes, la redacción, etc.
9. Presenta la redacción definitiva
Contenidos de las reseñas: Referencias bibliográficas, comento, evaluación e identificación del reseñador.
- Título.
- Datos bibliográficos: Título de la obra en que está contenido el texto que se reseña, título del artículo,
capítulo, etc. reseñado, año, país, editorial o sitio que lo publica.
- Datos biográficos: se escribe en un párrafo, la información que se tiene sobre el creador del objeto a
reseñar. Esto incluye los temas en que se especializa, las lenguas en las que ejecuta sus trabajos, otras obras
que haya hecho, si es miembro de alguna asociación, cuál es el campo académico en que se desempeña, sus
datos de nacimiento y muerte y país, y alguna otra información importante de su vida pública.
- Contenido:
* Propósito: se especifican los objetivos y finalidades del autor al escribir su texto o al presentar su obra. Se
sugiere que para la redacción de este apartado se utilicen sustantivos como “fin, finalidad, propósito”,
además de verbos como “apuntar, pretender, tender, buscar y otros”.
Es útil analizar el sentido del título, pensar el público al que está dirigido.
* Organización de la obra: se incluye la información que describe la forma en la que la obra está ordenada.
En el caso de libros, se hace mención del número de capítulos que la componen, junto con el prólogo,
conclusiones, apéndices, índices, mapas, fotografías, etc. En un artículo o capítulo, las estrategias
discursivas, el tipo de recursos (introduce, comenta, ejemplifica, usa conceptos teóricos) y el “tono” (ameno,
formal, con terminología específica o coloquial, etc.)
- Temas: se comenta sobre los temas tratados en la obra. Se hace de manera descriptiva, breve y clara,
haciendo hincapié en la idea central, respondiendo la pregunta ¿De qué trata el texto?
- Evaluación: es considerada una de las partes más importantes de la reseña, puesto que en ella se encuentra
el juicio valorativo que se hace sobre la obra, remarcando así sus aciertos y limitaciones. Generalmente,
consta de dos tipos de crítica: una negativa y una positiva. En la crítica negativa se consignan los aspectos
débiles del trabajo; éstos suelen ser redactados de manera atenuada y evitando el uso de palabras fuertes,
ironías y menosprecios sobre el contenido. Algunas veces, los reseñadores hacen sugerencias de cómo pudo
haber resultado mejor el trabajo. La crítica positiva, por otro lado, se concentra en los puntos fuertes del
texto; es decir, se habla de sus contribuciones. El uso de adjetivos es clave para que la redacción de este
apartado sea específico, claro y conciso.
- Identificación del reseñador: al final de la reseña, de manera paratextual, se indica el nombre y apellido del
autor de la reseña
*Documento basado en las autorias: Cubo de Severino, Liliana y María Padilla

La información paratextual, presente en el propio texto, o rastreable desde la información que este nos
proporciona, nos permite orientarnos mejor para comprender el sentido del mismo.
Cuando leemos un texto académico conocer en profundidad quién es el autor, cuál es su formación,
trayectoria, reconocimientos, desempeño, área de investigación, propósitos, nos permite anticipar la
intención del autor, así como saber dentro de qué área se ubica el texto, y entonces dónde podríamos rastrear
la terminología específica, conceptos, “jerga”, referencias a otros autores o conceptos que vamos a encontrar.
A su vez, informarnos sobre los organismos, editoriales, personas responsables de la publicación y
circulación del texto, completa esa información, porque sabremos qué propósitos tienen quienes publican, y
entonces con qué sentido editan el texto que leemos.
Hoy internet nos permite además encontrar varias referencias, por ejemplo, podemos encontrar reseñas,
comentarios, sobre el texto y el autor, ver quiénes y porqué citan este texto o lo replican, conociendo así esta
forma de circulación, si aparece en la bibliografía de una cátedra importante, o es citado por organismos
reconocidos, etc.
Por otra parte, los elementos paratextuales que nos proporciona el texto mismo, también nos permiten
orientarnos para una lectura comprensiva. Ver cómo está organizado, qué significan los títulos y subtítulos,
qué referencias posee, qué dicen las notas al pie, qué palabras o frases se destacan, qué ilustraciones lo
acompañan, etc. nos guía en la lectura, para entender mejor cómo organiza el autor su discurso, qué
intenciones tiene con este texto, etc.
*Recordar que el sentido de una reseña es informar brevemente, a quien no conoce el texto, de qué trata, de
quién es, cuál es la trayectoria y reconocimiento de ese autor, qué aspectos fuertes tiene, cuáles débiles, para
que el lector de la reseña valore si le interesa leerlo o no según sus propios objetivos (puede ser alguien que
está investigando sobre un tema y quiere saber si el texto es teórico, introductorio, novedoso, o alguien que
lee sobre ciertos temas por hobbie o interés particular, pero no es experto en el área, o un docente que está
buscando material para dar una clase, etc., etc.).
b) Resumen
El resumen puede ser definido como un texto que presenta lo esencial de un texto anterior.
El reconocimiento de lo esencial está estrechamente relacionado con la coherencia del texto fuente, pues
consiste en la identificación de la información que en éste se va agregando y en la eliminación de la
información repetida.
Cuando el resumen se realiza para facilitar la comprensión y la revisión de un texto, y cuando responde a la
necesidad de dar cuenta de lo aprendido o comprendido, mantener la coherencia se vuelve particularmente
necesario. En efecto, la utilidad o la pertinencia del resumen dependen de que, al eliminar lo conocido y
conservar lo nuevo, se produzca un nuevo texto que presente un tema global, temas particulares ordenados,
ideas interconectadas en forma clara y todos los datos necesarios para mantener la coherencia.
La siguiente actividad, por ejemplo, demanda una operación de resumen bastante compleja dada la
diversidad de las fuentes que deben manejarse: “A partir de la lectura de la clase y de la bibliografía
correspondiente a ella, resuma las diferencias entre la posición económica neoclásica y la de Keynes”.
Al planificar la respuesta, deben tenerse en cuenta las estrategias que están en el origen de todo buen
resumen aplicable a los textos vinculados al estudio. En estos textos, el tema global suele expresarse en el
título y los subtemas, en los subtítulos, en tanto que la separación en párrafos se corresponde comúnmente
con el desarrollo de diferentes subsubtemas. Esta organización, por otra parte, se encuentra replicada en el
Árbol temático.
-Así, como se sabe, una primera etapa del resumen puede consistir en plantearse estas preguntas: “¿De qué
tema se habla en este texto?” “¿Qué se dice acerca del tema en cada uno de los párrafos?” -Seguidamente, si
el texto se ha copiado en Word, se resaltan o subrayan las palabras o frases clave relacionadas con esas
preguntas; si no, se las copia y se las pega en el Bloc de notas.
Al realizar esta operación, se omite la información innecesaria para interpretar lo que sigue en el texto.
Además, al establecer el tema de cada párrafo, se hace una generalización de la información, es decir, se
sustituyen varios conceptos por otro más breve que los incluye.
-Para pasar del análisis a la redacción del nuevo texto que es el resumen, debe realizarse una operación más:
integrar varias ideas en una más abarcadora. El título del resumen es la más abarcadora de ellas (Van Dijk:
1996).
En síntesis, producir un resumen implica identificar la coherencia de un texto fuente y producir un nuevo
texto, más breve. Esto supone omitir la información ya dada, generalizar la información nueva e integrar
ideas coherentemente.
(Ana Atorresi)

4- Claves de lectura:

Según todo lo visto, la comprensión de los textos puede pensarse desde las siguientes preguntas que uno
debe hacerse al momento de leer y releer los textos:

1- ¿Quién lo escribe? (Enunciador) (biografía personal y académica, campo de investigación o estudio en


que se inscribe, línea teórica)
2- ¿A qué público está dirigido? (Enunciatario)
3- ¿Cuál es el objetivo del autor? (Informar, exponer, explicar, convencer -argumentar ú opinar-, indicar...)
4- ¿Qué significa el título?
5- ¿Qué anticipa la organización del texto? (Títulos, subtítulos, partes, ilustraciones, resaltados...)
6- ¿Qué anticipa el paratexto incluido o rastreable? (editorial, sitio web que lo publica, colección o sección
en la que se incluye, otras obras, medios de circulación, año y lugar, etc.)
7- ¿Cuál es el tema central y cuáles los secundarios? (¿De qué trata?)

Das könnte Ihnen auch gefallen