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Las escrituras nos habla de unas morada celestial que nuestro señor Jesús fue
a preparar para todos los que cumplan sus normas o mandamientos él dijo: “En
la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera
dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare
lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy,
vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. ” (Juan 14:2-
4). Jesús quiere que estemos con él, para que esto se cumpla en nuestras vidas
tenemos que saber para donde vamos en realidad, debemos estar seguro que
cuando la muerte nos visite nos iremos para el cielo, y para ello tenemos que
saber el camino.
Para toda persona que viva en el pecado, haciendo lo que Dios no le agrada
también tienen la oportunidad de lavarse, santificarse, justificarse con nuestro
Dios y salvador Jesucristo, solo tienes que hace lo que él ordena mediante sus
servidores y predicadores de su evangelio. El segundo caso de lo que Dios
ordena que hagas, le paso al apóstol Pablo, cuando era perseguidor de la
iglesia, la escritura dice que cuando yendo por el camino, aconteció que al llegar
cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y
cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me
persigues? Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú
persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. El, temblando y
temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y
entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. Y los hombres que iban con
Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie.
Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así
que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, donde estuvo tres días sin
ver, y no comió ni bebió. Había entonces en Damasco un discípulo llamado
Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí,
Señor. Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y
busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora,
y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos
encima para que recobre la vista. Entonces Ananías respondió: Señor, he oído
de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en
Jerusalén; y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender
a todos los que invocan tu nombre. El Señor le dijo: Ve, porque instrumento
escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de
reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario
padecer por mi nombre. Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo
sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en
el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas
lleno del Espíritu Santo. Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y
recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado. (Hechos 9:3-18).
Hay dos puntos importantes en la historia de Cornelio y la de Pablo, en la
primera podemos darnos cuenta que Dios le hablo a Cornelio mediante de un
ángel en visión y le dijo que mandara a buscar a Pedro que él le iba a decir lo
que tenía que hacer, pero en el caso de Pablo que en su momento le llamaban
Saulo de Tarso, Dios mismo se le apareció en el camino y le dijo que se le diría
lo que tenía que hacer, en este momento Jesús mando fue a Ananías quien se
le oponía, pero una vez que Jesús le explico el propósito que tenía con Saulo
fue y le dijo: “Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava
tus pecados, invocando su nombre.” (Hechos 22:16).
Querido amigo te puedo dar muchas razones por las cuales debemos ser
bautizados en el nombre de Jesucristo, ya que son muchas las que las
escrituras nos refieren, como el caso de un maestro de la ley, que vino de noche
a hablar con Jesús, la escritura dice que había un hombre de los fariseos que se
llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le
dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede
hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le
dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el
reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?
¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y
del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne,
carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te
dije: Os es necesario nacer de nuevo. (Juan3:1-7).
Creo que Jesús en cada palabra nos explica la necesidad de ser bautizados en
su nombre para poder entrar a esa morada celestial, esa morada que solo se
encuentra en su reino.
Para concluir quiero resumir diciéndote que toda persona debe saber y tener
claro las razones por las cuales debe ser bautizado en el nombre que es sobre
todo nombre, para esto se hace necesario conocer los siguientes razones por
las cuales tienes que ser bautizado en el nombre de Jesús, recuerda lo que
Jesús dijo: “él te dirá lo que es necesario que hagas.” Las siguientes razones
son:
1. Porque el bautismo fue instituido por el señor Jesucristo para todos los seres
humanos como requisito para la salvación:
• “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que
creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”
(Marcos 16:15,16).
• “El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las
inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia
Dios) por la resurrección de Jesucristo” (1 Pedro 3:21).
2. Una de las mayores razones es porque el señor Jesucristo lo práctico y nos
dio ejemplo:
• “Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él.
Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a
mí? Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos
toda justicia. Entonces le dejó” (Mateo 3:13,15).
• “El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las
inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia
Dios) por la resurrección de Jesucristo” (1 Pedro 3:21).
Espero que por medio de este estudio entiendas la importancia y las razones por
las cuales debes ser bautizado en el nombre de Jesús, es necesario que
obedezcas el mandamiento de nuestro gran Dios y salvador Jesucristo, tal como
lo hizo Pablo, Cornelio y como le fue explicado a Nicodemo, para que puedas
entrar al reino de los cielos.